EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIO - COGNITIVA Resumen I. El campo de la psicología social. Resumen del texto Introducción: el campo de la psicología social del libro Psicología social, I. Influencia y cambio de actitudes. Individuos y grupos, de Serge Moscovici (1985). ¿Qué es la psicología social? Existe el individuo y la sociedad, cada uno autónomo y con realidad propia donde se puede conocer a uno sin conocer al otro. En esa división el individuo es el organismo (lo único) estudiado por la psicología y la sociedad es sus instituciones y aparatos (lo múltiple o colectivo) estudiada por la economía o la sociología. El psicoanálisis se ocupa del individuo y el marxismo de la sociedad. Esta partición obedece a una lógica determinada donde el individuo existe dentro de la red social y la sociedad se compone de una multitud de individuos diversos, sin embargo en cada individuo habita una sociedad de personajes imaginarios o reales con quienes mantiene un dialogo interior permanente y sostiene relaciones aun sin saberlo. Así cuando se habla de la división individuo – sociedad, se deja a un lado la experiencia compartida. Todo análisis y toda explicación exigen una abstracción como en psicología al describir el pensamiento separado de las emociones. Esta separación oculta una realidad primera, la existencia en la oposición entre individuo y sociedad. La psicología social se ocupa de un problema: ¿por qué e produce el conflicto entre individuo y sociedad? Cuando trata de estudiar en paralelo y con independencia uo y otro, pierde su personalidad. Así surge una primera fórmula: la piscología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad, tanto de la externa como de la que lleva dentro, por ejemplo, la resistencia a las presiones conformistas de la mayoría, la oposición entre un líder y su grupo, las desviaciones respecto a la ortodoxia, las discusiones en un grupo para llegar a una decisión o la captación de un individuo por las masas. El objeto central de la psicosociología son los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenados según su génesis, estructura y función, siendo los dos primeros sistemas de representaciones y actitudes como los fenómenos familiares de prejuicios sociales o raciales, de estereotipos o creencias. Tienen como rasgo común el que expresan una representación social que individuos y grupos se forman para actuar y comunicar, dando forma a la realidad física e imaginaria, que es la realidad social. En tanto los fenómenos de comunicación social designan los intercambios de mensajes lingüísticos y no lingüísticos entre individuos y grupos para transmitir una información determinada e influir sobre los demás, incluyendo los fenómenos de comunicación de masas de influencia colectiva, como los procesos puramente lingüísticos y los hechos semánticos, se relaciona con los signos que circulan en la sociedad y con la semiología (la intensión de comunicar). La segunda fórmula dice: la psicología social es la ciencia de los fenómenos de la ideología (cogniciones y representaciones sociales) y de los fenómenos de comunicación en los diferentes niveles de las relaciones humanas (entre individuos, entre individuos y grupos, entre grupos) disponiendo de un conjunto de conocimientos, teorías y experiencias que permiten comprender las actividades mentales superiores y ciertos aspectos psíquicos de la vida social de los grupos. La visión psicosocial. Comprendido el contenido de una ciencia también se reconoce su particularidad, no existen límites precisos entre la psicología social y otras ramas, ni con la antropología, pues hay un mismo interés por las interacciones humanas y los grupos humanos, teniendo en común conceptos como la representación, la influencia o el aprendizaje. Pero ¿cómo se distingue la psicología social de estas otras disciplinas? Por el enfoque que le es propio, una manera de observar los fenómenos y las relaciones, una visión psicosocial enfocada en los hechos con una clave de lectura binaria separando el sujeto y el objeto, el psicólogo pone a un lado el “ego” (individuo, organismo) y al otro lado el “objeto”. Al estudiar los procesos intelectuales nos interesamos por la manera en que el cerebro trata una información proveniente del mundo exterior y deseamos saber cómo. En sociología el sujeto es una colectividad, una multitud de sujetos que cambian, negocian, comparten una misma visión del mundo, etc. El objeto representa un interés o una institución constituido por otras personas u otros grupos que forman un entorno humano, son un sujeto y un objeto diferenciados según criterios económicos o políticos, éticos o históricos; lo que deseamos saber es cómo se comportan las diversas categorías de individuos en la sociedad, cómo reproducen la jerarquía existente y cómo distribuyen las riquezas o ejercen sus poderes, cómo la acción de cada individuo con sus propios intereses y metas, se transforma en una acción colectiva. La mayoría de las explicaciones y análisis se guían por el siguiente esquema: Sujeto colectivo diferenciado según criterios económicos o históricos Objeto diferenciado en social y no social Un gran número de psicólogos sociales recurren a esquemas análogos conduciendo a errores y malentendidos, marcados por un carácter parcial, han reducido los fenómenos psicosociales a fenómenos psicológicos y los fenómenos sociales a fenómenos individuales. Existe una visión psicosocial que se traduce por una lectura ternaria de los hechos y las relaciones sustituyendo la relación a dos términos (sujeto y objeto) por una relación clave en tres términos: sujeto individual – sujeto social – objeto o ego – alter – objeto. Esta relación puede concebirse estática o dinámica correspondiendo a una simple “co-presencia” o “interacción” con modificaciones que afectan al pensamiento y comportamiento de cada individuo, distinguiéndose dos mecanismos: la facilitación social y la influencia social. En la primera la presencia de un individuo o grupo hace que un individuo prefiera o aprenda con mayor facilidad las respuestas más familiares y las menos originales, el individuo expresa o retiene las respuestas dominantes comunes a todos. La influencia social consiste en un individuo sometido a la presión de una autoridad o un grupo, adoptando las opiniones y conductas de éstos. Esto define la manera en que se puede considerar el “alter” (individuo o grupo) para analizar las relaciones con la realidad y con el objeto social y no social, real o simbólico, encontrándonos ante otro similar un alter ego ya sea diferente o un alter sin más. La mayoría de las investigaciones sobre grupos tienden a concebir al “alter ego” similar al “ego”. En los estudios sobre la conformidad se manifiesta en los individuos una tendencia a compararse a alguien semejante o a alguien a quien les gustaría parecerse. Otras corrientes de investigación consideran un “alter” marcado por una diferencia precisa donde la minoría, el individuo expresan una opinión o un juicio que le son propios confrontados a una mayoría o a una autoridad y que representan la norma o la ortodoxia, haciéndose reconocer una identidad particular y una diferencia. Los dos mecanismos psicosociales de comparación social y de reconocimiento social corresponden a dos maneras de percibir al otro en el campo social. Al practicar la psicología social nos hallamos fuera de la ontología objetivista, para realmente ver la sociedad como es, se requiere pasar de una concepción binaria a una ternaria concretada en las prácticas de psicología social de observación directa de relaciones o gestos, de reacciones afectivas o simbólicas de los individuos entre ellos en una situación precisa. El observador se oculta tras un espejo de doble visión, emblema de esta visión psicosocial. Los sujetos individuales y las realidades adquieren su sentido a través de esta única investigación, de la sociedad de cada cual, a través de los sujetos sociales; cada uno descompone y recompone al individuo según sus convencionalismos, así nuestra personalidad social es la creación del pensamiento de los demás (Proust). El proceso es la realidad, el psicólogo es el punto ciego de este enfoque, quizá no vea, pero sin él es imposible ver. Sin embargo existen obstáculos epistemológicos. El primero consiste en la opinión que hay que agregar un suplemento espiritual a los fenómenos sociales explorando el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva (económica y social). Se comienza por analizar los diversos aspectos del sujeto “colectivo” (poder, desigualdades económicas, la clase social, los intereses de los grupos y otros. Constituido el marco, se constatan las diferencias con respecto a lo que debería pensar o hacer ese sujeto colectivo si obedeciera a los determinismos económicos o sociales. Para dar cuenta de estas diferencias se invocan factores de tipo subjetivo (sentimientos, valores, grado de conciencia social, influencia de los medios de comunicación, imagen simbólica, etc.) tratando de que la psicología social comprenda lo que la gente piensa y siente, además de que mida sus efectos. El segundo obstáculo consiste en el estudio del individuo aislado, quien no deja de pertenecer al grupo, a una clase social y sus reacciones son influenciadas por esta pertenencia. A fin de aportar un suplemento de realidad el psicólogo se cree obligado a volver a estudiar los mismos fenómenos en el seno de la sociedad después de haberlos estudiado en el vacío social, encargando a la psicología social que añada una dimensión objetiva a los fenómenos subjetivos, que analice el juicio social, la percepción social, siendo el medio para satisfacer una carencia: llenar al sujeto social de un mundo interior y resituar al sujeto individual en el mundo exterior con una naturaleza híbrida, psicológica y sociológica. Sin embargo su carácter original consiste en cuestionar la separación entre lo individual y lo colectivo, contestando la partición entre psíquico y social en los campos esenciales de la vida humana. Freud estableció que la psicología individual tiene por objeto al hombre aislado que intenta saber por qué vías éste trata de satisfacer sus influjos pulsionales y que raramente está en condiciones aisladas pues el otro interviene con frecuencia como modelo, apoyo y adversario, así la piscología individual es ante todo y simultáneamente una psicología social. La psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales como las comunicaciones de masas, de lenguaje y las influencias, de las imágenes y signos en general, de las representaciones sociales, etc. Si se quiere movilizar a una masa de hombres, luchar contra los prejuicios o combatir la discriminación, se encontrara entre lo individual y lo colectivo solidarios. Las diversas teorías que nos ocupan. El enfoque psicosocial se guía por las teorías y observaciones precisas de las relaciones entre los individuos y los grupos en un medio social determinado. Con los productos de sus instigaciones los psicólogos tratan de explicar la naturaleza de dichas relaciones y de inventar prácticas para cambiarlas. Una teoría es un conjunto de proposiciones ligadas lógicamente que clasifican y explican un conjunto de fenómenos, sirven para prever ciertos comportamientos o efectos hasta el momento inobservados. Comporta intenciones e imágenes que conservan un carácter implícito y tienden hacia la coherencia y la correspondencia con una serie de hechos que se pueden observar y comprobar. En la psicología social los análisis y las explicaciones no se sitúan en el mismo nivel así que no se pueden emplear los mismos criterios para compararlas, por lo que existen tres tipos de teorías: Teorías paradigmáticas: proponer una visión global de las relaciones y comportamientos humanos. Como ejemplo esta la teoría del campo de Lewin que parte de la idea de que el mundo psicológico puede ser considerado como un medio en cuyo seno los individuos constituyen singularidades, concentraciones de fuerzas que actúan por proximidad. Nada está aislado ni separado de manera duradera, el campo comprende todas las influencias conexas, afectivas e intelectuales que afectan un comportamiento determinado cuando éste se produce. Se compone de regiones interdependientes y sus componentes son el espacio vivido, la persona y el medio ambiente físico y social, así se puede analizar la manera psicológica con que las personas se representan su mundo y actúan unas sobre otras. Logro trasladar la Gestalt a los fenómenos sociales proporcionando un lenguaje para describirlos, trazo una visión de los individuos y los grupos como fuerzas compactas, tensiones dinámicas que se modifican mediante su contacto. Inspiro los modelos de la dinámica de grupos y terapias de comunicación atrayendo la atención de los psicólogos sobre las construcciones mentales que dan forma a la acción y a las relaciones humanas excluidas por el conductismo. Las teorías fenomenológicas: intentan describir y explicar una familia de fenómenos conocidos y muy conocidos. Unas se ocupan de los fenómenos fundamentales, como la influencia y otras se ocupan de fenómenos que no lo son tanto. Cada teoría responde a dos preguntas: ¿cómo? y ¿por qué?, al hacerlo abrigan la ambición de revelar la causa de un cierto número de efectos. Como ejemplo esta la teoría de Sherif que trata de comprender por qué los individuos autónomos con juicio propio y personal convergen hacia un juicio común l hallarse en grupo y se conforman con el mas tarde. La hipótesis es que la mayoría de los fenómenos sociales son ambiguos y l carecer de criterios claros y precisos para juzgarlos los individuos son presa de la incertidumbre y para reducirla unos se apoyan en el juicio de otros formando una norma común que decide lo que es verdadero o falso viendo las cosas a través de los ojos del grupo. Las teorías operatorias: tratan de llegar a un mecanismo elemental, desconocido hasta entonces, y que explica un conjunto de hechos. También prevén hechos nuevos y sorprendentes. Festinger expone la teoría de la disonancia cognitiva que dice que cuando una persona dispone respecto a un objeto de dos cogniciones o dos representaciones acordes entre sí, hay consonancia y la persona en cuestión siente satisfacción. Por el contrario, cuando dos cogniciones o representaciones que no son acordes entre sí e incluso son opuestas entre sí hay disonancia y la persona es víctima de la ansiedad, así la persona sufre una incitación que los lleva a reabsorber el estado de disonancia que le inquieta y perturba. La disonancia entre cogniciones puede ser reducida si se cambia de comportamiento o de cogniciones, teniendo por efecto la consonancia, explicando así fenómenos de cambio de actitud y comportamiento. Los tres tipos de teorías coexisten dentro de la psicología social, en su conjunto se puede reconocer su especificidad lógica y su función en el estudio de los fenómenos. Los métodos de verificación de las teorías y de observación de las realidades. Los principales métodos de investigación para dar cuerpo a estas teorías y ponerlas en práctica son el método de observación sistemática y el método experimental, cada uno plantea problemas éticos y sociales, así como cuestiones de técnica. El método de observación: investigación llevada a cabo sobre terreno que registra de manera precisa y sistemática las actividades llevadas a cabo por las personas dentro de su marco normal. Debido a la escasez de personas y ocasiones para realizar observación no es posible sacar conclusiones fiables, por lo que las hipótesis pueden captar ciertos fenómenos en toda su complejidad. Permite comprender la vida del individuo y del grupo en varios campos y sus conexiones al tiempo que descubre esquemas de relaciones y acciones. Sin embargo las personas generalmente saben que son observadas, por lo que se emplean técnicas como las cámaras ocultas. Una de las formas de observación más corrientes es la encuesta donde los psico sociólogos utilizan el procedimiento de la entrevista para estudiar los sentimientos, las preferencias, las representaciones o las acciones de la gente. Se estimula a las personas para que se expresen con la mayor integridad posible. A menudo se emplea un cuestionario compuesto de preguntas con una redacción precisa a las que la persona debe dar respuestas no menos precisas, formuladas con anterioridad o elegir de entre las respuestas propuestas aquella que corresponde a su propia opinión. La interpretación de los resultados es la parte más delicada, un “banco de observaciones” puede llenar la brecha que separa el análisis de la observación y permitir la verificación de las conclusiones generales de una teoría. El método experimental: intenta provocar una serie de reacciones en condiciones determinadas de antemano, la hipótesis define simultáneamente estas condiciones y la serie de reacciones esperadas, por una parte delimita las causas y por otra prevé los efectos. Requiere de dos factores, el que el experimentador varía sistemáticamente (variable independiente) y el comportamiento resultante de la manipulación experimental (variable dependiente) para dominar la relación entre ambas, el investigador trabaja en un laboratorio y a menudo emplea a un asistente que conduce la experiencia, pero que no está al tanto de la hipótesis ni de los resultados esperados para no orientar a los sujetos de estudio en la dirección deseada. Algo particular de la psicología social, se utilizan cómplices. Estos son individuos parecidos a los que participan en la experiencia y que deben hacer lo que hacen los otros, pero en realidad han recibido instrucciones con anterioridad. Las experiencias de laboratorio pueden complementarse con las experiencias sobre terreno en las que el investigador intenta manipular la variable independiente, aunque son difíciles de organizar y ejecutar. La psicología social es probablemente la única ciencia social que recurre de manera predominante a la experimentación, actualmente no existe una psicología social que sea puramente clínica o de observación. Se intenta articularlas en un marco común de experimentación, siendo la diversidad de métodos lo que ha permitido trabajar a varios niveles de realidad social y comprender fenómenos diferentes. II. Psicología social socio-cognitiva (procesos psicosociales) Factores sociales en la percepción Algunos procesos fundamentales de la psicología acostumbran a verse desde un punto de vista exclusivamente individual cuando la parte que tienen de social es lo bastante importante, los procesos psicológicos básicos no pueden ser estudiarlos sin tener en cuenta su dimensión social como la memoria o el lenguaje o también el caso de las emociones, las cuales utilizamos en contextos sociales que les dan sentido y las regulan. En el caso de la percepción que es más un proceso de construcción de aquello percibido que una absorción directa de estímulos, este proceso de construcción se produce colectivamente a pesar de tener lugar en individuos particulares y en cuerpos concretos. Percepción y percepción social. El concepto de percepción social hace referencia a la percepción de personas y a cualquier objeto o relación que tenga un significado social. Percibir a una persona incluye clasificarla en algún grupo social, hacer una primera aproximación a su personalidad e incluso deducir sus intenciones con el fin de prever su conducta, entender a la persona como mero receptor pasivo de sensaciones olvida que la acción básica en la percepción es la dotación de significado de aquello que es percibido. Percibir objetos es un fenómeno mucho más pasivo pero incluye tareas de clasificación, atribución de características y de significados que los hemos aprendido mediante las relaciones que mantenemos con los otros y de la historia de los grupos sociales a los que pertenecemos. Los psicólogos de la Gestalt propusieron una serie de leyes que guían la percepción, la más importante “el todo es más que la suma de las partes”, la globalidad de aquello percibido posee propiedades emergentes que no están presentes en las partes de las que se compone, hasta el punto de que esta globalidad otorga propiedades y significados a las partes que éstas no tenían antes. Otra ley dice “la figura se impone por encima del fondo” organizamos la información percibida en totalidades (figuras) que se destacan del resto de información (fondo). Desde el punto de vista de la psicología social, es el significado social otorgado al conjunto de la información lo que determina qué elementos se convierten en figura y cuáles en fondos, así, la percepción del objeto está directamente vinculada al significado social y a los usos. Toda percepción es social y la actividad de percibir es más constructora que descriptora de una realidad concreta. Percibir es una actividad colectiva más que individual. La realidad como construcción social. La premisa es que la percepción es una construcción de la realidad y los actos perceptivos son una construcción conjunta y no un acto individual, así se entiende a la psicología social como la disciplina que estudia los procesos de constitución, mantenimiento y cambio de la realidad. Percepción y actitudes. A finales de los años cuarenta Jerome Bruner y sus colaboradores estudiaron algunos determinantes sociales de la percepción como los valores, las necesidades, las actitudes, la motivación, el aprendizaje o el lenguaje en una línea de investigación llamada de new look on perception, como reacción a una psicología experimental de inspiración psicofisiológica que estudió la percepción aislada del contexto en el que se producía, y asumía que sus sujetos representaban sujetos universales y que no habría interferencias culturales en la percepción, muchos estudios mostraron la influencia en la percepción de factores como el aprendizaje y la motivación, el temperamento y el humor, las necesidades y los hábitos y las actitudes y los valores. Para ellos la percepción es una negociación entre lo que el organismo puede percibir por sus capacidades biológicas y lo que selecciona para ser percibido. Por su parte el aprendizaje determina qué percepciones son relevantes y provoca que los objetos que habitualmente se seleccionan destaquen por encima de los otros, pero algunos objetos pueden parecer mayores según su importancia, su valor y su significado. Aunque el valor determina la sobreestimación, Bruner nos explica que percibir no es un proceso aislado, sino que forma parte del proceso de comprensión mismo. Es la organización cognitiva la que determina la percepción, depende de la posición que éste ocupa en la red de relaciones sociales y de las herramientas lingüísticas y afectivas que esta red ha construido. Por otro lado el conocimiento anterior afecta la percepción además de que Los sujetos de estudio manifiestan una resistencia extrema a la incongruencia, ante la falta de reconocimiento algunos sujetos llegaban a una solución de compromiso y también la percepción llegó a bloquearse pues nos negamos a percibir aquello para lo cual no estamos preparados. Uno de los objetos de la percepción es la persona, el propio concepto de percepción social se ha referido al estudio de la percepción de otras personas y de los procesos particulares que ésta conlleva según si se pone énfasis en la adscripción a una categoría grupal de una persona, podemos dividir el estudio de la percepción social en percepción interpersonal y percepción intergrupal. Percepción social y relaciones interpersonales Existen dos campos de estudio clásicos, el primero de inspiración gestáltica se refiere a la formación de impresiones, el cómo se organiza la percepción de las otras personas de manera que nos permite llegar a conclusiones sobre su talante a partir de unos indicios mínimos. El segundo estudia la atribución de las causas de la conducta de las personas, estudia las explicaciones que el sentido común da del origen y de la responsabilidad final de nuestro comportamiento. La formación de impresiones: una de las actividades que hacemos durante las interacciones que mantenemos con las otras personas es la gestión de las impresiones que proporcionamos a los otros, somos perfectamente conscientes de que las personas nos formamos impresiones de los otros. Comparte los mecanismos que permiten la percepción de cualquier objeto, incluida su dependencia de la sociedad. Esto es un proceso que depende de los valores, las actitudes, el aprendizaje y de cualquier fenómeno que vincule a la persona y su entorno social. Tenemos que partir de una condición especial: la existencia de individuos, visión unitaria y creación histórica de la sociedad occidental del último par de siglos, el self occidental ha pasado a ser romántico, moderno y saturado. Asch se propuso estudiar cómo se organizaba esta percepción que a pesar de provenir aparentemente de características puntuales y segregadas producían un efecto unitario: el individuo. En su concepción un cambio produce una modificación de ámbito global, además hay que tomar en cuenta que hay rasgos más centrales que otros, aquí el contexto es fundamental pues lo que nos encontramos es toda una red de relaciones entre rasgos, una calidad no es inherentemente central sino que depende siempre del contexto y lo que cambia el contexto es el propio significado. A partir de la psicología de la Gestalt, la psicología social cognitiva tomó el estudio de la formación de impresiones, Bruner y Tagiuri en 1954 establecen las “teorías implícitas de la personalidad” ya que algunos rasgos estaban relacionados entre sí y esto era incluso un proceso previo a la propia impresión a partir de la percepción de alguna característica de una persona, inferimos la presencia y la ausencia de otros rasgos. De aquí que haya expectativas previamente al contacto interpersonal que relacionan los diferentes rasgos de la personalidad, así las teorías populares de la personalidad determinan qué podemos percibir, qué podemos esperar percibir y cómo podemos esperar ser. La psicología social cognitivista estudia cuál es la estructura de estas teorías implícitas, basándose en el estudio de las correlaciones que muestran las descripciones que hacemos de las otras personas y en el estudio de los prototipos o ejemplos ideales que nos sirven de referencia. Estas correlaciones o conjuntos de rasgos agrupados en personalidades ideales no tienen relación con la experiencia anterior de contactos, tanto si es para describir a un amigo íntimo como a un desconocido, siempre aparecen las mismas agrupaciones. Hay una consistencia en los rasgos que legítima el constructo personalidad que permite pensar que los tests de personalidad surgen precisamente de estas teorías populares de la personalidad y, no de unas características objetivas preexistentes. Parece que hay una relación circular: primero se crea históricamente y culturalmente la noción de individuo, para que las personas perciban que hay una serie de rasgos consistentes que hacen de cada persona una unidad lógica, después los psicólogos estudian estos rasgos y “descubren” la personalidad que vuelve a la sociedad en forma de tests y teorías para decir a la gente cómo son, o cómo tendrían que ser. La formación de impresiones y las teorías implícitas de la personalidad son un mecanismo fundamental para “recrear” individuos en la vida cotidiana. Lo que la gente piensa de nosotros no es ajeno a lo que nosotros mismos pensamos que somos, una de las formas de influencia más sutiles, pues las impresiones que los otros se hacen de nosotros tienen un origen social y cultural que va más allá de las interacciones directas y reales que sostenemos con los otros, repercuten directamente en nuestra identidad. Lo que podemos ser en una sociedad concreta será producto directo de aquello que en esta sociedad se considera que se puede ser. Referencias: Moscovici, S. (1985). Introducción: el campo de la psicología social. En S. Moscovici (Coord.), Psicología social, I. Influencia y cambio de actitudes. Individuos y grupos (pp. 17-37). Barcelona, España: Paidós. Recuperado de: https://es.scribd.com/document/336639108/Introduccion-El-campo-de-lapsicologia-social-Serge-Moscovici Feliu i Samuel-Lajeunesse, J. (2004). Factores sociales en la percepción. En T. Ibáñez Gracia (Coord.), Introducción a la psicología social (287-309). Barcelona, España: Universitat Oberta de Catalunya. Recuperado de: https://reader.digitalbooks.pro/book/preview/28251/chap0.xhtml