ASIGNATURA : ATENCIÓN BÁSICA AL PACIENTE Movilización y traslado Traslado del paciente de la cama a la silla. Cambios posturales en cama Objetivos: 1. Identificar las normas generales de traslado en pacientes con distintas afecciones. 2. Realizar los distintos traslados utilizando la mecánica corporal. 3. Apropiarse de la importancia de la movilización y el uso de las normas para el traslado del paciente. INTRODUCCIÓN: Actualmente en nuestra sociedad las formaciones académicas relacionadas con el cuidado y manejo de personas enfermas centran más la preparación de los futuros profesionales en aspectos técnicos del tratamiento de los pacientes, dejando de lado materias básicas esenciales a las que debería darse una mayor importancia como, por ejemplo, las técnicas de movilización y transferencia. En el caso de profesionales que no están lo suficientemente preparados y cuyo entorno de trabajo está mal adaptado a la fisiología humana, estas técnicas de movilización y transferencia van a suponer un riesgo muy importante de accidentes, destacando los trastornos musculo-esqueléticos de origen laboral que con el paso del tiempo pueden conducir a una patología invalidante con la consiguiente disminución del potencial físico del profesional. Por tanto, en el caso de los/as fisioterapeutas, profesionales sanitarios que por su formación y conocimientos intervienen ofreciendo soluciones biomecánicas y ergonómicas para prevenir o controlar lesiones del sistema musculo-esquelético, resulta contradictorio saber que también son susceptibles a sufrir este tipo de lesiones derivadas de su ocupación, debido a una inadecuada higiene postural o por factores de riesgo ergonómicos que provienen del trabajo repetitivo y la labor física intensa. Por ello, resulta imprescindible recomendar medidas preventivas a lo largo de los años de formación de los/as Fisioterapeutas, a fin de que los futuros profesionales puedan ejecutar las competencias propias del ejercicio con eficiencia-eficacia, efectividad y sin discapacidad. 1 NORMAS GENERALES DE TRASLADO DE PESO 1. 2. Separar los pies, uno al lado del objeto y otro detrás; A partir de la posición de agachados (posición de sentados), mantener la espalda derecha (que no siempre es vertical); 3. Una espalda derecha hace que la espina dorsal, los músculos y los órganos abdominales estén en alineamiento correcto; 4. Se minimiza la comprensión intestinal que causa hernias; 5. Cuello y cabeza deben seguir la alineación de la espalda; 6. Dedos y manos han de extenderse por el objeto para ser levantados con la palma. Los dedos solos, tienen poca potencia; 7. Acercarse al objeto, brazos y codos al lado del cuerpo. Si los brazos están extendidos, pierden mucha de su fuerza. El peso del cuerpo está concentrado sobre los pies. Comenzar el levantamiento con un empuje del pie trasero; 8. Para evitar la torsión del cuerpo, pues es la causa más común de lesión de la espalda, se ha de cambiar el pie delantero en la dirección del movimiento; 9. Si el objeto es demasiado pesado para una persona, deben coordinarse entre ellos contando, uno, dos, tres, arriba. La mayoría de las personas que acuden a los centros hospitalarios o las que se encuentran internadas en los mismos o en centros residenciales, tienen disminuidas sus capacidades a causa de su enfermedad o avanzada edad, por lo en muchos casos no pueden movilizarse por sí mismos, necesitando de la ayuda del personal sanitario para realizar dichos movimientos. Éstos deben ser realizados siguiendo unas normas mínimas establecidas para disminuir los riesgos y favorecer la comodidad. La movilización de los enfermos comprende las técnicas para colocarles y moverles correctamente en la cama, así como el movimiento que deben realizar en la habitación o el transporte a otros lugares del hospital o la residencia a través de sillas de ruedas, camillas o en la propia cama. Los cambios posturales son las modificaciones realizadas en la postura corporal del paciente encamado. Para realizar estos cambios se deben seguir unas normas generales tales como: o o o o o Preparar el área donde se va a trabajar, quitando aquellos elementos que puedan entorpecernos. Procurar realizar el esfuerzo con los músculos mayores y más fuertes (muslos y piernas). Acercarnos lo máximo posible a la cama del enfermo para que el esfuerzo sea menor, y la columna vertebral debe estar erguida. Es preferible deslizar y empujar, que levantar. Cuando sea posible, debe actuar más de una persona. Diferencia entre movilización y transferencia Es importante que el fisioterapeuta recuerde la diferencia entre una movilización y una transferencia, así como el riesgo o esfuerzo que supone cada una de estas actividades al llevarlas a cabo. Movilización: movimiento que se realiza sobre una misma superficie implicando cambios de posición o de situación, por ejemplo: girarse en la cama. Pueden ser de dos tipos: 1 Activas: son aquellas que puede realizar el paciente por sí mismo, bajo la supervisión de un profesional sanitario. En ella se mueven tanto articulaciones como grupos musculares o zonas corporales. Para su realización pueden emplearse distintos dispositivos, tales como pesas, poleas, etc. 2 Pasivas: en este caso las movilizaciones son realizadas por el profesional en los distintos segmentos corporales. Se aplican en pacientes que no pueden realizar esfuerzo. Transferencia: movimiento que se realizan de una superficie a otra. Se considera que conlleva más riesgo en su ejecución ya que implica un cambio de plano y de superficie de apoyo y porque existe un momento en el que paciente y profesional se encuentran sin apoyo lo que puede dar lugar a una lesión más grave como es la caída accidental del paciente al suelo; de ahí la importancia de una adecuada adaptación del medio en que éstas tienen lugar. 2 Lesiones musculo-esqueléticas: La movilización y transferencia de personas con movilidad reducida o con cualquier otro trastorno del movimiento, son actividades que están muy presentes en el sector hospitalario, geriátrico, centros de día… y que suponen una carga física considerable para el fisioterapeuta que en el caso de no estar entrenado para ello pueden provocarle importantes lesiones musculo-esqueléticas. Éstas son un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de músculos, tendones, ligamentos, nervios y articulaciones que se localizan principalmente en cuello, hombros, codos, muñecas, manos y columna vertebral siendo los diagnósticos más comunes las tendinitis, tenosinovitis, síndrome del túnel carpiano, mialgias, contracturas, artrosis y, sobre todo, las raquialgias. Es el dolor de espalda por consiguiente, el principal trastorno por el que se ve afectado el personal sanitario; a menudo tiene su origen en la realización de levantamientos incorrectos, cargas excesivas, adopción de posturas inadecuadas tanto al realizar las movilizaciones como al desempeñar tareas estáticas, tratándose, por tanto, de una acumulación de micro-traumatismos que han pasado desapercibidos y a los que conviene darles toda la importancia que merece por sus implicaciones en la salud del profesional. Normas generales de elevación de cargas Separar los pies, uno al lado del objeto y otro detrás; A partir de la posición de agachados (posición de sentados), mantener la espalda derecha (que no siempre es vertical); 3. Una espalda derecha hace que la espina dorsal, los músculos y los órganos abdominales estén en alineamiento correcto; 4. Se minimiza la comprensión intestinal que causa hernias; 5. Cuello y cabeza deben seguir la alineación de la espalda; 6. Dedos y manos han de extenderse por el objeto para ser levantados con la palma. Los dedos solos, tienen poca potencia; 7. Acercarse al objeto, brazos y codos al lado del cuerpo. Si los brazos están extendidos, pierden mucha de su fuerza. El peso del cuerpo está concentrado sobre los pies. Comenzar el levantamiento con un empuje del pie trasero; 8. Para evitar la torsión del cuerpo, pues es la causa más común de lesión de la espalda, se ha de cambiar el pie delantero en la dirección del movimiento; 9. Si el objeto es demasiado pesado para una persona, deben coordinarse entre ellos contando, uno, dos, tres, arriba. La mayoría de las personas que acuden a los centros hospitalarios o las que se encuentran internadas en los mismos o en centros residenciales, tienen disminuidas sus capacidades a causa de su enfermedad o avanzada edad, por lo en muchos casos no pueden movilizarse por sí mismos, necesitando de la ayuda del personal sanitario para realizar dichos movimientos. Éstos deben ser realizados siguiendo unas normas mínimas establecidas para disminuir los riesgos y favorecer la comodidad. La movilización de los enfermos comprende las técnicas para colocarles y moverles correctamente en la cama, así como el movimiento que deben realizar en la habitación o el transporte a otros lugares del hospital o la residencia a través de sillas de ruedas, camillas o en la propia cama. 1. 2. Los cambios posturales son las modificaciones realizadas en la postura corporal del paciente encamado. Para realizar estos cambios se deben seguir unas normas generales tales como: o o o o o Preparar el área donde se va a trabajar, quitando aquellos elementos que puedan entorpecernos. Procurar realizar el esfuerzo con los músculos mayores y más fuertes (muslos y piernas). Acercarnos lo máximo posible a la cama del enfermo para que el esfuerzo sea menor, y la columna vertebral debe estar erguida. Es preferible deslizar y empujar, que levantar. Cuando sea posible, debe actuar más de una persona. Principios básicos para la movilización y transferencia de pacientes. La movilización y transferencia no deberían ser una actividad agotadora, ni una fuente de riesgos y lesiones para el fisioterapeuta ni el paciente. 3 Para conseguir estos objetivos es necesario tener en consideración una serie de principios básicos: 1 Adaptar el medio. Si en el entorno de trabajo se realizan los cambios necesarios que hagan posible determinados desplazamientos, transferencias y movilizaciones se estará mejorando la situación global del paciente, ya que podrá desplazarse y desenvolverse con autonomía. Del mismo modo, se mejora la situación del fisioterapeuta que podrá manejar al paciente y realizar los distintos cuidados y movilizaciones empleando el mínimo esfuerzo posible, reduciendo así la probabilidad de lesionarse o dañar al paciente. 2 Colaboración del paciente. Si el grado de dependencia o patología lo permite hay que hacer que el paciente participe activamente, permitiéndole explotar las capacidades de movimiento que aún posea. 3 Orientar al paciente. Una de las complicaciones asociadas a la inmovilidad es la desorientación, los motivos son muy variados y una parte de ellos podemos evitarlos mediante tres medidas: Comenzar cualquier manejo del paciente pidiéndole que mire o girándole la cabeza, en la dirección en la que se le va girar o desplazar. El motivo es muy sencillo, siempre que nos movemos la cabeza nos indica la dirección en la que lo hacemos, acompañando al resto del cuerpo y guiándole cuando se cambia el sentido, la dirección, o el plano en el que tiene lugar el movimiento. Emplear términos concretos y comunes a ambas personas, y no usar palabras que pueden resultar abstractas como derecha, izquierda si la lateralidad no está bien definida que pueden resultar más difíciles de entender. Las referencias concretas más adecuadas son aquellas que se encuentran en la habitación, por ejemplo: gire hacia la puerta, mire a la ventana, etc. Movilizar al paciente de forma que se desplace sobre una superficie de apoyo, ya que estos movimientos aportarán al paciente información sensorial y por tanto le ayudarán en la orientación espacial. 4. Emplear un único fisioterapeuta -Hará posible realizar el trabajo cuando no hay más que una persona disponible, ya que no siempre se cuenta con dos o más profesionales. - La información mediada será más clara para el paciente cuando proviene de una sola persona. -Cuando hay dos o más fisioterapeutas existe una mayor dificultad para concentrase sólo en el paciente, ya que en muchas ocasiones y de forma inconsciente las conversaciones se desvían de la actividad que se está realizando. 5. Basar la movilización en el contacto. Las manos del fisioterapeuta contactan con el cuerpo del paciente, indicándole en cada momento qué debe hacer. Cuanto mayor sea la superficie de la mano que contacta con el cuerpo del paciente más claro será la información y menos dolorosa. 6. Hablar poco La información principal debe ser táctil. La información hablada que se le dé al paciente tiene que ser escueta, breve, y sobre todo, paralela y simultánea a la ejecución del movimiento. 4 7. Moverse simultáneamente y en dirección al desplazamiento. El fisioterapeuta tiene que moverse armónicamente junto al paciente, de esta manera se transmitirán la información y sensación de movimiento mutuamente y por otra parte aprovechará la energía cinética y así aplicará menos fuerza. 8. Postura del fisioterapeuta. -Mantener la espalda recta para que las cargas que actúan sobre ella lo hagan de manera vertical y así evitar contracturas musculares o cualquier otro trastorno de la columna vertebral. - Situarse en el lado hacia donde se va a mover al paciente. -Los pies deben estar separados y uno ligeramente más adelantado para proporcionar una buena base de apoyo que aumente la estabilidad. Las rodillas ligeramente flexionadas, y se aumentará la flexión o extensión según se necesite ganar o perder altura. - El profesional debe trabajar a una altura aproximada a la altura del paciente. 9. Movilizar imitando el movimiento del cuerpo humano. Primero observar cómo se mueve nuestro cuerpo y después intentar imitar esos movimientos con el paciente, siguiendo los principios básicos expuestos anteriormente. 10. No mover todo el cuerpo a la vez. En ningún caso hay que desplazar todo el cuerpo del paciente, sino que debe hacerse por partes, moviendo las distintas regiones corporales más pesadas de una en una y poniéndolas en dirección al movimiento, del mismo modo no debemos desplazar toda la distancia en un único movimiento, sino avanzar poco a poco, en pequeños pasos en la dirección adecuada, de esta forma se moviliza empleando el mínimo esfuerzo posible. 11. No levantar pesos. Levantar es el método que más esfuerzo requiere y el que mayor riesgo de lesión supone tanto para el fisioterapeuta como para el paciente, debido a esto hay que evitar cargar con pesos levantando el cuerpo del paciente. 12. No hacer daño al paciente. La movilización y transferencia no deben ser bajo ningún concepto un proceso traumático o doloroso para el paciente. Existen determinadas zonas del cuerpo que son especialmente sensibles al dolor y que, por tanto, hay que evitar movilizar desde ellas en ningún caso, como, por ejemplo: el cuello, cintura, caderas y hombros, ya que estas zonas son las que permiten la movilidad corporal. Es recomendable movilizar desde cabeza, tronco, brazos, piernas y pelvis, ya que son zonas más resistentes y menos sensibles al dolor. 5 13. Mantener el cuerpo del paciente bien alineado. Si el cuerpo del paciente está bien organizado se desplazará vertical hacia la superficie de apoyo, siendo el esqueleto el que soporte el peso, y como los huesos están preparados para esta función el resto del organismo no tendrá que someterse a ningún sobresfuerzo. Movilización del paciente encamado El Celador ayudará en la movilización, cuando sea necesario, al Personal de Enfermería, buscando mover y acomodar al paciente en la cama, de forma que se sienta confortable y cómodo. Con cambios posturales frecuentes y buenas posiciones se evitan, además, las Úlceras por Presión o de Decúbito (escaras). Las movilizaciones frecuentes mejoran el tono muscular, la respiración y la circulación. Para movilizar al paciente encamado debemos tener en cuenta su estado y conocer si puede colaborar con nosotros o no es posible su ayuda para cambiarlo de postura. PACIENTE NO COLABORADOR: Realizar la movilización entre 2 personas. 1. 2. 3. 4. 5. 1. 2. 3. Colocarse cada persona a un lado de la cama, frente al enfermo; Debemos colocar los pies separados, así como las rodillas ligeramente flexionadas; Retirar la ropa superior de la cama, así como la almohada del paciente; Las auxiliares o celadores introducen un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro debajo del muslo. Sujetan al paciente y lo levantan con cuidado hasta llevarlo a la posición deseada; NOTA: A la hora de movilizar al paciente a la posición deseada es preciso evitar fricciones y sacudidas repentinas o bruscas para lo cual el paso 4 es mejor realizarlo con la ayuda de una entremetida. También se pueden colocar las dos personas al mismo lado de la cama, de esta forma: La primera persona coloca un brazo por debajo de los hombros del paciente y el otro brazo por debajo del tórax; La segunda persona desliza sus brazos a la altura y por debajo de la región glútea; Entonces elevan cuidadosamente al paciente hacia la posición requerida. PACIENTE COLABORADOR: En este caso con una sola persona basta. 1. Nos colocaremos junto a la cama del enfermo, frente a él y a la altura de su cadera; 2. Decirle al enfermo que se agarre a la cabecera de la cama y flexionando sus rodillas, coloque la planta de los pies apoyando sobre la superficie de la cama; 3. Entonces colocamos nuestros brazos por debajo de las caderas del paciente; 4. Se le pedirá al paciente que haciendo fuerza con sus pies y brazos intente elevarse; 5. Es entonces cuando la auxiliar o el celador -con sus brazos- deben ayudar al enfermo a subir hacia la cabecera; 6. Si él paciente se encuentra bastante ágil, puede realizar él solo esta movilización. Movilización del paciente ayudado por una sábana Se realiza entre dos personas, situados uno a cada lado de la cama. 1. Para esta técnica nos ayudaremos de una "entremetida" que es una sábana doblada en su largo a la mitad; 2. Se la colocaremos al paciente por debajo, de forma que llegue desde los hombros hasta los muslos. 3. Para ello colocaremos al enfermo en decúbito lateral, lo más próximo a un borde de la cama y meteremos la "entremetida" por el lado contrario al que está girado, luego lo volveremos al otro lado y sacaremos la parte de "entremetida" que falta de colocar. 4. Una vez colocada la "entremetida", se enrolla ésta por los laterales sujetándola cada persona fuertemente, pudiendo así mover al paciente hacia cualquier lado de la cama evitando las fricciones. Movilización del paciente hacia un lateral de la cama El Auxiliar de Enfermería o Celador se coloca en el lado de la cama hacia el cual va a trasladar al enfermo y colocará el brazo más próximo del paciente sobre su tórax: Frenaremos la cama y la colocaremos en posición horizontal (sin angulación), retirando las almohadas y destapando al paciente (colocar biombo para proteger su intimidad); Pasaremos un brazo bajo la cabeza y cuello del paciente hasta asir el hombro más lejano; Colocar el otro brazo por debajo de la zona lumbar; 6 Una vez sujeto con ambos brazos, tiraremos suave y simultáneamente del paciente hacia la posición deseada; Una vez desplazada esa parte del cuerpo, situaremos uno de nuestros brazos bajo los glúteos y el otro bajo el tercio inferior de los mismos, procediendo a desplazar la otra parte del cuerpo del paciente hacia la posición deseada; Si el enfermo es corpulento debe realizarse entre dos personas. Giro del paciente encamado de Decúbito Supino a Decúbito Lateral El Auxiliar o Celador debe colocarse en el lado de la cama hacia el que va a girar el enfermo: En primer lugar, se desplaza al paciente hacia el lado de la cama contrario al decúbito deseado, para que al girarlo quede el paciente en el centro de la cama. Se le pide al paciente que estire el brazo hacia el lado que va a girar el cuerpo y que flexione el otro brazo sobre el pecho; Se le pide que flexione la rodilla del miembro que va a quedar por encima; A continuación, el auxiliar o el celador debe colocar uno de sus brazos por debajo del hombro y el otro por debajo de la cadera; Girar al paciente hacia el lado en que se encuentra el auxiliar o celador, dejándole colocado en decúbito lateral. NOTA: En la posición de Decúbito Lateral hay que tomar precauciones con orejas, hombros, codos, cresta ilíaca, trocánteres y maléolos para que no se produzcan úlceras por presión. Forma de sentar o incorporar al paciente en la cama Para sentar un enfermo en la cama, si ésta es articulada como son prácticamente todas, basta dar vueltas a la manivela correspondiente -o mando eléctrico- hasta que la elevación de la cama haga que el enfermo se encuentre cómodo y en una postura adecuada a su estado. Para levantarle los hombros, el Auxiliar o Celador se coloca de cara al enfermo y de lado con respecto a la cama. El pie más cercano se coloca atrás y la mano más lejana se pasa por detrás de los hombros del enfermo balanceando el cuerpo hacia atrás, bajando las caderas verticalmente de forma que el peso pase de la pierna de delante a la de atrás. En caso de tratarse de una cama no articulada, actuaremos de la siguiente forma: Nos colocaremos al lado de la cama del paciente, a la altura de su tórax; Colocaremos un brazo por debajo de los hombros del paciente; El otro brazo debemos colocarlo debajo de la axila del paciente, sujetando por detrás de ésta, a la altura del omoplato; Lo incorporaremos a la posición de sentado. Forma de sentar al paciente en el borde de la cama a. b. Colocaremos la cama en posición de Fowler. El auxiliar adelanta un brazo, el más próximo a la cabecera, y rodea los hombros del enfermo, y el otro lo coloca en la cadera más lejana del enfermo. c. Con esta mano hace que la cadera y las piernas giren de modo que queden colgando del borde de la cama; con el otro brazo ayuda a erguir el tronco (en un solo movimiento, debemos de elevar sus hombros y rotar su cuerpo moviendo con nuestro brazo las piernas y rodillas hasta que quede sentado con las piernas colgando en la cama). d. En el momento en que se ha sentado, se le debe tomar el pulso y luego se le colocan la bata y las zapatillas. Pasar al paciente de la cama a la camilla La camilla se colocará paralela a la cama, frenadas ambas. Si el paciente puede desplazarse, se le ayudará a colocarse en la camilla, si no pudiera moverse se le desplazará con la ayuda de DOS o TRES personas (Toda movilización dependerá del del grado de movilidad que disponga el enfermo, por un lado, y del número de personas que intervengan en la misma, por otro). 7 CON UNA PERSONA 1. Si el enfermo posee movilidad, puede él solo trasladarse a la camilla, con algo de ayuda por parte del celador o auxiliar. CON DOS PERSONAS 1. Una realiza la movilización del enfermo y la otra se asegura de fijar la camilla para que no se mueva y de ayudar a la primera; 2. La camilla se coloca paralela a la cama y bien pegada a ésta; (ambas deberán estar frenadas) 3. Previamente se habrán sacado la entremetida y el hule (salvacamas) tras haber retirado la sábana encimera y las mantas hacia los pies; 4. Una de las dos personas se coloca en el lado externo de la camilla, en el centro, y tira de la entremetida hacia sí, mientras la otra se coloca en la cabecera sujetando al enfermo por los hombros, levantándolos y acercándole hacia la camilla; 5. Una vez que el enfermo está colocado en la camilla, se le tapa con las sábanas y mantas y se arreglan el hule y la entremetida. Otra variante con Dos Personas es situarse cada una en un extremo, una en un extremo de la cama y otra en el extremo contrario de la camilla, y movilizar al paciente desplazando la entremetida que está debajo del mismo. CON TRES PERSONAS (Movilización en Bloque) 1. Si el enfermo no puede moverse en absoluto serán necesarias tres personas; 2. La camilla se coloca perpendicular a la cama, con la cabecera de la camilla tocando los pies de la cama; (ambas deberán estar frenadas) 3. Las tres personas se sitúan frente a la cama, adelantando un pie hacia la misma; 4. Doblan las rodillas al unísono y colocan sus brazos bajo el paciente: el primero, uno por debajo de la nuca y hombros y el otro en la región lumbar; el segundo, uno bajo la región lumbar y otro debajo de las caderas, y el tercero, uno debajo de las caderas y el otro debajo de las piernas; 5. Después vuelven al paciente hacia ellos haciéndole deslizar suavemente sobre sus brazos. Éstos se mantienen cerca del cuerpo para evitar esfuerzos inútiles; 6. Se levantan, giran los pies y avanzan hacia la camilla, luego doblan las rodillas y apoyan los brazos en la misma. Los movimientos han de ser suaves y simultáneos para dar seguridad al enfermo y evitar que se asuste. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Pasar al paciente de la cama a la silla de ruedas Lo primero que hay que hacer es fijar las ruedas. Si aun hay peligro de que la silla se mueva harán falta dos personas, una de las cuales sujetará la silla por el respaldo para evitar su movimiento; Si la cama está muy alta se colocará un escalón que sea firme y que tenga una superficie suficiente para que el enfermo se mueva sin caerse; El paciente se sentará al borde de la cama y se pondrá, con la ayuda del Auxiliar, la bata y las zapatillas (de forma que no se le salgan con facilidad); Si el paciente no puede hacer solo los movimientos necesarios para sentarse al borde de la cama se le ayudará de la manera indicada en (forma de sentar al paciente en el borde de la cama) La silla se coloca con el respaldo en los pies de la cama y paralela a la misma; El Auxiliar o Celador se coloca frente al enfermo con el pie que está más próximo a la silla por delante del otro; El paciente pone sus manos en los hombros del auxiliar o celador mientras éste lo sujeta por la cintura; El enfermo pone los pies en el suelo y el Auxiliar o Celador sujeta con su rodilla más avanzada la rodilla correspondiente del enfermo para que no se doble involuntariamente; El Auxiliar o Celador gira junto con el enfermo y, una vez colocado frente a la silla, flexiona las rodillas de forma que el enfermo pueda bajar y sentarse en la silla. Cuando la silla no es de ruedas se procede en la misma forma, pero el peligro de que la silla se mueva es inferior. PARTES DE UNA SILLA DE RUEDAS: 1. Empuñadura 2. Respaldo 3. Asiento 4. Apoya-brazos 5. Aro propulsor 6. Rueda propulsión 7. Freno 8. Reposapiés 9. Plataforma reposapiés 10. Horquilla 11. Rueda de dirección 8 Transporte del paciente mediante Silla de ruedas o Camilla Cuando la situación o el tipo de desplazamiento lo requiera, el transporte del enfermo se ha de realizar mediante la propia cama, camilla o silla de ruedas. Para ello deberemos tener en cuenta una serie de Consideraciones Generales: El paciente deberá estar bien sujeto para evitar caídas en su desplazamiento. Evitar situaciones donde existan corrientes de aire o en lugares donde el enfermo pueda sentirse incómodo. Como norma general, empujaremos la cama o camilla desde la cabecera de la misma, de tal manera que los pies del paciente sean los que vayan abriendo camino. Igualmente, la silla de ruedas se empujará desde la parte de atrás de la misma, agarrándola por las empuñaduras. Situaciones Especiales: Cuando se tenga que bajar rampas con camilla, debemos situarnos en la parte inferior -piecero de la camilla- caminando hacia atrás, de forma que el paciente mire hacia nosotros. Si bajamos la rampa con silla de ruedas, también tirando de la silla hacia atrás, de forma que el paciente mire en la misma dirección que nosotros. Para entrar en el ascensor debemos abrir la puerta e ir introduciendo la camilla por la parte de la cabecera, en primer lugar, o sea, entrará el celador primero y tirará de la camilla, de manera que la cabecera de la camilla entre en primer lugar. Para salir del ascensor el celador abrirá la puerta y comenzará a sacar la camilla por el lado de los pies (si el ascensor fuera lo suficientemente amplio, girará la camilla dentro, y saldrá tirando de la cabecera) evitando al enfermo golpes de cualquier clase. Una vez en el pasillo se colocará en el lado de la cabeza del paciente, desde la cual empujará hacia delante, de tal manera que los pies del paciente sean los que vayan abriendo paso. La entrada y salida del ascensor con silla de ruedas se efectúa también de espaldas. Entrará primero el celadortirando de la silla hacia atrás y una vez dentro dará la vuelta a la silla para salir nuevamente de espaldas. Movilización de pacientes con importantes limitaciones de movilidad Los pacientes que se encuentran encamados exigen la intervención de otras personas para ser movilizados, las cuales han de estar entrenadas para que sus movimientos no afecten negativamente ni al paciente ni a sí mismos. Los cambios frecuentes de postura en los pacientes encamados son necesarios para evitar la aparición de isquemia en los llamados puntos de presión, debido a la acción de la gravedad y al propio peso. También hay que evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones, lo cual ocasiona la aparición de úlceras por decúbito. Igualmente, la movilización proporciona comodidad al paciente. Para ello el profesional debe colaborar en que: o Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas. o Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas. o Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama. La realización de cambios posturales se efectuará mejor con los siguientes materiales: o Almohadas y cojines. o Férulas. o Sábanas. o Medios de protección de protuberancias. Técnicas de movilización de pacientes. Las principales movilizaciones en el sitio que a continuación se nombran tienen lugar en la cama o camilla. La más importante es el giro del paciente, ya que es la base de los cambios posturales y el punto de partida para sentar al paciente al borde de la cama. Siempre que sea posible hay que empezar con movilizaciones pasivas de las diferentes articulaciones como: hombros, codos, muñecas, rodillas, tobillos… lo que nos ayudará a mejorar o mantener las capacidades funcionales del paciente y al mismo tiempo servirá de calentamiento para las posteriores movilizaciones que vayamos a realizar. 9 a) Paso de decúbito supino a decúbito lateral El fisioterapeuta se coloca en el lado de la cama, hacia el que va a girar al paciente y le gira la cabeza hacia ese mismo lado para orientarle. Después sitúa las diferentes partes del cuerpo en dirección al movimiento (Imagen 1): El brazo más próximo lo separa del cuerpo. El brazo más alejado lo aproxima y lo deja colocado sobre el cuerpo del Flexiona la rodilla del miembro inferior más alejado, dejándola un poco inclinada hacia el otro paciente. miembro inferior que permanece completamente extendido. Imagen 1 Imagen 2. Si no se puede flexionar la rodilla, la extremidad se cruza sobre la otra. Finalmente el fisioterapeuta sujeta con una mano el brazo más alejado del paciente y la otra mano la sitúa en el glúteo de ese mismo lado y a continuación tira del paciente hacia sí mismo, dejándolo colocado en decúbito lateral (Imagen 3). Imagen 3 b) Movilización hacia un lateral de la cama. Se procede a dividir el cuerpo del paciente en tres segmentos: tronco, pelvis y miembros inferiores y se van a movilizar cada uno por separado. El fisioterapeuta se coloca del lado de la cama hacia el cual va a trasladar al paciente, a la altura del segmento que va a mover en ese momento y manteniendo siempre una postura dinámica.Para movilizar el tronco, el fisioterapeuta pasa sus brazos por debajo de las axilas del paciente para sujetarle por la espalda (Imagen 4). 10 Imagen 4 A continuación el fisioterapeuta desliza el tronco del paciente hacia si mismo, hasta desplazarle la distancia deseada (Imagen 5). Imagen 5 Para movilizar los otros segmentos se seguirán los mismos pasos; en el caso de la pelvis las presas irán debajo de los glúteos (Imagen 6) y en el caso de los miembros inferiores las presas serán con un brazo debajo de las rodillas y el otro a nivel de los gemelos (Imagen 7). Imagen 6. Movilización de la pelvis. Imagen 7. Movilización MMII. c) Sentar al paciente en el borde de la cama. Esta movilización se puede realizar con el paciente en decúbito supino, aunque lo ideal es hacerlo en decúbito lateral, ya que la técnica es más sencilla y supone menos esfuerzo para el fisioterapeuta. El fisioterapeuta se coloca en el lateral hacia el que se va sentar al paciente manteniendo una postura dinámica y coloca al paciente en decúbito lateral (Imagen 8). 11 Imagen 8 Después pasa uno de sus brazos por debajo de la nuca del paciente para sujetarle a la altura de la escápula y con el otro brazo le sujeta los miembros inferiores a la altura de las rodillas mientras el paciente coloca el brazo libre sobre el hombro del fisioterapeuta. (Imagen 9). Imagen 9 Finalmente eleva y rota el cuerpo del paciente en un sólo movimiento hasta que quede sentado al borde de la cama (Imagen 10). Imagen 10 d) Sentar correctamente al paciente en la silla. Es una movilización habitual, ya que los pacientes sentados tienden a deslizarse sobre la silla quedando en una postura inadecuada (Imagen 11). 12 Imagen 11 El fisioterapeuta primero flexiona las rodillas del paciente y le deja los pies a la misma altura (pies paralelos). (Imagen 12) Imagen 12 Después se coloca por detrás del paciente (en posición de dar un paso) y le cruza los brazos e introduce sus brazos por debajo de las axilas del paciente hasta sujetarle con las manos a la altura de los codos (Imagen 13). . Imagen 13. Posición desde el lateral y vista de frente Finalmente inclina al paciente hacia delante y después tira de él hacia atrás, hasta dejarle en la posición adecuada (Imagen 14). Imagen 14 Imagen 15 e) Colocar al paciente en el borde de la silla Movilización imprescindible para realizar una transferencia, por ejemplo: de sedestación a bipedestación, de la silla a la cama, etc. El fisioterapeuta primero debe alinear correctamente el cuerpo del paciente (Imagen 15). Después se coloca por delante y sujetándole con un brazo por la espalda y con el otro por debajo de la rodilla del lado contrario, inclina al paciente hacia un lado y mueve hacia adelante la pierna contralateral. 13 Imagen 16 Posteriormente le inclina hacia el otro lado y repite lo mismo alternativamente hasta que el paciente quede al borde de la silla (Imagen 17). Imagen 17 Es importante recordar que después de cada una de estas movilizaciones y una vez colocado el paciente, es preciso tomar las precauciones necesarias; como realizar cambios posturales cada cierta frecuencia, colocar almohadas o hacer cualquier otra modificación para prevenir complicaciones como las úlceras por presión. Técnicas de transferencia de pacientes. No es necesario explicar todas y cada una de las transferencias, ya que en definitiva todas ellas son variaciones de tres movimientos básicos que son los que se precisa comprender, para adaptarlos a la situación concreta que se tenga que resolver en cada momento. A continuación, se explican estos tres movimientos básicos. a) Pasar de la posición de sentado a la bipedestación. El paciente debe estar sentado lo más cerca del borde, siempre que sea posible, con los pies bien apoyados en el suelo y sobre un asiento duro y lo suficientemente alto. El fisioterapeuta se coloca por delante del paciente, con la espalda recta y piernas en posición de dar un paso (con una pierna suya entre las piernas del paciente y la otra hacia atrás flexionando las rodillas), después rodea la espalda del paciente con sus brazos a la altura de la cintura y al mismo tiempo el paciente apoya sus brazos sobre los hombros del fisioterapeuta. Finalmente y manteniendo la postura, inclina el tronco del paciente hacia delante y después lo levanta hacia arriba hasta dejarlo colocado en bipedestación (Imagen 18). 14 Imagen 18. Secuencia de movimientos *Para esta misma transferencia, en el caso de los pacientes que pueden mantener por si mismos la posición erguida, las presas se pueden cambiar como se observa en la Imagen 19. Imagen 19 b) Pasar de la bipedestación a la posición de sentado. Esta técnica se realiza igual que la anterior, pero en sentido contrario. Tanto la posición del paciente, como la del fisioterapeuta, como las presas, son las mismas; lo que cambia es la dirección del movimiento, es decir, partiendo de la bipedestación el fisioterapeuta inclina el tronco del paciente hacia delante y después lo desplaza hacia atrás hasta dejarlo sentado en el asiento. Hay que tener en cuenta que en este caso el paciente se encuentra de espaldas al asiento lo que le puede provocar inseguridad, por este motivo se debe caminar hacia atrás con él hasta que la parte trasera de sus piernas contacten con el borde del asiento. Es entonces cuando el paciente empezará a sentarse sin miedo. 15 c) Pasar de una superficie a otra desde la posición de sentado. El paciente se encuentra sentado cerca del borde del asiento (siempre que sea posible), con pies apoyados en el suelo y en una posición estable. El fisioterapeuta se coloca por delante del paciente en posición de dar un paso con una de sus piernas entre las del paciente y la otra hacia atrás. A continuación rodea con sus brazos la espalda del paciente (el paciente también se agarra al profesional) y comienza el movimiento despegándolo del asiento y levantándolo hacia arriba mientras gira con los pies en dirección al asiento donde se le quiere trasladar. *(El giro puede hacerse en bloque o mediante pequeños avances). Y una vez situado enfrente del otro asiento, inclina el tronco del paciente hacia adelante y después hacia atrás hasta dejarlo sentado (Imagen 20). Imagen 20. Secuencia de movimientos Consideraciones: -Este método se puede aplicar para pasar de una superficie a otra como: de cama a silla, de silla a otra silla, de silla de ruedas a silla, etc. -En el caso de pasar de una silla de ruedas a otro asiento, hay que retirar el reposapiés y reposabrazos del lado hacia el que se va a girar al paciente. -El asiento de destino debe estar colocado cerca del asiento sobre el que está sentado el paciente. Conclusión. No cabe duda que los fisioterapeutas son profesionales que están sometidos a una serie de riesgos ergonómicos derivados de su actividad laboral, problema que no sólo les afecta individualmente en el desempeño de sus tareas, sino que tiene una incidencia social notable, ya que su trabajo de asistencia sanitaria repercute directamente en los ciudadanos. En este sentido, merece la pena destacar el ritmo de vida de la sociedad actual en la que el saber intelectual y las nuevas tecnologías están dejando en un segundo plano todo lo relacionado con lo corporal. Olvidando, así, la importancia que tiene un adecuado cuidado del cuerpo en general y una adecuada higiene postural en particular, resultando significativa en los pacientes y preocupante en los profesionales del ámbito de la Fisioterapia. Bibliografía. Mencía Seco, Victor Ramón. (2003): Trastorno de movilidad y movilización de pacientes. Jaén: editorial Formación Alcalá. Dotte, Paul. (1992): Métodos de movilización de enfermos e incapacitados. Barcelona: editorial Doyma. Dotte, Paul. (1999): Método de manutención manual de los enfermos. Ergomotricidad en el ámbito sanitario, generalidades y educación general específica (Tomo I. 5ª edición). Barcelona:editorial Springer-Verlag Ibérica, D.L. 16