Subido por carlosmunir.glass

Crimen y castigo texto dramático

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Crimen y castigo (Fedor Dostoievski)
Carlos Munir Glass Orozco
Estética
Profesora María Janethe González
Quinto Grado
Grupo 5020
Colegio Buckingham
Enero 2022
La locura de un asesinato, y los desvaríos a los que llevó este
La obra que se analiza a continuación fue escrita por el autor ruso Fedor Dostoievski, y se publicó
en 1866. El libro lleva el nombre de Crimen y castigo, y esta reseña se elabora a partir de la
decimonovena edición efectuada por la Editorial Porrúa, publicada en el año 2014, la cual consta de
492 páginas.
La obra narra la historia de Rodión Románovich Raskólnikov, conocido como Rodia, un estudiante
que ha tenido que parar sus estudios a causa de su situación económica, habitando un triste cuarto
en San Petersburgo. Se nos muestran la serie de razonamientos y situaciones desafortunadas que
lo llevan a planear el asesinato de una prestamista sin motivos ni beneficios aparentemente
suficientes. Rodia ejecuta el asesinato a la perfección y, a pesar de algunos imprevistos, sale limpio
de la escena.
Sin embargo, las sospechas se dirigen hacia él cuando sus mismos pensamientos comienzan a
traicionarlo, haciendo comentarios desatinados, pues su juicio comienza a nublarse desde el
momento en que mata a su víctima, y sus razonamientos se empiezan a hacer confusos y enredados.
A pesar de la continua protección que su fiel amigo Razumikhin le brinda a lo largo del relato, los
constantes errores de Rodia y la vacilación que muestra en sus interacciones con la policía lo llevan
lentamente a perder la razón, presa del pánico ante la posibilidad de verse descubierto.
Estos delirios son acrecentados con la llegada a la ciudad de su madre y su hermana Dunia, pues
Rodia empieza a manifestarse harto de todo y de todos, siendo grosero e ingrato con quienes se
acercan a él para ayudarlo, realizando acciones irracionales en muchos momentos de la historia.
Así, la obra habla en su mayor parte de todo lo que acontece en la mente de Rodia, de sus intentos
de justificar su crimen en base a alocadas teorías concebidas por él mismo, de sentirse mejor que
los demás, de mostrarse indiferente ante las problemáticas ajenas y de olvidar lo que hizo a pesar
de que cada día sus demonios internos se hacen más y más fuertes, y su espíritu más débil. De esta
forma, este relato podría considerarse un precursor de las novelas de terror psicológico, además de
una de las obras de mayor importancia de la literatura rusa.
A pesar de que me pareció que los acontecimientos avanzaban de forma demasiado pausada, y que
el protagonista me desagradó de forma notable, existen muchos elementos positivos a resaltar en
la obra. El autor nos presenta una imagen bastante nítida de la forma de vivir y de pensar de su
época, y las descripciones que se dan son en su mayoría escrupulosas y bien elaboradas.
Adicionalmente, es relevante resaltar que cada uno de los personajes muestra una personalidad
compleja y propia, alejándose de las personalidades vacías y simples que se pueden ver en muchas
obras con esta cantidad de personajes.
En conclusión, este libro es una buena lectura para aquellos entusiastas de los clásicos de la
literatura, y de las obras que buscan reflexionar sobre las motivaciones, los temores y los
razonamientos que impulsan las acciones humanas. Sin embargo, es importante considerar que no
se trata de una lectura ligera que guste a todas las personas, pues el tema y las formas de expresión
utilizadas son más serias y reflexivas que lo que suele verse hoy en día.
Sobre el final
A pesar de que pienso que el autor condujo los acontecimientos a buen puerto, la verdad es que no
soy partidario de los finales abiertos. Si bien me gustó que Razumikhin y Dunia se casaran, la muerte
de la madre de Rodia me ha parecido innecesaria. El otro aspecto que no me gustó es el amor ciego
que Sonia profesa por Rodia, pues este la desprecia constantemente y la llena de sufrimiento. Por
lo tanto, me hubiera gustado que Rodia fuera más expresivo con Sonia desde mucho antes, para
que el sacrificio de ella tuviera más coherencia, y que la madre de Rodia siguiera viva. Por último,
también hubiera disfrutado si el libro hubiera concluido con la salida de la cárcel del protagonista, y
no con la incógnita de si logrará sobrevivir o si todo será en vano.
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