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BIOFÍSICA
Impartida por: Ing. Cesar Fernando Alonso Cuevas.
-HEMODINÁMICASALTILLO, COAHUILA A 08/05/2023
Por: DIEGO ARTURO MARÍN ORTEGA.
En la carrera de: Ingeniero en BIOTECNOLOGÍA.
¿QUÉ ES LA HEMODINÁMICA?
La Hemodinámica es la parte de la Biofísica que estudia el flujo de la sangre en el sistema
circulatorio, basándose en los principios físicos de la dinámica de fluidos. Podemos definir
la circulación de la sangre en el sistema arterial como la de un fluido real, no newtoniano,
en régimen pulsátil en las grandes arterias y prácticamente estacionario y laminar en
arteriolas y capilares. Este flujo es susceptible de desarrollar turbulencias de forma
fisiológica en las bifurcaciones y, patológicamente, por efectos de estenosis.
En la hemodinámica, como se ha mencionado, se aplican principios de hidrodinámica, así
como de hidrostática, se deben manejar los temas y conceptos tales como presión, ley de
pascal, el principio de Arquímedes, la ecuación de continuidad y la ecuación de Bernoulli.
Ahora, en hemodinámica no podemos trabajar sobre una situación ideal por lo que ahora
consideramos también lo que es:
Capilaridad: Se denomina capilaridad al fenómeno que hace que la superficie de un fluido,
al estar en contacto con un cuerpo sólido, suba o baje de acuerdo a si moja o no al elemento
en cuestión.
Este efecto es muy importante en biología ya que el agua sube por capilaridad, desde las
raíces de un árbol hasta las hojas más altas de su follaje; también por capilaridad se lleva a
cabo la irrigación de parte del organismo de los animales de sangre caliente; en el cuerpo
humano se llevan a cabo multitud de fenómenos por capilaridad, sobre todo a nivel celular.
Hasta ahora sólo han sido consideradas situaciones estáticas para los fluidos, pero el
comportamiento de ellos cambia ante situaciones dinámicas.
Campo de esfuerzos: Los esfuerzos en un continuo son el resultado de fuerzas que actúan
en alguna parte del medio. El concepto de esfuerzo constituye una forma apropiada para
describir la manera en que las fuerzas que actúan sobre las fronteras del medio se
transmiten a través de él. Puesto que tanto la fuerza como el área son cantidades
vectoriales, podemos prever que un campo de esfuerzos no resulta un campo vectorial:
veremos que, en general, se necesitan nueve cantidades para especificar el estado de
esfuerzos en un fluido. (El esfuerzo es una cantidad tensorial de segundo orden).
Fuerzas superficiales y fuerzas volumétricas: Las superficiales y las volumétricas. Las
fuerzas superficiales son aquellas que actúan sobre las fronteras del medio a través del
contacto directo. Las fuerzas que actúan sin contacto físico, y que se distribuyen sobre el
volumen del fluido, se denominan fuerzas volumétricas. Ejemplos de éstas, que actúan
sobre un fluido, son las fuerzas gravitacionales y las electromagnéticas.
La fuerza gravitacional que actúa sobre un elemento de volumen, dV, está dada por:
ρ. g. dV
donde ρ es la densidad (masa por unidad de volumen) y g es la aceleración local de la
gravedad. Así, la fuerza volumétrica gravitacional por unidad de volumen es p.g y la fuerza
volumétrica gravitacional por unidad de masa es g.
Fluidos no Newtonianos: Se considera que un fluido es newtoniano cuando el coeficiente
de viscosidad ƞ se mantiene constante a lo largo de la conducción. Sin embargo, este
fenómeno que podrímos considerar cierto para fluidos como el agua, no sucede en la
práctica en el sistema arterial.
Cuando se hace circular sangre en condiciones experimentales por tubos rígidos de menos
de 0,4 mm de diámetro, se comprueba que el valor de ƞ´ (coeficiente de viscosidad aparente
o relativo) depende del gradiente de presión y del diámetro de la conducción.
Este fenómeno, característico de los fluidos no newtonianos, puede explicarse por el
alineamiento relativo de las partículas en suspensión (elementos formes de la sangre) a
medida que aumenta la velocidad. La disminución de ƞ´ constituye el objetivo de
determinados tratamientos reológicos (hemodilución, expansores del plasma,
antiagregación plaquetar o aumento de la deformabilidad de los hematíes).
En la hemodinámica un “principio” fundamental es:
Flujo estacionario. Flujo pulsátil. Onda de Pulso:
A. El flujo sanguíneo en arterias de gran y mediano calibre presenta un carácter pulsátil
sincrónico con la contracción cardíaca. Sin embargo, este efecto sufre un proceso de
amortiguado a lo largo del lecho capilar hasta hacerse prácticamente inapreciable en el
territorio venoso post-capilar, 38 donde se transforma en un flujo continuo o estacionario:
aquel en el que la velocidad con que circula el fluido en cada punto de la conducción se
mantiene constante en el tiempo (aunque ésta pueda variar de un punto a otro de la misma)
(6,7).
B. La contracción cardíaca genera una onda de pulso (onda de presión) que se transmite a
lo largo de las arterias gracias a su consistencia elástica (Fig 4). La velocidad de la onda de
pulso en la raíz de la aorta es de alrededor de 5 m.s-1. Se puede deducir su longitud de onda
mediante la ecuación
Donde λ = longitud de onda (m); V= velocidad (m.s-1); u= frecuencia (s-1). Esto significa
que la cabeza de la onda ya ha llegado a las arterias del pie antes de que la cola haya
terminado de salir del ventrículo.
La velocidad de propagación de la onda de pulso depende de la presión arterial, del radio de
la arteria por la que se propaga y del espesor de su pared. Estos factores se integran en el
módulo de elasticidad de Peterson (Ep), utilizado para estructuras cilíndricas como las
arterias, y que se define como el aumento de presión necesario para conseguir un
incremento teórico del radio del 100%:
Donde Ep= módulo de elasticidad (N.m2); r= radio (m); p= presión (N.m-2).
D. Su expresión inversa recibe el nombre de compliance (C) y es una medida de la
“distensibilidad” arterial; disminuye con la edad, fibrosis y calcificación, fenómenos
frecuentemente asociados a la arteriosclerosis:
La velocidad con que se transmite la onda aumenta a medida que disminuye la compliance.
Así pues, aunque a primera vista pueda resultar paradójico, la onda de pulso se transmite
con mayor rapidez en las arterias rígidas que en las “jóvenes”.
E. Hasta aquí hemos hecho referencia a la generación y transmisión de la onda de pulso.
Ésta actúa como el “motor” capaz de movilizar la columna sanguínea en el interior del
árbol arterial, pero ¿cómo se comporta el flujo en respuesta a esta onda de pulso? En
arterias periféricas de mediano calibre y elevada resistencia, la curva de flujo consta de un
ascenso rápido durante la sístole y una caída progresiva capaz de generar
momentáneamente un flujo retrógrado (hacia el corazón) durante la diástole. Para entender
este fenómeno, es necesario introducir el concepto de presión diferencial de McDonald.
F. Consideremos en el interior de una arteria dos puntos A y B mínimamente separados
entre sí. Para que se produzca el flujo de un líquido entre ambos es necesaria la existencia
de un gradiente de presión. Cuando la presión en A es mayor que en B, el flujo es hacia
delante o anterógrado. El flujo será retrógrado si en algún momento la presión en B supera
la existente en A. Si representamos simultáneamente la curva de presión frente al tiempo
(Fig. 5) a su paso por ambos, observamos que existe un cierto desfase entre ellas,
cruzándose en tres puntos. En éstos, la diferencia de presión (presión diferencial) entre A y
B es 0 y el flujo nulo. Hasta el punto 1, la presión en A es mayor que en B y el flujo
anterógrado, pero entre los puntos 1 y 2, la presión en B es mayor que en A y el flujo, por
tanto, retrógrado. En esta situación, la curva de presión diferencial reproduce prácticamente
la curva de flujo. No obstante, en situaciones de baja resistencia periférica, el flujo
retrógrado durante la diástole, puede no llegar a producirse.
Retomando el ejemplo inicial, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿por qué no se transmite
la onda de pulso más allá del territorio capilar? McDonald y Womersley demostraron que la
curva de presión diferencial puede descomponerse matemáticamente (transformación de
Fourier) en una serie de ondas sinusoidales armónicas de una onda fundamental (presión
media). Cada una de ellas genera a su vez una curva de flujo (Fig. 6). Los cálculos de
Womersley, le permitieron predecir los perfiles de velocidad para el flujo pulsátil en las
arterias.
La propagación de la onda de pulso desde el corazón a la periferia somete a estos
componentes a una serie de cambios:
1. Atenuación por efecto de la visco elasticidad del árbol arterial. Es la responsable,
por ejemplo, de la desaparición progresiva del dicrotismo (inflexión de la onda al
principio de la diástole como consecuencia del cierre de las válvulas sigmoideas).
2. Dispersión al propagarse los armónicos componentes a diferente velocidad.
3. Aumento progresivo de la impedancia característica (oposición del lecho vascular al
flujo pursátil) a medida que nos acercamos a la periferia.
4. Anulación de componentes por reflexión de la onda en los puntos de bifurcación.
Todos estos factores hacen que la onda de pulso quede reducida a una oscilación
sinusoidal de escasa amplitud a la salida de las arteriolas, desapareciendo en el
segmento venoso post-capilar.
EL CORAZÓN, COMPOSICIÓN, FUNCIONAMIENTO Y SU RELACIÓN CON
LOS FLUIDOS
Composición: El corazón pesa entre 7 y 15 onzas (200 a 425 gramos) y es un poco más
grande que una mano cerrada. Al final de una vida larga, el corazón de una persona
puede haber latido (es decir, haberse dilatado y contraído) más de 3.500 millones de
veces. Cada día, el corazón medio late 100.000 veces, bombeando aproximadamente
2.000 galones (7.571 litros) de sangre.
El corazón tiene cuatro cavidades. Las cavidades superiores se denominan «aurícula
izquierda» y «aurícula derecha» y las cavidades inferiores se denominan «ventrículo
izquierdo» y «ventrículo derecho». Una pared muscular denominada «tabique» separa
las aurículas izquierda y derecha y los ventrículos izquierdo y derecho. El ventrículo
izquierdo es la cavidad más grande y fuerte del corazón. Las paredes del ventrículo
izquierdo tienen un grosor de sólo media pulgada (poco más de un centímetro), pero
tienen la fuerza suficiente para impeler la sangre a través de la válvula aórtica hacia el
resto del cuerpo.
Las válvulas cardíacas
Las válvulas que controlan el flujo de la sangre por el corazón son cuatro:

La válvula tricúspide controla el flujo sanguíneo entre la aurícula derecha y el
ventrículo derecho.

La válvula pulmonar controla el flujo sanguíneo del ventrículo derecho a las arterias
pulmonares, las cuales transportan la sangre a los pulmones para oxigenarla.

La válvula mitral permite que la sangre rica en oxígeno proveniente de los
pulmones pase de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo.

La válvula aórtica permite que la sangre rica en oxígeno pase del ventrículo
izquierdo a la aorta, la arteria más grande del cuerpo, la cual transporta la sangre al
resto del organismo.
Funcionamiento y su relación con los fluidos: El sistema cardiovascular está formado
por el corazón, la sangre y los vasos sanguíneos y, cada uno desarrolla una función vital
en el cuerpo humano. Aquí hablaremos sólo de una parte de la física que se involucra
en su funcionamiento. La función principal del sistema circulatorio es transportar
materiales en el cuerpo; la sangre recoge el oxígeno en los pulmones y, en el intestino
recoge nutrientes, agua, minerales, vitaminas y los transporta a todas las células del
cuerpo.
El sistema cardiovascular humano (y en general mamífero) es un circuito muy simple.
Consta de dos bombas fusionadas en un solo corazón (inicialmente fue una sola bomba
que evolutivamente se dividió en dos), que impulsan la sangre por un circuito cerrado,
de esta manera el ventrículo izquierdo del corazón bombea la sangre oxigenada por la
contracción de sus músculos a una presión de casi 125 mm de Hg por la arteria aorta y
se reparte todos los órganos y tejidos del cuerpo a través del sistema arterial. En los
lechos capilares la sangre hace su trabajo de intercambio de nutrientes y desechos y
regresa por el sistema venoso, o sistema de retorno venoso 42. Después de pasar por
toda la malla de vasos capilares, la sangre se colecta en pequeñas venas (vénulas) que
gradualmente se combinan en venas cada vez más
gruesas hasta entrar al corazón por dos vías
principales, la vena cava superior y la vena cava
inferior. La sangre que llega al corazón pasa
primeramente a un reservorio conocido como
aurícula derecha donde se almacena; una vez que
se llena se lleva a cabo una contracción leve (de 5
a 6 mm de Hg) y la sangre pasa al ventrículo
derecho a través de la válvula tricúspide que se
ilustra en la figura.
Dependiendo del camino tomado, una vuelta completa puede tardar entre 10 y 60
segundos. En la siguiente contracción ventricular, la sangre se bombea a una presión de
25 mm de Hg pasando por la válvula pulmonar a las arterias pulmonares y hacia los
vasos capilares de los pulmones, ahí recibe O2 y se desprende del CO2 que pasa al aire
de los pulmones para ser exhalado. La sangre recién oxigenada regresa al corazón por
las venas de los pulmones, llegando ahora al reservorio izquierdo o aurícula izquierda.
Después de una leve contracción de la aurícula (7 a 8 mm de Hg) la sangre llega al
ventrículo izquierdo pasando por la válvula mitral. En la siguiente contracción
ventricular, la sangre se bombea hacia el resto del cuerpo, y sale por la válvula aórtica.
En un adulto el corazón bombea cerca de 80 ml por cada contracción. Es evidente que
las válvulas del corazón deben funcionar en forma rítmica y sincronizada, ya que de no
ser así el cuerpo puede sufrir un paro cardiaco. Actualmente, las válvulas pueden
sustituirse si su trabajo es deficiente. De lo anterior, es obvio que el corazón realiza un
trabajo.
PRESIÓN SISTOLICA Y DIASTOLICA
La primera, llamada presión arterial sistólica, es la presión causada cuando el corazón
se contrae y empuja la sangre hacia afuera.
La segunda, llamada presión arterial diastólica, es la presión que ocurre cuando el
corazón se relaja y se llena de sangre.
¿Cómo se mide la presión sistólica y diastólica?
Un método para medir la presión arterial sistólica y diastólica es usar
esfigmomanómetro, que consiste en un brazalete inflable de aproximadamente 13 cm.
de ancho, que se coloca alrededor del brazo, conectado a un manómetro (medidor de
presión) de mercurio, tubo que tiene un depósito de mercurio en su parte inferior y está
graduado en milímetros. La presión de aire en el brazalete se eleva hasta sobrepasar la
presión sistólica, logrando así colapsar la arteria humeral e impidiendo el flujo de
sangre por ella. Si se deja salir lentamente el aire del dispositivo, cuando la presión
sobre la arteria alcance el valor de la presión sistólica la sangre comenzará a fluir a
través de la arteria, lo cual se puede detectar por medio del sonido que produce. La
sangre fluirá en forma intermitente hasta alcanzar la presión diastólica, lo cual se
detecta porque el sonido desaparece. La sangre tiene una densidad de 1.04 g/cm³, muy
cercana a la del agua que es de 1.00g/cm³, por lo que podemos hablar del sistema
circulatorio como un sistema hidráulico donde las venas y las arterias son similares a
mangueras. Como sucede con cualquier circuito hidráulico, la presión en el sistema
circulatorio varía a través del cuerpo, la acción de la gravedad es muy notoria en las
arterias donde la presión varía de un punto a otro. Sabemos de la física, que los líquidos
en reposo trasmiten íntegramente y en todas direcciones las presiones que se les aplican,
lo que no sucede así cuando éstos se hallan en movimiento a través de un tubo. Este
último es el caso cuando consideramos el sistema circulatorio: el fluido es la sangre y
las arterias y venas los tubos del circuito. Si el líquido fluye por un tubo recto en forma
rítmica, el flujo es laminar, es decir que puede imaginarse como un conjunto de láminas
concéntricas que se deslizan una sobre otra, la central será la de mayor velocidad
mientras que la que está tocando al tubo tendrá la mínima velocidad. Si consideramos
las velocidades de las diferentes capas de líquidos en un tubo tendremos que el fluido
que está en contacto con la pared del tubo que lo contiene prácticamente no se mueve,
las moléculas del fluido que se mueven a mayor velocidad son las que se encuentran en
el centro del tubo.
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