EL PACIENTE INACCESIBLE Este trabajo se publicó por primera vez en P. L. Giovacchini (ed.) étics and Techniques in Psychoanalytic Therapy, vol.2, untertransference, New York: Jason Aronson (1975): 205-16; y apareció en E. Bott Spillius (ed.) Melanie Klein Today, vol.2, Mainly fiPractice, London: Routledge (1988), 43-60. 1 vl"l/ En este capítulo intento centrarme en algunos problemas técnicos, ¡fpbmendo elacentoen ……¿º_"l_º% de pacientes muy diversos en s6l psicopatología pero que en análisis presentan un rasgo principal ¡E:Á_gomun Son inaccesibles a través de las interpretaciones y por lo to es prop My difícil orci una onar verdadera comprensión lesemo"Zfibna] Mi objetivo es comentar algunas manifestaciones de este Wma y algunas cuestiones técnicas que surgen en el tratamiento de &lc tipo de casos. No intento realizar un estudio de la psicopatología s estos pacientes. En el tratamiento de este l……… 110 EL PACIENTE INACCESIBLR parte del Yo se manticne a distancia del analista y del trabajo analít.ic_o_ Algunas veces esto es dificil de observar debido a que el paciente puede dar la impresión de trabajar y cooperar con el analista, pero el aspecto de la personalidad que está disponible de hecho mantiene escindido a otro aspecto más necesitado más o potencialmente sensible y receptivo. Algunas veces la escisión aparece de manera que una parte del YO se mantiene apartada, como si observaratodo cuanto sucede entreelanalista y laotraparte del paciente, evitando destructi e cualquier contacto real evasión. Hay veces i i é jami en las que, temporalmente, parecen desaparecer del análisis aspectos importantes del Yo, con el resultado de una apatía y una pasividad extremas, generalmente asociadas con un uso excesivo de la identificación ectiva. De cuanto he comentadose desprende que durante largos períodos del tratamiento de estos pacientes, el objetivo principal del análisis consiste en encontraralguna forma de entraren contacto con las necesidade¿ylaxs ansiedades del paciente para hacer accesibles más aspectos de su n Ya. Me _personalidad y conseguir, finalmente, una mayor integraciódel parece que conestos pacientes, prácticamente inaccesibles, suele ser más importante centrar la atención en el método que utiliza el paciente para - comunicarse, la fo; blayla a enlaquereacciona ante las interpretaciones del analista. y no tanto en el contenido de lo que dice. En otras palabras, sugiero que tenemos que reconocer que estos pacientes, incluso cuando hablan mucho, de hecho también actúan, algunas veces lo hacen en el discurso mismo, y nuestra técnica tiene que tomar en cuenta este aspecto continuamente. Me gustaría empezar a examinar el problema de los pacientes inaccesibles considerando la naturaleza de la escisión en aquellos pacientes que dan la impresión de ser muy cooperadores y a ro en quienes esta cooperac no es másión que una pseudocooperación desconocidos y necesitados del self. En la bibliografía analítica el tema ha sido tratado por autores como H. Deutsch (1942) con la personalidad «como.si», Winnicott A dirigida a mantener al analista alejado de. los aspectos infantiles más (1960) con el falso self, Meltzer (1966) en su trabajo pseu sobre la domadure z y Rosenfeld (1964) conlaescisió 0s_ aspectos dependientes del self en los pacientes narcisistas. En las discusiones psicoanalíticas con respecto a la técnica se le ha dado gran importancia al trabajo sobre la alianza terapéutica entre el ; 111 PACIENTE INACCESIBLE ma la atención en el comienzo ente y el analista. Lo primero que lla tratamiento de este tipo de ser terapénticaresulla no >ce una alianza a verdadera, y lo que llamamos com comprensión. CELENFIMIZO m rc1jxsxén Muchos de estos pacientes tienden a dar respuestas de una manera muy = diatas a las interpretaciones o bien discuten frases lz:!es com? «ento:; isata interpretaciones anteriores, utilizando antenores y lo que usted quiefe decir es...» y se refieren a sueños cooperadores. *recido entre los mismos, dando la impresión de ser muy la de un ' 0s vemos sumergidos en una situación que cmula cxactarf¡cn!c Alisis que progresa, en la que inreciación e incluso parecis ragy_cggy_g)_mnmnsxúu&º_f_¡_tag¿º, obstante, avances reconocidos. No Siensación de oquedad. Si consideramos ¡;areccr que todo es my uno tiene la la contratransferencia pucd? sencillo, agradable y sin conñ_ictos, eincluso si aparece algún signo de conflicto éste se disipa inmediatamente. Puede que nos encontremos ante problemas especificos que el paciente quiera tratar: ¿Por qué razón reacciona de una u otra manera santeesta o aquella situación? El paciente sugiere alguna respuesta, pero as asoctaciones libres están visiblemente ausentes. El analistanota que ftrabaja duramente desde el punto de vista intelectual para comprender 10 que el paciente espera de él, y es posible empiece que a sentirse implicado en una especie de juego analítico de adivinanzas. Aqui Ea podemos observar uno de los estilos de escisión del Yo que he %º¡,_comenmdo. El paciente habla como un adulto, pero sólo se relaciona .con el analista como un igual 0, como mucho, como un discípulo que * estd casi al mismo nivel. Algunas veces su relación parece más la de un 2 aliado un tanto superior que hace lo que puede por ayudar al analista en By su trabajo, aportando sugerencias o corrigiendo algunos detalles o ;d !ºferenci_as de la historia personal. Si observamos con cuidado, podeA ymo.\f senur que estamos comentando con este aliado algo respecto a un tpaciente, pero nunca Je hahlamos gf paciente. El aspecto «paciente» “del paciente parece que permanece escindido, y ésta es la parte que e ‘,‘parece flecesitar ayuda con más urgencia, la que parece más infantil, dependiente y vulnerable. Se puede hablar sobre Es _ -º_Pafec%que 3 » este aspecto, lo difícil enalgunos de los análisis que llevamos de €508 repetitivos e interminables, tendríamos que examinar E NO estaremos aliándonos con Es cooperadores del paciente. los aspectos pseudoadultos si seudoi 112 EL PACIENTE INACCESIBLE Esta forma de escisión puede encontrarse en diferentes tipos de pacientes y puede mantenerse por diversas razones conectada, por ejemplo, con ansiedades inconscientes con respecto a sentimientos infantiles, o con intensos sentimientos de dependencia que se mantienen apartados, o con la…… _parentales, o dificultades de separación, etc. Como ya mencioné, no quisiera detenerme en este aspecto del trabajo, pues mi objetivo principal es examinar la técnica, as Comenzaré con un breve material de un paciente con una personalidad rígida, controlada y ansiosa, que conscientemente quería ayuda, pero que luchaba inconscientemente para no recibirla a través del uso del tipo de escisión que he descrito, y cuyas comunicaciones podían entenderse, en parte, como una forma de acting out en la transferencia. Por supuesto que es francamente difícil aportar fragmentos del material de un paciente que transmitan este acting out, que después de todo uno apenas ha intuido a partir del efecto que las palabras del paciente nos producen y de la atmósfera que se crea. Este paciente, a quien llamaré A., era un profesor joven. Empezó a analizarse a los veintitantos años. Estaba casado y tenía un bebé. Había leído algo de literatura analítica. Ya llevaba más de tres años en análisis, y había hecho un buen trabajo en cuanto a su control maníaco, cuando empezó una sesión diciendo que quería hablar del problema que tenía para limpiar y ordenar sus armarios. Habló del tiempo que esto le llevaba. Describió cómo había empezado a despejarlos y cómo parecía que no quería terminar. Propuso cl icma como si se tratara de un problema para el que necesitaba ayuda. Agregó que ni siquiera había querido visitar esa noche a unos amigos, porque prefirió quedarse ordenando los armarios. Se quedó en silencio como esperando algo de mí. Tuve la impresión de que esperaba que yo dijese algo con respecto a despejar su mente o alguna frase oportuna parecida, así que esperé. A gregó que, en cualquier caso, no quería visitar a esos amigos por la noche porque la última vez que habían ido, el marido había sido grosero con ellos. Se había puesto a ver la televisión mientras mi paciente y su mujer estaban allí, para luego dar opiniones dictatoriales con respecto alas dificultades escolares de los niños, Le comenté que había tenido la impre- H_PACIENTF. INACCESIBLE 113 sión de que él esperaba de mi una interpretación pseudokleiniana con respecto a despejar su mente y s mundo interno, y al ver que no la hacía me había transformado para él en ese marido grosero qué mira su propia televisión y que tenía opiniones dictatoriales respecto a sus dificultades, es decir, yo no hacía referencia a sus observaciones preconcebidas. En otras palabrass consideré que su preocupación con respecto al armario era una forma de acting out diseñado para mantener estéril , nuestro trabajo y evitar una comprensión más profunda. Al principio estaba enfadado e incómodo, pero más adelante enla sesión pudo comprender su susceptibilidad. Durante un mo- mento logró un mayor conocimiento con respecto a su control competitivo. Al día siguiente dijo que se sentía mucho mejor y que había tenido un sueño. Soñó que El y su mujer estaban de vacaciones en una.cabaña. Ya se iban y guardaban las cosas en el coche; sin embargo, por alguna razón el coche estaba del sendero, como si su modestia no le permitiera llevar el coche hasta lapuertaprincipal, o como si el sendero W estrecho y fangoso. Esto no queda claro. Luego estaba en un mercado comprando comida para llevara casa, lo que resul- taba extraño pues ¿por qué razón iba a comprar comida si ba a casa? Compraba zanahorias y podía elegir entre unas holandesas que estaban torcidas o unas mejores, francesas, que estaban frescas y derechas; aun cuando probablemente eran un poco más caras. Eligió las holandesas torcidas y su mujer le preguntó por qué había hecho eso. Sus asociacionesle llevaron a hablarde sus planes para pasar las vacaciones en una casa que pensaban alquilar y cómo él preferia Francia a Holanda. Con respecto a las zanahorias, recordó la publicidad que se le hacía a la zanahoria durante la guerra como una comida buena y barata que prevenía la ceguera noctuma. Brevemente le sugerí que esta pseudomodestia de no querer levar el coche a lapuerta principal se relacionaba con el hecho de que no estaba muy convencido de que yo debía ver lo queél guardaha dentro, después de haber sentido el día anterior que yo _ le había ayudado, Entonces pudimos ver que sus intentos de la sesión del día anterior de forzarme a interpretar de una forma 14 EL PACIENTE INACCESIBLE ‘determinada, y el haber podido comprenderlo, estaba relacio. nado con un intento por su parte de guardar mis interpreta. ciones dentro de sí mismo, no para utilizarlas a su favor, sino con otras intenciones como, por ejemplo, para usarlas en una conferencia que daba esa misma noche. Mis interpretaciones se transformaron entonces en comida que él mismo compraba ' para llevar a casa y no en comida que él tomaba de su casa. análisis. Elige zanahorias que pueden ayudarle con su ceguera noctuma, que pueden proporcionarle insight, pero de hecho se queda con las torcidas. Esto nos puede sugerir que una parte suya ha caído en la cuenta de esa tendencia a torcer y malgastar el material —esas interpretaciones falsas que pretende obtener d = evitar u Z irecto con zanahorias nuevas, frescas, firmes y derechas, que serían las interpretaciones que no están sacadas de los libros de texto. Él todavía no siente este insight, pero lo proyecta en su mujer, quien le pregunta por qué tiene que hacer mat las cosas. El paciente intenta manipulanne y conseguir de mí interpretaciones falsas e mútiles que me mantengan alejada de un con- lacto real con algo nuevo y desconocido y por lo tanto de contactar con ese aspecto suyo que de veras qhiere Compren-der. Esta parte pseudocooperadora del paciente trabaja claramente en contra de una verdadera comprensión emocional. Cuando yo no me alío con este aspecto suyo, su rabia aparece como la rabia que siente ante ese hombre que ve televisión. Luego, el sueño nos muestra que ha habido un cicrto insight respecto al trabajo del día anterior. Nos aclara de qué manera guarda mis interpretaciones secretamente dentro de sí mismo, el coche alejado del sendero, en vez de utilizarlas para ayudar a ese aspecto necesitado de sí mismo. Este aspecto necesitado se mantiene a raya y a partir del material de las zanahorias podemos saber que necesita ser alimentado En estas situaciones yo preficro estar segura y aclarar cada paso con el paciente en relación con el material inmediato y no dejarlo en un nivel simbólico o casi simbólico. Aquí aclaramos la naturaleza de lo torcido, es decir, la falsificación de interpretaciones, la relación entre interpretaciones e insight, la ceguera nacturpa. Esté claro que el paciente siente queinterpretacio-. las nes pueden ser unbuen alimento, pero un alimento que puede ser 115 EL PACIENTE INACCESIBLE utilizado y malversadoy por lo tanto aparece torcido. Podemos entonces postular que las zanahorias torcidas representan a unos pezones que se toman de una forma torcida, sin embargo yo no daría ese paso hasta no haber elaborado el material que ha servido de intermediario. Al considerar este problema, subrayo la frecuencia con la que estos aspectos pseudocooperadores de los pacientes impidenquelaparte que realmente estánecesitada entre en contacio con el analista, y si nos dejamos atrapar por esto no efectuare- mos cambios en nuestros pacientes pues no estableceremos de ser _ contacto con los aspectos que necesitan lavivencia comprendidos como_opuesto a «adquirir» comprensión. La situación transferencial nos da la oportunidad de observar en acción estos aspectos conflictivos de la personalidad. Conel paciente inaccesible he puntualizado la importancia de ¡ocahzar la escisiónen el Yoy de actarar las actividades de ctos. En muchos de estos pacientes parece que un aspecto se queda fuera del resto de la personalidad, observando minuciosamente lo que ocurre entre el analista y el resto del paciente, atento al tono de voz del analista y sensible ante los cambios supuestos o reales. El paciente es sensible, por ejemplo, a cualquier muestra por parte del analista de ansiedad, de placer ante un logro, de frustración si no hay progresos, etcétera. De esta manera, resulta muy importante discriminar y contactar con esos aspectos del paciente que observan y que escuchan; puede que ellos contengan funciones importantes del Yo, como observación, sensibilidad y capacidad crítica, pero mientras que sean utilizados para desviar al analista y mantener araya aotraspartes del selfel paciente no podrá disponer deellos saludablemente. Puede que el paciente haya tenido la impresión de observar algo en el analista y que hasta cierto punto lo haya explotado. De esta forma el paciente puede pensar que ha reconocido en la voz del analista cierta ansiedad, y sentirse por esto excitado y triunfante, utilizando entonces la crítica al analista como_una manera de evitar la comprensión de las interpretaciones. En este tipo de situaciones me parece de gran importancia que el analista espere, que trabaje con lentitud, que tolerelascríticas del paciente evitelasinte i EL PACIENTE INACCESIBI p 116 * sugieran que el problema estriba en la proyección que hace el tante paciente de su propia ansiedad. Para empezar, es im mostrarel uso que ha hecho el paciente de lo que él supone que ocurre en la mente del analista. En ocasiones podemos ver cómo la parte del paciente que observa y escucha se nos presenta claramente como un aspecto perverso que utiliza el trabajo interpretativo con el propósito de obtener una excita. ción perversa. Estos pacientes suelen «malentender» las inter-’ pretaciones como una forma de provocación, sacan las pala- bras del contexto e intentan perturbar y hacer tambalearseal analista. Me parece que en todas estas situaciones aparentemente perversas se da un cierto grado de escisión y que es importante, por una parte, tomar en cuenta el acting out que aparece intensamente en la transferencia, al cual se espera que respondamos también con acting out hacia nuestros pacientes, y, por otra parte, tener presente que en algún lugar, escindido, hay un aspecto necesitado del paciente. Puede que por mucho tiempo este aspecto esté fuera del alcance en el análisis, pero si el ta de que existe, y es consciente también de es consciente analis las violentas actuaciones del aspecto perverso, es muy proba- ble que aumente considerablemente su capacidad para tolerar sin actuar. Ahora quisiera comentar más ampliamente la escisión de ese aspecto observador y la naturaleza de sus actividades a través de la aportación del material de una paciente aparentemente distinta al anterior. Sin embargo me gustaría mostrarles cómo también en este caso hay un aspecto del paciente que actúa como observador, que no pierde de vista la relación entre cl resto de sí mismo y el analista y que utiliza técnicas evasivas. Se trata de una chica joven a quien llamaré B., que se mostraba particularmente impermeable a mis interpretaciones. Era muy susceptible, se sentía con frecuencia enojada y desdichada, responsabilizaba al resto del mundo de su situación y sentía que ya no había esperanza para ella. A un nivel consciente se sentía muy inferior. No parecía capaz de tomar para sí nada de lo que yo dijese, y con frecuencia entraba como en un estadc de sopor después de que yo hablara. 117 EL PACIENTE INACCESIBLE Si retenía algo de lo que yo había dicho, no pasaban de ser palabras aisladas que pocosigmficaban para ella. Confrecuen- cia parecía malinterpretar mis palabras o confundirlas. Solía hablar en un tono de voz ligeramente alto. Cada vez se hacía más claro que era inútil por mi parte intentar interpretar el contenido de cuanto me decía. Supuse que la fragmentación se flevaba a cabo cada vez que empezaba a aparecer la ansiedad. También tuve la impresión de que una parte de elia desmenu- zaba aciivamente las interpretaciones para evitar el contacto ‘Conun aspecto suyo más sano y receptivo. — Entonces empecé a notar que hablaba con frecuencia de su novio y de cómo ella le veía charlar con interés con otra chica. La rabia la consumía, Este tipo de situaciones empezó a aparecer en los sueños. Porejemplo, soñaba que se peleaba con su novio porque éste se interesaba por otra chica, Le comenté que estaba viviendo en el análisis la misma situación del sueño. Si en alguna sesión había algo que penetrara realmente en ella y sentía que yo era capaz de hablar de una manera vital y estimulante con un aspecto suyo que se mostraba interesado y conectado, inmediatamente otra parte de sí misma se sentía excluida, no necesariamente celosa, sino más bien muy envidiosa de que yo hablara y una parte suya me estuviera escuchando de-veras, La parte espectadora se encolerizaba y reaccionaba con verdadera furia. Me parece que erajustamente esta parte envidiosa la que no podía soportar que yo entrara en confacto con-ella.- Defensivamente gritaba y me mantenía al margen, para luego sentirse atacada. Un día trajo un sueño: Ella vela a sumadre que bañaba a un bebé, pero la madre no sabía cómo hacerlo. El bebé se le resbalaba continuamente de las manos como un pez resbaladizo. Después estaba acostado boca arriba bajo el agua a punto de ahogarse. Fue entonces cuando mi paciente intentó ayudaria. Era difícil transmitir con exactitud la forma en la que relató el sueño, pero quedaba al descubierto la estupidez e ineptitud de la madre y su necesidad de que mi paciente la ayudara. Le interpreté lo resbaladizo de su autodestructividad y la manera en la que su bebé interno evitaba, como un pez resbaladizo, el ser sostenido con firmeza y gritaba de una forma _ explosiva para impedirme sostenerla con una interpretación o 118 EL PACIENTE [NACCE.SIBLB —— " conun poco de comprensión. Le señalé en in una si madre gnific inferior ane te inadecn . ada. A medida que le interpreté poco a poco otros de sus aspectos resbal adizos, comentó que había una parte de si misma perfectamente capacitada para ayudar a su madre-analista a sostenerla y 4 mantener en ella las interpretaciones. Este cambio resultó ser muy importante, pues pmh el iem con los pacientes a inaccesi. bles esque generalmente nacontamos con un aliado apropiado, También me parece importante, desde el punto de vistatécnico, que en la medida en la.que el paciente alcanza una mayor comprensión, pueden aparecer aspectos de un sueño, yn sueño que parece haber venido a fermar parte de lasesiónen cuestión, Cuando esto sucede yo lo considero como una indicación de que ha habido un cambio dentro de la sesión, es decir, un reajuste entre los diferentes aspectos de la personalidad deuna forma más intcgraday constructiya. Aun cuando B. es distinta al profesor A. en casi todos los aspectos, desde el punto de vista de la inaccesibilidad ha: similimdes impogantes, Así, la parte observadora de B., que pudimos ver en los sueños en los que sentía celos del novio,se hace reshaladiza.y. evgsiva. En A. la evasión aparece de otra manera..que.es Ja pscudocooperación. No obstante, el pez resbaladizo no dista muchode-la zanalforia torcida. En ambos pacientes podemos encontrarnos algunas veces un aspecto capaz de responder y de entrar en contacto. A. puede establecer este contacto rápidamente, mientras que en el caso de B. el le prohibe aspecto observador y envidioso de su personalidad mantener una.comunicación.significativa. Es sorprendente la forma en la que csta necesidad de observar pue al paciente hastacl punto de que B. daba la impresión perturbar y Jquta.cosa que dudo. ELaspecto observador se deserinsulsa Mpestra rápido y Jerriblemente destructivo y autodestructivo Tiene.una cualidad perversa. Quiero considerar otro método de lograr la inaccesibilidad enelque de nuevo la parle del Yo que necesitamos que colabore E ida de una forma inalcanzab, con nosotros q as. Este tipo de identificación obieto tad enJas qUeestá proyec proyectiva fue descrita en 1946 por Melanie Klein en «Notas sobre algunos mecanismos esquizoides». En algunos casos, pACIENTE INACCESIBLE 119 cvando se ha conseguidoun progreso verdadero, se ha logrado un cierto insight y digamos que omnip la otenc ha disminuido ia _ Yy se ha establecido un contacto más cálido, nos encontramos con que es prácticamente imposible continuar progresando_ -pues aparece una pasividad intratable que aumenta de una_ forma evidente, El paciente parece volverse apático, pierde el contacto, el interés y cualquier implicación con el trabajo que gríamos lleyar a.caho. No es que se niegue activamente a cooperar, rpds bien da la impresión de que no puede hacer nada ante su propia pastvidad. Después de una interpretación, uno suele tener la impresión de que todo se ha vuelto plano y mortecino y a la vez, como si nada fuera a ocumir amenos que uno diga algo. Esto suele ser cierto. El paciente permanece en silericio o aparece con un comentario bastante superficial. Luego, lentamente, se tiene la sensación de que la tensión va en aumento, como si el analista tuviera que hacer o decir algo, o nada podrá lograrse. Entonces uno siente como si tuviera que _ A habl Lnaci Me parece que estas situaciones son tremendamente ins- tructivas. Si uno habla respondiendo a esta forma de presión silenciosa, sin caer en la cuenta de lo que ocurre, casi siempre la sesión avanza pero de una manera superficial o repetitiva o adquiere cierta resonancia superyoica. Si en ese momento examinamos la vivencia, generalmente nos encontramos con que el paciente parece haber proyectado el aspecto activo, interesado o considerado de su selfen el analista, quien entonces está llamado a actuar, sintiendo la presión,la necesidad de ser activo yel deseo de alcanzar algún logro, Me parece que desde el punto de vista técnico, el primer paso que debe dar el analista es el ser consciente de la identificación proyectiva que está teniendo Jugar y el ser capaz de prolongarla lo suficiente, hasta poder experimentar ese aspecto del paciente que falta. Entonces será posible interpretar sin esa sensación de presión, con respecto al proceso que se ha venido actuando, y no con respecto al contenido o cualquiera que haya sido el tema anterior de discusión. Observé con frecuencia este tipo de procesos en un paciente -muy pasivo, fetichista de prendas-de-piel-a quien llamare, C. EL PACIENTE INACCESIBLA 120 Con él empecé a notar yn retraimientacontinno. una especie a de equilibriaquetenía establecidaen. blaba desde anself débil.. pseudocooperador, pero. ml.qm_cl_ñ&nº;_lo emocional peananeciainalcanzable. En numerosas ocasiones hemos experimentado una secuencia en la que dentro de una sesión el paciente progresaba, se sentía profundamente impli. cado y conmovido por cuanto ocurría, y sin embargo al día siguiente apenas tenía un recuerdo insípido. Entonces le escu. chaba hablar en un tono afable, muy superficialmente: «Sí, recuerdo la sesión, la tengo toda en la memoria», y luego nada, o tal vez un comentario un tanto provocativo, como que a pesar de esa sesión las cosas no iban muy biencon su mujer. Entonces yo sentía como si en efecto tuviera que incitarle a la actividad y a la comprensión, y que si yo era capaz de conseguirlo, él estaría dispuesto a pensar, a recordar y a seguir adelante. Creo que disociahasucapacidad naralaactividad.su.consideración, Y la actiya desolación que su estado e psovocaba.y Jo proyec- taba toda.en.míf. Como resultado de su proyección, yo tenía la 1impresión de que sería suficiente con que yo tomara la micia- tiva para que él fuera capaz de cambiar, de entrar en contacto y de utilizar su capacidad de insight. No obstante, éste era exactamente cl aspecto más importante de su problema: su odio a tomar contacto con esa parte de su self, amorosa, considerada y muy necesitada ya ponerla en relacióncon alguien, de tal mancra queesto le hiciera moverse física o emocionalmente hacia dichos aspectos desde dentro de sí mismo. Si yo le prcs¡onaba —aun cuando fuera en un estilo dmcretameme analitico— él habría ganado y perdido. Esta presión por mi parte le hubiera confirmado que no existe ningún objeto lo bastante bueno o deseable como para que se sienta lo suficientemente atraído por él y se mueva a buscarlo y a implicarse, y por lo tanto, ese aspectode su self capaz de tomar iniciativas permanece inaccesible. Ahora quisiera echar un vistazo a otro aspecto de la pasividad de este paciente, que también tiene sus bases en la escisión y en la identificación proyectiva, de otro estilo, que se manifestaba discretamente en un modelo de acting out en la transferencia y que arrojó luz sobre la manera en la que mantenía a una parte de sí mismo fuera de contacto. »ACIENTE INACCESIBLE 121 En este momento, C. se sentía inseguro con respecto al progreso del tratamiento,_se daba perfecta cuenta del tiempo gue esto llevaba y se sentía desesperanzado e impotente. Este tipo de depresión y de ansiedad manifiesta era inusual. Durante una sesión pudo comprender una observación que yo había hecho. Luego cayó en la cuenta de que aún cuando esta comprensión parecía serle útil, se había quedado en silencio. Le hice un comentario con respecto a su sensación de haber pasado bruscamente a la pasividad. Entonces C. comenzó a hablar y explicó que se sentía «empujado hacia dentro» y como si ahora yo esperara de él que hablara, que se pusiera «en funcionamiento», pero él sentía que no podía. Pude entonces mostrarle que se había sentido comprendido, pero esta experiencia de ser comprendido era vivida de una forma concreta, como si se sintiera empujado hacia la comprensión, y hacia mi interior, y luego amenazado porque yo esperaría de él que se expresara y que hablara, que «entrara en funcionamiento». Postenormente agregó que se sentía como si estuviera en una caja, recostado sobre un lado, mirando hacia fuera pero en la oscuridad. La caja estaba ccrrada en tomo suyo. A los pocos minutos empezó a hablar «de otra cosa». En una cena a la que había asistido la otra noche se había encontrado a una colega. Llevaba un bonito vestido y él la estuvo lisonjeando; tenfa tres aberturas horizontales en la parte alta; sólo si hubiera tenido tres ojos, hubiera podido mirar por Jas tres a la vez. Era casi el final de la sesión y le comenté que lo que él quería en este momento era meterse completamente dentro de mía través de las aberturas con sus ojos, con todo su self, totalmente dentro de mí y per- manecer allí, como dentro de la caja. Agregué también que por su forma de hablar daba a entender una necesidad muy urgente de hacerme consciente de la importancia de su deseo de quedarse encerrado dentro. Cuando volvió al dia siguiente comentó que el final de la sesión anterior le había conmovido profundamente, pero que Juego había sentido como si yo le hubiéra descubierto en algún secreto culpable. Le sugeri que había experimentado mi interpretación de su intenso deseo de estar dentro de mí a través de las aberturas de un vestido, como si en efecto yo le animara a proyectarse en mi interior, y que la «comprensión» la había 122 EL PACIENTE INACCESIBILR 'experimen'tado como si yo estuviera haciendo algo excitante e ilícito con él. Por lo tanto, no había podido integrar esta comprensión. Tenfa una cualidad co hecho comparable a su fetiche de las prendas dggl_e_l podia metersg dentro del fetiche. hoy por hoy sólo en la fantasía, de tal -manera que esto le apariaba bruscamente de xelacionarse <onmigo y de mantener una comunicación y una comprensión reales conuna persona real. Podemos así seguir el movimien. to de la sesión desde una comprensión y un contacto directo entre el analista y los aspectos más responsables del paciente, hasta una huida hacia una experiencia concreta de objeto inanimado que de nuevo lc vuelve pasivo, retraído y casi por completo inaccesible. Estos ejemplos del análisis de C. ilustran la forma en que cobran vida _en transferencia la algunos mecanismos _que utilizaba para hacerse _inaccesible. Tienen algunas similitudes con aquellos mecanismos utilizados por otros pacientes que he comentado. Están basados en la escisión de los aspectos sensibles del paciente, pero están más clara- mente asociados conlaidentificación proyeciiva, Enel primer ejemplo, el paciente proyecta en mí sus aspectos activamente vigilantes, nccesitados y capaces de entrar en contacto, de manera que yo tenía que ejercer presión sobre él; en el otro, el aspecto sensible, que empezóa destacar claramente en la sesión, lo proyectaba de una forma concreta en mí o en mi «comprensión» para hacerlo inaccesible. De esta manera sexualizaba la situación y hacía que la verdadera comprensión fuera inalcanzable. Como ejemplo final de un mecanismo, similar aunque levemente distinto para conseguir hacerse inaccesible y para no comprender, quisiera aportar un material que muestra un tipo de escisión y de identificación proyectiva que se pone en marcha en la sesién y que permite que __Q¡Lcigmc_qucdc_ahsono es decir, proyecte pane de si mismoen a mí en contacto sólo con un aspecto pseudocomprensivo de su self y por lo tanto incapaz de ofrecerle una comprensión verdadera. Quisiera ilustrar la importancia técnica de no mirar sólo al contenido sino también a la manera en la que surge el matcrla_l. El coº'ponamiento del -paciente y el movimiento del material en la sesión pueden revelar qué _partes del Yo + i Ca. ¡CIENTE INACCESIBLE 123 Este fragmento de material pertenece a A., un paciente que describí al principio de este capitulo. Siempre había tenido una marcada tendencia a quedar absortoen sueños diurnos. Vino un lunes con un sueño: Había unas personas atrapadas en arenas movedizas en una cueva. Era urgente rescatarlos, pero mientras que el paciente estaba muy agitado buscando unas tablas que fueran grandes, llegó otro hombre y ayudó rápidamente A. empezó a comentar que había estado absorto en fantasías sexuales durante el fin de semana, y aun así se sentía más en contacto con cuanto había ocurrido en el análisis ;_Lf_iíx_t_c_rgreté que las fantasías parecían arenas movedizas en las que tendía él a quedarse atrapado. Habló de una fantasía de su infancia, que ya había mencionado, que surgíaal ver a una vaca 0 a un caballo desde atrás. Consistía en mirarles el ano y pensar que estaba metido dentro, asomando sólo la cabeza. También habló de cierta excitación que le producía el ver a los animales defecar. Yo, puede que equivocadamente (volveré sobre esto), le comenté cómo el meterse en sus fantasías era como meterse en el cuerpo de un animal, y relacioné esto con el cuerpo de su madre y con su costumbre de meterse los dedos en su propio ano. Tuvo entonces muchas fantasías de bebés que nacían Pude mostrarle que estaba imndando esta sesión con fantasías para quedar absorto en ellas, y estar así atrapado, como en arenas movedi- zas, de manera que en vez de intentar comprender y examinar lo que había ocurrido, quedaba más y más absorto, tratando de arrastrarme a mí con él. Esto pudo comprenderlo. Luego habló con respecto a las vacaciones de verano. Él y Su mujer iban a intercambiar su casa con personas del extranjero. Las otras personas habían enviado fotos, pero él no tenía fotos de su casa tomadas desde fuera. Le interpreté que así como queda absorto en sus fantasías, como en arenas movedizas, éstas le permiten no mirar lo que hay fuera, no reconocer la separación con respecto a mí o la relación real que tiene conmigo, no visualizarme como que verdaderamente existo. como analista en el consultorio o fuera, durante los fines.de semana. A medida que yo comentabaesto, se iba sintiendo cada vez más incómodo, dejando ver que aquellas interpretaciones que le llevabana tomar contacto con el analista y con el mundo exterior eran perturbadoras. 124 EL PACIENTE INACCES[F- Pienso que es probable que yo haya cometido un e, técnico al interpretarle la fantasía de la vaca con tanto deta_l|e_ o tal vez prematuramente, en cuanto al cuerpo de la madre,»Yy que esto animó inconscientemente a mi paciente a sentir que enefecto estaba consiguiendo meterme en su mundo excntam,_ de fantasías y que esto le alentó a inundar la sesión con sug fantasías de bebés naciendo. Puede que hubicra sido mejor mantenerme más a un nivel preconsciente hasta que él pudiera tornar un contacto real conmigo y con mi comprensión, y sólo después ligar la fantasía de las vacas y el sueño de las cuevas con la fantasía de meterse dentro del cuerpo de la madre. También es interesante comparar este material de A. con el material citado antenormente de C., puesto que en ambos puede observarse la proyección de un aspecto del selfen un objeto: en C. la proyección en la «comprensión» experimentada de una forma concreta, y en B. el dejarse absorber por las fantasías, sentidas como arenas movedizas,En <ambos pacientes el contacto con el mundo exte o con rior la realidad interna y la experiencia de la separación y de la relación con un objeto se evitan en gran medida y los pacientes se vuelven Jemporalmente inaccesibles al trabajo interpretativo 0 a la real y verdadera comprenSIÓn, He aportado estc material no sólo para demostrar este aspecto de inaccestbilidad, sino para subrayar laimportancia de tomar en consideración la manera en la que se presenta cl material y no centrarse exclusivamente en su contenido o simbolismo Antes de terminar, me gustaría extenderme un poco más en los aspectos técmicos que he tocado en este capítulo. El primero atañe a la naturaleza de la relación transferencial. He venido insistiendo en la importancia de tomar en cuenta la manera en la que el material aparece en la sesión y cómo ¢s10 nos permite comprender la naturaleza sutil del acting out del paciente en ja transferencia y asi configurar los diferentes aspectos del Yoy su interacción. A lo largo de la historia del psicoaná- lisis se ha msistido mucho en la necesidad de una transferencia no contaminada. parece, Esto es, me de particular importancia cuando intentamos comprender ese estilo sutl de acting out que estoy descri- biendo. He dado ejemplos de un paciente que inconscientemente intentaba manipularme para que yo le presionara a la acción, o de yn paciente que intentaha convencerme para que me uniera aél en una W INACCESIBLE 125 g:nsión pseudoanalítica. Si nos dejamos manipularde esta manera, ación transferencial se vuelve confusa, y entonces quedamos nientos de las defensas del paciente y de los aspectos de su sonalidad tal y como emergen, cambian o desaparecen allí cn *2 fra consulta. En un sentido se ha ms¡sudo h…ca…gn¡gne; mucho en nuestra las proyecciones del ente. El tipo de acting out y laidentificación proyectiva de aspectos Yo que comento pueden pasar muy fácdmemc inadvertidos y , ……ga Jos. Asocxado a este tipo de acting ot en la transferencia, aparece otro moblcmn técnico, que es la necesidad de que el analista mantenga las retaciones en permanente contacto con todo lo queestá sucedien- iº*cn la sesión, dado que con estos pacientes inaccesibles estamos Etemando observar si nuestras interpretaciones realmente consiguen ablecer contacto, o si de alguna manera son detenidas o evadidas. Pienso que sólo podremos tener éxito si nuestras iºíº—lpwn inmediatas y directas. Cuando me escucho a mí misma haciendo” interpretaciones basadas en hechos distintos a aquellos que ocurren en ese momento durante la sesión, generalmente asumo que no estoy mantenicndo un contacto adecuado con el aspecto del paciente que hecesita ser comprendido, o pienso que estoy hablando más conmigo misma que con el paciente, excepto en los casos en que estamos muy cerca del final de un análisis con un éxito razonable. La comprensión útil suele surgir a partir de la interpretación de hechos que son inmediatos. Si está muy lejos de la experiencia que está ecurriendo en cse momento en la consulta, sólo n(_)filevarí a una comprensión verbal de la teoría. Pacientes con un Yo lo suficientemen- te integrado, y con una buena relación de objeto total, pueden ser Capaces, por momentos, de integrar interpretaciones basadas en las referencias a un material anterior. Pero el tipo de pacientes que nos - Peupa en este capítulo utilizan mucho más los mecanismos esquizoides 126 y se comunican mucho más de una forma concreta a través del acting out enla transferencia, aún cuando utilicen una aparente sofisticación verbal. Debemos prestar a esto una constante atención al considerar. nuestra técnica. ] EL PACIENTE INACCESIBLE | áñalistas de habla inglesa de las sociedades europeas en Londres, en Ectibre de 1976, y se publicó por primera vez en 1981 cn3.S Grotstein rly Hills, CA: Caesura Press, 92-102. «Existen personas que toleran tan poco el dolor y la frustración (o alas cuales el dolor y la frustración son tan intolerables) que sienten {‘ ubren (...) El paciente que no quiere sufnir dolor, deja de “sufrir” El placer» (Bion, 1970, pp. 15-16). Esta descripción de Bion es central rimiento y un tipo de dolor que me parece que se experimenta en tiodos de transición entre sentir el dolor y sufrirlo, una situación ite. Algunos de nuestros pacientes nos describen cierto tipo de dolor é es, desde su punto de vista, indefinible. No pueden comprender la dadni la naturaleza de ese dolor y suelen sentir que noles es posible wunicar esta experiencia al analista. A veces parece casi físico, y 127 128 HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO podríaestar relacionado conuna sensación de pérdida, pero noesloque nosotros llamaríamos una depresión: puede contener sentimientos de ansiedad, pero no se entiende sólo como una sensación de ansiedad. Es, como nuestros pacientes nos reficren, un «dolor». Es este fenómeno aparentemente indefinible el que quiero tratar aqui. Intento así describir un tipo de dolor que aparece, pienso, en mantiene la personalidad, un cambio y una alteración … mental, que en algunos casos puede incluso ser el factor determinante _que lleva finalmente al paciente al análisis. En otros, este cambio es parte del proceso analítico, y si puede resolverse pucde ser un paso muy _positivo en cuanin al progreso y la integración. Es interesante ver con qué frecuencia se siente como algo casi físico —el paciente suele Jocalizarlo en la parte baja del pecho— y sin embargo, El o ella saben perfectamente que no están describiendo una condición física; no es ni hipocondríaca, ni psicosomática, se sabe que es algo mental. Se experimenta como algo que está en el límte entre lo mental y lo físico. Este tipo de dolor psíquico me parece que se trata, en gran medida, de un fenómeno fronterizo como comentaré más adelante. Puesto que este tipo de dolor que estoy comentando está asociado con la pérdida de un estado particular de la mente y de un equilibrio psicológico, quiero primero considerar la naturaleza de este estado. Ya he sugendo que el dolor noes sólo ansiedad, ni es sólo depresión. Debo indicar que está vinculado con una conciencia mayor del self y de la realidad de las otras personas, de manera que está relacionado con una sensación de separación, pero no es sólo de estos conceptos de los que estoy hablando; quisiera explorar la experiencia y las cualidades 1mplicadas. Pienso que aparece en pacientes que tienen importantes áreas de ansicdades psicóticas, a pesar de que en muchos aspectos lleven una vida aparentemente satisfactoria, y cuyas defensas hayan venido operando conrelativo éxito. Hasta cierto punto han alcanzado paz y libertad con respecto al conflicto a través de la utilización de estilos particulares de relaciones objetales que les protegen de experiencias emocionales verdaderas. Básicamente estoy describiendo un aspecto de lo que Melanie Klein reúnc bajo cl título de «identificación proyectiva», Cuando este tipo de atadura patológica sc rompe, lo que experimentan es algo nuevo y desconocido que es lo que ellos, y yo Aaquí, llamamos «dolon. En las primeras etapas del análisis de este. tipo de pacientes, la ansicdad y los sentimientos persecutorios que LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO 129 ecen cuando sienten amenazadas sus defensas, son muy fuertes; a Nedida que el análisis ayanza y se consigue progresar, ºlenso que la jencia cambia desde Ja ansiedad hasta el «dolor», A este movipto me referiré de nuevo más adelante. acuerdo con rm expenenc¡a este tipo de dolor puede aparecer OS que sea un proceso lento y gradual de integración, sino que también surgir fuera del análisis y, de hecho, como he sugeri- Ko; puede ser la razón que finalmente lieve a un paciente a buscar trajento; cuando, por ejemplo, un tipo particular de relación con un Jeto altera y perturba un equilibrio previamente alcanzado, entonDD Edes suele sentirse como mucho más traumático y violento, Los métodos que este tipo de pacientes suelen cmplear para mante Ry el equilibrio muestran una gran variedad, pero tienen en común la tilización de sus objetos más importantes para que contengan aspectos su self. Algunas veces esto se alcanza casi por completo, como en el o de los perversos que se proyectan mental o corporalmente en sus ttn:hes, como prendas de piel o ropa interior femenina, y asf se manenen a salvo de la ansiedad que les produce relacionarse; también uede lograrse de una manera poderosa, pero más limitada, cuando se royectan aspectos importantes del selfen otras personas y no se viven omo si formaran parte del self. Algunas veces el proceso se hace más Vidente a los ojos del analista, puesto que el paciente ha construido un istema delirante que abarca áreas específicas de su vida. Por ejemplo, wn paciente puede proyectar aspectos de su self en el analista de tal anera que perciba que el analista se le parece mucho en el estilo de v¡da o en la personalidad, las propias dificultades suelen adscribitse al 1_, analista con muy poco o casi ningún insight, y pucde pensar que el anafylista lleva una vida muy similar a la suya como, por ejemplo, que vive istado, que tiene pocos amigos o muestra los mismos gustos. Esto Bipuede llevarles a la convicción de que mantienen una relación muy "en el presente, o que podrán ercana o muy íntima con el analista Mantenerla en el futuro. Esto significa que no hay una verdadera clación, no hay diferenciación. En las primeras etapas del análisis, este tipo de pacientes casi no ienten como una pérdida las vacaciones y las intermpciones, puesto álue se retiran a su propio mundo y allí mantienen un tipo de relación iniEma eufórica con el analista, que es muy diferente a una relación Haterna basada en la introyección de un objeto al que sc le reconoce una HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQU]QO 130 presencia física real, al qué se valora, se ama o se odia. Y tenemos que distinguir entre una y otra actitud. Estos pacientes no «actúan» comoel analista ni lo extrañan durante las vacaciones, porque parecen capaces de mantener esa relacién eufórica e idealizada, viviendo una especie de presencia continua que no permite ningún tipo de distancia. La lenta caída de este estilo de relación interna conlleva un sentimiento muy profundo de dolor durante las interrupciones. Dada la naturaleza especialmente concreta de este tipo de identifi. cación proyectiva, la salida de este estado mental también se experimenta de una forma concreta. Un paciente que salía de un estado mental parcialmente delirante utilizaba la palabra «emergiendo», lo que venía acompañado de un gran dolor; otro hablaba de sentirse «arrancado», Algunos parecen sentir la experiencia en el análisis como verdaderas cicatrices quirúrgicas. Uno de estos pacientes sintió en una sesión cómo se reactivabael dolor de la cicatriz de una vieja operación; otros sueñan cón cicatrices enormes y espantosas. A mí me interesa el vínculo entre la experiencia de este tipo de pacientes que se sienten entresacados de algo, empujados fuera o arrancados, y la idea misma del nacimiento. Comentaré esto posteriormente. Para tratar con más detalle este problema del dolor psíquico, quisiera aportar el ejemplo de una paciente a la que ya mencioné anteriormente, a quien el rompimiento de un modo específico de relacionarse la ayudó a precipitar el momento de comenzar a analizarse. El ejemplo nos lo proporciona una chica joven que estaba en los últimos años de su carrera universitaria cuando empezó a considerar Ja posibilidad de analizarse; s surgreron en una relación afecuva que mantenía con las dificultadeque un hombre bastante mayor ayudaron finalmente a que acudiera a un tratamiento. Su amigo, que provenía de un medio científico eminente, le resultaba al principio muy interesante y atractivo, pero esto cambió pronto. Notó que perdía el interés al ver que él se entregaba a ella cada vez más, que se adaptaba a sus descos y exigencias y soportaba sus críticas ¢ incluso sus ataques cuando le ponía en tela de juicio aél, asu inteligencia, etcétera. Al mismo tiempo, esa relación que al principio parecía tan segura, como si ambos estuvieran completamente acoplados y enamorados, se hizo cada vez más endeble, hasta que ella se dio cuenta de que apenas podía tolerar estar lejos de él, o dejarle ir cuando se despedían, o poner fin a sus interminables conversaciones telefónicas. Entonces llegó una semana en la que él terminó la relación temporalmente, lo que provocó HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO 131 en ella un dolor absolutamente insoportable, y aun cuando la reanudaron casi de inmediato y sentía que él estaba entregado a ella, necesitaba seasegurarse constantemente de su entrega y seguía sintiendo ese dolor casi sin interrupción. Lentamente empezó a caer en la cuenta de que el problema debía ser más profundo, pues a pesar de su entrega aparente, no conseguía sentirse tranquila. Noté que a lo largo de este primer período del análisis yo apenas existía para ella, sólo servia como alguien a quien se puede acudir para verter las muserias, y parecia que desde mi papel yo debía proporcionarle la «comprensión» necesaria para volver a colocar las cosas en su sitio. Daba la impresión de que apenas sentía algo con respecto al análisis 0 con respecto a mi como persona y no era muy consciente de que las interrupciones o los cambios podían despertar en ella algún sentimiento; sin embargo la «comprensión» no servía de nada y en esa época apenas conseguía sentirse aliviada por el analisis. Pienso que lo que ocurría es que esta paciente tenía una gran dificultad para hacerse cargo de toda un área de sentimientos relacionados con la dependencia, con esperar, con guerer, y con la rabia que me parece que está asociada con todo esto. Mientras que su amigo dependía profundamente de ella —estaba prácticamente enganchado a ella— todo iba bien, pero en cuanto esto cambiaba, por muy poco que fuese, incluso ante el final de una conversación telcfónica, había un sentimiento de pánico que luego se transformó en un dolor espantoso cuando él la dejó. Quisiera darun ejemplo del principio del análisis. Una sesión transcurriría más o menos de esta manera: la paciente entraría y describiría una vez más las dificultades con su amigo, ¿por qué la había dejado? Después relataría su terrible sentimiento de desgracia y de dolor, el por qué ya no podía confiaren él ahora, etc., etc. Y seguiría con alguna pregunta exigente, fuerte y demandante. ¿Porqué cambió él? Noté que cuando yo intentaba ayudarla a explorar más profundamente lo que ocurría, me topaba con un nuevo bombardeo de preguntas. ¿Por qué ocurrió? ¿Qué podía hacer ella ahora? Y en respuesta a cualquier interpretación sus preguntas se hacían más imperiosas, más exigentes y parecían aplicarse a cuanto yo dijera para continuar hostigándome. Luego pude mostrarle que detrás del problema con su amigo había alguna relación con lo que ella estaba haciendo conmigo. Independientemente de lo que yo dijera, ella no se dabani el tiempo ni el silencio necesarios para escuchar, absorber y digerir, sino que volvía con una terrible urgencia exigiendo más, tan pronto como 132 HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO fuera po'sible. antes del final de la sesión. Le diera lo que le diera, nunca parecía ser adecuado ni llegar lo suficientemente rápido, parecía entonces dejarle un terrible sentimiento de vacío y de hambre, como si nunca fuera a poder sentirse aliviada y continuaba entonces exigiendo ' más. Sin embargo, la forma en la que decía «sí, pero...», y volvia otra vez a hacer preguntas, era como si de hecho estuviera masticándome amío masticándome por dentro, prendida de mí de una forma concreta, consuansiedad y su exigencia. Pienso que esimportante observarcómo experimentaba ella la comprensión verbal —que presupondría una relación entre ambas— como de poca utilidad, y lo único que parecía poder ayudarla era algo concreto como un consejo, lo que, por supues- to, no era cierto. El punto que quiero señalar ahora noes sólo que su comportamiento en la transferencia estaba reflejando su relación inmediata con su amigo, enla que invadía, masticaba y sentía pánico, sino que me parece que su ansiedad tenía que ver con su incapacidad para establecer una relación emocional profunda con alguien, por razones que en aquel momento nos eran desconocidas. Parecía necesitar una relación con su amigo en la que se borraran lo más posible la distancia, las diferencias y las separaciones, y en la que él pudiera mantenerse enganchado a ella de manera que todo su aspecto desesperadolo proyectaba en él. Cuando esta estructura empezó a derrumbarse, apareció primero la ansiedad y luego ese temible dolor. Sospeché que era el rompimiento de una relación estructurada que amenazaba con dejar al descubierto algunos aspectos de sus relaciones con las figuras de su infancia. El primero de estos aspectos que empecé a conocer estaba relacionado con ese comportamiento que consistía en controlar, invadir y masticar, y esa cxtrafia presión que todo esto ejercía en mí como recipiente para intentar aliviar su dolor de una forma concreta actuando tan rápido como fuera posible. Ahora quisiera observar el problema desde otra perspectiva, es decir, cuando la apanción del dolor forma parte del movimiento en el análisis. El paciente que ha vivido en una especie de mundo delirante Eempieza poco a poco a tomar contacto con aspectos más realistas de su mundo y de la relación con su analista. Estos pacientes, como ya describí, tienden a asumir una especie de cercanía, una relacién muy especial con el analista, pero a un nivel más profundo da la impresión de que esto implica una proyección fantaseada del propio self en el cuerpo o en la mente del analista, y en esto consiste la cercanía, no en HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO 133 relacionarse y contactar. Generalmente este tipo de pacientes no son conscientes de esto y creen mantener una actitud positiva y de admiración hacia el analista; nada más lejos de la verdad, como se revelará posteriormente. Es el emerger lentamente de este estado lo que lleva a sufrir este dolor extremo, incomprensible, una gran preocupación que el paciente intenta acallar concretamente con drogas o con alcohol, pensando que no hay otra manera de enfrentarlo. La reacción original suele ser la pérdida profunda de un estado de excitación o incluso de dicha y por lo tanto un empobrecimiento, y es muy importante que la naturaleza de esta sensación de empobrecimiento pueda discriminarse por completo. Pero a la larga, la aparición de este dolor le confiere a estos pacientes una mayor nqueza interna y un mayor registro emocional; o parafra- seando la idea de Bion, el paciente que ahora empieza a tener la posibilidad de sufrir el dolor, será también capaz de sufrir el placer. Intentaré comentar esto más ampliamente a través de un fragmento del material de uno de estos pacientes, B., una joven escritora que tenía un hijo adolescente. Estos son los antecedentes del material. B., inconscientemente, ha venido viviendo una situación irreal, casi delirante en su relación conmigo, que parecía extenderse también a otras relaciones, en las cuales los demás éramos unidades muy cercanas ¢ idealizadas y muy simulares los unos a los otros. Apenas podía verme a mí de una forma realista. Aparentemente tenía pocas expectativas al principio con respecto al análisis, excepto algo asi como permanecer aquf; y aun cuando yo trabajara con ahínco, opor muchos logros que alcanzáramos, ella tendía a perder contacto día a día con cuanto había ocurrido en las sesiones. Durante el período que ahora nos ocupa estaban ocurriendo algunos cambios, en particular el que B. caía por primera vez en la cuenta de las diferencias entre ambas, algo que yo describiría como que ella empezaba a emerger de un mundo delirante y confuso; esto le permitía mostrar una mayor apreciación y valoración del trabajo diario, pero también sentimientos de gran dolor. B. comenzó a hablar de una forma ligera, humorística, casi riendo, que contrastaba sorprendentemente con el dolor y las dificultades de las que había estado hablando en la sesión anterior. Luego contó un sueño del que dijo que la había impresionado con horror: Ella había tenido un segundo bebé, aunque de padre desconocido, como si no hubiera un padre implicado. Era como si el bebé hubiera nacido bien 134 HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUIQ)' y de pr¿)nto una especie de agujero empezara a abrirse en torno a sy mejilla, cerca de la boca, de manera que la misma boca erauna enorme abertura. Estaba el problema de cómo alimentarlo, porque la leche se derramaría; había un sentimiento vago e incomprensible de que esto eraresponsabilidad de mipaciente. Ella envolvió al bebé en una manta y vio entonces cómo la abertura empezaba a sanar un poco, el bebé parecía como más guapo.Las asociaciones llevaron a la paciente hasta una tíasuya que había sido operada recientemente y que había quedado perturbada después de la operación y actuaba de un modo muy extraño, llegó incluso a arrancarse algunos de los puntos de sutura de la operación, que el cirujano tuvo que reparar. Esta tía lleva el mismo nombre de mi paciente. El sueño parece tener una especial significación en este período en el que mi paciente estaba sufriendo este intenso dolor casi permanentemente, como si llevara consigo la posibilidad de un insight. Primero, pienso que el bebé es un aspecto de sí misma que ella siente que está naciendo ahora, emergiendo físicamente de una forma de relación conmigo idealizada y encerrada, su mundo delirante vivido de una formaconcreta. Sin embargo, no se trata de un nacimiento natural, pues está asociado con algo que searranca, la cicatriz de la operación. Ahora, que empicza realmente a emerger, empiezan a abrirse camino todo tipo de problemas psíquicos y posibilidades. Una es la posibilidad de hacerse responsable de sí misma, de su mente y de su funcionamiento; en el sueño ella se siente vagamente responsable por la boca del niño, así como su tía es responsable del daño que se ha hecho en la cicatriz de la operación y de haber dañado el trabajo del cirujano. Luego se vuelve incontinente, la leche va a derramarse, que es exactamente lo que ha venido ocurriendo entre una sesión y otra. No podía permanecer dentro para ser digerida. De hecho, la sesión había comenzado con una especie de inconti- nencia verbal, bromeando, un tanto ligera, evitando los temas impor- tantes. Pero muy recientemente había empezado a asirse a esto, como si la boca, de una forma apenas perceptible, empezara a sanar y empezara a asirse al pezón. ¡Se estaba poniendo cada vez más guapa! Pero si clla sale adelante, será mucho lo que tendrá que enfrentar, cosas como el hecho de que yo he estado allí todo este tiempo, trabajando con ella, que todo un mundo de vida ha venido transcurriendo a su alrededor, y que su mundo delirante era un mundo —delirante, y que los bebés tienen dos padres, y que nuestro trabajo A LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO 135 Mopreso en ella y deshacen nuestro trabajo; esto acarrearía «sufrir el or»- Sin embargo, se movía en esa dirccción. Los sentimientos 4 bicidas son característicos enestos pacientes que emergen de semejan- Efrestados de encerramiento, pues es la vida misma lo que quieren - , en efecto, es exactamente la vida, vivir y relacionarse lo que pierta en ellos tanto dolor y toda una gama de sentimientos que hasldel momento han evitado. La destrucción del self y de la mente que Urvive resulta más atractiva. r .'¿.. juntos tantos estadios y ansiedades diferentes, ansiedades orales, 'f' iedades de nacimiento, la boca que derrama; aspectos apargntemenedípicos, no había padre; fragmentos de una posible consideración Yteparación, clla envuelve al bebé, la boca sana, hay un vago senti"ento de autorreproche, etc. Parece que estos pacientes que viven tan ¿umergidos en ese mundo irreal y delirante de identificaciones g{oycctivas han recorrido un trecho en su desarrollo—no sonrealmente psicéticos—, algo han avanzado, pero no han sido nunca capaces de úsirse y elaborar las etapas básicas del desarrollo, sino que se han igplegado inmediatamente a su mundo irreal ante las dificultades y las ansiedades. A medida que emergen de una manera más total en el fratamiento, progresan a través de una serie de clapas y surgen otros problemas, como si antes éstos apenas se hubieran insinuado o se hubieran rozado, pero nunca se hubieran podido enfrentar realmente. ';T] odo cllo debe reconstruirse a medida que avanza el trabajo analítico. ; Sospecho que csto está asociado al desconocimiento de la natura- leza del dolor, que es imposible definir. No se experimenta el dolor 'Tomo sentimiento de culpa conrelación a los impulsos, como consideEsción hacia los objetos o como la pérdida de un objeto; no tiene tanta El,,azidad. En esta etapa, estos pacicntes no han logrado todavia una Wiferenciacién suficiente como para alcanzar y elaborar Ja posición ; siva. La naturaleza del dolor es más desconocida, más basta, está conectada con la aparición en un mundo vivo. Retraerse de este mundo no implica tanto el empleo de defensas maníacas, sino el “escabullirse en la utilización de mecanismos más esquizoides para 136 HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO lograr la paz, aun cuando esto implique destruir el progreso, destruir sy propio self, o un intento de regresar a un estado indiferenciado, como si volvieran a estar dentro del objeto. Para explicarlo de otra manera, este dolor no es todavía dolor de corazón —aunque suele sentirse relacionado con el corazón— pero contiene los rudimentos de la capacidad para sentir dolor de corazón. Pienso que es comprensible que estas pacientes suelan ser quienes presentan psicosis puerperal cuando dan a luz a sus hijos, especialmente al primero. Comparativamente suelen sentirse cómodas y libres de ansiedad cuando están embarazadas, pero el nacimiento, o el perío- do inmediatamente posterior al parto, suele ser traumático. Tengo la impresión de que no sólo sienten que les han arrancado al bebé, sinoque están tan profundamente identificadas con el bebé, al que sienten que han arrebatado y desencajado del cuerpo de la madre, que estas primeras semanas pueden ser realmente traumáticas y precipitar una descompensación bastante seria. La pacientc nunca ha elaborado adecuadamente su propio problema de estar fuera, de haber nacido. Me gustaría volver sobre un punto que anteriormente comenté, y que es la naturaleza del movimicnto dentro del análisis hacia la experiencia de este tipo de dolor psíquico. En un principio, cuando ana- lizamos la naturaleza de la identificación proyectivadel paciente en sus objetos y hay algún cambio en las defensas, estos cambios vienen acompañados de ansiedad y de una reutilización inmediata de los mecanismos proyectivos para restablecerel equilibrio. Es sólo cuando el paciente tiene estos aspectos mejor integrados y cuando hay un fortalecimiento del Yo, cuando puede sentir este deseo y este interés activo con respecto a lo que ocurre externa e intemamente. Es entonces cuando, desde mi punto de vista, se experimenta el dolor psíquico como tal, y siempre que el paciente no se retraiga de este dolor, aumentará su capacidad para sufrirlo. Bion describe «la necesidad, más obvia en algunos casos que en otros, de que la experiencia analítica aumente la capacidad del paciente para sufrir aun cuando el paciente y el analista puedan desear disminuir el dolormismo» (Bion, 1963, p. 87), y continúa describiendo la relación entre el dolor y el desarrollo, agregando que esta relación se reconoce en la frase tan comúnmente utilizada de «dolores del crecimiento», un punto francamente relevante para el tema que estoy tratando. Quisiera ilustrar brevemente este tipo de movimiento. Un paciente, C., que se ha pasado toda la vida completamente arslado y atrapado en CIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO 137 fantas¡as fetichistas, empezó a sentir que estaba vivo, muy alarmado jcon un gran dotor, pero también con la sensación de que aumentaba queza emocional. Por ejemplo, por primera vez en su vida, al menos ientemente, pudo sentirun verdadcroscnum¡ento de apego hacia icuerdo y comentó que era extraño que de camino a la ses¡ón había g:rado la fecha en su reloj y notó, algo poco usual en él, que las pacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Generalmente esto sólo se sbozaría en €] horas antes de una interrupción. Ahora, en la sesión, se ía sentir que había un movimiento. Al comienzo del análisis, cuando pudo analizar las profundas yecciones que hacía sobre sus objetos, aparecieron sentimientos de ina ansiedad intensa, como en un sueño recurrente de su infancia enel ue se caía fuera de un globo hacia una nada oscura y terrorífica Ahora podemos distinguir esta ansiedad de un sentimiento de dolor y preocugfién conrespecto a sentimientos desconocidos conrelación al mundo $n el que ocurren cosas interna y externamente. Son los comienzos de é Lo digo de esta manera porque tengo la sensación de que este tipo fle dolor tiene una cualidad de incomprensibilidad para el paciente y lra el analista. Parece ser un dolor relacionado con la gente y con la Wida, y si podemos ayudar a nuestros pacientes a superarlo, entonces Bendrán la posibilidad de desarrollar un sentido de responsabilidad BMbre sí mismos, sus relaciones, su comprensión y sus impulsos, y Btendremos un cambio verdadero hacia la posición depresiva y la 138 HACIA LA EXPERIENCIA DEL DOLOR PSÍQUICO), consideración por los demds. No obstante, s6lo estaremos a mitad de' camino hacia la posición depresiva. Si asumimos el conocimiento e, interpretamos el contenido prematuramente, sospecho que ayudare.: mos a que el paciente se endurezca de nuevo. Hay un aspecto técnico; adicional; pienso que no podemos ayudar al paciente a salir de sug antiguos modelos de operar y emerger de la experiencia de este tipo de realidad psíquica y a los comienzos del sufrimiento de este dolor psi. quico y superarto, sino siguiendo minuto-a-minuto los movimientos de aparición y retraimiento, de vivencia y de evitación que ocurren dentro de la transferencia. De nada le sirve al paciente el «conocimiento» de estas cosas. Estos dos últimos puntos están esencialmente relacionados con el pcnsamíe¿¡to de Bion, aquel que ha comentado tantas veces desde distintos puntos de vista, es decir, la importancia de ser capaces de esperar sin sabes: «la capacidad negativa». El otro está relacionado con la importancia de distinguir claramente, en nuestro trabajo, entre «posesión de un conocimiento» y «devenir», entre K y O (Bion, 1970). He intentado comentar un tipo particular de dolor psíquico que pienso que pertenece al surgimiento desde estados esquizoides de la mente en los que la idenuficación proyectiva se utiliza con mucha intensidad. He pretendido proponerlo como un fenómeno fronterizo que está en el límite entre lo mental y lo físico, entre el estar encerrado y el emerger, entre las ansiedades sentidas en términos de fragmentación y persecución y el comienzo del dolor, de la integración y de la consideración. y