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Geo Latina coloquio (1)

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HISTORIA DE BRASIL
Para entender el periodo colonial
brasileño es necesario explicar el
carácter
del
capitalismo
mercantil, que dio origen a los
descubrimientos marítimos de los
siglos XV y XVI y organizó la
colonización de las tierras
encontradas. La expansión de la
Península Ibérica en dirección al
mundo africano, y posteriormente
americano, tenía el indiscutible
liderazgo de Portugal que,
además de dominar gran parte de las Islas Atlánticas, consiguió descubrir el camino
marítimo hacia las Indias, objetivo central de las incursiones marítimas. La dinastía
de los Avis, en Portugal, pudo formar el primer Estado monárquico altamente
centralizado de Europa y se lanzó de forma sistemática al restablecimiento del rico
comercio con las Indias, cuyo camino terrestre fue cortado por los árabes. Este
hecho revela el papel fundamental que desempeñaron Portugal y, tiempo después,
España en la formación del mundo contemporáneo. Al sacar provecho de las
prácticas mercantiles antes que otros europeos, al contar con una fuerte
concentración interna y externa de capitales, al reunir los conocimientos científicos
y tecnológicos de la época, estos países consiguieron abrir al occidente europeo un
vasto imperio económico, cuyo fruto final recogerían, siglos después, Holanda,
Francia e Inglaterra, sobre todo.
El carácter de la expansión marítima era
principalmente comercial.
Se trataba de contactar a China y a la Ruta
de la Seda a través de su punto más
próximo, el rico centro comercial hindú y el
Océano Índico, y reorientar su comercio
con Europa, que se realizaba hasta
entonces a través del continente mediante
una
vía
marítima.
Los
puestos
comerciales, defendidos por sus fuertes,
constituían las principales formas de
exploración terrestre. No obstante, era
muy diferente la situación en la mayor
parte de África y sobre todo en las Islas Canarias, así como en gran parte de las
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tierras de América. En estos lugares, o se expropiaron los pueblos indígenas más
ricos o se realizó un proceso de cambio absolutamente desigual entre los productos
de civilizaciones por completo distintas (un objeto de oro se intercambiaba por uno
de acero europeo, sin ninguna ley de valor que regulara ese intercambio). Con el
tiempo, se fue demostrando la conveniencia de establecer allí centros productivos
bajo la administración europea.
El paso de las relaciones puramente
mercantiles a la producción colonial tuvo
que variar según las particularidades
regionales. Dos tipos de objetos eran
necesarios: minerales preciosos y productos
tropicales inexistentes en Europa. Ello
determinó la elección de las regiones hacia
donde el colonizador se desplazó, según
sus conocimientos y los recursos técnicos
de la época.
El segundo condicionante de la producción colonial fue la mano de obra. Donde
existían poblaciones indígenas organizadas, capaces de obtener los metales o los
productos tropicales, la tarea fundamental era someterlas y organizarlas con el
propósito de que trabajaran para el colonizador. Se trataba de destruir la antigua
organización indígena o ajustarla a las nuevas necesidades, lo cual llevó a la
destrucción física de millones de nativos.
Había una gran disposición para experimentar soluciones nuevas, sin dejar de
considerar los precedentes históricos de los imperios antiguos y medievales, lo que
permitió alcanzar solo cierta estabilidad a mediados del siglo XVI. Se trataba sobre
todo de conseguir un sistema de movilidad de vastas poblaciones hacia el trabajo
minero o en granjas, sin eliminar una economía de subsistencia necesaria y una
organización comunal mínima, que funcionaba en especial como reserva de mano
de obra. Sin embargo, el asunto de mayor interés es dónde faltaba mano de obra,
como en Brasil. Los indígenas brasileños se encontraban atrasados en exceso en
su experiencia de trabajo disciplinado y demasiado dispersos para servir de base a
una economía rural estable.
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El recurso inicial que usaron los
portugueses fue la esclavitud de los
indígenas, combinada con la utilización
de portugueses degradados. Esta
solución resultó muy limitada y se abrió
una fantástica y terrible etapa histórica
de desplazamiento de la población
africana hacia América, mediante una
intensificación hasta el límite máximo
del viejo comercio esclavista árabe en
África.
Este comercio se transformó en los dos
negocios
más
importantes
del
capitalismo mercantil, que superaba las ganancias de las actividades productivas.
Como señaló Karl Marx, el comercio de esclavos, que estuvo bajo el dominio inglés
en el siglo XVII, fue una de las bases fundamentales de acumulación originaria de
capitales que permitió el surgimiento del moderno modo de producción capitalista.
Cualquiera que fuese la solución encontrada, sea la organización de comunidades
indígenas, de las cuales la Corona cobraba tributos; o la entrega de las poblaciones
locales al dominio de los “encomenderos”, a los cuales la Corona concedía el
derecho de explotación de los indígenas, las minas y las tierras; o a través de la
esclavitud pura y simple de africanos y, en algunos casos, de indígenas, todos los
regímenes de trabajo adoptados tuvieron un carácter servil y forzado. En las
colonias, no puede crearse un mercado libre de trabajo a pesar de las amplias
motivaciones capitalistas que orientaron su formación. La razón fundamental de
esto era la existencia de tierras abundantes, lo cual conduciría de modo normal a la
explotación individual, familiar o comunitaria, si la mano de obra existente no se
forzaba a trabajar en las empresas mineras o agrícolas, de los señores europeos o
de los “criollos”. Aquella alternativa más progresista se dio en la colonización, casi
independiente y “privada”, del norte de Estados Unidos, siglos después.
En Brasil, los africanos demostraron esta
tendencia natural al escapar de las haciendas
para formar comunidades propias, los
“quilombos”, entre los cuales el más famoso
fue Palmares, que tuvo alrededor de 20 000
habitantes, sobrevivió más de medio siglo y
estableció vínculos comerciales poderosos
con las ciudades del noreste, hasta que las
tropas “paulistas” lo destruyeron totalmente
en 1694.
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Como se dijo, tres son las características fundamentales de las formaciones
socioeconómicas coloniales:
1) Las sociedades coloniales son un producto del fortalecimiento y la expansión del
poder monárquico y este las organiza y administra. La tierra, las minas y las
poblaciones nativas de las colonias de modo legal pertenecen al rey. También el
derecho de comerciar con las colonias era monopolio legal de la Corona. Las
burguesías mercantiles se hallaban bajo su protección y tenían que pagar altos
tributos por las concesiones monárquicas para que explotasen las riquezas
coloniales.
2) Todo el rico comercio y la enorme producción colonial eran un monopolio de la
Corona, que cedía, a cambio de un alto tributo, su explotación a particulares, cuando
no podía hacerlo ella misma. Este monopolio incluía la mano de obra indígena, lo
cual indica el segundo aspecto de las formaciones socioeconómicas coloniales: el
trabajo fue servil por necesidad (en el caso de Brasil, el Caribe y el sur de Estados
Unidos, era esclavo), no por tradicionalismo, sino por ser funcional, audaz y
“emprendedor” ajustado a las necesidades de la producción colonial.
3) El tercer aspecto esencial de estas formaciones es la determinación externa de
su producción destinada a atender las necesidades del mercado colonizador
europeo. Brasil experimentó varios ciclos de producción en el periodo colonial,
siendo los principales: el Pau-Brasil, en el siglo XVI, del azúcar y del oro, en los
siglos XVII y XVIII, que siguieron una sucesión histórica más o menos rígida. Esta
economía es necesariamente mono productora, organizada en enormes
extensiones de tierra cedidas por la Corona, en usufructo de los nobles locales, bajo
la forma de grandes unidades productoras, basadas en la mano de obra esclava y
servicio.
Los portugueses que establecieron su
primera colonia en 1530 y crearon
plantaciones de caña de azúcar a lo largo
de la costa. Cuando los portugueses
descubrieron las grandes reservas
de oro y de diamantes que existían en
Brasil, aceleraron su expansión en el
territorio y saquearon los metales
preciosos para llevarlos al viejo
continente.
En 1789 se inició el movimiento brasileño
que intentaba derrotar a los colonizadores.
Pero recién en 1822 Brasil logró
convertirse en una nación libre. El último rey de descendencia portuguesa gobernó
hasta 1888, momento en que los militares lograron expulsarlo de manera definitiva
y Brasil se convirtió en una república federal
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¿Qué es Brasil?
La República Federal de Brasil es el país más
grande de América del Sur y el quinto país con la
mayor extensión de territorio del mundo después
de Rusia, China, Canadá y Estados Unidos.
Brasil tiene 211.000.000 habitantes y es el país
más poblado de América Latina. Fue conquistado
por Portugal y, luego de su independencia,
conservó el portugués como el idioma oficial
excepto en algunas poblaciones indígenas que
aún conservan su lengua original y viven en
lugares remotos del Amazonas. Su territorio
ofrece importantes recursos naturales, como tierras
fértiles, minas y enormes masas de agua que sirven para generar
energía hidroeléctrica. Sin embargo, a pesar de ser una de las principales
economías del mundo existen desigualdades sociales extremas, degradación
ambiental y crisis financiera. Brasil es el quinto país con la mayor extensión de
territorio del mundo.
Límites geográficos de Brasil
Brasil tiene una extensión de 8.511.965 km2.
Al norte Guayana Francesa, Surinam, Guyana,
Venezuela y Colombia.
Al sur Paraguay, Argentina y Uruguay.
Al este Océano Atlántico.
Al oeste Perú y Bolivia.
Brasil está conformado por 26 estados y un
distrito federal que es la capital de la República
y se llama Brasilia. Tiene una extensión de
8.511.965 km2. Entre las ciudades más
desarrolladas se destacan San Pablo y Río de
Janeiro.
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La selva amazónica tiene una
extensión de 1.500 km2. Brasil
presenta un paisaje variado y
complejo, con abundantes ríos,
humedales, montañas y mesetas,
que
ofrecen
una
gran
biodiversidad. Tiene la selva más
grande del mundo, el Amazonas,
ubicada en el norte del país y que
tiene una extensión de 1.500
km2. La selva, además, está
conformada por una importante
red fluvial. El país cuenta con un
gran sistema fluvial que es
drenado por el río Amazonas, el
más extenso y caudaloso del
mundo que, también, atraviesa a los países de Perú y Colombia. Además, hay
numerosos ríos y arroyos más pequeños que drenan en el océano Atlántico.
Clima de Brasil
La temperatura media de Brasil es de 28
ºC. El clima que predomina en Brasil es
tropical y subtropical húmedo, excepto en
algunas zonas del noreste que van desde
Bahía hasta las costas de Natal y San Luis,
en las que suele ser semiárido y con
sequías. En las regiones centrales del
territorio abundan las precipitaciones
durante los meses de verano, que van
desde noviembre hasta abril, incluso, con
aguaceros torrenciales. Las lluvias en
general son moderadas, entre 1000 y 1500
milímetros al año, aunque varían según la
geografía y suelen ser muy abundantes en
la zona del Amazonas, entre 2000 y 3000
milímetros al año. La temperatura media es
elevada y suele rondar los 28 ºC. En
Brasilia la temperatura es moderada y oscila entre los 15º y 30º. En gran parte del
territorio durante el verano la temperatura puede alcanzar los 40 ºC.
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Flora y fauna de Brasil
La escasa presencia humana en la
selva
es
primordial
para
la
conservación de las especies.
La flora y fauna de Brasil presentan
mayor biodiversidad que cualquier otro
país en el mundo, en especial, en la
selva amazónica. La escasa presencia
humana en la selva resulta primordial
para la conservación de las especies.
La vegetación es muy abundante con
árboles como el maruá, el cedro, la
caoba, el palo violeta, la pitanga, la
palmera, el ishpingo y el yvirá isí, entre
otros. También, hay plantas como la
orquídea, la bignonia, el lirio y la
princesa flor. Muchas de las especies vegetales son frutales o tienen hojas de uso
medicinal.
La diversidad de ecosistemas alberga, además, a numerosas especies animales,
como el delfín rosado, el perezoso, el mono tití, la anaconda verde, el tucán, el
guacamayo, el lagarto, el caimán negro, la anguila eléctrica, el pirarucu y la rana
punta de flecha, entre otras.
CULTURA DE BRASIL.
La cultura de Brasil es eminentemente pluricultural, marcada por grandes y diversas
corrientes migratorias provenientes de todos los continentes, sumado al intenso
mestizaje. Brasil está conformado por muy diversos pueblos, lo que se refleja en su
cultura, que posee elementos principalmente
indígenas, africanos y europeos..
La cultura popular y la cultura erudita siempre
fue bastante problemática en el país. Durante
un largo período de la historia, desde
el Descubrimiento de Brasil hasta mediados de
los siglos XIX y XX, la distancia entre la cultura
erudita y la cultura popular era bastante amplia:
la primera buscaba ser una copia fiel de los
cánones y estilos europeos, la segunda era
formada por la adaptación de las culturas de los
diferentes pueblos que formaron el pueblo
brasileño en un conjunto de valores, estéticas y
hábitos rechazados y despreciados por las
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élites. Gran parte del proyecto estético modernista fue justamente el de rescatar en
los campos considerados "nobles" de la cultura (las artes en general, la literatura, la
música, etc.) y hasta los hábitos cotidianos, considerándola como una legítima
cultura brasileña.
Los colonizadores portugueses que invadieron el territorio a partir del 1500 d. C. y
que exterminaron casi todos los rasgos de las tradiciones originarias amerindias, es
decir, de los indígenas de América. Además, recibió la influencia de los inmigrantes
alemanes
y
los
esclavos
africanos.
Cuando los europeos llegaron al territorio brasileño se estima que había unos 30
millones de indígenas. En la actualidad hay unos 300.000 indígenas que habitan los
lugares más remotos del país. La diversidad de culturas, de los invasores y de los
inmigrantes, generó nuevas costumbres religiosas, musicales y culinarias.
Una de las principales características de la cultura brasileña que refleja esa
diversidad es la música, como el folklore africano en portugués, la samba y la bossa
nova que combina samba y jazz
El carnaval es otra característica
de la tradición brasileña, que
adquirió reconocimiento a nivel
mundial debido al imponente
despliegue del festejo y de la
calidad del espectáculo de las
diferentes comparsas que desfilan
con sus coloridos trajes y carrozas
al compás de la música tradicional.
La capoeira surgió como una técnica de
arte marcial y, con el tiempo, se convirtió en
un deporte nacional de Brasil. En la
actualidad combina técnicas de lucha con
baile popular de influencia africana y es una
de las representaciones de la cultura
brasileña más reconocida en todo el mundo.
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Comidas típicas de Brasil
La gastronomía brasileña utiliza ingredientes como la yuca, el ñame y frutas como
el açaí, cupuaçu, mango, papaya, guayaba, naranja y piña.
La feijoada es la comida típica de Brasil
y es un guiso hecho con frijoles negros,
carne de cerdo deshidratada. Es
servida con arroz y naranjas y
espolvoreada con harina de yuca. Es
un plato que se considera pesado, por
lo que se come con tranquilidad. Es
habitual que se ofrezca en los
restaurantes los miércoles y sábados.
Religión El número de protestas ha crecido
radicalmente, actualmente representando el
19-26% de la población.
Otras religiones son el espiritualismo (2.14.8%), las religiones afro-brasileñas (~2%),
otras (~2%), además de las personas
sin religión (7.9-12.8%). La población judía
en Brasil es de alrededor de cien mil
personas,
principalmente
en São
Paulo y Río de Janeiro
Las minorías están constituidas por los
indígenas que conservan su religión y sus
costumbres, especialmente en el Amazonas,
tales como unión de vegetación.
Como resultado de la esclavitud negra, algunos afro-brasileños practican
creencias africanas como el animismo, y otras como el candomblé y la umbanda.
La llegada de inmigrantes procedentes de Asia trajo consigo la práctica de las
siguientes religiones minoritarias respecto de la globalidad del país: budismo,
confucianismo, taoísmo, sintoísmo e islamismo, crecientes en el país. Brasil tiene el
segundo mayor número de seguidores de las llamadas nuevas religiones
japonesas, superado apenas por el propio Japón. Puede mencionar Seicho-noIe, Tenrikyo, Igreja Messiânica Mundial y otros, con variados grados de influencias
judaico-cristianas, de las religiones del este asiático (principalmente representadas
pelas tradiciones nativas de Japón) y religiones indianas (principalmente
representadas por el (budismo).
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Economía de Brasil
A pesar de ser un país subdesarrollado es la mayor economía de América del Sur.
La economía de Brasil es la mayor de América del Sur y una de las más importantes
del mundo. Cuenta con una gran cantidad de recursos naturales, renovables y no
renovables, que proveen al país en la industria minera, agricultura y manufactura.
Brasil es uno de los principales productores mundiales de café, soja, mandioca y
azúcar.
A pesar de sus riquezas naturales es un país subdesarrollado en el que las tasas
de inflación se mantienen en aumento, en gran parte, por las políticas
gubernamentales que se implementaron desde el siglo XX.
El turismo también es una de las principales industrias del país y que se mantiene
en crecimiento.
El país recibe unos tres millones de turistas extranjeros al año que eligen como
destino Río de Janeiro, Salvador, Bahía, las playas de Santa Catarina y las
Cataratas del Iguazú, una de las siete maravillas del mundo, que comparte con
Argentina.
Actividades económicas de Brasil
Brasil es la decima segunda economía más grande del mundo, detrás de Estados
Unidos, China, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido. Su economía es también
la mayor de América Latina. Su PIB según estimaciones del FMI es de
US$1.894.000 millones de dólares en 2020.
Brasil ha logrado un gran crecimiento
económico durante los últimos años, incluso
se espera que para antes del 2050 sea una
de las 5 economías más grandes el mundo.
También hace parte del denominado grupo
BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sur
África) de economías emergentes con gran
población y potencial de desarrollo
económico.
Brasil es uno de los países más desiguales
del mundo, está ubicado como uno de los 20 países con la peor distribución de
ingreso de acuerdo con el Coeficiente de Gini, aunque en los últimos años esta
brecha se ha reducido gracias a reformas llevadas a cabo en los últimos gobiernos.
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Actividades primarias de Brasil
Las actividades primarias de Brasil son una pequeña proporción del agregado total
de la producción económica y ocupan a alrededor del 10% de la fuerza laboral del
país, calculada en 100 millones.
Sus principales productos agrícolas son:
Café, Brasil es el mayor productor a nivel mundial con una producción anual
estimada de 43 millones de sacos.
Soja, es el segundo productor mundial, después de Estados Unidos, con 74 millones
de toneladas cosechadas al año.
Caña de azúcar, es el primer productor del mundo con una recolección de más de
700.000 toneladas, la mayoría es usada en la fabricación de etanol para la gasolina
que se consume en el país, donde por ley debe contener como mínimo un 22%.
Cítricos, es el segundo productor del mundo (18% del total), detrás de China.
Carne, es el segundo productor mundial con alrededor de 10 millones de toneladas
por detrás de Estados Unidos.
Otros productos agrícolas importantes de Brasil son el cacao, arroz y trigo.
Brasil tiene una rica geología y una gran cantidad de recursos naturales como hierro,
carbón, manganeso, oro y petróleo. También es el principal exportar mundial de
estaño, litio, tantalio y de
piedras preciosas.
Actividades
Brasil
secundarias
de
Las actividades
secundarias son
de
gran
importancia en la economía del
país, tiene la segunda industria
más grande del continente,
después de la de Estados
Unidos, y es considerada como
una de las más avanzadas de
América. El sector industrial es
muy diverso y se destaca en la
producción de automóviles,
maquinaria,
productos
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químicos, electrónica, cemento, acero, aviones, textiles, zapatos, alimentos y
bebidas.
Brasil es también uno de los líderes mundiales en la producción de energía
hidroeléctrica, esta representa el 69 por ciento del total de la electricidad generada
en el país. La energía nuclear contribuye con un 4 por ciento de la electricidad
generada.
Muchas multinacionales ensamblan automóviles en Brasil: Volkswagen, Ford,
Mercedes Bens, General Motors, Fiat y Volvo son algunas de estas.
Petrobras es la compañía más grande de Brasil y la número 20 en el mundo, de
acuerdo con el índice Forbes Global 2000; le siguen Vale, Itaú Unibanco, Ambev y
Banco Bradesco.
La mayoría de la industria está concentrada en el sur y sureste el país.
Actividades terciarias de Brasil
Las actividades terciaras son las más importantes en Brasil
aproximadamente a dos terceras partes de la fuerza laboral del país.
y
ocupan
Las componen los servicios privados y gubernamentales, incluyendo las
burocracias estatales y los servicios públicos. Sobresalen el comercio, turismo,
transporte, servicios financieros, hotelería, telecomunicaciones, servicios públicos y
privados, educación y salud.
El turismo es una industria en crecimiento en Brasil, el país recibe más de 5 millones
de turistas al año lo que lo ubica como el quinto destino más preferido de América
después de Estados Unidos, México, Canadá y Argentina.
Participación de las distintas actividades económicas en Brasil
Actividades primarias: 5.5% del PIB.
Actividades secundarias: 27.5% del PIB.
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Actividades terciarias: 67% del
PIB.
Exportaciones de Brasil
Las exportaciones de Brasil en
2020 fueron aproximadamente
de US$214.000 millones. Los
principales destinos de las
exportaciones brasileñas son
China (30.3%), Estados Unidos
(10.2%), Argentina (4%)
y
Holanda
(3.2%).
Los
principales
productos
que
exporta son hierro, caña de
azúcar, petróleo, soja, aves de
corral, café, madera y carros.
Importaciones de Brasil
Las importaciones de Brasil
en
2020
fueron
aproximadamente
de
US$160.000 millones. Los
principales orígenes de las
importaciones
brasileñas
son China (22.7%), Estados
Unidos
(18.5%),
Alemania (6.05%)
y
Argentina
(4.78%).
Los
principales productos que
importa son maquinaria y
electrodomésticos,
combustibles,
vehículos,
químicos,
plásticos
y
fertilizantes.
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Comparación de los estados de Brasil con países del mundo.
Los economistas comparan los estados brasileños con países del mundo. Se
equiparán el PIB, el PIB Per Cápita y la población. Por ejemplo, que el PIB de solo
el estado de Sao Paulo es el mismo de Polonia, el PIB Per Cápita del estado de
Alagoas es el mismo que el de China o que la población del estado de Paraná es
similar a la de Portugal.
Principales sectores económicos
Brasil tiene abundantes recursos naturales y una economía relativamente
diversificada. Es el mayor productor mundial de café, caña de azúcar y naranjas, y
es uno de los mayores productores mundiales de soja. Con bosques que cubren la
mitad del país y la selva tropical más grande del mundo, Brasil es el cuarto mayor
exportador mundial de madera. Además, en Brasil se encuentra el mayor ganado
comercial del mundo. El país también atrae a muchos grupos multinacionales en las
industrias de alimentos y biocombustibles. No obstante, aunque la agricultura
representa el 40,1% de las exportaciones, contribuye relativamente poco al PIB
(5,9%) y solo emplea al 9% de la población. Sin embargo, la agricultura creció
significativamente en 2021, impulsada sobre todo por el aumento de la producción
de soja y la subida de los precios de las materias primas agrícolas.
Brasil también es una gran potencia industrial, y se ha beneficiado enormemente de
su riqueza en minerales. El país es el segundo mayor exportador mundial de hierro
y uno de los principales productores mundiales de aluminio y carbón. Como
productor de petróleo, Brasil apunta a a ser independiente energéticamente en un
futuro cercano, con reservas que podrían convertirlo en uno de los cinco principales
productores de petróleo del mundo. Además, el país se impone cada vez más en
los sectores de la industria textil, aeronáutica, farmacéutica, automotriz, siderúrgica
y química. Muchos de los grandes fabricantes de automóviles del mundo han
establecido plantas de producción en Brasil. El sector industrial aporta un 17,6% al
PIB y emplea al 19,9% de la población. Sin embargo, en 2021, el sector se vio
afectado por la falta de insumos, la persistente inflación y los elevados precios de
las materias primas y otros costos, como el de la electricidad, que se dispararon
debido
a
la
persistente
sequía
que
aún
sufre
el
país.
El sector de servicios representa el 62,9% del PIB brasileño y emplea al 70,9%
de la fuerza laboral activa. En los últimos años, el país se ha embarcado en la
producción de servicios de alto valor agregado, especialmente en los campos de la
aeronáutica y las telecomunicaciones. El turismo también ha ido en aumento en los
últimos años, por lo que es un segmento importante del sector. Aunque el sector de
los servicios fue el más afectado durante la pandemia, en 2021 mostró una
importante recuperación al aumentar las tasas de vacunación y la movilidad de la
población. La recuperación del sector fue impulsada principalmente por los servicios
a las familias, la información y la comunicación, y el transporte, así como por un leve
rebote de la industria del turismo.
14
economía brasileña en las últimas décadas
Durante
ambos
períodos
las
características
básicas
de
la
organización económica de Brasil
fueron prácticamente las mismas, a
pesar de los numerosos intentos para
modificarlas, entre los cuales solo
el denominado Plan Real y la
simultánea puesta en marcha del
Mercosur comenzaron a producir
reformas estructurales mediante la
apertura económica, las privatizaciones
y la desregulación de algunas
actividades. Dicha organización se
caracterizó por una economía cerrada y
prebendaría, con un Estado intervencionista, caracterizado por favorecer a ciertos
sectores económicos, principalmente al industrial, mediante subsidios y
regulaciones que contribuyeron a distorsionar la correcta asignación de los recursos
y prácticamente eliminaron los incentivos a la competencia no permitiendo
conformar una economía competitiva e integrada a los mercados internacionales.
La organización económica antes descripta permitió que en el período 1930-1980
el PBI per cápita creciera substancialmente más que en nuestro país debido
principalmente a la gran diferencia en el nivel inicial de ingresos, la masiva
incorporación de capital a la economía brasileña, la utilización de sus inmensos
recursos naturales y la postergación de algunas decisiones que hubieran permitido
mejorar las condiciones sociales de la población más pobre, aún no incorporada a
la
economía
de
mercado.
A partir del fenómeno de la globalización y la creciente participación de los servicios
en la estructura económica mundial, la capacitación de los recursos humanos y la
organización de los medios de producción cumplen un papel mucho más relevante.
Brasil no pudo enfrentar exitosamente los desafíos de ese nuevo escenario, debido
a las deficiencias en su sistema educativo y los problemas derivados de su
organización
económica.
A la luz de los últimos acontecimientos todo parece indicar que las reformas
estructurales del Plan Real fueron realizadas sin el suficiente consenso político ni la
convicción derivada de las lecciones del pasado, tal como ocurrió en el caso de
nuestro país, conduciendo a un paulatino desmejoramiento de la situación fiscal
manifestada en la crisis que estallara a mediados de enero pasado.
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Los problemas más recientes
La historia económica sigue demostrando
actualmente que los países con alto déficit
fiscal financiado por deuda externa e
interna que mantienen un tipo de cambio
fijo tarde o temprano terminan en una
crisis.
El elevado nivel de la deuda interna
brasileña y la concentración en el corto
plazo del vencimiento de la misma, junto a
la presencia de un déficit fiscal superior al
8% del PBI que no puede ser financiado
con ahorro interno y que por lo tanto
requiere el ingreso de fondos desde el exterior, en un momento en el que los
inversores extranjeros han perdido la confianza en el futuro de Brasil, constituyen
un
conjunto
de
dificultades
de
difícil
superación.
Al estallar la crisis se tuvo la sensación que los políticos, empresarios y sindicalistas
no habían comprendido la gravedad de la misma y que por lo tanto eran parte del
problema. Además, los errores de diagnóstico y la lentitud en la implementación de
las medidas necesarias indicaron una gran debilidad política que provenía de los
desacuerdos partidarios y una excesiva permeabilidad a la influencia de los
intereses sectoriales, todo lo cual repetía los rasgos básicos del modelo de
organización económica de Brasil que prevaleció durante las décadas previas al
Plan
Real.
Las soluciones propuestas frente a la crisis parecieron subestimar estos
antecedentes. Tanto la flotación del tipo de cambio en respuesta a la pérdida de
reservas y a la débil competitividad de las exportaciones, como la propuesta por
parte de algunos analistas de implementar un Plan Bonex frente al
excesivo endeudamiento interno de corto plazo o la sugerencia de una
convertibilidad de la moneda local no priorizaron, en la mayoría de los casos, la
solución al problema principal que continúa siendo el elevado déficit de las cuentas
públicas, el cual refleja una reiterada debilidad política para ordenar la economía. A
su vez, dicha debilidad tiene como raíces principales la resistencia al cambio por
parte de las estructuras de poder que añoran las ventajas conseguidas en el modelo
de
organización
económica
anterior.
A la hora de proponer soluciones a los problemas planteados sería un error
pretender analizar la crisis brasileña con la óptica de lo que aconteció durante el
período en el cual Argentina tuvo una alta inflación. En Brasil, la actitud y las
reacciones frente a las crisis por parte de la dirigencia son, hasta cierto punto,
diferentes. Por ejemplo, el empresariado de San Pablo defiende reiteradamente un
tipo de cambio alto, los gobiernos de los estados brasileños tienen una mayor
autonomía que en el caso de las provincias argentinas y la fragmentación política
es mayor que en nuestro país. Asimismo, el tamaño de la economía brasileña en la
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región le otorga a nuestros vecinos una capacidad inicial de negociación superior a
la nuestra aunque limitada por las condiciones que impone el mercado tal como
quedó en claro en Asia y Rusia a lo largo de los diecinueve meses que lleva
acumulados
la
actual
crisis
económica.
En ese sentido, el régimen de tipo de cambio flotante adoptado recientemente
debería ser parte de un programa económico consistente y no sólo una respuesta
a la realidad impuesta por la crisis
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