Investigar: ¿cómo nace el derecho desde la antigüedad hasta nuestros días? El derecho y la historia La Historia, que trata de los hechos humanos en sus diversos períodos y fases, tiene que tratar también de las reglas y principios de convivencia ordenada entre los hombres. En cuanto nace y vive en sociedad, el hombre debe someterse a unas reglas de conducta que le imponen su propia condición y la de sus semejantes. Estas reglas le obligan primero por sus creencias y sus temores hacia una divinidad dominadora, personificada por la naturaleza hostil y vengadora, y por otros hombres que participan de esas fuerzas y las dominan. En los inicios de la humanidad reinan la guerra, la violencia, la venganza y la destrucción. Se impone la ley del vencedor y de la venganza. Dentro del ámbito de ésta, una primitiva regulación exige la igualdad entre el daño y el acto vengativo: ley del talión: ojo por ojo y diente por diente. Después, se admite la compensación económica y el rescate de la ofensa: la víctima prefiere unas cabezas de ganado a ejercitar su venganza sobre el que le ofendió. La colectividad de vecinos impone en aras de la paz el pacto o composición entre las partes. Cuando no se ponen de acuerdo, se vuelve a la venganza, deciden los dioses en las ordalías y ritos mágicos, o los sacerdotes-jueces interpretan la voluntad divina. No siempre ni en todas partes se ha seguido este proceso: al clasicismo de Roma, con el triunfo de la justicia y el Derecho, siguen las sombras y oscuridades de la Edad Media, con su retorno a las ordalías y los torneos. Dentro de las experiencias históricas en el mundo del Derecho, entre los llamados Derechos de la Antigüedad constituye un acontecimiento único y extraordinario el Derecho de Roma. Y lo es en tal grado que no puede limitarse al tiempo de la Antigüedad en que nace y tiene vigencia: su vida se prolonga a la Edad Media y Moderna y llega hasta nuestros días. Las fuentes históricas del derecho En Derecho Fuente se aplica para designar los órganos o entes que crean el Derecho. Estos entes tienen que estar dotados del poder de emanar o crear preceptos y decisiones jurídicas, en estrecha relación con la protesta política, entendida como dirección o mando de una comunidad de ciudadanos. Históricamente, este poder de dictar normas obligatorias para la comunidad ha tenido una extensa evolución en el transcurso de los siglos. Originariamente, las concepciones mágico-religiosas del hombre primitivo le llevan a aceptar las normas de conducta dictadas por la divinidad, mediante las revelaciones a sus brujos, sacerdotes, jefe o investido al que consideran dotado de potencia divina. En una sociedad evolucionada como la griega o la romana se separan las leyes creadas por los órganos de poder, encargados de regir a la comunidad, de los preceptos rituales dictados por los sacerdotes intérpretes de la voluntad divina. Este poder de crear Derecho se atribuye al rey, dictador o a los magistrados que le sustituyen, como los cónsules en Roma, a un consejo de ancianos (Senado), y al pueblo reunido en asambleas o comicios. Existen unos principios o normas superiores que regulan el ordenado y armónico funcionamiento de estos órganos, y determinan sus respectivas competencias, que reciben el nombre moderno de constitución. En la historia se producen períodos de crisis en que la constitución se rompe o altera, bien sea de una forma pacífica bien sea de manera violenta o revolucionaria, como ocurrió de manera pacífica con la sublevación de los plebeyos en Roma, o por la fuerza con la toma de la Bastilla por los revolucionarios franceses. Se distingue entre fuentes de producción y fuentes de conocimiento del Derecho. Las primeras son los que hemos denominado órganos de creación del Derecho. Las segundas son los libros, documentos y textos jurídicos en que esas creaciones se concretan y materializan. La historia del Derecho es en una gran parte historia de los textos jurídicos y libros que nos han llegado de las generaciones que nos precedieron. Algunas tienen un constante valor de referencia en sucesivos períodos históricos como sucede con el Corpus Iuris para la Época antigua, medieval y moderna. Los derechos de la antigüedad En las creencias de los pueblos antiguos, las leyes las dictan los dioses y las aplican los brujos y sacerdotes, dotados de poderes sobrenaturales. Creencias mágicodinamísticas y animísticas, basadas en las fuerzas de la naturaleza y en los seres vivos que las dominan, dan paso a vínculos religiosos donde el hombre se encuentra obligado con la divinidad: los dioses le protegen y el hombre les ofrece culto y sacrificios. La palabra tiene más fuerza si se la vincula con lo divino en el sacramento. El dios decide sobre la justicia o injusticia de los actos humanos. Designa también al jefe de la colectividad. En relación con el único sistema jurídico conocido en esa primera época, el Derecho romano, pueden destacarse los siguientes caracteres de los Derechos de la Antigüedad: 1. No se distinguen en el comportamiento humano los preceptos morales y religiosos, que obligan en la esfera interna, de los que obligan externamente en las relaciones entre los hombres, y entre éstos y la colectividad. No existe el Derecho, como ámbito independiente de la Religión y la Moral. 2. El Juez, como sacerdote e intérprete de la divinidad y de las ancestrales costumbres de los antepasados, decide libremente sin atenerse a reglas preexistentes. Como todo Derecho, el Derecho Romano, consistió y consiste en un conjunto de normas jurídicas, principios y preceptos, que rigieron la vida del pueblo romano desde que la pequeña aldea se fundó por Rómulo, su primer y legendario rey, el 21 de abril del año 753 a. C, pasando por la fase en que el Imperio Romano cayó en poder de los pueblos bárbaros a partir del 476, formándose en España, Italia y la Galia Meridional, el Derecho Romano- Bárbaro, que rigió la vida de estos pueblos, tomando como base, principios romanos. A partir de este acontecimiento, el Derecho Romano ancló en el Imperio Romano de Oriente o Bizantino, hasta la muerte del emperador Justiniano en el 565, emperador que dejó como legado la codificación del Derecho vigente (leges o constituciones imperiales e iura o labor de los juriscosultos) en su Corpus Iuris Civilis. Luego de este período en que el Derecho Romano se mantuvo vivo y vigente, dejó de regir, sin embargo, continuó su existencia como fuente de las legislaciones que le sucedieron, y aún es materia de estudio, como fuente de derecho, ya que inspiró a la mayoría de los códigos modernos. Si bien nació con notable influencia de las normas religiosas (fas) el Derecho Romano (ius) pronto se separó de ellas, evolucionando también en cuanto al el formalismo, abandonando poco a poco el rito, y pudo por ello ser aplicado por otros pueblos de creencias diversas. Es modelo de instituciones como derechos reales, contratos o sucesiones, entre otras. La producción del derecho tal como lo conocemos hoy es básicamente estatal y tiene su origen en la institucionalización del Estado moderno, a partir de la Edad Moderna, siendo su ejemplo clásico la hegemonía del Estado español tras la unificación de Castilla y Aragón con los reyes católicos.20 Aunque el derecho como norma de conducta coactiva surge ya desde las primeras civilizaciones con una organización política, como las ubicadas en Mesopotamia, Fenicia, Palestina, Egipto y Grecia21 fundamentalmente como un derecho consuetudinario, es decir, basado en la costumbre, sin lugar a dudas que los romanos fueron la primera y mayor civilización en dedicar sus mayores esfuerzos a condicionar la generalidad de sus conductas, incluso las más cotidianas, al imperio del derecho, como sus relaciones de familia, el matrimonio, la adopción, la emancipación y la patria potestad; o las normas patrimoniales del derecho civil, como los contratos y los derechos reales, donde los romanos aún no han encontrado otra civilización que los alcance en profusión y creación jurídica,22 ni siquiera el derecho francés, que junto al derecho canónico y a la pandectística alemana del siglo XIX, son los siguientes mayores contribuyentes en dicha rama jurídica. Ya a partir de la Edad Moderna y bajo la fuerte influencia de los clásicos del humanismo como Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes y John Locke, el derecho comienza a moldearse como un instrumento y elemento del Estado, adquiriendo la fisonomía positivista que tiene en la actualidad en la mayor parte de los Estados no descendientes del archipiélago británico, como Latinoamérica y Europa continental (derecho continental). entre los llamados Derechos de la Antigüedad constituye un acontecimiento único y extraordinario el Derecho de Roma. Existieron varios principios del derecho romano. Uno de ellos era que la ley debería tratar a todas las personas por igual. Los romanos querían que todos supieran cuáles eran las leyes para que pudieran aplicarse a todos por igual. Como resultado, las leyes de roma se escribieron para que la gente se diera cuenta que eran. Otro principio de las leyes de roma es que era aceptable agregar o reemplazar cualquier ley. Si una ley se consideraba injusta, esa ley podría ser reemplazada. Las leyes de roma eran acumulativas por naturaleza. Hay otros dos principios que están relacionados entre sí. Uno de estos principios es que una persona se considera inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Además, la persona que acusó a alguien de un delito tenía la responsabilidad de probar que la persona a la que acusaba era culpable del crimen. Algunos de los principios del derecho romano aún se utilizan hoy en día son: el derecho de propiedad personal la validez de los contratos el derecho a votar la legalidad de los testamentos el derecho de apelación el derecho de un acusado a ser defendido y ser inocente hasta que se demuestre su culpabilidad el derecho a casarse y divorciarse