1 ¿Por qué hay que planificar el estudio? Sencillamente para transformar al estudio en una experiencia lo más agradable posible. Por supuesto, una buena planificación mejorará ampliamente tu rendimiento. Pero ese no es el único objetivo. El objetivo es disminuir la ansiedad y el estrés y que no sacrifiques tu bienestar para tener una carrera. En definitiva, estudiás para mejorar tu calidad de vida y no para disminuirla. Te juro que podés estudiar una carrera entera sin sacrificar ni siquiera un fin de semana. Pero esto es posible únicamente si te comprometes a planificar y a intervenir sobre tus prácticas cotidianas de estudio. Si te organizás y empezás todo con tiempo, te aseguro que vas a estar utilizando la ley del menor esfuerzo: • Estudiar un poquito cada día supone mucho menos esfuerzo que una jornada maratónica de 10 días. • Si empezás a descansar y a alimentarte bien, tu mente absorberá los conocimientos con más facilidad y en menos tiempo. • Si aprendés a concentrarte y a manejar las distracciones, vas a notar cómo, en verdad, necesitás menos tiempo y esfuerzo del que creías para abordar tus lecturas. • Si vas a una clase con las lecturas al día, vas a tardar mucho menos en comprender el texto y necesitarás menos repasos. Y así, puedo darte miles de ejemplos. Para esforzarse y/o estresarse menos y rendir mejor es indispensable adquirir 2 hábitos fundamentales: planificar y dedicarle al estudio un rato cada día. Cuando quieras darte cuenta, el estudio formará parte de tu vida y no será más un acontecimiento trau6 mático. Se trata de integrar el estudio en tu vida cotidiana, con un poco de esfuerzo cada día para evitar gigantes y pesados esfuerzos. El primer esfuerzo que hay que hacer es generar estos hábitos. Dale tiempo, porque en general tardamos entre 20-30 días en afianzar un hábito. Pero... una vez que lo logres, la energía que vas a ahorrar te va a sorprender. Y los resultados, también. 2 Calendarizar Apenas empieza la cursada vamos a trazar la organización del cuatrimestre o del semestre, según el caso. Para esto es indispensable que cuentes con una herramienta de organización anual, preferiblemente en papel. Esto te va a permitir tener todo tu material de organización al alcance y sin correr el riesgo de distraerte en la computadora o en el celular. Es posible que no cuentes con todas las fechas importantes desde un principio. Pero lo más recomendable es que anotes absolutamente todo lo que ya esté fechado. Después te va a resultar más sencillo agregar fechas de parciales o entregas de trabajos prácticos. Lo importante es que te quedes con el esquema base de las fechas del cuatrimestre o del semestre. 2.1. Prestale atención y anotá a las siguientes fechas importantes: • Fechas de inscripciones a materias. • Qué día empieza y termina la cursada. • Días de vacaciones. • Fechas de inscripciones a exámenes. • Fechas de exámenes finales. • Fechas de parciales. • Fechas de trabajos prácticos. • Fechas de recuperatorios. • Horarios de cursada de cada materia, tanto teóricos como prácticos. Todo esto lo vamos a plasmar en una agenda o planner anual. Esta planificación va a servirte solo si te comprometés a actualizarla. Por eso, es muy importante tener tu planner siempre a mano así podés ir haciendo ajustes: modificaciones de fechas de parciales, trabajos prácticos que te asignan a mitad de la cursada, posibles cambios debido a la pandemia, etc. 2.2. ¿Qué herramienta usar para calendarizar? Podés usar una agenda común o bien nuestro Planner 2021/22 que, además de los calendarios, tiene espacio para objetivos semestrales y mensuales. Otro beneficio que tiene es que podés usarlo en tu escritorio y después colgarlo en la pared para tener toda la información siempre visible. 7 3 Planificar Muy bien, ya sabés todas las fechas importantes de tu cursada. Ahora es momento de trazar la estrategia que vas a utilizar durante este período. Lo primero que tenés que preguntarte es: ¿cuánto tiempo por día le vas a dedicar al estudio? Hacé una lista de todas las actividades que realizás: sueño, trabajo, ejercicio, esparcimiento, comidas, desplazamientos, etc. ¿Cuántas horas por semana le dedicás a cada actividad? ¿Cuántas horas tenés disponibles para estudiar? Antes de planificar a corto plazo decidí cuántas horas le vas a dedicar. Experimentá: probá dedicarle 2hs por día y evaluá, después de una semana, cómo te fue. La experiencia te dirá si tenés que aumentar o disminuir. No tengas miedo de probar, todo se puede ajustar. El tema es acostumbrarse a planificar. Es posible que en tiempos de cursada con dedicarle 1 ó 2 horas sea suficiente. Del mismo modo, en época de parciales y de finales, es posible que tengas que aumentar a 3 ó 4. Por supuesto que tenés que permitirte cierta flexibilidad. Es probable que un imprevisto no te permita cumplir con tu día de estudio. Pero tenés que tratar de compensar ese tiempo en la misma semana. Se trata de buscar un equilibrio para que el estudio sea lo más disfrutable posible y para llegar a todo con tiempo. 3.1. Corto plazo Ya hiciste tu calendario del cuatrimestre/semestre. También decidiste cuántas horas por día le vas a dedicar al estudio. Lo ideal sería que, si decidiste dedicarle 3 horas por día, trates de hacerlo de corrido pero con descansos en el medio. En algunos casos no es posible, pero intentá que los momentos de estudio no estén tan separados entre sí. Pensá que arrancar siempre es difícil y lleva un tiempo lograr el pico de concentración (10-15 minutos). Además, probablemente tengas que volver a acomodar los materiales y el escritorio. Eso lleva tiempo. Antes de empezar a ponerte objetivos, tenés que tener en claro qué días de la semana vas a estudiar y en qué momento del día lo vas a hacer. Tratá de que sea lo más rutinario posible. Vamos a planificar mensual, semanal y diariamente. Siempre se organiza de mayor a menor. 8 Un poco más abajo te muestro cómo armar tus objetivos. Tené presente que estudiar consta de más tareas que simplemente sentarse a leer. También tenés que organizar todo lo demás: fotocopias, compras en librerías, mails a profesores, reuniones con compañeros, inscripción a exámenes, etc. Toda esa información anotala SIEMPRE. 3.2. ¿Qué herramienta usar para el corto plazo? Las agendas no te permiten este tipo de planificación. Podés comprarte un cuaderno vacío (punteado, cuadriculado o liso) y usarlo como Bullet Journal. Este es un método de organización muy versátil en el que vas armando diferentes listas de tareas a tu medida. Al principio del cuaderno dejás varias hojas vacías: será tu índice de contenidos Después, vas armando diferentes planillas. Por ejemplo, una checklist de tareas del mes, un habit tracker, un tracker de lecturas, listas de tareas semanales y diarias, etc, Si te interesa diseñar tu propia Bullet Journal, te recomiendo que investigues en Pinterest. Hay muchísimas personas que estudian y usan este método. Te podés inspirar viendo cómo arman sus distintas planillas. De nuestros planners, el más adecuado para este tipo de planificación es el Pragma Planner ya que cuenta con planillas para organizar el trimestre, el mes, cada semana y cada día. Tené presente que vas a necesitar una herramienta (o combinación de herramientas) que te permita organizar sí o sí tanto el mes, la semana y cada día. 4 Plantearse objetivos Como dijimos, se organiza siempre de mayor a menor. El ejercicio se trata de descomponer el objetivo más grande en muchos mini objetivos que sean fáciles de ejecutar. La última semana de cada mes, tu prioridad será ponerte los objetivos del mes siguiente. 4.1. El mes: Lo primero que vas a hacer es recurrir a tu calendario. ¿Qué tenés este mes? Por ejemplo, tengo que: • Entregar un trabajo práctico. • Rendir 1 final. • Cursar las 2 materias que estoy haciendo y • Llevar las lecturas al día (¡llevar las materias al día es una tarea!). 9 4.2. La semana: Todos los domingos o lunes dedicale 15 minutos a organizar la semana. No te saltees este paso, durante la semana no vas a dedicarte a organizar sino a ejecutar y ajustar lo necesario. La clave de tu desempeño va a estar en armar una buena planificación semanal, cada semana. Preguntate: ¿qué pequeños pasos puedo dar esta semana para cumplir los objetivos del mes? Siguiendo los ejemplos de más arriba, debería: • Inscribirme al examen. • Leer unidad 1 y 2 completas para el examen final. • Escribir ¼ del trabajo práctico. • Cursar martes y jueves. • Leer los 3 textos de las materias que estoy cursando. Ahora tenés que pensar en tus actividades de la semana, más allá del estudio. ¿Tenés turno con el médico o cualquier otro compromiso? ¿Es una semana “común” o tenés algún compromiso excepcional? Básicamente, tenés que armar el es- quema de tu semana y para eso tenés que pensar 2 cosas: • Qué días de la semana y a qué hora vas a estudiar. • Cuánto tiempo le vas a dedicar cada día. Por ejemplo: el lunes de 15 a 17, el martes de 14 a 16, el miércoles de 15 a 18, etc. Una vez que tengas listos los objetivos y el esquema de la semana, vas a organizar las tareas específicas de cada día. Es importante que hagas esto ahora (aunque después tengas que hacer ajustes) para que después, cada día, solamente tengas que leer tus tareas. En resumen, a principio de la semana (domingo o lunes) vas a: 1. Mirar tu calendario y armar tus objetivos de la semana. 2. Decidir, en base a tus actividades, qué día y a qué hora vas a estudiar. 3. Decidir cuántas horas le vas a dedicar cada día. 4. Armar tus objetivos de cada día de la semana. Acá abajo te muestro ejemplos para que organices tus objetivos diarios. 10 4.3. El día: Las tareas diarias tienen que ser lo más pequeñas posibles, son mini-pequeños pasos que te hacen avanzar. Todos los días, antes de empezar, dedicale 5 minutos a LEER tus objetivos del día. Seguimos con el ejemplo del principio del punto 4: Ejemplos: • Preparar el final. MAL • Estudiar 2 horas al día durante 20 días para rendir el final. BIEN • Ponerme al día con la materia. MAL • Dedicar 1 hr al día para ponerme al Lunes: Inscribirme al examen y leer unidad 1 (especificar qué textos leer, siempre). día con X materia para lograrlo en 10 días. BIEN Martes: Definir el tema del trabajo práctico, leer texto de cursada y cursar. • Hacer trabajo práctico. MAL • Dedicar 2 horas el lunes, el jueves y el Miércoles: Seleccionar corpus teórico para el trabajo práctico y leer la mitad de la unidad 2 (especificar los textos). 5 Un objetivo bien planteado, facilita enormemente que puedas cumplirlo. Por eso, hay que practicar y practicar esto. viernes al trabajo práctico para hacer un 70% del mismo. BIEN Jueves: Escribir mínimo 1 página del trabajo práctico para darle fuerza de arranque, leer texto de cursada y cursar. S.M.A.R.T., una técnica para plantearte objetivos Viernes: Terminar de leer la unidad 2 y dedicar todo el resto de la jornada a darle cuerpo al trabajo práctico hasta llegar a lo propuesto. Para aprender a ponerte objetivos, lo primero que tenés que saber es que son lo contrario a las intenciones. Objetivos mal planteados vs. bien planteados Muchas veces no cumplimos los objetivos que nos planteamos sencillamente porque no están bien hechos. Como viste en los ejemplos de más arriba, decir “ponerme al día con la materia” es claramente una intención, una expresión de deseo. Muy bien, un objetivo nunca debe ser parecido a una expresión de deseo. Por suerte, existe la fórmula S.M.A.R.T. que facilita enormemente la tarea de ponerse objetivos concretos. 11 6 7 S.M.A.R.T. (del inglés) significa eSpecífico, Medible, Alcanzable, Relevante y Temporal. Time blocking Específico: En lugar de decir “ponerme al día con la materia”, se trata de expresar: “leer los 6 textos y el trabajo práctico que adeudo para ponerme al día con la materia” Me arriesgo a decir que Time Blocking fue la primera herramienta de organización que usaste en tu vida. ¿Te acordás de la grilla de horarios del colegio, donde te fijabas en qué horario y qué día tenías cada asignatura? Medible: ¿Cuánto vas a hacer? ¿A qué resultado querés llegar? ¿Querés terminar la unidad 1? ¿Querés hacer la mitad del trabajo práctico? Para que un objetivo sirva, sus resultados tienen que ser medibles. Alcanzable: De nada sirve ponerse metas ambiciosas e imposibles de cumplir. Siempre preguntate si te parece realista la meta. Si te ponés un objetivo imposible de cumplir, lo único que vas a lograr es frustrarte. Relevante: ¿Es importante para vos este objetivo? ¿o se trata de algo que hacés por hábito o para complacer a otras personas? Temporal: Siempre tenés que especificar CUÁNDO lo vas a hacer y pensar CUÁNTO tiempo le vas a dedicar. Si seguís al pie de la letra la fórmula S.M.A.R.T., el mismo objetivo te va a dar la pauta de cuáles son los próximos pasos a seguir. Ya se nota la diferencia con las intenciones, ¿no? ¡Eso es Time Blocking! Lo triste es que en general nunca más volvemos a usar ese método. Apenas terminamos el colegio, la única herramienta de organización que nos arroja la vida es la agenda tradicional. Y la agenda tradicional sirve muy poco para planificar tu estudio. Time Blocking te puede servir mucho para organizar tu semana. Pero vas a necesitar algo extra para planificar el mes. Además, es probable que no te entre en cada bloque cada pequeña tarea u objetivo que tengas. Así que tené presente que si usas Time Blocking, vas a necesitar herramientas suplementarias (un planner, una bullet journal, etc.) 7.1. El sistema Time Blocking es muy útil si: • Trabajás y estudiás al mismo tiempo. • Querés tener una rutina con diferentes actividades (ejercicio, lecturas, horarios de comidas, etc.). • Te cuesta elegir por dónde empezar a trabajar cada día. • Sentís que alternas demasiado las ta12 reas y nunca las terminás. • Se te va el día entero haciendo una sola cosa y no le prestas atención a las demás. • Tenés la agenda muy ajustada. • Te olvidás de las comidas o de hacer ejercicio. • Te cuesta tomarte descansos o tomarte tiempo de ocio. 7.2. ¿Cómo se usa? dad. No pierdas de vista cuáles son las actividades más prioritarias del día. Si te interesa este método, acordate de plasmar la información de la forma más concreta posible. Volvé al punto 4 de este apartado (“Plantearse objetivos”), ahí explico cómo ir desgranando las tareas y cómo hacerlas lo más específicas posibles. Acá te dejo un ejemplo hecho en Google Calendar: Básicamente, se trata de gestionar la semana a partir de dividirla en bloques. A cada tarea o actividad hay que preasignarle: • Un día • Un horario de inicio y • Un horario de cierre. Hay una diferencia con la grilla del colegio: acá no vamos solamente a agendar las actividades relacionadas al trabajo o al estudio. Vamos a ponerle fecha y hora a más actividades. Podés incluir descansos, horarios de comida, momentos de esparcimiento, la hora en la que te vas a dormir, etc. Por supuesto que no es necesario que le asignes fecha y hora a TODO. Pero si sentís que estás en una situación muy caótica, mientras más actividades planifiques, mejor. Después, a medida que más te organices, ganarás más talento en el arte de improvisar. Cuidado: existen imprevistos y es probable que precises de cierta flexibili13 8 Estudiar de día o de noche • Chequéa bien que tu luz no genere Lo mejor es estudiar de día para no alterar tu reloj biológico. Además, la iluminación natural favorece mucho más la concentración que la artificial. Generate una rutina Sin embargo, a muchas personas les resulta imposible estudiar de día: por trabajo, distracciones en la casa durante el día, etc. Una vez que el cuerpo se acostumbra a algo, cambiarlo resulta muy difícil. Esto puede ser bueno o malo, según el caso. Si solamente podés estudiar de noche, te dejo algunos tips: Si tus horarios te lo permiten, lo ideal sería estudiar todos los días a la misma hora. De esta forma, vas a generar un acostumbramiento difícil de quebrar. • Prestale DOBLE atención a la planifi- ni reflejos ni sombras. cación para no pasar la noche en vela. • Nunca jamás sacrifiques tus horas de sueño profundo. Cuidado, porque por tu horario corrés el riesgo de dormir poco y volverlo hábito. • Tratá de armarte una rutina para estudiar siempre a la misma hora. • Conseguí una buena iluminación que apunte directo a tu mesa de estudio. Probablemente necesites una luz para el ambiente y una luz complementaria en el escritorio. • Considerá utilizar una luz de temperatura fría para tu lámpara del escritorio. Puede servirte si tenés problemas para concentrarte. Pero cuidado, fijate que no altere tu horario de sueño. • Si sos una persona diestra, la iluminación debe provenir desde tu lado izquierdo. Si sos una persona zurda, desde el derecho. En caso de no poder siempre en el mismo horario, tratá de enlazarlo con otras actividades, por ejemplo: Estudio siempre 1 hr antes de la clase. Estudio después de entrenar. Estudio siempre apenas me levanto. Estudio siempre 20 minutos después de almorzar. También podés crearte una rutina para sentarte a estudiar, por ejemplo: • Me preparo un mate. • Mientras tanto, libero la mesa. • Como un refrigerio. • Despliego el material del día en la mesa. • Pongo música ambiente. • Me siento a estudiar. Si repetís eso varias veces, te va a resultar casi automático. Está bueno siempre tener comida en el cuerpo antes de sentarte a estudiar. 14 9 10 Procrastinación Todos procrastinamos un poco y está bien. Pero lo más importante es identificar: ¿Qué es aquello que tendés a procrastinar? Quizás te cuesta la primera lectura de un texto, quizás escribir trabajos prácticos, asistir a clase o resumir. Puede ser cualquier tarea, pero tenés que tenerlas identificadas. ¿Cuál es la excusa que te ponés para postergarla? Quizás te parece poco importante o te parece tan importante que querés dedicarle un día entero (que nunca llega). Quizás simplemente es desgano. De ahora en más, cuando estés por postergar algo, frená un minuto a pensar esto. 10.1. Causas de la procrastinación 10.1.1. Perfeccionismo Si te estás proponiendo objetivos muy ambiciosos, te va a costar mucho enfrentar la situación de empezar a estudiar. Entiendo: quizás tenés muy atrasada una materia y te propusiste leer 500 páginas en una mañana. Pero ese objetivo es muy pesado y tu cuerpo va a sentir mucha resistencia para empezar. Otro ejemplo: querés hacer el mejor trabajo práctico del mundo y por eso no superás nunca la etapa de investigación. Pasan 5 días y no escribiste ni una sola página. Las metas ambiciosas y el perfeccionismo te llevan a la parálisis porque te producen ansiedad. Proponete metas cumplibles y tenete paciencia. La clave es identificar cuál es el pequeño primer paso y empezar. 10.1.2 Desgano Si te falta motivación, te recomiendo prestarle atención a tus momentos de ocio. ¿Te estás permitiendo hacer tus actividades más vitales? ¿Estás durmiendo lo suficiente? ¿Estás haciendo algún tipo de ejercicio? Moverse genera energía. Hacer actividades lúdicas y que te gusten, te estimula y aumenta la creatividad. No pierdas de vista esto: tenés que brindarte momentos de auto-cuidado y de estimulación creativa. La vida 15 no puede ser puro rigor. También considerá darte algún tipo de recompensa después de estudiar (más abajo te doy algunas ideas). 10.1.3 Miedo Puede ser tanto miedo al éxito como al fracaso. Puede ser miedo a no llegar a tiempo con una materia o miedo porque estás desorganizado y no sabés bien ni cuánto hay que estudiar. ¿Cuál es tu miedo? Tu tarea es identificarlo, ponerle nombre para que sea más fácil domarlo. Por ejemplo: Si es miedo al fracaso, asegurate de cumplir tus horas de estudio. Si tenés miedo a no llegar, planificá el examen con tiempo. El miedo quizás no es del todo eliminable, pero sí se puede reducir si tenés la certeza de que te estás ocupando del problema. Mientras más te ocupes, menos te vas a preocupar. 16 Para tener éxito con tus materias, son mucho más importantes los hábitos que la inteligencia o la memoria. Tené en cuenta que los hábitos se incorporan de a poco. Así que, si estás muy fuera de entrenamiento, te sugiero que intentes muy de a poquito porque si no te vas a frustrar. Por ejemplo, si estás durmiendo 6 horas diarias, es muy improbable que logres dormir 8hs de un día para el otro. Empezá probando dormir 6hs y media durante 15 días, después probá aumentar a 7hs y así sucesivamente. 1 2 “El sapo primero” El sapo es una metáfora de Brian Tracy para referirse a una tarea: • Muy importante • Desagradable para vos • Y que solamente podés hacerla vos Regla de los 2 minutos Él recomienda empezar el día haciendo esa tarea para lograr tener una mente despejada el resto del día. Suele pasar que cuando tenemos una tarea compleja o fea por delante, la procrastinamos pero pensamos en eso durante todo el día. Esto genera que no te puedas concentrar en nada, finalmente. Esta sencilla regla plantea que si tenés una tarea que puede realizarse en 2 minutos: no la anotes, simplemente hacela en el momento. Aplicá esta regla no sólo para el estudio. Imaginate que tenés una tarea muy pesada de tu vida personal: eso no te va a permitir concentrarte en tu estudio. A la hora de estudiar esto puede aplicar varias cosas: inscribirte en un examen, mandarle un mail a un profesor, pedirle los apuntes a alguien por whatsapp, etc. Pero también aplica para pensar tus tareas cotidianas estudiantiles. Por ejemplo, quizás te cuesta mucho hacer esquemas de los textos que leís- 18 te. Tratá de empezar el día haciendo esa tarea por 2 motivos: porque mi cerebro estaba acomodando la información. • Todavía no tenés fatiga acumulada del día • Te la sacás de encima, lo cual te va a motivar a seguir haciendo otras tareas. 3 Dormir 8hs diarias Para estudiar usás tu cerebro y tu cerebro rinde mejor si dormiste lo suficiente. Pensalo así: si dormiste bien, vas a necesitar menos tiempo para absorber el conocimiento, tu cabeza va a estar más rápida. Es un win-win: dormís más (lo cual es delicioso) y aprendés en menos tiempo. Es indispensable empezar a considerar al sueño como parte del estudio. No se trata solo de recuperar energía: durante la noche los conocimientos se afianzan, se almacenan, se asocian y pasan a nuestra memoria a largo plazo. Durante toda mi carrera me pasó de soñar con lo que había estudiado en el día. Al principio pensaba que era que estaba obsesionada, con el tiempo me di cuenta que lo soñaba simplemente 4 Planificá tus comidas Una buena alimentación es el mejor combustible para estudiar. Funciona igual que el sueño: si comiste bien, vas a necesitar menos tiempo y menos esfuerzo para estudiar. Entonces, hay que empezar a planificar las comidas y tratar de: • Comer siempre a la misma hora para crearte una rutina. • Planificar las comidas. • Planificar las compras. • Planificar y cocinar comida para freezar. Adquirí el hábito de todos los domingos fijarte qué tenés en la heladera y en la alacena. En base a eso, planificá tus compras y los platos que vas a preparar. Te sugiero que tengas una lista de todos los platos que te gustan y que sabes preparar, así cada semana es más fácil elegirlos. Con toda esa información, podés distribuir los platos en los días de la semana. Te conviene repetir algunos porque es imposible comer algo diferente todos los días, a menos que le dediques bastante tiempo. Acá el objetivo es optimizar. 19 Freezá: esta es la clave, el freezer es tu mejor aliado. Organizá jornadas de producción para llenar tu freezer y que lo único que tengas que hacer es sacar una porción y descongelarla al horno o en la cacerola. Para esto te recomendamos los videos de Meal Prep de Paulina Cocina, son un excelente ejemplo de cómo optimizar tus comidas de todos los días. También es indispensable que te imprimas un menú semanal y que lo tengas siempre a la vista. Si querés uno, tenemos un Menú Semanal gratis para que te descargues desde nuestra página. • Todos los domingos completá tu menú semanal. • Programá tus compras para salir la menor cantidad de veces posibles. • Comé siempre a la misma hora. • No te saltees comidas. • Intentá comer la mayor cantidad posible de comida elaborada/casera y no ultraprocesados. • Programá jornadas para freezar comida. Dedicale al estudio un rato todos los días En resumen: • Imprimite varios menúes semanales para tener a mano. • Hacé una lista de tus platos preferidos y que sepas preparar. Esto es a lo primero a lo que hay que acostumbrarse. Si venís estudiando en jornadas maratónicas, probablemente esto te parezca una pesadilla. Pero si estudias un poco cada día, tu cuerpo va a dejar de sentir que estudiar es algo pesado y vas a tener mucha más predisposición para encararlo. Depende de qué estés estudiando y cuántas materias estés haciendo. Pero es muy probable que con 2 a 3 hs al día estés bien. Preguntate… ¿cuánto tiempo por día le querés dedicar al estudio? y en base a eso organizá un esquema que te lo permita. 20 5 6 Llevá las materias al día Si lográs llevar las materias al día, los momentos de examen o de trabajos prácticos te van a resultar muchísimo más fáciles. Si ya estás cursando y estás atrasado con las lecturas, tu primer objetivo debería ser ponerte al día. No le restes importancia. Planificá una estrategia para ir poniéndote al día de a poco con cada una. No pretendas ponerte al día en pocos días porque vas a prestarle menos atención a las demás materias o exámenes. Proponete dedicarle una cierta cantidad de horas semanales únicamente a este propósito. que tomaste en la clase anterior • Apenas termina la clase, agendá: ponele fecha y horario a las lecturas que tenés que hacer para la próxima. No lo dejes librado al azar. • Repasá los apuntes que tomaste durante la clase al día siguiente de escribirlos. • No dudes en preguntarle al profesor cualquier duda que tengas: ya sea durante la clase o por mail. • Ponete en contacto con tus compañeros de cursada. Son tus aliados. • Si te gusta estudiar con más personas, proponele a tus compañeros armar un grupo de estudio. Pueden tener reuniones semanales o quincenales para charlar sobre los contenidos y ponerse al día entre todos. Por ejemplo: “esta semana voy a dedicar 4hs a ponerme al día con 2 materias: 2 horas para cada 1”. Hacelo sin prisa pero sin pausa. • Tratá de nunca faltar a clase. 6.1. Te dejo algunos tips para llevar tu materia al día: • Siempre tené encima algún texto de • En general, el profesor siempre te avisa con qué textos van a trabajar la siguiente clase. Siempre leé el texto ANTES de la clase, no después. Esto es para aprovechar mejor la clase y para poder hacer preguntas durante la misma. • Si te sirve, considerá grabar las clases. una materia para aprovechar “momentos muertos”. Quizás te quedás atascado por el tráfico, te deja esperando el médico, etc. En esos casos, no lo dudes y ponete a adelantar tus lecturas. • Repasá antes de la clase los apuntes 21 7 Tomá apuntes en clase Siempre tomá apuntes en clase, no importa cuándo leas esto. 7.1. Te dejamos algunos tips: • Tené siempre tu cuaderno, lapicera y resaltador al lado. • No copies textualmente lo que diga tu profesor. Anotá ideas claves y, sobre todo, cuando de ejemplos concretos que no estén en los textos. ¡Nunca, pero nunca, te castigues! Lo único que vas a lograr es bajar tu autoestima. Los premios tienen que ser proporcionales al esfuerzo que hayas hecho. Es decir, si leíste durante una hora no vale que te premies viendo 3 horas de una serie. • Prestá atención y anotá cuando rela- En cambio, si lograste algo muy grande (aprobar un final difícil), la recompensa puede ser gloriosa: no estudiar durante 3 días enteros, por ejemplo. ciona 2 textos o autores diferentes entre sí. 8.1. ¿Con qué premiarte? • Creá tus propias abreviaturas y símbolos para escribir más rápido. • Dejá un renglón entre una idea y otra. • Usá flechas. • Si perdés el hilo, dibujá un signo de interrogación grande, dejá un espacio y seguí de largo inmediatamente. Después podés reponer esa información con un compañero. • Si estás en una clase online que queda grabada y perdés el hilo, simplemente anotá el minuto y seguí de largo. 8 pués de cumplir tus objetivos. Premiate La motivación es un aspecto muy importante a la hora de estudiar. Para mantenerla alta, está bueno que empieces a implementar premios des- No es recomendable que te premies con comida porque la alimentación es demasiado importante como para que dependa de tus logros. Quizás un chocolate o algún gustito de vez en cuando, sí. Pero tus premios no deberían ser siempre comida. Comer bien es una necesidad, no un premio. Tampoco es ideal que los premios siempre estén relacionados con consumir o con gastar dinero. Si aprobaste un final, por ejemplo, puede ser que te compres algo que te gusta. Pero los premios es mejor no ligarlos siempre con consumo. Cuidado. Te dejo algunas ideas de premios que podés darte: • Darte una ducha mientras escuchas música. • Tomar un baño relajante. 22 • Salí a dar un par de vueltas por tu ba- • Hacer jornadas maratónicas de estu- rrio. dio. • Mirá un capítulo de tu serie favorita. • Desligarte del estudio hasta que te- • Hacé una videollamada con alguien nés una fecha de entrega o de parcial. que querés. • No dedicarte tiempo de auto-cuida- • Tomate una siesta corta de 15 minu- do (comer rico, dormir bien, hacer ejercicio). tos. • Jugá a algo que te guste. • Quedate más tiempo en la cama. • No dedicarte tiempo de ocio. Disfrutá de las cosas que te gustan, tienen que tener espacio. Cuando te enfrentes con tareas complicadas, acordate de esta fórmula: “Cada vez que haga ____ , me voy a premiar con ____” De esa forma, tu cerebro va a asociar ambas actividades y cada vez te va a resultar más fácil cumplir tu tarea. 9 Hábitos que no • Hacer comentarios negativos sobre vos mismo. No seas tu peor enemigo: hacés lo que podés. Focalizate en lo que podés mejorar y trazá un plan para ir de a poco. • Estudiar con muchos distractores: un escritorio desordenado, las paredes llenas de información visual, estar en un lugar con mucho ruido, etc. • Estudiar con el celular al lado. • Estudiar siempre a distintas horas. • Estudiar siempre en distintos lugares. • Estudiar en la cama. 23 1 Espacio Postura Para estudiar es fundamental tener un espacio que te resulte cómodo y agradable. También es importante que elijas un lugar fijo para estudiar para no estar todos los días pensando dónde te vas a sentar. Esto te va a facilitar la tarea y te vas a acostumbrar más rápido a iniciar la jornada. No es recomendable estudiar en la cama, por ejemplo. Lo mejor es: Puede ser tu habitación o algún otro lugar de la casa. Lo importante es que delimites el lugar y te prepares tu escritorio. Tiene que estar lo más vacío posible y con la menor contaminación visual posible también (evitá tener un póster justo en frente de tus ojos, por ejemplo). Juntá todos tus materiales: resaltadores, lapiceras, textos, programas, cuadernos, planner, calendario, etc. Todo esto lo tenés que tener al alcance de tu mano. Si vivís con más gente y utilizas un espacio común para estudiar, podés tener una caja donde guardes todos tus materiales. De esta manera, cada vez que tenés que estudiar, llevás tu caja y desplegás todos tus materiales. Al terminar, guardas todo y te llevás la caja a tu habitación y listo. Siempre dejá ordenado tu espacio de trabajo, de esa forma te va a resultar mucho más fácil sentarte a estudiar la próxima vez. Sentarte en un lugar caótico nunca es algo tentador: tenés que facilitarte la tarea de empezar. Hacele un favor a tu yo del futuro. 2 • Sentarse apoyando los pies en el suelo. • Tener las piernas en un ángulo de 90 grados y la espalda derecha. • Antebrazos sobre el escritorio. • Materiales a 30cm de los ojos. • Si estás trabajando en computadora, procurá tener el monitor a la altura de los ojos, además de todas las sugerencias anteriores. Iluminación y temperatura Aunque no lo creas, la temperatura influye muchísimo. Por eso, en verano es recomendable estudiar a primera hora de la mañana, cuando las temperaturas no llegan a los 30 grados. La temperatura ideal es de 18 a 24 grados, es decir, templado. Otro factor importante es la ventilación. Tratá de elegir un lugar que puedas ventilar seguido. El aire viciado genera fatiga y podés perder tu concentración. Con respecto a la iluminación, no caben dudas que la mejor es la iluminación natural. 25 3 Elegite el espacio de tu casa que sea más luminoso. En lo posible, siempre intentá estudiar durante el día para aprovechar esto. Sino, procurate una buena iluminación artificial porque esforzar la vista quema tus recursos y tu energía. Leé más sobre esto en el apartado “¿Estudiar de día o de noche?”. 4 Celular lejos Estudiá siempre lejos del celular o por lo menos silenciá las notificaciones o dejalo dado vuelta. Para estudiar no hacen falta miles de horas, pero hay que economizar la atención para que puedas hacerlo en poco tiempo. Si te distraes 1 minuto con el celular, te va a llevar 15 minutos volver a sumergirte de lleno en lo que estabas haciendo. Realmente, no justifica. Lo único que vas a lograr es extender tu tiempo de estudio o, peor, no cumplir tu objetivo. 5 Diccionario Lo ideal es que tengas un diccionario siempre cerca. De esta manera, te evitas entrar al celular para buscar la palabra. Agarrar el celular es peligroso a la hora de estudiar por el enorme estímulo visual que te genera. Por eso, recomiendo fuertemente al diccionario en papel. 6 Tené tu planner al lado Esto es muy importante porque suele pasar que, cuando nos concentramos, mágicamente se nos ocurre la lista de compras pendientes del súper o que tenés que sacar turno con el dentista. Tener tu planner al lado es fundamental para anotar cualquier idea que se te cruce (esté relacionada al estudio o no) y poder continuar con tu tarea con tranquilidad. No le restes importancia a esto porque las preocupaciones no te dejan 26 avanzar. Hay que evitar a toda costa tener pendientes flotando por tu cerebro. Sacar tus ideas de la cabeza y anotarlas es clave para tener una mente despejada y poder continuar con tu tarea prioritaria. Solamente si ya sabés que lo anotaste te vas a poder relajar. 7 Concentración La concentración es escasa y efímera. En general, no nos podemos concentrar por largos períodos de tiempo. La única forma de garantizar una buena concentración a lo largo de todo el día es intercalando el trabajo con recreos regularmente. Cuidado con las interrupciones. Avisale a las personas con las que vivís que tenés un horario de estudio y que no estás disponible. Buscate un lugar apartado y si no podés, tendrás que ser firme con tus convivientes. Silenciá las notificaciones y avisale a tus amigos y familiares que tenés un horario en el que no deberían interrumpirte a menos que sea una emergencia. Con respecto al estudio, hay algunos truquitos: • Si ves que te estás desconcentrando, intentá pasar a una actividad más dinámica. Por ejemplo, si estás leyendo, probá pasar a escribir un trabajo práctico o a dibujar un esquema. Probá, sino, agarrar la lapicera y resumir cada párrafo haciendo una anotación al costado. Tratá de buscar alguna actividad en la que tengas un rol más activo. • Si se asoma la desconcentración, proponete un objetivo corto: “Leo 3 páginas más y freno”, por ejemplo. Si, después de leer esas 3 páginas, sentís que volviste a entrar en ritmo: podés seguir. Sino, claramente es momento de un recreo. • Cuando te estás desconcentrando tenés que hacer ALGO. No te fuerces a seguir leyendo prestando poca atención: FRENÁ. No te digo que abandones, sino que frenes. Quizás es momento de descansar un poco, de tomar agua o de comer algo. • No combatas las olas de concentración: aprendé cuál es tu ritmo y surfealas. La concentración sube y baja como olas. Al cabo de 10 minutos de empezar, es probable que ya estés en el pico de concentración que durará 30-40 minutos aproximadamente. Después, empieza a descender otra vez. 8 Técnica Pomodoro La Técnica Pomodoro consiste en usar un temporizador para dividir el trabajo en bloques de tiempo. Este método pretende ajustarse a las olas de concentración garantizando el descanso necesario entre bloque y bloque. 27 Para esto podés usar el clásico reloj común o de cocina o alguna aplicación, hay miles. Para celular existe Focus To-Do y para la computadora https://pomofocus.io/ ¡Cuidado con distraerte si utilizás algún dispositivo electrónico! Originalmente, el método propone hacer bloques de 25 minutos y cerrarlo con 5 minutos de descanso. Transcurridos los 25 minutos, ya hiciste 1 pomodoro. Después de 4 pomodoros, el período de descanso debe ser de 20 minutos antes de volver a sumergirte de vuelta en una actividad. 9 Descanso Más allá de dormir las 8hs diarias, es necesario que te tomes descansos dentro de tus jornadas de estudio. Tu capacidad de prestar atención disminuye a lo largo del día, por eso es recomendable que cada recreo sea un poco más largo que el anterior. Por ejemplo: Si te cuesta mucho concentrarte, podés entrenarte haciendo bloques más pequeños incluso. Por ejemplo, de 15 o 20 minutos. Del mismo modo, los bloques pueden ser también más largos. Por ejemplo de 35 o 40 minutos. Esto requiere que hagas tu propia experimentación para conocer tu ritmo. Lo importante es que te quedes con esto: dividí tu atención en bloques y garantizá tu descanso entre ellos. Si lo hacés, vas a ver cómo tu capacidad de concentración aumenta cada vez más. Primer bloque de 40 minutos de estudio → 5 minutos de recreo Segundo bloque de 40 minutos de estudio → 10 minutos de recreo Tercer bloque de 40 minutos de estudio → 15 minutos de recreo Cuarto bloque de 40 minutos de estudio → 20 minutos de recreo El ejemplo es ilustrativo. Podés hacer los primeros 2 recreos de 5 minutos, el tercero de 10 y el último de 20. Lo que tenés que tener presente es que es probable que necesites más tiem28 po de descanso a medida que hagas más bloques. Actividades que podés hacer para relajarte en esos recreos: • Ejercicios de respiración. • Elongar. • Caminar un poco en el espacio para estirar las piernas. • Escuchar 1 o 2 canciones que te gusten. • Charlar con alguien. • Hacerte algo para comer o tomar. • Salir al balcón/patio/ventana para tomar aire. No es recomendable que abandones por completo tu lugar de estudio. Es decir, no vayas al supermercado, por ejemplo. Tratá de mantenerte lo más cerca de tu escritorio posible y, al mismo tiempo, relajar tu mente y tus músculos. 10 Empezar ción al máximo. Momento de lectura Este es el momento más importante de todo el proceso de estudio. De la calidad de tu lectura va a depender gran porcentaje de tu éxito. Hay que evitar “leer por leer”: cuando leés pero en verdad ya estás pensando en otra cosa. La lectura la podemos dividir en 2 momentos diferentes: 11.1. Lectura global Antes de empezar un texto tenés que examinarlo. Leé muy bien el título y sus subtítulos, asegurate que sabés bien quién es el autor, a qué corrientes pertenece y cuándo fue escrito. El contexto siempre ayuda. Como ya dijimos, tu capacidad de prestar atención disminuye a lo largo del día. Por eso, lo más recomendable es: • Empezar por los materiales más complejos de comprender. • Empezar por aquellas tareas que te cuestan más a vos. Por ejemplo, quizás tenés dificultad para armar cuadros sinópticos o para sentarte a escribir. No lo dudes, empezá siempre por esas tareas. Aprovechá tu pico de concentra29 11 Lee todo el índice y observá bien cómo está estructurado el material. Pueden ser capítulos, diferentes ensayos, entrevistas, infografías, etc. Es importante entender bien la arquitectura del texto: ¿se divide en 3 partes? ¿cuántos apartados tiene? Mirá bien cómo se llama cada uno, esto te va a ayudar mucho a entender dónde estás parado a medida que vas leyendo. Si tenés tiempo, aprovechá este momento para escanear visualmente el contenido: ver los diferentes temas y el mensaje general del texto. Para eso detenete en las primeras oraciones de cada párrafo, en cursivas, negritas y subrayados propios del texto. 11.2. Lectura comprensiva Llegó el momento que requiere mayor capacidad de concentración. Acá vas a leer detenidamente cada oración y apenas veas que no entendiste algo, volvé para atrás. No es una película, si te perdiste una parte no va a ser fácil seguir entendiendo el razonamiento. Cuando no comprendas lo que estás leyendo: • Releé y tratá de escribirlo con tus palabras o hacé un esquema • Leé el párrafo en voz alta y de forma pausada • Volvé unos párrafos más arriba. • Seguí leyendo un poco para ver si el contexto completa la idea. • Recurrí al diccionario y buscá definiciones/sinónimos. Un sinónimo puede salvarte la vida. Siempre leé con una lapicera en la mano y con un resaltador y un diccionario al lado. Vamos siempre a subrayar y a anotar. 12 Tips para subrayar • Lo más recomendable es hacer una primera lectura sin subrayar. Es muy difícil saber qué es lo más importante de un texto si no lo conocés. Si no te dan los tiempos para esto, probá leer un apartado sin subrayarlo y en cuanto lo termines, lo subrayás. De esa manera vas avanzando de a bloques. • Otra opción es que subrayes con lápiz en esa primera lectura. Después volvés a leer lo subrayado y borrás lo que no sirve mientras resaltas aquello que sí resultó importante. • Subrayar todo es lo mismo que no subrayar nada, cuidado con eso. No podés tener el 60 o 70% del material subrayado porque no vas a saber a dónde volver. Además, si la mayoría está subrayado, lo que más va a llamar tu atención después es aquello que esté blanco. • Identifá lo más importante: definiciones, fechas, conclusiones, conceptos, razonamientos, palabras claves, comparaciones, etc. • Podés tener diferentes colores que asignes a diferentes conceptos: rosa para fechas, amarillo para conceptos, 30 etc. • Probá combinar el resaltado con la lapicera. Por ejemplo, encerrar un concepto en un círculo o rectángulo, poner corchetes para enmarcar una definición, o señalar con un signo de exclamación una conclusión importante. • Si se te ocurre relación con otro texto, • Subrayá especialmente sustantivos y ciación (por ejemplo, “esto me hace acordar a tal película”) anotalo a un costado sin dudarlo. verbos. Evitá los artículos y los adjetivos. • Evitá subrayar oraciones demasiado largas o párrafos enteros. A veces es necesario, pero si lo hacés todo el tiempo no estás pudiendo priorizar. 13 la definición y escribila en el mismo apunte. Tips para anotar Escribir sobre el texto es una forma de comprender y fijar el conocimiento. Además, te va a facilitar también la memoria visual. Lo más importante es que lo hagas siempre con tus palabras. ¿Qué anotar en los textos? • Parafraseá y escribí con tus propias palabras todo razonamiento importante. Si una idea es compleja, pensala y escribila las veces que sea necesario. Sacá una flecha y anotá tu razonamiento o reflexión o recurrí a tu cuaderno si lo necesitás. Esto suma 1000 puntos a la hora de repasar. • Anotá al lado de cada párrafo una palabra o una pequeña oración que lo sintetice. • Si no entendés una palabra, buscá sacá una flecha y escribila. • Si tenés una duda, anotala ahí mismo • Si se te ocurre un ejemplo o una aso- • Marcá con lapicera todos los ejemplos prácticos que veas en el texto, es mejor que subrayarlos. Podés señalar el párrafo con corchetes, por ejemplo, y escribir al lado “ejemplos”. Esquemas para la comprensión del texto 14 Apenas termines el texto, lo ideal es volver a mirar todo lo que subrayaste. ¿Le hace justicia al texto tu subrayado o falta/sobra información? Aprovechá este momento porque todavía tenés el texto fresco y no hace falta que leas palabra por palabra para comprenderlo. Por eso, es el mejor momento para hacer un esquema para jerarquizar la información que leíste. Podés hacer uno bien sencillo, casi incluso como una ficha donde ponés: • Nombre del texto y autor. • Ideas principales. 31 • Ideas secundarias. • Tus propios ejemplos y conclusiones. Para esto te van a servir las anotaciones que hiciste sobre el material. Dale importancia a esto porque todo lo que sea expresado con tus propias palabras va a ser muchísimo más fácil de memorizar o de recordar. El último ejemplo es una forma muy sencilla de esquematizar, al punto de que podés ir haciéndolo incluso a medida que vas leyendo. A continuación, diferentes formas de hacer esquemas para mejorar la comprensión de tus materiales: 14.1. Mapa mental Es una especie de araña cuyo centro es un concepto o idea de la que se desprenden diferentes conceptos. Parecido a un brainstorming. Sirve cuando estás manejando mucha información y querés construir un material que te permita absorberlo de forma visual. 14.2. Mapa conceptual Es una forma de esquematizar mucho más rígida que un mapa mental. Se trata de organizar la información a partir de conceptos claves que nos llevan de unos a otros en un mapa estructurado con cuadros y líneas. Se desarrolla en una estructura de árbol, de arriba hacia abajo. Todos los conceptos que estén a la misma altura gozan de la misma importancia. Ejemplo: (fuente: Montserrat Gómez) 32 14.3 Cuadro comparativo Este es el clásico cuadro de doble entrada donde podés diferenciar, por ejemplo, las ideas de distintos autores con respecto al mismo tema. Ejemplo: (fuente: Universidad Da Vinci de Guatemala) 33 1 Ansiedad Antes que nada: sentir ansiedad frente a los exámenes es muy común. Pero si sentís que tenés mucha ansiedad (más allá de los exámenes), lo mejor que podés hacer es recurrir a un profesional. Acá nos vamos a referir a la clásica ansiedad que sentimos frente a un examen y no a un síndrome en particular. Si sentís dudas con respecto a tu ansiedad, no tengas vergüenza de pedir ayuda: creeme que somos muchas personas las que estamos en la misma situación. La ansiedad provocada por fechas de exámen en general están relacionadas con el miedo: miedo al resultado, a no llegar a tiempo con las lecturas, o porque desconocés la dimensión exacta de lo que tenés que estudiar, por ejemplo. Para reducir este tipo de ansiedad, entonces, vamos a tener que trabajar sobre todas esas incertidumbres. Eso lo vamos a ver un poco más adelante. Antes, es preciso aclarar que para reducir la ansiedad, lo más importante es que respetes a rajatabla tus momentos de descanso y de alimentación. Asegurate de cumplir con tus 8hs de sueño diarias y planificá atentamente las comidas de todas las semanas en las que tengas que estudiar. Esto va a generar que tu organismo tenga la energía y el combustible necesario y, además, vas a ahorrarte preocupaciones y tiempo. Para mantener a raya la ansiedad, también es importante que en esas épocas no te prives de hacer actividades que te gustan y que te brindes momentos de relajación: con tus amiguis, tu familia, jugar a algo, ver una película, etc. Pero... lo más importante para domar este tipo de ansiedad es hacer una correcta planificación para que te sientas en control de la situación. Programa El primerísimo de todos los pasos antes de rendir un examen es conseguir el programa. No podés planificar el estudio de una materia si no sabés bien qué textos la componen ni cuántos son con total seguridad. El programa se va a transformar en 35 2 una lista de tareas espectacular para todo tu proceso de estudio. Lo vas a tener siempre con vos, a tu lado, en tu mesa de trabajo junto con tus apuntes, tu planner, tu lapicera y resaltadores. Además, a medida que vayas repasando cada texto, le vas dando tick a cada texto ya leído. Tachar tareas siempre es gratificante y da mucha motivación para seguir. Aprovechalo. ¿Por qué es tan importante el programa? Porque te va a permitir comprender la estructura de la materia. Estamos en el momento de integrar todos los conocimientos y de relacionarlos entre sí. Tenemos que entender cuál es el propósito de la materia, cómo se estructura, a qué apunta. ¿Cómo se encadena la unidad 1 y la 2? ¿Qué relación podés hacer entre las unidades? El programa es la arquitectura de la materia, por eso tenés que leerlo con detenimiento. El orden de las unidades y de los textos no es un capricho: tiene un motivo. Descubrilo. 3 Planificación Esta es la clave del éxito a la hora de rendir un examen. El éxito no es solamente aprobar: la situación es exitosa si aprobaste sin maltratar tu cuerpo y tu mente en el proceso. Si lográs atravesar el examen con una buena planificación, tu cuerpo no va a sentir resistencia para volver a preparar otro examen. La buena experiencia te va a dejar una predisposición alta para la próxima vez. En cambio, si cada situación de rendir te lleva a la descompostura por el poco tiempo disponible, lo más probable es que la próxima vez te cueste sentarte a estudiar (y lo vas a hacer cuando no te quede otra, bajo presión). Y así, se renueva el círculo vicioso donde siempre empezás a último momento. 3.1. Planificá y calculá CUÁNDO empezar La clave fundamental es sencillamente EMPEZAR CON TIEMPO. Además, puede pasar que se te haya traspapelado algún texto y que, por lo tanto, no lo tengas. Este es el momento para verificar que tengas todo y para empezar a conseguir todo aquello que te falte. Suena trillado, pero es la pura verdad. Hacelo una sola vez y vas a ver cómo después no vas a querer hacerlo de otra forma. Hasta no tener el programa impreso y conseguir la totalidad de los textos, no se empieza con la planificación. El tiempo que necesites para preparar la materia va a depender muchísimo de la cantidad de contenido que tengas que estudiar. Esto es algo que vas a tener que examinar bien. 36 Calculá siempre mínimo 3 o 4 días para el repaso. Los días previos a un examen no son para absorber conocimientos, son para asimilarlo, asociarlo y asentarlo. Si estás preparando una materia anual en la que tenés tomos y tomos de bibliografía, probablemente no te alcancen los 3 días de repaso. Pero te voy a presentar 2 escenarios para que te des una idea de cómo calcular los tiempos. 2 escenarios: 1. Tenés mucho tiempo de anticipación Supongamos que tenés que estudiar 20 textos y que cada texto te lleva 2 horas de lectura. Necesitás 40hs de estudio y dejar los últimos 3 días para el repaso. Siempre hacete esta pregunta: ¿cuánto tiempo diario querés/podés dedicarle al estudio? Si solamente querés dedicarle 2 horas por día, entonces vas a necesitar: 20 jornadas de estudio (si es de lunes a viernes, son 4 semanas) + los 3 días de repaso = 31 días Si querés, siguiendo el ejemplo, dedicarle 4 horas por día, necesitarás: 10 jornadas de estudio (2 semanas) + 3 días de repaso = 17 días 2. Faltan 15 días para el exámen Pueden ser 15, 20, 25. El punto es que no lo estás planificando con suficiente anticipación como para poder dedicarle muy poco tiempo de estudio al día. En el ejemplo anterior, vimos que podemos preparar un examen durante 31 días si queremos dedicarle poco tiempo a diario. Supongamos que: • Faltan 20 días para el examen • Tenés que leer y repasar 26 textos • Necesitás 3 días de repaso Lo primero que vamos a hacer es restarle 3 días a los 20 que tenés. En términos prácticos, tenés 17 días para estudiar los textos. Si vas a aprovechar los 17 días de corrido (sin días de descanso) el resultado arroja que tenés que estudiar 1,5 textos por jornada. Si de los 17 días solamente vas a sentarte a estudiar 13 días, el resultado arroja que tenés que estudiar 2 textos por jornada. Si comparamos el escenario 1 y 2, lo que notamos es que en el primer caso tenemos mucho más margen de acción. Podemos pensar y decidir cuántas horas le vamos a dedicar por día y nos permite armar jornadas de estudio realmente cortas y a medida. Cuando partimos con un tiempo acotado para estudiar, no nos queda otra 37 que cumplir con lo que nos arrojan las cuentas si es que queremos llegar a tiempo. Como ves, acá perdemos margen de acción. Quizás la fórmula nos dice que tenemos que leer 3 textos por día cuando a vos te gustaría leer solo 1... Ambos casos están bien planificados y son posibles. Pero el segundo no termina de ajustarse a vos: vos te ajustaste a él. Acá vemos claramente la importancia de incorporar la planificación a la hora de estudiar para volverlo algo placentero. En definitiva, se supone que estudiás algo que más o menos te gusta. Transformalo en una experiencia lo más bella posible. 3.2. Planificá las jornadas Ya sabés cuántos días vas a estudiar y cuántos textos (o cuántas horas) vas a estudiar cada día. Ahora, es momento de plasmar todo esto Y MÁS en tu planner. Preparar un examen consta de más tareas que simplemente estudiar: quizás tenés que pedir apuntes, imprimir algo, inscribirte, mirar algún material en video, etc. Reuní todas las tareas que no sean estudiar y anotalas. Ahora vamos a planificar TODO. Vamos a organizarlo de forma semanal y diaria. 38 3.2.1. La semana El domingo o el lunes temprano, vas a anotar todas las tareas de la semana y vas a distribuir en los diferentes días con qué texto vas a trabajar. Reservate 15 minutos como mínimo para este proceso. La idea es hacer una lista de tareas de la semana como materia prima para confeccionarte listas diarias de trabajo. Durante la jornada de estudio, lo mejor sería solamente ver tu lista del día y no distraerte con absolutamente nada más. 3.2.2. El día Tu lista del día tiene que ser muy concreta: “Estudiar unidad 3 y 4 y repasar unidad 1”, por ejemplo. Para ver esto en profundidad volvé al punto 4 de la primera parte del e-book (“Plantearse objetivos”). No estudies ni más ni menos que lo que te propusiste. Lo importante de 4 Resumen El resumen sirve para 2 cosas: 1. El proceso mismo de resumir es una forma muy poderosa, en sí misma, de estudiar 2. Es también un material que va a sustituir al texto original a la hora de repasar Por esos 2 motivos, hay que tomarse muy en serio el momento de resumir. En pocas palabras, un resumen es una versión reducida del texto pero expresada con TUS palabras y expresiones propias. Esta versión, si bien reducida, debe tener todos los elementos necesarios para comprender el texto original. Además, debe ser un texto coherente que tenga sentido por sí mismo. Esto es para que cuando repases, no necesites tener al lado el texto original. Nunca, pero nunca, se trata de copiar frases textuales. Muchísimo menos transcribir párrafos enteros. Si haces eso, estás armando un extracto del texto más que un resumen. este tipo de planificación es que sea equilibrada, por lo tanto de nada sirve una jornada en la que hagas el doble de lo previsto. Corres muchísimo riesgo de quebrar la rutina y la planificación que te creaste a tu medida. Para este momento, se supone que ya leíste el texto, lo subrayaste y tenés algunas notas hechas también. Te van a servir mucho los apuntes de la clase y también cada anotación que hayas hecho en los márgenes del texto. 39 4.1. Tips para ANTES de empezar a resumir un esquema: escribí oraciones completas. • Identificá el tema general y los sub- • Podés agregar tus propias conclusio- temas. nes en párrafos aparte, donde se note bien que se trata de tu voz y no de la del autor. A esto se le llama resumen comentado. Puede ser útil si encontraste relación con otro autor, por ejemplo. Cuidado con esto, no te extiendas. • ¿Qué tipo de texto es? ¿Cuáles son sus partes? ¿Cuántas partes/capítulos tiene? Podría ser, por ejemplo: introducción + desarrollo + conclusión (si es un texto expositivo, un ensayo o una narración) o hipótesis + argumentación + conclusión (si se trata de un texto argumentativo). • Identificá cuáles son las ideas principales y las secundarias. Las demás, serán detalles y no entran en el resumen. • Pensá cuáles son las relaciones entre las ideas principales y las secundarias. Si hiciste un esquema a la hora de leer, te va a servir mucho en este momento. Si no lo hiciste y el texto te parece algo complejo, hacé un esquema antes de empezar a resumir. Te va a servir como hoja de ruta para empezar. • Evitá empezar los párrafos diciendo “En este texto…” o “El texto dice…”. No se trata de hacer una narración (a menos que estés resumiendo una narración, en cuyo caso tampoco vas a empezar diciendo “En este texto…”). • Evitá poner demasiados ejemplos, a menos que hayan sido pensados por vos. En ese caso, señalá que se trata de un ejemplo tuyo. Tratá de no desarrollar el ejemplo entero: abrevialo porque te vas a entender. • Evitá las descripciones detalladas. • De ser posible, elegí usar el tiempo presente. 4.2. Tips para resumir • No resumas párrafo por párrafo ya que muchos directamente serán eliminables. Siempre se trata de extraer las ideas y desarrollarlas con tus palabras. • Siempre empezá por lo general y se- • Tratá de usar voz activa (Juan come chocolate) y no la voz pasiva (el chocolate es comido por Juan). La voz activa permite una lectura más fluida. • Si se te dificulta escribir con tus palabras, no dudes en consultar un diccionario de sinónimos. Es una herramienta de gran utilidad para resumir. guí por lo específico. Lo específico no se explicaría sin lo general, no te saltees conceptos ni ideas. Respetá el desarrollo del pensamiento del texto. ser más largo que el 30% del original. • El resumen no es ni un telegrama ni • Al final del resumen, elaborá una bre- • En general, un resumen no debería 40 ve conclusión (aprox 1 párrafo). Esto sería el “resumen del resumen”. • Lo más práctico es hacer el resumen en computadora. Después podés imprimirlo y resaltar con colores los conceptos claves. Cuidado, ¡tampoco lo llenes de color! 5 Repaso y autoevaluación Ya terminaste de hacer un esquema y/o de resumir todos los materiales para el examen. Ahora solamente queda repasar. Lo ideal es que no vuelvas a los textos originales a menos que te encuentres con una duda específica o con algún problema. Lo mejor sería que dispongas de varios días para este momento para que sea menos tedioso. De esta forma, podés ir alternando repasos con autoevaluaciones. Por ejemplo, un día repasas 2 textos y después autoevaluás tus conocimientos sobre el texto que repasaste ayer. El repaso es fundamental porque solo con la repetición el contenido logrará afianzarse en nuestra memoria a largo plazo. Hay que volver, volver y volver sobre los materiales. 5.1. Tips para repasar mismo texto. Hay que darle tiempo al conocimiento para que se afiance. Por eso es muy importante empezar con anticipación. • Planificá qué día vas a repasar cada texto y anotalo en tu planner. Lo mismo con las autoevaluaciones. Armate un sistema donde vayas alternando entre esas 2 tareas. • Lo mejor es hacer varios repasos, aproximadamente 4 por cada texto. • El primer repaso es al que le vas a dedicar más tiempo. La primera vez que vuelvas a leer los materiales que armaste (resumen o esquema), tenés que hacer una lectura comprensiva. Fijate si tenés que resaltar algo, hacer alguna anotación, etc. Tratá a tus materiales como si fuera la primera vez que los lees. • Los siguientes repasos serán cada vez más cortos y en cada uno de ellos vas a retener un mayor porcentaje de información que en el anterior. La fuerza está en la repetición. Aprovechalos, se va poniendo cada vez más fácil. Te lo prometo. • El último repaso debe ser un sobrevuelo por los temas. Ya no es momento de escribir ni de resaltar nada. • Tené siempre encima algún material de repaso para leer mientras viajas en un colectivo o mientras esperás al dentista. • Lo más recomendable es que hagas repasos espaciados en el tiempo, es decir, no repasar 3 veces en un día el 41 5.2. Tips para autoevaluarte • Sentate con tu esquema/resumen/ temario y mirá por arriba los conceptos o títulos. Ahora, cerrá los ojos y pensá si podés completar la información. En cuanto te trabes: mirá la hoja, identificá la respuesta y volvé a intentar con lo que sigue inmediatamente. • Si es para un examen escrito, mirá también los temas y títulos y agarrá una hoja en blanco. Hacete preguntas concretas y escribí todo lo que te acuerdes. Sin miedo, hacé lo que puedas e intentalo varias veces. • Si tenés un esquema, probá reproducirlo tal cual pero sin mirarlo. Hasta que te salga bien. • Si es para un examen oral, elegí un tema y practicá hablar en voz alta mientras haces gesticulaciones o caminás. Te va a ayudar a fijar los conceptos. Sirve mucho también para exámenes escritos. • También podés grabarte para escucharte después en momentos “muertos”: mientras caminás por la calle, cuando lavas los platos, etc. • Si no podés hablar en voz alta, hacelo sin hablar, no hay problema. Mirá por la ventana y elaborá toda la respuesta mientras “mirás un punto fijo”. No importa si te trabás o si lo hacés muy lento. Si sos capaz de llegar al razonamiento sin leer, estás realmente logrando afianzar el conocimiento. Si te trabás un poco, mirá tu material y seguí con otra cosa. • También podés probar repasar con tarjetas o fichas. De un lado, ponés una pregunta y del otro la respuesta. De esta forma, vas agarrando diferentes preguntas y tratando de contestarlas. Cuando te trabás, mirás la respuesta del otro lado y seguís con la próxima. • Enseñale a alguien. Puede ser un compañero o hasta alguien con quien vivas. Muchas personas están dispuestas a escucharte hablar un rato para ayudarte. ¡Mi hermana escuchó la preparación de la mayoría de mis finales orales! Sin dudas, enseñar es la mejor de todas las formas de estudiar. Ahí te das cuenta perfectamente en qué contenido estás haciendo agua. Si tu examen es oral, no dudes en probar esto. Sin embargo, sirve para cualquier modalidad, te lo aseguro. • Recolectá experiencias de exámenes anteriores. Quizás conseguís cuestionarios o guías para practicar. Incluso podés charlar con compañeros y armar entre todos bastantes preguntas para repartirse. ¡No tengas vergüenza! Si es un examen oral, te interesará saber qué preguntas hacieron y a qué autores les dan más importancia. Preguntá todo lo que puedas. 5.3. Tips para memorizar •_Visualizá en imágenes las palabras difíciles que tenés que memorizar. ¿A qué asociás la palabra, a qué te hace acordar? ¿Rima con algo que te sea familiar? Asociá una imagen a la palabra. •_Repetí y repetí en voz alta. •_Integrá los elementos que tenés 42 que memorizar armando una historia, como si fuera un cuento. • Armá frases o versos coherentes con las palabras que tengas que memorizar. • Armá una canción o una rima con las palabras que te cueste recordar. • Si tenés que memorizar muchas palabras, armá una palabra nueva con las iniciales de cada una. • Si tenés que recordar fórmulas complejas, asociá las letras a palabras que conozcas o cosas que te gustan. Por ejemplo, si tenés que recordar la doble cadena de nucleótidos del ADN (ATCG) y te gusta el Tango, podés pensar Anibal Trolio - Carlos Gardel (AT-CG). 6 El día antes de rendir El día anterior a un examen no es para estudiar y casi te diría que tampoco es para repasar. Lo que no aprendiste hasta ese día, no lo vas a aprender para el examen. Eso hay que aceptarlo. La máxima prioridad que tenés que tener el día antes de rendir es mantener a raya la ansiedad. Para eso vamos a: • Dormir sí o sí 8hs. Pasar la noche en vela es excesivamente nocivo para tu cuerpo y para tu mente. Dormir es una parte fundamental del proceso de estudiar. No lo desaproveches justo este día tan importante. • Si el día anterior al examen todavía te falta contenido para estudiar, resigná el tema. Ya no lo vas a aprender. Priorizá asentar los conocimientos que ya sabés (para esto la clave es dormir). Si es mucho lo que no sabés a esta altura, considerará no presentarte. No vale la pena estresarse tanto para encima reprobar. • Tratá de mantener tu rutina cotidiana. Si hacés ejercicio: ¡hacelo sin dudarlo! Respetá tu menú semanal y tus horarios de comida. • Prepará todo lo que necesitás para el examen: apuntes, hojas, lápiz, ropa cómoda para ponerte, etc. Dejá todo listo desde el día anterior. • No te pongas a repasar frenéticamente. A lo sumo, hacé un sobrevuelo por los temas recurriendo a los esquemas y resúmenes que hayas hecho. De ninguna manera vuelvas a los textos originales, eso ya fue. • Hacé actividades relajantes: un buen baño relajante, escuchar un disco que te guste, elongar. Tratá de distraer tu atención del examen lo máximo posible. Si lográs relajación, todo lo que hayas estudiado te va a brotar con mucha más naturalidad. 43 7 Tips para exámenes escritos • Antes que nada, lee absolutamente todas las consignas. Todas. Nunca, jamás, te saltees este paso. • Leé bien qué te está pidiendo cada pregunta. A veces la ansiedad nos hace querer contestar lo que sabemos sin leer bien la consigna. ¿Te pide que describas, que compares o que resumas? Prestá atención a ese tipo de palabras para saber la estructura que vas a necesitar desarrollar. • Si al terminar de leer las preguntas, se te ocurren un par de ideas para cada una, anotalas en lápiz para que no se te olviden. Esto es solo para ideas generales, después lo vas a borrar y desarrollar bien. • Empezá por la pregunta que te resulte más fácil contestar y dejá para el final la más difícil. Si empezás por la más difícil, te puede pasar que pierdas 1 hora y no tengas tiempo para contestar las preguntas que SÍ sabés. ¡Sacate las fáciles de encima! • Tené presente el tiempo sin obsesionarte. Si notás que te estás trabando, dejá 5 o 6 renglones vacíos y pasá a la siguiente pregunta. No te preocupes, si después querés agregar algo y no te entra en esos 5 renglones, agregá un asterisco. bemos lo suficiente y abandonamos la pregunta sin más. Imaginate que si el examen tiene 4 preguntas, no contestar una supone un 25% de la calificación. Intentalo, aunque sea breve. • Siempre, siempre, siempre revisá todas las preguntas antes de entregar el examen. Esto es para ver sobre todo si tu redacción es comprensible, chequear errores de ortografía y para ver si se te ocurre algo que podrías agregar. Acordate, siempre se puede agregar un asterisco. • Cuidá mucho la prolijidad. Si tu examen es caótico, al profesor le va a molestar. Pensá que va a leer muchísimos más exámenes que el tuyo. • Sobre los asteriscos: si necesitás usar más de uno, simplemente ponés *1, *2, *3, etc. Pero muchísimo cuidado con esto, tenés que dejársela fácil al profesor. Si sos de agregar asteriscos, poné el doble de esfuerzo en tu prolijidad y redacción. Tips para exámenes orales • Siempre tené preparado un tema • No dejes preguntas sin contestar. para empezar el examen. La mayoría de los profesores aceptan con gusto que empieces hablando vos. Esto es genial porque si empezás vos, marcás el rumbo del examen y te mostrás seguro y confiado con la materia. Elegí el tema que más claro tengas. Tampoco te digo que inventes, pero muchas veces pensamos que no sa- • Estudiá en voz alta. Podés usar las fichas o tarjetas con preguntas y con44 8 testarlas oralmente. Si te cuesta hacerlo en soledad, pedile a alguien que sea tu oyente. • No aprendas todo de memoria. Esto es peligroso porque podés llegar a trabarte y no saber por dónde seguir. El problema de estudiar de memoria es que si se cae un eslabón, se cae la cadena completa. Por eso, intentá comprender bien los conceptos para poder definirlos en pocas palabras. • Los esquemas son ideales para repa- • Empezá por las que sepas con más confianza la respuesta y dejá para el final las más difíciles. • Tapá las respuestas y esforzate en pensar la respuesta correcta para que las opciones no te confundan. sar para exámenes orales. • Marcá las respuestas en lápiz. Cuan- • Pensá ejemplos propios para los te- do revises el examen, corroborá tus respuestas y recién ahí marcá con lapicera la correcta. mas más importantes. Esto le da la pauta al profesor de que entendiste el tema. • Preparate para poder relacionar los diferentes textos y autores entre sí. Una pregunta como esa, si no la tenés preparada, podría desestabilizarte. Además, si sabés relacionar los textos entre sí, el profesor también pensará que entendiste la materia y te va a hacer menos preguntas. 9 pregunta resta puntos o si no afecta a la calificación. Si contestar mal te baja puntos, mejor no arriesgarse en caso de no saber la respuesta con seguridad. • Lee muchas veces la pregunta para ver si no hay alguna “trampa” en la redacción. Una sola palabra puede cambiar por completo la pregunta. Tips para exámenes multiple choice • Estudiá igual que para un exámen escrito. No subestimes este tipo de exámenes. Suelen ser “tramposos”. • Lee todas las preguntas antes de empezar. • Tené presente si contestar mal una 45 • Poné muchísima atención a palabras Te dejo algunos tips: técnicas. Suelen hacer preguntas capsiosas con eso. • Antes que nada, el día que repruebes • Si ves una palabra muy informal, desconfiá. Probablemente están corroborando si sabés los tecnicismos. 10 Tips para exámenes virtuales • Avisale a las personas con las que vi- • Al día siguiente ya podés empezar a reflexionar: ¿por qué reprobaste? • Nunca faltes cuando un profesor dé vís el horario de tu examen para asegurarte tranquilidad en ese momento. las notas de los exámenes. Suelen indicar los errores generales antes de los recuperatorios. • Prepará tu escritorio con 20 minutos • Si el examen fue escrito, el profesor de anticipación para dejar a mano todo lo que necesites: algún esquema, papel, lápiz, auriculares, agua, algo para picar, etc. No tengas nada extra cerca. probablemente te marcó las respuestas que estaban incorrectas o incompletas. Prestale mucha atención a eso, no mires solamente tu calificación. • Con la misma anticipación, encendé • Si hubo diferentes temas, encargate tu computadora y dejá abierta la plataforma en la que vas a rendir. • Si es con tu celular, prepará el espacio para que quede apoyado en algún lugar cómodo. • No tengas abierta ninguna otra pestaña ni aplicación. 11 dedicate a hacer algo que te guste. No te sientes inmediatamente a pensar en el recuperatorio. Primero, recuperate vos. La situación es estresante y te merecés un día de tregua. de preguntarle a tus compañeros cuáles eran sus preguntas y usá eso como guía de estudio. • Si el examen fue oral, preguntate: ¿te traicionaron los nervios? ¿Qué preguntas te hizo que directamente no pudiste contestar? ¿Con qué contenido tambaleaste? Todo eso, anotalo. • Preguntale a tus compañeros qué ¿Qué hacer si reprobás? No te preocupes, a mi también me pasó. Siempre se puede volver a rendir y el promedio no es lo más importante de la vida. preguntas les hicieron en su examen oral, siempre. • Reprobar no es fracasar. Buscale el lado positivo: ya sabés cómo evalúa el docente. Tenés mucha más información que la primera vez que rendiste. Aprovechá esto. 46 • Examiná cómo te organizaste: ¿cuántas horas le dedicaste? ¿Cuántas lecturas hiciste? ¿Armaste tus propios resúmenes? ¿Pudiste hacer varios repasos? Hacé los ajustes necesarios. • Averiguá la próxima fecha de examen y organizate con MUCHA anticipación. Vas a tener que estudiar toda la materia de vuelta y de principio a fin. 12 Conclusión Lo más difícil de estudiar es que nadie nos enseño cómo hacerlo. Desde el jardín de infantes vamos recolectando diferentes métodos, la mayoría con escaso éxito. La clave es el ensayo/error: planificar y experimentar. Tu ritmo es único y sos la única persona que puede descubrirlo. A lo largo de este texto te dejamos diferentes consejos y técnicas para administrar tu tiempo y tu atención. ¡Animate a probar y a introducir cambios en tu vida cotidiana! Recordá que los archivos del ebook son para uso personal y educativo, por lo que está estrictamente prohibida su reventa. Es un producto registrado, todos los derechos pertenecen a pragma®. Para uso educativo habilitamos la reproducción parcial del mismo citando la fuente! Cualquier consulta que tengas, nos podés escribir a: unapragmatica@gmail.com o a nuestro whatsapp: +54 1141650804. Visitanos en www.unapragmatica.com 47