HABILIDADES BÁSICAS PARA JURISTAS: LECCIÓN 1:COMPRENSIÓN DEL DERECHO Y TERMINOLOGÍA JURÍDICA. EL CONCEPTO DE DERECHO. BREVE INTRODUCCIÓN A LOS CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES. Desde la Antigüedad se ha destacado el carácter social del hombre y la necesidad de regulación de la conducta humana en sociedad (‘UBI HOMO IBI SOCIETAS; UBI SOCIETAS IBI IUS’). Etimológicamente la palabra derecho deriva de la voz latina ‘DIRECTUS’ que significa lo derecho, lo recto, lo rígido. Sin embargo, para referirse a lo que nosotros llamamos derecho, los romanos empleaban la voz IUS. El derecho NO es el único orden normativo que regula la conducta humana. Junto al derecho, como otros ordenes normativos que regulan la conducta humana, podemos hablar de la moral, los usos sociales o reglas de decoro y la religión. La ciencia que estudia la moral se llama ética, la que estudia los usos sociales es la sociología, la que estudia la religión es la teología y la que se ocupa de estudiar el derecho es la Teoría General del Derecho. La Teoría del Derecho puede definirse como el desarrollo de los conceptos jurídicos fundamentales, es decir, los más abstractos. A esta categoría pertenecen por ejemplo y entre otros muchos los conceptos de sujetos de derecho, relación jurídica, hechos y actos jurídicos, ordenamiento jurídico o norma jurídica. Como consecuencia de su naturaleza abstracta estos conceptos son igualmente utilizables en todas las ramas del derecho y su significado permanece invariable con independencia del contenido concreto al que sean aplicados. La palabra derecho es una palabra plurisémica, esto es, tiene distintas acepciones o se usa con diversos significados. Esta palabra tiene al menos tres acepciones distintas: - - - (1) DERECHO EN SENTIDO OBJETIVO: designa el conjunto de normas o reglas que rigen la actividad humana en la sociedad, cuya inobservancia está sancionada. Existe un acuerdo que, casi todo el mundo respeta, en virtud del cual en el derecho en sentido objetivo de la d de Derecho se escribiría con mayúsculas. En el sistema anglosajón para referirse al derecho en sentido objetivo se utiliza el término Law. (2) DERECHO EN SENTIDO SUBJETIVO: la palabra derecho designa las facultades o prerrogativas atribuidas a una persona que le permite gozar de algo o exigir de otra persona una prestación. Así por ejemplo, cuando la Constitución dice que todos tenemos derecho a la vida. Para distinguirlo del derecho en sentido objetivo, en el derecho en sentido subjetivo la D de derecho se debe escribir con minúscula. En el sistema anglosajón para referirse al derecho en sentido subjetivo se utiliza el término Right. Nosotros, como personas, gracias al derecho objetivo, contamos con derechos subjetivos. (3) DERECHO COMO EQUIVALENTE A JUSTICIA: no hay derecho equivale a no es justo. Incluso podría hablarse de un (4) sentido o significado: así entonces si decimos el derecho que se imparte en la Universidad Complutense goza de un alto prestigio. En este caso la palabra derecho se emplea en el sentido de ciencia, investigación o estudio del derecho. La palabra Derecho además de plurisémica, es una palabra que puede resultar en ocasiones ambigua. Resultará ambigua cuando no queda claro, cuando resulta confuso determinar con cuál de los significados mencionados es usada (esto sucede en pocos casos). Afrontar la definición de lo que es el Derecho no resulta tarea fácil pues podríamos dar muchas definiciones de Derecho y todas serian correctas en cierta medida, pero no nos permitiría entender con claridad el concepto de Derecho. De ahí, que muchos autores señalen que uno de los problemas relacionados con el concepto de Derecho es el de la vaguedad (se puede decir que un concepto es vago cuando la extensión del mismo no está determinada). La búsqueda de una definición de lo que se denomina caracteres esenciales o diferenciales del Derecho ha sido constante de la Filosofía del Derecho. Hay autores que señalan que hablar de derecho implica hablar de normas y coactividad. Hay autores que señalan que el derecho es un aparato de represión de la sociedad o una técnica de control social. Otros autores que dicen que hablar de Derecho implica hablar de normas que responden a ciertos postulados o principios de justicia que provengan del Estado. El problema es que resulta dudoso que alguna de estas características sirva para diferenciar claramente el Derecho de otros ordenes normativos que regulan la conducta humana en sociedad. Por tanto, no se puede plantear la cuestión de la definición del Derecho en términos de verdadero o falso, las definiciones de Derecho serán más o menos adecuadas, mejores o peores, dependiendo del propósito de la definición. No obstante, cuando la mayoría de gente habla del Derecho se refiere al mismo en su acepción en sentido objetivo. Esta concepción del Derecho es la mayoritaria, hegemónica o dominante en nuestros días. Por ello, se puede afirmar que según la concepción dominante por Derecho se entiende como el conjunto de normas emanadas por el poder político soberano propio del Estado moderno. El jurista debe abordar la comprensión del Derecho desde una pluralidad de perspectivas y no limitarse al estudio exclusivo del contenido de las normas. Para la práctica totalidad de la población, el lenguaje jurídico se caracterizada por su dificultad, casi imposible comprensión. Por esta razón, es necesario que el jurista (1 habilidad básica del jurista) es que tenga en cuenta siempre la necesidad de emplear un lenguaje claro y sencillo, pero no por ello carente del necesario rigor jurídico/técnico. Se considera una habilidad básica y necesaria del jurista la capacidad para adaptar el lenguaje jurídico empleado al destinatario o destinatario del mismo, algo que en ocasiones puede no resultar ser una tarea fácil. En Roma se señalaba que las leyes debían ser comprensibles para todos. Montesquieu afirmaba que la comprensión de las leyes no debe exigir un esfuerzo especial. Como ha señalado el TC, el principio de seguridad jurídica consagrado en el artículo 9.3 de la CE implica que el legislador debe perseguir la claridad y no la confusión normativa. No obstante, la realidad (pese al deseo del TC) es que, en la actualidad, poder entender el contenido de las normas jurídicas no es algo que esté al alcance de todos. En los últimos años, e incluso décadas, la búsqueda de un lenguaje jurídico claro se ha convertido en un objetivo por parte de todos, incluidos los diferentes organismos gubernamentales, tanto a nivel nacional como en el seno de la UE. También se ha intentado, aunque no parece que se haya logrado del todo, que los órganos jurisdiccionales (Tribunales) utilicen un lenguaje claro y preciso que pueda comprenderse din dificultad pero en ocasiones para estos es sumamente complicado conciliar claridad y sencillez con el necesario rigor técnico que no puede ni debe desaparecer completamente. Por todo lo señalado, parece necesario no solamente educar a la ciudadanía en ctos jurídicos, sino también simplificar el lenguaje jurídico en la medida de lo posible. Para poder comenzar a comprender el mundo jurídico de una forma más concreta y especializada, es necesario estudiar de manera detenida e individualizada alguno de los conceptos jurídicos más básicos y fundamentales. Los conceptos jurídicos básicos son instrumentos indispensables para el estudio y la práctica del Derecho (además de ser la base teórica de otros conceptos más complejos). Son por tanto conceptos que todo jurista, todo profesional de Derecho, debe comprender, manejar y saber transmitir. Los conceptos jurídicos básicos que vamos analizar son los siguientes: - Sujetos de Derecho Relación jurídica. Hechos y actos jurídicos. Ordenamiento jurídico. Norma jurídica. SUJETOS DE DERECHO El derecho regula la relaciones existentes entre personas. A los destinatarios de las normas jurídicas se les denomina sujetos de derecho y puede ser tanto personas físicas como personas jurídicas, también cualquier Organismo o Administración Pública. Los sujetos de derecho lo son porque son titulares de d/o. El artículo 30 del Código Civil dispone que ‘’son personas todos los entes susceptibles de adquirir derecho o contraer obligaciones’’. En la actualidad toda persona por el hecho de serlo es sujeto de derecho, no obstante, a lo largo de la historia el hecho de ser persona no siempre ha significado ser sujeto de derecho. Basta señalar a los esclavos o el papel de la mujer en determinados momentos históricos. Los animales y las cosas no son sujetos de derecho (el hecho de que existan normas que castigan a una persona que causa daños a un animal no significa que el animal sea sujeto de derecho). Toda persona por el hecho de serlo posee capacidad jurídica, esto es, la aptitud para ser sujeto de derechos y obligaciones y para ser sujeto titular de relaciones jurídicas. No obstante, no todas las personas tienen capacidad de obrar, esto es, la aptitud para realizar actos dotados de eficacia jurídica, es decir, la posibilidad del sujeto de ejercitar por sí mismo los derechos y obligaciones de lo que es titular con plena eficacia. En el caso de las personas físicas solamente la edad y la discapacidad pueden limitar su capacidad de obrar. Los menores de edad, a partir de los 14 años sobre todo, empiezan a completar su capacidad de obrar. Con la mayoría de edad se adquiere la plena capacidad de obrar pudiendo ser titulares de cualquier relación jurídica, salvo la adopción para la que se exigen 25 años. Antes de la reforma del año 2021, la falta de capacidad total o parcial, temporal o permanente de una persona física solamente podía determinarse mediante sentencia judicial en alguno de los casos expresamente previstos en la ley: enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico que impiden a una persona gobernarse por sí mismo, nombrándose en estos casos un tutor. Tras la reforma (ley 8/2021) que entró en vigor del 3 de septiembre del 2021 desaparece la tutela tal y como se concebía y se sustituye por la curatela que consiste en apoyos puntuales. También desaparece la incapacitación judicial y la propia potestad prorrogada más allá de la mayoría de la edad. No hay tutela pero la reforma refuerza otras figuras que ya existían como la curatela, la guardia de hecho y el defensor judicial. - - - Curatela es una resolución judicial en la que se especifica cuáles son los apoyos que necesita la persona discapacitada. La pueden ejercer familiares, personas cercanas a la persona discapacitada o centros y fundaciones que trabajan con ella. Ahora por ejemplo, tras la reforma, si la persona tiene que someterse a un tratamiento médico es necesaria su firma, algo que no sucedía hasta ahora. Existe la denominada auto curatela pensada para personas que empiezan a tener un trastorno cognitivo permitiéndola, antes de que la enfermedad avance, decidir quien le va a prestar el apoyo Guardia de hecho consiste en designar a una persona cercana para que preste al apoyo que el afectado considere. Por ejemplo, para realizar trámites bancarios. La guardia de hecho no necesita proceso judicial pues se puede realizar mediante un acta notarial Defensor judicial (es una persona designada judicialmente para actuar en momentos concretos. Por ejemplo: en la venta de una vivienda o cuando hay un conflicto de intereses entre el curador y la persona con discapacidad) En cualquier caso, en los casos más graves, en los que la persona no se pueda comunicar ni tomar decisiones, la curatela se adaptará a esa situación. RELACIÓN JURÍDICA: Los primeros antecedentes de relación jurídica se remontan al derecho romano y al medieval. En el derecho romano, en el vínculo casi físico que unía a acreedor y deudor. En la edad media, se empieza a distinguir en el matrimonio entre el acto de contraerlo y la situación resultante de dicho acto. En el s. XIX, Savigny, distingue en la relación jurídica un doble elemento: elemento material o relación social sobre la que se configura la relación jurídica y elemento formal o regulación de la relación social por el ordenamiento jurídico. Solo las relaciones sociales que son dignas de protección jurídica y que están necesitadas de dicha protección serán reguladas por el ordenamiento jurídico. No basta una relación social contemplada por una norma jurídica que derive de ella algunas consecuencias jurídicas para que exista una relación jurídica. Para Diez-Picazo es una situación jurídica en la que se encuentran dos o más personas respecto de determinados bienes o intereses vitales y que aparece estable y orgánicamente regulada como cauce para la realización de una función social o económica merecedora de protección jurídica. Para Albadalejo es aquella situación en que se encuentran varias personas entre sí regulada orgánicamente por el derecho que engloba un conjunto de poderes, facultades y deberes que corresponden a las personas que en ella intervienen. En ambas definiciones hay una serie de notas comunes: (1): la relación jurídica es una SITUACIÓN jurídica, se caracteriza por su carácter estático y vocación de permanencia frente a los actos jurídicos que son los que crean, modifican y extinguen las relaciones jurídicas; (2): la relación jurídica tiene lugar necesariamente entre personas físicas, jurídicas o AAPP, no existen relaciones jurídicas entre cosas (silla-mesa), ni entre una persona y una cosa, ni entre una persona y un lugar, ni entre una persona y un animal. A las personas que intervienen en la relación jurídica se les denomina titulares o SUJETOS de la relación jurídica. La cualidad que a una persona le confiere el hecho de ser uno de los sujetos de la relación jurídica se denomina titularidad. Estas pueden ser de distinto tipo: Según la posición que ocupa la persona en la relación jurídica se puede hablar de titularidad activa o de poderes jurídicos; titularidad pasiva o titularidad de deberes jurídicos; y titularidad recíproca o titularidad de poderes y deberes jurídicos recíprocos; Según el número de titulares, la titularidad puede ser única (un solo titular) o múltiple (una cotitularidad). (3): la relación jurídica tiene un OBJETO sobre el que recae que son los bienes o intereses vitales de los que habla Diez-Picazo en su definición. En efecto según el artículo 1271 del Código Civil: ‘’pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres’’. Puede ser objeto de una relación jurídica tanto un bien mueble como uno inmueble, tanto un bien material como inmaterial (esto es los derechos de propiedad intelectual o industrial). También puede ser objeto una determinada conducta o prestación, esto es, dar, hacer o no hacer alguna cosa o prestar un servicio. También puede serlo una determinada prestación laboral en las relaciones de trabajo. (4): la relación jurídica tiene que estar regulada orgánicamente por el ordenamiento jurídico como medio para la realización de determinadas funciones merecedoras de protección jurídica. Además, debe tener, la relación jurídica, una CAUSA por la cual se da que sea lícita (razón de ser y que esta causa además de cierta ha de ser no contraria al ordenamiento jurídico). HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS Un hecho es todo suceso, acontecimiento o fenómeno acaecido en la realidad. Puede ser puntual o prolongarse en el tiempo denominándose entonces estado. Un hecho será jurídico si las normas jurídicas lo regulan, otorgando al mismo determinados efectos jurídicos. Los hechos jurídicos pueden ser de dos tipos: hechos jurídicos en sentido estricto y actos jurídicos. - - Se consideran hechos jurídicos en sentido estricto aquellos en los que la voluntad humana no es determinante para la existencia de efectos jurídicos. Son hechos procedentes de una realidad ajena a la voluntad de los hombres (no intencionalidad), que son tenidos en cuenta por las normas jurídicas y que por ello tienen efectos jurídicos. Se tratan de acontecimientos de la naturaleza o momentos relacionados con el hombre como su nacimiento, paso del tiempo o muerte. Por el contrario, en los actos jurídicos, los efectos jurídicos son consecuencia de actos humanos conscientes y libres y que han llegado a ser materializados externamente. El derecho valora un hecho como acto jurídico si se ha llevado a cabo por una persona de forma libre, voluntaria, consciente y persiguiendo sus consecuencias prácticas. Por ejemplo: contraer matrimonio, donar un bien o firmar un contrato de arrendamiento. Dentro de los actos jurídicos: o Actos jurídicos simples: los efectos jurídicos vienen establecidos de forma tasada y forzosa en las normas jurídicas. o Negocios jurídicos: el sujeto puede establecer, modular o graduar los efectos jurídicos pero siempre dentro de los limites previstos en el ordenamiento jurídico. ORDENAMIENTO (suma de normas jurídicas si se dan las características de plenitud, coherencia y unidad) Y NORMA JURÍDICA Una de las formas más tradicionales de explicar el derecho toma como eje a la norma jurídica. La explicación de la norma jurídica conduce a la explicación misma del Derecho. Partiendo de la idea de que si sabemos lo que es una norma jurídica sabremos también lo que es el Derecho se formula la denominada teoría normativista del derecho que ha ocupado en la historia del pensamiento jurídico un lugar destacada durante décadas. Dicha teoría responde a la idea de que el todo puede explicarse y conocerse a partir de su parte o elemento más característico, identificador y fundamental, que es la norma jurídica. La razón de la permanencia en el tiempo de esta teoría hay que buscarla en el éxito con que se ha enfrentado a otras teorías del Derecho diferentes. Frente a otras propuestas de explicación del derecho desde ángulos no normativos como la Teoría de la relación intersubjetiva o la Teoría institucionalista, el normativismo casi siempre ha conseguido imponerse. La teoría de la relación intersubjetiva que se remonta a Kant sostiene que lo que verdaderamente caracteriza al Derecho es la relación entre sujetos. Frente a esta concepción el normativismo se pregunta en que consiste esa relación y señala que lo que la caracteriza no es tanto la simple intervención de dos o más sujetos o partes que se conectan entre sí, sino, el modo especifico en que tiene lugar esa conexión, la posición que cada parte o sujeto ocupa en la relación jurídica. El normativismo señala que a la hora de determinar y delimitar la posición que cada parte ocupa en la relación, es decir, el propio esquema de la relación jurídica, juega un papel fundamental la norma jurídica, incluso con anterioridad a que las partes tengan intención de relacionarse. Por ello, el normativismo, admite la importancia de la relación jurídica en la configuración y conocimiento del derecho pero subraya la mayor importancia de la norma jurídica. La teoría institucionalista, cuyos representantes más destacados fueron Hauriou en Francia y Santi Romano en Italia, sostiene que el Derecho es ante todo institución, esto es, organización de bienes y organización de personas. Por ello, para explicar que es el Derecho, debemos analizar la institución jurídica. El normativismo, ante dichos planteamientos, señala que toda organización implica una distribución o asignación de competencias y responsabilidades y que la misma está establecida conforme a los criterios fijados en una norma jurídica. Por tanto, una vez más, si queremos saber que es el Derecho según los normativista deberemos acudir al estudio de la norma jurídica como elementos más original y fundamental del Derecho. No obstante, existe otra forma de explicar el Derecho. Se trata de la teoría del ordenamiento jurídico sostiene que el conocimiento de la norma jurídica no nos puede proporcionar el conocimiento del Derecho puesto que este no es norma en singular sino normas en plural, esto es, conjunto ordenado de normas o sistema. Por tanto el análisis de uno solo de estos elementos no es suficiente. Si pretendemos entender que es el Derecho debemos examinar el conjunto normativo, el tipo de relaciones que unen entre sí a las normas jurídicas y sus características en cuanto conjunto. No obstante esta teoría no es anti normativista sino más bien una continuación o perfeccionamiento del mismo puesto que al fin y al cabo la base del Derecho continua siendo la norma jurídica. Si bien ahora, la norma jurídica, es estudiada desde la complejidad y pluralidad de las relaciones entre normas. - La utilización del término ordenamiento jurídico se debe a Santi Romano quien en 1917 en una obra del mismo título popularizó la expresión. Anteriormente, se usaban los términos ius y lex (este último empleado en sentido amplio) como sinónimos de legislación. Con la codificación, se hacía necesario contar con un término que designase el conjunto de normas jurídicas. Surgen así las expresiones ordenamiento giuridico, system/legal order, ordre juridique u ordenamiento jurídico (conjunto de normas de un país). El ordenamiento jurídico estaría constituido por el conjunto de todas las normas jurídicas, mientras que las normas jurídicas serian cada uno de los elementos o partes componentes del ordenamiento jurídico. Sin embargo, hoy en día, el concepto de ordenamiento jurídico significa más que una simple suma de normas jurídicas, sino que intenta destacar la unidad sistemática del conjunto. Tres son las características del ordenamiento jurídico: plenitud, coherencia y unidad. El ordenamiento jurídico es pleno porque se alude a la necesidad de todo sistema jurídico de ser completo, es decir, de contener las normas jurídicas necesarias para que cualquier caso, conducta o situación que se presente en la vida real pueda ser solucionado con arreglo a derecho. Lo que sucede es que la realidad es mucho más rica y variada. De ahí que exista la posibilidad, aunque sea sumamente excepcional, de casos, conductas o situaciones no previstos y que sin embargo necesitan ser regulados dando lugar al fenómeno de las lagunas o vacíos legales (Ej. Internet) El ordenamiento jurídico es coherente porque el conjunto de normas jurídicas que forman un ordenamiento jurídico concreto no es una mera adición superpuesta, sino, un todo ordenado en el que cada parte adquiere sentido en relación con las demás donde toda pieza encaja perfectamente con las restantes constituyendo un sistema normativa. Al afirmar que el o. jurídico es coherente estamos descartando las antinomias o contradicciones normativas que existen en muy raras ocasiones y a menudo se destruyen tras una correcta interpretación de las normas aparentemente contradictorias. Solamente hay antinomia si existen dos normas de un mismo sistema que son absolutamente incompatibles, esto es, que su aplicación simultánea resulte imposible puesto que una permita u ordene y la otra prohíba a los mismos sujetos la misma conducta. El ordenamiento jurídico es unitario porque hay una serie de reglas que proporcionan los criterios de pertenencia de las normas jurídicas al sistema jurídico. Dichas reglas establecen que requisitos debe tener una norma para que sea considerada parte del sistema jurídico, para que sea considerada válida. Por tanto, al cumplir todas las normas que forman parte del sistema jurídico unos mismos requisitos formales de validez se considera que este constituye una unidad. La consideración de la norma jurídica como juicio hipotético fue puesta de manifiesto por Zitelmann y sobre todo por Kelsen e intenta expresar la relación existente entre una hipótesis y una tesis, entre un supuesto de hecho y una consecuencia jurídica. Tradicionalmente la estructura de la norma jurídica ha sido representada con la siguiente formula: si es A debe ser B, siendo A el supuesto de hecho (hipótesis) y B la consecuencia jurídica (tesis). Ej. art. 399 bis del CP consecuencia jurídica para aquellas personas que falsifique tarjetas: si falsificas tarjetas (A)--- pena privativa de libertad (B). El vínculo que une ambos elementos (supuesto de hecho y consecuencia jurídica) es una relación de imputación. La relación de imputación es propia de las normas jurídicas. Lingüísticamente se manifiesta en proposiciones prescriptivas, preceptivas o imperativas que hacen hacer. De las proposiciones prescriptivas se puede predicar la justicia o injusticia, la validez o invalidez y la eficacia o ineficacia. Frente a la relación de imputación propia de las normas jurídicas se encuentra la llamada relación de causalidad (leyes físicas) que une una causa con su efecto y sigue la formula, si es A es B. La relación de causalidad es propia de las leyes físicas o de la naturaleza, su enunciación da lugar a proposiciones descriptivas que hacen saber (no hacen hacer como la norma jurídica). De ellas se puede afirmar su verdad o falsedad. La diferencia entre imputación y causalidad radica en que en la primera, el vínculo entre el supuesto de hecho y la consecuencia jurídica no es necesario sino que es un acuerdo o convención de los responsables de la comunidad política (es decir, de quienes aprueban las leyes). Por el contrario, en la relación de causalidad, el vínculo entre la causa y el efecto es necesario porque no podría ser de otra manera ya que de no ser así, la ley física perdería su condición de tal. Junto al supuesto de hecho y la consecuencia jurídica se suele hablar de un tercer elemento de la norma jurídica. Se trata de la ratio o ratio legis (interés jurídico protegido) que tiene las siguientes tres acepciones: I. II. III. Como finalidad, el para qué de la norma jurídica. Como fundamento, el porqué de la norma jurídica. Como objeto, el qué de la norma jurídica o interés jurídicamente protegidos por la norma jurídica. *Ratio en la estafa: derecho de propiedad/ Ratio de la violación: derecho de libertad sexual/ Ratio de plagio: derecho de autor/Ratio exceso de velocidad: protección de la seguridad vial* Finalmente, es necesario diferenciar entre disposición y norma jurídica en sentido estricto, conceptos que se han aplicado en ocasiones de forma errónea en el mundo jurídico. Por disposición o enunciado normativo, se entiende la formulación gramatical o lingüística en la que se expresa un significado normativo; mientras que una norma jurídica en sentido estricto o significado normativo seria el significado que se otorga u obtiene al interpretar la disposición. Mientras una disposición puede expresar no solo una sino una pluralidad de normas jurídicas, una norma jurídica puede ser expresada por disposiciones diferentes. LECCIÓN 2: LAS FUENTES DE INFORMACIÓN JURÍDICA. Para comprender el Derecho es necesario poder acceder a toda la documentación e información jurídica. Las fuentes de información jurídica nos permiten acceder a documentación jurídica válida. De esta manera el jurista puede conocer y entender globalmente el fenómeno jurídico. Para el jurista, la búsqueda de información jurídica es una parte muy importante de su trabajo. La existencia de bases de datos que contienen la documentación jurídica organizada sistemáticamente facilita la labor del jurista ante el abundante número de disposiciones normativas y resoluciones judiciales existentes. Internet ha generalizado el acceso de todos a todas las fuentes de información de jurídica. Existen tres clases de documentación jurídica, legislativa, judicial, doctrinal o científica que dan lugar a tres fuentes: legislativas, jurisprudenciales y doctrinales. - Fuentes legislativas: Son las fuentes más importantes y dentro de las mismas es necesario incluir toda la documentación legislativa en sentido amplio. Para consultar las fuentes legislativas será necesaria la consulta de los Boletines Oficiales en los que las disposiciones normativas se publican. El BOE dejó de publicarse en papel el 31 de diciembre de 2008 y ahora podemos consultarlo gratuitamente en su pagina web. Otros boletines oficiales serian el Boletín Oficial del Registro Mercantil, los Boletines Oficiales de las CC.AA y los Boletines Provinciales. En ocasiones también es conveniente la consulta de la documentación generada en las Cortes Generales (tanto del Congreso como del Senado) en el proceso de elaboración normativa. El acceso a las fuentes de documentación parlamentaria es posible gracias a las páginas web del Congreso y del Senado. También hay que mencionar el Diario Oficial de la UE al que podemos acceder gratuitamente a través de EUR-LEX y que contiene la legislación de la UE. También existen en la actualidad innumerables bases de datos legislativas de pago que introducen un gran número de mejoras como Thomson Reuters Aranzadi, Tirant Online, V-Lex, El derecho, La ley digital. - Fuentes jurisprudenciales: En España, antes de la Constitución, la jurisprudencia en sentido amplio e impropio se entendía que podía porvenir de cualquier juez o tribunal al dictar sentencia. Sin embargo, en sentido estricto o técnico, se limitaba el concepto de jurisprudencia al criterio constante y uniforme mantenido por el Tribunal Supremo. Tras la Constitución, junto a la jurisprudencia del Supremo, surge otro tipo de jurisprudencia, la denominada jurisprudencia constitucional que es la doctrina que sienta el Tribunal Constitucional al abordar las cuestiones ante él planteadas. Pero la Constitución introduce una segunda novedad en materia jurisprudencial, la denominada como Jurisprudencia en el ámbito autonómico, esto es la jurisprudencia de los Tribunales Superiores de Justicia de las CC.AA que se configuran en nuestra Constitución como órganos jurisdiccionales del Estado en las CC.AA y que crean jurisprudencia en las sentencias que versen sobre Instituciones de derecho civil foral existentes en su territorio. También es jurisprudencia la procedente del Tribunal de Justicia de la UE (Luxemburgo), la procedente del Tribunal Europeo de DDHH (Estrasburgo, Francia) y desde abril de 2002 la procedente de la Corte Penal Internacional (La Haya, Países Bajos). La jurisprudencia del Tribunal Constitucional es una auténtica fuente de derecho, y para que la haya solo se exige una sentencia que tiene carácter vinculante. En el caso del Tribunal Supremo y de los Tribunales Superiores de Justicia de las CC.AA se exigen dos o más sentencias con idéntica interpretación para decir que hay jurisprudencia. La jurisprudencia del Tribunal Supremo se discute por la doctrina si es fuente de derecho señalándose que aunque De Iure no lo es De Facto sí. Las resoluciones judiciales nacionales se pueden consultar en la base de datos del Centro de Documentación Judicial (CENDOJ). La jurisprudencia del Tribunal Constitucional no está en el CENDOJ pero se puede consultar a través de la base de datos del BOE o desde el propio buscador del Tribunal Constitucional. A la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE y del Tribunal Europeo de DDHH podemos acceder directamente desde sus páginas web donde se encuentra sus bases de datos jurisprudenciales. La jurisprudencia del primero la encontramos en CURIA y la del segundo en HUDOC. También hay infinidad de bases de datos jurisprudenciales no gratuitas como Aranzadi, La ley digital y El derecho. - Fuentes doctrinales (la doctrina científica son las opiniones de los profesionales de una materia): Históricamente, la doctrina científica ha tenido un gran prestigio incluso fuerza vinculante. En la actualidad no es fuente de derecho sino solo un medio para conocerlo. Son las opiniones, puntos de vista e interpretaciones mantenidas por los diferentes autores especialistas en las distintas ramas o parcelas del derecho en manuales, monografías, artículos de revista, comentarios de jurisprudencia, tesis doctorales y otros trabajos de investigación. Su valor depende del prestigio de cada autor y de lo razonables, convincentes y fundamentados que resulten los argumentos utilizados. Internet ha posibilitado el acceso a un amplio abanico de fuentes doctrinales, existen numerosos portales bibliográficos como V-Lex, Dialnet o Latindex. El principal problema al que debe enfrentarse el jurista cuando consulta estas fuentes es saber discernir el valor, utilidad o interés que tiene cada documento doctrinal. LECCIÓN 3: BÚSQUEDA DE LA INFORMACIÓN JURÍDICA. El concepto de sociedad de la información se utiliza desde la década de los 70 para definir a una sociedad en que la creación, distribución y manipulación de la información ha adquirido un papel destacado. Las denominadas TIC facilitan la creación, distribución y manipulación de la información y pueden definirse como aquellas técnicas, desarrollos y dispositivos de carácter avanzado que sirven para almacenar, procesar y trasmitir datos y cuyo máximo exponente es Internet. El termino sociedad de la información no es más que un reflejo de la sociedad actual. Una sociedad interconectada por las innovaciones tecnológicas que permiten que la información fluya de manera instantánea desde y en cualquier parte del mundo. La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial y no esta limitada a Internet, aunque es cierto que Internet ha desempeñado un papel fundamental como medio que facilita el acceso e intercambio de información y datos. La denominada sociedad de conocimiento, propia del s. XXI es consecuencia de la sociedad de la información. En la actualidad, la información se transforma en conocimiento, las personas ya no solo consumimos información, sino que también la generamos. El mundo jurídico ha sido uno de los sectores que mas se ha tenido que adaptar a todos los cambios que la sociedad de la información ha introducido. Se ha pasado de consultar la Jurisprudencia y la legislación en abarrotadas bibliotecas a localizar los documentos a golpe de clic. Los juristas deben saber desarrollar su trabajo en un escenario que cada día es más tecnológico. La relación entre derecho e informática ofrece dos líneas de estudio diferentes: por un lado, el tratamiento automatizado de la información jurídica: la informática jurídica; por otro lado, la regulación jurídica de las nuevas tecnologías: el derecho de la informática. Por tanto, el derecho informático es una disciplina que engloba tanto a la informática jurídica como al derecho de la informática. o La informática jurídica es una rama auxiliar del derecho que aparece como consecuencia del creciente avance de las nuevas tecnologías y la necesidad de automatizar los procesos legales. Se puede definir como el conjunto de técnicas de almacenamiento y recuperación de datos establecido con el objeto de sustituir la actividad humana en sus tareas de localización y recuperación de información mediante la utilización de ordenadores. Es una ciencia que estudia la utilización de los recursos informáticos, hardware y software, para la mejora de los procesos de análisis, investigación y gestión en el ámbito jurídico. No es una rama del derecho en sentido estricto, su temática es fundamentalmente tecnológica, es un elemento de apoyo para la resolución de problemas jurídicos, pero no un método de resolución de estos. En una materia tan compleja como el derecho no se puede correr el riesgo de dejar ciertos tipos de decisiones en manos de un ordenador. La informática jurídica se clasifica en informática jurídica documental, informática jurídica de gestión y control e informática jurídica decisoria. Informática jurídica documental: consiste en la creación, almacenamiento y recuperación de información jurídica contenida en normas jurídicas, jurisprudencia, estudios doctrinales, contratos y documentos administrativos, judiciales, notariales o registrales. El criterio de búsqueda de estos documentos jurídicos puede ser aplicado a todo el texto, a un resumen del mismo o a un conjunto de palabras claves que se almacenan con el texto. Las bases de datos jurídicas, tanto gratuitas como de pago, se convierten en un instrumento de gran ayuda para el jurista. Informática jurídica de gestión y control está compuesta de programas a través de las cuales se asiste en la realización de actos y gestiones jurídicas como contratos, certificaciones y mandatos judiciales. Puede subclasificarse en informática notarial, registral y de gestión de estudios jurídicos (se ocupa de administrar los casos, los plazos, los clientes, la facturación, el procesamiento de textos y los recursos materiales y humanos). Tiene gran importancia en este ámbito LexNet, un software que es utilizado por abogados y procuradores en su trabajo diario. LexNet es una plataforma de intercambio seguro de información entre los órganos jurisdiccionales y los operadores jurídicos, dicho sistema proporciona máxima seguridad y fiabilidad en las comunicaciones mediante la utilización de la firma electrónica reconocida. Informática jurídica decisoria o metadocumental sirve de apoyo y ayuda al jurista en la toma de decisiones a través de sistemas de inteligencia artificial. De esta manera mediante procesos de inteligencia artificial se pueden redactar documentos y corregir errores ortográficos y gramaticales. Los denominados sistemas expertos jurídicos, esto es, sistemas de inteligencia artificial aplicados al derecho, estructura ctos especializados y permiten obtener conclusiones a partir de la información suministrada por lo que facilitan la toma de decisiones. La informática jurídica se diferencia del derecho de la informática, siendo este ultimo la regulación jurídica de las nuevas tecnologías. Las materias reguladas por el derecho de la informática son entre otras muchas las siguientes: contratos informáticos, protección de datos, delitos informáticos, teletrabajo, teleformación, administración electrónica, firma electrónica, propiedad industrial, derecho de la competencia y comercio electrónico. LECCIÓN 4: ANÁLISIS DE LOS DOCUMENTOS JURÍDICOS DE PRODUCCIÓN NORMATIVA EN EL ÁMBITO PÚBLICO. Una fuente es el lugar del que emana o proviene algo, denominándose fuente del derecho el lugar del que emana el derecho, es decir, las normas y los demás materiales jurídicos. Se habla de fuentes del derecho en sentido formal para referirse a aquellos actos o procedimientos de los cuales el ordenamiento jurídico hace depender la producción de normas jurídicas. La producción de los distintos materiales normativos es un proceso complejo en el que como señala Guastini, pueden identificarse al menos cuatro elementos: 1. Una autoridad normativa, esto es, un sujeto u órgano al que el sistema jurídica le otorga poder para crear derecho. 2. Un procedimiento normativo, esto es, una serie de actos que la autoridad normativa debe llevar a cabo para producir derecho. 3. Un documento normativo, un texto aprobado por la autoridad normativa como consecuencia del procedimiento establecido. Cada documento normativo está compuesto de una serie de enunciados a los que se denomina disposiciones normativas. 4. El contenido del documento normativo, esto es, el significado otorgado a las disposiciones normativas que forman el documento formativo tras su interpretación. Es este significado el que va a ser denominada norma jurídica. Las fuentes del derecho son las diversas categorías normativas creadas por las normas sobre la producción jurídica que son utilizadas por las autoridades normativas para producir documentos normativos. Por tanto, las autoridades normativas no producen fuentes del derecho, sino que las utiliza para producir documentos normativos. Todos los elementos del proceso de producción jurídica, la determinación de las diferentes clases de fuente del derecho, las características de cada fuente del derecho y sus relaciones entre sí son cuestiones reguladas por las denominadas normas sobre la producción jurídica. En España, las normas sobre la producción jurídica más importantes se encuentran en la Constitución que ha creado directamente mucha de las fuentes existentes en el sistema jurídico español. No obstante, antes de la promulgación de la Constitución existía ya una regulación de las fuentes del derecho en el Código Civil. El sistema de fuentes establecido en la Carta Magna no supuso la derogación del sistema previsto en el Código Civil puesto que no se produce una incompatibilidad manifiesta entre ambos, pero si obliga a una reinterpretación del CC en materia de fuentes para adecuarlo a la Constitución. SISTEMA JURÍDICO DE LA UE O DERECHO COMUNITARIO. La adhesión de España a la entonces todavía denominada Comunidad Europea se produjo el día 1 de enero de 1986. La UE es una organización supranacional autónoma que ejerce los poderes que España y los demás miembros de la misma le han cedido expresamente desde el momento de su integración en ella. La UE ejerce poderes normativos propios que no requieren necesariamente la intervención de los estados miembros para producir efectos y que en todo caso gozan de primacía sobre las normas nacionales a las que desplazan en caso de conflicto (ppicio de primacía del derecho comunitario sobre el derecho nacional). Para el cumplimiento de sus fines, la UE dispone de recursos materiales, humanos y financieros propios, y posee una organización en la que destacan las siguientes instituciones: - - Parlamento europeo o Euro cámara: es la asamblea representativa de los ciudadanos europeos cuyos miembros son elegidos por sufragio universal directo cada 5 años. Es el órgano de control político de la UE. Consejo: representa el interés de los estados miembros. Está compuesto por un representante de cada estado miembro. Comisión: actúa como poder ejecutivo. Personifica y defiende el interés general de la UE. Tribunal de Justicia de la UE (TJUE): es el órgano jurisdiccional que garantiza el respeto del derecho comunitario por parte de los estados miembros y de las instituciones comunitarias y la uniformidad de interpretación del mismo. Tiene sede en Luxemburgo. En 1989 ante la creciente carga de trabajo del Tribunal de Justicia se le agregó un Tribunal de Primera Instancia. El Derecho comunitario es el conjunto de normas y principios jurídicos que determina el funcionamiento, estructura y competencias de la UE. Constituye un ordenamiento jurídico propio, diferenciado del derecho internacional, dotado de sus propias fuentes y capaz de generar sus propios principios y sus propias categorías conceptuales. El Derecho comunitario se compone de los Tratados Constitutivos y de los Tratados de Adhesión (Derecho Originario) y de las normas aprobadas por las instituciones comunitarias en aplicación de dichos tratados, el denominado Derecho Derivado. Constitutivos Originario: tratados Adhesión Dº Comunitario Reglamento Directiva Derivado Decisión Recomendación y dictamen Las notas que caracterizan al derecho comunitario son la pluralidad y diversidad, su primacía frente al derecho derivado, así como el efecto directo que poseen sus normas. Las principales fuentes del derecho derivado son: - Reglamento: tiene un alcance general. Es obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable en cada estado miembro desde su publicación y entrada en - - - vigor sin necesidad de acto formal alguno de recepción o incorporación al derecho nacional. Directiva: obliga a cada estado miembro en cuanto al resultado que deba conseguirse, pero deja a las autoridades nacionales la elección de la forma y los medios para alcanzar ese resultado. No es por tanto directamente aplicable. Requiere de una norma nacional de transposición para alcanzar los objetivos fijados por las directiva. Por ello, en función de la materia que se trate y de las competencias que tengan asumidas las CCAA en el sistema español serán estas o las autoridades normativas centrales a las que corresponde implementar la normativa comunitaria. Decisión: es obligatoria para sus destinatarios, que pueden ser: un estado miembro, varios estados miembros, todos los estados miembros o un particular (es decir, el destinatario vario). Tiene en común con el Reglamento el hecho de ser obligatoria en todos sus elementos, diferenciándose de este en que carece de alcance general. También encontramos dentro del derecho derivado las recomendaciones y los dictámenes que, aunque no son vinculantes, no significa que carezcan de efectos jurídicos, por el contrario, los posee, hasta el punto de que los destinatarios tienen que someterse a ellos. El ppcio del efecto directo de las fuentes comunitarias cuando crean derechos y obligaciones implica la posibilidad de ser invocadas ante los órganos jurisdiccionales españoles y la obligación de estos (de los tribunales españoles) de aplicarlas. Es al TJUE a quien corresponde en última instancia decidir cuando una norma comunitaria tiene efecto directo. De esta forma los tribunales españoles se encargan de garantizar la aplicación del derecho comunitario aunque el TJUE sea el competente para asegurar su aplicación e interpretación uniforme. Los Tratados Internacionales, una vez que hayan sido ratificados por España, forman parte de nuestro ordenamiento jurídico. Como señala el Art. 96.1 de CE, los Tratados Internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. La Constitución juega un papel central en nuestro ordenamiento. Su importancia deriva de su propio contenido. La Constitución contiene los principios básicos de la organización del Estado como el principio de separación de poderes y los principios básicos de la organización del ordenamiento jurídico como el principio de legalidad (9.3), jerarquía normativa, publicidad de las normas (excepto la costumbre jurídica) y retroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales (fundamentales, Art.15-29), seguridad jurídica, responsabilidad patrimonial de los poderes públicos e interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. La Constitución también reconoce los valores superiores del ordenamiento jurídico como la libertad, la igualdad y la dignidad de la persona y establece los derechos fundamentales y libertades publicas de los ciudadanos (Art.15-29). Todas las demás normas del ordenamiento jurídico deben ajustarse tanto en contenido y forma a la Constitución existiendo un sistema de control a cargo del Tribunal Constitucional que asegura esta adecuación. La Ley es un tipo de norma jurídica aunque a veces de forma incorrecta se equipara el término Ley al de norma jurídica. Es la expresión de la voluntad popular como señala el Preámbulo de la CE. Existen cuatro tipo de leyes (con el mismo rango jerárquico): - Ley Ordinaria o Ley: es aquella norma jurídica elaborada, esto es, discutida y aprobada por el Parlamento. La iniciativa puede corresponder a las Cortes (Congreso o Senado) y - entonces se hablará de proposición de ley o también al Gobierno y entonces se hablará de proyecto de ley. También de las Asambleas legislativas de CCAA (de forma indirecta) y el pueblo (500.000 firmas acreditadas). La aprobación de una Ley Ordinaria requiere mayoría simple en el Congreso a no ser que remitida al Senado este la vete en cuyo caso requerirá mayoría absoluta del Congreso. Ley Orgánica (regulada en el Art. 81 CE): fue creada como novedad por la CE (antes de C78 no existía) inspirándose en la Constitución francesa de 1958. Es la destinada a desarrollar determinadas materias (Reserva de LO) siendo la propia CE la que establece cuales son estas (las relativas a los derechos y libertades fundamentales, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución). El resto de materias se desarrollan por Ley Ordinaria. La aprobación, modificación o derogación de LO exige mayoría absoluta del Congreso (176 votos a favor). Hay dos casos en los que el Gobierno puede dictar normas con rango de ley, se trata de: - Decreto-Ley (Art.86 CE): la CE permite al Gobierno dictar un Decreto-Ley SOLO en caso de ‘’extraordinaria y urgente necesidad’’. Existen una serie de materias excluidas de posible regulación mediante Decreto-Ley: 1. Instituciones básicas del Estado. 2. Derechos, deberes o libertades de los ciudadanos regulados en el Titulo I de la Constitución. 3. Régimen de las CCAA. 4. Derecho electoral general 5. La regulación de aquellas materias atribuidas específicamente a las Cortes por la CE como los PGE o la autorización de Tratados Internacionales. En los 30 días hábiles siguientes desde la publicación del Decreto-ley, el pleno del Congreso de los Diputados debe decidir sobre la convalidación o derogación del mismo. El acuerdo se alcanza por mayoría simple. El resultado negativo de la votación (derogación, que solo ha ocurrido en tres ocasiones) produce la inmediata cesación de los efectos del Decreto-ley y su desaparición del ordenamiento pero no la anulación de los efectos producidos durante su vigencia. El resultado positivo de la votación (convalidación) hace que el Decreto-ley deje de ser una norma provisional y se integre en el ordenamiento jurídico conservando la misma denominación. - Decreto-Legislativo (Art. 82-85 CE): nace como consecuencia de la posibilidad de las Cortes de delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas con rango de ley sobre determinadas materias siempre que no sean materias reservadas a las LO. La delegación deberá establecer un plazo. El Decreto-legislativo puede ser de dos tipos: Texto refundido: es necesario que las Cortes aprueben una Ley Ordinaria de delegación que permita al Gobierno refundir en un solo texto legal, texto refundido, la regulación de una materia contenida en varias normas legales (sin cambiar nada) Texto articulado: es necesario que las Cortes aprueben una ley de bases que permita al Gobierno aprobar un texto articulado que podrá introducir mínimos cambios (en la medida en que lo permita esa ley de bases) en la regulación de una materia. Nunca podrá la ley de bases facultar al Gobierno para dictar normas con carácter retroactivo. *El reglamento del Congreso y el reglamento del Senado son textos normativos elaborados por cada una de las Cámaras para dotarse de sus propias normas de organización y funcionamiento. Aunque se denominen reglamentos son normas con rango de ley. Al Gobierno la CE le atribuye en su Art. 97, el ejercicio de la potestad reglamentaria, esto es, el poder en virtud del cual dicta RD o Reglamentos, normas jurídicas que están siempre situadas por debajo de las leyes. Los RD se sitúan en el orden de prelación de las normas jurídicas inmediatamente después de las normas con rango de ley y antes de las Ordenanzas ministeriales. Son normas jurídicas secundarias, subalternas, inferiores y complementarias de la ley. Precisan para su aprobación del Consejo de Ministros mientras que la Orden Ministerial precisa la aprobación de un ministro y se reserva a materias propias de ese ministerio. Los RD en virtud del principio de jerarquía normativa no pueden contradecir lo dispuesto en las leyes y la CE prohíbe que regulen directamente una serie de materias que reserva a la ley. Incluso es posible también hablar de RD de las entidades locales, en los municipios se denominan Ordenanzas Municipales (se publican en el Boletín oficial de las provincias). LECCIÓN 5: ANÁLISIS DE LOS DOCUMENTOS JURÍDICOS DE PRODUCCIÓN NORMATIVA EN EL ÁMBITO PRIVADO. LA NEGOCIACIÓN. Documentos privados, el contrato: El documento privado es aquel en el que no interviene notario o funcionario público. Solo produce efectos entre las partes que lo otorgan y, salvo algunas excepciones, sus herederos. No puede ser contrario ni a la ley, ni a la moral ni al orden público. Para que un documento privado sea válido necesita reunir una serie de elementos. - ESENCIALES: son aquellos necesarios para que el contrato pueda producir efectos. Sin la concurrencia de estos, el contrato no existe/es nulo, invalido. Los elementos esenciales son de dos tipos: Comunes: se exigen en todos los contratos. Según el art. 1261 del CC son los tres siguientes (‘’Consentimiento de los contratantes, objeto que sea materia de contrato y causa de la obligación que se establezca’’) o Consentimiento: debe darse entre personas con capacidad legal para poder prestarla por lo que quedan excluidas las personas discapacitadas o menores de edad. Será nulo el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o dolo. *Según el CC hay dolo ‘’cuando con palabras o maquinaciones insidiosas una parte induce a la otra a celebrar un contrato que sin ellas no hubiese celebrado. Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos deberá ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes.’’ o Objeto: es la cosa o servicio que es materia de la obligación de dar o hacer. Debe cumplir tres requisitos: Posibilidad: esto es, que en el momento de celebración del contrato exista o pueda existir en lo sucesivo. Licitud: solo pueden ser objeto de contrato las cosas que no estén fuera del comercio de los hombres, incluso las futuras. También cualquier servicio que no sea contrario a la ley o a las buenas costumbres. Determinación: esto es, debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie. La indeterminación en cuanto a la cantidad no será un problema. o Causa: es el para qué del contrato. Debe ser cierta en cualquier caso, no vale la simulación contractual. Especiales: existen solo en algunas clases de contratos y en esos son esenciales pues deben darse siempre. Por ejemplo, en el contrato de depósito la entrega del bien. - NATURALES O ACCIDENTALES: los establecen las partes de común acuerdo o aparecen en casos concretos. Por ejemplo, la concurrencia de un tercero o un documento específico. El contrato es el documento privado por excelencia. Existe desde que una o varias personas consienten en obligarse respecto de otra u otras a dar alguna cosa o prestar algún servicio. Como regla general, en nuestro ordenamiento jurídico, existe libertad de forma siendo suficiente el consentimiento de las partes para que exista un contrato. En materia de contratos privados rige el principio de libre autonomía de la voluntad de las partes que permite que las partes contratantes establezcan todos los pactos que quieran siempre que los mismos no sean contrarios a la ley, la moral o el orden público. En el CC existen una serie de reglas en materia de contratos. Las más importantes son las cuatro siguientes: - - - Según el art. 1091 del CC, las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes y deben cumplirse a tenor de los mismos. Según el art. 1257 del CC, los contratos solo producen efectos entre las partes firmantes y sus herederos. En el caso de los herederos, puede suceder que los derechos y obligaciones no sean transmisibles por su naturaleza, por pacto entre las partes o por ley. Según el art. 1258 del CC, los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento y desde entonces obligan no solo al cumplimiento de lo expresamente pactado sino también a todas las consecuencias que según su naturaleza sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley. Según el art. 1259 del CC, nadie puede contratar en nombre de otra persona sin estar autorizado o tener su representación legal (PODER) La ley de enjuiciamiento civil considera al documento privado como un medio de prueba. Igual sucede con el documento privado electrónico considerando como tal la información de cualquier naturaleza archivada en un soporte electrónico según un formato determinado y susceptible de identificación y tratamiento diferenciado. Los contratos deben contener, entre otros muchos, una serie de extremos: fecha; determinación de su naturaleza; comparecencia de los sujetos intervinientes señalando sus datos personales y si intervienen en su propio nombre o en el de un tercero; determinación del objeto; estipulaciones y clausulas; cláusulas de resolución del contrato y determinación de la jurisdicción a la que se someten las partes. La negociación En muchas ocasiones, antes de la firma de un contrato, es necesaria una negoción de las estipulaciones del mismo por las partes intervinientes. En ocasiones, la negociación, puede solucionar un conflicto y evitar que el mismo sea resuelto en sede judicial. La negociación es el sistema de resolución de conflictos mediante el cual dos o más partes con intereses contrapuestos mantienen un diálogo entre sí para llegar a un acuerdo consiguiendo resolver por sí mismas sus diferencias. Es una habilidad básica de todo jurista y del abogado en particular que permite en ocasiones evitar que determinados conflictos y problemas lleguen a los tribunales con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero. Cada conflicto requiere de un tipo de negociación diferente. En cualquier caso, generalmente, se busca o se tiende a una negociación colaborativa que busca generar beneficios en todas las partes involucrados. Uno de los métodos de negociación más destacados y seguidos es el denominado método Harvard, el cual defiende la negociación en base a intereses. Dicho método identifica los elementos básicos de la negociación colaborativa que resumidamente serían los siguientes: diferenciar las personas del problema; identificar los intereses subyacentes a las posiciones; establecer un diálogo para identificar las distintas posibilidades de acuerdo y utilizar criterios objetivos. El proceso de negociación tiene tres fases: preparación, desarrollo y cierre. - - - Preparación: es necesario conocer a la otra parte, el asunto objeto de negociación y lo que realmente queremos. También analizar que puede suceder si tenemos que acudir a los Tribunales y establecer que tipo de acuerdo podemos aceptar y cual no. El proceso de negociación el lugar en el que van a tener lugar las reuniones. Es conveniente utilizar una sala tranquila, insonorizada, bien iluminada y ventilada con una temperatura idónea y de tamaño adecuado. También es importante facilitar comida y bebida a los negociadores y buscar una distribución de los asientos que facilite la comunicación. Desarrollo: es conveniente ser puntual, educado y cordial. Se debe empezar por lo más fácil y dejar lo más difícil para el final. No hay que ser arrogantes, interrumpir o acorralar a la otra parte. Se deben hacer descansos si son necesarios y mantener un ambiente distendido y favorable al acuerdo. Hay que ser pacientes, prudentes, hacer concesiones y saber adaptarnos al tipo de negociación de la otra parte. La mayor parte de los acuerdos llegan en la parte final de la negociación, cuando ya apenas queda tiempo para la celebración del juicio. Cierre: la negociación puede terminar sin acuerdo, con un acuerdo parcial o con un acuerdo total. Es conveniente redactar por escrito los términos del acuerdo. Los acuerdos suponen obligaciones futuras para las partes por lo que es frecuente incluir normas de seguimiento del acuerdo, o de revisión del mismo. LECCIÓN 6: PROPIEDAD INTELECTUAL Y ÉTICA. La configuración de esta propiedad, en el ámbito civil, está regulada en la Ley de Propiedad Intelectual (queda determinada las personas a quienes pertenece ese derecho, la forma y la duración de su ejercicio). En los casos no previstos en esta ley especial, se aplicaran las reglas generales establecidas en este Código sobre la propiedad. Conforme al art. 1 de la LPI, el ordenamiento jurídico confiere un poder al autor sobre la obra literaria, artística o científica que ha producido. Este poder se extiende también a los derechos de artistas intérpretes, ejecutantes y editores. - - Derechos de autor: Respecto al sujeto de este derecho: o Se considera autor a la persona natural que crea alguna obra, aunque en los casos expresamente previstos se podrán beneficiar las personas jurídicas. o Se presume autor, salvo prueba en contrario, a quien aparece en la obra mediante nombre, firma o signo que lo identifique. En caso de que se divulgue en forma anónima el ejercicio de los derechos de propiedad intelectual corresponde a la persona que lo saca a la luz con consentimiento del autor. Respecto al objeto, son objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro. Por su parte, y según el art. 13 de la LPI, no lo son, entre otros, las disposiciones reglamentarias, las resoluciones de los órganos jurisdiccionales, los dictámenes de organismos públicos… Respecto a su contenido, la propiedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra. Podemos destacar entre otros los siguientes derechos: derecho de explotación; poder de disposición y el derecho moral de autor. Respecto a la duración, estos derechos duraran toda la vida del autor y 70 años más. Trascurrido ese tiempo pasan a ser de dominio público, a excepción de los derechos morales de paternidad y de integridad de la obra que no tienen límite de tiempo. Derechos de artistas, intérpretes o ejecutantes. Entendidos estos como aquella persona que representa, canta, lee, recita, interpreta o ejecuta de cualquier forma una obra y que por tanto tienen reconocidos derechos de propiedad intelectual que autorizan la reproducción y la posterior compensación económica. Hay que destacar, en último lugar que todos estos derechos quedan inscritos en el Registro General de la Propiedad Intelectual. - El contrato de edición. A través del cual, el autor cede al editor, mediante compensación económica, el derecho de reproducir y distribuir su obra (las obras futuras no son objeto de contrato de edición). Este contrato debe formalizarse por escrito y expresar en todo caso: si la cesión es de carácter exclusivo, el ámbito territorial, el número máximo y mínimo de ejemplares, la forma de distribución, la remuneración del autor, el plazo para la puesta en circulación…) De este contrato nacen una serie de obligaciones tanto para el editor (reproducir la obra en la forma convenida, satisfacer al autor en la remuneración estipulada…) como para el autor (responder ante el editor de la autoría, entregar la obra en el plazo convenido…)