1 Resumen SEGUNDO PARCIAL SOCIALES. Carácter eurocéntrico de las ciencias sociales La ciencia social es un producto del sistema mundial moderno, y el eurocentrismo es parte integrante de la geocultura del mundo moderno. Además, como estructura institucional la ciencia social se originó en gran parte en Europa, “Europa” como expresión mas bien cultural. La ciencia social surgió en respuesta a problemas europeos, en un momento de la historia en que Europa dominaba todo el sistema mundial. Desde hace ya alrededor de treinta años el eurocentrismo de la ciencia social ha sido atacado y no cabe duda de que, si la ciencia social ha de hacer algún progreso en el siglo XXI, debe superar el legado eurocéntrico que ha distorsionado sus análisis y su capacidad de enfrentar los problemas del mundo contemporáneo. Cinco maneras en que se ha dicho que la ciencia social es eurocéntrica: Historiografía: es la explicación del predominio europeo en el mundo moderno en virtud de realizaciones específicamente europeas. El problema es qué es lo que explica esa diferencia de poderío y nivel de vida con el resto del mundo. Si en el siglo XVIII los europeos hicieron algo bien, fue porque sus antepasados hicieron o fueron algo en el siglo XI. Hay una premisa de que cualquiera que sea la novedad de que se considera responsable a Europa es algo bueno. Universalismo: es la visión de que existen verdades científicas que son válidas a través de todo el tiempo y el espacio. El pensamiento europeo de los últimos siglos ha sido en su mayor parte fuertemente universalista. Los científicos sociales podían descubrir procesos universales que explican el comportamiento humano, y cualesquiera hipótesis que pudieran verificar se consideraban validas a través del tiempo y el espacio. El personaje del estudioso se consideraba irrelevante, puesto que los estudiosos operaban como analistas valorativamente neutrales. La ciencia social europea era resueltamente universalista en su afirmación de que lo que ocurrió en Europa entre los siglos XVI y XIX representaba un patrón que era aplicable en todas partes. Lo que se veía ahora en Europa era no solo bueno sino el rostro del futuro en todas partes. Civilización: hace referencia a una serie de característica sociales que se contrastan con el primitivismo o la barbarie. La Europa moderna se considero a si misma “civilizada”. Para algunos la civilización era parte de la “modernidad”, para otros significaba la creciente autonomía del “individuo” sobre los demás actores sociales. Esa escala de valores- valores civilizados- permea a la ciencia social puesto que esta es un producto del mismo sistema histórico que ha elevado esos valores al pináculo de una jerarquía. Progreso: fue un tema básico de la Ilustración europea. Llego a ser el punto de vista la Europa del siglo XIX. La ciencia social, tal como se construyó, estaba profundamente marcada por la 2 teoría del progreso. Paso a ser el motor de la ciencia social aplicada: se decía que estudiábamos la ciencia social a fin de entender mejor el mundo social, porque entonces podríamos acelerar el progreso en todas partes con más saber y seguridad. El progreso no solo se daba por sentado o se analizaba: también se imponía. El progreso como categoría sobrevivió y resulto mas que adecuada para suplantar a la civilización, ya que olía un poco mejor. La idea de progreso al parecer opero como el último reducto del eurocentrismo. Discurso civilizador Relato o creencia según la cual la cultura europea constituye el único modelo de desarrollo Ha sido legitimado por la ciencia Persiste en la actualidad en virtud de la ideología: conjunto de ideas sostenidas por la clase en el poder presenta como naturales y necesarias las relaciones de explotación actúa a modo de “falsa creencia”: las clases explotadas aceptan naturalmente su condición oculta las verdaderas intenciones de las clases en el poder de mantener las relaciones de explotación entre los grupos sociales Por ejemplo: la burguesía busca mantener el poder conquistado luego de las dos grandes revoluciones, a través de la consolidación de instituciones que respondan a sus intereses. Una de ellas es el estado nación liberal y burgués. UNIDAD 3 Ideología 2 grandes tendencias del concepto: Sentido débil Conjunto de creencias explicitas, integradas y coherentes que justifican el ejercicio del poder, explican y juzgan los acontecimientos históricos, identifican lo que esta bien y mal en política y suministran una guía de acción Sentido fuerte Marx y Engels: la ideología son las formas de conciencia social, surgidas a partir de determinadas condiciones materiales de existencia. Conjunto de las ideas y teorías que son socialmente condicionadas por el modo de producción dominante y que, por lo tanto, encubren las relaciones de explotación características del mismo. Es una falsa creencia. 3 Siglo XX “La era de las ideologías” La importancia de la legitimidad, necesidad de justificación de la realidad política, obliga a la elaboración de renovados recursos ideológicos La expansión experimentada por el campo de las comunicaciones que, al transformar el concepto de “opinión pública”, obliga a la elaboración de renovados argumentos para abordar el nuevo carácter que toma el conflicto de las ideas políticas Gramsci Bloque histórico Relación estructura- superestructura compleja, mediada y contradictora. Componen un bloque histórico Articula contenido y forma: contenido económico-social y forma ético política. No son concebibles el uno sin el otro Requiere de identificación racional y emotiva entre intelectuales y pueblo, conformación de una voluntad nacional-popular nacida de la expansión de una visión del mundo a las masas en su conjunto, para la consolidación del bloque histórico Los hombres y las clases toman conciencia de su situación en el terreno de la ideología, es condición para ello generar una visión propia del mundo, lo que se logra al producir intelectuales orgánicos y alcanzar una visión y alcanzar una visión ético política de la propia clase y exceder la percepción meramente económica de los intereses clasistas Guerra de movimiento y guerra de posiciones Gramsci alude al cambio del carácter de la lucha política a medida que las sociedades ganan en complejidad, con un mayor desarrollo tanto del aparato estatal como de la sociedad civil. La estructura masiva de las democracias modernas, tanto como organizaciones estatales cuanto como complejo de asociaciones en la vida civil, constituyen para el arte político lo que las “trincheras” y las fortificaciones permanentes del frente en la guerra de posiciones: hacen solamente “parcial” el elemento del movimiento que antes era “toda” la guerra. El elemento “movimiento” sigue existiendo, pero como un componente parcial de un todo mas amplio. La guerra de posiciones suplanta a la guerra de movimientos. El “asalto al poder” deja de ser viable, o al menos, no define el conflicto social en su totalidad. La revolución social debería ser entonces pensada como un proceso prolongado y costoso. Hegemonía 4 La construcción que permite el paso a una esfera de dirección intelectual y moral, hasta el punto de que la clase pase del particularismo al universalismo y dirija así a otros grupos sociales Hegemonía social, propia no del gobierno político, sino relativa al “consenso espontaneo” dado por las grandes masas de la población a la dirección de la vida social impuesta por el grupo dominante La supremacía de un grupo social se manifiesta como dominio y como dirección intelectual y moral Para constituirse en hegemónica, una clase necesita desarrollar conciencia de la necesidad de ceder en parte la defensa de sus intereses inmediatos, de efectuar concesiones materiales, de modo de tener en cuenta efectivamente los intereses y las tendencias de los grupos sociales sobre los cuales se ejerce la hegemonía, en búsqueda de un cierto “equilibrio de compromiso” El ejercicio “normal” de la hegemonía en el terreno que ya se ha vuelto clásico del régimen parlamentario se caracteriza por la combinación de fuerza y el consenso, que se equilibran diversamente, sin que la fuerza domine demasiado al consenso, incluso tratando de obtener que la fuerza aparezca apoyada por el consenso de la mayoría expresado por los llamados órganos de la opinión pública. A.G destaca que la constitución de los aparatos productores de hegemonía atraviesa la esfera estatal y privada, para articularse en un accionar disperso en su forma, pero con un sentido unitario en su contenido. Aparece así la construcción cotidiana del consentimiento otorgado al orden social imperante Consenso: no es espontáneo se construye y se modela sobre la base del consentimiento se logra estableciendo compromisos: materiales simbólicos se corrobora en: la adhesión a la “visión del mundo de la burguesía” la falta de cuestionamiento el entusiasmo cotidiano Intelectuales tradicionales y orgánicos 5 Todo miembro activo de un partido, por cumplir funciones organizativas, es un intelectual. Pero ya no un “intelectual tradicional” de tendencias individualistas, y autoengañado en cuanto a la posesión de una sediente “independencia”, sino un “intelectual orgánico” surgido de las masas y ligado a ellas. En la sociedad capitalista, los empresarios son también intelectuales, al menos en lo que incumbe a sus funciones de organización y dirección. El intelectual orgánico se diferencia de los tradicionales, que provienen de categorías de población preexistente a la modernidad capitalista, que se conservan a sí mismas como “autónomas e independientes del grupo social dominante” Los intelectuales orgánicos son consciente4s de su relación con una clase fundamental, y se definen como tales a partir de su función “directiva y organizativa, o sea, educativa, o sea, intelectual. Función del intelectual de clase obrera: elaborar críticamente la actividad intelectual que en cada uno existe en cierto grado de desarrollo, modificando su relación con el esfuerzo muscularnervioso hacia un nuevo equilibrio, y obteniendo que el mismo esfuerzo muscular-nervioso, en cuanto elemento de una actividad practica general que renueva constantemente el mundo físico y social, se convierta en fundamento de una concepción del mundo nueva e integral Sociedad civil y sociedad política La “sociedad política” es el ámbito de lo público, lo político-jurídico, la coerción; la “sociedad civil”, el de lo privado, de las relaciones “voluntarias”, la construcción de consenso. A.G las considera, en algunos pasajes, a modo de dos grandes planos dentro de las superestructuras, a la primera corresponde el Estado y el “dominio directo”, y a la segunda, la función de “hegemonía”. Escasa comprensión del Estado significa escasa conciencia de clase El análisis no seria exacto si no se tomasen en cuenta las dos formas en que el Estado se presenta en el lenguaje y en la cultura en épocas determinadas, o sea, como sociedad civil y como sociedad política, como “autogobierno” y como “gobierno de funcionarios” El gobierno cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente la opinión publica adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de la sociedad civil. Toma de Maquiavelo el carácter bicéfalo del Estado: faz dictatorial (sociedad política- coacción- dominación) faz hegemónica (sociedad civil- voluntad- dirección) 6 Althusser Concibe la superestructura desde el punto de vista de la reproducción de las condiciones de producción. Es decir que el Estado, el derecho, la moral, están al servicio de la reproducción de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción. El Estado adquiere un carácter abarcativo, una parte fundamental de la reproducción del sistema se halla en el terreno ideal, en la producción y difusión de un pensamiento que lo ponga a funcionar, lo justifique y lo defienda. La escuela, el parlamento y los partidos políticos, los sindicatos, incluso la familia, pueden ser vistos como aparatos estatales, si bien de carácter ideológico. Unos aprenderán a mandar y otros a obedecer. Althusser hace aparecer el rostro bifronte del Estado, a través de sus dos herramientas básicas: la violencia y la ideología. Diferencia los aparatos; los represivos son siempre de carácter publico y sometidos a unidad de mando, los ideológicos, en cambio suelen ser de carácter privado y “múltiples, distintos, relativamente autónomos y susceptibles de ofrecer un campo objetivo a contradicciones que… expresan los efectos de los choques entre la lucha de clases capitalista y la lucha de clases proletaria”. La ideología es el elemento que da unidad y coherencia al Estado, que provee sentido al uso de la fuerza. Lo esencial de la teoría marxista del Estado El Estado es el aparato represivo de Estado. Se debe distinguir entre poder de Estado y el aparato de Estado. El objetivo de la lucha de clases concierne al poder de Estado y, en consecuencia, a la utilización del aparato de Estado por las clases que tienen el poder de Estado en función de sus objetivos de clase. El proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato burgués existente, reemplazarlo en una primera etapa por un aparato de Estado completamente diferente, proletario, y elaborar en las etapas posteriores un proceso radical, en la destrucción del Estado. Los aparatos ideológicos del Estado El gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, constituyen lo que se llama el aparato represivo de Estado. Funciona mediante la violencia. Designamos con el nombre de aparatos ideológicos del Estado cierto número de realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas. 7 Aie religiosos, escolar, familiar, jurídico, político, sindical, de información, cultural. Diferencias Si existe un aparato represivo de Estado, existe una pluralidad de aparatos ideológicos del Estado. Mientras que el aparato represivo de Estado (unificado) pertenece enteramente al dominio público, la mayor parte de los aparatos ideológicos del Estado (en su aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. El aparato represivo de Estado funciona mediante la violencia, en tanto que los AIE funcionan mediante la ideología. Todo aparato de Estado sea represivo o ideológico funciona a la vez mediante la violencia y la hegemonía. Si los AIE funcionan masivamente con la ideología como forma predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la ideología con la que funcionan, en realidad esta siempre unificada, a pesar de su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante. La clase en el poder no puede imponer su ley en los aparatos ideológicos de Estado tan fácilmente como en el aparato represivo de Estado, no solo porque las antiguas clases dominantes pueden conservar en ellos posiciones fuertes durante mucho tiempo, sino además porque la resistencia de las clases explotadas puede encontrar el medio y la ocasión de expresarse en ellos, ya sea utilizando las contradicciones existentes, ya sea conquistando allí posiciones de combate mediante la lucha. 8 El concepto de ideología. El término ideología fue introducido por Antoine Destut de Tracy, quien lo utilizó para designar a la ciencia de las ideologías en general. Esta primera utilización del término ideología se vincula con una de las dos tendencias generales de significados atribuidos a la palabra: la que define a las ideologías como “sistemas de creencias explicitas, integradas y coherentes que justifican el ejercicio del poder, explican y juzgan los acontecimientos históricos, identifican lo que está bien y lo que está mal en política”. La ideología como conjunto de ideas y valores. La ideología constituye un núcleo de ideas que en conjunto ofrecen una perspectiva del mundo social y un programa de acción destinado a captar adeptos para impulsar la transformación de la sociedad, adecuándola a principios básicos de la misma. La ideología aparece como expresión de las expectativas e intereses de un sector social, en un período determinado pero trascienden su ámbito originario captando adeptos fuera del mismo. Se cuestiona la validez de las ideologías en este sentido porque brindan una imagen sesgada de la sociedad, y se llega a sostener que ellas distorsionan la realidad en la búsqueda del apoyo incondicional para tratar de imponer su programa político. El rasgo fundamental de las ideologías lo constituye el hecho de ser un conjunto de ideas estructuradas que, primero, ilustran cómo funciona la realidad desde un punto de vista particular; segundo, explican cómo debería funcionar a partir de un enfoque ideal, absoluto; y por último, articulan un programa político destinado a modificar esa realidad que no concuerda con su visión ideal. El fascismo, el comunismo, el nacionalismo constituyen ideologías en este sentido, y lo son también en el segundo sentido. La ideología como falsa creencia, determinada socialmente. Para esta definición se debe tener en cuenta la falsedad de la creencia y su determinación social. La ideología es un proceso realizado por el pensador de modo consciente, pero con una falsa conciencia. Los motivos reales que lo impulsan permanecen desconocidos, por lo tanto él se imagina motivos falsos o aparentes. La ideología se inserta en las relaciones de dominación que se establecen entre los hombres, buscando asegurar la necesaria cohesión de las sociedades así constituidas. Predomina una función de adaptación a la realidad, ésta implica poner en marcha una serie de elementos que justifique la existencia de desigualdades y de situaciones estructurales de explotación dentro de la sociedad. Los hombres están instalados en un sitio determinado en la red de relaciones sociales, vinculados con el mundo dentro de la ideología. Ésta modela su conciencia y actúa sobre sus actitudes y conductas, para adecuarlas a sus condiciones de existencia. La mentira de la ideología tiene un doble uso: se ejerce sobre la conciencia de los explotados para hacerles aceptar como natural su condición de explotados; se ejerce sobre los miembros de la clase dominante para 9 permitirles ejercer como natural su explotación y su dominación. Los sistemas educativos, las normas sociales, las representaciones religiosas, filosóficas, estéticas, constituyen ideologías en este sentido, en tanto cumplen la función de contribuir a la adaptación a la realidad de los miembros de una sociedad, haciéndoles asumir como justas y naturales las relaciones socioeconómicas existent Gramsci y Marx: hegemonía y poder en la teoría marxista. Hegemonía: el uso del término en las relaciones internacionales. El término hegemonía era usado para indicar el poder absoluto conferido a los jefes de los ejércitos la supremacía de un estado-nación dentro de un sistema. La potencia hegemónica ejerce sobre el conjunto de los demás una preminencia militar, económica y cultural que les condiciona las elecciones en virtud de su potencial de intimidación y coerción, hasta el punto de constituir un modelo para las comunidades hegemonizadas. El concepto de hegemonía no es un concepto jurídico, sino connota una relación interestatal de poder que prescinde de reglamentación jurídica precisa. Puede definirse a la hegemonía como una forma de poder de hecho que oscila entre la influencia y el dominio. Algunos autores subrayan su influencia particularmente fuerte, que se ejerce sin el recurso directo a las armas y a la fuerza pero que no carece de cierto fundamento de legitimidad. En esta acepción, la hegemonía es una subespecie de “dirección” y se emancipa casi del todo de su significado originario. Sin embargo, otros autores mantienen el concepto dentro de un significado cercano al original de dominio apoyado en la fuerza de las armas. El uso marxista. El concepto de hegemonía tenía como campo de aplicación el sistema internacional y las relaciones entre los estados. Por parte de autores marxistas, se habla de hegemonía con referencia a las relaciones entre las clases sociales, entre los partidos políticos, y de los aparatos públicos y privados. En esta acepción del concepto, sostenida por Lenin, se equipara su significado con el de dominio, destacando el aspecto coactivo respecto del persuasivo, la fuerza ante la dirección, la sumisión de quien es hegemonizado respecto de la legitimación y el consenso, la dimensión política respecto de la cultural y moral. Frente a ésta, prevalece un segundo significado que ve en la hegemonía la capacidad de dirección intelectual y moral en virtud de la cual una clase dominante logra acreditarse como guía legítimo, se constituye en la clase dirigente y obtiene el consenso o pasividad de la mayoría de la población ante las metas de la vida social y política de un país. Éste deriva de la teoría de Gramsci. Según Gramsci, en la sociedad clasista, la supremacía de una clase social se ejerce siempre mediante las modalidades complementarias del dominio y de la hegemonía. El dominio se hace valer sobre los grupos mediante los aparatos coercitivos de la sociedad político, y la hegemonía se ejerce sobre los grupos sociales aliados o neutrales a través de los “aparatos hegemónicos” de la sociedad civil. Una conjugación de fuerza y de consenso está en la base de todo estado, pero la proporción entre los dos elementos varía en razón del grado de desarrollo de la sociedad civil, que es el centro neurálgico de toda estrategia política. 10 Donde la estrategia política presenta una estructura de masas, como sucede en Occidente, el papel de la acción hegemónica es capital y privilegiado respecto del de la fuerza, aunque está presente. El dominio no puede mantenerse mucho sin hegemonía, y a diferencia de los países donde el estado lo es todo y la sociedad está indiferenciada, la conquista del poder no es posible si la fuerza que ambiciona hacerse estado no se vuelve antes hegemónica de un bloque social antagonista del bloque en el poder. La hegemonía es un prerrequisito estratégico para toda clase revolucionaria. Hegemonía según Gramsci. En los “Cuadernos de la cárcel”, el término “hegemonía” se repite en distintos contextos. Para él, el hecho de la hegemonía presupone que se tienen en cuenta los intereses y tendencias de los grupos sobre los cuales se ejercerá, y que debe darse una serie de sacrificios de tipo económico-corporativos de parte del grupo dirigente. Aunque la hegemonía es ético-política, también debe ser económica, debe basarse en la función decisiva ejercida por el grupo dirigente en el núcleo de la actividad económica. Al mismo tiempo, Gramsci señala la ascendencia cultural que debía demostrar la hegemonía del proletariado sobre las clases aliadas. Las ideologías se transforman en partido, entran en conflicto, hasta que sólo una de ellas tiende a prevalecer, imponiéndose y propagándose a través de la sociedad. De ese modo, sólo se consigue una unificación de los objetivos económico y político, sino también la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones sobre las que surge la lucha en un plano universal. Se crea la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. El recurso al término hegemonía no está alejado del revolucionario ruso del cual fue tomado, hasta entonces. Sin embargo, la forma de los escritos de la cárcel cambiaría el significado y la función del concepto, porque el medio característico de Gramsci para exponer sus ideas era el de axiomas generales de sociología política con referencias fluctuantes. Este procedimiento le fino impuesto a Gramsci por la exigencia de mitigar la vigilancia del censor. Su resultado fue una indeterminación constante del foco, en el cual la burguesía y el proletariado pueden alternarse simultáneamente como los sujetos hipotéticos del mismo pasaje cada vez que escribe en abstracto de una “clase dominante”. La extensión del concepto. Gramsci extendió la noción de hegemonía desde su aplicación original a la clase obrera en una revolución burguesa contra un orden feudal, a los mecanismos de la dominación burguesa sobre la clase obrera en una sociedad capitalista estabilizada. Ahora empleó el concepto de hegemonía para un análisis diferenciado de las estructuras del poder burgués en Occidente. El paso de una utilización a otra estuvo mediatizado por una serie de máximas genéricas aplicables en principio a cualquier de ellas. Gramsci tomó la obra de Maquiavelo como su punto de partida para esta nueva extensión de la teoría. Argumentó la necesidad de una perspectiva dual en toda acción política, en sus niveles fundamentales las dos perspectivas correspondían a la naturaleza dual de Maquiavelo. Estos niveles eran los de fuerza y consentimiento, dominación y hegemonía, violencia y civilización. Presenta una serie de oposiciones, válidas para cualquier época histórica. El término “dominación” es la antítesis de “hegemonía”. Para 11 Gramsci, la supremacía de un grupo social adopta dos formas: “dominación” y “dirección moral e intelectual”. Un grupo social es dominante sobre grupos enemigos a los que tiende a liquidar o someter con la fuerza armada, y es dirigente sobre grupos afines y aliados. Se refiere no al proletariado, sino a la burguesía. Gramsci cambió el alcance del concepto de hegemonía hacia un estudio de la dominación capitalista, aunque todavía dentro del contexto de una revolución burguesa. Le da un énfasis cultural a la idea de hegemonía, produciendo una nueva teoría marxista de los intelectuales. Una de las funciones de los intelectuales era terciar en la hegemonía de las clases explotadoras sobre las clases explotadas a través de sistemas ideológicos de los que eran agentes organizadores. Pero, ¿dónde se ejercen las funciones de dominación y hegemonía? Para él, la hegemonía pertenece a la sociedad civil y la coacción (dominación) al Estado. Establece dos niveles súper-estructurales principales: uno que se puede llamar “sociedad civil”, que es el conjunto de organismos privados, y el otro la “sociedad política” o estado. Estos dos niveles corresponden por una parte, a la función de la hegemonía que ejerce el grupo dominante a través de la sociedad y, por otro, a la de la dominación directa o mando ejercido a través del estado y del gobierno jurídico. Se refirió, dentro del contexto del capitalismo, a la oposición entre sociedad civil y sociedad política como los lugares respectivos de dos modos de poder de clase: la sociedad política, o aparato coercitivo para garantizar que las masas populares se amoldan al tipo de producción y economía de un momento dado, se contraponía a la sociedad civil, o hegemonía de un grupo social sobre el conjunto de la sociedad nacional ejercida a través de las organizaciones privadas, como la iglesia, los sindicatos, las escuelas, etc. Luego, Gramsci reorienta el concepto de hegemonía y su función que era exclusivamente de consentimiento, pasa a ser de consentimiento-coerción. Así, está conectada directamente con el fenómeno de la democracia parlamentaria, y los órganos ejecutivo, legislativo y judicial pasan a ser órganos de hegemonía política. La hegemonía pasa a situarse dentro del Estado, y ya no sólo está circunscrita a la idea de sociedad civil. El primer modelo de Gramsci. Gramsci escribe sobre la diferencia entre Oriente y Occidente, donde en el Oriente el estado lo es todo, mientras que en el Occidente el estado es una trinchera avanzada de la fortaleza interior de la sociedad civil, la cual sobrevive a los temblores del estado, porque no es primitiva como en Oriente, sino estructurada. Por lo tanto, en Oriente una guerra de maniobra es apropiada, y en Occidente, una guerra de posición. La preponderancia de la sociedad civil sobre el estado en Occidente se equipara al predominio de la hegemonía sobre la coerción como la forma fundamental del poder burgués en el capitalismo avanzado. En la medida en que la hegemonía pertenece a la sociedad civil, y la sociedad civil prevalece sobre el estado, es la ascendencia cultural de la clase dominante la que garantiza esencialmente la estabilidad del orden capitalista. En esta utilización de hegemonía, ésta significa la subordinación ideológica de la clase obrera por la burguesía, la cual la capacita para dominar mediante consenso. El objetivo de esta fórmula es establecer una diferencia entre la Rusia zarista y la Europa occidental. La ubicación de la hegemonía dentro de la sociedad civil y la atribución de su primacía sobre el estado, es una solución inviable para la Rusia zarista, sólo tiene sentido común en la democracia burguesa de Occidente, ya que el estado no es una maquinaria violenta de represión policiaca como sí lo es en Rusia. Las masas tienen acceso al estado a través de elecciones 12 democráticas regulares que permiten la posibilidad de un gobierno socialista. Aunque la experiencia demuestra que éstas nunca producen un gobierno del socialismo. La razón reside en el condicionamiento ideológico previo del proletariado antes del momento electoral como tal. El lugar central del poder debe buscarse dentro de la sociedad civil, en el control capitalista de los medios de comunicación (prensa, radio, televisión), basado en el control de los medios de producción. La verdadera inculcación de la aceptación voluntaria del capitalismo se da directamente dentro del ámbito de los mismos medios de producción, se difunde a través de la mercancía, las costumbres de sumisión por el trabajo rutinario de las fábricas y oficinas. La hegemonía capitalista dentro de una democracia política se mantiene por consentimiento, porque las instituciones estatales no excluyen ni reprimen a las masas. Por lo tanto, la tarea de los militantes socialistas es la conversión ideológica de la clase obrera para liberarla de la sumisión. La teoría marxista del Estado (Althuser). La existencia del Estado sólo tiene sentido en función del poder de Estado, la lucha política de las clases gira alrededor del Estado, es decir, alrededor de la posesión, toma y conservación del poder de Estado por cierta clase o alianza de clases. Esto hace distinguir el poder de Estado (conservación o toma del poder de Estado) del aparato de Estado. El aparato de Estado (AE) comprende: el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones. Represivo significa que funciona mediante la violencia, por lo menos en situaciones límite. El aparato de Estado puede seguir en pie bajo acontecimientos políticos que afecten a la posesión del poder de Estado. El marxismo afirma que: 1) El Estado es el aparato represivo de Estado. 2) Se distingue entre el poder de Estado y el aparato de Estado. 3) El objetivo de la lucha de clases concierne al poder de Estado, y en consecuencia, a la utilización del aparato de Estado por las clases que tienen el poder de Estado en función de sus objetivos. 4) El proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato burgués y reemplazarlo por un aparato de Estado diferente, proletario, y elaborar el proceso de destrucción del Estado. Los aparatos ideológicos de Estado. Hay otra realidad que se manifiesta junto a ese aparato represivo del Estado, y que se denomina aparato ideológico de Estado (AIE). ¿Qué son los AIE? Son cierto número de realidad que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas. Existen AIE religiosas, escolares, familiares, jurídicas, políticas, sindicales, de información y culturales. Éstas no se confunden con el aparato represivo de Estado porque, en primer lugar, si bien existe un aparato represivo de Estado, existe una pluralidad de aparatos ideológicos de Estado. Además, no son visibles de inmediato. En segundo lugar, el aparato represivo de Estado pertenece al dominio público, en cambio, los ideológicos son de dominio privado. Gramsci sostenía que la distinción entre lo público y lo privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en los dominios donde ejerce sus poderes. El Estado, en sí, no es público ni 13 privado, sino que es la condición de toda distinción entre público y privado. Hay otra distinción fundamental entre el aparato represivo de Estado y los AIE: los primeros funcionan mediante la violencia, y los segundos funcionan mediante la ideología. Aunque todo aparato de Estado funciona a la vez mediante la violencia y la ideología, el aparato represivo de Estado funciona masivamente con la represión y sólo secundariamente con la ideología; de la misma forma, pero a la inversa, los AIE funcionan masivamente con la ideología pero utilizan secundariamente una represión atenuada, simbólica y disimulada. Así está asegurada la reproducción de las relaciones de producción por la súper-estructura jurídico-política e ideológica. La concepción de poder de Michel Foucault. Las redes del poder. El poder entendido como la prohibición, la ley, aquello que dice “no debes” es una concepción formal del poder, que es insuficiente. Es una concepción común entre psicoanalistas, psicólogos y sociólogos, donde el poder es esencialmente la regla, lo que marca un límite entre lo permitido y lo prohibido. Cuando intentamos comprender cómo el poder se ejerce en una sociedad, lo hacemos a partir de una concepción jurídica: dónde está el poder, quién posee el poder, cuáles son las reglas que rigen el poder. Rousseau intentó mostrar cómo nace un soberano colectivo a partir de la cesión de los derechos individuales, de la formulación de leyes de prohibición que cada individuo está obligado a reconocer, ya que ellos mismos se impusieron la ley. Esta es una concepción negativa del poder. Sin embargo, ¿cómo puede analizarse el poder en sus mecanismos positivos? No existe un poder, sino varios poderes, que son formas de dominación, formas de sujeción que operan localmente, por ej. en una oficina, un ejército, etc. Cada una de esas formas locales de poder tiene su propia modalidad de funcionamiento, procedimiento y técnica. Son formas de poder heterogéneas. El sistema de poder logrado por la monarquía a partir del fin de la Edad Media presentaba dos inconvenientes para el capitalismo: el primero, que el poder político que se ejercía en el cuerpo social era muy discontinuo, muchas cosas escapaban al control del poder, como el contrabando. El segundo es que eran sistemas excesivamente onerosos, porque la función del poder consistía en el derecho a recaudar cualquier cosa, pero esto operaba como un obstáculo y freno al flujo económico. Por tanto, se exigía, por un lado, la instauración de un poder continúo y preciso; y por otro lado, que ese mecanismo de poder que controlara a las personas y las cosas no fuera tan oneroso. Ocurrió entonces una mutación tecnológica del poder en Occidente, invenciones de tecnología política, que se agrupan en dos direcciones diferentes: el descubrimiento de la tecnología que es “disciplina”, un mecanismo de poder por el cual alcanzamos a controlar en el cuerpo social a los individuos, cómo vigilar a alguien, cómo controlar su conducta, cómo intensificar su rendimiento, etc. La disciplina se desarrolló primero en el ejército, y luego en la educación. La otra dirección es el descubrimiento de la regulación, perfeccionamiento de una anátomo-político y de una bio-política, es decir, se descubrió a la población. El poder no se ejerce solamente sobre los individuos entendidos como sujetos- súbditos, sino sobre la población, que no es un grupo humano numeroso, sino un grupo de seres vivos que son regidos por 14 procesos de leyes biológicas. Una población tiene una curva etaria, una morbilidad, un estado de salud; puede perecer o desarrollarse. Por lo cual, se debía usar a esa población como máquina de producir todo, desde las riquezas hasta otros individuos, a esto se le llama anatomo-política. En oposición a ella, se inventó la bio-política donde aparecen los problemas del hábitat, de las condiciones de vida en una ciudad, de la higiene pública y la modificación de las relaciones entre la natalidad y la mortalidad. Aparecieron técnicas de observación como la estadística y los órganos administrativos que regulan a la población. ¿Qué tipo de productividad pretende lograr el poder en las prisiones? El sistema de la prisión represiva, como castigo, fue establecido a finales del siglo XVIII. Antes la prisión no era un castigo legal, sino que se aprisionaba a las personas para retenerlas antes de procesarlas y no para castigarlas. Se crean las prisiones como sistema de represión afirmándose en que va a ser un sistema de reeducación de los criminales, con una domesticación de tipo militar y escolar, transformando al delincuente en un individuo obediente a las leyes. Pero luego, quedó claro que no producían ese resultado, sino el opuesto: mientras más tiempo se pasaba en prisión menos se reeducaban y más delincuentes eran. Su productividad no sólo era nula, sino negativa. Por tanto, el sistema debería haber desaparecido, pero permaneció. Esto es porque producen delincuentes, y la delincuencia tiene una utilidad económico-política en las sociedades, ya que cuanto más crimen haya, más miedo tendrá la población y estará más dispuesta a aceptar el sistema de control policial. ¿Cómo ve la relación entre saber y poder? Las relaciones de poder no deben ser consideradas de manera esquemática: de un lado, los que tienen poder y del otro los que no lo tienen, que es una forma de marxismo académico. Marx no admite que haya una oposición entre dos clases, la dominante y la clase dominada, sino que sabía que la solidez de las relaciones de poder es que ellas no terminan nunca, las relaciones atraviesan todos los lados. Todos estamos en situación de poder, pero no en la misma situación de poder; se debe saber cómo en un grupo, en una clase, en una sociedad operan las redes de poder, es decir, cuál es la localización de cada uno en la red de poder, cómo se ejerce y cómo se conserva.