Campaña 2024/2025 de Conmemoración del 20º Aniversario del “No Al Alca” En homenaje a los 19 años del histórico rechazo a la formación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que impulsaba Estados Unidos, nos proponemos llevar adelante, el próximo 4 y 5 de noviembre, jornadas de trabajo político, de recordación, de reflexión y de debate sobre qué significó aquel acontecimiento y qué legado y compromiso nos deja. Aquel fue un momento clave para la resistencia popular antiimperialista en América Latina. Aquella jornada histórica sirvió como un parteaguas para detener los avances del neoliberalismo que tanto daño había hecho en nuestra región, y fortaleció la unidad latinoamericana con la que soñaron y por la que lucharon nuestros libertadores. Por primera vez, un grupo de líderes, comprometidos con su pueblo y apoyados en su lucha, lograron imponerse a la estrategia del poder económico de las grandes transnacionales y de las élites dominantes e infringieron al imperio una derrota diplomática y política como nunca antes había tenido. Hugo Chávez, Luiz Inacio Lula da Silva, Néstor Kirchner, Nicanor Duarte Frutos, Tabaré Vázquez y Fidel, desde Cuba, se harían cargo de replicar el grito de todo un pueblo: “¡No al ALCA!”. Aquella jornada en Mar del Plata marcaría el camino a seguir. Además de haber identificado lo prioritario que significaba la integración regional, desde sus políticas públicas aquellos dirigentes fortalecieron la participación popular, el desarrollo industrial autónomo, la puesta en valor de la cultura local y una visión crítica del neoliberalismo. Defendían un modelo de integración entre iguales, con autonomía política, económica y cultural en beneficio de sus pueblos. Para llegar a Mar del Plata tuvimos que construir la mayor unidad posible en la región: trabajadores y trabajadoras de los sindicatos, indígenas, campesinos, estudiantes, mujeres, organizaciones sociales y políticas. Todos contra el ALCA como un símbolo de la lucha por la soberanía de nuestros pueblos. Lo que allí comenzamos alcanza una envergadura y una dimensión histórica, ya que desde ese momento sobrevinieron los triunfos de los movimientos populares en diferentes países, como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Honduras, República Dominicana y Panamá. Se amplió el Mercosur con la incorporación de Venezuela y se fundaron la UNASUR y la CELAC, herramientas fundamentales para articular políticamente todo lo que nació en aquella jornada histórica en Mar del Plata. Gracias a esa articulación y a la férrea voluntad de aquellos dirigentes, comenzó una época donde parte importante de nuestros gobiernos y nuestros pueblos decidieron caminar juntos en defensa de los intereses populares. Durante esos años se ampliaron los derechos sociales y crecieron nuestras economías, nuestros recursos y nuestra cultura. Y tamaña ofensiva antiimperialista tuvo como respuesta una tremenda contraofensiva conservadora. El Golpe a Zelaya en Honduras, el impeachment a Dilma y el encarcelamiento de Lula en Brasil, el juicio político que destituyó a Lugo en Paraguay, el retorno del FMI a la Argentina de la mano de Macri, el Golpe a Evo en Bolivia, el lawfare en todo el continente, son algunos ejemplos del intento salvaje de los intereses imperialistas por volver a doblegar a nuestros pueblos. Prometían una época larga de hegemonía conservadora, de deterioro de los derechos populares, de retroceso de los logros obtenidos, pero no fue así. En el camino hubo victorias y derrotas. Hoy América Latina vive un momento de disputa. Por eso no es tiempo para divisiones en la lucha de todos aquellos que procuramos construir una sociedad mejor. No existe la más mínima posibilidad de que separados podamos lograr que sean respetados los derechos de nuestros trabajadores, de nuestros campesinos, de nuestro pueblo. Nuestro destino está en la integración. Ningún país de nuestro continente puede, en un mundo tan complejo, tan polarizado, con tantas tensiones, soñar con un destino de grandeza y prosperidad si no lucha junto a sus hermanos latinoamericanos. En este mundo multipolar, nuestra región debe ser necesariamente un polo que interactúe con todos los actores desde su propuesta de autonomía regional, privilegiando el desarrollo de nuestros países y la inclusión y la dignificación de nuestros pueblos, que son los verdaderos propietarios de las inmensas riquezas que atesoramos, y que ninguna potencia extranjera, ni monopolio privado, nos puede arrebatar. El mejor homenaje que podemos hacer a quienes protagonizaron aquella jornada es seguir luchando por una Patria Grande justa, solidaria y unida. Grupo de Trabajo Foro de São Paulo Ciudad de México, 29 de septiembre de 2024.