1. Definición de la situación a intervenir: JUSTIFICACIÓN: ¿POR QUÉ SE QUIERE HACER? Actualmente, el acoso escolar supone un devastador desafío al que un gran porcentaje de niños y jóvenes de prácticamente todo el mundo, han de enfrentarse en su día a día. Así mismo, a este ya problema base, se añade el hecho de que, nos encontramos en una sociedad altamente escéptica que desdeña el sufrimiento de estas víctimas, y, por tanto, también, la importancia que ha de recibir tal nocivo fenómeno como es el “bullying”. El mismo se caracteriza por ser una “situación de persecución física y psicológica de un alumno hacia otro”, según el psicólogo Dan Olweus, o, tal y como cita la docente Rosario Vera González, por ser un “maltrato en el ámbito educativo, pudiendo ser éste de diversa índole”, recalcándose el acontecimiento de un acto violento entre estudiantes. Se caracteriza el mismo, pues, por la reiteración y persistencia de los hechos, mediante daños físicos, psicológicos y sus diversos subtipos. Dicho fenómeno se da, pues, en escuelas o en situaciones que involucren actividades y grupos de niños jóvenes y adolescentes, debiéndose entender, entonces que, pese a la creencia popular, este acoso no únicamente lo sufren únicamente los dos primeros, sino, también, jóvenes en la universidad; es decir, en términos generales: aquellos que se encuentran en plena etapa escolar, aunque este último caso no sea oficialmente recogido como tal por el sistema educativo de España. Este último hecho, pues, toma especial relevancia ya que, debemos recordar que, es desde los seis años de edad cuando los niños comienzan de forma obligatoria sus estudios, extendiéndose los mismos hasta los dieciséis. Se sobreentiende, por tanto, que el menor ha de permanecer en el reciento escolar un extenso lapso de tiempo, no solo relacionándose en dicho recinto, sino, también formando su propia persona. De tal manera que, si los valores que el menor percibe en tal son negativos, independientemente de si lo hace como víctima, partícipe u observador, esto avivará, en un futuro, el riesgo de comportamientos nocivos, pudiendo dañar tanto a otros como a sí mismo. No obstante, aunque sí es cierto que la variable edad reviste especial trascendencia, ya que cuanta menor sea la edad de la persona, más influenciable resultará, y por tanto, más profundo calarán dichos valores, como ya se ha mencionado, el bullying es un fenómeno que también puede tener lugar en personas de mayor edad, como son aquellas que se encuentran en la universidad, por ejemplo. Es de vital importancia, entonces, que el centro educativo se trate de un lugar seguro. Es aquí, pues, donde el papel no sólo del mismo centro, sino, de toda la comunidad escolar, reviste especial trascendencia. Con el objeto de crear este ambiente seguro, estudiantes, profesores y la propia familia de aquellos afectados, han de coordinarse no sólo para frenar la conducta, sino, que, también, han de hacerlo para prevenir que la misma tenga lugar. Se precisan pues, con considerable urgencia, de actuaciones para extinguir de raíz el problema, sí, pero, especialmente, se requieren de medidas para prevenir el mismo. Por ello, resulta, por ejemplo, interesante conocer las características de los diferentes actores en tal escenario, para que, de esta manera, familias y profesores puedan detectar con más facilidad el mismo de estar dándose al estar versados sobre el asunto. 2. Descripción del proyecto: ¿QUÉ SE QUIERE HACER? Así pues, expuesto lo anterior, e incentivados no sólo por el crecimiento del acoso escolar en el último año, sino, también y especialmente, la propia condición de nuestro país como aquel con mayor índice del mismo en la Unión Europea, es más que evidente que resulta necesario abordar cuanto antes este problema social mediante la implantación, de, como ya hemos mencionado, medidas de prevención y actuación, siendo requerido, pues, para ello, un adecuado proyecto que abarque los distintos lugares y servicios participantes en la situación. Por ende, se precisa de un proyecto caracterizado por la coordinación entre familia, centro educativo y alumnado, donde la ausencia de cualquiera de estas variables no permitiría el deseado resultado. Por consiguiente, se realizarán talleres con las familias y trabajadores del centro educativo, proporcionando pautas de comportamiento para saber qué pasos seguir y cómo actuar según los distintos casos. De igual forma, resulta de enorme importancia la sensibilización del propio alumnado, por lo que se ofrecerán charlas y talleres donde se practique la empatía con diversos enfoques del problema mediante el diálogo, debiendo ser, esto último, realizado sin distinciones a pesar de haberse podido detectar quién es víctima y quién victimario, ya que ello podría ocasionar un efecto contrario. Finalmente, y revistiendo también especial importancia, deberá ser evaluada la efectividad de estas estrategias mentadas, haciéndose uso, para ello, de un seguimiento constante de las mismas para garantizar el logro de los objetivos. En síntesis, el objetivo de este proyecto es el de erradicar (ya sea mediante su prevención, o su intervención de estar teniendo lugar) el acoso escolar, fomentando para ello, un ambiente de aprendizaje seguro, empático y tolerante mediante la coordinación y participación de diferentes entidades.