Subido por María Rosa Díaz

TP HISTORIA LUACES

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Carrera de Abogacía
Historia Constitucional Argentina y
Latinoamericana I
Trabajo Práctico I
Integrantes del grupo:
● Andrea Castellitto, DNI: 24.128.136, andycastellitto@gmail.com
● María Rosa Díaz, DNI: 27.367.284, mariarosadiaz79@gmail.com
Profesor: Fernando Luaces/ Ayudante: Marcelo Bartolomé
Fecha de entrega: 12/09/2024
30 AÑOS DE LA ÚLTIMA REFORMA
DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL ARGENTINA
“Tener los derechos ahí (en la Constitución Nacional) no significa nada
si no tenés política pública, una estructura organizativa que tienda a garantizarlos.
A su vez, ninguna de las dos cosas significa nada si no
hay una ciudadanía activa y movilizada, dispuesta a demandar.
No siempre esos tres elementos se dan a la vez”(Rodríguez Mora, 2024:1)
Introducción
El presente trabajo se enmarca en la Carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de
Avellaneda, en la Materia “Historia Constitucional Argentina y Latinoamericana I”, entre sus
objetivos se encuentran presentar brevemente el proceso político institucional de la reforma
constitucional sucedida en 1994 y sus antecedentes; así como también, retomar los distintos
aportes respecto de los cambios y las incorporaciones que se han realizado en el texto
constitucional que cuenta con 30 años de vigencia.
Las reformas anteriores
En 1860, la reforma de la Constitución de 1853 se produce como consecuencia de la
reincorporación del Estado de Buenos Aires a la Confederación Argentina. Se realizó sin que
se llegará a cumplir el plazo de los diez años de inmutabilidad previstos en el texto anterior;
por lo tanto, en ese marco se discutió la legitimidad aún así adquirió vigencia. Las reformas
sucedidas respondieron a la necesidad de reforzar el sistema federal; se introduce el art.33
que reconoce los derechos implícitos.
En 1866, se realiza una nueva reforma que suprime la limitación temporal de los impuestos
de exportación que podía crear el Congreso. También,es impugnada debido a la conformación
de la mayoría parlamentaria en la declaración de la necesidad de la reforma; no obstante sus
disposiciones adquirieron vigencia.
Posteriormente, en 1898, se modifica la cantidad de ministros del Poder Ejecutivo, llevándose
al número actual (3 ministerios que se sumarán a los 5 ya existentes); así mismo, se aumentó
la cifra para el cálculo de la cantidad de habitantes por cada diputado nacional, lo que
significó una reducción en la Cámara de Diputados.
En 1949, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, mediante la Ley 13.293 se
declara la necesidad de la reforma. Esta reforma se inscribe en lo que se denomina
“constitucionalismo social”; en términos político- ideológico el nuevo texto constitucional
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expresó el modo de organización política y económica del programa nacional del peronismo,
concretamente, la conformación de un capitalismo nacional con independencia económica y
justicia social (Azzali, 2019). De manera simplificada, se mencionan algunos ejes como: la
incorporación de la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica; el
reconocimiento de la/os trabajadoras/os como sujetos de derechos -derecho a agremiarse, a
trabajar, a una retribución justa, a las condiciones dignas de trabajo, a la seguridad social,
etc.-; el reconocimiento de la familia, la ancianidad como sujetos de protección del Estado; la
igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad, la atención y asistencia a la madre y
las/os niña/os; los derechos vinculados con el acceso a la Cultura y la Educación. Esta
reforma tuvo vigencia siete años, dejada sin efecto por el gobierno de facto de 1956, cuya
derogación fue ratificada por la Convención Constituyente de 1957.
La reforma de 1957 es convocada por el gobierno de facto; la Convención sancionó
únicamente el art. 14 bis, modificó el art. 67, inc. 11, agregando el Código de Trabajo y
Seguridad Social a la lista que mencionaba el texto anterior. Posteriormente, se interrumpen
las sesiones debido al retiro de los convencionales de varios partidos.
Finalmente, en 1972 la Junta Militar sancionó la Ley 19.608 donde se declara la necesidad de
la reforma. Se modificaron varios artículos del texto constitucional con el llamado “Estatuto
fundamental” de vigencia transitoria.
Situación político -institucional argentina
El contexto político institucional de la reforma se sitúa en un acuerdo de las dos fuerzas
políticas principales, en las figuras de los dos jefes políticos en ese momento Raúl Alfonsín y
Carlos Menem, ambos presidentes de la post dictadura. Sostiene Burdman (2024), que
aquella reunión en la Quinta de Olivos que sellaría la reforma constitucional tenía como
trasfondo necesidades particulares de ambos políticos: en el caso de Menem, abrir paso a la
ansiada reelección y en el caso de Alfonsín, necesitaba reordenar el partido, tras la derrota de
1989. El escenario de recuperación democrática sostenida instalaría un cierto consenso sobre
la necesidad de la reforma.
Luego de 30 años de la vigencia del texto de la reforma, son muchos los debates que se dan
respecto del proceso, tal como señala (Burdman 2024), la cuestión de la coparticipación y la
provincialización de los recursos naturales son núcleos problemáticos de una nación donde el
federalismo, la gobernabilidad y la posibilidad de un proyecto común a largo plazo continúa
presentando tensiones y desafíos.
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Ley Nº 24.309: la Declaración de la necesidad de la reforma constitucional
La Ley Nº 24.309 (sancionada y promulgada el 29-12-1993) declara la necesidad de la
reforma, previo acuerdo político entre las dos fuerzas políticas centrales UCR y PJ en el
llamado Pacto de Olivos. Se expresa el Núcleo de Coincidencias Básicas con los siguientes
puntos centrales:
● Atenuación del sistema presidencialista, para ello se promueve la creación de la
figura del Jefe de Gabinete, nombrado y removido por el Presidente de la
Nación, con responsabilidad política ante el Congreso de la Nación, que podrá
también removerlo mediante un voto de censura.
● Reducción del mandato de Presidente y Vicepresidente de la Nación a cuatro
años con reelección inmediata por un solo período, considerando el actual
mandato presidencial como un primer período.
● Coincidentemente con el principio de libertad de cultos se eliminará el requisito
confesional para ser Presidente de la Nación.
● Elección directa de tres senadores, dos por la mayoría y uno por la primera
minoría, por cada provincia y por la Ciudad de Buenos Aires, y la reducción de
los mandatos de quienes resulten electos. Con la inmediata vigencia de la
reforma, a partir de 1995, mediante la incorporación del tercer senador por
provincia, garantizando la representación por la primera minoría.
● Elección directa por doble vuelta del Presidente y Vicepresidente de la Nación;
serán elegidos directamente por el pueblo en doble vuelta, para este fin el
territorio nacional conformará un distrito único.
● La elección directa del intendente y la reforma de la Ciudad de Buenos Aires.
● Regulación de la facultad presidencial de dictar reglamentos de necesidad y
urgencia y procedimientos para agilización del trámite de discusión y sanción
de las leyes.
● Legislación delegada, se prohíbe la delegación legislativa en el poder ejecutivo
salvo en materias determinadas de administración o de emergencia pública y
con plazos fijados para su ejercicio.
● El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial, tendrá a su cargo
la selección de los magistrados y la administración del poder judicial.
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● Remoción de magistrados federales: los miembros de la corte suprema de
justicia de la nación serán removidos únicamente por juicio político, por mal
desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones, o por crímenes
comunes. Los demás jueces serán removidos, por las mismas causales, por un
jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados, abogados y
personalidades independientes, designados de la forma que establezca la ley.
● La intervención federal es facultad del Congreso de la Nación, en caso de
receso, puede decretarla el poder ejecutivo nacional y, simultáneamente,
convocará al Congreso para su tratamiento.
Se habilitan también para su debate y resolución en la Convención Constituyente los
siguientes puntos:
● Fortalecimiento del régimen federal: distribución de competencias entre la
nación y las provincias respecto de la prestación de servicios y en materia de
gastos y recursos. régimen de coparticipación. Creación de regiones para el
desarrollo económico social; jurisdicción provincial en los establecimientos de
utilidades nacionales; posibilidad de realizar por las provincias gestiones
internacionales en tanto no afecten las facultades que al respecto corresponden
al gobierno federal, no sean incompatibles con la política exterior que éste
conduce y no importen la celebración de tratados de aquel carácter.
● Autonomía municipal.
● Posibilidad de incorporación de la iniciativa y de la consulta popular como
mecanismos de democracia semidirecta.
El Convención Constituyente
Sancionada la declaración de necesidad de reforma constitucional conforme a las pautas de la
constitución, el 10 de abril de 1994 se realizaron las elecciones de constituyentes.
El peronismo obtuvo cerca del 38 % de los votos y 134 convencionales, frente al 20 % y 71
convencionales del radicalismo, mostrando fuga de votos de ambos partidos, aunque más
acentuada en el caso del segundo. Aparecieron como considerables fuerzas nuevas el
centro-izquierdista Frente Grande con 31 convencionales y el derechista MODIN con 21
convencionales. En total estuvieron presentes 19 partidos políticos, representantes de todo el
arco político que sancionaron una amplia reforma constitucional el 22 de agosto de 1994.
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La Convención Constituyente fue integrada por destacados actores políticos y personalidades
del derecho, entre ellos, el ex presidente Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y
Cristina Fernández –que luego llegarían a la primera magistratura–, la ex diputada Elisa
Carrió, el ex Gobernador bonaerense Antonio Cafiero, Mariano Cavagna Martínez, Rodolfo
Carlos Barra, Héctor Masnatta y Raúl Zaffaroni –ex Ministros de la Corte Suprema
respectivamente-, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti –Ministros actuales del máximo
tribunal–, Juan Carlos Hitters –ex Juez de la Suprema Corte Bonaerense-, René Orsi –ex
Camarista Federal de La Plata–, el jurista Fernando López de Zavalía y los reconocidos
abogados Antonio María Hernández, Eduardo Barcesat, Alberto García Lema y Enrique
Paixao, entre otros importantes dirigentes que participaron.
La Comisión sesionó en Santa Fe y Paraná. Las deliberaciones duraron tres meses y,
finalmente, el 22 de agosto de 1994 se sancionó la reforma constitucional. En total se
reformaron unos 44 artículos.
Puntos centrales de la reforma
A continuación se mencionan las reformas que se realizaron en 1994.
Parte dogmática:
Se incorpora un nuevo capítulo titulado “Nuevos Derechos y Garantías”; se incorpora:
● Defensa de la democracia y el imperio de la Constitución Nacional (Art. 36).
● Se garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, la igualdad de oportunidades
para varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios (Art 37).
● Se reconoce la institucionalidad de los partidos políticos y su rol en el sistema
democrático (Art. 38).
● Se reconoce el derecho de los ciudadanos para presentar proyectos de ley en la
Cámara de Diputados y la Consulta Popular (Arts 39 y 40).
● Se incorporan los Derechos Difusos como el cuidado del medio ambiente por parte
del Estado; y los derechos de usuarios y consumidores de bienes y servicios (Arts. 41
y 42).
● Se les otorga reconocimiento constitucional a las acciones de amparo, hábeas corpus y
hábeas data; previamente, ya existían leyes que permitían su uso las que adquieren
rango constitucional con esta reforma (Art. 43).
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Sección del Poder Legislativo y atribuciones:
● Se agregó un tercer senador por provincia, y la forma de elección del mismo (son
elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político
que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en
número de votos, cada senador tendrá un voto).
● Se acorta el término del mandato de los Senadores de 9 a 6 años.
● Se incorporan los Derechos de Pueblos Originarios (Art. 75 inc. 17).
● Se incorporó el Art. 75 inc. 22, que dispone que los tratados internacionales poseen
jerarquía superior a las leyes, y asimismo, otorga jerarquía constitucional a once
tratados de Derechos Humanos y se habilita la posibilidad de incorporar otros.
● Se incorporan dos capítulos en la Sección I del Poder Legislativo que refieren a la
Auditoría General de la Nación (Art. 85) y el Defensor del Pueblo (Art. 86).
● Se modifica el procedimiento para formación y sanción de las leyes, simplificándolo.
● Se establece la delegación legislativa y promulgación parcial de leyes.
Sección del Poder Ejecutivo y sus atribuciones:
● Se elimina el requisito de ser católico para ejercer el cargo de Presidente.
● Se acorta de 6 a 4 años la duración del mandato, con posibilidad de reelección por
única vez.
● Se modifica la forma de elección del Presidente, pasa de voto indirecto a través de
colegio electoral a ser directo (un voto por cada ciudadano). Se establece el sistema de
doble vuelta o ballotage.
● Podrá dictar por razones de necesidad y urgencia Decretos de Necesidad y Urgencia
(DNU); los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán
refrendarlos conjuntamente con el Jefe de Gabinete de Ministros (Art. 99 inc. 3).
● Se establece la figura del Jefe de Gabinete, al cual se le delegan funciones que
anteriormente eran del Presidente.
Sección del Poder Judicial:
● Se crea el Consejo de la Magistratura, a fin de transparentar la designación de jueces y
también agilizar procesos de remoción (Art. 114).
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● Se crea la figura de jury de enjuiciamiento, a fin del trámite de juicios de remoción a
magistrados de tribunales inferiores (Art. 115).
Otras modificaciones relevantes:
● Se agregó una Sección destinada a describir al Ministerio Público (Art. 120).
● Consagra la autonomía municipal; incorporando la doctrina del fallo Rivademar (Art.
123).
● Se crea la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Art. 129).
Breve análisis
La reforma constitucional de 1994 introdujo la figura del Jefe de Gabinete de Ministros
(JGM) como novedad en el sistema político argentino. El JGM es un ministro elegido por el
Presidente que coordina el gabinete y la administración general del país, y tiene, entre otras
funciones, la responsabilidad de rendir cuentas una vez al mes al Poder Legislativo por el
desempeño gubernamental.
Para cumplir con este rol, la Constitución Nacional le impone al JGM rendir cuentas sobre la
la gestión del gobierno una vez al mes a través de dos mecanismos:
● Un informe escrito que la Jefatura debe entregar al Congreso con las respuestas a las
preguntas realizadas por los legisladores.
● Un informe oral que brinda el JGM de forma alternada en ambas cámaras para
responder a las aclaraciones, ampliaciones y preguntas que realizan los legisladores
sobre las respuestas dadas en el informe escrito. El Jefe de Gabinete debe asistir al
Congreso de la Nación por lo menos una vez al mes, alternando entre ambas cámaras.
Dado que las mismas sesionan entre el primero de marzo y el 30 de noviembre, se
espera que el JGM concurra por lo menos nueve veces en total en el año a ambas
cámaras.
Asimismo se introduce el Consejo de la Magistratura que tiene como función asegurar la
independencia del Poder Judicial, garantizar la eficaz prestación del servicio de
administración de justicia, promover el óptimo nivel de sus integrantes, y lograr la
satisfacción de las demandas sociales sobre la función jurisdiccional del Estado. Está
integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio entre la representación de los
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órganos políticos resultantes de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de
los abogados de la matrícula federal. Cuenta con la participación de otras personas del ámbito
académico y científico. Entre sus atribuciones se encuentran:
● Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a las magistraturas
inferiores;
● Emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de los magistrados de
los tribunales inferiores;
● Administrar los recursos y ejecutar el presupuesto que la ley asigne a la
administración de justicia;
● Ejercer facultades disciplinarias sobre magistrados;
● Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordenar
la suspensión, y formular la acusación correspondiente;
● Dictar los reglamentos relacionados con la organización judicial y todos aquéllos que
sean necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de
los servicios de justicia.
Ante todo, se hace alusión a la ley especial que debe regular el Consejo, es la misma a la que
después remite el art. 115 para la determinación de la integración y el procedimiento del
jurado de enjuiciamiento al que se encomienda la competencia destitutoria de los jueces
federales de los tribunales inferiores. Esta ley requiere sancionarse por mayoría absoluta de la
totalidad de los miembros de cada Cámara.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la reforma de 1994 adquiere la condición
institucional de “ciudad – estado”. En el primer párrafo del art .129 le ha conferido
autonomía política, de legislación y jurisdicción; continúa siendo la Capital donde residen las
autoridades que ejercen los poderes del Gobierno federal. Su régimen autonómico no priva a
ésta de su condición de capital de la república. A esto apunta el párrafo segundo del artículo
129 cuando prevé una ley que garantice los intereses del estado federal mientras la ciudad de
Buenos Aires sea capital de la república.
Uno de los puntos más importantes de la reforma y un tema de actualidad es la capacidad
para el dictado de Decretos de Necesidad y Urgencia, su vigencia y si es realmente
constitucional o inconstitucional. El DNU es una herramienta prevista en la Constitución
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Nacional que le permite al Presidente de la Nación legislar en circunstancias excepcionales y
de urgencia.
La condición necesaria que habilita al dictado de los DNU es la imposibilidad de seguir el
trámite de sanción de las leyes por circunstancias excepcionales que equivalen a una
situación de emergencia; la gravedad de esta emergencia, que es la que constituye
circunstancia excepcional, debe requerir una medida inmediata, y es la emergencia y la
inmediatez de la medida la que hacen imposible que el Congreso legisle porque el trámite
ordinario, por acelerado que pueda ser en el caso no proporciona la solución urgente están
previstos por el Art. 99 inciso 3º.
Los párrafos tercero y cuarto del Art. 99 encauzan y ordenan así su trámite. Solamente
circunstancias excepcionales que imposibiliten seguir el procedimiento legislativo ordinario,
habilitan el dictado de decretos de necesidad y urgencia; pero están absolutamente prohibidos
en materia penal, tributaria, electoral, y en el régimen de partidos políticos. Deben emanar del
Presidente de la República, por decisión adoptada en acuerdo general de ministros, los que
han de refrendarlos juntamente con el JGM, quien debe someter personalmente el decreto a
consideración de la Comisión Bicameral Permanente del Congreso, dentro del plazo de diez
días.
La Comisión debe elevar su despacho en el plazo de otros días al plenario de cada una de las
cámaras para su expreso tratamiento; las cámaras han de considerar ese despacho en forma
inmediata. Acá, se interrumpe la previsión constitucional sobre el destino final que le cabe al
decreto en el Congreso, y ésta es la aludida apertura que debe cerrar una ley especial que, por
prescripción del inciso, necesita sancionarse con la mayoría absoluta de la totalidad de
miembros de cada Cámara, y que ha de regular el trámite y los alcances de la intervención
congresional.
Los DNU tienen prevista como exigencia en la CN una serie de etapas posteriores a su
sanción, a efectos del seguimiento y control que debe culminar en el Congreso. Por ello:
a) no podían dictarse mientras no existía el JGM (antes de 8 de julio de 1995);
b) tampoco pueden dictarse después de esa fecha mientras no exista la Comisión Bicameral
permanente;
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c) requiere que se dicte la Ley Reglamentaria que defina la intervención final del Congreso,
es obvio que la imposibilidad de que opere la participación obligatoria y el trámite de
seguimiento y control a cargo de los órganos que la constitución determina, no solo impide
dictar decretos de necesidad y urgencia sino, además, acarrea la inconstitucionalidad de los ya
emanados al margen del itinerario hasta ahora inhibido de aplicación y funcionamiento.
A lo largo de la historia, los presidentes/as han utilizado DNU para distintas materias y en
diferentes circunstancias. En el caso del ex Presidente Alberto Fernández, la mayoría
corresponden a restricciones a la circulación, al ingreso y salida del país, y a medidas para
mitigar el impacto de la pandemia por Covid 19. Entre los restantes, se destaca la
intervención de la Agencia Federal de Inteligencia, la adaptación del marco legal de la ley de
vacunas, el llamado “reperfilamiento” de la deuda externa, la intervención de la empresa
Vicentín y la declaración de la telefonía, internet y televisión como servicio público. Por su
parte, el actual Presidente de la Nación, Javier Milei (La Libertad Avanza), presentó un DNU
para eliminar o modificar cientos de leyes y decretos. El DNU N° 70/2023, que cuenta con
más de 600 páginas, deroga y modifica una gran cantidad de leyes que tienen por objetivo la
desregulación de la economía, la pérdida de derechos de los sectores populares, con el
establecimiento de condiciones laborales más flexibles beneficiando a los sectores
hegemónicos.
Palabras finales
La reforma más allá de que su principal objetivo podría identificarse en la reelección de
Carlos Menem como Presidente de la Nación, tal como lo manifestaría Graciela Fernández
Meijide y otros referentes del arco político del momento; no se puede dejar de mencionar
cambios significativos en materia de derechos; como la inclusión de los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos que adquieren jerarquía constitucional, solo para
mencionar cuestiones de relevancia internacional, regional y nacional citamos: prevención y
sanción del delito del genocidio -Decreto Ley 6286/56-; la prohibición de la tortura, penas
crueles y tramos inhumanos y degradantes -Ley 23.338- ; respecto de la desaparición forzada
de personas- Ley 24.556-; sobre la imprescriptibilidad de los crimenes de lesa humanidad y
guerra - Ley 24.584-; la eliminación de todas formas de discriminación racial -Ley 17.722-;
contra toda forma de discriminación contra las mujeres - Ley 123.79-; el reconocimiento de
los derechos de las/os niñas/os -Ley 23.849-. Estos han sido una herramienta fundamental en
la que se erigen diversos sistemas de protección y promoción de derechos; son la base para
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los pedidos de trato digno en las condiciones de vida de las y los privada/os de libertad; así
como también, las políticas de Memoria, Verdad y Justicia tan necesarias para la construcción
de nuestra democracia y vitales para la ciudadanía.
Entre los nuevos derechos y garantías se identifican como necesarios, el reconocimiento de la
identidad étnica y cultural de los pueblos indígenas, el derecho al medio ambiente sano, los
derechos para los consumidores, la protección de los datos personales, el amparo, el hábeas
corpus, el hábeas data; en vistas de un sistema capitalista que recrudece la expoliación del
medio ambiente por mega empresas extranjeras, así como también, frente a gobiernos que
muchas veces sostienen sus políticas de desregulación económica en base a la represión y
sometimiento del pueblo. Lo mismo será válido para la ratificación del Art. 14 Bis que
recupera esa parte de la derogada Constitución de 1949, en relación a los derechos de las/os
trabajadoras/es (derecho individual y colectivo al trabajo y establecimiento de la seguridad
social).
Por su parte, la reducción del mandato presidencial a cuatro años, la incorporación de un
tercer senador por provincia, y por último, la incorporación tanto de la figura del Jefe de
Gabinete de Ministros, del Defensor del Pueblo y del Consejo de la magistratura no tendrían
tanta repercusión; lo que quizás más nos afecta es el uso de los DNU ya que no tienen un uso
correcto tal cual especifica nuestra Constitución Nacional ya que en muchos casos no tienen
nada de urgentes ni necesarios, atentando nuestros derechos como sociedad; somo como
muestra se mencionan: la eliminación de Ministerios, la derogación de la llamada Ley de
Alquileres (Ley 27.551-Modificatoria), derogación de la Ley de Abastecimiento (Ley
20.680), medidas de flexibilización del régimen laboral, desregulación de la economía interna
y externa, afectación a la industria nacional y el libre camino hacia la privatización de
empresa públicas, la suspensión de la Ley de Movilidad Jubilatoria y una reforma política
que se propone la derogación de las elecciones primarias (PASO). Todos ellos podrían
considerarse nulos e inconstitucionales.
Al respecto de la convalidación para la facultad que se le otorga al Poder Ejecutivo para el
dictado de DNU, la legislación delegada y el veto presidencial de leyes, Ekmekdjian (2007)
considera que rompe con el equilibrio de poderes, base del sistema republicano.
Por otro lado, es válido indicar que en el marco de la pretensión de fortalecer el sistema
federal; se reforzó el sistema de transferencia del poder a las provincias con la
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provincialización de los recursos del subsuelo y se estableció la necesidad de regularizar la
coparticipación federal de impuestos, cuestión que no sucedió. Hasta la fecha no se ha
cumplido con la sanción de una ley de coparticipación y rigen en su lugar un conjunto de
normas y pactos con distintos criterios de reparto. En ese sentido sostiene Budman (2024):
“(...) el módico Pacto de Olivos acordado a las apuradas, no tuvo una verdadera visión
estratégica. Al contrario, lo que hizo fue darle rango constitucional a la Argentina
fragmentada que nos habían dejado los conflictos y las dictaduras de las décadas
previas. Los dos presidentes tenían que negociar con los nuevos dueños del poder
fragmentario, que eran los gobernadores, y la Constitución de 1994 consolidó la
transferencia del poder desde la Nación hacia las provincias. Procrastinando dos
bombitas neutrónicas que todavía hoy, 30 años después, seguimos procesando: la
coparticipación federal de impuestos y la provincialización de los recursos naturales
del subsuelo”.
En ese sentido, la reforma obró en contra de un posible proyecto de nación, que supere la
fragmentariedad inicial en la que se formó nuestra Nación. Un proyecto nacional popular que
ambicione el desarrollo territorial con identidad nacional debería velar por el restablecimiento
de la propiedad nacional en forma inalienable e imprescriptible de los recursos naturales
como bien lo determinaba el Art. 40 de la Constitución del ‘49; estableciéndose como señala
Azzali (2019:165):
“un poder nacional con facultades absolutas y exclusivas sobre un bien estratégico
para el desarrollo socioeconómico, abriendo la posibilidad de una actuación
coordinada. La existencia de un poder federal orientado a la promoción del interés
nacional e integrador de todo el país, constituye la condición para neutralizar la
vocación fragmentadora del centralismo porteñista”.
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Bibliografía
Azzali, J. (2019) Constitución de 1949. Claves para una interpretación latinoamericana y
popular del constitucionalismo argentino. Ciudad de Buenos Aires: Punto de Encuentro.
Burdman, J. (2024) “La Constitución que blanqueó los problemas de la Argentina y los
profundizó”, Tiempo Argentino, 25 de agosto de 2024, Recuperado de:
https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/la-constitucion-que-blanqueo-los-problemas-de-la-arg
entina-y-los-profundizo/
Ekmekdjian, M.A. (2007) Manual de la Constitución Argentina, Buenos Aires: Lexis Nexis.
Rodríguez Mora, S. (2024) “Víctor Abramovich: A veces la Constitución está para generar
cambios sociales y otras para resistirlos”. Tiempo Argentino, 8 de agosto de 2024,
Recuperado
de:
https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/victor-abramovich-a-veces-la-constitucion-esta-paragenerar-cambios-sociales-y-otras-para-resistirlos/
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