TEMA 42 El funcionamiento del mercado: la demanda y la oferta. El mercado es el lugar donde se intercambian bienes, servicios y factores productivos de una manera libre entre oferentes y demandantes. El precio es la señal que mide el valor para los intercambios. Los oferentes, en definitiva la empresa, pueden perseguir otros objetivos alternativos o simultáneamente a la maximización del beneficio, por ejemplo mayores cuotas de poder. Uno de los elementos clave de este modelo es la competencia. Es el motor explicativo de un gran número de decisiones del mercado y de ella se desprenden consecuencias muy ventajosas para el consumidor que puede acceder a una mayor variedad de productos y a mejores precios, mientras que el productor persigue incrementar su cuota de mercado. Para fijar las distintas formas de competencia que se dan en el mercado se utiliza el número de agentes que intervienen, así es que nos encontramos con: Monopolio bilateral, un vendedor un comprador; Monopolio parcial, un vendedor pocos compradores; Monopolio, un vendedor muchos compradores; Monopsonio parcial, pocos vendedores un solo comprador; Oligopolio bilateral, pocos vendedores pocos compradores; Oligopolio, pocos vendedores muchos compradores; Monopsonio, muchos vendedores un solo comprador; Oligopsonio, muchos vendedores pocos compradores; y, Competencia perfecta, muchos vendedores muchos compradores. La curva de demanda de un bien es el lugar geométrico de los puntos que representan las cantidades que el consumidor está dispuesto a comprar a un determinado precio. Esta relación se produce bajo la condición ceteris paribus, que indica que el resto de los factores, que pueden afectar a la demanda de ese bien, permanecen constantes. La curva de demanda tiene pendiente negativa, lo que indica que a mayor precio, menor será la cantidad demandada. Pero la función de demanda depende también de otras variables: Xd = F (Px, R, Py, G) Donde Xd significa que se produce mayor demanda cuando menor es el precio; Px es el precio del producto; R es la renta disponible para el consumidor; Py es el precio de otros bienes relacionados con este bien; y G son los gustos del consumidor. Las variaciones en estas otras variables producirán desplazamientos en la curva de la demanda. El aumento en la renta de los consumidores implica, en condiciones normales, un incremento de la capacidad adquisitiva, es decir un incremento del consumo del bien, produciendo un desplazamiento hacia la derecha y en paralelo de la curva de demanda para un nivel de precios dado. La relación de la cantidad demandada respecto al precio de otros bienes da lugar a bienes complementarios y sustitutivos. En los primeros, la relación entre el precio de un bien y la cantidad demandada del bien complementario es inversa, por ejemplo, la gasolina y el automóvil; en cambio, esta relación será directa en los bienes sustitutivos, como ser mantequilla y margarina. Los gustos también pueden cambiar las preferencias de los consumidores. Si el consumo de un bien se pasa de moda la curva de demanda se desplazaría hacia la izquierda, al igual que ocurriría con la renta. La curva de oferta de un bien se define como el lugar geométrico de los puntos que representan las cantidades de ese bien que un oferente está dispuesto a vender a un determinado precio. Esta relación se produce bajo la condición ceteris paribus, que indica que el resto de los factores, que pueden afectar a la oferta de ese bien, permanecen constantes. Esta curva tiene pendiente positiva, lo que indica la relación directa entre el precio de un bien y la cantidad dispuesta a ofrecer por el productor. A mayor precio, mayor la cantidad ofrecida. Pero la función de oferta depende también de otras variables: Xo = F (Px, Py, Pk, K) Donde Xo es la cantidad que se producirá; Px es el precio del producto; Py es el precio de otros bienes relacionados con este bien; Pk es el precio de los factores productivos, trabajo y capital; y K es el estado de la tecnología. La relación entre la oferta de un bien y los precios de los demás bienes es inversa, ante el incremento de los precios de los demás bienes relacionados susceptibles de producirse por el oferente, bienes sustitutivos, el productor se puede sentir atraído y cambiar su línea de producción hacia esos nuevos bienes, cuyos precios aumentan respecto al original, con lo que disminuiría la oferta del bien original. La relación con el precio o coste de los factores productivos es igualmente inversa. Puede alimentar un desplazamiento de la producción hacia otros productos que utilicen menores cantidades de esos factores con lo que se produciría una disminución de la oferta del bien. Por el contrario, una reducción en los salarios o en el precio del capital implicará un aumento de la producción. La mejora del nivel tecnológico aumenta la productividad de los factores productivos y permite incrementar la producción o producir la misma cantidad utilizando menos factores, en definitiva mejora la eficiencia. Los objetivos empresariales son otra variable, ya que pueden perseguir, además de la maximización del beneficio, mejorar la imagen social de la firma o incrementar su cuota de mercado a largo plazo a pesar de que los beneficios por unidad de producto disminuyan en el corto plazo. La elasticidad y desplazamiento de las curvas de oferta y demanda, tiene que ver con el comportamiento de los distintos agentes económicos en el mercado. Se trata de poder medir en qué medida cambia la cantidad demandada ante variaciones en el precio de un determinado bien ya que esta relación que hemos fijado como inversa puede variar en intensidad según sea la pendiente de la curva de demanda. En definitiva, la elasticidad de la demanda le permite al empresario saber si, al reducir o aumentar el precio en un determinado porcentaje, el ingreso total aumentará, disminuirá o permanecerá inalterado, por lo tanto se trata de una información esencial. En el caso de la demanda unitaria, ante aumentos en el precio la cantidad demandada disminuye en la misma proporción. En la demanda inelástica, ante incrementos en el precio la cantidad demandada disminuye en menor proporción que el caso anterior, este hecho muestra escasa sensibilidad de la demanda ante cambios en el precio. Estaríamos en el caso de una estructura de mercado con gran ventaja para el oferente, sería la situación del monopolio. En el caso de gran sensibilidad de la demanda, ante cambios en el precio, lo denominamos demanda elástica. Los casos extremos son la demanda perfectamente inelástica, ante cambios en los precios la cantidad demandada no se mueve, el caso del monopolio, y la demanda de elasticidad infinita, cualquier alteración en el precio supone una variación de la cantidad demandada. Esta relación entre la intensidad de la reacción de la demanda de un bien respecto a su precio también la podemos realizar respecto al resto de variables: La relación entre la cantidad demandada del bien X respecto al precio de un bien complementario Y. La relación entre la cantidad demandada del bien X respecto al precio de un bien sustitutivo Y: elasticidad cruzada. La relación entre la cantidad demandada del bien X respecto al nivel de renta. La relación entre la cantidad ofertada y el precio. Mide la respuesta de productores a los cambios de las variables que influyen en su función. Equilibrio del mercado: al converger las preferencias de consumidores y productores en el mercado se pueden producir una serie de hechos: situación de escasez de la demanda; situación de excedente de la oferta; y situación de equilibrio, que es la tendencia de los mercados allí donde se producen los intercambios. Esto es que en la situación de escasez la tendencia es que a través del aumento de los precios se tiende a la zona de equilibrio, los consumidores reducen su demanda como consecuencia de la elevación de los precios y los productores consiguen un aumento en sus ingresos.