SUICIDIO De acuerdo a Álvaro et al. (2010) existen enfoques más sociológicos que consideran el suicidio como una reacción del individuo a las condiciones de su entorno, así como las interacciones sociales. Según Arrivillaga et al. (2003) , el suicidio se ha comprobado la relevancia de los eventos vitales estresantes, como la ruptura de una relación significativa debido a separación, divorcio o muerte, en el desarrollo de la depresión, estos factores de estrés psicosocial relacionados con el duelo son los más influyentes en la aparición del trastorno. La suicidio es conocida como la enfermedad de la tristeza, dentro de ella se encuentra una variedad de emociones negativas que nos abruman, como la pena, la melancolía, el desencanto, la desilusión y la falta de energía o motivación (Rojas, 2011). El comportamiento suicida abarca un continuo que va desde la ideación en sus diversas formas, pasando por amenazas, gestos e intentos, hasta el suicidio en sí. La aparición de cualquiera de estos indicadores (ideas, amenazas, gestos o intentos) debe ser vista como un signo de alto riesgo en la persona que los manifiesta (Pérez, 1999).