Filosofía del Derecho 1 ¿Qué es la filosofía? La filosofía en problemas y los problemas de la filosofía. La filosofía es el ejercicio del pensamiento humano en función de una realidad absoluta. La filosofía es una disciplina que ha existido desde tiempos antiguos y ha ayudado a los seres humanos a reflexionar sobre el mundo que les rodea, así como sobre cuestiones fundamentales de la existencia. Es un campo del conocimiento que busca respuestas a preguntas fundamentales sobre el ser humano y el universo en el que habita. A través de la reflexión y la argumentación, la filosofía intenta comprender la naturaleza de la realidad y el lugar del ser humano en ella. La filosofía es un producto, una obra del hacer humano. Es una función, tanto del individuo como de la sociedad ya que se halla ínsita en la estructura humana y toda actividad tiende a llegar a la reflexión filosófica. Es por consiguiente un producto y resultado racional: sin un amor probado a la verdad no puede haber filosofía, pero sin un adiestramiento denodado de la razón, tampoco. Esto nos permite concluir que la filosofía, más que un saber es una disciplina, constituye una "disposición", un "emplazamiento. del investigador frente a la realidad, y no es sino esta postura la que constituye la esencia fundamental de la realidad filosófica. 1.1 La problemática de la filosofía en cuanto a su objeto, a su método y a sus proposiciones. 1.2 Parentescos de la filosofía con el arte, la ciencia, la religión y el derecho. La filosofía podemos decir que tiene como parentesco con el arte, la ciencia, la religión y el derecho el poder ayudar a mejor entender al mundo, conocer al hombre y la existencia de este hombre en el mundo. La filosofía se basa en la argumentación racional y el análisis crítico, buscando comprender la realidad a través de la lógica y el pensamiento sistemático. La religión, en cambio, se fundamenta en la fe y en la revelación divina, proporcionando un marco de creencias y prácticas que dan sentido a la vida de las personas desde una perspectiva espiritual. La ciencia se enfoca en el método empírico y la observación sistemática para obtener conocimientos verificables y reproducibles sobre el mundo natural. El arte nos dice Hegel es manifestación de lo verdadero exterior del espíritu (no al modo de la naturaleza, sino del espíritu del hombre que pone en lo sensible la idea de lo bello logrando la coincidencia de forma y contenido). El Derecho es el conjunto de normas que regulan las conductas de las personas en una sociedad. Con respecto a la religión, la filosofía tiene de parentesco con esta en que ambas abordan cuestiones fundamentales sobre la existencia, el sentido de la vida, la moralidad y el conocimiento, aunque desde enfoques y métodos diferentes. La filosofía es la capacidad natural del hombre para conocer la verdad y en la religión esta el aspecto de la revelación. A lo largo de la historia muchas figuras como santo Tomas de Aquino, se han servido de la filosofía para mejor explicar el aspecto religioso. Con respecto al arte tanto el arte como la filosofía son formas de explorar y comprender el mundo y la experiencia humana, y ambos pueden ser utilizados como medios para expresar ideas y cuestionar los valores y creencias de una sociedad. Con respecto a la ciencia La relación entre filosofía y ciencia ha sido objeto de debate a lo largo de la historia. Mientras que la filosofía se centra en la reflexión crítica sobre las preguntas fundamentales que rodean la existencia, el conocimiento y la moral, la ciencia busca respuestas a través de la observación y la experimentación. Desde Aristóteles y los pensadores árabes medievales, encontramos una gran cantidad de filósofos que colaboraron al avance de las ciencias. Sin duda la filosofía tratará temas tanto metafísicos como éticos que pueden servir a la ciencia para un actuar más correcto y eficaz. La relación entre filosofía y derecho es una interacción rica y necesaria que ofrece una comprensión más profunda del papel del derecho en la sociedad. A medida que los desafíos éticos y sociales continúan evolucionando, es fundamental que ambas disciplinas trabajen juntas para promover una justicia más equitativa y un marco legal que refleje los valores de la sociedad contemporánea. Un enfoque interdisciplinario no solo enriquecerá el pensamiento crítico en ambos campos, sino que también contribuirá a un desarrollo legal más consciente y socialmente responsable. La filosofía del derecho 2.1 La problemática de esta filosofía reproducida escala en la filosofía del derecho. FILOSOFÍA. ¿En qué consiste la filosofía del derecho? La filosofía del derecho, como toda filosofía general, es o constituye una reflexión sobre las cosas, sobre el mundo, sobre lo que nos circunscribe y nos tipifica como seres humanos. La filosofía no está ajena al pensamiento del humano, y solamente se hace filosofía con relación a las personas físicas que pueden pensar, razonar, criticar, elucubrar e idealizar. Al hablar de la filosofía del derecho, nos circunscribe nuestro objeto a lo que consideramos que es el objeto de la ciencia del derecho. Relación entre Filosofía del Derecho y Derecho: I. Ambas son un conjunto de reglas de conductas. II. Ambas estudian como regulan el comportamiento del hombre en la sociedad (esta es la relación entre el Derecho y la Filosofía del Derecho propiamente) Diferencias: I. En el derecho las reglas son de cumplimiento obligatorio o forzoso. II. En la filosofía las reglas se cumplen de forma voluntaria o natural. III. Las normas del derecho son de carácter jurídico y las originan los legisladores. IV. Las normas o reglas conductuales en la Filosofía del Derecho son voluntarias o naturales dadas por los filósofos o por las herramientas que nos han dejado como tributo. 2.2 Los temas de la filosofía del derecho. 2.1.1 Las opiniones del Del Vecchio, Radbruch, Kelsen, Bobbio y Ross Del Vecchio: Del Vecchio que la F. Del Derecho es la parte de la filosofía que se ocupa del Derecho y tiene que dar una definición lógica del Derecho explicar el concepto del Derecho y sus caracteres esenciales. 2. - la filosofía del Derecho tiene que ocuparse de establecer una relación del Derecho con otros conceptos próximos, como la coactividad, el poder político, la religión, y otros hechos sociales y 3.- realizar una ontología del Derecho estudiar los factores que están en la genealogía del Derecho Bobbio. Las posiciones básicas que según Norberto Bobbio ha adoptado el positivismo jurídico son: a) Como acercamiento sociológico al estudio del derecho b) Como teoría del derecho c) Como ideología del derecho Los defensores del derecho positivo consideran que no existe otro derecho que el que es observado de manera efectiva en una sociedad, en determinada época, por otro lado, consideran que es incorrecto que se pretenda conceptuar al Derecho Natural como contrapuesto al Derecho Positivo, porque el primero no puede considerarse siquiera como derecho. Por lo tanto el ius positivismo, puede ser entendido como la doctrina o corriente del pensamiento jurídico que comprende el conjunto de teorías y métodos que pretenden explicar el derecho, en cuanto a sus definición, creación, desarrollo, aplicación, interpretación y sistematización a través de la existencia de las normas jurídicas, que son creados por decisión del hombre, las cueles rigen en un ligar y tempo determinado, por lo que su eficacia y validez dependen de lo establecido en la propia norma. Kelsen: Kelsen es perfectamente coherente con los presupuestos normativistas al rechazar como ideológico el dualismo entre derecho objetivo y derecho subjetivo, es decir, la idea de un derecho subjetivo previo e independiente del derecho objetivo, y reducir el derecho subjetivo a simple efecto de la norma en el sujeto. El derecho subjetivo no es otra cosa que "la norma jurídica -o sea, el derecho objetivo en cuanto que se pone a disposición de un sujeto para exigir el cumplimiento del deber jurídico de otro sujeto". Esto significa que el derecho subjetivo no es sin más lo que Nino interpreta: el derecho que equivale a la ausencia de prohibición de una accion14. Para Kelsen, el derecho subjetivo es el «reflejo del deber jurídico de los de más», es decir, es la facultad atribuida a un sujeto por una norma jurídica, de exigir a otro sujeto el cumplimiento del deber impuesto a este sujeto por la misma norma jurídica. Una misma norma impone un deber a un sujeto y concede a otro la capacidad de intervenir activamente en la reclamación del cumplimiento de ese deber por dicho sujeto. No basta la ausencia de prohibición, ni la existencia de una norma meramente permisiva, para que se dé el derecho subjetivo, y tampoco basta, en el fondo, la presencia de la sola norma potestativa. Hace falta que exista una norma obligatoria sobre otro sujeto, porque el derecho subjetivo no consiste, en realidad, en la facultad de llevar a cabo la acción no prohibida, permitida o encomendada, sino en reclamar lo exigido nominativamente a otro sujeto, es decir, en tomar parte en la eficacia de la norma sobre este otro sujeto. Hans Kelsen: (1881-1973) fue un jurista y filósofo austríaco de origen judío. Kelsen llevó adelante un estudio de las bases teóricas de los diversos sistemas jurídicos y concluyó que ninguna ley es «natural», sino que las leyes provienen de otras leyes, las cuales tienen su origen en lo que Kelsen llamó norma trascendental, es decir, una «hipótesis filosófica fundamental», sobre la cual se basa la validez del derecho. ALF ROSS : Considera al derecho como algo que consiste parcialmente en fenómenos jurídicos y parcialmente en normas jurídicas en correlación mutua. Observando al derecho como funciona en la sociedad nos encontramos con un gran número de acciones humanas que son interpretadas como un todo coherente de significado y motivación por medio de normas jurídicas que configuran un esquema de interpretación. Este esquema de interpretación que configuran las normas jurídicas sirve no solo para la comprensión de los actos, sino para predecirlos dentro de ciertos límites. Esta tarea de predicción corresponde que sea desempeñada por la ciencia del derecho, los juristas que se preocupan de describir el derecho vigente pueden predecir cuáles normas serán utilizadas por los jueces para dirimir los conflictos. La determinación del derecho vigente a través de la aplicación de las normas a casos concretos es tarea judicial; la predicción de las normas que van a ser utilizadas por los jueces es tarea de la ciencia del derecho. 2.1.2 La filosofía del derecho y la cuestión de definición de derecho. ¿Es posible una descripción del derecho? La palabra derecho significa ante todo lo que es «recto» y éticamente hablando, es aquello que se considera «correcto»; por extensión, se entiende también como «aquello que está conforme a la regla». Cuando hablamos de un «hombre derecho», entendemos que se trata de una persona de bien, honrada; en nuestra materia, cuando nos referimos a un juez recto, la idea la asociamos con un juez justo, firme, íntegro. “La filosofía del Derecho es una parte de la filosofía que se ocupa de un objeto cultural que es el Derecho” La filosofía del derecho, ya se la considere como una rama de filosofía general o como el preludio y el postulado de la ciencia del derecho -como creemos nosotros-, tendrá como objeto de su reflexión especulativa el mismo derecho que preocupa al científico del derecho, pero variará en el investigador su "emplazamiento" respecto de esa misma juridicidad, que aquí, en cuanto filosofía. se exhibirá en su desnuda e integral presencia. desprovista de toda contingencia histórica. 2.1.3 Una conclusión: derecho, ciencia, teoría general del derecho, y filosofía del derecho. “La filosofía del Derecho es una parte de la filosofía que se ocupa de un objeto cultural que es el Derecho. Se diferencia de la ciencia del Derecho, habitualmente se diferencia por el ámbito de investigación del que se ocupa, la ciencia jurídica se ocuparía de los aspectos particulares considerados aisladamente, sin sus relaciones entre ellos. Del Derecho y la filosofía Derecho de lo general y comunes a cualquier sistema jurídico. La crítica de razón pura está pensada en latín, algo que se sabe ahora, aunque esté escrita en alemán, Kant conoce el latín, y se da cuenta de que querer conocer el Derecho plantea dos preguntas que son diferentes, pero traducidas del latín significan lo mismo “¿Qué es Derecho?" ¿quid ius? / quid iuris?, qué es derecho en general, ¿quid ius?, mientras la segunda, ¿quid iuris?, al ser iuris genitivo, la palabra iuris tiene un valor partitivo, mientras que ius tiene un valor general, iuris, es particular, es Derecho aquí y ahora, que puede ser distinto al Derecho anterior o de otro lugar. Kant incluye la distinción entre la Ciencia del Derecho y la filosofía del Derecho porque aunque se preguntan por lo mismo, tienen un objeto de estudio distinto, (como se vio al ver la escuela de exégesis, y posteriores, la Ciencia del Derecho se preocupa de un Derecho concreto, de un sistema jurídico) mientras que la filosofía del Derecho se ocupa del Derecho de forma global, a pesar del éxito de esta distinción de Kant, plantea los siguientes problemas: Excluye otros modos del conocimiento del Derecho (solo asume el científico y filosófico) como puede ser el conocimiento que aporta la sociología, (no existía en XVIII), también cabe un estudio histórico Se pueden entender como conocimiento complementario el científico y filosófico, no separados, se pueden dar unidos, no hay dos respuestas diferentes, sino que toda manifestación del Derecho es una manifestación del Derecho en general, aunque todos los libros incluyen esta distinción. La filosofía del Derecho es una ontología jurídica, por lo tanto, tendría que explicar las características presentes en cualquier sistema jurídico se da. Para la filosofía del Derecho, desde esta perspectiva, por abarates históricos por los que se elabora una ley, se considera irrelevantes, la filosofía del Derecho no se ocuparía de las causas contingentes que introducen cambios en la legislación, se ocuparía exclusivamente de aquellos factores comunes e invariables en cualquier manifestación del Derecho, independientemente mente de los condicionantes, factores cuales accidentales Por otra parte, la filosofía del Derecho no tendría interés el método para determinar el Derecho que es diferente en unos países que, en otros, cambiando en función de cada sistema, la importancia de la ley o la costumbre. La filosofía del Derecho se ocupa de las características comunes a cualquier método del Derecho y estudia los criterios generales que permiten enjuiciar el contenido de cualquier Derecho. 3. Aproximación al concepto de justicia. 3.1 Ideas corrientes acerca de la justicia. Platón y la justicia como virtud 3.2 La justicia como moralidad pública. Distinción entre justo y bueno. El concepto de “lo bueno y lo justo” ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Para los antiguos filósofos griegos los temas centrales de la ética son la forja del carácter, mediante la adquisición de las virtudes, y el logro de la felicidad, que es el bien al que todos tendemos. 4. Tipología básica de las teorías de la justicia. 4.1 Teoría cognoscitivistas y no cognoscitivistas. El cognitivismo es la opinión de que las oraciones éticas expresan proposiciones y, por tanto, pueden ser verdaderas o falsas (es decir, son aptas para la verdad). Así, los juicios morales son capaces de ser objetivamente verdaderos, porque describen alguna característica del mundo. Una proposición en Epistemología es, a grandes rasgos, una afirmación o una oración declarativa (por oposición a una oración interrogativa, exclamativa o imperativa). Así, un enunciado ético que es una proposición válida (por ejemplo, «María es una buena persona») puede tener valores de verdad, y se puede decir de él «eso es verdadero» o «eso es falso». Dos personas pueden estar en desacuerdo sobre su verdad o falsedad, pero tiene al menos capacidad de verdad. El punto de vista opuesto es el del no cognitivismo, según el cual los enunciados morales carecen de valor de verdad y no afirman proposiciones. 4.2 Teorías deontológicas y teleológicas. Teorías deontológicas: La ética deontológica se concentra en las acciones y en las normas. Los sistemas éticos deontológicos giran en torno a un conjunto de reglas, que pueden diferir de un sistema a otro. Por ejemplo, la teoría del Mandato Divino expone que una acción es correcta si Dios declaró que es correcta; en este ejemplo, Dios, u otra deidad, establece las reglas y sólo las acciones que cumplen con esos mandatos son morales. Ten en cuenta que esta teoría no se detiene en la intención, los deseos y las consecuencias de las acciones en cuestión. El enfoque deontológico no se basa exclusivamente en un fundamento religioso. Otros sistemas deontológicos tienen sus bases en el principio de la no agresión, el cual afirma que no hay justificación moral para usar la fuerza a fin de agredir a otro ser humano. Este principio se opone a la violencia física y a la coerción política como el sistema fiscal o la restricción de libertad de expresión. Los libertarios deontológicos, como Murray Rothbard, abogaron por este concepto. Enfoque teleológico: La teleología no se centra en las acciones propiamente dichas o en cómo respetan el sistema de normas. La ética teleológica, consecuencialismo, se preocupa por el efecto final. La esencia de todas las formas de la ética teleológica fue definida excepcionalmente por el fundador del utilitarismo, Jeremy Bentham: "el máximo bienestar para el máximo número". En consecuencia, el impacto de la sociedad como un todo es lo que determina la moral. Este enfoque difiere de la deontología, ya que no se basa en un conjunto de reglas muy estrictas; las acciones pueden ser morales o inmorales según las circunstancias. Principales del debate contemporáneo sobre la justicia 5.1. Liberalismo libertario e igualitario. La historia de la libertad encuentra en el filósofo escoses Jhon Locke, uno de sus pensadores más importantes, en una época en la cual se sostenía que los monarcas derivaban su soberanía de Dios. Locke refutó dicho principio y sostuvo la idea de que los hombres eran libres e iguales entre sí, que existían ciertos “derechos naturales”, que todos los seres humanos poseían solo por el hecho de serlo, y que los gobernantes debían estar al servicio de su pueblo y respetar los derechos de los ciudadanos. 5.2. Comunitrismo Este pensamiento sociopolítico surge como alternativa ante la teoría del liberalismo, enarbolada por Rawls. Su génesis, esencia y fundamentos se basan en fortalecer, preservar y fomentar la herencia cultural y tradicional de las comunidades. Consolidar los valores morales, derechos colectivos y el bienestar común de los individuos como protagonistas de la vida en comunidad, constituye una de las premisas fundamentales de esta tendencia. Desarrollar un enfoque que perpetúe la cultura ancestral y originaria de los pueblos, es uno de los propósitos y méritos que se le atribuyen a esta. 5.3 Republicanismo. Esta corriente del pensamiento se refiere a un sistema político que protege la libertad y especialmente se fundamenta en el derecho, en la ley como expresión de la voluntad soberana del pueblo y a la que no puede sustraerse nunca un gobierno legítimo. Incluso el republicanismo aparece unido al comunitarismo en su crítica al pensamiento liberal, a partir de razones comunes, esto es, de la forma similar en que miran muchos de los problemas más importantes de nuestras sociedades. 6. Principales teorías contemporáneas de la justicia 6.1. La justicia como título: Robert Nozick. La teoría del título válido constituye uno de los ejes de la teoría de la justicia de Robert Nozick La teoría de la justicia de Robert Nozick se basa en el principio de la justicia de adquisición inicial y la justicia de transferencia voluntaria. Según Nozick, la justicia consiste en respetar los derechos individuales de propiedad y no interferir con las transacciones voluntarias entre personas. Esto implica que cualquier distribución inicial justa de recursos, que no haya sido obtenida de manera injusta, es legítima, incluso si conduce a desigualdades económicas. Nozick también argumenta que cualquier redistribución forzada de recursos viola los derechos individuales y es injusta. Su teoría defiende la primacía de la libertad individual y la propiedad privada. 6.2. La justicia como eficiencia. Richard Posner. La Justicia como eficiencia de Richard Posner. Concepto que podemos entender vinculado al concepto de equidad, la ley trate igual a los iguales, y desigual a los que no son iguales. Es así como, a grandes rasgos, esta postura teórica propone: “La eficiencia es una de las condiciones clave para alcanzar un resultado exitoso en cualquier actividad, por ejemplo, para alcanzar los fines del Estado, por ello, si entendimos que eficiencia es un medio útil para alcanzar otros objetivos y valores, la norma jurídica será eficiente si las personas o grupos de personas que mejoran pueden compensar a aquellos que empeoran. La justicia la encontramos en la decisión del juez, pues éste, trata de promover en sus decisiones la eficiencia económica y la maximización de la riqueza como objetivo de la política legal y social. 6.3. La justicia como contrato: John Rawls. Una teoría de la justicia es una obra de filosofía política y ética de John Rawls, en la que el autor intenta resolver el problema de la justicia distributiva (la distribución socialmente justa de los bienes en una sociedad) utilizando una variante del dispositivo familiar del contrato social. A la teoría resultante se le conoce como “La justicia como equidad”, de la cual Rawls deriva sus dos principios de justicia. En conjunto, dictan que la sociedad debe estructurarse de manera que se otorgue la mayor libertad posible a sus integrantes, limitada únicamente por la noción de que la libertad de un miembro no infringirá la de ningún otro miembro. En segundo lugar, las desigualdades, ya sean sociales o económicas, sólo deben permitirse si los peores resultados van a estar mejor de lo que podrían estar bajo una distribución equitativa. Por último, si existe una desigualdad tan beneficiosa, esta desigualdad no debería dificultar que quienes no tienen recursos ocupen puestos de poder, por ejemplo, cargos públicos. Rawls aboga por una reconciliación de principios de libertad e igualdad que se pretende aplicar a la estructura básica de una sociedad bien ordenada. En este esfuerzo es fundamental dar cuenta de las circunstancias de la justicia, inspiradas en David Hume, y una situación de elección justa para las partes que enfrentan tales circunstancias, similar a algunas de las opiniones de Immanuel Kant. Se buscan principios de justicia para orientar la conducta de las partes. Se reconoce que estos partidos enfrentan escasez moderada, y no son naturalmente altruistas ni puramente egoístas. Tienen fines que buscan avanzar, pero prefieren adelantarlos a través de la cooperación con otros en términos mutuamente aceptables. Rawls ofrece un modelo de situación de elección justa (la posición original con su velo de ignorancia) dentro de la cual las partes elegirían hipotéticamente principios de justicia mutuamente aceptables. Bajo tales limitaciones, Rawls cree que los partidos encontrarían especialmente atractivos sus principios de justicia favorecidos, ganando alternativas variadas, entre ellas las cuentas utilitarias y libertarias de derecha. ) RAWLS ubica su teoría de la justicia en la tradición de la teoría del contrato social qué se remonta a Locke, Rousseau y Kant. La idea directriz es que los principios de la justicia son el objeto de un acuerdo original. Así tenemos que imaginar que aquellos que se entregan a la cooperación social eligen, en un acto conjunto, los principios que han de asignar los derechos y deberes básicos y determinar la división de los beneficios sociales. En el diseño de un contrato social, un grupo de personas tiene que decidir de una vez y para siempre lo que para ellas significará lo justo o injusto y los principios que eligen "habrán de regular toda la crítica y reforma subsecuente de las instituciones". En este sentido el contrato original parecería una especie de contrato jurídico. Sin embargo, para Rawls, el acuerdo original no se trata de un verdadero contrato histórico, sino de un hipotético, ya que su validez no depende de términos que en realidad no hayan acordado, sino de la idea de que hubieran sido acordados bajo las condiciones hipotéticas requeridas. De hecho, el contrato social hipotético es incluso más ficticio que la mayoría. En su "Teoría de la Justicia” deriva dos principios de justicia, que considera dotados de la propia incondicionalidad del imperativo categórico kantiano. Primero: "Cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más extenso de libertades básicas que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los demás ". Segundo: "Las desigualdades sociales y económicas habrán de ser conformadas de modo tal que a la vez que: a) se espere razonablemente que sean ventajosas para todos, b) se vinculen a empleos asequibles para todos". Dichas desigualdades se reconocen sólo a condición de producir ventajas para todos, particularmente para los más necesitados. 6.4. La justicia como derechos: Ronald Dworkin Dworkin sostiene que el derecho no es simplemente un conjunto de reglas establecidas por el estado, sino que es una construcción basada en valores morales y políticos. Según Dworkin, el derecho se basa en los siguientes principios: Principio de igualdad: Todos los individuos deben ser tratados de forma equitativa y justa, independientemente de su origen, status o riqueza. Principio de equidad: El derecho debe buscar la distribución justa de los bienes y servicios en la sociedad. Principio de justicia: El derecho debe ser justo y no arbitrario, y las decisiones deben basarse en fundamentos éticos y no solo en la ley. Estos principios son la base de la teoría de Dworkin sobre el derecho y son fundamentales para entender su enfoque filosófico. DWORKIN muchos de los críticos de Rawls no están de acuerdo en que hombres y mujeres colocados en la situación original fueran a elegir inevitablemente esos dos principios de justicia. Encuentra Dworkin, que aun admitiendo que un grupo realmente efectuará un contrato y conviniera que las disputas serán dirimidas de una determinada manera, la razón de la existencia del contrato es un fuerte argumento para exigir el cumplimiento a quienes han pactado. Sucede, según su opinión, que un contrato hipotético no es un contrato, y por ende no puede servir de base ni fundamento a una teoría que se elabore a partir de él, sino únicamente a través de él. Sostiene Dworkin qué cualquier teoría política que justifique el uso y el manejo del concepto de contrato social debe asumir la forma particular de una teoría deontológica, es decir, una teoría que se tome los “derechos en serio” para hacer de ellos algo fundamental en la moralidad política 6.5. La justicia como democracia: Jurgen Habermas. Para Habermas, la convivencia en una sociedad democrática no se basa simplemente en la tolerancia pasiva, sino en la participación y el compromiso con el diálogo. La convivencia social depende de algo más que de acuerdos implícitos o normas impuestas. Él propone que una sociedad verdaderamente democrática debe construirse sobre la base de una “comunicación racional”. En este sentido, la convivencia no solo es el resultado de seguir leyes o regulaciones, sino de un proceso constante de diálogo donde los ciudadanos, mediante el uso de la razón, puedan construir juntos acuerdos y decisiones. Este proceso de diálogo debe estar libre de coerción y ser inclusivo, permitiendo la participación de todos los individuos afectados por las decisiones que se tomen. Este proceso democrático se basa en el “poder comunicativo”, que surge cuando los individuos se involucran en una conversación genuina y abierta para llegar a consensos. Así, la convivencia se convierte en un proyecto colectivo, donde las decisiones se toman no desde una posición de poder, sino a partir de una deliberación racional y equitativa. 6.6. La justicia como solidaridad: Richard Rorty. Rorty rechaza toda concepción filosófica tradicional del concepto de solidaridad, puesto que no concibe la solidaridad como un componente antropológico esencial, gracias a la cual alguien pueda ser considerado humano con pleno sentido, mientras que quien carezca de esta cualidad esencial, pueda ser llamado inhumano. La respuesta de Rorty a la pregunta de por qué los seres humanos “debemos experimentar un sentimiento de solidaridad con todos los demás seres humanos” es que “nuestro sentimiento de solidaridad se fortalece cuando se considera que aquel con el que expresamos ser solidarios es ‘uno de nosotros’, giro en el que ‘nosotros’ significa algo más restringido y local que la raza humana” (Rorty, 1989: 208-209). En consecuencia, lo decisivo en esta concepción de la solidaridad no es la posible disputa sobre léxicos últimos sino la capacidad de cada cual de preguntar al otro si sufre, la capacidad personal de expresar “la duda acerca de la sensibilidad que se tiene al dolor y la humillación de los otros, la duda acerca de si los ordenamientos institucionales actuales son aptos para hacer frente a ese dolor y a esa humillación, y curiosidad por las alternativas posibles” La solidaridad humana es comprendida como un sentimiento que es incompatible con la universalidad (sea de tipo religiosa o secular); se trata de un léxico último, el cual, al ser histórico y contingente, no remite a presupuestos filosóficos ni requiere de ninguna fundamentación filosófica última, por lo que, dado el caso, no hay ningún problema en que sea utilizado como un “poderoso elemento retórico” 7. A modo de conclusión: ¿Es posible una justicia universal en un mundo plural? Responder a esta pregunta es algo difícil ya que cuando se usa la expresión por ejemplo de justicia es pensar que todos coinciden en el contenido de este término, olvidando que, según en cada territorio se parte de concepciones distintas, aunque haya muchas en común. Se trata de un hecho innegable la existencia de regionalismos, no se puede olvidar que justicia no es más que un concepto jurídico y que ha sufrido a lo largo del tiempo una evolución, no es igual la justicia como se entendía en la Edad media como en el siglo XXI, aunque muchas cosas básicas actuales sigan siendo las mismas. Hay esfuerzos a nivel jurídico, político, económico a nivel mundial como la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para establecer bases comunes que permitan confiar en un sistema común y respetuoso que permita, a su vez, confiar en un sistema que estudie, enjuicie y ejecute sus resoluciones en base a esa confianza y poder otorgados. ¿Pero desde que perspectiva entenderse una justicia global? La identificación con la justicia al estilo de la cultura occidental no siempre ha sido una ayuda para la difusión de esta. Y ello porque aceptar el punto de vista siempre occidental supone excluir ciertas culturas diferentes. Las diferentes y plurales formas culturales de acercarse al mundo con el objetivo de explicarlo, interpretarlo, y, en su caso, transformarlo no tienen por qué asumirla la forma occidental de reacción frente a su propio entorno de relaciones. Por poner un ejemplo ¿cómo entender la justicia de una sociedad laica como la occidental con respecto a las sociedades islámicas? Aunque formalmente pueda haber una aceptación de la justicia del mundo occidental con el islámico, si sus normas colisionan con exégesis seculares de la Ley (Sharía) islámica, se acepten o no formalmente, en realidad no se aplican. Conservar el carácter islámico, garantizar la religión en la vida pública y supeditar los derechos fundamentales a las enseñanzas del Corán, en el Estado musulmán cara a su aceptación ciudadana, es una forma de justicia primera para los musulmanes. Por ello, desde el mundo islámico la insistencia de Occidente no se ve con buenos ojos, su percepción tiene un punto de vista diferente, y, en consecuencia, no hay más que un contexto occidental de disputa por el poder de nominar y dominar el mundo. Se ha criticado también el individualismo en la concepción occidental dede justicia, que muchas veces es mantener la opinión de que son los demás los que están equivocados y que deben plegarse a su concepto de derecho y justicia, que a la vez es negar lo evidente y continuar en un camino encallado que no conduce al consenso. La única manera de encontrar puntos en común es a partir del consenso. Comprender que nos encontramos, no ante la idea nuestra de derecho y justicia partiendo de su construcción y desarrollo tal y como lo conocemos, sino una nueva construcción que ampare todos los pensamientos de todas las culturas. Por todo ello, a día de hoy no podemos decir que pueda en este siglo XXI existir una justicia global para enjuiciar materia de derechos humanos y justicia , faltando acuerdo en el concepto común y su efectividad, pero no por ello podemos dejar de lograr acuerdos parciales que se encaminen hacia la misma, estableciendo niveles mínimos de dignidad de una persona basados en el reconocimiento mutuo y respetuoso para lograr el consenso y luchando para que se pueda ir ampliando el marco de acción y protección en todos los ámbitos donde esté en juego la dignidad humana. Bibliografía Liberalismo: John Rawls, Una teoría de la justicia (1971) y Liberalismo político (1993) (una respuesta a una crítica comunitaria, juzgada como demasiado comunitaria por algunos liberales incondicionales, como Brian Barry). Comunitarismo: Michael Walzer, Esferas de Justicia (1983). Amengual, J. (1992), “La solidaridad según Jürgen Habermas”, en Cuadernos Salamantinos de Filosofía 19, 221-239. “La filosofía del Derecho en perspectiva histórica”. PÉREZ LUÑO, Antonio Emilio. Secretariado de Publicaciones. Universidad de Sevilla. 2009. Aristóteles (2003). Ética a Nicómaco. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales HEGEL, G. W. F. Fenomenología Del Espíritu. Edición Bilingüe De Antonio Gómez Ramos. Madrid Abada UAM, 2010 Diccionario Real Academia Española (CD-ROM Versión 2.0), Madrid, 1998.