Subido por Maribel Toledo

El Ojo de la Mujer: Poesía de Gioconda Belli

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GIOCONDA BELLI
1
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EL OJO DE
LA MUJER
Prólogo de José Coronel Urtecho
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2&JUh0 1999
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VISOR MADRID 1995
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I DE LA C O L L E C C I ~ N
VISOR DE POES~A
EL OJO DE
LA MUJER
2. edici6n 1995
3" edición 1997
O Gioconda BeUi
O VISOR LIBROS
lsaac Pexal, 18 - 280 15 Madrid
ISBN: 84-7522-29 1-9
Depósito Legal: M- 16409-1997
hnpreso en Espaüa - Piírited in Spaiti
Gráficas Muriel. C/ Biihigas, s/n. Getafe (Madiid)
..
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.
ENTRADA A LA PoES~ADE GIOCONDA BELLI
Giocoiida Belli ocupa ya un lugar visible en la poesía de Nicaragua. l'or la inisma razón -de ser inás conocida- lo ocuparía
cii la de América, coino lo ocupará, no cabe duda, cuando se la
conozca. A i i i i ver, por lo ineiios, ticiie ya asegurado su sitio eii
I;I pocsí:~(le la Iciigiin cspahola.
Con inás o inenos esplendor, ese proceso se Iia 1-epetidono
pocas veces en la poesía nicaragüeiise desde Rubéii. Alguna vez
Iie escrito que los poetas iiicaragüeiises -coino también los de
los otros países de 1-Iispanoamérica- adquirieron en y por Rubéii no sólo su verdadera libertad americana, sino también conciencia de su universalidad. Desde entonces la mayoría de los
poetas nicaragiieiises pasaron del nivel provinciano al universal.
Muclias voces de iiiconfiindiblc acento iiicaragüeiise eiiipezaron a oírse eii cl áiiibito de la poesía de la lengua. En Espaíia y
eii Cuba, y otro países, se,lian editado aiitologías de poesía nicaragüense y cada vez. Iiay más poeinas de poetas iiicaragiieiises
eii las antologías generales de la poesía Iiispaiioainericaiia. Muchos de esos poemas haii sido en otras lenguas. Sus traductores
Iiaii sido a vcccs poetas bici1 coiiocidos cii sus Iciigiias respcctivas y los poeiiias iiicaragiierises traducidos por ellos Iiaii aparccido cii alguiias dc las piiblicacioiies iiortcaiiicricai~asy curopens
inás prestigiadas y exigeiitcs. Tliornas Mcrtoii tradujo poeinas
de Alfoiiso Cortds, coino taiiibi6ii de P:iblo Antoiiio Cuadra y
liriicsto Cnrdcii;il. Ésrc taiiibi6n Iia sido ti.;idticido al iiig16s por
el notable poeta iiorteainericaiio Keiinetli Rextrotli, que tanta
iiifliieiicia tiivo Iiace algiiiios aiios en la poesía jovcii de la costa
del I'acífico. Sus traducciones de poesía nicaragücnsc, igual que
Directions,
las de Merton, se publicaron en el anuario de NEW
de Nueva Yorlc, donde se suele11 acoger las novedades más inte-
resantes y las nuevas tendencias de la literatura mundial conteinporánea. Por lo deinás, como se sabe, Ernesto Cardenal,
quizá el iiiás conocido de los actuales poetas de Latinoamérica -más de lo que en su tiempo lo fue Rubéii-, se ha traducido a casi todas las lenguas ciiropeis. Hoy Nicaragua es coiiocida cii casi todo el iiiuiido sólo por sus poetas. Auiiqiie apenas
se sabe dónde está este país, hoy se puedeti leer o escucliar por
la radio pocinas iiicaragiienscs, no solaiiieiite eii ruso siiio timbiéii en finlatidés. Pero quizá cl poema nicaragüense inás traducido y publicado en casi todos los idiomas y países Iiaya sido La
tierra es un satdite de la lz6na, del poeta guerrillero Leonel Rugama, muerto en Managua en un asalto de la Guardia Nacional a
la casa donde él se liallaba en coinpañía de otros jóvenes del
Frente Sandiiiista. Su poema n o s61o salió eii la contraportada
de tina revista de iiiforiiiacióii católica de I);iris, qtie se publica
en varias lenguas, sino que se tradujo y reprodujo en perióclicos
y revistas de casi todas partes y hasta lo vi citado entero dentro del texto de un artículo sobre la situación latinoamericana
en el semanario Commonwealtll,, de Nueva Yorlc. Donde menos
se aprecia y se corioce la poesía nicaragüense es, por lo visto, en
Nicaragua. Su difusión en el extranjero debiera al menos indicarnos que la poesfa nicaragüense es ya una realidad. Aunque algunos le quieran quitar importancia al heclio como tal,
no solamente es ya iitia realidad inás o ineiios clasificable coino
nicaragüense -con elementos y características específicaineiite nicaragüenses dentro de la poesía americana de la lengua
espafiola y de la Iiispánica en general-, sino quizá tainbién
una continuidad y hasta una especie de tradición que con notables ramificaciones y contramarchas, a fin de cuentas viene de
Rubén.
Lo significativo es que la continuidad de la poesía nicaragüense, desde Rubén hasta los jóvenes que por prirnera vez han
visto aparecer algunos de sus poemas en los úlciinos números
de La Prensa Literaria, más que nada consiste en la continuidad
de la novedad. No se debe olvidar que Rubén fue sobre todo el
I
gran renovador y el gran maestro de la novedad en la poesía de
la lengua. Especinlinente en csto Rubéii demostró ser de Nicaragua y representó coiiio iiingiiiio la plenitud de lo riicaragüciise. Probablemente por la riqueza del mestizaje en Nicaragua, lo
quc caracteriza en prinier tfrinino a lo iiicaragüeiisc cs qiiiz:i su
varicclad y sii cap:icidml dc variedad, qiic cii la ~iocskisc iii:iiiifiesta corno coritiiiua novedad. Aunque hacerlo sería sin duda
iiitcrcs;intc, iio calx :iqiii ii1ostr;ir dóii<lc cst;i lo iiic:ir:igiiciisc y
la coiitiiiiiidad y la iiovcdacl eiila ~iocsiade Nicaragua. Sólo
pretendo situar cii ella la de Giocoiida Bclli. Su poesía iio sólo
es una novedad, coino se dice de lo que gusta extraordiiiariaincnte, siiio adeinás una de las miicstras o maiiifcstacioiics o,
coino Iitibieran dicho en tiempos dc Rubén, de las epifanías de
la novcdad cn la poesía del país. No solamciitc dc iiiia iiovcdad
~ n s ~ j c tquc
a , Iioy es iiiieva y mañana deja <lescrlo. l'cro I;i iiovedad de la poesía de Gioconda Bclli es pcrinaneiitc. I'ara mi
está impregnada, o mejor diclio, pariicipa dc la csciicial y crcriia novedad de la poesía misiiia, nueva en todos los tienipos y
cuyo tiempo existe dentro y fiiera del tiempo o en la totalidad
del tiempo. Pero la novedad de la poesía de la joven Gioconda
debe taiiibiéii iiiirarse como iiii Iieclio importaiitc y sobre todo
coino parte de un hcclio iinport;iiitc cii el actual proceso o desarrollo de la poesía nicaragiieiisc. Dcsde un piiiito de vista sociológico y ciiltiir:il, o siiiiplciiiciitc Iiistórico, cl Iicclio ;i qiic
me refiero probablemente es en Nicaragua la mayor novedad.
Auiiquc no puedo más que iiidicarlo de paso, dos cosas ine parecen especialmente significativas a propósito de esto: el que
donde primero se manifieste sea en la poesía -que es la voz
más auténtica de lo nicaragüense- y que quizá por eso inismo
pase inadvertido para la mayoría del país, cada día más sordo a
su voz más profunda y por lo tanto más desconectada de su
propia profundidad. Ya es innegable que por lo menos en las
últiiiias décadas -especialinentc desde inediados de los aíios
treinta- a la par del llamado progreso material henios venido
progresando en superficialidad y frivplidad. Aiiiique más bien
dcbiera ser lo contrario -puesto que vitaliiieiite al menos la
tnujcr cs de suyo más Profunda que el Iioinbre- la supcrficialidad y la frivolidad cn la vida iiicaragüeiise, se Iiaceti seiitir iiiás
a ú n , si cabe, en las iiiujcrcs que en los hombres. Desde Rubéri y
])ni- Riilitii. la ci~ri.iriitccoiitrai.i:i -cii Nicaragiia por 1 0 iiictios- sólo Ii;i csistiJo cii la pocsía. S610 cii pocsía ha Iiabido
ciitre iiosorros profundidad y seriedad. Lo que la gente más so~>crficialy csciicialmeiire frívola con aparieiicia de seriedad ticiir pi-ccis:iiiici~tc
por jiicgri (> ]"ir v ~ ~ i i c i i C
" .L I : I I 110
I~O
1)or I O C ~ I i.;i -1>0rquc rIi~ciiv;iiiiciitccs lúclico y no ii~ilit:irio-,
rcsiili:i
ser, cii i-c:ilid;id, lo único serio. I'cro, a no ser por la poesía, leti<?iiaqiic Iirly sólo ciiiiciidcii los poctas y los j6vciics -qiic cii
cierro modo son lo iiiisn~o-, las otras foriiias de la cultura y de
la vid:i cii Nicarag~iaIiaii sido despojadas de contenido vcrdadci-o, siti que Iiastn aquí aparczc;i tiada q ~ i cpiicda sustitiiirlo. Si
Nic:xraglia desapareciera, no quedaría tiiis que su poesía.
Ilimpoco puedo aquí dcs;irrollar esas obscrvacioncs, pcro eii
ese coiitexto podcinos apreciar la importancia del heclio a que
iiie he referido y deseo expoiicr, antes de concretarme a la poesía de Gioconda Belli. Eii cualquier caso cs innegable que cualquiera que sea la importancia o significado dcl acoiitecimieiito,
la tnás reciente novedad y, Si se piensa en sus posibles coiiseciieiicias fc~turas,la mayor novedad de los últimos aiíos Iia sido
cl hecho de que las mujcres se Iiaii puesto a la cabcza de la pocsia nicaragiieiise. No, desde luego, que antes no liubicraii lieclio versos y aun escrito poesía. Eii Nicaragua Iia Iiabido, sin
(liid:i, puctis;is. Llos o rrcs, scgúii crcii. vcril:idci.:is pnct:is. I'cro
cll:is iiiisiiias accplal>aiiser I1aiii:id:is poetisas y eso bastaba p:ii-a
iii:iiitciicr iiii:i iii:ii.c:i<l:icliTci-ciicia ciiirc los Iioiiibrcs y las iiiiijc: l ~ i ~ i ~
1,:i~ il,l : l ~ : i ~]><IcI~s:I,
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I'CS y CiiirC' 1;lh <Ir~ I i I l C Sy I:IS
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:I I;is iii:ís gi-;iii<lcs~>oci.is
del i i i i i i i c l r ~ , iiiiiic:i clcj;il~:iclc
iciicr iiii:i ligci.:i iiiililic;icilíii clc iiiiiiovi~l.i~l
y ; I I I I I (Ic vcl;icl;i i~ilbrioriclad cii algiiiios aspectos. A ~ i n q ~ siii
i c Jiicla esto se dcl>c :i
que la lengua cs por sii origen predoiriiriaiiteiiiciite iiiasculiiia,
de todos modos es consecuencia de la ininemotial subordiiia-
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1
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ción de la mujer al Iiornbre y de su coiisiguieiite inferioridad
social y cultural. No es casual, por lo tanto, que desde los comienzos de la actiial revolución poética de la inujer nicaragüetise -que eii cierto modo corresponde al nioviinieiito de libera
cióti feinciiiii:~qiie Iiay cii otros paíscs-- In palabra pocrisa sc
Iiaya vuelto tabú. Ya es tabú, por lo nieiios, eiitre los del oficio.
A ini ver esto iinplica el aparecimiento de una nueva y distinta
conciencia femeiiina, que en Nicaragua -como es propio de
sil gciiio proTiiii<lo- ticiidc a encontrar al iiiciior sil priiiici.;~y
qui,l.;i con el tiempo su m6s alta expresióii eii el Iciiglinje [le la
pocsía. La verdad es que eiitre iiosorros, eii los últiiiios anos, las
tiiiijcrcs se Iiaii colocado, por lo iiiciios cii eso, a la par dc los
hoinbres. Media docena de inujercs jóvenes se encuetitraii ya,
no cabe diida, en la priiiiera fila de la poesía iiicaragiieiise. Coi1
los inejorcs jóveiies poctas de las últimas gcneracioiies, liali revelado, en iii~osciiaiitos pequeños inanojos de siis poemas -de
v a en cuaiido aparecidos en La Prerzsa Litewria o en sus fugaces revistas de m i n o r í a , que a su propia manera continúan la
marcha y sin mayores altibajos mantienen el nivel de los más
celebrados poctas nicaragüeiises posteriores a Rubén. Juiito a
los nombres de esos poetas de todos coiiocidos, pueden ya
inencionarse los de algunas mujeres, como Gioconda Belli.
La novedad no es tanto el núinero de mujeres poctas en los
últiinos años, aunque no deja desde lucgo de ser sorprendente
y, coino digo, revelador. En esa década, al parecer, son tantas ya
las jóveiies poetas como los jóvencs poetas lo fueron en la anterior. ÚIiiiii:iiiic~i~c,
scgilii creo, con ~ O C : I S C X C C ~ ~ C ~10s
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jóvcICS,
iics poetas qiic se dicron a corioccr eii los anos scsenta, ya empezaban a dar scíiales de cansancio y Iiast:~si no inc ciigaiio, de
:igo~:ii~iiciiio.I:iic ~ i o rex), i:iI v a . (111~
i111~ ~ U ~ i i iii:iyor
c r o y <le
tiiAs c;ilid:id (Icl qiic nrcliii:iri:iiiiciirc siiclc Iiaccrlo cti csos tiioviiiiiciiios, al~:iiidoiiai.oiila pocsh. liii todo c:iso, iiic 1i:irccc q ~ i c
cii las últiiiias pkomocioiies dc poct:is iiicarngiiciises la iiiayoría
soii in~ijcres.Pero tampoco la novedad está en la calidad, aunque la calidad de la poesía de algunas mujeres haya alcanzado
en Nicaragua el más alto nivel. Lo verdaderamente nuevo -si
es que sc puede cstablecer iinn arbitraria separación- no es
tanto lo que aportan por ser ellas poetas, cuanto por ser m~ijeres y cxprcsarlo en sus poeinas. En algiiiia medida, es lo q ~ i c
Iiaii Iicclio siciiiprc I:is iiiiijercs poct;is qiic re;iliiieiiic lo Iiaii sido desde Safo Iiasta hoy. Pero una cosa es, sin eiiibargo, exptcsarsc coiiio iniijcres y otra cxprcsar cii su poesí:i sil iiiisiiia fciiiiiieiclad, tal coiiio ellas la sienten y la viven o la qiiiereii vivir. Ni
que decir que no cs lo inisnio utia poesía de inujcrcs en la Iciigua del Iioinbre y con leyes y reglas impuestas por hombres,
que la poesía de la mujer. Las mujeres poetas que han logrado
sobresalir en la literatura iiiiiversal, desde Safo hasta hoy, son las
que, al menos e n s u poesía, han liberado y revelado de alguna
manera su verdadera femineidad. Lo que hoy nos dicen las
abanderadas de la liberación femenina -tuomen'r lib- de que
la fciniiieidad que conoceinos f ~ i euiia invciicióii del Iioinbre,
iinpuesra a las mujeres por el patriarcalisino doiniiiaiite y maiitenida gracias al machismo o al chauviiiismo masculino -mnle
rhnrrvinism-, puede ser que contenga su parte de verdad. Esto
no quita, sin embargo, que siempreexista, en una forma u otra,
la femineidad. Pero sobre eso no hay acuerdo iii siquiera entre
las iniijercs que sc ticiieii por Iil>crnd:is y es difícil qiic i i i i 110111bre, o las misiiins inujeres, puedan prever las coiisecueiicias de
la Iiasta aquí minoritaria y por siipiicsto relativa liberación de la
niiijei; como tainbiéii la nueva forina o posibles estilos de la fcniineidad futura. Aunqiie las predicciones están sujetas a incalculables probabilidades, yo me incliiio a pensar que, en Nicaragua por lo menos, de ocurrir tales cambios, será mucho más
tarde que en otros países. Quizá eso indica que los cambios serán más profundos y ojalá más humanos. En tal sentido es significativo que, como dije antes, la liberación o revolución de la
inujer nicaragüense haya empezado en la poesía. Es ya bastante,
en todo caso, que todo un coro de mujei-es (laya irrumpido casi
de súbito en ese campo y un buen número de ellas tomado posiciones en primera línea. Vistas así las cosas y aparte, claro, del
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valor poético, lo que más vale eti la poesía de la niiijer nicaragüense es para nií la revclacióti de su femineidad. Cada cual de
la suya. Pero ciitrc todas, al t i i i de cuciiras, la dc la actiial iiiiijcr
iiicnragiieiise, o niás bicii, siinpleniciite l:i actiial fciiiiiicidad de
I;i iiiiijcr cii Nic:ii.;igii:i. 110s c~s:is
Ii:iy, por lo <Iciii:ís, <~iic
s~iclcii
aiidar j~iiitas:rcbclióii y r<:velacióii.liiitre nosotros roda vi;^ piiccIc dccirsc <Ic las iiiiijcrcs qiic I;i qiic se irlicla se rcvcl;~.1.:1 rc,llclióti de la iiiujcr coiistit~iyc,cii efecto, una rcvcl:icii>ii dc sí iiiisina paw ella iiiisiiia y p;ir;i los dciii;is. I)cro, ;isiiiiisiiio. sil
revelación aún coiistitiiye para iiosotros uiia forina de rcbelióii.
La que descubre ante los otros su propia femineidad o, si se
quiere, simplemciite sil intimidad, aún se suele peiisar que comete un acto de rebeldía. En lo cual ya no somos iii siquiera
del aíio 1974, sino más bien pertenecemos a 1774, aunque
más, sin embargo, que en México o Guatemala, en León o Craiiacla, de 13 proviiicia de Niciragita. I'cri~,por siicrtc, los poetas
no solaiiieiite son los que vivcii al día -en todos los sciiiidos- sino además en iiii sentido, también en el iiiañaoa. Y cs
quizá en esto sobre todo que las mujeres, en Nicaragua, han tomado la delantera. Ya es evidente al menos que Iian empezado
por abrir a la poesía nicaragüense un territorio inexplorado ciiyos liiiiiics igiiomiiios.
Eii csc iiiinciiso territorio casi dcscoiiocido, Giocoiida Hclli
se lia rcvcl;i<lo itiarnvillosn exploradora. Fla sido cicrtaiiicntc
Liiia dc las priiiicras ~iicata~üeiises.
cii peiictrar a íLiido cii I;i kniineidad y la primera, estoy seguro, en descubrir con libertad y
sencillez su propia intimidad, por lo que su poesía revela el
asombro, el gozo y la frescura de lo vivido y expresado por primera vez. Representa uiia nueva conciencia gozosa de ser mujer
y no sólo de serlo, sino también de saber cómo y en qué lo es y
sobre todo y por su misina condición de poeta, el gozo de revclarlo. Siendo ella misma y revcláiidolo es como a la vcz o a veces
es simplemente la mujer: toda mujer y toda la iniijer. Auiiqiie
sólo indirectamente lo he referido a ella, lo que he escrito hasta
aquí no tiene más objeto que sugerir su posición en la poesía
iiicaragüense y dentro de ésta en la de la lengua. Pero todo eso,
desde luego, es meramente circunstancial, o mejor dicho, accidental, y no tiene que ver con su poesía como poesía, que en
realidad es única. Sin sefialcs particulares, ni trucos estilísticos,
su poesía no puede ser ni& original, en el se~itidode que al instante se reconoce como suya y no sólo distinta de todo lo deiii;is. Eii Nicaragua, las poetas, igual que los poetas, se distiiigiieti por ser iiicoiifuiidihles entre sí. Pero inás que de foriiia,
sus verdaderas diferencias son de carácter. Cada poeta, desde
luego, vive y crea sil muiido, que en Nicaragua, felizmente, es
el de todos, vivido y creado por él o ella en su propia poesía. Eii
esti. caso en la poesía de Giocoiida Rclli. En todo caso, cii Cst:i,
aunque iio sca, no pueda ser mís quc poesía de Gioconda, iiiás
que cii Gioconda es eii poesía donde cae el acento. Cierto que
sil ~iocskíwt:i Iiccli;i clesdc <;iocoiicl;i 13clli y dc (;ioc«iid;i nclli,
con la inarcria priina dc su scr y su vivir, de tal inaiiera qiic i i i i
~ x > u i istiyo
: ~ LI:ISL:I p a n Iiaccr ver que sil poc"a no sólo es de
cll:i. siiio ella misma. !3 en ese sentido que parodiando lo de
I3i.cil11i.rsc lx~ciríadccir a Ciocoiida: ti1 pocsía eres ríi. Todo lo
qiie rlla es y todo lo q ~ i cvivc, por lo ~iiisiiioqiic lo es y lo vivc
conio poesía, puede Iiacerlo poesía, convertirlo en pocsía y dec
aiiii la sola palacirlo cn pocsín. Para la gciitc a la q ~ i desagrada
bra poesía, porque evoca para ellos algo ajeno a la realidad o
desligado de la vida. liay que advcrtir que para Giocoiida la
pocsía es su vida plenaineiite vivida con un alto voltaje de eiiergía vit:il y iiiia riqueza extraordinaria de lo que Gide Ilainaba
rror~rri~rira
rrrr~st~.er.
I'ero t:iiii~>c~c<i
C I este
~
C:ISO cabe dcslig:ir de
la pocía coiiio vida la poesía como liocsía. En la pocsía de Giocoiidn Rclli, vida y pocski son iiisepai-;iI>lcs,dc donde se origina
< ~ uelc resiilt:iclo, es [lecir el pocina, sea todo poesía. Lo <listiiitiv o de ella cs que sii pocsía es simplcinciite una expresibii -es
clccir, 1111 pocina- de sil vida vividi1 t:ll como ella la vive. No
qiic sil vida sea de suyo pocsí:i, iii todo el licmpo sea s610 poesía -aunque ella pueda a ratos vivirla como tal- siiio que trasladada verbalmente al poema, resulta serlo. Sus poemas, en rea-
lidad, son Iiechos de vivemas, dándole a esa palabra la significación de momentos de vida registrados por un sistema emocional de alta fidelidad, colno evidentemente lo es el suyo. En su
caso no .cabe ni separar, ni confundir vida y poesía. Hay que teiier presente a este propósito que, para el que la vive, la vida es
precisamente lo: que pasa, lo que por su naturaleza es pasajero,
mientras que lapoesía queda para siempre. Es, por lo menos, lo
mejor que en esta vida queda de ella. Por lo que hacer poesía se
ha visto siempre como un intento de dar a nuestra vida una
forma de eternidad. En la poesia de Giocoiida Belli se da un
juego constante' de tiempo y eternidad, porque lo que eteriiiza
es precisamente su propio tiempo. L.eer su 'poesía resulta, por
es?, una manera de coiitemplar y hasta quizii de convivir, en el
momento que se quiera, inomentos de su vida y su mismo vivirlos cii coiitiiiiio presente, no en sii iiiinedinto ncoiitecei; pcio
si proyectados, conio quien dice, cii la pantalla dc su expresión
poetica. Sus naturales y espoiitáiieos procedimientos literarios,
en la iiiedida eii que los emplea, que cs poco hecuei;te, en nada
estorban, sino al contrario, coniliiiican mejor lo vivido o más
I>icii rcviviclo po'r ella cii siis iiiisnios pocni:is. Cccliciido L I I ~poco a la tentación de la pedantería, alguien podría qiiizá decir de
sus poemas que son a su manera wcorrclativos objetosr, con referencia al objetive correhtive de Eliot, que aún conserva su utilidad para indicar la fórmula -el conjuiito de cosas, la situación o la cadena de sucesos- que encierra en sí y evoca en el
lector una emoción o juego de emociones de que un poema se
origina. Paci dccirlcl iiiris sciicillaiiiciire, los Iioeiiias de Giocoiida preseiitarínii cquivaleiicias poéticas exactas <le irioniciitos de
su vida o de vivencias que I:I incitan a sii expresión poética. Pero ino creo que de ese modo pueda aclararse ni& una poesía como la d e Gioconda, que lleva en sí su propia claridad. Para nií
sus pocnias no so11exactainciite ecl~iivalenciaspobticas y mliclio
iiieiios corrcspoiideiicias iiiventa<las o suplidas por su imagiriación -cosa que, sin embargo, no estaría mal- sino, como ya
dije, su vida misma, sus inomentos y sus vivencias, colno por
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arte de magia trasladados, vivos y palpitantes, al plano de la
poesía. No es ya un conjunto imaginado lo que hace veces de lo
vivido y evoca su emoción. Es de su vida misma y de su expresión de doiide nace cada poema de Giocoiida Belli.
I,;i ~>rcguntapor 1" poesí:i -;quC es poesía?- :iiiiiqiie es
cierto que ha sido mil veces respoiidida con Iiimiiiosas defiiiicioiics, no lia habido, ni puede haber una sola respuesta que
abarque todas las realidades catalogadas o catalogables en esa
palabra. Tan poesía es, supongo, la de los indicios chorotegas
coino la de Rubén: sus diferei1ci;is soii miis bicii de valor y dc
grado que de naturaleza. De otra manera no sería propio designarlas con la misma palabra. Si la poesía es algo real -como yo
creo que lo es- no sólo es indefinible, sino en sí misma indescriptible y de suyo inefable. Pero aunque no sabemos cómo lo
sabemos y con frecuencia nos equivocamos, lo que creemos poder decir con iiittiitiva seguridad es que iin verso, una frase, iin
conjunto de pocas o iiiuchas palabras, es o iio poesía. En definitiva sólo podemos afirmar que lo es por el placer incoiifundible que en nosotros produce. Por la poesía, en la realidad, sólo
responde el poema. Más concreto sería, sin embargo, decir como lo hacían las antiguaspreceptivas literarias- que la poesía propiamente dicha sólo se da en el verso. Siempre recuerdo
a este propósito lo que un escritor francés de priiicipios de siglo
contestó, en tina encuesta, a la pregunta jquk es poesía?: Ce
qnón dit en vers. LO que se dice en verso. La respuesta, aunque
irónica, sería al menos clara, si no fuera que Iioy no se sabe ni
siquiera qué es verso. No es que yo vea esto como pérdida, sino
al contrario, como ganancia, pues más aún que de libertarse del
antiguo concepto del verso y de participar en el proceso de formación del verso de mañana, en realidad se trata de percibir y
transmitir, cada uno según su carácter y sensibilidad, el ritmo o
pulso de hoy o la Iíiiea o lavoz o hasta quizá inás propianieiite
la longitud de onda necesaria para comunicarnos de verdad en
la actual dimensión de la poesía. Cada poeta de hoy, si no es
que emplea aún la versificación tradicional -lo que en Ainéri-
ca, por lo iiiciios, es ya niiiy raro-, iio tiene iiiás reinedio quc
descubrir su modo de versificar o su manera de dcstribuir s ~ i s
propios ritinos o intensidades de sonido y movimiento en las líneas o moldes gráficos que inejor correspoiidaii a lo que quiere
coinoiiicar. Giocoiida Belli escribe, :i veces, poc~nasque ;túti
li:icc poco sc 1i:ibri;iii 1l:iiii:ido poeiii:is cii pros:i i~ bicii I>rosciii;is
-como nosotros los denominábaiiios hace más dc treinta
aíios-, :11111~~ue
~ C . I ~ I I I C I I ~~C o r ~ ~ c s ~ ~
:I o
otrii
i i dF<~riil:i
~ ~ i dc VL.IS(I
y no a lo que ha solido eritendcrse por prosa. Por ejciiiplo, el
poei11;i Sici~to~ I I EI J O ~~ I . j ~ í r ~ ~ I u eii
r n l ;realidad csth cotnpiicsto
de un solo verso, o si se quiere de iina sola secuciicia de palabras, con sus correspondieiites pausas o cesuras, que se alarga
sin cortes o cambios de Iíiiea por toda una página, mientras en
Siempreo ficribirteo 10s otros poemas n o distribuidos en líneas
separadas de diferente longitud, puede decirse que cada párrafo
eqiiivale a un verso. Todo este asunto, desde luego, se presta
aún a coiifiisioiics y algiiicii tendrá qiic rcdcfiiiir cii el fiiitir~i
taiito la prosa como el vei-so, qiie actualmeiitr s i encueiitraii eii
rápida transfortnacióii. No se puede igiiorai; sin embargo, q ~ i c
en la poesía actual la prosa, aiiiique esté incorporada al poeiiia
deliberadamente como prosa, hace veces de verso. Basta decir,
por el niotnento, que Iioy se llama verso a todo lo que sirve de
vehículo a la pocsía, o mejor diclio, a los arreglos verbales o l i i i giiísticos de que hasta ahora 110s valciiios p:ira conii111ic:ir I<i
que dcsigiiatiios con el iioiiibre de poesía. Lo cluc yo piciisi) cii
general sobre el verso y la prosa en su actual coyiiiiriii.a y dc sus
perspectivas para el futuro iio es aquí desde l~iegoel 1up;ir de
exponerlo. Ni siquiera pretendo exainitiar, en cuanto tales, los
versos de Gioconda o los medios de que se vale para dar forina
a su poesía. Sólo deseo, con lo dicho, despejar el caiiiitio n la
lectura de ésta. No iiie parece que haya inejor manera de acercarse a tina poesía como la suya, que nos hace participar dircctamcntc eii ella y por lo tnisino compartir su propia rcvel:iciGti.
Sin embargo, no debo pasar adelante sin indicar ligeramente algo sobre el carácter y el movimiento de sus versos cii relación a
la maneta en que clla, al parecer, escribe su poesía y algo también sobre la leiigua en que le da la forma correspondiente,
porque la siente como necesaria. Mejor diría que surge en ella
como de ineludible necesidad. Tanto sus versos como su lengua
prodiicen, por lo mismo, esa constante y a la vez siempre fresca
impresión de absoluta cspoiitaneidnd que es q u i d lo prinicro
eii llamar la atención en la lectura de su poesía. Verso, lengua y
poesía forman en sus poeinas una unidad inseparable en la que
apenas cabe distinguir el verso del moviiniento natural de la
Iciigii:~o I:i Iciigiia de I:i cstriictiira l~;irticul:irclcl vcrso o los dos
del cfccto total de pocinn. Es que el verso y la leiigua y la pocsí:i. cii el pociii:~,soii i i i i ; i sola cosa. 1.21 clc C;iocoii<la cs así iiii:i
~iucsídioiidaniciitccsp«iitánea -qiiicro decir, surgida cspoii~:ític:iiiietitcclc sil pr(ipi:i ~~rnfui~did:i<I,
coiiio el ;ig~i:iclc 1111 IIOzo-- y lo contrario, por coiisiguieiitc, de iiiiprovisndn, artificial
o capricliosa. No es, pucs, cxtraño que sus versos sean, coino sil
Iciig~iny su pocsía, tocalinciite espoiithiicos -aiiiiqiie no ficiIcs- ya qiic responden ciitcrameiite al inovimiciito de sil ineiitc. Eii cstc caso la palabra inciitc no significa sólo sil iiiteligeiici:i, sino cll:i iiiisiiia i:iI coino cs, iiiia ~icrsoii;~
qiic llcva cl
iioiiibrc dc Gioconda Belli, una mujer jovrii y bclla cn sus particulares circunstancias. que es a la vez sujeto de una espoiitánea actividad creativa. Una inujer a quien lo vivido pareciera
dejarle una carga eniotiva que le resultaría quizá irresistible si
iio pudiera a veces darle salida en forina de poeinas. Eti cicrto
modo hace poesía como una bailarina que, poseída por la iníisica. cxprcs:ii.:i cii sii d:iiiz:i I:i ciiioci6ii <lesii ciicrpo. Sc Iiri<lrí:i
dccir qiic siis vcrsos corrcspoiicleii, cii oti-o Lilano,al iiioviiiiiciito o los iiioviinieiitos corporales, a los avances y oiidiilacioncs,
giros, saltos y p:isos de In daiizn y iiiiis q~iiz;ia los gestos y seíiaIcs, 10s ~ J S C Sy co~ii~iascs
dc 10s pies y las mniios en que sc cx. .
~ I . C S : I C I C X I C ~ I < I ~ I T .I:I: I c(>t~11i<x.i6ii
ii~~rl.icir
CIC I ~ I I tiiirjcr
:~
e11 ti.iiiice de creación. I'ero, siguiciido la iirctáfora, la daiiza de sus
versos no cs violenta o frenética, ni en realidad inteiis?, siiio generalmente serena y suave, aun cuando acusa casi siempre una
anterior intensidad. Su poesía parece para ella un descanso y
hasta quizá un alivio. Al lector le transmite una sensación de
apaciguamiento y de gozo colmado. En tal sentido, al menos,
podría aplicársele el conocido dicho de Wordsworth sobre la
poesía como emoción recordada en la tranq~iilidad.Sus versos
rugen y desalnrecen, en todo caso, sin llamar la atención coino
versos dentro del movimiento del poema. Son a manera de onda de diferentes longitudes que sólo llaman brevemente la atención hacia lo que antes se llamaba el foiido del poeina o, regresando a la iiiet.lfosa, Iiacia la inar dc foiido vital y eriiocional
que es lo que eii realidad produce el nioviniieiito de palabras y
vcrsos qiic Ilaiiiniiios poeiiia. I'iicdc <Iccirscqiic sus versos úiiicameiite existen en función de uii iiioviinieiito que culiniiia en
sil cx~~rcsión
y ccoiii~iiiie:icióii.Aiiii iiic atrevo $1 dccir q ~ i csiis
versos eii realidad no cxisten como versos y que a eso deben en
cierto modo su f~iiicionalidadcomo vehículo <-lepoesía. Ella
iiiisrna parcce no darlcs iinportaiicia -salvo, iinturalniciite, la
que le danios, por ejeniplo, a la respiración- y ni siquiera verlos como versos. En la medida cii que los toina eii cuenta y los
pson~iiiciao los cscribe coiiio versos, no cs de crcerse que sean
para ella más que emisiones o trasmisiones de palabras -las
que, por un motivo u otro, coi1 inayor facilidad o sencillez o
mayor carga emocional o seiisorial, deben decirse o escribirse
de una vez- dosificados por el aliento y el pulso o ritmo de su
sangre y su voz, cuando no siinplenieiite por su máquina de escribir. Su música, o mejor dicho, su tipo de música, no es en
ellos prccis:iiiicii~c<loii<lcplicde ciicoiitrnrsc -coi110 ocurría
con los versos castellanos tradicioiiales y con los modernistassiiio que los ciiviiclve y los llcva consigo y está tanto cii el vcrso
coiiio aiitcs y dcsp~iés,porque no cs otra cosa quc cl inovimieiito dcl poema. En su caso, éste nace <lela iiiás Iioiida eiitraíia dc
Iii iiiisiii:~C;ioa>iicl:i.
Por otra parte, en la poesía de Gioconda Belli, tanto los versos como la lengua son además de suyos e incoiifuiidibleniente
suyos, una indudable derivación de la poesía nicaragüense pos-
terior a Rubén. Forman, por consiguiente, parte del proceso el deseiivolvimiento o desarrollo- del verso y la lengua de la
poesía en Nicaragua. No liay que olvidar que el verso es solamente un inolde, visual o auditivo, más o meiios elástico, cii
que depositamos, por así decirlo, el contenido -el seiitido, cl
calor, el color, el sabor- de iiiiestsa lengua para la comunicación dc la pocsía. S610 podeiiios escribir pocsín cii iiliestra propia leiigua o eii otra que liayarnos beclio realineiitc nuestra. Yo,
siti eiiibargo, iio coiiozco iiiiigúii gran poeta qiie lo haya sido a
la vez en dos leiigiias. Los pocos poemas q ~ i chizo Rubéii cii
francés no son siquiera parecidos a los de su poesía en nuestra
lengua. Aunque de haber seguido cscribicndo en inglés, probahleiiieiite habría dado, Salonióii de la Selva, su propia medida
-como se puede presentir eii siis poemas de livpicfil town-,
no cabe duda que su grnti poesía la escribe eii español. Ni qiiC
decir que Maiagall úiiicairieiire cii cava1;iii es M:ii.;ig;ill y Ros;ilía ..., Rosalía solatnente en gallego. Cuanto más grande es un
poeta inás hondamente se identifica con su lengua. Sólo en ella
descubre y establece su propia identidad, que en otra lengua,
desde luego, no sería la misma. Las lenguas tienen, como los
hombres, su personalidad -lo que aún suele llamarse su propio genio- por lo que se distinguen de las otras como los
Iioriibres entre sí. Uii gran poeta en dos lengiias, sería quizá un
caso de doble personalidad. Aun los que hablar1 y escriben dos
o inás lenguas con10 propias, sólo se identifican en realidad si es que pueden hacerlo- con una de ellas. Según parece, los
polígloras lo pueden ser precis~inenteporque no se identifican
con iiiiig~iiiade las Iciiguas que saben. En todo caso, es eii su
lengua donde el poeta es poeta y donde sólo puede realizarse
conio el poeta que es él. Dicho de otra manera, sólo en su lengiia y por su Leiigiin, el ser Iiiiiiiaiio se rediza plenamente coino
Iioiiil>reo iiiujer o siiiipleiilciitc coiiio ser Ii~imaiio,cti el iniiiido de la poesía.
En Nicaragua lo que Iiii Iiabido, desde Rubéii hasta cl prcseiite, iio sólo es iin proceso de iiaturnlizacióii dc la pocki, sino
también y simultáneametite de la lengua de la poesía, con el
objeto de adaptarla a nuestra propia realidad persoiial y riacioiial -o invirtiendo más bien el orden-, naciotial y personal.
El proceso cs sin duda inuy ainplio y complejo para tratar :iq~ii
de resuniirlo eii uiias cuantas frascs. Hay qiie teiicr eii cuciit:i,
sin embargo, que antes de Rubén, aunqiie estaba muy exteiidida I:i afici6ii ;i Ins versos -bastante iii:is, al ~i:irccci;qiir ;iliora- y iiiiiciia gciitc los Ii:icía pira coiiiiiciiioi-ar Ins acoiiteciiiiicntos cspecialcs dc la vida ordinaria, no sr piicde afiriii:ir q ~ i c
haya cxistidocii Nic;iragii:i vci.d:idcra y dircct:~cxpcriciicia de la
poesía. No, por lo meiios, expei-ieiicia creativa y muclio ineiios
de lo qiie hoy -precisamente gracias a la revolución iniciada
por Rubén- se rcconoce corno poesía. No hay qiie olvidar que
esta revolución -qiie no se debc identificar, coiiio generalnientc lo hacen los profesores de litcratura, con sólo el inodcrnisiiio,
y:i qiic lo s~ll~rc~1:i.Y~~
y clil~,:llill~~
C ~ ~l:1t l:ict(i:rl11:1 siclc, cri ,.O<I,,
el ámbito de la Iciigiia, y que l<iib<iiy los iiiodcriiist:is liisl>:iiioainericaiios lo que trajeron sobre todc~fue una nueva cxpcriciicia de la poesía. Ellos y inás que todos el propio Rubéii, es innegable que trajeron o más exactamente renovaron el sentido
de la poesía como experiencia y novedad. Por eso mismo es que
se ha diclio que el aparecimiento de Rubéii en Sudamcrica y
España fue un verdadero despertar. Lo que llamaron moderiiismo y lo que se ha derivado o Iia vciiido tras él -y en Iliicna
parte contra él- en re:ilidad soii sólo aspectos o simlilcmciitc
cambios de tina tiiisina rcvolucióii ocurrida en la lengua y qiie
quizá está lejos todavía de llegar a un cliniax. l'ero Rubéii y los
niodernistas empezaron por elcvar el nivel de la lengua hasta la
altiira de su iiucva cxpericncia de la porsía o, si se cliiicre, de
una poesía que todos ellos experimeiitabari coiiio reciéii recuperada, cii:indo no en cierro modo corno acallada de dc.sciil>rir.
I'or lo dciiiás, In Iciigii:~dc Ili~hCiiCRI. cniiio qiiicii dirc, incI:i I:i
lcngiia. Si no fiicra por el clcscrCdito ;ictii:il dcl ;idjctivi>sc 1x1dría dccir sol~rela leiigiia de R~ilifiiiquc era iiiil>crial. c1, iiidudal~lciiiciitc,tiivo en s ~ tieiiipo
i
lo qiic inirclios critoiiccs Ilaiiia-
ban el imperio de la poesía, que de alguiia manera se extendía
por todo el espacio geográfico y cultural de la lcngua espafiola.
Aunque no fuera más que por eso, la lcrigua de Rubéii era naturalmente la que correspondía a su situación tanto como a su
genio. Taii por encima estaba entonces de lo que se consideraba
la cxperieiicia comúti -el común de la gente decía no entenderlo- como de las diferencias y matices del habla en los distintos pueblos y países de la inisina leiigua. No se trataba tanto
de las li;~labrasvalor?f;adns súlo coiiio piilal>i.:istiiis o iiiciios iiiIIC~ICII<I~CIIICS LIC 511 signifi~:~do.
coi110 t:iinl>ocode c o i i t ~ i ~ ~ o i i e r
la iealiclad poétic:i a la ordinaria, ciiaiitu del liso de la Iciigiia
:11)rtilii3<lnp;u:i un coiiccpto refinado, cstcticista y arist"cráfico
de la 110csía~Idicllcza y la inúsica. l'ero desde Rubéii, o iiiejor
dicho, desde que sus seguidores agotaron lo que podía dar el
~iiudcrnisinoCLI un atnbieiitc como el nuestro, el iiioviiriiciito
Iia sido, coiiio digo, dc iiaturalií.ación de la poesía y dc In Icii~ L I Jusada para coinuiiicarla. Nat~ir:iliiaciótino sólo en el scntido de rnis nacional -y para el caso, más nicaragüeiise- sino
r;iinbién y sobre todo, de más natural. Dcsp~iésde todo, más
iiicai-:igiiciise, por inás iiatiiral. LO malo de esto, siii cnibargo,
es tener quc decirlo y peor aún con insistencia, porque no se es
deliberada o voluntariamente, sitio naturalmente nicaragüeiise.
Como tainpoco deliberada o voluntarianiente, sino natiiralmente natural. La naturalización y la naturalidad fueron, en todo caso, los más visibles resultados de la libertad que para la
pocsíx de la lengua y la leiigua de la poesía cotiquistb liubén,
~ x r oque s6lo cxistib cn Nicaragua cuando los poctas se libcraron del propio Ii~ibCn.No estaría de mis que ese proccso lo iiivestigaran las universidades nicaragüenses, aunque en esta materia tan pronto como intervienen los profesores de literatura,
con sus disecciones y clasificaciones, coinieiiza a decliiiar el
inoviniierito vivo y el deseiivolvimierito natural. Claro quc
sieiiipre lia habido iiiia teiisióii constante y mayor o tiiciior entre lo que piidiéraiiios 1l;iiiiar el rmno ~iobilis-la lciig~iade los
ccii.íciilos, las academias y los libros- y el scrnzo v1rlgnl.i~-la
lengua nuestra de cada día- en casi todos los principales poetas nicaragüenses. Sólo Fernando Silva ha podido hacer uso, en
su poesía como en sus cuentos, de la auténtica lengua popular
nicaragüense sin caer en la afectación de un dialecto regionalista que sólo existe en la imaginación de los que lo simulan, sino
al contrario, manteniendo su inconfiindible calidad poética a la
par del más puro sabor nativo. Carlos Martíriez Rivas es, a mi
ver, el poeta nicaragüense en el que la tensión entre la lengiia
creada por la pocsía y La que iisaiiios ordiii;iriainente eii la coiivcrsacióii se poiic cii jiicgo y sc iiiaiiificsta iiiás cliii.íiiiicaiiiciite,
produciendo los resultados más extraordinarios. Entre los graiides poetas modernos de iiiicstra lengiia, si cs que no iiie cq~iivoco, sólo Vallejo y el -con diferciicias 6undainentales y inuy
distinta orieiitacióii- han logrado con éxito algiiiios cambios
tan interesantes coino prometedows, en la estructura de la lengil? iiiisina. Tainpoco puedo, coino qiiisicri, deteiicrn1e cii csto. De todos inodos es un heclio que, en Nicaragua, el tnovimiento de la lengua de la poesía principalmente ha sido en
dirccción de la que se habla en el país -la que emplean los
poetas cn la conversacióii- sin apartarse, desde luego, de la
poesía como experiencia auténtica. De esa manera y en buena
parte por influencia de la poesía norteamericana d e entonces en
el grupo de poetas nicaragüenses que, desde el aíio 27 al 36,
figuraron en el llamado movimiento de vanguardia y todavía más si cabe en la siguiente generacióii -como se puede,
por ejeinplo, ver en la lengiia de la poesía de Ernesto Cardenal- n lo que se tciidín cspoiit:íiic:iiiiciirc cra a poiicr cii práctica, sin conocer o recordar qiiizá su procedciicia, lo que de
muchos modos repetía Ezra Pound: no decir nada en verso que
no pueda decirse con las mismas palabras o frases en la conversación corriente, en inoineiitos de diferente intensidad emocional. No se trata, por consiguiente -sea diclio eti descargo de
los poctas nicnragüeiises- de lo que Ilainaii patriotisino, otra
palabra de las ni~icliasqiie Iiaii caído cii dcscr6dit0, por dcsigliar el seiitiinietito quizá más degradado, dentro de la degra-
dación actual de casi todo sentimiento. En general se trata,
me parece, de mantener el contacto directo de la vida con la
poesía.
Los dos procesos que Iie scfialado, el del verso y su lengua
cii la poesía de Nicaragiia, no cabe diid;i qiic Iioy ciiliiiiiiiiii, o
por lo liieiios se Iiaceii sentir, en I:i ~ ~ o e s de
í a la mujer nicaragüciisc y dc niodo l,articul:ir, o tids hicii pcrsi~ii:tl, cii I:i clc
Giocoiida Belli. Por eso Iie dicho que, cti el orden de adaptación a iiiicstra propia realidad, estii primero lo iincioiial q ~ i clo
personal. De igual inaiicra que solainente cii nuestra propia
lengua podemos dar con toda
nuestra propia poesía,
sólo cii el marco dc lo nacional se da con toda pkiiitud Lo personal. La verdadera personalidad puede considerarse como una
persorialización de la nacionalidad. También en tal sentido es
que soinos de nuestra leiigua, o mejor dicho, en nuestra lengua,
tanto o más que en la tierra o simplemente de la tierra donde
tenemos nuestras raices. Es en su leiigiia, por cotisiguieiitc,
donde Giocoiida Belli puede ser, como lo es cn efecto, pleiiamente ella riiisina. Auiique es uii hecho que la lengua natural y
corriente que usa Giocoiida en su poesía, ya cii cierto modo cstaba preparada por el proceso de naturalización -en sil doble
seiitido- de la poesía nicaragütii~se,coiiio lo estaba eii realidad
para todos los jóvciics, iio es inciios cierto qiie por lo iiiis!ii'<i,
Iia podido apropiiirscla siii el iiicnor esfiicizo o Iiastii si11darse
cuciira y Iiaccrla siiyn cii tina Forina ajciia ;i ~od;iiiilliiciicia y
qiic 1115~
bien Ii;ic~!pniciiie sil o~~iginiili~l:i~I.
Qiiicr<~
decir CIIIC,
gracias al proceso de la poesía nicaragüense, la poesía y la lengua de la poesía de Giocoiida, no se deriva11de la poesía o de la
leiigiia de la poesía iiicnragiieiisc, es decir, de la Iciigiia iiatiiral y
corriente de la inisina Gioconda. La verdad es que a difereiicia
de la poesía de casi todos, la de Giocoiida Belli no se deriva de
la poesía sino de la vida y más concretamente de la suya propia.
En realidad tan suya es &I poesía como su lengua y tan suyas las
dos como su vida. Vida-lengua-poesía, poesía-lengua-vida, lengua-poesía-vida, en cualquier orden que se con~biiienlas tres
palabras, forman como una especie de mágico trébol para ponerlo como exlibris en un voluineii de poemas de Giocoiida
Bclli. Eii iodo caso, es por sil ,leiigiin qiic su poesía es su iiiiiiiera
clc rc:iliz;ir sii 1ibcrt:id. Rc;ilizar es clccit vivir y ciiiivivir rii sii
poesía CIC li[>crtii~l.lin ~ i i lseniid<>,(;ioc~iiidii I%clli,sicti<l~>
cII:i
inisiiia eii sil ~ v ( ~ l >1ciigii:i
ia
ci de csc iiiod~isil pocsí:~y vivc <Ic
cIl:1 ~>lcll:llliciiiccoi1 i0'I;l lillcrl:l<l.vivc y '~ollviv<~
511 lillcrl~i'l C i l
sti poesía. Por lo dciiiás, dcs~lcI<iibCii,el iiioviniicriro dc la pocsía cii Nicafiigiia -dcl iiiisiiio iiiodo cluc cii Iiis otros países dc
la lengua- inuestra ese iiiisiiio av;iiice Iiacia la libertad. Esto
no puede más que coiiducir a una mayor autenticidad, porque
la libertad es precisamente lo que Iiace
y al fiii de ciiciiras necesaria, la autenticidad. Lo que Gioconda afirma sieiido
ella misma, es ante todo su libertad y esto la incluye desde luego en la revolución poética que eii Nicaragua existe desde Riibéri, pero 10 más interesante eii esta coyiiiitiira es cotistat:ir
accicii dc ell:i -coiiio i n i o clc Iiaccrl(i- qiic cti I;i Iciigii:i <Ir.sil
poesía, libertad significa no sólo iiatiiralizacióii y naturalidad,
siiio autciiticidad. Por sil deseo, o incjor dicho, por sil nccesidad de autenticidad, la lengua eii que hace su poesía eri casi iiacla se difcrei1ci:i de la leiig~iaeii que vivc, esto es, I;i Iciigiia de sil
vida diiiria, eii la q ~ i cdcjiiría dc setitirsc niit6ntica si no Ii;ihI;ir;i
dc VOS.
(,;/,ll/f/~
c'.SLly<O// 1,OJ
~ I I ; S ~I ~ IW ., , ~
V ,,,II,;I,.C
L I yo,
iizuarlir EL nire gt~erespirds,
tmrrrform~rmren r ~ namor cnl;cizte
p~rrzI / I L P rne JIIL/L:S
y poder eiztlnry salir de vos,
no sólo evadiendo el tíi, capeáiidolo en las conjugaciones, siiio
jugando y conjugando cn foriiia caprichosa, pasando de la grainática escolar a la popular y viceversa, hasta q~iiziiiifliieiiciada
lejana, inadvertidaineiite, por los disa>s y la radio, iisaiido aii-
.
~
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I
i
:
1
~
dás o dejas, según lo pida cl inovimiento natural del verso y
más aún la auténtica naturalidad,
porque ~mracm pscci~aniciitcSLI leiigiia es silya, para poder decir cxactainciite lo que qiiicrc decir y que lo puedan entender
cxacrainciite coiiio lo dice, con palabras usadas igiial que iiiusitarlas, pero sicinprc felices, inesperadas y certeras, coino cuaiido
nos dicc qiie esr;irA ~diliicidaiidoiiiibcs» o abaiidonaiido toda
ciigciicia vcsbal. tieiic el raro valor de escribir la iuás sciicilla y
cspoiir~iicadc I;is cxclamacioiics:
que se parece al estupendo alejaiidrino medieval del Arcipreste
dc Hita:
;Ay Dios, czl<infrrrnosnviene Doña Endrina por la plaza!
Los tres ejemplos anteriores, escogidos al azar, sólo me sirven para siigerir cóino Giocoiida Bclli se apropia de la lciigiia
que hablamos entre nosotros, la hace realmente suya, poiiiéti(Icile coiiio quieii dicc su sello l~crsoiialy la devuelve a la ciscu1;iciiíii cniivcrti~l;~
cii Ii,jcsía. Si se sig~iier:~
la iiietifora, los poeIII:IS clc ( ~ i o c o i i ~1x~~lrí;111
l;~
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~;I~iii~~iic~I:is
i ; ,i r : i r os cl~illcics'le
~iucsí:iciiiiiirlos pnr cIl:i y quc Ilev:iii sil cligie. Aiiiiquc siilioiic
cl ricsgo <le procliicir iiii:i iiiiprcsii>ii cqiiivocada, cs;i cniii~i:ir:icií~iicl:irí;i pic p;ii-;i iiiclic;ir la csciici:il difcrciicia ciitrc pocsía y
cc~~~ioiiii:~.
o 111:ísci~iici.ci:iiiiciiic,ciiirc cl v;ilor podticii y cl ccnii<jiiiico,que Iioy iio siílii sc cxcl~i~cii
o aiiulaii iii~itii;iiiiciitc,sino peor "ú", e11 cicr~os<:asos ticiidcii iiiás bicii a conhiiidirse.
Esto, claro, nos metería en otra larga disgresión. Pero llegados a
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1i
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este punto, vuelve a cerrarse el círculo, se vuelve, se quiera o
no, a dcsembocar en la poesía -en este caso en la poesía de
Gioconda Belli- de la que no hay otra salida que la misma
poesía y la poesía inisma es quizá todavía una de las salidas de
iiiiestro propio encierro. En este caso, por lo menos, no hay
iufis salida qiie la entrada a la poesía de Giocoiida Belli.
Thoi-eau decía que sólo e" poesía podía hablarse de poesía,
que vicnc a ser lo mismo que decir qiie sólo la poesía puede hablar de sí inisnia. Esto no cs propianiente decir, coino 16 hacía11
los devotos de la poesía pura, que la poesía no puede hablar
más que de la poesía. Me parece que la poesía, como hasta aquí
lo ha hecho, de todo puede hablar y de todas maneras -aun las
aún tenidas por no poéticas- ya que cs lo que es porque lo que
dice de la tnaiiera eii que lo dice es la pocsía. Pero de la poesía
coino tal, sólo me queda repetir lo inismo que ya dije, que es
no sólo iiiefable, sino en sí riiisma in<lescriptiblc. Describir o
clasificar o siiriplcmente señalar los elementos y los iii~todos
empleados cri los poemas en sacarlos del ámbito dc la misma
poesía y despojarlos de su sentido o carácter poético. A la poesía no se llcga sino por el poema y en el inistno poema, porque
sólo es en él donde sus elementos, relaciones y movimientos
cxisteii coino poesía. Pero la poesía no solaineiite cii sí inisma,
ni tampoco la de cualquier poeta en particular y ni siqiiiera la
poesía de un solo poema, se puede definir o analizar como poesía y aun describirla es descubrir otra cosa distinta de la poesía
misma. En realidad lo que los críticos, los p1-ofesores y aún los
filósofos dicen acerca de ella, lo dice11 siempre de otra cosa que
iio cs ella inisiiia o qiie iio es ~~rccisaineiite
I:i poesia (Ic I;i ~iocsí;i. liii tal sciiri<lo, al iiiciios, cs cierto lo de 'I'lioscaii, qiic de
poesia iio puede Iiabl~rscsino cii pocsia, porque lo qiie dsrn
liucdc clccir dc si iiiisiiia lo dicc siiiiplciiiciitc siciido coiiio es.
1;ii Nic;ii.;igii;i. siii ciiihargo, a I>cs;irclcl ciiil~criopor eil>rcs;irsc
111 iii;is pusiil>c cii la Iciigua dc todos, poco sc eiitictidc lo qiic
dicc la pocsía y casi nada la pocsía de lo qiic h t a dice y del cómo lo dice. Sería inútil, por lo tanto, y por añadidura fatuo,
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de entrar en la poesía de Gioconda Belli, a no ser a la Par
de sus otros lectores, es decir, simplemente, por la lectura de
sus poemas. L~ lectura de un poema -mucho más rara entre
cierta
de loqiie suele imaginarse, cuando no, en algún
caso,sccren o vergoll~ntitc- y m" aíiii de un libro de poesía,
suele iiidicar algiina forin;i de gusto por'clla y aLiil<lLii vcccs
iio P3S3 dCsiin,Ile ciiriosidad, iio es iiiiprobahle q ~ i cconduzcn a
lilia cxperielicia aiitciitica 'ic 1;i pocsía coiii« t:il. Los cllic Icciii
este libro de poenlas de Gioconda Belli y no logren el iiiinediato conocimieiilo, la cxpcriericia direcra de 10 que es poesía, q""
pierdan la esperaliza -1mcirrtr ogni speranza- de llegar a
POSDATA
/osé Comnel Urtecho
Las Brisas, febrero de 1974'
(
PorcLztn 1983. Eiitce la feclia tic ln ~>iiblicaciói~
del pl.iiiicr ~ i l , ~ ( ,
de ~ ~ ~ a n a sGiocoiid;~
clc
Ilclli, S o h 1 , ~ ~ l u ( i1 974)
~ r ~ y~ I ; ~1' :'
csta posdata (1983), ha succditlo nada niciios que el acoiitcciinierito capital, irrcpctiblc, irrcvcrsil~lc,de I:I Iiisloria de ~ i ~ ; ~ ~ : ~
gua: la revolución. La Revolucióii Popular Saiidinista.
La auroral, primaveral y corporal poesía de Gioconda Be&
era más que un anuncio, un adelanto, una especie de previo
florecimiento poético de la revolución, como de otra maiiera,
en otra dimensión, lo era también la sangre de la guerrilla sall.
dinista en la montaña y la de la guerrilla urbana en la propia
Managua. Gioconda misma y su poesía, que no son dos sino
una sola cosa, era ya parre de la materia prima de la revoliición.
Porque ya hacía muclio tiempo, mejor diría, siglos, que la revolución ardía en las entrañas del pueblo nicaragüense, pero hasta
hacía poco, hasta quizá poco después del último terremoto de
Managua, es que empezó la revolución a dar signos de vida eii
el alma y cl cucrpo de las mujeres del país. Siis rn<iiiifestaciotics
empezaron en todos los campos, cn todas o casi todas las acrividades feineniiias, ya que cii el fiiiido sc trataba del gran intivimiento mundial de la liberación de la mujer, q ~ i cen Nicnraglia
proiito desembocaría y rti cierto modo se coiifiiiidiríii, si11 por
eso perder'su identidad, con la revoluciúii político social del
Frente Sandinista. I,a de la mujer nicaragiiense era despiiés de
todo iina revolucióii de la pocsía y el amor, o del amor y la poesía, que en la mujer inás que en el hombre son uiia misma cosa,
como lo cran tambidii, a su propio iiivel, ciitrc las saiidiiiistas y
los sandinistas dc la clandestinidad. Una poesía de ainoi- abicr10, ciiando no hermético, pero auténtico, trémulo, vivo, que
pasaha coino una corriente de vida, como
!
electricidad, de la
31
f
-
~p
--
rarnc a la lengua, del cuerpo al habla; q ~ i ccs, en cfccto, cuino
ciiipezó a pasar en mujeres poetas, coino Ana Ilse y Gioconda
Bclli, dos persoiias tan diferentes casi opuestas, pero insupcrables.
Mientras Ana Ilse, la intensa y contenida morena, se diría
que extrae, con excruciaiite necesidad, de la médula de sus huesos, la deliciosa concreción poética de su más íntima experieiicia femenina. Gioconda Belli como que exuda por todos sus
poros la poesía vital, viva, carnal que llena toda su humanidad
y que iiattiralmente brota de su piel, coniocl sudor del cuerpo
de una muchacha quc corre desnuda en la costa del mar.
Ambas insuperables poetas de Nicaragua, junto con tres o
cuatro más de su generación, no sólo fueron pioneras o precursoras de la iiiejor poesía revolucioiiaria y por lo inismo de la
mismare~olución,sino además desde la victoria del 19 dc julio
de 1979 son también las que más y mejor han cultivado la poesía, las que la han hccho florecer con más frescura y abundancia
y deliciosidad, contribityendo con ese aporte maravilloso a la
belleza y la riqueza y la fascinación del proyecto, el proceso, el
hccho revolucionario, a la realidad revolucionaria, con tanta o
i r i s intimidad y rclcvaticia que los viejos o nuevos poetas del
otro sexo, con más autonomía y libertad y más independencia
de los tabús, tapujos y tapojos del pasado colonial y burgués.
Esto lo digo especialmente de Gioconda Belli. En Nicaragua,
entre las mujeres, hay por lo menos media docena de poetas exccpcionalcs, tan buenas como las mejores de cualquier parte.
I~I:iytan liiiciias poci:is corno I>~iciios
poctns. Eiitrc cllas, coino
citti-c cllíls, gi.aii~lcsp0ct;is.
I < I I ~ ) & I I 1 ):ii-¡u, I~r11cst11
(~:irclcii;tl,C;irlos M:trtIiic~,I<iv:ts, crC(.ICI.;I,
~ I C ~ ~CLC<~CI:I,
C I ~ I , t<~diiuna larga lista dc poclas, IioiiiIii-cs y itiiijcrcs, qtic se ptic<lccsiii-ar y ciicr>g;crsrgítii cl gtisto y
10s ~wcjiiiciosde Ins cada vcz 1114s iitiiiicn,sos Icctorcs y oyciitcs
dc pocsía de Nicaragti;~,cii Nicar:igti:i y fiicra <le Nic;ii.;igti;i; y
eii esa lista, ciitre los primeros, a la par de los iiiejores, está Gioconda Belli. Su pocsía, inmediata, itnica, inconfundible, una de
las iiiis Iicllas y iiattiralcs voccs dc la i-cvolucióii iiicaragiiciisc y
por lo niisnio dc la rcvolucióii de la mujer riicaragücnse, que no
son dos revoluciones sitio una sola revoliicióii, tios seduce, 110s
iiidtice y nos coiiduce a vivirla, hacerla nuestra, apropiáriiosla,
intcriorizarla y experiinetitarla entre nosotros, es decir, en nosotros y dentro de nosotros. Así nos pasa, veo, con todas las que
leemos en nuestra propia lengua, tan suya en ella, como también seguramente a los que sólo pueden leerla en otras lenguas
a las que ha sido traducida. Su inequívoco acento, su realidad
vivida, <lirectanictite traiisinitida, cuando ha sido realmente
captada, no se p~iedcperder ni cii otro idiotna. Leyciido una
vez más a Giocoiida Bclli, coino acostuinbro hacerlo, ine dati
ganas de compararla, o por mejor decir, de ponerla a la par, iio
sólo de las mejores poetas actiialcs del inundo, sitio de todas las
grandcs iii~ijercspoetas quc Iiaii existido desde Safo.
Uno al menos se siciire tentado a decir de Gioconda Belli
que está ciitre las grandes poetas -bueno, digamos «poetisas»
por las que antes sufrían o todavía aceptan ser así llamadas-,
que es una de las grandes poetas eróticas de todos los tiempos.
De las pocas mujeres que han Iieclio franca y sincera poesía de
aiiior.
Erotisino y amor están iiiextricableincnte cotijiigados en sus
poemas, en casi todos ellos, con todas las setisacioiies y sentiinietitos de placer y dolor, de angustias y goces, alegrías y penas, que siempre les acotnpañaii, y que sólo podemos saber cómo son en los textos de su poesía. Para clasificarlos nada más,
cti toda sir coinplcjid:td y siitiliz:~,u11 pro~csortciidrl;~qiic cscribir i i i i libro.
Algtiict~iiic dijo ti11 <lí:i, 1111 si11citvi<li:i,cliic yo Iinhia cliclio
clc Giocoiicl:~ Dclli, C:ioc«ii<la dc AiiiCrica. Eii realidad, ptidc
Ii;tl>cr<liclioGiocoii<l:i<Icl iiiuii~io.
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Y DIOS ME HIZO MUJER
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Y dios me Iiizo inojci;
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dc pclo largo,
ojos,
ii;~rizy h«c:i de ii~~ijcr.
Coii curvas
y ~)lic~~ics
y sLl~l\,esll~lll<loll;l~l~ls
y iiir c;i\,d por dcirtiri,
iiic Iiizo i i i i rallcr dc seres Iii~iii:iii~>s.
Tcjiú Jclicadaiiieiicc inis iiervios
y balaiiccó con cuidado
el iitímero de iiiis Iiorinonas.
Compuso ini saiigre
y iiic iiiycctó coi1 ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
tiacieron así las ideas,
los sueños,
el itistinto.
Todo lo que creó suaveineiite
a iiiarrillnzos de sopli<los
y raladrazos de anior,
las iiiil y uiia cosas qiie iiie haccii iiiujcr todos los días
por las que ine levanto orgullosa
todas las inafianas
y bciidigo iiii sexo.
1
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37
1.'
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ESTOY DESEANDO
SOY LLENA DE GOZO
'
l~'
1-;
I~
1;
I~
1
,:
11
Estoy dcscaiido cxplotnic~11110v~li11:l < l C ill~lli,lcll~
para darle iiiis seiiiillas al vieiito.
Soy Ileiia de gozo,
llena <levida,
cargada de energías
como un animal joven y contento.
Imantada ini sangre con la naturaleza,
sintiendo el llaniado del monte
para correr coino venado desenfrenadaineiite,
sobando el aire,
o andar desnuda por las cañadas
untada de grama y flores machacadas
o de lodo,
que Dios y el Hombre me permitieran volver
a mi estado primitivo,
al salvajismo delicioso y puro,
sin iiialicia,
al barro, a la costilla,
al amor de la Iioja de parra, del cuero,
del cordero a tuto,
al iiistiiito.
Perdernie por 10s montes
embriagándome
de aire
de flores
borracha de primavera
de amor
de deseos
haciendo nacer árboles,
vida,
desperdigándonie por el mundo
eii gritos de gozo,
en crujidos de ramas,
ser una con la tierra
en un árbol espeso.
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38
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sc Iia vuclto tronco
METAMORFOSIS
1.a cilrctl:i~lcr:i
se iiie esti saliciido
por 13s orcj:is.
Mis ojos c Ii:i~icoiivcrtido
eii pistilos inovibles
y ~ i i boca
i
está repleta
[le flows iiioradas.
Miciitr;is c:iiiiiiio
sigo Ileiiaiido de Iiojas
la casa.
Mis raiiias cstorbaii cii cl cuarto,
sigo enred5iidome en todo;
ya mi nariz
también se ha puesto verde
y mis olores Iiaii caiiibiado,
tropiezo con los mucblcs
y iiiis picrii:is están roiiipiciido
10s I:idrillos,
buscando la ticrra,
ciircdiiidoiiic.
Mi pclo ya no nic deja iiiovcrine,
csti al>i.:iz:idoa 1;)s ~>:irc<lcs,
los hrnzos se Iiaii Ii~iiidi~lo
s6lo iiic qucdaii los dcdos
mientras ini cuerpo
Con mis dedos
rne toco toda
re-coiiociéiidoiiie
entre las Iiojas
y las rainitas
y las florcs que Ilciiari ini 1,oca
y Iiaii teíiido triis dientes.
Me icpaxui niis cledos
y su contacto es abono
para tnis raiiias que crece11
y ya por fin,
después de miiclio resistir,
se Iiaii rendido las ~naiios
y están saliendo p~iyitas
de las unas.
Mi boca llena de flores moradiras
Iia cuajado mi cuerpo
y estoy enredadera,
metaiiiorfoseada,
espinosa,
sola,
lieclia iiaturaleza.
SIENTO QUE VOY ALEJANDOME
(1;
Siento quc ine voy alejando, que voy saliéiidonie poco a
poco, de esta realidad de 1:is inafi:iiias y las tardes y voy
eiitraiido a un mundo que estoy coiistruyéndome con mis
deseos y iiiis aiisicdadcs y todas las cosas rcpritiiid:~~
qiie
empiezan a querer salírseme y que me etiipujaii, casi sin
darme cuenta en la incertidumbre, allí donde deberé
quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que
tendré que asumir toda la responsabilidad del haberme
dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua y pan y
leche y que Iiay algo i d s que tios rodea, que está en la
atiiibsfera, que 110spersigue y espera para ciivolveriios en
esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y
acercarla a los demás pero que, al contrario, nos aleja, nos
Iiace sentirnos irreales, diferentes, como que acabáramos
de nacer a un miiiido que no conocimos hasta entonces o
conio que Iiiibi6semos llegado de la estrella iiiás cercana
o de la mds lejaiia y estamos abiertos totalmente a las
Iiojas, al ruido, sintieiido derramarse la vida, sintieiido que
110s acercamos a esa, la verdadera realidad, aunque todos
crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.
SIEMPRE
Sieiiipre esta sciisaci6n de inquietud. Dc csperar iiids.
Hoy son las riiariposas y rnafiaiia scri la tristcza
iiiexplicable, el abiirritnieiito o la actividad deseiifreiiadn
por :irreglar este o aqlicl cuarto, por cosci; por ir acluí i,
allá a liacer mandados, mientras trato de tapar el Universo
con un dedo, liacer ini felicidad con ingredientes de
receta de cocina, cliupándome los dedos a ratos y a ratos
sintiendo que nunca podré llenarme, que soy uii barril sin
fondo, sabiendo que riio me conformaré i;~iiica. pero
biiscaiido abs~iirlainciitecoiiforiii:~rii~c
iiiiciiti.as ini
c~ici-1")y iiii iiieiitc sc abren, sc cxticiidcii coiiio pol.<is
infinitos donde anida una mujer que hubiera deseado ser
pájaro, mar, estrella, vientre profundo dando a luz
... y ando reventando
Universos, iiovas 1-elucie~ites
palomitas de maíz en el cerebro, blancas iiiotitas de
algodóii, ráfagas dc pociiias q ~ i ciiic iisaltaii todo el dí:~y
Iiaccii que quiera inflarme conio globo para llcnnr cl
inundo, la Naturaleza, para einpaparine en todo y cst:ii- cii
todas partes, vivieiido una y inil vidas diferciitcs...
Más lic de recol-dar que estoy aquí y que seguir6
aiilielaiido, ag.irraiido pizq~iitasde claridad, Iiacieiido yo
misma mi vestido de sol, de luna, el vestido verde-color
de tiempo con el qiie Iie sofiado vivir alguna vez eii Veiitis.
Y...
ESCRIBIRTE
Escribir, escribirte, dibujarte. Llenarte el pelo de todas las
pdlahi-as detenidas, colgadas en el aire, en el tiempo, eii
aquella niiia llena de floirs ainarillas del cortés cuya
bcllcza iiie pone los pelos de punta cuando vciigo bajando
sola, 1)or la c;iri-etcra, ~>ciisandn.Dcfiiiir el iiiistcrio, el
moriiciito prcciso dcl descubritnieiito, ci amo&esta
sensacidii de aire cniiiprimido dentro del cuerpo curvo, la
explosiva Felicidad que iiic saca las lágrimas y me colorea
los ojos, la piel, los dientes, rnieiitras voy volviéiidome
flor, enredadera, castillo, poema, entre tus inaiios que ine
acarician y ine van deshojando, sacándome las palabras,
volteándonie de adentro para afuera, chorreaildo mi
pasado, iiii infancia de recuerdos felices, de sueños, de
inar reventando contra los años, cada vez más hermoso y
iiiás grande, más grande y más Iicrmoso.
Cómo puedo agarrar la ilusión, emptiíiarla en la inano y
so1i:íriel:i cii la ciii-a cniiio una paloma feliz que salie1.a a
dcsciihi-ir I;i tierra clcspii6s del diluvio; dcscubrirle Iiast;i
cn los reflejos inSs ignorados, irtc absorbiciido
Icritaiiiciitc, coiiio 1111 scc:iiitc, 1>cr<li6iidoiiic,
perd??iidoiios los dos, cii la iiiaíia~iaeii la que Iiiciiiios cl
aiiior coi1 todo cl sueño, cl 0101-, el sudor de la iioclic
s:il:i<l;i cii iiucsrros c~icrpos,iriir;íii~lotioscl : i i i i ~ ,
cliorrc:iiidolo cii cl piso cii gixiidcs ol;is iiiiiiciisas,
hiicciii~lncii cl : i i i i n ~ ; duc1r:í~idoiii)scoi1 el ;iiirnr qire iiiis
sobia.
Y va naciendo
el pretexto para decir tu nombre
en la iioclie remojada,
tierna y Iiúincda
conio la flor d c grandes ojos abiertos
y pétalos palpitantes
en la que ine envolví
en lo más profundo del sueño,
para dibujar tu iiornbre
en todos los riiicories
donde 1ie vivido y viviré
hasta que m e lleve el viento,
coino semilla,
a dar flor a tierras desconocidas
y me encarne quizás en la niña
que oirá historias
en las tardes iguales de Nicaragua
COI> el olor a tierra iinciciido,
~irdiciidocii sus entrañas
la vida verde del trdpico liijurioso
COiliO yo, corrio vos,
coiiin las Iiojas en que tios ciivolviriios
cliaiido nos arrojar011 del paraíso.
.i+
BIBLIA
YO SOY
1
i
Seati mis matlos con10 ríos
etltre tus cabellos.
!
1
I
!
Mis pechos como ~iaranjasmaduras.
1
Mi vientra uti coma1 cálido para tu hombría.
1
I
Mis picriias y mis brazos seaii como puertas,
como pticrtos para tiis tci~i~cstades.
Mi
como algodón en rama.
Todo mi cuerpo sea hatnaca para el tuyo,
...
1
Yo soy tii caliia,
tu sttclo,
soy ti1 g1i:ical
en cl qiie te dcrrarnh siti perderte
porque yo aino tii semilla
y la
LLENA DE GRUMOS
Llciia de gruiiios.
Aspera de vida.
Estoy tciisa coino un arco
C h [ > ~ ~ ~ l i l <1Cl
l <llCc-ll~l,
>
p;11:1 ;irl.iivcsiirdc go%o
los caiiil>osII~.iiosd e :iiii:ip«las explor:iiido.
M c lic :iropl;i<loa t i i iinvc
~ í i i i o i i ojtiiiios
~
seré tierra para tu seniilla.
TE VEO COMO UN TEMBLOR
Te vco coino un teinblor
en el agua.
Te vas,
tc venís,
y cIcj:is aiiillos cii iiii iiii;igiiiacii,ii.
Cii;iiid« estoy con vos
quisiera rciicr varios yo,
iiiv:i<lir el :iirc <l~ic
rcspiris,
traiisfoiiiiarine eii uii aiiior calieiite
para que me sudés
y poder cntrar y salir de vos.
Acariciarte cerebralnicnte
o meteriiie eii tu corazóii y explotar
con cada uno de tus latidos.
Sembraste coino uii gran árbol en mi cuerpo
y cuidar de tus hojas y tu troiico,
darte ini sangre de savia
y coiivcrtiriiic cii tierra liara vos.
Siento iiii viciito cosqtiilloso
cuando cstamos juntos,
quisiera coiivcrtiriiic cii risa,
Ileiia de gozo,
retozar en playas de ternuras
recién descubiertas,
amarte, amarte
Iiasta que todo se nos olvide
y no sepamos quién cs quién.
CASTILLOS DE ARENA
¿Por qué no iiie dijistc q ~ i cstabas
c
coiistruyciiclo
ese castillo dc arena?
i
/
i
1
b
1,
/
Hubiera sido tan Iicrmoso
poder entrar por su peqiieña puerta,
recorrer sus salados corredores,
esperarte en los cuartos de conchas,
Iiabláiidote dcsde el balcón
con la boca llena de espuma blanca y transparente
como mis palabras,
esas palabras livianas que te digo,
que no tienen más que el peso
del aire entre mis dientes.
Es tan hermoso conteiiiplai el iiiar.
!
Hubiera sido tan Iicrmoso el mar
desde nuestro castillo de arena,
relamiendo el tiempo
COII la teriiiii.;i
honda y profunda del agua,
divagando sobre las Iiisrorias qiie nos coiit:il>:in
ciiaiido, iiiiios, Ci-aiiios 1111 solo poro
abierto a la Nat~iraleza.
Alioi.;~cl ;igii:i sc Ii:i 1lcv;iclo ti1 c:istillo clc ;ii.cii:i
en la marca alta.
i
i
,:a-
--
Se 1ia llevado las toiies,
lo\ fosos,
la puertecita por doiidc Iiubiéramos pasado
eii la inarca baja,
ciiaiido la icalid.id está lejos
y Iiay castillos de areiia
sobre la playa ...
EL RECUERDO
La música, el mar y esa sensación caliente que se me va
regando por dentro. El recuerdo, la rertiura, la depresión y
todas csas cosas que me van haciendo, que van dibujaiido
las hebras dc mi pelo eii tu camisa, que van llegando a inis
ojos, a mi boca, Ilciiáiiduiiic dc iiustnlgia, dc agua salada,
~ l Ic~ i i i :corrad;~
~
ciipcdazos y ciivuclta cii papel plateado,
de tu iioinbrc, del iioiiibre que no existe, de lo que
teiiemos y lo que nos falta, de todo eso que tengo
dentro, qlic ine recorre y iiie da esa sensacióii caliente
que te lleva y te trae.
cuando ya quizás liemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
~>~icliiiins
encoiicrariios.
ABANDONADOS
Tocaiiios la iioclic con las iiiaiios,
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja
negra.
Nos liemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando Iioras en el vacío,
en los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
intrasceiidentes.
sin hoellas, ni sol, ni explosiones iadiantes de claridad.
NOSliemos abandonado dolorosa~iieiitea la soledad,
sintiendo la necesidad del aiiior por debajo de las iiíias,
el Ii~iecode un sacabocados en el peclio,
el recuerdo y el ruido como dentro de un carawl
que lia vivido ya detiiasiado en una pecera de ciudad
y ;ipeiias si lleva el eco del niar eii su labcriiiro de coiiclia.
;Cóino volver a recapturar el tiempo?
;Interpoiierle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?
Pero... quién sabe si podremos recaptiirar el inomento
que pcrdiiiios
Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los inismos,
,
DESPARRAMADAS
Estahaii allí,
desparramadas,
las flores del árbol grande
q i ~ ciio S& c6i11o sc Ilaiiia
v quv fli~icccrr~s:idocii 1:is tardes.
',s:ls l:lr<lcs licriii~,s:is
cii qiie cii recucido
cs 11113sola cori-iciitc que vihr:i cii i i i i saiigrc,
coiiio es:is flores vihi.:iti sobrc cl paviiiietito,
\:iicI;iii sol>rclos icclios clc I:is aisas,
sc ciircd;iii cii cl pelo dc aqiiclla vieja caiiiitiaiido despacio,
o eii a<lucIlafiieiitc, tni amor
o en aquella Fuente...
Estaré diliicidando nubes. Tratando de ponerle a mi
corazón la nianclia grande del amor. Llevándome en iin
saco la lluvia junto coti inis lágrimas y los poemas que
buscan ini rncdida, la tuya, y esrin sentados al borde de la
acera esperando que yo los recoja, qiie pucda sacarle n la
vi<l:i I;i gran rcspiicsta, el iiicrisaje, 1:i diierciicia entre iitin
vida y otra, entre un cielo y utia cierra.
TE DUERMES
Te diicrmcs a ini lado. Caes silciiciosanieiite en ese
iiiuiido doiidc yo piicdo ser alg~iii;iremota conocida, itiia
compañera de banca de parque o la amante que acabas
de dejar para evadirte a esa rcgióii donde, iiiiituainente,
nos privainos de la palabra.
Iliiiie que no nic conf<x~iia~í~iiiiiic:~,
ni iiic clarás I;i Iclicida<lJ c la rcsigiiacióii,
sitio la felicidad que diide de los elegidos,
los que p~iedcii:ib:trc;ir el rnar y cl ciclo coi1 siis ojos
y Ilcviir el Uiiivcrso dciitro de sus cuci-pos:
Me conmueve verte dormido, hundido en las sábanas con
el abandono del sucíio, eiiigmáticaineiite eiiccrrado eii tu
ciicrpo.
Y yo tc vestiié con lodo y te daié a comer tieira
para que conozcas el sabor de vieiitie del inundo
Escribiré sobre iii cuerpo I:i Ictra dc iiiis pocin;is
para que sientas cii ti cl dolor dcl ;tliiiiil~i-aiiiiciito.
También yo ine donniré y entonces quizás te despiertes y
pienses esto que yo estoy peiisarido, tal vez me
imaginarás enredada en algún árbol enmarañado de los
qiie sabes que me encantan y ine quieras alcanzar
tocándoine, saciiidoiiie del niiitisino de estación de radio
apagada, volviéiidoiiie a traer Iiacia tii lado, Iiacia el anior
qiie nos dio el sueño.
Te vendrás conmigo: Haremos un rito del amor
y una cxplosióii de cada uno de nuestros actos.
No Ii;ihr:íii 11ai-c~lcs
qiic nos ;icnri-;ileii,
ni tcclio sobre iiiiestus c:tbczas.
I
f
1
l
Olvidareiiios la palabra
IlilcstKi ]>rol>i:lll1;lllcr;l clc cilicil~lcrll~ls;
y ici~~irclllos
ni los días, iii las Iioras podrán :itrapnriios
porque cstarcinos escoiididos dcl ticiiipo eii la iiicbla.
Crecerán las ciudades,
se extenderá la Iiiiinaiiidad iiivadiéiidolo todo;
nosoti-OSdos sereinos eternos,
porque siempre habrá un lugar del niundo que nos cubra
y un pedazo de tierra que nos alimente.
l'or la iiiañaiia
iiie alzo corno gacela
gozosa critre el monte
cspcráiidotc
Tengo
la ~cnferinedad,>
de las inujercs.
I ~ i i ~ ~ ( l i cC
l . Ii I I ~ C
Mis Iiormoiias
cst.iii alborotadas,
mc siciito parte
de In iintiiraleza.
En el crepúsciilo,
llena de aiilor, tile doblo
y luego voy a espeiarte
.I < ~ I I C
vu1g.1~dc iioclie,
a quc vengas a posditc CII nií como u11 p á j a ~ o
y ondees tu cuerpo
como bandera
sobre mi cuerpo.
Todos los meses
esta comunión
del alma
y el cuerpo;
este seiitirse objeto
de leyes naturales
fuera de control;
.el cerebro recogido
volviéndose vientre.
Al iiicdio din,
florcs,
voy dibiij:iiido
r i i iii~iiilirccii cl viciitrc dc :ig11:1dcl río
I
I
í
I
I
I
l
I
I
I
MATERNIDAD II
TENGO
pocinas sin eiilpezai;
IIaiitos y risas congelados.
Ya las plaiiicics d e ini vientre,
van cogiendo la forma
de una rcdotida coliiia palpitante,
iniciiirns por dentro.
en quiCii sabe qué niisterio
de agua, sangre y silcncio
va creciendo como un puño q ~ i se
c abre
el hijo que sembraste
en el centro de mi fertilidad.
Quisiera poder visitar
csos enormes almacenes,
diminiiros,
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I~
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C
..*',.+-
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FETO
'1.6
I > L ' < ~ U C ~scr,
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rsr.ís ci-cciciidodctitro dc i i ~ í
~I:iiicli~iiic
iiii:i iiiicv;~~liiiiciisii>ii.
(1 1.1s;111iiici11:1<Io
i i i i v o l ~ i i i c ~cii:i~icIo
i:
I>:ijoI:is rsci~lc~.i~s
iio piicdo vci-iiic los pics. 'l'ciigo qiic siil~ircoi1 cuidado
a los carros y caniiiiar despacio por las calles.)
I'or las iioclics ya inc <Iespicrras
coi1 tii suave golpcteo
a las puertas de mi casa más secreta.
1'l;iric.iiiios siii p;il;il>ras
y luego te arriillo
coii cl correr de iiii s;iiigi-e
y los latidos de ini corazón.
Sientes los pájaros priinero qiie yo
y rii vid;^ rcbiillc coiitctita
coi110 1:i coliiii (Ic
e11la iiiaíiaiia.
ti11 perro
1:rr.s i i i i pcqiicíio Ii:il>ii;iiiic
ct>iicl q11c vivo kciitr ;i Crciitc
y yo h o y iii s;ico :iiiiiiii>iico,
diiiiiiiiitn 1iiiiiiniiid;irlsiii sexo,
al (lile a vcccs iiiiagiiio iii~ijcr
y otras hombre,
DANDO EL PECHO
Mc :ici~crdo
cuando nació mi Iiija.
Yo era u11 solo dolor miedoso,
esperando ver salir de entre mis piernas
un sueño de nueve meses
con cara y sexo.
Es c o i ~ i ti.:ii:ii.
i ~ d c c:irg:ir i i i i iiioiitoiiciii~dc ;igii:i
sin que se dcrraiiie.
Me siento en la mecedora,
la acuno,
y al priiner quejido,
empiezo a dar leclie coino vaca tranquila.
EII:1 viiclvc :i scr ilií:i,
pcgidita a mí,
dependiendo de mí
como cuando sólo yo la conocía
y vivía en mi vientre.
LA MUCHACHITA
Ya se quedó dormida la inucliachita.
A MELISSA, MI HIJA
Te quiero con el pelo,
los ojos, los brazos y las piernas.
Cerró dc iiuevo su corazón dc palnia.
Terminó su Icccióti dc 24 horas en qiic la vida
es un juguete que se arma y desarma.
¡Qué linda se vc mi muchachita dormida!
Parece un mar que se quedara quieto de repente,
o una canción que no necesitara viento para oírse;
mi muchachita-milagro, mi deslumbrante mujercita en
iniiiiatiira ...
Pcq~ieñay inisteriosa iiiaiio, pestañas que salieron de mi
vientre.
iDóiide estará escondida esa inaravillosa fuerza
qiic me tejió por dentro csa iiiliñcca?
;(:iinio fiic que el :]mor florcci6 dc csra iii:iiici-n?
iQ116csircll:~iiie rcvciiió cii cl sexo
y iiic ciiircg~icstc clii~l~iico
~>l:iiici:i
~>crkcio
...!
Todo lo que soy yo
te qiiicre y te conoce.
Mi amor es coino un cántaro
que, lleno de agua, nunca se rebalsa.
Mi amor me lince ~iiiiversaly planetaria,
me une a los animales y las plantas,
tne hace enorme, incontenible, inmensa,
canta en !ni ciicrpo,
reboza de ternura,
te hace nacer de iiuevo
en un parto iiifiiiito,
mientras te duermes
apretadita y contenta
contra iní.
CREDO
Escribir para darle foriiia al inundo,
para delinear el perfil de la lágrima,
la tristeza del árbol cortado.
1
Escribir para despojarnos de la mañana recién nacida,
para irnos desnudando del dolor y la alegría,
para re-vestirnos otra vez, del sol, del mar,
de la pareja que inspira ternura sin saberlo.
Ir deshaciéndonos del propio cuerpo,
sustituirlo por otros cuerpos que viven
y sienten en nosotros,
con~partirla angustia, la risa, el pan
con los seres que creamos, con el mundo
que nos alimenta sin saberlo
i¡
mientras nos damos,
mientras seiitin~oscada día con inás fuerza
la necesidad de von~itariios,
de darnos coinplet;iineiite,
de morir para abonar la tierra
que de nuevo alimentará nuestras raíces.
Crco ~ N mi
C pocsía ii;ice de la fclicic¡;id,
de csa coiiciciicia dolorosa clc scr fcliz
sin motivo, ser feliz como una necesidad
intransigente que no admite los momentos
de tristeza, que exige la risa, el sol,
a lo largo de todos los días, en los ratos
más inesperados porque para escribir
necesito ser feliz, sentirme como un
caballo relinchón, explotar las palabras
como inalinchazos, llenarme de maleza cosquillosa hasva el bol-de, Iiasta que se inc
salga el alina, el goce qiie nie hace poeta.
--
DATEME POEMA
DSrcme poema.
No te me nicgucs como el nino jugiietóii
dc inis sucfios,
coino cI Iiijo que existe
cii cl aiiil~ieiitciiitcrior <leiiiis eiirrafias,
C ~ I ~ ~ cii
I ~L Ii ~~pcqticfiO
lU
ÚVUIO
cii 1.1s t r o m ~ ~dc
a s Falopio.
Diiciiie siii pasado obsesivo aiiatótiiico o crótico.
Dátcnie sencillo.
cI;írciiic desde afiicra.
<lL,sdc13 l>icdr:i dc algúii c:iiiiiiio
o dcsde el silciicio de un ascensor
qiic lleva dos o trcs personas dcscoiiocidas,
ralladas cn el silencio embarazoso
de la iii<lifcrciicia.
Diteiiic dcsde el agua,
<Ics<lcI;i iiicvc iiicxistciirc dc Ii~sti-hliinis,
d;ítciiic rojo o azul,
coiifiiso o ti.:iiisl.ai-cnte,
pcrc>giv.lrillc cl ~ l l 1 1 1 ~ 1 ,
volrcaiiie la iiii~ida;i ori-a parte,
Iii~cc~iic
VCI. 111% pies S I I C ~ O Sdel I ~ ~ ~ ~ b I o ,
el csthi1i;igo graiidc dcl
NO iiic dejés trniiq~iila,poenia:
as'iltaine,
violame,
rebalsame los bordes,
los pliegues, los pechos
iiiundaine de maravilloso asombio,
llcname entera coi1 el semeii vital de la palabra,
con el milagro de un descubrimiento,
dAterne poeina,
dáteme poema.
MI SANGRE
Mi sangre acarrea letras
dentro de iiii ciicrpo.
A BORBOTONES
A boi-l~otoncs
esroy ci.eaii<lo
~ i ~ l ~ ; i ~ l ~ l ~ ,
Ando iiiia sensación extraíia
en la cabeza,
una sensación de olas reventando,
de presa contenida
de túnel de viento.
Me retiierzo en dolores
de parto.
A través de varios días
Cada poema
es mi carne
y mi sangre.
todo es i n L bello de repente,
cada calle y cada cara son bellas,
hasta los botes de basura son bellos.
No quiero quedarme
sin nada.
Siento que soy un bosque
que hay ríos dentro de mí,
montaíias,
aire fresco, ralito
y me parece que voy a estornudar flores
y que, si abro la boca,
provocaré un huracán con todo el viento
que tengo contenido en los pulmones.
Me va persiguiendo el presentimieiito
del poema próximo a nacer,
naciendo como ahora,
brotando tina primavera
en mis inanos.
,
No dejaré que salga
la placenta.
. ,.
..
f
I
POEMA A LAS HOJAS DE PAPEL
Nos csl>ri.:iiilas vírgciics Ihlaiicas
coii siis cii.:is dcs:ifiaiiics y yl;iiias sobre I:is iiicsas.
; C ~ I I IIiciiios
O
dc violar siis sccretos?
;Su antigua historia iiacida de madera?
Deseiivaineinos la iiiiagiiiacióii,
los sueños,
10s rcciierdos,
I;is pcstníi:is soiiihrí;is de la Naturaleza,
lo que IIO existe inás que cn iiiiiguria parte
y cainiiieiiios sobre estas vírgeiies blaiicas,
~n~idainciitc
dcsafiii~itcs,
niigiisrii~s:iinciirefi.i~sti.adas,
coi1 reiiior al clcspcrdicio.
1 I;iy qiic <I:~rlcs
I;oI~)csccri.~ri.os
y ~>cs:i<l<is,
: i ~ > < ~ y ; i r ~ i oellas,
~ o l > ~i:ilp:irlas,
rc
iio <Icj;irde lloiicr lo qiic ~)iicd:ilasiiiiinrl;is.
1><"'<1"' '"L""~~~cI>cs
cst.iii cspci-:iliilo<]iicIliicsi~ls~>:il;ilhi.:is
I:1s <Icsflorcii,
Ins c~itrcgiiciia csc oc6aiio
doiidc andarán de uii lugar a otro,
sobadas,
manoseadas,
ie
f
-m:3.7a
7
'
;irrugadas,
coino eii u n iiiacabable prostíbulo de ojos y inanos.
1
LA ETERNA PREGUNTA
1.:i ctcrii;i ~>rcgiiiit;i(Ic I:I idciiiid:id:
ser o no sci:
Dejarse ir,
o quedarse cn esta orilla,
en la seguridad,
o ir allá donde el paisaje se adivina froiidoso,
se percibe
y casi nos parece oler las flores del otro lado
y nos vamos embriagando del olor presentido
que nos va penetrando,
y son las flores, las enredaderas,
el agua del otro lado que nos esrá sonando en la memoria
con su olor a mango,
y es ese sentir que el corazón está próximo a estallar
(el olor del tnalinche, las explosiones del nialinche),
los faunos,
un día'que se va,
un día que pildimos Iiaber estado al otro lado
y no estuviinos.
ESCRITO ANTE UNA TUMBA INDIA
Tú, i r i i :iiii;iiitc tiiilciiarin.
I'iiedc que estés eiiterr.ido
en csc túni~ilovcgcral
de ciiatro lajas,
puede que estés coiisutnido,
reducido a un conjunto clc Iiiicsos
tu cuerpo de guerrero,
cazador d e jaguares,
Iioiiibre ancestral.
Puede que estés allí
enterrado con todas las ollas
que yo pinté para ti
en las largas noclies de luna llena,
cuando esperaba que regresaras
con el espleiidor de i i i i Ieóii cansado
despiiés de la caza,
a buscar abrigo sobre niis piernas.
Puedc qiie estés allí,
que seas nada más que un recuerdo blanco y polvoso,
un conjiinto de meinorias.
Yo te traigo cii el tiempo
Iiacia iiii riucva rcencariiacióii iiiestiza
y atíllo de dolor porqiic te Iic perdido.
Indio salvaje,
me haces señas a través de los siglos,
a través de todos los descubrimientos,
viiclves a vivir en mis ansias de monte,
de desnudez...
de milpas ...
ALGUNOS POETAS
Coiiio libros abiertos,
llenos dc citas,
Ilegaii a las rciiniones
dejando cacr iioinbrcs, obras y feclias
como trofeos,
csgi-iiiiiciido la lógica
Iiast~el final de las coiisecuciici;is.
Así qiiicrcii Iiaccriios a sil niodo
algunos poetas,
siguiendo la vieja tradición paternalista
tratan de adoptariios
a falta de poder alircsar
cl viciito, la fi.iit;i proliibicla,
la inisteriosa fertilidad
de nuestros poemas.
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INVITACION A VAGAR
Vago
Vaga
Vagiiemos
Desafiemos el aire que nos corta el paso,
la 1-ealidadque es como palo d e donde estamos aniarrados.
Paseemos por las aceras
ante Ins aiiciaiiidadcs qiie calientan sus butacos
con el calor animal de sus cuerpos ya inservibles,
esperando la muerte,
fiiistrándose cada día iiiás
y criticaiido a los que v;igairi«s,
qi~eriéiidoiiosiricdir coi1 sus nrcnicas loiigiiiiclcs.
/
/
i
1
1
Riiinonos por dentro y saludémoslos muy serios,
(por fuera)
No es pecado tratarlos con su misiiia iiioiieda: Iiipócritüs.
vago
l
Vaga
'
I
Vagueinos
Desafiemos las reputaciones y las miradas de los buitres.
..>,li?N
,irmi
..-
.
1
Edifiquemos nuestras vidas siii patrociiiadores,
teniendo sólo a Dios coiiio juez y testigo.
Prcficro acnb:ir inis di;is cii ;iIgiiiia i.ibcr;i dcscoiic~cid:~.
si11I I ~ I I I I ~ I~ IV ;~, ~ p c ~ ~ i ~ ~ ~ ~
<1"' L"lC1' (IIIC vcr SLlS CilKIS.
aiites de cerrar los ojos.
UNO NO ESCOGE
Uiio iio cscogc el país doiidc iiacc;
pei-o aiiia cl p;iís doiidc Iia iiacido.
Uno iio cscogc el tiempo para veiiir al inutido;
pero debe dejar Iiuella de su tiempo.
Nzidie piiede evadir su responsabilidad.
Nadie pucde taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos teiieiiios un deber de amor que cumplir,
iiii:~1iistori:i que Iinccr
llli:,
I i I C l ~ l,111c ~ l l ~ ~ l l l 7 . ; l r .
No cscogitnos cl inoiileiito para vciiir al miiiido:
Ahora podemos Iiacer el inundo
cn quc iiaccrá y crecerá
la semilla que trajimos coi1 nosotros.
ENTRE LAS MILPAS
Eiitre las milpas
seinbraremos
nuestros sueíios iiidigciias,
iiuestro amor a la Tierra
y la fecundidad de nuestros cuerpos.
Eiitre las milpas,
enterraremos los cadáveres de los heroes
para que les den el color dorado a las mazorcas
y nos alimenten.
INACTIVIDAD
iDcq~oj611ioiios
de los artificios!
Regalémosle al mundo la hermosura de la desnudez,
regalémosle nuestras vidas sin taparrabos.
No dcbciiios iieg:irlcs la verdad a los amigos,
iii a los ciiciiiigos,
auiiiliie les duela coiiio iiiia Il:iga eii la cara,
iio debciiios giiardarla.
Hay qiie reventarla con deteriiiinacióii en sus c;iiniiios,
seiiibr:liidoles la gran iiitcrrogacióii,
ecliiíiidolcs a rcvolote;ir la iiiqiiietiid del iiisoiiiiiio
y el <Icscoiicicrro;
aqliello de desenredar la iiiadcja del Iiilo ciiiii:ii.nfi:iclo
Iiasta el agotamiento o el coiiiproiniso,
hasta la iiiinortalidad
O la inuerte.
Y escribiiii«s,
Iiablaiiios conio dcscspcrados
1i;icciiios y dcsliacciiios I:i Iiistori:~
cii las rciiiiioiics,
mientras el tiempo va pasando
y vamos agachando
cada día iiiás,
la cabczn.
QuEDARÁ DE NOSOTROS
HUELGA
Al merzosflores, al menos cantos...
Quedará dc iiosotros
algo iiiis q ~ i ecl gcsto o la palabra:
Este deseo candente de libertad,
esta intoxicación,
se contagia!
Quiero una Iiuelga donde vayamos todos.
Uiia huelga de brazos, de piernas, de cabellos,
iiiia huelga iiaciendo cii cada cuerpo.
Quiero una Iiuclga
de obreros
de choferes
de t6cnicos
de médicos
de palomas
de flores
de niíios
de mujeres
Quiero uiin huelga grande,
que hasta al amor alcance.
Una huelga donde todo se deteliga,
el reloj
las fábricas
cl plaiitcl
los colcgios
el bus
los hospitales
la carretera
los puertos
Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una Iiuelga donde respirar no sea permitido,
una Iiiielga donde nazca el silencio
para oír los pasos
dcl tirano <lilesc ~iiarclia.
HASTA QUE SEAMOS LIBRES
Ríos iiic atraviesaii,
iiioiitañas Iioradaii iiii cuerpo
y la geografía de este país
va toinaiido foriiia eii iiií,
Iiaciéndome lagos, breclias y quebradas,
tierra donde sembrar el amor
que me está abriendo como un surco,
Ileiiándoine de ganas de vivir
para verlo libre, hermoso,
pleno de sonrisas.
Quiero explotar de aiiior
y que mis cliariieles acabe11con los opresores
cantar con voces que revienten mis poros
y que mi canto se contagie;
que todos iios enierineinos de amor,
de deseos de jiisricia,
que todos empiiñeiiios el cor:izóii
siii micclo dc q ~ i cno resista
como el nuestro
porque un corazón tan
resiste las iixis crueles torciiras
y iiada aplaca su amor devastador
y de latido en latido
va creciendo,
más fuerte,
más fuerte,
más fuerte,
ensordeciendo al enemigo
que lo oye brotar de todas las paredes,
lo ve brillar en todas las miradas
lo va viciido acercarse
con cl ciiip~ijcdc ~ i i i ; iin;irc:i b'b.
.I ,'IIltc
cii c:ida iiiaíiniia cii qiic el ~>iieblo
se Icv:iiita
a rl.ab;ijai. cii ticrras qiic tio Ic pertciicc<:ii,
en cada alarido dc los padres qiic pcr~lieroiia siis Iiijos,
eti cada iiiaiio qiic se ~ i n ca otra iiiaiio qiic siifre.
Porque la fuerza de cste niiior
lo i r i :irr«llaiic~otoclo
y no quedará iiada
Iiasta que n o se ahogue el clainor de nuestro pueblo
y gritos d e gozo y de victoria
irrumpaii en las montañas,
itiuiideti los ríos,
estreniezcaii las ramas de los árboles.
Eiitoiiccs,
iremos a despertar a nuestros inucrtos
con la vida que ellos tios legaron
y todos juntos cantarenios
iniciiri.as coiicicrros dc pijnros
rcl)iicii iiiicsiro iiiciis:ijc
cii todos
10s C ~ I I ( ; I I C S
de Aiiifrica.
¿QUÉ SOS NICARAGUA?
¿Qué sos
siiio un triaiigulito de tierra
perdido cii la initad del mundo?
i q u i . sos
siiio u11 vliclo cIc ~>áj;iros
guardabarraiicos
cetizontles
colibríes?
2 Qué sos
sino un ruido de ríos
Ilev;iiidose las
pulidas y brillanies
dcj:iiido pis:id;is J e agiia por los iiiotitcs?
¿Qué sos
sino peclios de mujer hechos de tierra,
lisos, puntudos y amenazantes?
;y
SOS
c:iiit:ir <IcIioj;is C I I :irl,olcs gigantes
verdes, ciiiiiamfiados y Ilciios dc paloiiins?
51110
;Qué sos, Nicai.:~~~i;i
sino p ~ i ñ ocrispado y bala en boca?
?
e
[
EL TIEMPO QUE NO IIE TENIDO EL CIELO AZUL
El tiempo que no Iie tenido el ciclo azul
y sus nubes gordas de algodón en rama,
sabe que el dolor del exilio
lia liecho florecer cipreses en mi carne.
Es dolor el recuerdo de la tierra mojada,
la lectura diaria del periódico
que dice que suceden
cada vez iiiis atrocidades,
que mueren y caen presos los amigos
que desaparecen los campesinos
coino tragados por la montafin.
Es dolor este iiiovertne en calles
con noiiibres de otros días, otras batallas,
de otros personajes que iio son de iiii historia.
Es dolor caiiiiiiar entre caras descoiiocidas
coi1 quienes no puedo coinpartir uti poema,
Iiablar de cosas de la Limilia
o simplemciite despotricar contra el gobierno.
Es dolor llegar hasta el borde,
ver de lejos el lago.
los rótulos en la carretera: Frontera de Nicaragua
y saber qiic aún no se puede llegar inás allá,
que lo iiiás que se puede es cmpiiiarse
y tratar de sentir el olor de las flores y campos
y quemas.
Es dolor,
pero se crece el1 canto
porque el dolor es fértil como la alegría
riega, se riega por dentro,
ciiscfi:~cos:is it~sosliccli;~<l:~s,
ensefia i.;il>i:is
y viciic florccir~itlocii r:ilit;is c:ii:is
que n punta clc dolor
es seguro tl~icp:"'irciiios
1111 amanecer
para esta noche larga.
CLARO QUE NO SOMOS UNA POMPA FÚNEBRE
claro que no somos unnponzpdfiineb>o,
zuamos el do.Eclio n In alegrz'n ...
Mario Betiedetti
Claro que iio somos una poinpa fíiiicbre,
a pesar de todas las lagrimas tragadas
esr:iinos coi, la alegría de coiistruir lo iiiievo
gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.
IJsaiiios el ciereclio a la alegría,
n ciicoiitrar el amor
CII la tierra Icjaiia
y sciitii-iios dicliosos
por Iiahcrtios hallado co~iipaíicro
y coinpartir el pan, CI dolor y la cania.
Aunquc nacimos para ser felices
nos veinos rodcados de tristezas y vainas,
de muertcs y escondites forzados.
I Iiiyci,cl<icoiiii~~ i i i i l i i ~ o s
vc1110s ciiii10 ili>S ii:ic<.ii :lri.ilg:is I.11 1:i Iicillc
y 110svi~lvciiii~s
srrii>s,
I K W siciiil>rrpor sicii,prc
iios [>crsigiicI:I iis:i
:~iii:ir~id:~
~:iiiibi6ii:I lus c:il~~iics
y sal>cinostirarnos tina hiiciia carcnjad;~
y ser felices eii la iioclie iiiis Iioticla y 1116s cerracla,
porquc estaiiios consirliidos de una gran esperanza,
[le ~ i i graii
i
optiiiiisnio qiic iios lleva alcaiiz;idos
y aiidaiiios la victoria colgáiidoiios del cuello,
soiiando SU ceiicérro cada vez inás sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque soiiios semilla y habitación de una sonrisa
íntima
que explotari
ya pronto
eii las caras
de todos.
NECESITAMOS AIRE PARA RESPIRAR
.li~ilospcdiiiios tiirc,
aire para reír y siispirar,
:iire 1 x 1que
~ iiucst~q~>:il~b~s
no se estrcllcii cii n i ~ i ~ i l l a s
construidas a ptiiita de muerte.
Es por el airc por lo qtie ciiiir:iiiios,
poet:is, iiiíisicos, liabladores,
titicstro lxichlo cstA scdiciito de airc,
sc está aliogaiido iiitcstro piicl>lo
cn el olor lirido de la carroiía.
Es aire lo que se respira en el subsuelo
allí doiidc sc cscoiide cl vcrbo ii~icvo.
Es aire lo que se respira en las moiitaiías,
a pesar de los gritos,
es aire lo qiie se respira,
es aire,
todos est;iii oliciido
-siibrcpriciameiite y a escoiididasun aire liinpio.
Coii ~~>rc~iii".:i
~~ic:il.:~giici~sc
viviiiios.
colll~lllliig~ls,
sacáildoiios de la manga la <lesesperanza,
echáiidola a volar
sin di11.1~
c:il>idii
y ~~r<>cliiciciidi,
desde el sotiil>rcro
lii iii:~c:~l>iil>lc
íil;~(Ic ~>iiíl~icI~)s
d c colores
para s011rcír
para qiic brote la ris:i coiiio giiitilrr:~del ~ i i o ~ i t c ,
para rcíriios
hasta dc nuestra propia desgracia.
Así caiiiiiiainos,
descalzos sobre esta tierra labrada
-dc Iágriiiias y inucrtoscomo caballos
pero sieinprc cniniiiniido
iiiveiitaiido alqiiiiiiias
para que brote el pan nuestro de cada día
y iio inurarnos Iioy
y sigamos Iiichaiido.
VESTIDOS DE DINAMITA
Me teiigo que ir a comprar las pinturas con las que me disfrazo
todos los días para que iiadie adivine que teiigo los ojos chiquitos -corno de ratón o de elefante-. Estoy y6ndoiiie dcsde hace iiiia Iiora pero iiie reticnc cl calor de irii cuarto y la soledad
que, por esta vcz, iiic está g~istaiidoy los libros que tengo dcsparraiiindos cn i i i i caiiia conio Iioiiihi-es coii los qiie inevoy
:ic<isi:iii~lo,
cii uii;i orgí:i de pieri1:is y br;izos qiie iiic 1cvaiit;iri cl
desgano de vivir y iiic arafiaii los pezones, el sexo, y iiie Ileiiaii
de un sciiicii especial hcclio de letras que inc fecundan y no
quiero salir a la calle con la cara seria cuando quisiera reír a carcajadas sin ningún motivo en especial más que este sentirme
preíiada de palabras, en lucha contra la sociedad de consumo
que ine Ilaina coi1 sus escaparates llenos de cosas iiialcarizables y
a las que rechazo con todas mis Iiornionas fetiieniiias cuando
rrcucrdo Las caras @xadas y tristes de las gentes eii riii yucblo
que deben haber amanecido hoy coino anianecen siempre y como seguirán amaneciendo hasta que no nos vistamos de dinamita y nos vayamos a invadir palacios de gobierno, ministerios,
cuarteles ... con un fosforito en la mallo.
AVANZANDO
A veces pienso que soy uiia arquitecta del tiempo,
siento que voy dibujando planos con pasados,
presentes y fiituros,
urdiendo una delicada caja de palitos de fósforos
donde vivo
-iiic~~iii1~c~i~I~1~riic~i~c
siii 17ciis;ir cii roi'iiiciiinsAuiique a ratos inc asalreii las dudas, briiico como
caballo de carreras
sobre su bien construidas estructuras y sigo, sigo
liacia ese final donde
ine espera el bosque verde, la iluminación y el suefio
callado don& nada
me acomgañará sino la tierra con su murmullo de
vieiitre.
ARMAR TU MDA
Armar tu vida.
Irla haciendo corno rompe-cabezas.
Conjurar el firruro.
Construir la esperanza.
Aunque a veces te sintás marchita, cerrada, envuelta en noche
amarga, punzante tu centro, sabés que siempre habrá sol para
revivirte, zarandearte, para que levantés la cabeza y volvás a
sonreír, a estar, con esa fuerza vital que te asemeja a malinche o
al cortés, cuando secos y n~ustiospersisten, en la certeza vegetal
de que habrá de llegar el día en que despertarán florecidos, vibrantes, llenando el campo con sus llamaradas naranjas, amarillas, cuando pase el tiempo de las vainas y de las ramas secas.
ESTOY GUARDANDO EL ARCO DE LA PALMERA
Estoy guardando el arco de la palmcra,
la brisa que la mueve de iin lado a otro.
Estoy esperando la palabra que Iiabrá de salvarme de
los artificios,
la contraseña que habrá de revestirme de nube o
arcoiris,
la que me apartará del gesto ocupado de levantar el
teléfono para decir fórmulas,
la que me sacará de las serias paredes de una oficina
donde estoy coino paloma enjaulada, haciendo que
hago,
mientras por fuera hay flores, rabia, sudoi; manos
que esperan el redondo amor gatillo de pistola.
LA MADRE
La madre
se ha caiiibiado de ropa.
La falda se ha convertido en pantalón,
los % ~ J > : I I I ~cii
S botas,
la cartera en mochila.
No c:iiita ya caiicioiics de cuna,
canta canciones de protesta.
Va despciiiada y llorando
iin amor que la envuelve y sobrccoge.
No quiere ya sólo a sus hijos,
ni bc da sólo a sus hijos.
Lleva preiididas eii los pechos
iiiilcs dc bocas Iiainbricntas.
Es iiiiidrc clc iiifios rotos
dc inucliacliitos qiir juegan rrotnpo cn aceras polvosas.
Se ha parido clla misma
sintiéndosr -a ratosiiicapnz dc soport:ir u n t o amor sobre los Iioinbros,
peiisaiido en el fi.~itode sil carne
-lejano y solollamándola en la noche sin respiicsta,
iiiir.ii~i:isrll;i irsliiiiiclr.;I otros griii~s.
:i ii~iiclirisg~.itos.
I > C N I siciiilrc I > C I I ~ ~ I I I cii
I ~ el grito solo dc s ~c:iriic
i
~ U CCS I I I I grito iii:ís cii csc grircrío dc ~)iichloqiic
Ir1 ll:1111:1
y Ic ari.aiic;i hasta siis pi-opios Iiiji~s
dc los brazos.
i
YA VAN MESES, HIJITA
Ya vaii inescs, hijita
que no te veo.
Meses e11que ini calor
no Iia arr~illacio1-11 sucíio.
Meses en qiie sólo
heinos Iiablado por tcléfoiio
-larga distancia, hay que hablar aprisa;Cóino explicarte, mi amor,
la revolución a los dos aiíos y medio?
iCónio decirte: Las cárceles están llenas de gente,
eii las montaiías el dolor arrasa poblados enteros
y Iiay otros nifios que no escucharán ya la voz de sus
madres?
;Cómo explicarte que, a veces,
es necesario partir
porque el cerco se cierra
y tenés que dejar tu patria, tu casa, tus hijos
Iiasta q u i h sabe cuándo
(pero sicinpre con la fe eii la victoria)
¿Cómo explicarte que te estamos haciendo un país
niievo?
;Cóiiio cxplic:iric csiii giicrra contra cl dolor,
la iiilicrtc, la iiijiistici:i?
¿Cbtiio cxplicartc raiitas,
liero tantas cosas,
i i i i iiiiicliacliim...
?
LO QUE Vi EN UNA VENTANA
EN HOUSTON, TEXAS, E.U.
Yo fui uiia vez una inuch~cliarisueka
que andaba con su risa
por toda iiiia ciudad que le pertenecía.
Yo fui una vez una mujer poeta
que salía con un poema nuevo,
como quien sale con un hijo,
a enseíiarlo, a gozarlo.
Yo fui una vez la inadre dc dos niíias preciosas
y andaba segura de mi felicidad,
desafiando al viciito y a las cosas.
Ahora,
yo soy una mujer que no conoce la tierra donde vive,
sin amor, sin risa, sin Nicaragua,
soy uiia poeta
que csciibe a escondidas
en oficinas serias y casas de Iiuéspedes,
soy una niuchaclia que Iloia
debajo de un paraguas
cuando la muerde el recuerdo,
soy uiia madre que ahora la alegría de sus hijas:
Ahora,
soy un canto de lluvia y de iiostalgia,
soy de ausencia.
Desde aquí tc veo,
tc visliiiiibl-o,
oficinista del F21iiriin Baiil<
en Houston, Texas,
absorto en balances y cuentas.
Nunca sabrás quién soy
-~xobableriicnte no te qlicde muclio ticiiipo de lccr
y ineiios cosas quc yo escribo
y que n o se publican eii ~>cri<idicos
de t i i ciiid:idYo a ti taiiipoco te coiiozco,
pero solidaria escribo estas lincas
a tu iinpert~irbablefigura,
cansada sobre las anotaciones
de algún invisible balance
doiidc fi~.iiiai.;ístu iioii1bl.c
-probablemente por instiiitoya que tal vez O muy posibletneiite
no sabes iri~icliode ti inisino,
coino yo tainpoco sé miiclio de mí inism;~
eii esta ciudad que absorbería
sin el menor esfuerzo,
nuestro más agudo
grito
de protesta.
VENCER LAS TRAMPAS
Vnlvds a seiitir cl calorcito en la yema de los dedos,
I;i cn~<~i~ill;i
<I<: cscriliir cii cl cst6iii:igo y si>sde iiiicvo
~ L K I 11,1lj<,1..
: ~ ,
l):íi:~l:i.I:t:ís o i r : ~VC% fj.rtil y ticrr<)s:i
Ilcii:is 'Ir Iiicgri li<liii<loI:is vci1:is qiic: creias np:ig:idas
coiiio ríns lii:iilsos.
'le alcgi..is cii CIjúbilo dc tii dcspcrtai. coii trinos y
~iialiiiclics.
Eii cl fondo es coino sentir qiie volviste a nacer, a
I>Cs:lr 'le
tod:is las iraiiipas de la incdiocrid;id y del exilio.
AMO A LOS HOMBRES Y LES CANTO
Aino a los lioinbres
y les c;into.
A I ~ I <;I Ilos jiiv<!ii<,s
desafiaiites jinetes del aire,
~xihl:i<lorcsde p:isillos cii las Uiiivcrsi~l;i~lcs,
rebeldes, iiicoiif«rines, plaiieadores de mundos
diferentes.
Anio a los obreros,
csos siidorosos gig:iiiics iiiorciios
que salen de inadriigada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros
que conocen a la madera como a su mujer
y saben Iiacerla a su modo.
Amo a los catnpesiiios
que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristeinente, a los complicados
hombres de negocios
que Iian convertido su hombría en una sanguinaria
máquina de sumar
y han dejado los pensamientos iiiás profiiridos, los
sci~riiiiiciitosiiiis iioblcs
por c:~lciil~~s
y iiii.ioclos dc cxploiaci6ii.
Anio a los poet;is -bellos :iiigclcs laiiz;ill:iiiiasque inventan nuevos mundos desde la palabra
que dan a la risa y al vino su justa y proverbial
importancia;
que coiioccii la trasceiideiicia de iiiia coiivers:icióii
tranqiiila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que siifreii las,lágriinas y van
y dejan todo y inuercii
IXM que IIXCJII Iioiiibi-cs con la Irciitc alta.
Aiiio a los piiirorcs -1ioiiibres colorcsc11ic 6~~:w<l;iii
I:i IIC~II~«SLII.II
p:ira iiucsrros ojos
y a los que piiitaii el Iiorror y el Iiaiiibrc
para que no se nos olvide.
Amo a los solitarios pensadores
los que existen más allá del amor y de la comprcnsióii
sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las
respiicstas.
A todos amo con u n amor de mujer, d e madre, de
hermana,
con un ainor que es rnás grande que yo toda,
que me supera y m e envuelve conio uii océaiio
donde todo el iiiistcrio se resuelve en cspliiiia.
i
/
I
I
j
Aiiio a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forccjca con la pluiiia y la voz
desenvainadas,
a la que se levanta de iioclie a ver a su hijo que llora,
a la que llora por uii iiiíio que se lia doriuido para
sieiiiprc,
a la que 1ucli;i enardecida cii las nioiitaíias,
a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contciit:i canta cuando echa toitillas
cii la paiicira caliciite del coiiial,
a la que cainina con el peso de 1111 ser en su vientre
eiiorine y fecundo.
A ioc1:is :iiiio y iiic felicito por ser dc sil cspccie.
Mc felicito por estar con hoiiibres y inujercs
aquí bajo este ciclo, sobre esta tierra tropical y fértil,
oiidularite y cubierta de hierba.
Mc Icliciro por s
c
v por 1i:il)rr ii:icido,
por mis ~~iiliiioiics
qiic iiie Ilcvaii y iiic tr:icii cl aire,
1>0r<111c
c~i:~i~clo
rcsl>irosicii~oq t ~ cl
c I I ~ I I I I ( ~tI1>1 ~ l oTIIII.:I
cii i i l í
y sale con algo inío,
por estos poeirias que escribo y lanzo al viento
para alegría d e los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los peiisamicntos que, deseiifienados, alborotan en
1:is cal~czas,
por los 1l;iiitos y las rebclioiics.
Me felicito porque soy partc de una nueva época
porque he coniprendido la iniportancia que tieiie iiii
existencia,
la importancia que tiene tu existeticia, la de todos,
la vitalidad de ini iiiaiio iiiiida a otras manos,
de iiii canto iinido a otros caiitos.
Poi-qiie be coinprendido iiii misióii de ser crcadoi;
de :ilf.ircra de iiii ticiiipo qiic es el riciiipo nuestro,
quiero irine a las calles y a los cainpos,
a las iiiaiisioiies y a las cliozas
a saciiclir a los til>i»sy Iiai-agaiics,
a los c~iicrciiicgaii de la vida y dc los iiialos negocios,
a los qiic dcj:iii de vcr el sol piii-a ciiadr:ir I~:il;iiiccs,
a los iticr6dulos, a los desamparados, a los que Iiaii
1)erdiclo la csl,ci.:ii,za,
a los <pieríen y caiit:iii y Iiabl:iii coi1 optiiiiisiiio;
quiero traerlos a todos liacia la madrugada,
traerlos a ver In vida que pasa
con una Iicriiios~iradolorosa y dcsafiaiite,
la vida que nos espcra dctrás de cada atardecer
-últiino testimonio de un día que se va para siempre,
qiie sale dcl tiempo y que nunca volverá a repetirse-.
Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría
que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.
Chiiero llevarlos a recorrer los caminos
por doiide avanza -inexorablela Historia.
I'orque los amo quiero llevarlos de frente a la niieva
iiiatíana,
tnaíiana Iavivnda de pesar que habremos coiistruido
todos.
Vá~noiiosy que nadie se quede a la zaga,
quc n d i c perezoso, anicdrentado, tibio, habite la faz
de la ticrra
para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos,
de los cicloiies, de los Iiuracanes
y todo lo que nos aprisione vuele coiivcrtido en
desecho
iiiieiitras hombres y mujeres nuevos
van naciendo erguidos
Iiiminosos
como volcanes...
LA ORQU~DEADE ACERO
Amarte en esta guerra qiie nos va desgastando
y enriqueciendo.
Amarte sin pensar en el minuto que se escurre
y que acerca el adiós al tiempo de los besos.
Aiiiarte en esta guerra que peleamos, amor,
con pieriias y con brazos.
Amarte con el iiiiedo colgado a la garganta.
Amartc sin sabcr cl día del adiós o dcl ciicirciitro.
Aiiiarte porque hoy salió el sol entre nuestros cuerpos
apretados
y tuvimos una sonrisa sofiolienta en la inafiatia.
!
Amarte porque pude oír tu voz
y aliora espero verte aparecer saliendo de la noche.
Amarte en toda esta incertidumbre,
siiitieiido que este amor es un regalo,
una tregua eiitrc tanto dolor y tanta bala,
un momento inserto en la batalla,
para recordar cómo necesita la piel de la caricia
en este quererte, ainor,
encerrada en un triángulo de tierra.
YO, LA QUE TE QUIERE
Yo soy r i i iiidóinita gacela,
el trueno que rompe la luz sobre tu peclio.
Yo soy el viento desatado en la moiitaña
y el fiilgor coticeiitrado del fuego del ocote.
Yo caliento tus noches
encendiendo volcanes en mis manos,
mojándote los ojos con el hiimo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de reciierdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino,
la claridad que rompe la tiniebla.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
y te recorro entero,
seiidero tras sendero,
descalzando ini ainor,
desniidando mi rnicdo.
Yo soy ~ i i noiiibre
i
~ L I caiita
C
y te ciiaiiiora
desde el otro lado de la luna,
soy I:i ~wc1loiigaci6ii<Ic N I soiirisa y ti1 ciici.po.
Yo soy :1lgo 1<Iiiccrccc,
algo que ríe y llora.
Yo,
la qiie te qiiiere.
COMO TINAJA
Eii los dkis buciios,
de lliivia,
los días eii qiie nos qiiisiiiios
totaliiiciirc,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor,
mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora,
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
el agita s:ile de iiiis ojos
IIc11:1 1Ic 111 ~ ~ C L I C I < I ~ I
a refi-cscar la aridcz de ini ciicrpo
taii v;icíi~y i : ~ i i Ilcvc, <Icvos.
AHUYENTEMOS EL TIEMPO,
Ahoyenteiiios el tiempo, ainor,
que ya no exista;
esos iiiinutos largos qiic <Icsfilaii ~~esndos
cii:iiido no cstis coiiinigo
y estis en todas partes
~ i i estar
i
~)cro~ s ~ i i i i d o .
M c dolCs eii cl ciicrpo.
iiic :ic.;ii-ici;iscl pcl<i
y i i < r cstis
y csr;ís ccrcii
tc siento Icvaiirarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y cste est:irte viciido
si11 q ~ i estés
c
nie hace sentirme a veces
conio una leona Iierida
liic retuerzo
doy vueltas
te busco
y iio cst;ís
y cs1;ís
:illi
1;III ccr<:;i.
Qiiiern niorder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus hrazos Iieriiiosos
conio ramas de ccibo,
scgiiir por ese yeclio con el quc sueñan
mis sueíios
esc peclio-ciieva doiide se escoiide mi cabeza
Iiurgniido la tcriiiir:i,
ese pwlio que suciia a taiiiborcs y vida coiiriiiuada.
Quedarme allí uii rato largo
enredando inis manos
en ese bosquecito d e arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después Iiacia tu ombligo
Iiacia ese centro doiide te empiza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
Iiasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secretoque se alegra aiitc rni presencia
c1uc sc :~lcl;iiitaa recil)irnic
y viciic ;I iiii
cii iocla su cliircza de inaclio eiiardecido.
Bijar Iiicgo a tiis piernas
fi1.irics coino tus coiiviccioiics gucrrillcras,
esas piernas doiide cu estatiira se asienta
con las que vienes a ini
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y feineniiias.
Besar tiis pies, amor,
que tanto tienen aún qiie recorrer sin mí
y volver a escalarte
Iiasta apretar ti1 boca con la mía,
Iiasta Ileiiariiic toda de tii saliva
y tu aliento
Iiasta que entres eii iiií
con la Siierza de la ti1are.i
y iiic itiv:id$s con tii ir y vciiir
de mar furioso
y qtiedeinos los dos tendidos y sudados
e11 la arena de las sábanas.
INVENTAREMOS NUESTRO PROPIO IDIOMA
!!
!
:
I
i
i
1
1
Iiiveiitareiiios iiuesti-o propio idioma,
ini ainor,
y sc iios circii-:iii los «jos.
Vcrciiios ciis:~sqiic ii;~<lic
tiiiiic:~Ii:i visto:
caiiiiiios entre las iiubcs,
caiiciones en los trigales.
Le vereiiios los fiistanes al viento,
las bocas con que besa el agua,
aiidareinos sueltos,
descalzos,
d~~iiiid«~,
coino invisibles dueiides.
Lleiiareiiios de palabras y risa
del
las ~ ~ : i r c d e ~ iiitiiiJo
iiiiciitras v:iiiios vcrrictido el aiiior dc iiiiesrros cucrpos
gol-gojc:itido,
agiialiablando,
cho
rre
511
do
nos
con10 las fuentes.
TEXTURA DE SUERO
No he visto el día
iixis que a rrav6s de t i i aiiscncia
<Irtu ausciicia 1-cdoiida que enviiclvc nii paso :igitado,
ini respiración de mujer sola.
Hay días pienso
que cst;iii Iieclios para iiiorirse
o para llorar,
días poblados de fantasmas y ecos
en los que ando sobresaltada,
pareciéndome que el pasado va a abrir la puerta
y que hoy será ayer,
tus manos, tiis ojos, tu estar coiioiigo,
lo que hace tan poco era tan real
y,ahora tiene la misnia
textura del sueño.
MI AMOR, S6LO VOS PODÉS CONTENER
LOS RÍOS DESBOCADOS
;Qué he de darte sino el insidioso canto de IB
inquietud rodnndo por lm venas
coino zlnn andanada de rlor des6ocndos?
contener los ríos desbocados
Mi amoi; sólo vos
de iiii corazón
en estos días en que tii ausencia es larga y aticha coiiio
la geografía del mundo,
y ando buscándote en los ojos de las gentes,
buscándote en el canto de los grillos,
en las luciérnagas,
biiscaiido fuera de iní
la imagen
que tengo encerrada en el cuerpo.
?
E
i
t
SOLO EL AMOR R E S I S T I ~
...sabes qtir sólu el amor es capaz dc resistir
micntvar todo se ~Lerrirrribn...
Sergio Raiiiírez
Sólo el amor resistirá
mientras caen como torres dinamitadas
los días, los meses, los años.
Sólo el amor resistirá
alimentaiido silencioso la lámpara encendida,
el canto anudado a la garganta
la poesía anudado a la garganta,
la poesía en la caricia del cuerpo abandonado.
Algúii día,
cualquier día,
doblará otra vez el recodo del cainiiio
lo veré alto y distante,
acercándose,
oiré su voz ~~aiiiá~icioiiie,
sus ojos mirándome
y sabrá que el amor Iia resistido
mientras todo se derrumbaba.
f
k
COMO SERÁ BUSCARTE EN LA DISTANCIA
.cómo srrd hurcarte err /a dis/,rri~.i~~
Eiiiiicc Odio
;Cóino será buscarte en la distancia, ainor,
ainor que me has llevado a la puerta del áibol,
al vuelo de la mariposa,
a la fuerza,
a la vida,
y que inc llevaste, despiiés de la alegría,
a la tristeza?
;Cómo será buscarte en la distaiicia,
entre balas silbándome cn los lionibros,
ciitre el ruido de la guerra y de las lágrimas?
¿Cómo será, amor, este buscarte en el tiempo,
en los niiclios pasillos dc los días,
despeiiia?a, descalza,
con este aiiiot; amos, qiie se revoelve eii mí
coiiio i i i i iiiar deiittr~de i i i i a pccer;~?
;Cóiiio será buscartc eii la disraiicia,
eii el no estai;
cn el cstar sola,
eii esta nada que goza coi1 saña
iiii iiiccrtiduinbre de iiiiijer abaiidoi~ada?
TU RECUERDO SE ENREDA A MI ALREDEDOR
Cuandoya nada pido
y cai nada espero
y apenas puedo nada
es cuando mrís te qzrielv
José Coronel Urteclio
Tu recuerdo se eiireda a iiii alrededor como una iiiaiita cobijáiidome del frío, brilla coii mi cuerpo en el silencio mojado de esta tarde en la que te escribo, eii la que no puedo hacer nada
inás que pensarte y decir tu nombre en secreto, para dentro de
mi boca, envolviéndolo en el 1-eciiito de mis dientes, iiiordiéiidolo hasta gastarle las letras, Iiasta gastar tanto nombre tuyo
qtir iiie Iia ido acoiiipaíiatido, para volvcr a revivirlo, arrulláncloiiie yo iiiisiiia coii tu voz y tus ojos, ineciétidoine cii cstc
tiempo sin lloras en que te quiero, cn que aiiio cada iiiinuto
que Iia qucdado iiiipreso en mi memoria para siempre.
Me pregunto cómo puedo reírme entre tanta tristeza, entre tanta flor mojada y asfalto brillante y lavadito de lluvia. Me pregunto cómo puedo sentir estar sensación de triunfo cuando la
derrota de no tenerte es un hcclio y tus inarios estin lejos de
mis manos y las gotas que voy lavando, chupando de tu cara
con inis besos no son más que imaginación, que este deseo de
rescatar del territorio del recuerdo las cosas que sentía cuando
vos eras de carne y hueso y no esa figura lejana acariciada por
mis pensaiiiientos.
Sin embargo, esta noche brillante, te siento lleno de mí en la lejanía, lleno de mi sudor, mi saliva, del olor de ini piel. Tesiento
cantaiido, carniiiaiido, llevándome entre las minos como un
pajarito y siento tu amor sobre las nubes que ine mojan, eiivolviciidoine con su calorcito, su música y siento tu mirada luminosa, transparente, atravesando iilis ojos coii su color de Iiierba,
de mar de cosas lindas y sos mi amor, ini sábana, mi cama, mi
almoliada, mi cuaderno, mi pluma, sos tan real corno estas ganas de reírme que tengo por sentirte tan cerca, por tenerte, por
no tenerte, por haberte tenido, por hoy, por mañana por todos
los días.
ESTA SOLEDAD, ESTE VAC~OINDEFINIBLE
Fstn soledad, cstc v:icío iiidcliiiil>le qiic va crcciciido cii Iiigar
de la alegría, es como estar pcrdido en una ciudad Iiostil y cxtraña haciendo y diciendo lo que no seiitinios, ni deseamos,
atíorando la explosiva felicidad, la euforia irreprimible y animal
que invadía los sentidos como grandes flores que reventaban eii
las entrañas, salían por los ojos, por la boca, embelleciendo el
transcurrir de la vida en mil y una formas hermosas. Debo morir para volver a nacer, para convertirme de nuevo en un animal
joven y contento y poder reír en grandes e inmensas carcajadas
que quiebren todos los vidrios de la ciudad en mil pedazos,
inientias tile alejo en alguna nube, montada sobre la alegría que
he buscado recapturar en tu sonrisa, en ese furtivo movimiento
que te aleja de mí, que me parte el cuerpo en pedazos, Iiaciéiidome sentir que las lágrimas nunca Iiaii estado más profutidamente dciitro de iiiis oios.
AL COMANDANTE MARCOS
El riiido dc I;i inct~illanos dej6 coi1 I;I pticrta cii las
narices.
La puerta de tu vida cerrada dc repente
en la iiiadera que tc ducriiie y aciirriica en el vientre
de la tierra.
No puedo creer tu muerte,
tan sin despedida,
' -sólo ese lejano prcseiitimiento de aquella noche,
;te acordás?en que llorC r;ihiosaineiite viéndote dorinido,
sabiéndote pájaro migratorio
en rápida fiiga de la vida.
DespiiC.~,
cuando partistc,
cuando ag:irrastc cl peligro poi- las crines
y te sabías r«dc;ido de furiosos pcrros,
empecé a creer que eras indestructible.
;Cónio poder creer cii el final dc tus inaiios,
de tus ojos, de tu palabra?
¿Cómo creer en tu filial cuando vos eras todo
principio;
la cliispi, cl priiiier disparo, la ordcii de fticgo,
los pl;iiies, In calma?
Pero allí estaba la iioticia cn el pcri6dico
y tu foto inirátidome sin verme
y esa dcfiiiitiva seiisacióii de tii aiiseiicia
corriéndome por dentro sin coiisuelo,
dejando muy atrás la fsontera de las lágrimas,
ecliándose en mis venas,
reventando contra todas mis esquinas.
Va pasando el tiempo
y va siendo más grande el hueco de tu nombre,
los ~iiiiii~tos
cargados de tli picl,
del canto rítmico de tu corazón,
de todo lo que ahora nada en mi cerebro
y tc llcva y te trae coino el fl~ijoy rcflujo
de tina iiiarca dc sangre,
doiidc veo rojo de dolor y de rabia
y escribo sin poder escribir este llanto infinito,
redondo y circular coino tu sirnlolo,
doridc no puedo visluinbrar tii final
y siento solaineiite coi1 la fuerza del abrazo,
de la lluvia,
dc los cahallos en fuga,
t i i principio.
ES TU NOMBRE QUE RETUMBA
Ii
He aiiancado los árboles
que Iiabitaban en tu casa de espuma
y Iie regado mis días
con el antiguo y nuevo
verdor de tus ojos.
Me he llenado la piel de polen,
camiiiando en las alas de las iiiariposas,
a robarle la miel a las abejas,
porque tu amor Iia florecido en iní
como una orquídea en un tronco fibroso y desolado,
naciendo de la muerte para parirse
en mil llantos furiosos
y continuarte amando
en todo lo que se te parece;
cn la luna redonda de los noclies,
en la callada y tersa piel del mar,
cn todo lo que ticiie la potencia salvaje
de tus besos.
$
1
p
He convertido en I~iciériiagasmis niaiios
cncieiido luces cii la iioclie,
vibiidote en cada parpadeo,
eii la rcspiracióii iiinieiisa de las iiiihcs,
cn el ruido silencioso del secreto a gritos repetido.
El ainoi coire por ini pclo y se agita en el aiie,
se desperdiga liacia todos los horizoiitcs
donde alguna vez anduvimos
gozando piel con piel,
calor contra calor.
Me siento caliente de lágrimas, de abrazos,
de sangre, de protestas.
BAJO EL ARCOIRIS
Me siento cqntenta con tu recuerdo,
retumbante como el vientre de los volcanes.
La Iias emprendido con tu pluinero de estrellas y caricias contra
los fantasmas que Iiabitabaii mis pulmones, ini cerebro, mi
vieiitrc, vas barriendo con un viento suave las sonrisas pegadas
a i i i i saiigic y las veo irse rcsigiiadas al lugar de los rccuci-dos,
donde deberían haber estado ya hace días si yo no nic hubiera
aferrado a sus pliegues como a un árbol durante una tormenta.
Sin eiiibargo ahora estás vos y el mundo va recobrando poco ;I
poco su redondez de naranja, su calorcito, la intimidad de su
aire de calle conocida y piiedo volver a reír, saltar, caerme, coiiociciido la ccrcaiiía de tus niaiios para toiiiariiic por los liuiiibros y acercariiie allí donde late tu vida, iiiiciitras voy poniciido
tierra y arcna sobre caminos inciertos; haciendo el caminito de
mi huella al lado de la tuya, sembrando flores, piedritas blancas, bajo cl arcoiris que salib triunhiite y lleno de colorcs desputs de la última lluvia.
EMBESTIDA A MI HOMBRO IZQUIERDO
Se v3n tus manos sobrc mi mirada
la sostienes, la sueltas.
Embistes mi hombro izquierdo,
lo sitias dcsde el cuello,
lo asaltas con las flechas de tu boca.
Embistcs mi hoinbro izquierdo
ferozy dulcemente a dentelladas.
Nos va envolviendo el amor
c.1111 SII 111o<lc1
rcd<~iido
dc Iiaccr pas;ir cl ticinpo ciiti-c los bcsos
y somos dos volutas de humo
flotando en el espacio
Ilciiiiidolo coi1 cliasqiiidos y murinullos
o suavcincnre quedándonos callados
para explorar el secreto profundo de los poros
para penetrarlos en un afán de invasión
dc dcscorrer la piel
y encontrar nucstros ojos
iniráiidonos dcsde la iiitcrioridad de la sangre.
Hablamos un lenguaje de jeroglíficos
y iiir vas dcscifraiido siii más iiistruineiitos
<111ela tcrnura lenta de tus maiios,
iIcsciirc<l.iiidoiiicsi11csfiicrzo,
alisiiidoinc coiiio iiiia s;ib;iiia rccién plaiicliada,
iiiiciitras yo te voy daiido ini universo;
todos los inetcoritos y lns Iiiiias
qiie 11311v ~ i i i ~g~.;~vir;liid~
lo
c11In hrbira dc iiiis siiciios,
mis dedos llenos dcl dcsco de tocar las estrellas
los soles que habitan en mi cucrpo.
Una iiiaiisa soiiiisa empieza a subirme por los tobillos,
se va ricndo cn mis rodillas
sube recorrieiido ini corteza de árbol
Ileiiándome de capiillos reveiitados de gozo
transparente.
El aire que sale de mis pulmones va risueño
a vivir en el viento de la noche
inientras de nuevo embistes mi hombro izquierdo,
feroz
y dulcemente
a dentelladas.
ES HORA DE PENETRAR EL SUE&O
Es Iiora de penetrar el sucfin,
decirte adi6s inoiiieiiráiicaiiieiite
y perderiiie para vos
así conio vos ya estás perdido para iní
en el sileticio de tus pestañas
apretadamente cerradas.
Estás hernioso así,
coi110 i i i i niiio iibai~doiiiicloe i ~ i o c ~ ~a itodo.
te
1)arece que no existieras 1115sque para dorinir,
sólo yo SE de I:i fiici.z:i aciirriicacla
que lia puesto iiii aiiior
eii estado de sitio.
MANUSCRITO
Voy a escribir la Iiistoria de i i i i ciicrpo ciitre tiis niaiios. Mc Ciic
iiaciciido coiiio iiii;i iiiicv:i iiiiidn dc ciilcl,r;i. I~lorcci6I);ijo el sol
y se Ilciió de begonias, broiiielias y coiiiecis aiite tus ojos y inis
ojos :isoiiibrados. Mi cuerpo, cuando lo cercan tus b m o s , se
convierte eii caballo, en yegua y sale a galopar por el placer de
un beso. Se llena de hiedra para escalar las paredes de tu corazón y cubrirlo de susurros iiacidos desde la tnisma etitraíia d e la
tierra. Mi ciierpo coi1 todos siis rcsqiiicios inipre<lccil>lcs,rasga
la iioclic coi1 sil nitit:ir de gi1irari.a del iii~jiircy ciicicii~lcI;i osciiriclad con SLI brillo de Iiici6rii;ig:i. Sc picitlc cii vos coi) el
nh:iiidoiio iIc 1111 ilifio y :il)rc siis vciii:iii:is <Ic p:ir rii ]>:ir1 ~ i r . irrcibir I:i Iioiidn c;iricia, el ~>ciis;iiiiiciiiocoiivcriido ci) l i l i ~ I i t I ; i
alada, iiicitaiido :i la sclv;i :i dcsl>crtarse con su criijido de rniii:is. Mi ciicrl>ose viiclvc Iil;iiict:i iiicxl,lo~.;idocloiidc ~pos:icl tiiyo sil ii:ivío del csl);icio; ticiiil)l;i coii I:I ciicrgki <Ir i i i i iiiirvo
coiiriiiciitc qiic se Ii>riiii>~lcsliii6scIc c:ii;iclisiiiiis siii ii<iiiil>rry
siii liistoria.
Mi cuerpo desde sicinpre parece Iiabcrrc qiicrido, Iiabertc cst:ido esperando.
Se Iia revelado desnudáiidosc coiiio una cueva que necesitara d e
tu palabra para abrir su secreto aiite la magia de tu sonrisa, de
tu cercanía, aiite vos que te sabias la coiiibiiiación oculta desde
antes de teiier Aernoria.
DEL Q U I HACER CON ESTOS POEMAS
COMO GATA BOCA ARRIBA
Pienso qiie jiintaré inis poemas,
agarrados como uiia fila de Iiuracaiies
y haré iin libro desafiante y bello para vos.
Uii lihia donde cstarctnos felices
o ;ii.iscos coiiio gatos disciitieiido,
iin libro que flote eii el tiempo de tu tiempo
y que podás eiiseñar a tus nietos
y dccirlcs:
Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a travks de tii mirada,
dc este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noclie de luna
y dos gatos cnaiiiorados
discuticiido su amor cii los tejados,
ainindose a gritos y llantos,
a maldiciones, lágrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría).
$(Mirenc61iio ine ami>cbta iniijct~,
con osgiillo dc macho idolatrado.
Te quiero como gata panza arriba
y ine defiendo de huir,
dc dejar esta pelea
de callejones y noches sin Iiablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
Iiaci6iidonic co~<~~iillas.
!;
f
1
I
No inc voy, no quicro irine, dejarte,
te biisco :ig:iz:i~,:l<l:l
soiiroiicaiido,
te busco snliciido detris del soM,
briiicaiido sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no :iiidnr cliifl:ida y s:ihcr iiini~cjarl;i casa,
poner la coiiiida,
ascilr los Cllal.toS,
niiiarte sin polvo y sin dcsordeii,
ainarre org:iiiiz:id:iiiieiitc,
I>~>ni4iirl«lc
orclcii ;I csic ;ill>oi.oio
de revolucióii y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de iioclie, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéiidonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofi de leer el periódico.
Te quieio como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te qiiiero como gata flaca
perscg~iiday Iloiona,
te quiero como gata, mi amor,
coino gata, Gioconda,
como mujer
te quiero.
TERNURA DE LOS I'UEB1,OS
Yo ic clcci:i qiic I:i soliil:iricl:i~l
cs la i c r i i ~ i<le
~ i los piirl>los.
'li: III clccl:i ~IcspiiCsclcl iriiiiili>,
dcsp~icsque pasamos los ticinpos duros dc I>:it:illns
y llantos;
ahora mieiitras recocrdo cosas qiie pasaron al15 afiicra,
cuando todo era soñar y soñai; despiertos y dormidos,
sin cansarnos nunca de ponerle argamasa al sueño
hasta que dejó de serlo, liasta que vimos las
banderas rojiticgras
-de verdad- ondeando sobre las cascis, las c:isir:is,
las chozas,
los árboles del camino y pensamos en todo lo
que nos tocó vivir
y era coino un gran rninl>ccabezasde rabias y fiiego
y sangre y esperanza ...
ÁSPERATEXTURA DEL VIENTO
Nacida de la selva me tomaste
arisca yegua para estribos y albardas.
Duraiitc muchas noches
nada FC oyó
sino el chasquido del látigo
CI I umol del forcejeo
1.1smaldicioiie~
y el roce de los cuerpos
midiéndose la fuerza en el espacio.
:
Cabalgamos por días sin parar
dc~l>ocados
corccles del ainor
dando y quitaiido,
riendo y llorando
-el tiempo de la doina
el celo de los tigresNo pudimos con la áspera textura de los vientos.
Nos rendimos ante el cansancio
a pocos inctros de la lpradcra
donde hubiéramos realizado
todos nuestros encendidos sueños.
PARA TOMAR DE NUEVO EL RUMBO
Hemos cruzado ríos aiiclios como el Iyas,
montañas elevadas como el Kilambé.
Ya conocemos la lectura de las huellas,
el paso del piiina y el danto.
Apicndimos a encoiitrarnos cn los soeíios
y a conocer el sentido preciso de los silencios.
A ratos cainiiic sola iiiieiitras vos adelantabas la iiiarcha.
Lloré viéndote lejano.
Vos me diste la mano y seguimos cnmiiiando.
Hubo acecho, rendición, huida, besos, emboscada;
a c a m p a ~ o s anduvimos,
,
maldecimos ...
¿Cómo, amor, pensar aliora
en poner espadas de fuego
a la entrada del paraíso?
CONJUROS DE LA MEMORiA
EH, HOMBRE,
AMADO M ~ O
Eh, lionibre
amado mío,
desecha ya los viejos mapas,
ven a recorrerme sobre ariscos caballos,
hincha las velas y descubre este nuevo continente
nacido entre cataclismos y catástrofes.
Escala estas montaíias azules
para ver tu nombre inscrito en le horizonte;
húndete en los lagos y conoce los nacarados monumentos
a cada uno de tiis besos.
Descifra los mensajes pintados eii las grandes paredes
y ve aparecer tu risa en los árboles friitales
de cst:i tierra
donde coino zumo vital
guardarte sicinpre.
'
No sf si i i i i sol dcsincdido y biirlóii
inc atravesará de punta ;i p~iiita
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados,
cuando se rompan las oscuridades
de ini perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululaiido su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
Estoy como nací -desnudaiiiojada de IAgriinas con el pelo cliorrciiidoiiie iiost:ilgi:i
y iiii c;iiis:incio vetusto acoiiiodado eii iiiis Iiucsos
y mientras me dejo ir eii el humo,
"iciie sil mano y me sostiene
y inc levaiit;~y iiic hace troii;ir de júl~ilo,
iiie zarandea I:is ganas de vivir,
iiie dice v e d e con ojos de nioiitc
aziil coi1 el pclo espiiinoso (le iii:ir
estrclla con I;is iiíias brill:iiiics
viciito y sopl:i i i i i :iiigiisti:i y I:i dcspcr<lig:~
y me hace nadar en el aire, retozar cn los arroyos,
romper los rclojes del tiempo,
borrar la Iiuella de mis pequeños pecados
viieltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo Iierinaiio de este duende iluminado
que rnc persigiie eii el sueíio
en el que corro Ii~i~eiido,
sig~ii6iidolcyo a i i i i vcz
juego de gato y ratóii hasta que viene la Il~ivia
y la risa y volveinos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuclve a einpezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el iimbral dcl paraíso.
PATRIA LIBRE: 19 DE JULIO DE 1979
Extraño sentir este sol otra vez
y ver júbilo de las calles alborotadas de gente,
las banderas rojinegras por todas partes
y una nueva cara de la ciudad que despierta
coi1 cl Iiiiino dc las llantas quciiiadas
y las altas Iiilcras de barricadas.
i
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i
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d
P
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I:I viciito nic va dando cii plena cara
donde circiilaii librcs polvo y liígrinias,
respiro Iioiido para coiivcnccrmc de q ~ i no
c es uii suciío,
que allá cstá cl Motastepe, el Momotombo, el lago,
que lo Iiicimos al fin,
que lo logramos.
7aiitos años creyendo csto contra viento y iiiai-ea,
crcycndo que este día era posible,
aún después de saber la muerte de Ricardo, de Pedro,
de Carlos ...
de tantos otros que nos arrancaron,
ojos que nos sacaron,
sin poder dejarnos nunca ciegos a este día
que nos revienta Iioy entre las manos.
Cuántas muertes se me agolpan en la garganta,
queridos iiiliertos con los que algiiiia vcz soñamos este sueíio
y rccucrdo sus caras, sus ojos,
la seg~iricladcon que conocieron esta victoria,
la generosidad con que la construyeron,
ciertos de que esta llora feliz aguardaba en el futuro
y que por ella bicn valía la pena morir.
Me duele como parto esta alegría.
me duele no poder despertarlos para que vengan a ver
este pueblo gigante saliendo de la noche,
con la cara tan íresca y la sonrisa tan encima de los labios,
como qiie la Iiiibieran cstado aciimulaiido
y la soltaran en tropeles, de repente.
Hay milcs de sonrisas saliendo de los cajones,
de las casas queiiiadas, de los adoq~iiiies,
sonrisas vestidas de colores como pedazos dc sandía,
de melón o níspero.
Yo siento que tengo que gozarme y regocijarnie
como lo hubieran hecho mis hermanos dormidos,
gozariiie con cste triiinfo tan de ellos,
tan hijo de su carne y de su sangre
y en medio del bullicio de este dia tan azul,
l
montada en el camión,
pasando entre las calles, en medio de las caras hermosas
de mi gente,
quisiera que me nacieran brazos para abrazarlos a todos
y decirles a todos que los quiero,
que la sangre nos ha hermanado con su vínculo doloroso,
que estarnos juntos para aprender a hablar de nuevo,
a caininar de nuevo;
que en este futuro -herencia de miierte y de gemidossonarán estrepitosas descargas de martillo,
rafagazos de torno,
zumbidos de machete;
que estas serán las armas
para sacarle luz a las cenizas,
cemento, casas, pan, a las cenizas;
que no desmayareinos, nunca nos rendiremos,
que sabremos como ellos
pensar en los días hermosos que, verán otros ojos
y en esta borrachera de libertad
que invade las calles, mece los árboles,
sopla cl humo de los incendios
que nos acoiiil>aíicii
tranqiiilos
fclices
sicnilirc-vivos
11~1cstros
intiertos.
5g
AYUDAME A CREER QUE NO SEREMOS
LOS ÚLTIMOS POBLADORES DE LA TIERRA
Mi deseo dc vos, amado,
es coino el viciito en las colinas de w~slala,
corricticio siii parar
y siciiiprr rcgrcsaiido.
Jndeo de tristeza
y lloro dc aiiior ciiccrrada
coiiio tigre enjaulado
en las noches,
«yendo tu palabra,
tu cabeza en la almohada cercana.
C>uc scr&para vos, alnado,
en este trapiche
donde no quedará nada en pie de nuestra estatura,
eii estos días en que todo es más vivo
porque cercana cstá la muerte
y yo te abrazo iiiiciitr;is aprct;idaiiiciitc
nos ccrcati las manadas <-lelobos
c iiicicrto es el brillo titilante de las estrellas,
:riiiiqtic vcr<la~lcro
cs cl ainor, los valorcs trascciiJciii:ilcs
[le In I-lisiori:~,la I>cllcz:i
y csi:i I- cii <IiiC toclo l""lr:í ["rcc".
V i l Ir1 I0ciir:l :llíllliic:i <Ic cs10:; I i < ~ l l l , > < ~ ~ ,
I I V W ) <IUC cx' aliciiiii <Ic v i i l : ~qiic iiiviiii<is
rcsurgirá cti la coiistniiie movilidad de la iuatcria,
:iiiii<1ticya 110 cst;~rá~i
iitlcstros CL~CI.POS
y estos cantos serán aliinetitos del humo en la hecatombe
I
1
I'or eso, amado,
hoy más que nunca,
oigo tictaquear el reloj,
el momento que se escurre entre los dedos
v estov triste
ante la certcza del Iiuracán.
Por eso me sierito a blandir estos poemas,
a contruir contra vieiito y marea
un pequeiío espacio de felicidad,
a tener fe cn que no podrá terminar todo esto
-el rostro <leSaslaya
-el rojo de las flores
que no scremos los últimos pobladores de la tierra,
que se hundirá,
sin nosotros a cuestas,
el iinpeiio.
1
1
PELIGROS DEL INVIERNO
Ihtc iiivieriio se csti Ilcvniido toclo lo q ~ i cSuiiiios.
<:ada <líaclesl~ierto
arrcbiij:iiidoiiie coiiira t i i csp;ild;i,
tocándote
para saber que no te has ido con el agua
soiirío y me pregunto si maíiaiia si pronto
si algún día de estos
el llanto sucederá a la lluvia
y el invierno también se ineterli en la casa
y no Iiabrá tnuehle estante cortiiiera
donde no lave el agua los colores
y nos mojemos todos entre chocorrones y despedidas.
Por eso en las inaíiaiias
bebo toda la luz en iiiis pulinoiics
abro todas las puertas,
pinto ainarillas las risas de la casa
doy viiclta tciiaz a los gir:~solcs
mc prendo el sol en mcdio de los pcchos
y salgo a tocarte a escribirte
a decir que no, que no hay cauce que se lleve ini amor
ni aguacero ni ciclón ni viento lacerante
que arranque tu nombre de esta piel
miel de tus días largos.
SOfiANDO CON LA LÁMPARA D E ALADINO
Siciiio < I U C I I I C voy a iiiorii
clc 1"il""'.Le y <.,LIcI~CrLc.
gc11iolll:lr:lvilloso,
¿dónde estará mi lámpara de aceite,
dónde el poder para frotarla y hacerte surgir
en mcdio de mí
armado de truenos y al-coiris?
¿dónde la mágica evocación,
el ciclón qiic borre tnis palabriis nialditas,
el tiempo interpuesto entre nuestras soiiibras?
Froto mi corazón
para traerte eiitcm Iiacia mí,
así t:iI coiiio sos,
COIllO te n1110,
con tod;is tus qucsidas p:il:ibras
tiis s:ibi:is, tus silc~iciosiiiqiiic~:iiitcs,
la dulzura que descubrí
corno iriagorable panal de iiiiel
para einpalagarme y llorar de alcgría
contra tu sombra dormida
en la almoliada de la noche.
Aiiior redondo y defiiiitivo coiiio la curv:i dcl mundo,
no abaiidoiih ini playa de vclcros y naufragios,
ni las caracolas sonoras gritando esta pasión,
esta ternura como lengua larga sobre la arena,
1)riricá el erizo que quiso estorbar
la coristrucción de iiuestra casa de algas inarinas;
VIIS,
;riiior, ~ L I Ii:is
C
coiiocido dc paiit:iiii>s
y sclvas y iiiuertes,
no devolvás tus pasos
a la hosca soledad irialcaiiz;iblc a mis gritos.
Yo instalaré iiiiillidas alfoinbras
p w ~que ~ m ~ i r isiii
& s tropiezos
y ol)crar6 por aiios y siglos ciitci-os
cii ciialquier casa sobre los árboles, a
~ I I C<lcsciliC:slos iir:i~':is.
borrbs la Iiiiclla
y caiir6s o t ~vcz,
i I:i roriiictit;~
coi1 I;i qiic iiic nrrullal>aseii las iioclies.
B
1
Estoy en inedia de un huracán,
sola y blanca en el hospital.
Vos te me aparecés
critre las ric~gasdcl viento
y te movés sobre rní
qirc I>uc<laccrr:irtc I;rs vciitaii;is.
Me abrís incii1oi ¡Gis,
-tr»zos de tu soiirisa se ine vienen eiicimaestk iiiitado eii ini piel
corno una segunda piel desaforada.
I'ienso que habrás recibido mis cartas,
mis garrapatas negras
balbuceando caricias,
el diario de Adán y Eva de Mailr Twain
con un asombroso parecido a nuestra Iiistoria.
Me y regunto cóiiio estará tu sangre,
tu corazón,
mientras yo no puedo dejar de estar con vos,
aquí en medio de este huracán.
LA SANGRE DE OTROS
Leo los poemas de los muertos
yo que estoy viva
yo que viví pata reiriiic y llorar
y gritar l'atria Libre o Morir
sobre un camión
el día qiie Ilegainos a Managua.
Leo los poemas de los muertos,
veo las hormigas sobre la graina,
iiiis pies descalzos,
tu pelo lacio,
espalda encorvada sobre la reunión.
Leo los poemas de los muertos
y siento que esta sangre con que nos amamos,
110 nos pertenece.
i
IR DEJANDO EN JIRONES 1.A PIEL EN El. AMOR
Qué clificil escalar las iiiterrngaiites,
ir rlcj:iiido cii jirones l:i piel cii cl aiiioi;
sciitirte c:icl:i día 1115ssola y ;irriiicoiiad:i
iiiiciiiras el iiiiiiiclo se va volviciido c o i i i ~i i i i ciiibiiclo,
con un solo camiiio recto y sin torceduras
y vas caiiiiiiando a enipcllones,
sentándote a llorar en las picdi-as,
aliineiitándote de hierbas
o amaiiecien<-loa veces bajo un sol esplendoroso
coii iiiibes rcgonletns que te hacen sonreír sin ariinrgura,
coiiio uii nitío.
Qiiicro la inane que iiie empuje Iiacia adelante
porque esta confiisión me vuela de un lado a otro,
mc enncgrccc y está poliiendo arrugas cii mi fi-eiitc.
Ya n o soy inás la que reía aiite la tristeza,
la que la ahuyentaba con el palmotear de la mano.
Ahora la tristeza ha hecho nido,
se Iia venido a posar entre inis rani:is
y estoy conio un sauce llorón,
tendida y doblada,
ac:iriciaiido ;ipciias
la tierra
coii iiiis Iágriinas.
ESTO ES AMOR
#Esto cs amor, quien lo pi.o6ó, lo sabe»
Lope de Vega
La mente se resiste a olvidar las cosas Iiermosas,
se aferia a ellas y olvida todo lo doloroso,
inágicanicnte anonadada por la bellcza.
No rccucrdo discursos contra mis débiles brazos,
guardando la cxacca dimciisión de tu ciiittira;
recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
tus palabras en un papel que eticueiitro por allí,
la sensación de dulzura eii las mañanas.
pros tic^^ sc vvelvc bcllo
ciiando el aiiior lo toca con sus alas de Féiiix,
ceniza dc tiii cigarro que es el Iiuino
después de hacer el amor,
o el humo compartido,
quitado suavemeiitc de la boca sin decir nada,
ínrimainciite conociendo qiie lo del uno cs del otro
c~iaiidodos se perteiieccii.
1>11
No te cnticiido y qiiisiera odiarte
y quisiera no sciitir coiiio aliora
cl calor dc las Iágriinas cii iiiis ojos
por tanto raro ganado al vacío,
al hastío de los días intrascendentcs,
vucltos inmortales en el eco de tu risa
y te aino monstruo apocalíptico de la biblia de mis días
y re lloro con ganas de odiar
todo lo que alguna vez me Iiizo sentir
flor rara eii un paraíso recobrado
donde toda felicidad era posible
y me dolés en el cuerpo sensible y seco de caricias,
abaiidonado ya meses al sonido de besos
y palabras susurradas o risas a la hora del baño.
Te añoro con furia de cacto en el desierto
y sé que no vcndrás
que nunca vendrás
y que si venís seré débil coiiio no debería
y ine rcsisto a creceriiie en roca,
cii Tarpeya,
en esparraiia mujer arrojando su amor lisiado para que no viva
y te escondo y te cuido eii la oscuridad
y entre las letras negras de mis escritos
volcados coino río de lava entre débiles rayas azules de
cuaderno
q ~ i ciiie recucrdaii que la líiica es recta
pero qiic el iiiiiiido es curvo
coiiio la pendiente de mis caderas.
Te amo y te lo grito estés donde estés,
sordo como estás
a la única palabra que pucde sacarte del infierno
que esr;ís labrando coino ciego destructor
de tu íiitiiiia y reprirnida teriiiira que yo coiiozco
y dc cuyo conociiiiieiiro
yn iiiiiica podr;ís escapar.
Y sé que mi sed sólo se sacia con tu agua
y que nadie podrá darine de beber
ni amor, ni sexo, ni rama florida
sin que yo le odie por querer parecérsere
y no quiero saber nada de otras voces
aunque me duela querer ternura
y conversación larga y entendida entre dos
porque sdlo vos tciiés el cifrado secreto
de la clave de mis palabras
y s61o vos parecés tciicr
el sol, la luna, el ~iiiiversode iiiis alcgrias
y por eso quisiera odiarte coino no lo logro,
como sé que no lo haré
porque me hechizaste con tu mochila de hierbas
y nostalgias y chispa encendida
y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas coino el agua de las cañadas
y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia
y sabe que ya no Iiay nubes,
ni evaporización,
ni ríos,
que el mundo se secó
y que iio volverá jamás a llover,
ni habrá ya nieve o frío o paraíso
donde pájaro alguno pueda romper
el silencio del llanto.
SOÑARPARA DESPERTAR SOÑANDO
;Qui&n cs rsa qri~curr~,LW los ciclus
co~is r ~ / l o ~ ~ r~rU~ i/ rI Y I C
L/L,/ L
~ TI ~ > I ~ L I ,
corr nfrestra tierra y el sol ronda~z~lo
como nbejrs su c u r d n e~zJur?
Sus pies van en los vientos donde el
espacio es hondo.
Szrs ojos son velados, nebulosos,
vuela en la noche en busca de un amante
lejano.
James Oppenheim
Ya que no me queda más que soñar
y el tiempo de esperar parece uiia playa que nunca se termina,
levantaré las noches, los umbrales de la madrugada
y me lanzaré al siieiío
como uiia florante bailarina sin velos,
desiitida para que nada tne estorbe,
para que el cielo me ven como soy
y 1>uedniidecidir 1:is csrrel1:is
qué planeta me asigiiaráii de residencia,
en qué Revolución me seinbraráii
-porqiie taiiibiéii debe haber en las Galaxias;
todo está eii coiistante rnovimieiitoMe harán fertilizar con todo el llanto
evaporado desde inis ojos
y también con mi sudor, mis heces,
todo lo que segrego porque vivo y funciono
y 10 quc mi cuerpo hace o destruye,
tiene razón de ser y es Iierinoso.
Allí, cii csc vacío del espacio
-qliirro. ,>"-turbador, ;iiiiciinzaiitecoiiio cste cii el que aliora estoy,
habré de encontrarlo, de verlo, de tocarlo.
Desde el asteroide B-612, lo veré conforinarse como una
nebulosa;
piernas, maiios, acento, labios,
ojos para vcriiie coino iiaclie me ha visto
-1iasta el fondo, sin miedo, ni prejuicios-.
Sciitiré q ~ i cnic ccrca, mc :icoiia,
que recoge inis poemas y los lee y le gustan,
que traspasamos juntos Iliivins de meteoritos
y calla o es misterio
o transparente, me deja contemplarlo,
ver cómo corre su sangre,
trabaja su cerebro,
iiic aiiia coi1 el fiicgo prendido de los astros,
iiie toma de la mano
eii paseos iiimeiisos por las Siete Cabritas,
los aiiillos de Saturno, por las lunas d e Júpiter,
y iios vainos saciatido de la sed de Universo.
Dcsp~iCs,
lo S,:
ciiipc~u'fa sofiar otra \,cz coi, iiiicstra Liiiia,
coi1 rl plaiict:~'Ticr~i,
coi1 I I I I lugar iiiiiy dcliiiiclo
cii el ombligo de uii lar$« coiitiiiciite,
y ciiil>m;~rí.
:i coiii;irlc del sol ~ . i ~ tlos
r c dl.li~lcs,
del caloi; de las selv;is,
el canto de los liijaros
y las hermosas voces de 13s gentes.
Le liaré cantos con trucnos,
le Iiablaré de las inanos callosas,
de la guerra, del Triunfo,
de lo que nos costó, lo que sufrin~os,
lo que ahora go7.amos, trabajamos, Iiacemos
Sentiré la punzante nostalgia de la tierra mojada,
pensaré en las cosas que 11e dejado de hacer
por andar arrebujada en sucños, conociendo planetas.
Y nos vendremos juntos
aprovechando la conjunción de los astros.
Me dirá qlic tenía razón
que es bello este lugar,
inis volcanes tendidos sobre el paisaje como una mujer de
(pechos desordenados,
los lagos, las banderas, las sonrisas
y me dirá:
Trabaja, miijei; trabaja,
trabajemos,
que el sueno está aquí mismo,
en este mismo sitio.
;Para qué otros inuiidos
otras constelaciones?
Aquí iiiisiii« q~iccl'fiiioiiosdcspicrtcis
eii medio de esta
reciéii nacida, ainciiazada,
cstrclln.
1
NUEVA CONSTRUCCIÓN DEL PRESENTE
Me veo cii cl cspcjo,
desleída figiira,
incierta iiiiiier desaliíiada.
Estoy en el filo de la coiistrucción de mí misma,
ansiosa de cimientos, estructura, sólidas paredes
para proteger el bagaje de sueíios que ando a cuestas,
requiero de certezas y veredas tranquilas,
pasos firmes hacia mi propia patria conocida.
Este barro necesita darse forma, ser ladrillo,
construir un centro de donde fluir herinoso y sombrío.
He acumulado tiempos como infantiles cubos de colores
y ya los días piden estructurar el ritmo,
la cadencia de mis audaces despertares,
el sonido, la huella de mis pasos.
Se fue ya el tiempo de meditar a solas,
hay coros donde incluir mi voz,
cantos brotados de gargantas gruesas,
brazos invitadores descifrando la tierra,
andanadas de cuerpos levantando la mota que se cae;
todos los días nacen nuevos retos exigiendo respuestas,
ruidos de edificios,
de trochas que abren brecha en tierras de pájaros.
Hay lugares que se crecen, de repente, en palmeras,
gigantes que despiertan,
vetustas niansiones cayendo en el olvido de las telaraíias.
No puede haber en este presente
que tanta sangre hiciera
desleídas imigeiies.
Hay que trazarse firme los contornos del rostro,
reforzar los brazos,
apretar los iiiúsctilos,
I:iiiz:irsr :i c(>iiqiiisr:ircst:i iirri.:~tii:i<Iiii;i.
Ii:iccr lxiris el :~ll>:i,
s;ic;is llc csrc Ii)ii<loI:is p s ~ ~ i i i ~ s ; ~ ~ .
Co1itr.i iiicrhlulos e iiis~i~idorcs,
contra iiialos augiirios
demostrar que dejamos de ser,
arena movediza.
DESAFfO A LA VEJEZ
Ciiaiido yo Ilegiie a vieja
-si es que Ilegoy ine mire al cspcjo
y me cuente las arrugas
conio una dclicada orografía
de distendida picl.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las Iágrinias
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo rcsponda despacio
a mis deseos,
cuando vea ini vida envuelta
<.Il \8(.llns:1z11lcs.
C I I III.I>IIIIIII;IS
ojerils,
y sucltc blanca i i i i cabcllci-a
para dormirme temprano
-como corrcspondecuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el peso de muchos inviernos,
sí. que todavía mi corazón
estará -rebeldeticraqueando
y las dudas y 10s aiiclios liorizoiites
t:inibiéii salodaráii
mis mañanas.
EN LA DOLIENTE SOLEDAD DEL DOMINGO
Aqiií estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo iiii cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
eii largas noches de quejidos y risas
y iiiiclos de tiiis cucvas interiores.
Veo inis pechos
que acoinodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.
Veo inis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte al sendero de la perdición
liacia mi mismo centro
y la suave vcgetacióii del iiioiitc
donde iirdiste sordos coiribates
coronados de gozo,
aiiuiiciados por descargas de fusilería
y iruciios priiiiiiivus.
Me veo y no ine estoy viendo,
es ~ i i espejo
i
de vos el que se cxtieiidc doliciitc
sobre esta so1cd:id dc doiiiiiigo,
iin espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro heinisferio.
Llueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
inientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.
TODO SEA POR EL AMOR
T:IIIT:IS
cosas Iic licclio por vos
que tciigo c ~ i i ~ " L i l a r
qiic sil i.cciii.iiio iio rc siiciic ;i rccl:iiiio;
p o r i 1 ~ todo
1 ~ Iia sido Iicclio cii virtiicl dcl aiiior
y los relámpagos y ciclones que solté
de la caja de Pandora
que iiii día me pusiste en las manos
si es verdad que han dolido,
que muclias veces me han arrancado piel de la raíz
y inc han hecho buscarme cl corazón
con iiiiedo a no encontrar su pasito de soldado,
Iiaii sido mi propia, soberana decisión,
mi perdición, mi gozo,
por los que rne he conocido iiiiis mujer
capaz de escaladas, acrolx~cias,
ten:~rid:idde hiiri.:~rctcii!ad:i,
por los qiie Iic recorrido sendas ignotas,
inaieada por cl olor taii cercano de la felicidad
y te Iic buscado dcti:ís de gestos y 1)ucrt:is
y hasta de la manera de abaiidoiiar tu ropa
y cuando te he encontrado
ine lie abierto de par eii par
coiiio jaula repleta de ruiseñores
y he sabido también cómo sc siciite
tener uii astro desluiiibraiitc cii las entrañas.
No quiero pues, equivocarme coi1 reclaiiios;
me hago responsable del sol y de la sombra,
pero, ay amor, cómo me duele
,<.."
.~.
que estatido yo eii tu espacio
como estrella crrabitnda
ficraiiiciite colgada por vos en tu Universo,
no mc Iiayás descubierto cl rcsplatidor,
tio inc Iiayás Iiabitado,
toniado poscsión dc iiii liiz
y sólo te Iiayás atrevido
a palparme
-coi110 uti ciegoen la oscuridad.
EVA ADVIERTE SOBRE LAS MANZANAS
<,Allíte quedo en elpecho,
Con podcres de Dios
-centauro oinnipoteiiteme sacaste de la costilla curva dc mi iiiiiiido
laiizáiidoi~ica biiscar t ~ prometida
i
tierra,
la primera cstacióii del paraíso.
Todo dejC :itrás.
No oí lainetitos, iii rccotnciidaciones
porque en todo el Universo de mi ceguera
sólo vos brillabas
recortado sol en la oscuridad.
.
Y así,
Eva de nuevo,
comí la manzana;
quise construir casa y que la habiráramos,
tener hijos para multiplicar nuestro estretiado territorio.
Pero, después,
sólo cstiivicrr~iicii vos
las cacerías, los leoties,
cl clogio a la solcdad,
y cl Iiosco dcspcrtar.
Para iní solainente los rcgrcsos de prisa,
tu goce de mi cuerpo,
i
I
/
el dcscargue repentiiio de ternura
y luego,
uiia y otra vez, la huida
tijcreteatido iiii siicño,
llenando de lágriinas la copa de inicl
teiiaziiiente ofrecida.
Me desgasti. como piedra de río.
Iiiiir:is vcccs ~>:is;istc
1)oi.c~iciiii;~
<Iriiiis iiiiiriiiiillos,
de inis gritos,
abaiidombiidome en la selva de tiis confusiones
sin lámpara, ni piedras para Iiacer fuego y calentarme,
o adivinar el ruiiibo d e tu sotiibra.
I'or eso i i i i día,
vi por últiiiia vez
tu figiira recostada cii el rojo fondo d e la liabitacióii
donde conocí más furia que terriura
y te dije adiós
desde el caliente fondo de inis entrafías,
desde el río de lava de mi corazón.
N o me llevé nada
poiq11e nada de lo tuyo iiie pertenecía
-iiuilca ine Iiiciste ducha de tiis cosasy saliste de mí
coino salen -de proiitodesparramados, tristes,
los irboles convertidos en trazas,
muertos ya,
pulpa para el recuerdo,
material para entretejer versos.
Fuiste ini Dios
y conio Adán, también
ine preíiaste de frutas y malinclies,
de poemas y cogollos,
racimos de inexplicables descoiiciertos.
Para iiiiiica jaiiiás
esta Eva veri espejisiiios dc ~,nraíso
o iiioi.<lcr:iiii;iiiz;iii:is <Itilccsy l>cligi.os:is,
orgiillosas,
sol><~~l~i;is,
inadecuadas
para el amor.
y la soiirisa de mis Iiijos.
PODA PARA CRECER
De este moritic~ilode polvo,
de Iiuesos tritiirados
esparcidos por el tiempo,
teiigo que rchacer mi dimensión;
armariiic con los totems de mis aiitcpasados,
invocando los manes
que alguna vez rne vieron ser colibrí
-alas rápidas picotcaiido
siti iiiicdt>a los cnzadoresapartar a manotazos
vientos y malas lenguas
einpeciiiadas en empequeñecer
105 ;iiioii;i<loi.csI:itidos dc iiii cnraz6ii.
Desile csta desvencijada,
golpeada estriictiira,
lie dc renacer
fuerte como los ceibos,
Iierinosa como la tempestad
-que
no se arrcdra aiitc las pucrtas ccrrndas--
para golpear d e p:ilal>ras rl iiiuiido
con mi cuerpo convertido en arcilla,
nioldeado ya,
indeclinable ante las malas miradas,
pero tierno para las lagunas y las lunas
y la rima y el verso
Es duro rechacerse desde el agua,
desde dos pequeíias pozas encliarcadas
en medio de la cara
y la nariz roja
y la boca torcida por la tristeza.
Escarbar la esperariza en la desesperanza,
buscarle a lo ainargo
cl conocido, presentido, sabido,
sabor d e la iniel.
Es diiro cl coiitoriio de la figura
recortada en el cerebro
-diTiis:i, odi;icla, pcro iiiil>orrablcCauta m e advierto
ante otras manos ofreciendo ternura,
pioincsn, calor de sonrisa
mientras cl brazo extciidido dcl fiit~iro
desde cl espejo me anuncia
que estoy toda entera,
dura y 'ágil,
dispuesta para el nuevo,
iiidescifrable,
maíiaiia.
EXORCISMO
Sé que cstoy escribiciido
para exorcizariiie
y sacarine de adentro
la aiidaiiad.1 de aiigusiias
pcrsiguiéndoine.
Aún no sé inuy bien
quién es esta nueva mujer que soy
-como no se conoce la ciudad después del cataclismo,
pcrdidos los puiitos de referencia de tal o cual cdificioConozco que cstoy fallada
coino una telaraña geológica
llena de ranuras por donde brotan
perennes pasados cuyos sisiiios no puedo medir
con iiiiigíin osciloscopio
preiiicditado.
MAYO
No se iiiarcliitan los besos
co~iiolos ~~i:~Ii~icIics,
ni iiie crecen vaiiias eii los brazos;
siempre florczco
con esta lluvia interna,
como los patios verdes de Mayo
y río porque amo el viento y las nubes
y el paso de los pájaros cantores,
auiique atide enredada eii rccuerdos,
cubierta de Iiicdra conio I:is viejas paredcs,
sigo crc~eiidoeii los susiirros guardados,
la fuerza de los caballos salvajes
el alado mensaje <-lelas gaviotas.
Creo en las raíces iiinuinerables de mi canto.
PERMANENCIA
1)iiro dccir:
Te amo,
mira cuánto tiempo, distancia y pretensión
Iic 1>iiestnante el Iiorror de cs;i palabra,
esa palabra como scrpicritc
que viene sin Iincer riiido, ronda
y se niega una, dos, tres, cuatro, muchas
veces,
ahuyentándola coino u n mal pensamictito,
una debilidad,
un desliz,
algo que no podemos permitirnos
-ese tciiiblor priiiiario
que nos acerca al principio del mundo,
al lenguaje elemental del roce o el
contacto,
1:i osciiridad de la caverna,
cl hombre y la iniijcr
Inmi6iidose el cspaiito del estriieiido-
Sciitir que hay
i111aliior feroz
enjaulado a punta de razones,
condeiiado a morir d e iiianicióii,
sin darse a nadie más
obseso d e u n i-ostro inevitable.
Pasar por días
de levantar la maiio,
formar el gesto del reencuentro y
arrepentirse.
No poder con el iiiicdo,
la cobardía,
el temor al sonido de la voz.
Huir coino ciervo asustado del propio
corazón,
vociferando iiii nombre cii el silencio
y hacer ruido,
llenarse de otras voces,
sólo para seguirnos desgarrando
y auincntar el cspaiito
de Iiaber pel-dido cl ciclo para siempre.
lleno mi pelo de gorriones,
dedos reventando en mariposas,
el aire enredado en mis dientes,
retornando a su orden
de iiiiivei-so Iiabirado por cciitnuros.
Vcstirine de aiiior
<]U' '"'<'Y
'Ic~llil<l:l;
qiie estoy coi~iocitidad
-dcsliabitadasorda de ruidos,
tiritando de trinos,
reseca hoja quebradiza de marzo.
Rodeame de gozo
que no nací para estar triste
y la tristeza me queda floja
como ropa que no me pertenece.
Quiero encenderme de nuevo
olvidarme dcl sabor salado de las lágrimas
-los li~iecosen los lirios,
la golondrina muerta en el balcón-.
Volver a refrescarme de brisa risa,
reventada ola
mar sobre las peíias de mi infancia,
astro en las inanos,
linterna eterna del camino hacia el espejo
donde volver a mirarme
de coerpo entero,
protegida,
tomada de la mano,
de la luz,
de grama verde y volcanes;
IN MEMORIAM
Como una inmensa catedral,
ahumada de tiempo y peregrinos,
abierta de vitralcs,
cobijada de musgo y pequeñas violetas olorosas,
esta noche oficio para vos
~ i nin Memuriitn cálido,
una lámpara ardiendo.
Por los mis oscuros pasadizos de mis muros internos,
:I tra\s&sde intriiicatlos I:thcriiir~~s,
de puertas canceladas,
de candados y rejas,
c~niiriohacia el encuentro de tu soinbra.
'1ii efigic de largas vestiduras moiiacales
riie cspcra cn cl atrio dcl recuerdo
junto a la fuente silcnciada.
Arrastro las largas vestiduras del encierro.
No sf si ii«tar;is,
cuando callada re me accrque,
riiiiiii i i i i ~111:r~Oii
sciticj:~I I I I cirio
y ciiiiio sc iiic ;iiiioiitoiiaii cii los ojos
II)<I:IS l:ts 111ic1csC S ~ C ~ S : [lc
I S I;I s:tnl;rc.
Lii cl rcdoiiclo espacio tciiipo~.;il
clc csta iioclic cn que invoco t i i iioinl>i-e,
alzo cl iii:iiiro qiic o c ~ i l kt~iicd:iiiiciirc
~
cl sccrcto,
rc iiiliestro el altar de los suspiros,
la cxja cincelada donde guardo tus gestos,
i;
i
i
1
i
i
el conjuro de rosas que perfuma mis huesos.
Mi cuerpo ru perenne habitación.
Tu morada de las suaves paredes.
Quizás ya no recuerdes
cómo ocupabas sus entrañas,
SUS celdas enrejadas
pero ellas conocen los ~nurmullos,los cánticos.
Basta una chispa y lo mueito revive,
lo que peiisábase dormido, despierta.
Oficio así esta resurrección,
este rito de invierno,
abierta, florecida coixo las limonarias.
Te enrostro mi ainoGnclaustrado,
scp~iltadorras dias y bnrrotcs de :icci,o,
este amor sumergido tras pétalos de agua,
coriservado en archivos subterráneos
lapidado, proscrito, negado miles veces,
intacto zarzal sin coiisumirse,
delicado reducto que la sangre preserva.
Lo pongo de nuevo en su lugar,
en su jaula del jardín de maduras manzanas,
lo condcno otra vez a la ceguera, lo silencio.
Ya mañana
1r;tl;lrd cle 0Ivi~l;lr
C~LIC,
de luto, esta noclie
lile I~:ll>i~:is~c
<Ic IIIICVO
y Tui ;I<~LICII;I iiiiijcr ~ I I CIC Iliitni~lxi
sin que jainb iu voz Ic respondiera.
SIN PALABRAS
Yo inventé 1111 árbol grande,
más grande que un hombre,
más grande quc iilia casa,
más grande que una última esperanza,
Me quedé con él años y anos
bajo su sombra
esperando que me Iiablara.
Le cantaba caiiciones,
lo abrazaba,
le rascaba su rugosa corteza
entretejida de helechos,
ini risa reventaba flores cn sus ramas,
y a cada gesto rnío le creían Iiojas,
lc brotaban frutas ...
Era mío coino iiiiiica nada Iia sido mío,
pcro no iiic Iiahlaba.
Yo vivi:i peiidieiite de siis riiidos,
oyendo sii siiave alcrco de iiinriposn,
su crujido de animal de la selva
y soñaba su voz como un hermoso canto,
pero no me Iiablaba.
I
1
j
Noches enteras lloré a sus pies,
apretiijada entre sus raíces,
sintiendo sus biazos sobre mí,
viéndolo erguido sobre mí,
sabiendo que me estaba pensando,
pcro no iile Iiablaba ...
182
Aprendí a cantar como pájaro,
a eiicenderine como luciérnaga,
a relinchar como caballo.
A veces me eiifiirecía y hacia que se le cayeran
todas las Iiojas,
lo dej:ilia desniido y avcrgonzndo
aiiic los guanacastes,
esperando que -tal vez- entendería por mal,
coi~ionlgiinos Iioiiibres,
pcro nada.
Aprendí tantas cosas para poder hablarle,
me desnudé de tantas otras necesidades
que olvidé hasta cómo me llamaba,
olvidé de dónde venía,
olvidé a qué especie de animal pertenecía
y quedé muda y siempreverde
-esperanzadaentre sus ramas.
VIGILIA
DEL DIARIO DE ARIADNA
Uno tras otro se ainonronan los días de la vida.
Pasan. Se siiceden.
Soy yo la que construye esperanza sobre la hierba.
La que se ve cksi~udaaún rosa y piel cálida.
AllA están las colinas de mi retozar.
Los arroyos y los valles de las corrcrias bajo la lluvia.
Veo pasar los rostros que alguna vez alzados como
lámparas
iltiininarori el mío y nie poblaroii de síriibolos y
palabras iiucvas.
Los poeinas vuelan coino bandadas de palomas
sobre la cabeza.
Todo esto lo observo desde [ni celda virgen donde
nadie penetra.
Al final del eiicuentro con el inundo de los sueños
desperté coi1 la anunciación del júbilo
pero no hubo quien abrazara mi cuerpo y soplara
caricias eii mi oído.
Sin embargo soy feliz.
Veo los vientres hiiicliados de vida que vendrá.
Los caiiipos arados.
Me laiizaron al laberinto de Creta
porque me sabían enamorada del Miiiotauro
y rsioy atrapada rii uri:i cueva,
cii i i i i resquicio doiidc CI no piiede vcriiie.
Miiios cs1.i tnii cerca
que hasta puedo oír su respiración.
No me busca sabiéndome prisionera
del cuidadoso acertijo que tirdió para apresarme
Lo cniiozco y asiiiiisiiio lo descoiiiyrctido,
lo aiiio y iiiiísoiiainciitc lo odio; '
sii tormenta de soiiiclos iiie iiiaiitieiie iiisoiniic
las noches.
Veo la I t r ~de la entrada
quisiera salir,
enseñarte Teseo el punto débil
pcro tenlo, aguardo,
aquí eii esta cueva de tiempo,
invisible, transparciite,
sospechosameiite calcularido
c6nio salvarlo de vos Teseo,
1111~
IIIC I1:111i:ís:iAri:~d~i:~!
iAri:i<l~i:i!
par:i ~ L I CIC entregue CI liilo brillante
coiiqiie lo sacarás para siciiipi-e
de csre laberiiito de iiii vida.
!
1
,1
1
Es la Iiora cle la nieditacióii y tejo i i i i sueíio
porque aprendi que los sueños son posibles.
Fscribo inaiiuscritos viejos y reescribo iiiia iitieva
liistoria del inoiiclo.
fist:i es la tierra proi~ietidade la cual nos habíati
arrojado.
Ejército de querubines, coros de ángeles
cuidan a los moradores del paraíso
para que soporten las privaciones
y no coinan la manzana de la perdición
Me l i a i i dejado la Iiiiipara dc las vírgenes pr~ideiitcs
pero tanibiCii las visioiies de los bosques
donde liabitaii los uiiicoriiios.
El alnado no llega.
A vcces pareciera que diviso su soinbra acerciiiidose
y que su voz como las trompetas de Jericó parece
pronta a alzarse
para derruinbar los inuros que contieiieii el amor.
Me dicen que la perseverancia es virtud de los
triunfadores.
La paciencia seguro escudo contra los espejis~nos
que producen falsos sueños.
Eiitonces doy vuelta al reloj de arena
y dibujo en laigos pergaiiiinos la siistaiicia de mi
felicidad.
1
1
l
!
Esa que s61o espero Iiabri de levantarse
de la niebla y el vapor
liacerse Iionibre y venir a habitarme
aparecida en incdio de todos
puerto final de mis tempestades
por los siglos de los siglos
Aiiié~i.
REGLAS DEL JUEGO PARA LOS HOMBRES
QUE QUIERAN AMAR A
MUJERES MUJERES
1
El Iioinbre que iiie aine
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
ciicoiitrar la profiiiididad de inis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.
11
El Iioiiibrc que iiie aiiie
no que~áposeertiieconio iiiia mercaiicía,
ni cxliibirine coiiio iiii trofeo de caza,
sabrá estar a nii lado
con el iiiisiiio aiiior
conque yo estaré al lado suyo.
111
El amor del hombre que iiie ame
será fuerte corno los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
liinpio coiiio iinn iiiañ:iiia de diciciiibre.
IV
El hoiiibre que me aine
no dudará de mi sonrisa
iii temeri la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con cal-icins tocará nii vieiitrc como gtiitai-ra
para que brorc niúsica y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.
v
E 4 honihrc qiic inc zinc
podri ericoiicrar cii iní
la Iianiaca cloncle descansar
cl I~csxloFardo de siis prcociipacioiics,
la aiiiiga coi1 qiiicii coin[>artirsus íiitiiiios secretos,
cl l;igo <Ic~ii(lc
lloi:1r
siii iiiicdo de qiic cl ;iiirla del coiiipri~iiiiso
Ic iinpidn volar cuaiido se Ic ocurra ser p;(iaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro
VI1
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me aine
dcberi niiiar al pucblo
iio coiiio iiiia ;ihsti.:icta ~i;ilalm
sacada de la iiiaiiga,
sino coiiio algo real, coiicreto,
ante quien iriidii. Iioineiinjc con accioiics
y d:ir la vida si es iicccsario.
Vlll
13 llollll>r~
<lilelile nine
rc~oiioccráiiii rostro eii la triiicliera
rodilla en tierra me ainará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
1X
El amor de mi Iiombre
no conocerá el iniedo a la entrega,
ni tcinerá descubrirse antc la magia del
eiiainoramieiito
cii tina plaza Ileiia de inultitudes.
Podrá gritar -teqiiieroo Iiaccr rdtulos en lo alto de los edificios
proclamatido su derecho a sentir
el iuís herinoso y Iiuniano de los seiitiinieiitos.
X
El amor de ini Iiombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los paiiales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueiio y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos inantuvierori
separados
corno seres de distinta estatura.
XI
El ainor de mi Iiombre
iio que'." i~otulariiiey ctiqiietnrnie,
iiic dará aire, espacio,
alimento pata crecer y ser mejor,
como una Revoliicióii
qiic Iiacc dc cada día
c1 coinieiizo de una iiueva victoria.
1
-
¡
1
SALUDO AL ECLIPSE EN TIEMPO DE GUERRA
Des& una estrel/a ciryo nimbo no cunozco,
viene ~wciarrloclnuiso ri~,leclil,rc,
eclipse de sol para qzle se acomoden lns mareas
y otra cara brillante emc+ en e l frnnamento
yalu p o de t o d a /as nigas, 10speces, los
bnncos de corales, el uientw de agna de m i
Urziue~su.
Levántate, muchacha
que ya sonaron las trompetas de Jericó
y han de caer tus muros sordamente levantando
polvaredas de reciierdos,
para que sc libere ti1 recóndita ciudad
y haya ruido de domingo otra vez y fiesta en tu
corazón;
levántate y no temas el fuego, ni la guerra;
así como de ruinas se levanta en alto el canto
así como de ruinas reverdece hoy tu sonrisa bajo
nuevas alamedas;
así esta nova amenazada, esta estrella
romperá los cercos de enemigos, atravesará el tiempo
y viajará hasta siempre
en la eternidad de la primigenia mirada de los héroes.
SIGNOS
I
L;r el ,[?no>;tcn~iréqnr uciilt~rrrneo hnD:
Jorge 1.iiis I$orgcs
Lcnto,
violento,
rLiInoroso
teniblor
de hojas
en la intrincada selva de mis espin:is.
Invasión de ternura en los huesos.
Ola diilcc <-leagua
reveiit:íiidoii~een el hiiclo dcl pcclio,
encrespándose
y volviendo a extenderse
espuma
sobre mi corazón.
Es cl aiiior con sil viento cálido,
lamiendo insistente la playa sola de mi noclie.
Es el amor con su largo ropaje de algas,
enredándome el nombre, el juicio, los imposibles.
Es el amor salitre, húmedo,
descargándose contra la roca de mi ayer impávida
dui-eza.
ES la marea subiendo lentamente
las csquinas de piedra de mis manos.
Es el espacio con su frío
y el vientre de mi madre palpitando su vida cii el
silencio.
Es el grupo de árboles cii el atardecer,
el ocaso rojo de azul,
la luiia colgada como fruta en el cielo.
Es el miedo terrible,
el pavor de abrir la puerta
y uiiirse a la caravana
de estrellas persiguiendo la luz
coiiio iiocturiias, erráticas mariposas.
Es In tiniebla absoliita
o la m.ís tcrrible y blanca tiovn dcl Universo.
Es t ~ voz
i
como soplo
o el ruido de días ignorando los ruiiibos de tu
existeiicia.
Es csa palalira conjuro dc todas las magias,
litigo sobre mi espalda tendida al filo del sol,
dcsencnjai~docl tiempo coi1 sus letras recónditas,
desprendida del azar y de la lógica,
loca palabra, espada,
torbelliiio revolviéndoine tibias iileiiiorias
ap;icihlcinciite giiairlndas cii cl dcsviii de los sueiios,
estatuas que de pronto se Levantan y hablan,
dueiidcs niorados saliendo de todas las flores,
silbando música de tambor de guerra,
terribles con sus largos zapatos puiitudos,
burlándose de mí
que, inútilmente,
cavo tenaz, enfurecida, incapaz,
Il«raiido cti mi espanto,
esta ítltiinn rriiicliera.
SI YO NO VIVIERA
Si yo no viviera en un país asediado
que rodeado de rnuerte nos da vida.
Si tia creyera eii la fuerza del peiisaiuicnto
y pensara que sólo es útil
para ejercicio del cercbro.
Si no iiie dcspcttara cada maííaiia
con algo nienos,
algo que ya no cstá:
-el jabón, las bujías, la Iccliey no supiera que en adelante
tendré que inventarme Iiasta la luz
y volver coiitciita
a lo primitivo y bueno
que hay en cada casa,
en cada corazón.
Si no caminara cotidianamente
en la navaja que separa las nubes
del cielo y el infierno
y fuera iiiia mujer de lino en un país plancliado
desarrollado
lleno de todo lo que aquí nos falta...
Scguramcntc
Iiiibicra pasado a tu lado
siri mirarte
sin que iiie vicr;is.
Seguramente
ni vos
ni yo
estaríamos aliora sentados
iiii~iiidoiios
tociiidoiios
acariciaiido
como a iiii ni60
DEVOLUCIONES
Dcjz en p ~ z te
, lo s~rplico,Eros,
rrri coinzfjrl: fliiscd otra />arlrdc vri
cuerpo.
Epigi-aiiia 1-Iel6iiico
Devuélveine mi corazón, viajero.
lo dices-,
montado en alado pegaso te alejarás
y dejarás sólo noches solas a mi alrededor.
por esto, antes de que dobles el hiieco del camino,
debcs cIcj;iriiie piiesto cii el pecho el corazón.
No te atrevas a Ilevártclo escondido en el equipaje
tentado por el deseo de acariciarlo
cuando encuentres que no encuentras otro
tan rojo, tan aniaiite, taxi Ilciic~de cantos para vos.
Dcbcs dcvolvcrinc la roja Iáinpara
~ L I dliiiiibrni.;í
C
otros caiiiiiios niid:iiircs (le i i i i pcclio.
Debes dejiriiielo p;ilpitaiido, trasplantado,
1111poco ciifernio segiiranicnte,
pcro vivo y alcreando vida.
T ú te irás -me
Yo ciivolvcré cii iiiia inaiita inis largos pies.
C I ; I ~ $ l ~ c l r(lllc,
~l
l l ~ ~ v i ~ ilcsS~~ j~s ~, I I I ,
para qiic ellos vuelvaii a tracrtc todo iiii ciierpo
si algiiiin v a qiiicrcs trópico y cor:izciii dcl sol
cli:lii<loel fiio y I;1s 1iiccs dc ilcóil
te rodccii coiiio cjcrcitos ciiciiiigos.
'rc
PERMANENCIA DE LOS REFUGIOS
Ciudad mágica la mía
eii la qiie un caballo blanco atraviesa lentamente la
avciiida
apciias caída 13 I I O C ~ C .
(El1 pciiiiiiibr;~cl parque y los edificios
coiistruidos en tiicdio de cscoiiibros.)
Ilcgrcso clcl cinc.
Iiiiágciics Joiidc piicdo rcpciir iiucstsa Iiistoria.
Dos IIOI.:IS clc vcrtc y vcriiic,
clc dccistc adiós casi iiievilablcinetitc.
Sólo el amor podría lograr la salvación,
solniiieiite cl amor podría Iiacer el milagro.
1 1 :iiiiiir dificil y aioriiiriitaclo,
así de real
como éste de la americana y el comunista,
ningún artificio en el celuloide para disfrazar la realidad,
es la pareja con su cotidianidad y sus luchas,
luclias internas contra la rutina, los intrusos,
lo que uno quisiera que fuera la relación
coiitr:i lo que rcalmciitc es
--do sercs humaiios desvalidos pero hermosos
juiitos en una iioclic de lluvia,
dulcemente atrapados el uno eii el otro
c:ida 11110 tcclio dcl otro,
cada uno paraguas, rcfiigio dcl otro,
a pcmrcdc I:is Iigi-iiiiasy los gritos,
allí se qucdaii juiitos en la cama abrazados, callados
niientras acuera la lluvia cae-
y en el cspejo las amigas hablan de la liberación
femenina
y cóino debería ser el lionibre
ese Iioiiibre que ella abraza
y no es más que él,
el que ella ama,
no el ideal, pero sí el amado.
vos y yo,
tatiibiéii atrapados en el espacio de nuestras miradas.
Eii el niuiido, afuera, caen lluvias de balas
y cstainos juiitos
cntes en los que la piel se encarga de limar los
iiiiposibles apareiitcs
-11etnos diclio que vivirlarnos el presente-.
Las iiiiágciics inc Iiaceii prcsciire la pregunta:
¿qué pasará
dónde nos encontraremos
qiiidii siistit~iirátu clicrpo y cl niío
cuando nos laiiceinos cl uno lejos del :itro
y nos despidamos un día en un aeropuerto
cualquiera
pretendiendo que no importa
que así es la vida
que queríamos estar juiitos un tiempo
y después ya se vcría
volveríainos a vivir
ericoiitraríamos...
;Qué eiicontrai-anos?
; Q t i C piel nic sacará csta iníisic:~qiic tus
iiiaiios provocaii,
coi1 q~iic'iidisciiriré, pclcaré, Iiablasé
liasta que sea tarde para irme a la oficina,
Iiasta el desvelo, el cansancio,
como que nunca se acabaran las palabras y
sieiiipre hubiera algo nuevo qiie decir?
¿Quién repetirá tus ojos,
la risa de la 1iiir:ida cóiiiplice
los cucrpos <luriiiieiid« b:ijo la vclitaiia cii la
noclie
haciéndose cosqiiillas?
Esta parcja y el aiiior dcspreciatido la
irracioiialidad del niiiiido,
desafiándola,
unida contra las predicciones,
contra la guerra y los absurdos,
refugio contra la bomba atómica.
Esta pareja acurrucada eii su caverna moderna
lejos de los dinosaurios.
¿Un día ya no Iiabrá más esto
sino una sombra que nos acompaíie?
(...ay, pero ya no será tu cuerpo,
ni mi cuerpo
La pareja existe tan poc.is veces
la mayor parte del tiempo es sólo
la búsqiieda,
Iionibies y mujcres pdrte de la búsqiieda,
no es la pdreja,
no es esto que nos mantiene entrelazados,
eso que vos no qucrés noiiibrar
por miedo a que te hechice y te ciiestione la vida,
toda la vida de aquí para adelante,
porque como bien dijiste,
el amor es serio
es coiiipioiiiiso).
Allí están en la pantalla,
muy serios y juntos
el italiano y la americana
aináiidose
iniciitras el iiiiiiido se desata eii Iliivia.
Un caballo I>laiicoatraviesa i i i i mágica ciiidad
a~xn:isc:~í~Iil
la iioclic.
FURIAS PARA DANZAR
Voy a cantar mi fiiria iluminada,
desenibarazarme de ella
tnra podcrte amar
siii q ~ r ccada bcso
sca ini cucrpo extendido y desii~ido
\<11>rc
I,I pic'l~r riiti:il.
iinágeries.
Árbol que se sacude enfurecido las flores
para quedarse desnudo y solo eii el atardecer.
l
i'
i
Te dcsdeíio y acaricio los rizos iicgros
de la cabellera.
C:illo o iiic 1:iiizo 21 clccir ciicciiclidos discursos.
Uso Iicchizos de mujer o fi.íos razonaiiiieiitos
de s:ibios.
Agoto rnuiiicioiics eil uii coinbatc de eiiemigos
itivisiblcs.
Yo lic aiiiaclo Iioinhrcs Iicrii~osos.
violciiios, diilccs, tristes y joviales.
IEii torlos Iic I>irsc:idoI:i liiiia,
los fliijos y reflujos, la inarea.
Yo he sido un volcán desparpajado
:~rrojaridolava
y ~ i i i ag:iviot:i volaiido ;i ras del agria.
Una paloma alimeiitaiido sus pichones,
una leona recorriendo inajestuosa las selvas.
He andado veredas de todas suertes
y Iic sorbido y sudado la vida que ine dieran.
He conocido inviernos tormentosos
y los veranos secos eii que la piel se parte
COI1 la ticr~l.
I-le caiiiiti;idii a lo largci y lci xiiclio
vol:ido in;icliiiiias <Ictoc1;is las cspccics.
I4c conocido inucrtcs
y las Iie aiiiado c~ibiertasde musgo y lágririias.
M5s Iiciiic aquí Icvaiitando arenas cii castillos
dc :ig~i:i.
I-Ieme aquí danzando alocadaiiiciite espejos sin
Esgriiiio bandadas de aves migiatorias
que buscan perseguirte en el espacio.
Doblo las ramas del mundo ellardecido
y te doy a beber sudor de multitudes.
Algún día saldrás del laberinto.
Caniiiiarás por jardines pacíficos atado de
recuerdos.
Yo rabiaré las noches
y el tesoro de mis alondras submarinas
cstará sumergido en el valle donde nace el
Iiuracán.
Ahora salgo descalza piel
a recorrer avenidas
cii la dcsciifi.ciiada cartera de los vctiados.
Ya se soscgará iiii corazón
tejedor de suerte y tclrrraíias.
Ya tne sacudiriii terreiiiotos
l>:l1." c1.c:". t"111"
cillcIa<lcs
paisajes deliiicados en la cspuiiia.
t
i
1
Algúii día moriré de inorirme.
Te dejaré tatuado de riiiseñores
Creceré ciired:ideras en torno
a tiis iioclies lejaiias.
I.:is csl~ir.ilcs(Ic CSIC iiciiil>oqiic se csliiiii;~
tc tr:icr:íii eii el olor de 1:)s nz:ilc:is
esta iiiiijer qiic c:iiiri>
c«iitra I'ciiClopes
para iin sordo Ulises navegante.
i
ALUCINACI~N
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Iloy iiic <Icsl,crif
<~uict:iiiiriitci i i i i j c r - I X X I ~
y quise iiii:igiii:iriiic qiic po<lrí;i
siiiiplciiieiite dcjariiie ir Iiacia el :inior
coiiio i i i i ~ > u m ovckro
x ~ sig~iiciidojupilcti)ii
el vieiito.
Pensé llegar de pronto, aparecerme
olvidar el tecleteo de la oficina,
el teléiono,
el tiempo,
y c s ~ í iiiiriiidote
r
coiiio si nada en el iiiuiido fiiera inás iiiiportarite.
Esta sensibilidad de pájaro me asusta;
no sé qué tan lejos están los barrotes de la jaula
que, a veces, me parece intuir en tu voz
iibicáiidonie eii la rcaliciad.
;No sabes, acaso, si cii algúii lugar sccrcto y iiiágico
doiidc Iiabitcii brujos siiii~>;iticos
y L>»tinclioiics.
podrC ciicoiicr;ir la brúj~ila
para no equivocar el camino Iiacia tu corazón
y aprciidcr a conocer el bosqiic
doiiclc cl diieiiclc q ~ i cvive cIcii.:ís (Ic tiis i~jos
ticiie sii casit;i Ilciia de teteras, espejos y iilqiiiiiiias?
1-Iay dkis eii que los I>iazosse inc a i r g i i i de Ilorcs
y i i i i piel liiiclc a Iiicrlxis pciicri-:iiiics
y ine despeino, me descalzo
y pienso que todo esto es de locos
y me gusta
n o te imaginás cómo me gusta
sentirme Eva nombráiidotc ini mundo
y ver que iiic vcs coi1 csa cxprcsi61i curiosa
coino pidiéndome la llave
y, a la inisma vez, retrrayétidote en la cordura,
atando con complicadas coiiexiories
lo qnc nosestá Iiacieiido cosquillas
para qiie salgamos de los escritorios y los tel6foiios
olvidciiios los distiiitos plaiiceis qiie Iial>icaiiios
y s;ilganios volaiido por la vciitana
dcsiiiidos coino áiigcles traviesos
I);".:I
;il)i.iilos I;il>ci.iiiii)s<Icros:is LIC I:I vida
apagar las rnáquinas irracioiiales de la muerte
y 1lrg:ir ;iI cciitii) (Icl sol,
al cciitro de la deliciosa locura
doiidc i i i i bcso
cotitieiie
toda la sabiduría del Universo iiidescifrable.
AMOR EN DOS TIEMPOS
Mi pedazo de dulce de alfajor de alnieiidra
iiii pAjaro carpintero serpiciire einplumada
colibrí picotcando ini flor bebiendo mi miel
soi~l>iciidoiiii aziicar t«chiicloiric In ticrra
el anturio la cueva la mansión de los atardeccrcs
el triiciio d e los tnarcs barco dc vela
Icgióii clc píjnros gaviota rasaiitc iilspero dulce
palinera naciéiidoiiie playas eii las piernas
alto cocotero tembloroso obelisco de mi perdición
tótem de mis tabúes laurel sauce llorón
espiima contra i i i i piel lluvia inaiiantial
cnscacla cii iiii caiicc cclo de mis andares
luz de tus ojos brisa sobre mis peclios
venado juguetón de mi selva de madreselva y musgo
centinela de ini risa guardián de los latidos
castaííuela cencerro gozo d e mi cielo rosado
de carne de mujer mi hombre vos único talismán
embrujo d e mis pétalos desérticos vení otra vez
Ilamaine pegaine contra tii puerto de olas roncas
~ICII:I~IIC dc ti1 I)~:IIIC;I
tcrlii~riisilc~icia~iic
los gritos
dcjamc dcsparran~adamujer.
Cainpaiias soiiidos iilular de sireiias
suelto las riendas galopo carcajadas
l
i
1
1
pongo fuera de juego las murallas
los diques caen hechos pedazos salto verde
la esperanza el cielo azul sonoros horizontes
ue abren vientos para dejarme pasar:
*Abran paso a la iii~ijerque no tciiiió las iiiarcas
del amor
ni los Iiuracanes del desprecio),
Venció el vino añejo el tinto el blanco
salieron I>rotaroii las tivas con su piel suave
redoiidez de tus dedos Ilovés sobre mí
lavás tristeza recoiistruís faros bibliotecas
de viejos libros con Iiermosas imágenes
me devolvés el gato risón Alicia el conejo
el soinlirero loco los eiiaiios de Blaiicaiiieves
el lodo entre los dedos el Iiáliro de iiifniicia
esds en la centella eii la ventana desde donde
nace el árbol trompo tacitas te quiero te toco
te desciibro caballo gato luciérnagn pipilaclia
Iioiiibre desnudo diihiio raml>or troinpcta
Ii:igo inúsica
bailo tacoiico iiic clcsiiiido te ciiviielvo
nie CIIVII~IV~S
bcsos I~csosbesos besos bcsos bcsos besos bcsos
silcncio sueño.
OCTUBRE
Octiibre tne toca estar sin vos
entoiices te ciño me preño de tu última inaiio
la p ~ i c r t entornada
:~
la mirada sobre la cama
1:i iii:idrugada por cloiidc saliste
dejaste sieinhra en mi piel seinilla de tu nombre
te vas para volver aparecCs a veces en la iioche
te veo nebuloso eri las vcntaii3s del sueño
te oigo desde lejos conraiido cosas
días qiie no ine has tenido
iiiii-;icl:is q11c tl.:icrás
c~iaiidoviiclva la Il:ive ;i la ccr~iclii~i
y eiiciiciitrc t ~ gesto
i
el desordeti los tiiiibrcs
sacándome mi preñez de atrapadas iinágenes
cl día coii 1111 sol de los dos
I:i iioclic coi1 13 luna redo11cI;i
la tiiici rlc tnilos Ii>sciiciiti>s
qiiC Iiicistc q~iCIiicc paisajes cle yeso costas
:irrcciTcs iii:iiiiclrs dc cii:~clii>s
i i i i iii:i~lo
cii i t i i11:111i>
reloj que late cii ~ i i vieiirrc
i
ccrezas &esas
kiitas q11e I:u:~r<I~>
:iliiiih;ir ;iriliciiic
albo cl abi;?zo triáiigiilo 13 piiiirerí:~de los bcsos
espero la puerta la maiio los ojos diciendo
el regreso.
.
PEQUERAS LECCIONES DE EROTISMO
i
1
Recorrer un cuerpo en.sii extensión de vela
Es dar la voclta al mundo
Atravesar siii brújula la rosa de los vientos
Islas golfos peiiínsulas diques de aguas embravecidas
No es tarea fácil -sí placentcraNi>creas Ii:iccrlo cii i i i i <lía o noche de sábanas
explayadas
llay sicretos cii los poros para Ilciiar inochas Iiiiias
11
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado
Encuentras un astro y qiiizá deberás empezar
Corregir el rumbo cuando nubehuracán o aullido
profundo
Te pongan estremecimientos
Cuenco de la mano que no sospechaste
111
Repasa muchas veces una extensión
Encuentra el lago cle los nenúfares
Acaricia coti tu ancla el centro del lirio
SiiiiiCrgctc ali<ígaredisiií.iidctc
N« te iiicgiics el olor la sal el azúcar
1.05 viciitos pri>fiiiidoscúinulos iiiiiibos de los
~>'~liiioiics
Nicbl:~cii el cc~.chri~
'Ikinblor de las piernas
Mareinoto adoinercido de los besos
i
!
1
Instálate eii el humus sin miedo al desgaste
sin prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu 5ngcl caído revuélvele la espesa
cabellera con la
Espada de fuego usurpada
Muerde la inanzaiia
v
Huele
Duele
Iiitcrc:iiiil>iaini~idassaliva iiiiprégiiatc
Da vueltas iiiipriine sollozos piel que se escurre
I'ic Iiallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías forinando arqueado caminar
Gústalos
VI
Escucha caracola del oído
Cómo gime la humedad
Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas montaíias
Seiisacióii estremecida de piel insurrecta al tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del corazón susúrrale
Eiicuciitra la gruta dcl agua
VI1
Xaspasa la licrra del fiicgo la buena cspcraiiza
iiavcga loco eii Iti jiiiitiira de los oc&iiios
Cruza las algas áriiiate de corales ~ilulagiiiic
Einerge coti la rama de olivo llora socavando
1
1
'1
1
1
1
!
1
l
ternuras ocultas
Desnuda miradas de asoinbro
Dcspeíia el scxtaiite desde lo alto de la pest:iíia
Arqi~eaI:is cejas abre vciitaiias de la ii;iriz
Vlll
Aspil.:i siispira
Miic'rcic 1111~ioco
Dulce leiicaiileiitc iiiiiCrerc
Agoiiizn coiiir:i l:i 1111l)iliiC X L ~ C I I el
~ Cgoce
Dobla el mástil Iiiiiciia las velas
Navega dobla hacia Venus
estrella de la maííana
-el mar como un vasto crisral azogadoduérmete náufrago.
NICARAGUA AGUA FUEGO
I.liivi:i
Vciii:iii:i irtic ;igii:i sol>rcIioj:is
viriiri) p:is:i ;irr,isrr:iiido 11iIiI:is
Iodos Ilcviiii iii,iiais
árboles piiilaii estrellas cliarcos de saiigre
koriteras de uii día que hay que pelear
sin reinedio sin más alternativa que la lucha
Detrás de cortitia mojada
escribo dedos sobre gatillos
guerras grandes
dolores taiiiaíio ojos de inadres
goteando aguaceros iiicoiitenibles
vieiieii los cuerpccitos helados muertos
bajan de la moritafia los muchachos
con sus liaiiiacas rccupcradas de la coiicrii
comemos poco Iiay poco queremos comer todos
iii;iiii~sgi.iii<lcsI)laiic;is i~iiici-ciiiii;ii;irii~~s
pcro Iiiciiiios Iiosliir:ilcs ciiiias
doii<lc iiiiijcl-es gi.it:iii n:iciiiiiciin)s
todo cl dia pasaiiios p;ilpii:iii~lo
t l l l l i tlllll taln t;iin
venas de indios repiten Iiistoria:
No <liicrciiiosIiijos qiie sean escl:ivos
flores salen <leataítdes
iiadie inucre en Nicaragua
Nicaraglia ini anior i i i i iriucliacliira violada
levaiitálidose coiiiponiéndosc la falda
camiiiaiido detrás dcl asesino sig~iiéndolo
iiil~iit:iíi;i:]bajo iiioiitiiíin arriba
iio pasarán dicen los pajaritos
no pasarán dicen los amantes que Iiaceii el amor
que Iiaceii hijos que haceii pan que Iiaceii trinclicras
que haceii uniformes que Iiaceii cartas para los
inovilizados
Nicaragli:~ini aiiior i i i i negra iiiisl<itasiiiri;~raiiia
palo de mayo eii la Lagiiiia de Pcrlas
vientos huracanados bajando Saii Juan abajo
no pssarán y llueve sobre los sombreritos
que aiidaii liusnienndo el rastro de las bestias
y no les dan descanso los persigue11 los sacan
del pecho de la patria los arrancan sacan la hierba
mala
no la dejan que pegue
queremos maíz arroz fríjoles
que peguen las semillas en las tierras donde
campesino guarda en caja de madera título de
Reforma Ag~iria
iio paseti los diablos atiuiiciando la buena nueva
del perd6n
a los que vieroii raiiclios arder
y vcciiio ascsiiiado fi.cii~ca su iiiiijcr y sus Iiijos
Nicaragua mi mucliachita
baila sabe leer platica con la gente
Ic cuenta sil cuento sale en aviones a contar
SU cuento
aiida por todo el miindo con sii cuento a tiito
11:iIil:i Ii:isi:i pi~rIiis co<li>s
cii pcri6dicos de iclioiii;is
iiico~ii~~~c~iiil~lcs
siii:i sc piiiic hi.:iv:i iiirios:~
]I;IKW ~iieiitir:~
cu:í~it:lh~ill:~
iiiete y ~61110
resiste
:ivioiics iiiiii:is ~iir:iíiasI>oiiih:is iii:il<liciiiiics
cii iiigl6s
disciirsos sobre cómo bajar la cabeza
y iio se deja se suelta pega carreras
y allá va el General y la colina los cohetes reactivos
las columnas verdes avanzando despalando
Iiaciciido iiigeiiios de azúcar
ríos de leche casas escuelas
chavalns contando su historia
rciiqueaiido salidos del Iiospital
agarrando bus para volver al norte
viento que se sacude el miedo
nacimos para esto
reímos por esto
entre dientes aiidamos la rabia y la esperanza
no nos dejan no los dejamos ni a sol ni a sombra
país chiquito pero cumplidor
Nicaragua lanza lanzada atrevida chúcara yegua
potreros de Cliontales donde Nadine
sueña caballos percherones
y sofiamos en surtidor
tciieiiios iiiia fihrica de s~iefios
suenos en serie para los descreídos
aquí nadie sale sin su arañazo en la concieiicia
iiadie pasa sin que le pase nada
país de locos iluiniiiados poetas piiitores
chorros de luces cscuelas de danza
conferencias internacioiiales salones de protocolo
policías escolares rcgaíiaiido dolceineiite
carne y hueso de gente que acierta y se equivoca
que priieba y viiclve a probar
aqiií todo se iiiiicve caderas de iniijer bailaiido
soiiatido gaii:is de vivir ante niciiiiias
Iinh1:iiido de la iiiucrtc qiicricii<logziiiar sil pas:~jc
clc regrcso
eii hojas iinpresas qiie salen por la tarclc
con SUS nientiras
y sus rabias de Iiistcrica frustrada
envidia de la inucliaclia que se contonea, se chiqtiea,
cierra el ojo vende tainales vende pinturas
Iiace inilicias va :iI parque inventa el aiiior
enciende los malinclies se esconde para desconcertar
sale andando en medio de bayonetas caladas
hace circo y ferias y reza
y cree eri I:I vida y en la niuei te
y alista espadas de fuego
para que a nadie le quede más decisióii
que IXWI~SO terrenal
o cenizas
patria libre
o iiiorir.
LOS PORTADORES DE SUENOS
En todas las profecías
está escrita la destrucción del miiiido.
Todas las profecías cuciitaii
que el hombre creará su propia destruccióii.
Pero los siglos y la vida que siempre se renueva
engendraron tainbiéti una generación de amadores
y sofiadores;
Iionibres y inujcrcs que iio soñaron cwi la
dcsri-iiccióii del miiiido,
siiio con la coiistruccióii del mundo de las n~ariposas
y los ruiseñores.
Dcsclc ~ ~ c ~ l u c i i ~ ~ ~tiiarc;idos
c i i í o i i ~>oicl ;iiiioii
Detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de mediaiioclie.
Sus madres los encontraban Iloraiido
por uii pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de Iiijos reverdecidos
por i111invierno de caricias.
Así fiie como proliferaron en el inundo los portadores
de sueños,
atacaclos fcroziiieiite por los portadores de pr«fccias
cii las muertes,
se curaban y cuidaban enti-e ellos, se querían, se
ayudaba11en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.
1iablado1-as
de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pciisadores de
utopías,
dijeron que sus palabras eran viejas
-y, eii efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua
cii el corazón del Iioiiibrelos aciiinula~toresde riquezas les temían
y 1;iiizabaii siis cjércitos contra ellos,
pero los portadores de siiefios todas las noches
hacían el amor
y scgiií.1 brotando sil scniilla del vientre de ellas
qiie iio s6lo portaban sucíios sino que los
iiiiiltiplicabaii
y los 11:icíüii cori.cr y Iial>lar.
De csta forma el niiiiido engendró de nuevo sii vida
coino ~ i n i h i t i Iial>ín
i
ciigciiilr:ido n los qiie iiiveiitaroii
1:i Ill;II1clX
de 31)aqr c1 sol.
1.0s l>orta<lorcsde s~iefiossobrevivieron a los
cliiii;is gc!liilos
pero en los climas cálidos casi parecíaii brotar por
gciieracióii espoiiránca.
()lii~;í.\1:is l>~lllller~ls,
los cielos :r/.111es,1:is llllvi~ls
i0r1~~11ci:lIcs
tiivicro~ialgo qiic vcr a>iiesto,
I;i vcril:irl cs qiic coiiio 1:iborios:is Iioriiiigiiiras
cbti~srsl~ccíiiiciicsiio dcjahaii de sofiar y de coiistruii
Iicrmosos iiiiiiidos,
mundos de hermaiios, de hombres y tnujeres que se
Ilaniabaii coiiipafieros,
qiie se eiisefiabaii ~iiiosa otros a leer, se coiisolabati
Eran felices en su mundo de azúcar y viento
y de todas partes venían a iinpregnarse de su aliento
y de sus claras niiradas
y hacia todas partes salían los que los Iiabíaii
conocido
portando sueños
sonando con profecías riuevas
que liablabaii de tiempos de mariposas y ruisefiores
eii que el mitiido iio tendría que terminar en la
hecatombe
y, por el coiitrario, los ciciitificos discfiai.ían
fuentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
'
11
1
I
!
S»ii pcligrosos -iiiipriiiiiaii las graiides rotativas
Soii pcligrosos -decía11 los presidentes en sus
disciii-sos.
Soii peligrosos -iniirniiiraban los artífices de la guerra
Hay que destruirlos -imprimían las grandes
rotativas
l l a y. iluc
dcstriiirlos -decí;iii los prcsidciitrs cii siis
.
<I~SCLI~S«S
I-lny qiic destr~iirlos-iiiuriiiiiraban los artífices de la
giicira.
Los portidores dc siieños coiiocian sii poder
y por eso no se extrafiaban
y también sabían que la vida los había eiigeiidrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.
Y por eso defendían su vida aun con la muerte.
y por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores
y los
de la oscuridad se
iioclics
y días enteros
vigilaiido los pasajes y los c.iiiiiiios
biisc,iii<locsios ~icli~rosos
c:irg;iiiiciiios
que nunca lograban atrapdr
porque el que no ticiie ojos para soíiar
no ve los sueíios ni de día, ni de iioclie.
Y en el inundo se Iia desatado un gran tráfico de
sueños
que no pueden detener los traficaiites de la muerte;
lazos
y por doquier liay paquetes con
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
y la semilla de estos sueiios no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
o eii ainl~liosvestidos de inateriiidad
donde piesecitos soñadores alborotaii los vieiitres
q11e los cargan.
Diccii qiic la tierra dcsliiiCs de parirlos
dcscnca<lciii>i i i i ciclo de arcoiris
y soplú dc fecundidad 1.1s raíces de los .írboles
Nosotros s61o snbeinos que los liemos visto
Sabemos que la vida los eiigendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.
ACONTECI~EN UN VItlJE DE
DOMINGO A LA PLAYA
1 .lovi;1.
irosotros pciisábaiiios optiniistas:
13 c;imino sc aclarad iiiás adclaiite.
Segliraiiierite eii la playa, el sol.
El parabrisas dcl carro zas zns.
Nchliiia cii las vctitaiias.
Árboles envueltos en sábanas blancas.
Gcntc mojada.
Frío eii la carrctcra.
-Mejor cstaríainos cn la caina.
El horizoiite Ii:icia CI lado cicl iniar esti todo
nebuloso.
Dcvi~lv:iinoiios3 Iccr y ab~.ir/.:~r~ios--.
(",ll~illllls:
.
F.iit~niiios:I L)iri:i~iiI>:i,
'lbdo el ~ ~ ~ i cciicerriclo
blo
guardado de la bruma la Iloviztia.
Lii cl ciircdci 1 1 Ins
~ csquiiias
deseiiibocanios de iiiiproviso en una rotoiida:
Un iiioiiuinento iioinbres de compaíieros.
El cenienterio al foiido.
Se veía Iiertnoso.
Niebla suavizando la muerte.
-Bajenios. nunca he cstado aquí.
Quisiera ver la tiiinba de Ricardo Morales.
Dejarle algunas caricias sobre la tierra.
Unas hojitas de linionaria-.
Bajamos.
Las tumbas de los ricos imponciites a la entrada.
Sus áiigelcs Iloratido ligrimas de lluvia.
Llovizna y turnbas biisc:iiido a Ricai-do.
;Dónde estará Ricardo?
Y encoiiti-ainos lápidas <leotros:
conibatientes, padres, Iicriiianos, moiijas
octogenarias.
1-lasin 111i:i iiiczqtiitn orieiir;il coi1 este epitafio:
~~Aqiií
yace Raiiióii Lópcz
qiic iiitirió jovcii
disfrazado dc .in ~..~ a i l o » .
Pensamos en la muerte.
Yo, Ricardo, buscaba tus ojos.
Aqiiellos que unas pocas veces vi, inolvidables.
los ojos de tii Iiija, Doris María.
.
No te encontramos.
Regirsaiiios bajo la llovizna pertiiiaz.
Fue como tocar la puerta de tu casa y no Iiallarte.
Como qiie alguieii dijera que Iiabía salido,
que andabas en algtiiia reunióii.
Fiic como saher qtic r i i tiiiiiba no existe,
que aiidás por allí,
:~pi~t.ildc~
ciitw 1:15 C:IIICS ~~i<>j:~d:is
ii.:il>:ijaii<li~si11iiiorii-tc iiiiiic;i.
NUEVA YORK
Bosqrie de los huracanes
Se aproxima la ciudad de las altas cliimeneas
Es Nueva Yorlc
Nueva Yotlc
Las nubes se enredan en la cresta de la ciudad
Desdc arriba las calles semejan rejas
de iin inineiiso acerado laberinto
Se levaiita la Iiumareda el vaho cl vapor
cspiitila dc gciite que vive
olas de sercs batiéndose eii marea baja y marea alta
eii las costas calles contra las rocas picos rascacielos
Corre el avión sobre trampas lisas rectas
bulbos azules blancos señalan la pista de aterrizaje
Bajamos a la ciudad de los tumultos
niido de las aglotneraciones
ruido clc treiics biiscs taxis
rostros innumerables
rostros vistos una sola vez
irrepcribles coiisuinidos en la pror~indidad
moviéndose Iiacia destinos desconocidos
inalecas etiq~ictasevocando países remotos
coiiicidimos cii la hilera abordaiido los taxis
aiiiarillos
nos scl>;ii-aiii~s
siii siil~crrliii6iies soiiios
todos vaiiins n algiiii;~parte
sin inirariios
cticrpos nprctaclos cuerpos cliie cliociiii
ojos qiie no se ciiciientran
Entramos corremos surcamos autopistas iluiniiiadas
puentes arcos el río oscuro corriendo abandonado
a su suerte
como nosotros
conio todos :iquí arcliipiflagos islas sin piiciitcs
criiz:iiido piieiitcs ;irtilici«saiiictitc labi.:icIos cii el
3ccro
Nueva York
vieja bruja fasciiiaiite cambiante camaleón
caja de ~iaiidoraabiertas calles abiertas &Idas
abiertas puertas Iiacia la tcntacióii
libros muebles ropa revistas restaurantes tiendas
tiendas tiendas caras baratas cines teatros modas
deportcs poriiogrüti'a z:ip:itos qiicso sorbcte
conciertos ópera boutiques almacenes iiitnensos
el almacén más grande del mundo
pisos pisos pisos unos sobre los otros
cafeterías Iiaiiiburgueserías supermercados
salmón ostras aguacates jugo de naranja
máquinas para jugar para excitarse para pensar
para calcular drogas para sofiar
audífoiios p a n pascar por las calles
oyendo iiiúsica en patines surcando navegando
ausente dc la calle los traiiseíintcs pasando
Niicv:i Yorl<
dc :ilgos edificios gciiiclos
los iii:is ;ilios clcl iiiiiii~lo:el 1Voild 'litidc Diiil~liiig
CI edificio del coi~~ercio
do~iiinandotoda la ciiidad
Dios dc la ciiid:id
dos torres dos ojos iiii~indo
Bosque de los Ii~iracaiies
1;iiitos :<rbolesde concreto i:iiitas ventanas ;iltas
Ciiaiido el vieiito solila se crc:iii coi:rieiitcs furiosas
eiioriiie boca sopl;iiido su propio cliiiia
ventiscas atizadas por los rascacielos
el viento atrapado en esta red gigante
..
nacida de la mano del hombre
Nueva York
aquí trabajaron trabajan miles de personas
clcjaroii dcjaii sus anos sus siicfios
ciigctid~iroiiciigciidr:iii Iiijns
I ~ ~ : I I I I : I ~ ~Icv:l111:111
II
CStilS ~<llillllll:ls
:lr1.3~>:ld<ll.:1~
<lenubes
piicrtos acropiicrtos cstacioncs carreteras
avioiics trenes barcos trajciu~igricoos
ii-l:iridcses
P
italianos cliiiios Iiiiidiies árabes latinos polacos
rusos japoneses filipinos africaiios
hiiscadorcs de fortiiiins perscgiiidos esclavos
~xili;id«s;ivciitiircr«s iiiiisicos poctns
científicos locos gaiigsters anónimos inmigraiites
olas de rostros confiiiididos desleídos perdidos
Aquí vive un pueblo
un árbol de muclias raíces
vidas muertes dequienes aquí se eiitcndicroii
socios de la soledad y el estrépito
Nueva Yorlc
Central Parlc
Se iios acercan las al-dillas
Es raro qiic se accr<liiin pero I:is Ilaiiié les Iinhl6
Viiiicri~iiiiiiccli~s;~~
c:iiiiiii;iiiili~soliri I;i gr;iiii:i y u ~ : i
por CI iiivic~~~io
'l'roiiciis lisos si11 Iioj;is
clcsniidos csqiiclfticos Iicriiiosos cii el a~irdccer
'le1 f>ío
Jóvciics jugando base-h:ill ~inrcjasnh~v.:i~las
iiosotros abr;izados coiifiiiididos
c:~lllill:lll<l~l
si11rostros sin i~lcllti<l;l~l
[l:tKl ll;l<lic
gi-aiios clc nrciia cii cst:i pl;iy;i riiiiiiilio d ~ ;iiioiiiiii:iio
l
Miicllcs de Niicva York
el río corrietido el Hiidson dcrraiiiiiidose
estirando sil tira plateada robles negros
recortados eii el atardecer cl Iioinbrc paseando
sus perros
cl homosexiial llamando al teléfono público
prrguntando por el amado
clavos herruinbrados maderos carcomidos por el agua
arañazos de aviones serpenteando el cielo
congestionado
iiiilcs d c ;ivioiies iiiclo cl día ~ ~ i t ~ . i ~yi si~liciido
i<lo
ttciies subterráneos
mundo subtertineo atronador carriles estaciones
vagones pintados de consignas que no dicen nada
pincas en las paredes ininteligibles
sigiios de qiiicnes no s:iheii qué dccir
s6lo ~ L I qiiicrcii
C
dccir algo coiifiiso
<tejarIiuella Ilainar la atencióii arniados
dc latas de pintura eiiiborronaiido el aliiiiiiiiio
corriéndose de la policía
violando matando sirenas a todas horas
pleitos callejeros iiisiiltos salidos de cualqiiier parte
I<ostros vivos iiiucrtos alegres tristcs
pcrsoii.is que q~iiereiiplaticar coinuiiicarse
Iiablarsc entre sí los incomunicados
la mujer gritando en la calle
poy Dios ayúdenme -en espafiolpasando a sii lado nadie se dctieiic
Sc vaii a sus casas toman café
café maiiana tarde y noche
café traído de países coino el nuestro
países pequefios pobres exportadores de café
países que toman café aguado para que en
Nueva York
pascinos por ticndas donde cl café eiiipapa el olor
de toda la calle
Nueva Yorlc
Vicia bruja fascinante
i
1
i
l
1
1)~itacara carísiiiia vida carísiina coniida
carísimos iibros
apartamentos carísimos
Gozar es tener dinero
Sólo tiecesitás dinero
Sin dinero no hacés nada
Baiicos sacrosantos seinejaiido coiifesioiiatios
coi1 iiiriquiiias códigos dispciisarlorcs dc diiiero
apretis u11 número y salen los billetes
Entran las personas a retirar dinero
Unas al lado de las otras respetuosas
no se miran diríase que están rezando
Nueva York
Uosq~iede los Iiiiracaiics
Bella ciiidad horrible
pobrc gente rica pobre gciite pobre
fascinación Iiecliizo magia de la abuiidaiicia
olas de seres batiétidose en marea alta y marea baja
felices desgraciados seres Iiuinaiios
apl-ctujados eii este vienti-e contráctil
ciudad voniitáiidolos naciéridolos
seres abigarrados enrejados pegados unos a los otros
rehuyéndose los ojos huyendo a sus peq~ieñosmundos
cuidaiido luchando para que no se les confuiida
el nombre
la identidad conocer su ventaiia cn la maraíia
de pisos
no perder la llave la casa eltrabajo la mujcr
el Iiombre
la lágrima
el tacto el semen
sobrevivir
sobrevivir conio iiosotros qiic sobreviviiiios
que luchamos para sobrevivirlos a ellos
que sobreviven
Nueva York
1
!
1
Bosque de los Ii~iracaiies
Mañana aterrizaremos en Aeropuerto Augusto
César Saiidiiio
y la ruta la pistn el aterrizaje estará iluininndo
por candiles
p c ~ i t c h ~~x>brcs
s
ciriiios ~ l c;iii<lilcs.
c
PECERAS DE AMOR
Niicsiros ciicrpos clc pcccs
se <l~~.sli~~lll
~ 1 1 7 0ti1 l ; l < l ~ dc.1
>
,,ir<>,
'lii piel ;iciiiiic;i iiad:i cii cl siicrio
j~iiiroa la iiiía
y brillati tiis escainas en la luz luiiar
filtr5tidose por las rctidijas.
Seres trasltícidos flotaiiios
confinados al agua de nuestros alientos coiifiitididos.
Aletas de piernas y brazos se i-ozan en la niadritgada
cti el oxígeno y el calor
qiic siibc dc 1;)s blaiic,is ;ilg:is
c o t i q ~ ciios protegenios del h-ío.
En algún momento de la corriente
tios encontramos
lucios peces se acercan a los ojos ;ibierios
peces sitiuosos recoiiocit:ndose las braiiqiiias agitadas.
Miicrilo cl :iiiziiclo clc i i ~I>iic:i
y poco después desl~icrto
picrdo 1;i aleta dorsal
las extreniidades de sirena.
!
1
!
NOTAS PARA LA MADUREZ
Si querés que te diga la verdad:
Jamás quisiera en\'e j ecer,
inucho menos morirme.
Difícil se me hace concebir la vida sin la belleza.
Iningiiiarine el cucrpo cediéndole paso
a Iss Icycs dc Ncwtoii
dcsiiioiuii.íiidose
dobláiidose ajado Iiacia su fin
Y soportar aquello.
l'ienso cii lo que nos dicen las niujeres sabias,
las mayores.
Diccii que la vida se abre como una alameda
ciiaiido finalmente la cxpericiicia alcanza el centro
I:i :iriiioiií;i dcl coticicrto dc las cosas vividas
sc dcia oír
cii CI crepúsculo.
Pero sus voces aúii no me convencen.
Me aferro a las curvas de mi cuerpo
n los reflejos liinpios dc ini carne
y me aterro al observar
I;is primeras seíiales del tiempo sobre ini rostro.
Aúii piicdo cscoiidcrlas.
Aiiii iio cniirciiilrlo lisiii-:is iri-cpaiablcs.
l'cio cl paso de los dias iiie aiiiciiaza.
Mc diso ~ I I CS<>III.C~I.&
con otra bclI~%i~
qiic x r i . abiicla de l;irb.
r.17 CITLIZ~IS
y iniichos ciieritos y pocinas y pastcles
pcro no me engaño:
no nic Iiace niiigiiiia gracia.
i
S
1
:
j
Siii eiiibargo no seré yo
iii mi afán
quien cambie el rumbo inexorable de todos los relojes
o detensa a Diiiita de lágrimas la tierra orbitando
obediente sobre sil eje
Moriré como todos
Me consumiré con mis recuerdos
y tendré que hacerle frente a estos miedos
e inventar una pose grácil
cuando mi estructura se corroa y desvencije
y tenga que apoyarine usar anteojos
catiiiiiar despacio cuidar la presión y el corazón
iAli! Pero siento que aún no iiie llega la hora
y siti embargo los cumpleaiios no me ayudan
inis hijas adolcsccntes enseiían sus cuerpos de mujeres
ini Iiijo crece sin piedad
y por priiiiera vez tengo necesidad de escribir iin poema
como éste.
- .
-
POEMAS DEL ENCUENTRO
Eii el silencio iiiierior
la felicidad ciiciciide lámparas cn el pasadizo dc las tardes:
1
Reposo coino la reina d e discos del Tarot
que con sil alto sombrero medieval
nos da la espalda y está reclinada mirando al oasis
apreciando sin orgullo ni modestia los friitos de
largos y niinierosos trabajos
sabiendo que no hay triunfo eterno, pero tampoco eterna
clesolncióti.
Allá están las fuentes
donde el agua oficia las fluidas ceremonias de la vida.
Puedo ver el árbol solo en la distancia
pero también el bosque tirnbroso de utiicoriiios pacientes.
Ilcspii6s d e soledaiies y sin sentidos
contemplo jardines de Iielcclios sensuales
y iiii leclio blando y terso
donde los sueiíos se iiinltiplicaii
Abro mi casx de ventanas redondas
para oír la Iiistoria íntima d e batallas y triunfos y derrotas
-mieles y hieles de esta experiencia efímera
que es la v i d a
Recuerdo cómo antes desesperé
-y aún Iioy a veces olvido lo api-eiididoinsomne iioclie tras iioclie
atónita ante el tienipo y las nociones insoiidablcs
del principio, el fin y las razones de este pasaje grlivido
y tan aparentemente fútil
acuiiiulé libros y m:ipas para encontrar la voz,
la Iiistoria de los astros
desentrafiar los mitos
la »bscsióii de ícaro
q ~ i cno quiso precipit:irsc al iiiar;
preferí las alas
:i I:i iii<~i.dacid:id
o la coiivciiiciici:~.
Aiigclcs y iiioiisrriios iiic iiiosti-;iroii
sus c:irns igii:iliiiciiic fasciiiaiircs,
1icr0 me í.iic dado saber cliie nadie iixís que yo
podía penetrar las antesalas húmedas de la conciencia
primigeiiia
y ascender antes de las asfixia coii la rama verde,
el sabor de la clorofila en el paladar.
7Liiido anduve para no eiicoiitrariiie niis que conmigo misnia,
coii el reflejo del Universo en mis faccioiies
<Ic~ircn~cclii;i<l;i
iiiilici-fcccihti:
Supe al fin que el aire de las euforias secretas
vive asomado a mi propio rostro
tiene el calor de mi plexo alar.
1.a esencia de ser es inultitudiiinria
y en su niiiltiplicidad
posee ini tioinbrc.
11
Nunca estuve menos sola, tnis feliz
que cuando al aceptar lo que nunca sabría
supe quien era.
111
Sonios coino las plantas,
nuestra piel es Iioja y nervaduras,
sembradas sobre el magiiia
de pasiones Iierinosas que bailan sin cesai:
Soiiios danza y daiizar en cl viento
es potestad de 1iiiestr:is piernas siii raíces.
'Ioclo cniiibia y riada ~>criiiaiiece.
'1' iio Ii:iI>rí:ibellcza, ni danza, ni iiioviiiiieiito
si las esiacioiics no alborotarati los colores
y el 1;111:ijedc los ii-l~olesno se desprendiera ainarillo
en el atai-decer.
No habrá vida siii muerte,
ni 110salinieiitaríaiiios.
Y i:riii;is Ii:iIiríaiiios sido esto que soiiios
*i I;i ciiiiciciici:l i i r i y,ii:wcl;~r;tC X ~ > C ~ ~ C I I Ciijcn;is
~:IS
que iiiistcriosaiiieiite aposentan cii el aire interior
cuya esencia desconocemos.
Y sin embargo así como Blalce dijo: .La eternidad está
enaniorada dc la fabricación del tieinpo,,
es iiievirable enamorarse de la creación
y sentir el dolor de no ser inmortales.
Pero ven y abandona el egoísta rencor
ante lo incoiiil>rciisible,
porque la vida se alimenta dc la vida,
hcn~osde arder en la pira funeraria sin perecer;
los cantos y los mitos .
no cicsapiircccráii con nosotros
cotiio no pcrecc el irbol
que recto y tendido me sirve de apoyo para escribir esta
reflexión.
La expcriencia dc la vida es la pasión de beberla
Ii:ist:i la ciiibriagiirr. profuiida,
c:iiitar, bailar, ~Iccirversos hcr~iiosos
y Iiicgo doitiiir.
!
m!
!
1
1
!
¡
.!
:
Afuera
la noche agazapada
aguarda conio un tigre
el salto inortal a través de la vcntaiia,
e11C S ~ Creci~iiocl<>lided»lios:iiiientc
Iiago surgir dcl aire las palabras
me asombra la latente presencia de un beso sobre la pierna.
No Iiay nadie sólo mi ci~erposolo
mi cuerpo y los cabellos extendidos en imágenes
cstoy yo y están ellas
las mujei-cs sin habla
esas que niis dedos alumbran
csas que la nociie se Ilevd en su aliento de luim
Mujeres de los siglos me habitan:
Isadora bailando con la túnica
Virginia WoolT, su cuarto propio
Safo laiizáiidosc desde la roca
Medea Fedra Jaiie Eyre
y mis amigas
espantando lo viejo del tieiiipo
cscribiéiidose a sí misinas
saciidiendo las sombras para alutnbrat perfiles
y dejarse ver por fin
<Iesiiiidadasde toda coiivciicióii
M~ijcrcsd;iiizaii a 1;i luz dc tiii 1áiiipai.a
se suben a las iiiesas dicen disciirsos iticeiidiarios
ine sitian con los sofrimieiitos
i
las marcas del cuerpo, el alumbramiento de los Iiijos
el sileiicio de las olorosas cocinas, los efíinci-os tensos
dorinitorios
niiijeres ciioriiics iiioniiineiitos irie circiiiidaii
diccii siis pociiias cai1i;iii I>aii;iii rcc~il>ci.:iii
I:i v<iz
dice: No pude cstiidiar latín no pude escribir coino
Slial<espeare
Nadie se apiadó de nii giisto por la música
George Salid: Tuve qiie dish-azaririe de Iionibir, escribí
oculta en el
noiiibre masculino
Y más allá Jane Aiisten acomodando las palabras de
<cOrgulloy Perjuicio»
en iin cuaderno en la sala coiníiii de la parroquia
interrumpida innutnerabletneiite por los visitantes
I
i!
!
'
/
1
!
Mujcrcs de los siglos adust:is ciivejecidas tiernas
con los ojos brillantcs descienden a mi entorno
ellas perecederas iiimortales
parecieran gozar detris de las pestaíias
viendo i i i i ciinito propio
el nítido legajo de papeles blancos
la iiegm elccti:óiiica iiii<liiiii:idc escribir
los estantes de libros
los grucsos diccionarios
el ceiiiccro negro de ceniza
e1 humo del cigarro
i
iI
Yo miro los armarios con la ropa blanca
las peqiieiias y siiaves prendas íiitimas
la lista del iiiercado en la inesa de noclie
EL HOMBRE Y EL.UNIVERSO
Dcjaiiios el espacio ilutiiiiiado de la coiivcr,nci61i dc los
ainigos.
Es llora de dorinir y se tnucveii las sillas y los vasos.
Las parejas se retiran a acariciarse la mutua soledad.
Vení -decísy ine tomás la mano.
Salimos a la playa oscura y el cielo es todo el Universo
el Universo nítido y clarísimo
la manclia blancuzca de la Vía Láctea
la di:igorial Criiz del Siir,
astros rciiibl:iiido cii cl viciilo.
JainAs viera yo noche inis intensa
dcfiiiidos los continentes del ciclo
las coiistelacioiics i-iitilaiites
las ciioriiics iiic6giiii:is <IcI iiiliiiiro
dcsplcgadas eii el aire delg;ido
<IcCSI:I l ~ ~ ~ n i i ~111;clir
~ i c l xdcsicr~ii.
1i
l1
l
ii
!
siento la necesidad de un beso sobre la pierna.
j
j
VOYY Yo,
i i i i Iioii~brc
y iiiia iiiiijer
sobre Ins rocas
vemos cóiiio se despreiideii estrellas
y criizaii sileiiciosos los meteoros.
No pido L I I ~deseo
-iiic parece tan trivialcoiiternplo solamente aquel inisterio
a boca de jarro
me inclino para tocar la fosforescencia del agua
Hace fi ío
y de proiito reveo alzarte sobre la piedra
oigo ruido de manantial sobre la arena.
A t~.ivésde tus piernas
el arco de líquido ámbar
no es menos que la curva'cspacial
que cursan los astros errantes
En iiii instanrc
\a i~~iii~i~sicl:~d
r c d ~ ~ siis
c c co~irornos
la ntcrrorizaiitc f.isciiiaci6n
sc tor11a fi~iiiiliary :icogcdora
Estamos siii diida aquí.
Soinos partc de cuanta I>elleza.
Co11toclo < I c ~ d i o
te oririás frente al Universo.
PLACERES SECRETOS
¡Ni! Si pudiera alimentarme tan solo de sorbete
Altas copas de dulces Iiielos
donde nii Lengua encoiitraria el tenue sabor dc los atardeceres
perezosa lamiciido el gcsto frívolo dc los transeúntes
en la modorra del calieiite crepúsculo.
iAh! El inexistente Café de toldos aniarillos
extendidos sobre aceras en el resplandor
donde posada en una silla mirarla al liombre
si11Iiablar
dejando el sorbete desliacerse en la oscuridad de la boca
mientras el desconocido -de espaldasmira pasar a las mujeres Iiumedecidas por la traiispiracióii.
Altas palineras bordearían el inexistente malecón
donde el lago lame pies de niiios vagabundos
jugando con pelotas amarillas exangües
El frío entre mis dientes languidecería deshaciéndose
en recintos espesos
iAh! El calor y los movimientos apagados, tenues
del inesero
asoi~iin<lose
al cscotc de la tiirista ingenua
al tiempo qiie mi ciicliara se Iiiinde en la copa cónica
dc crisi;il tr:iiisp;irciiic
1mra l.ca~~uclar
el giisto iiitiiiio y soliinrio
vainilla cacao cal? coco Fresa
sobre papilas agitadas
Y pretender una pose fría ausentioscura
j
i
/
;
!
i
1.
1
I
l
!
-el hoinbre tendría la súbita tcntacióii
de volverse y mirarciiaii<Ioel sol ~Icsciciidacon uii Iciito riioviiiiiciito gir:itoi.io
sobre cl café de toldos aniarillos
-iiiod<~si~I>:ISYI (Ic :i~lolcscciircs<le I:irg:is liicrii:~s1:itiiiciiclo
l3l:lllco cll~lc~ll:lcc
y r0s:i C l l el ~lollicllte<l<! l l l i f:ll~l:i
q ~ i crozaría levciiieiite Iii picrii:i del cxtraíio
cuando al abandonar iiii niesa bajo los toldos
iiie perdiera en la calida noche apeii;is abierta.
..
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i
1
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I
EROS ES EI. AGUA
1ti1ii.c111s~>irrii;is
cl iii;ir iiic iiiiicsirn cxii-;iiios :irrccili,s
roc:is crk;t~i~l;i,~
c<>fiiIcs
:iIt;~~~cr<~s
ci>iiii.aiiii grii~:idc cafiicol:is c~>iicli:iii:ic;ir
tu iiiol~iscode sal pcrsigiie I;i corriente
el agua corta me inventa las aletas
mar de la iioclie con lunas suinergid:~~
tu oleaje brusco de pulpo enardecido
acelera mis branqliias los latidos de csponja
los caballos niinúsc~ilosflorniido eiirre geriiidos
eiiredados en largos pistilos de nicdiis;~.
Amor entre delfines.
dando saltos te lanzas sobre mi flanco leve
te recibo sin ruido te miro entre burbiijas
tii risa ccrco con iiii boca cslxiiiia
ligerczn dcl agiin oxígciio de tu vcget:iciiiii de clorofila
la corona de luiia ahrc csp;icio al oc&iiio
De los ojos plateados
fliiyc 1:irg:i lllir:l~l;l fi11:11
y nos alz:iinos <-lesdeel cuerpo nciiirico
soinos cariic otra vcz
una mujer y un hombre
entre las rocas.
AMOR DE FRUTAS
L1ej:imc qiic espnrza
Illilll'LallaSCI1 CLI sexo
ii6ctiires dc iiiarigc)
c;iriic ilc I;.cs;1s;
Te abrazo y corren las maiidarinas;
tc beso y todas las uvas sueltan
cl vino oculto de su corazón
sobre iiii boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tiis picriins el protnegranate
esconde sus semillas iticitaiites.
Dciiiiiir qiie cosechc los frutos de agua
<]"e"1cI:ill CI1 111s 1>0rOS:
Mi Iioinhrc cIc limones y duraziios,
daiiic a bcbcr hiciitcs de iiiclocotoiies y haiiaiios
~iciiiiosde ccrcz;is.
7ii ciicrl>oes cl ~>:ii.:iíso
I>mli<lo
clcl ~ I L I Cnunca jain:ísniiigúii Dios
l"><li.:icxp~lls:irriic.
Te dije qiie Iiiciérainos el amor como Felinos riigiendo
coino pareja de libélulas copulaiido eii el aire
coino cebras, corno venados. Todo es posible cii esta tioclie fría
cii CIUC t~lulaiilos :irboles y la casa cii iiiia iiiicz TrAgil
vadeando las cnormcs bocanadas'del viento. Estamos solos
y si11ciiil>argi>I:I si11cd:id no existe. Si juiirainos las inniios
ciiceiitlcrcinos cl fiiego iinprcscindible para vcriios los ojos
brillantes del deseo. Tu piel me atrae con la gravedad de
todo el cosmos que afuera sufre so negra eternidad
impenetrable.
Pretendamos que sonios una nave sobre la tersa espalda del
océano
y eii el cuenco profiindo de la madera, acomodémonos para
el amor,
acurruquémonos y seamos otro nuevo elemento; una fusión de
aire,
fiiego y agua.
NUEVA TEOR~ASOBRE EL BIG BANG
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El Big h i i g fue el orgasiiio priinigeiiio:
Orgnsiiio de los Dioses aináiidose en la nada.
Cada vcz qiie te nnio repito la g&iicsis~iiiivcrsal
protoiics y iieotroiies, iieutriiios y fototics
saltan de iní eiiceiididos a crcar iiucvos inuiidos
ccntellas y meteoros se cruzan con mis gritos
te amo mientras mis pulmones crean la Vía Láctea de nuevo
y el sol vuelve a nacer redondo y an~arillode ini boca
la luna se me suelta de los dedos
Marte, Plutón, Neptuno, Venlis, Snturno y sus anillos
las iiovns, siipcr iiovas, los agiijeros negros
anillos concéntricos de galaxias innoiiibrables
se desgajan de mis contorsiones.
Soy Gala, soy todas las Diosas cx~~lotando.
Enti-e luz de centellas tu planeta de fuego
prende inis luces todas
brotan mundos cometas meteoros se Iiaceii trizas
lluvias de estrellas danzan e11el arco del éter
nace por fin la cierta sus edades de magma y cataclismos
la primera partícula de vida iiioviéndose en la hierba
su cilicio
y luego es el silencio
velocidad de materia clue se dispei-sa en círculos
tlis soles y iiiis soles se asientan eii su espacio
es el frío la grandeza del tiempo
la eternidad el azul y el rojo
los sonidos, la estática
el amor insondable tu amor tierno tus inanos en mi frente
las campanas a lo lejos bing bang biiig bang bing bang
1
biiig baiig
Big Bang.
NO ME ARREPIENTO DE NADA
Desde la mujer que soy
n veces iiie da por coiitemplar
:IIIIICIIIIS <111e
piidc IiiiOcr sido;
las iiiiijcrcs priinorosas
dechado de virtudes
Iiacciidosas 0ueii:is csposas
<]ticiiic descara ini iiiadre.
No sé por qui.
toda mi vid;i iiie Iie pas:ido rcl>elatido
C 0 l l t r ; l CII:IS
odio siis niiicixvGis cii i i i i cucrpo
la culpa qiie sus vidas impecables
por cxtrafio maleficio
iiic iiispir:iii;
iiic rcbclo contra sus b~iciiosoficios,
10s Ilaiitos noctiirnos debajo de la almohada
a escondidas del esposo
el p ~ d o de
r la desnudez bajo la planchada y
alinidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
ine miran desde el interior de sus espejos;
levatitan i i i i dcdo aciisador
y, a vcccs, cedo a sus iiiii.:i<l:is<lercpi-ciclic
); quisici.:~
g~~i:iriiic
I:i ;iccl>t:1ci6iiiiiiivcm;iI,
scr I:l ~ ~ i l i f i :i)iiciia>~,
i
la xiiiiijer decenten
la $i~~<~oti~l:i
irrc~~vc~cli:iI)l~,
s:icai-iiic<liczcii coiid~ict:~
con el partido, el estado, las amistades,
[ni faniilia, mis hijos y todos los demás se,-es
quc abundantes pueblaii este inundo nuestro.
Eii esta contradicción invisible
entre lo que debió haber sido y lo que es
Ixe iiivertido iiumerosas batailas mortales,
batallas inútiles de ellas contra ni¡
-ellas contra mí que soy yo mismaCon la ~siquisadolorida,) ine despeino
tran~~redieiido
los aiicestrnles programacioiies
desgarrando a las rniijercs iritcrtias
que, desdc la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños
porque iiic atrevo a ser esta loca falible, ricriia y vuliierable
qiie sc enariiora coino puta triste
de causas jiistas, Iioinbres Iicrinosos y palabras jiiguetoiias
porqiie, de adulta, ine atreví a vivir la niiiez vedada
c Iiicc al aiiior sobre escritorios en Iioras dc oficina
y rompí lazos iiiviolables y me atreví a gozar
cl cuerpo sano y sinuoso con el qiie los genes
de todos inis aiiccstros me dotaron.
No culpo a iiadie. Más bien les agradezco los doiies.
No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf
Pcro en los pozos oscuros en los que me Iiundo;
en las mañanas cuando no más abrir los ojos
sieiito las lágrimas pujando,
a pesar d e felicidad
que Iie conquistado finalmente
rompiendo estratos y capas de roca terciaria
y cuateriiaria.
vco :i iiiis »tr;~siii~ijeresseiit:idas cii el vcsríbiilo
iniriiidomc con sus ojos dolidos
y ine culpo por la felicidad.
Iri:icioii;ilcs iiifi:is I>~iciias
ine circundan y daiizan sus canciones infantiles coiitra mí;
contra esta mujer
hecha y derecha
plena
esta iii~ijerde pechos cn pecho
y anclias caderas
qiie, por ini iiiadrc y contra ella,
111c giis1:i scr.
ENTRADA A LA POESíA D E GIOCONDA BELLI .....
POSDATA ........................................................................
Y Dios inc Iiizo iiiujer ..................................................
Soy Ileila de gozo ..................................................
Estoy dcseando ......................................................
Metamorfosis ...............................................................
Sietito qiic voy alcjáiidome ...................................
Sieniprc
. . .......................................................................
Escribirte .....................................................................
Y...........................................................................
Biblia ........................................................................
Yo soy .......................................................................
Llciia de grumos .........................................................
Te veo coi110 un tcinblor ..............................................
.........................
Castillos de arena .........................
El Recuerdo .................................................................
Abandonados ...............................................................
Dc~~arraiiiadns
..........................................................
Estaré ...........................................................................
Te duerines ..................................................................
Iliiiic ...........................................................................
I:spcr.íiidolo .................................................................
. .............................................................
Mciistrii;icc~oii
lengo ..........................................................................
Maternidad 11 .............................................................
Feto ............................................................................
.
.
.
Esto es amor ............................................................
156
Sonar para despertar sonando .................................... 159
Nueva construccióii del preseiite ................................ 162
Ilesafío a la vejez
164
............
1':ii la doliciitc solcdad dcl cloiniiigo ............................ 165
'lodo sea por e1 ainor .................................................. 167
Eva uívierte sobre las maiizanas ................................. 169
Poda para crecer .....................................................
172
Exorcisiiio ...................................................................174
Mayo ...........................................................................
175
I'criiiiiiicncia ................................................................
176
I>ciicioii
............................................................................
178
I i i iiicinoriam ...........................................................
180
Sin palabras ..................................................................
182
Del diario de Ariadna .................................................. 184
vigilia ..........................................................................
185
Ilcglas del juego para los hoinbres que quieran ainar a
mujeres mujeres ......................................................
187
Saliido al eclipse eii ticnipo de guerra ...........................190
Signo.\ ..........................................................................
191
..
Si yo iio viviera ............................................................
193
Devoluciones ...............................................................
195
Permanencia de los refugios ......................
:................. 196
Ftirias
........................................................200
. para
. . darizar
Alucirlacion
.................................................................
203
Amor eii dos ticiiipos ...................................................
205
()ctiibi.c .......................................................................207
Ilcqucíias Ieccioiies de erotisrno ....................................208
Nic.1 i.:igi1.1 :igii:i riicgo ....................
.....
211
I.iis port:icl«i-es dc sucíios ..........................................
215
Acoiircciii cii i i i i vi:ijc de doiiiiiigo :I I:i pl:iy;i ................21')
Nucv:~Yorl<..................................................................
221
227
Peceras de amor ...........................................................
Notas para la madurez ................................................. 228
Poemas del encuentro ..................................................
230
.
.
.
. . .
.
.
Coiijuiic~on..................... .................................... 233
El hombre y el universo ............................................
235
Placeres secretos ......................................................237
Eros es el agua .............................................................239
Aiiior de frutas ........................................................... 240
. .
Sortilegio coiitra el fiío ............................................... 241
Nueva tcoría sobre el Big Bang .................................
242
No ine arrepiento de nada ......................................
244
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