. Planeación. En esta fase se plantea el propósito del sistema, clari-ficándolo para realizar la agenda de riesgos y oportunidades por medio de la identificación y priorización de los temas criticos y definir así los elementos esenciales de información (EEI).” II. Investigación y recolección. Se define el plan de búsqueda para obtener los EEI y se procede a seleccionar y validar las fuentes y redes de información. Esto ayuda a delimitar el personal, recursos y técnicas de investigación necesarios para el sistema. III. Análisis y producción. Determinar la pertinencia de la información recolectada para transformarla en conocimiento operable por me-dio de diversas herramientas metodológicas a fin de producir estrategias, líneas de acción, escenarios o alternativas y requeri-mientos adicionales, 10 IV. Difusión y explotación. Esta fase busca dar a conocer el producto a los usuarios apropiados en el momento oportuno y por medios seguros para que sea explotado de forma efectiva. V. Retroalimentación. Permite controlar el sistema de inteligencia a fin de lograr la mejora y adaptabilidad a nuevas circunstancias por medio de elementos de corrección. El ciclo de inteligencia, como se explicó en la sección anterior, consiste en una serie de pasos consecutivos para producir conoci-miento operable. En seguida se explica cómo se aplica el ciclo en el sistema de justicia penal Junto de iniciativas, decisiones y acciones del régimen político, frente a situaciones socialmente problemáticas, que buscan solucionar esas situaciones o al menos llevarlas a niveles manejables”, 14 En la procuración de justicia, la inteligencia contribuye, desde una doble dimensión, en principio, al análisis de información para ser utilizada en la construcción de la teoría del caso, en el fortalecimiento de las acusaciones del Ministerio Público y en la aportación de prue-bas basadas en lineas de acción para la investigación policial, con el objeto de agilizar el proceso para una expedita impartición de justi-cia; esto se verá a detalle en la sección 4 de este mismo capítulo. En la figura 1.4 se advierte el rol que tiene la inteligencia en el nuevo sistema de justicia penal, desde el punto de vista de la investigación criminal; pero, además, se presenta como el mecanismo para realizar un análisis profundo del fenómeno delictivo y la conducta criminal, para la proyección y articulación de acciones dirigidas a su combate integradas dentro de una política criminal. De igual forma, la inteligencia permite la creación de políticas pú-blicas, específicamente en materia de seguridad, gracias al análisis de tendencias para el entendimiento del fenómeno criminal, sobre todo en políticas criminológicas de prevención y contención del delito, y es que “como en cualquier otra política pública, la efectividad de las ac-ciones para prevenir el delito depende en gran medida de que éstas sean correctamente diseñadas” 15 Para ejemplificar lo anterior, en mayo de 2014 la Secretaría de Se-guridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) implementó el Operativo Pasajero Seguro en el transporte público de varias delegaciones del Distrito Federal; esto, como resultado de la alza del delito de robo y asalto en microbuses y camiones. 16 Así, se detectó una tendencia que ponía en peligro la integridad física y psicológica de los ciudadanos, ejecutándose acciones estratégicas para salvaguardar la seguridad de la ciudadanía.