Tema: Capítulo 11, Las enfermedades del alma Temática: Liberación Introducción: No todas las enfermedades son producto de pecado, pero si todo pecado produce enfermedad física o interior. La enfermedad física puede ser un reflejo de lago interior. Lectura Marcos 2,3-19: Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. 4 Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. 5 Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.» 6 Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: 7 «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» 8 Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?" 10 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: 11 "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."» 12 Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.» 13 Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. 14 Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió. 15 Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. 16 Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?» 17 Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» Así como el poder del Espíritu que estaba en Jesús lo hacía obrar curaciones; ese mismo Espíritu Santo está en mi vida y es el me impulsa a orar por sanidad. Emociones afectadas por muerte, divorcio, etc. pueden provocar enfermedad. A veces las personas solo quieren el milagro pero no comprometerse a nada con Jesús Aunque bien es importante no crear dependencia, pues tampoco debemos dificultarles todo par que alcancen sanidad. El diablo quiere que ministremos a veces solo para que nos agotemos, y el Espíritu nos debe mandar a discernir, por eso la palabra nos dice no imponer manos a la ligera Si alguna vez, soltará un demonio, solo de le ordena que se calle y los ata. Debemos hacer lo que el Señor quiere que hagamos y no hacer lo que la gente quiere que hagamos. Cuatro formas típicas de Enfermedad y cada una requiere distinta clase de Oración 1. Enfermedad Espiritual: la causada por nuestro propio pecado personal. 2. Enfermedad causada por problemas emotivos por ejemplo: ansiedad causada por heridas afectivas del pasado. 3. Enfermedad física, del cuerpo puede ser causada por un mal (hereditario o contagio por un accidente. 4. La opresión demoníaca, cualquiera de las tres primeras puede ser causada por opresión demoníaca, si la causa es otra necesitan diferente enfoque de oración. La enfermedad espiritual pueden ser causada por opresión demoníaca, por que el pecado es la puerta que le abre una puerta al demonio, puede haber una invasión demoníaca por ejemplo: bloqueo, falta de concentración para orar, obstáculos espirituales, para acercarnos a Dios, El pecado es la herida más profunda que existe en el corazón del hombre. Una herida es también un camino fértil para que entren espíritus y se “enganchan” en las heridas y por eso se tiene que hacer la oración doble; de sanación interior y liberación. En otros casos la enfermedad física es por espíritus de enfermedad y después la opresión demoníaca puede causar enfermedad física. Es importante no empezar a ver diablos en todos lados pero si usar discernimiento, pues aquel que tiene un mal espíritu no lo sabe. No siempre que hay enfermedad hay un demonio, debemos discernir. Página # 1 Extraído de Apuntes y Revelación, por Maribel de Abularach Curso Impartido por: Ing. Jorge Abularach Cuatro métodos físicos para curar los cuatro tipos de Enfermedad 1. Oración de arrepentimiento sobre todo cuando se trata de pecados personales por ejemplo”: pecados de resentimiento que es una de las causas fuertes para ministrar a alguien, esta oración de arrepentimiento nos lleva a la sanación de las heridas causadas por el pecado. 2. La oración de curación interior o de recuerdos para problemas afectivos. 3. La oración de curación física para orar por enfermedad física. 4. La oración de liberación y exorcismo. Orar por opresiones demoníacas. Estas formas típicas de enfermedades y estas formas típicas de oración, necesita de los dones del Espíritu Santo, para poder trabajarlos y sobre todo trabarlo en equipo. Si usamos la oración que no es, no somos efectivos; tenemos que tener oídos. El oír a una persona hablar nos nuestra que clase de oración debemos usar. Generalmente los nuevos necesitan oración de arrepentimiento y oración por pecado. (Cf. 2ª. Cor. 7:9-11) La herida más profunda la provoca el pecado personal. (Efe. 1:7) La sanación nos trae el perdón de los delitos. El pecado deja una consecuencia si pecamos y nos empieza a gobernar nuestra carne. El demonio está tranquilo porque somos esclavos de la carne, nos apartamos Del Señor que es lo que el diablo quiere y la persona empieza a mostrar los frutos, enfermedad, depresión, tristeza, soledad, etc. Si observamos sus ojos, veremos que hay allí, tristeza, dolor etc. Cuando no hay arrepentimiento no hay sanación, cuando no hay sanación debemos orar para que quiera arrepentirse, El Señor da el querer como el obrar (CF. Fil. 2:13) No abrir puertas, no tenemos que dormirnos con los pecados. Dios no quiere que durmamos con el pecado, que no estemos mucho tiempo con el pecado. Arrancar el pecado para sanar, especialmente el odio, raíces de amargura en el corazón. (CF. Efe. 4:26-27) Somos nosotros quienes decidimos pecar, pecar es una decisión (CF. Deut. 30,19) El Señor nos muestra muchas veces raíces ínter genéricas, de odio, que tristeza, soledad, angustia, etc. (CF. Mat. 15:13) Pregúntate en tu corazón cuantas plantas hay que no ha plantado Tu Padre. Dios los va a arrancar y eso a veces duele físicamente. El amor de Jesús es el que hace que sanamos física e interiormente. Notas y Apuntes Página # 2 Extraído de Apuntes y Revelación, por Maribel de Abularach Curso Impartido por: Ing. Jorge Abularach