El tamaño de los osteoclastos está controlado por Fra-2 a través de la vía de señalización del receptor LIF/LIF y de la hipoxia. La prestigiosa revista Nature en su número del 10 de julio publica un estudio del grupo de Erwin Wagner realizado en el IMP de Viena que demostró que el tamaño de los osteoclastos está controlado por Fra-2, factor de transcripción AP1, a través de la ruta de señalización del receptor LIF/LIF y de la hipoxia. Este trabajo descubre dianas potenciales para el tratamiento de síndromes asociados con el aumento de la génesis de los osteoclastos, como osteoporosis, mieloma múltiple y la enfermedad de Paget. Los osteoclastos son células hematopoyéticas multinucleadas que reabsorben hueso. El aumento de la actividad de los osteoclastos origina osteoporosis, un trastorno común en mujeres post-menopáusicas, que provoca una reducción de la masa ósea e incrementa el riesgo de fracturas. El aumento del tamaño y del número de osteoclastos es a su vez, una característica de otras enfermedades, como la enfermedad de Paget, el mieloma múltiple y las metástasis óseas. La proteína c-Fos, un componente del complejo del factor de transcripción AP-1, es esencial para la diferenciación de los osteoclastos. Los últimos resultados del equipo de Erwin Wagner establecen el papel fundamental y único de la proteína Fra-2 relacionada con Fos en el control de la supervivencia y tamaño de los osteoclastos. Usando cepas de ratón modificadas genéticamente, que es el mejor modelo de enfermedades humanas que existe actualmente, los autores han demostrado que la ausencia de Fra-2 induce la formación de osteoclastos gigantes y más activos. Esto disminuye la densidad ósea, lo que se denomina osteopenia u osteoporosis. El estudio también demuestra que Fra-2 regula la expresión del Factor Inhibidor de Leucemia (LIF) y de su receptor (LIFR) y que ésta vía actúa también en la placenta. En ausencia de Fra-2, la hipoxia placentaria que se induce durante la embriogénesis aumenta la expresión del factor inductor de hipoxia 1 alpha (HIF1α) y de Bcl-2, que afectan a la supervivencia de los osteoclastos, dando lugar a la formación de osteoclastos gigantes y más activos. Éste es el primer estudio que ha demostrado una relación entre AP-1, señalización LIF/LIFR y la respuesta de los osteoclastos a la tensión de oxígeno y también es el primero que confirma que la funcionalidad de la placenta es esencial para el desarrollo del hueso. Se han identificado mutaciones que inactivan el LIFR en un subgrupo de pacientes con el síndrome de Stüve-Wiedemann (SWS), una enfermedad infantil rara y mortal caracterizada por masa ósea baja y osteoclastos gigantes. Puesto que la inactivación de LIF y Fra-2 en ratones causa una enfermedad similar a SWS, se podría especular que las mutaciones de Fra-2 o LIF también podrían estar relacionadas con la enfermedad humana y que la hipoxia y una placenta defectuosa podrían ser los mediadores. Por otra parte, el aumento del tamaño, el número y la actividad de los osteoclastos son característicos de enfermedades humanas más comunes, como osteoporosis, mieloma múltiple, artritis reumatoide y metástasis óseas. Estas conclusiones, por lo tanto, podrían ser la base para desarrollar nuevas estrategias destinadas a la manipulación de la actividad y de la supervivencia de los osteoclastos, mejorando el diagnóstico de algunas enfermedades y permitiendo conocer la patogenia de las enfermedades destructoras de hueso.