1 Desvelada una nueva jerarquía en las proteínas del ciclo celular: Investigadores del CNIO publican en Nature un estudio realizado con cepas de ratones modificados genéticamente que arroja nueva luz sobre la función de las proteínas Cdk en la proliferación de las células de mamíferos Madrid, 16 de agosto de 2007.- La revista Nature publica hoy un artículo con los resultados de un trabajo desarrollado en el laboratorio del Dr. Mariano Barbacid, Jefe del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el que demuestran que la proteína quinasa dependiente de ciclina conocida como Cdk1 es suficiente para ejecutar y culminar todas las etapas del ciclo celular en los organismos superiores. Antecedentes básicos La división celular, proceso mediante el cual se generan dos hijas idénticas a partir de una célula madre, es el proceso más básico en biología. Sin la división celular, los seres vivos no crecerían y quedarían como zigotos, embriones de una sola célula. La diversidad de organismos que pueblan nuestro planeta y la de los tipos de células que los componen es grande. Aun así, el proceso básico de la división celular se ha mantenido más o menos constante a lo largo de millones de años de evolución. En todos los organismos eucariotas, el ciclo celular está dirigido por unas proteínas quinasas heterodiméricas, es decir compuestas de dos subunidades, denominadas Cdk (del inglés Cyclin dependent kinase) y ciclina (Cyclin en inglés). Las subunidades Cdk poseen el centro catalítico pero no son funcionales a no ser que estén unidas a la subunidad activadora, la ciclina. Mientras que las Cdk suelen estar presentes a lo largo de todo el ciclo celular, las ciclinas (de ahí su nombre) solo se sintetizan en determinadas fases de cada ciclo o división celular. El descubrimiento de estos procesos básicos de la división celular motivó la concesión en 2001 del Premio Nóbel de Medicina y Fisiología a Paul Nurse, Tim Hunt y Lee Hartwell. El ciclo celular básico parece haberse mantenido constante durante la evolución de los eucariontes, desde los organismos unicelulares como las levaduras, hasta los seres humanos. Esencialmente, cuando una célula recibe la señal de dividirse, abandona su estadío en reposo, conocido como fase G0, y entra en la denominada fase G1 del ciclo celular. En esta fase la célula se prepara para duplicar su genoma, producir una copia y solo una copia de su ADN, idéntica a la ya existente. El proceso de generación de esta copia se denomina fase S. Una vez copiado el genoma, la célula entra en la fase G2 o 2 fase de preparación para la mitosis. La fase de mitosis, también conocida como fase M, es uno de los procesos más espectaculares en biología, por la complejidad y rapidez de los eventos que en ella tienen lugar. Durante la mitosis, etapa normalmente de unos minutos de duración, las moléculas de ADN (la original y la copia) se condensan en cromosomas, los cuales forman parejas idénticas, y se alinean en el centro de la célula de forma que cada uno de ellos vaya a las células hijas con objeto de producir dos células idénticas a la original. Una vez alineadas las parejas de cromosomas en el centro de la célula, cada uno se separa en dirección opuesta a través de los microtúbulos que forman el llamado huso mitótico, dando lugar a los dos núcleos de las células hijas. Cuando el material genético duplicado se ha separado, se sintetiza entonces la pared celular que sirve de división definitiva para las dos células hijas recién formadas. La tradición La principal diferencia en el proceso de división celular entre los organismos unicelulares y los pluricelulares se atribuía a la participación de las Cdk. En los organismos unicelulares se ha demostrado que una sola Cdk (conocida como Cdc2, Cdc28 o Cdk1) controla todo el proceso, y que ésta es capaz de asociarse secuencialmente con las distintas ciclinas a lo largo de las cuatro fases del ciclo celular. Por el contrario, los organismos pluricelulares, como los mamíferos, disponen de múltiples Cdks. Se ha interpretado esta proliferación de Cdk como una necesidad de los organismos pluricelulares de disponer de Cdk especificas para cada una de las fases de su ciclo celular. Así, hoy en día está generalmente aceptado que las células de los mamíferos, ya sean ratones o seres humanos, utilizan hasta cinco Cdks diferentes para completar su ciclo celular, a diferencia de los organismos unicelulares, que como ya se ha mencionado, solo necesitan una. Estas Cdks son por "orden de intervención" en el ciclo, Cdk4, Cdk6, Cdk3, Cdk2 y Cdk1. Cdk4 y Cdk6, que interaccionan con una familia especifica de ciclinas denominadas ciclinas D, serían esenciales para la fase preparatoria de entrada en el ciclo celular o fase G1. La fase S estaría dirigida por Cdk2, que primero se uniría a las ciclinas E, durante el inicio de la fase S, y luego con las ciclinas A, durante la fase principal de la replicación del ADN. Concluida la fase S, las ciclinas A se unirían a la Cdk1 durante la fase G2 y finalmente, el complejo formado por Cdk1 y las ciclinas B sería el responsable de conducir a la célula a través de la mitosis. La Cdk3 ha sido muy poco estudiada ya que los ratones de laboratorio carecen de Cdk3 funcional y solo ha sido estudiada en células humanas in vitro, proponiéndosele un papel similar a Cdk2. El punto decisivo La teoría anterior, generalmente aceptada hasta en los libros de texto, comenzó a cuestionarse hace ahora exactamente cuatro años cuando el Grupo de Oncología Experimental del CNIO, dirigido por el Dr. Mariano Barbacid, publicó en la revista Nature Genetics que la quinasa Cdk2, anteriormente postulada como esencial para la replicación del genoma durante la fase S, no era necesaria, y que los ratones sin este enzima eran totalmente normales. El laboratorio del Dr. Philipp Kaldis, en el National Cancer Institute (Frederick, EE.UU.), publicó estudios similares en la revista Current Biology. Al trabajo del grupo del Dr. Barbacid le siguió otro trabajo de investigación, también generado por el mismo laboratorio, que apareció en la revista Cell y en el que demostraron que las quinasas Cdk4 y Cdk6 no eran necesarias para la fase G1 del ciclo celular (ni tampoco para ninguna otra de las fases del ciclo celular). Por el contrario, 3 Cdk4 y Cdk6 sí se necesitaban para la división de un tipo especial células, las células hematopoyéticas, o células de la sangre, pero no para ningún otro tipo celular. Ya en mayo del año en curso, el Grupo de Oncología Experimental publicó en la revista de nueva aparición Mol. Oncology también la generación de ratones carentes de Cdk4 y de Cdk2, las dos quinasas que hasta entonces se creía eran las responsables principales de todas las fases del ciclo celular (excepto la de mitosis) en la mayor parte de las células. Para sorpresa de muchos, estos ratones son capaces de completar el desarrollo embrionario y llegan a nacer. De nuevo, estos ratones manifestaban problemas específicos en ciertos tipos celulares, concretamente en cardiomiocitos (células musculares del corazón), pero no en el proceso básico del ciclo celular. En este trabajo de los investigadores del CNIO, también se demostró que la eliminación de ambas quinasas en el hígado de animales adultos, mediante un sofisticado proceso de recombinación genética, no tenía consecuencia alguna y los hepatocitos (células del hígado) carentes de estas dos quinasas, Cdk4 y Cdk2, se regeneraban exactamente igual que los hepatocitos normales. Estos resultados apuntaban, de nuevo, a la participación de las Cdk en los procesos de proliferación celular en células especializadas pero no en el proceso básico del ciclo celular. Estos resultados difieren con los publicados por el grupo del Dr. P. Kaldis en la revista Developmental Cell. Ratones similares generados en el laboratorio anterior no se desarrollaron a término y sus células no proliferaron en cultivos in vitro. Quedan por elucidar las razones de este fenotipo tan severo. Esta hipótesis ha sido duramente contestada por un sector muy importante de especialistas del ciclo celular, que se resistían a cambiar el concepto básico del papel de las Cdk en el ciclo celular de los organismos pluricelulares. Estos investigadores proponían que la Cdk restante, es decir Cdk2 en el caso de los ratones sin Cdk4 ni Cdk6, Cdk4 en el caso de los ratones sin Cdk6 y Cdk2 (que por cierto son también normales) y Cdk6 en el caso de los ratones sin Cdk4 ni Cdk2, ejecutaría las funciones (es decir "compensaría") de las Cdks ausentes, dejando siempre a Cdk1 una función especializada en mitosis. El trabajo del Grupo de Oncología Experimental que publica hoy la revista Nature demuestra que los ratones sin ninguna de las tres Cdks presumiblemente necesarias para las fases G1, S y G2, es decir Cdk4, Cdk6, y Cdk2, (recordemos que Cdk3 está mutada en los ratones de laboratorio) son capaces de completar el ciclo celular. Es más, los embriones que solo cuentan con la presencia de Cdk1 son capaces de desarrollarse y completar su organogénesis. Es decir, aquellos ratones que, al igual que las levaduras, solo disponen de Cdk1 son no solo capaces de completar la parte del desarrollo embrionario en la que existe la máxima actividad de división celular (se producen unos 20 millones de células en dos semanas), sino que además producen todos los tipos celulares, tejidos y órganos que ha de tener el organismo adulto. Como era de esperar, estos animales con solo Cdk1 no completan el desarrollo embrionario ya que no producen células de la sangre por carecer de Cdk4 y Cdk6. El trabajo que el Dr. David Santamaría y demás colaboradores del Programa de Oncología Molecular del CNIO publica hoy Nature va mas allá y demuestra que Cdk1, al igual que sucede en las levaduras y otros organismos unicelulares, es esencial para la división celular. En colaboración con investigadores del Reino Unido los investigadores del CNIO han generado unos ratones sin Cdk1 gracias a los cuales han podido determinar que sin este enzima los embriones no pueden desarrollarse ni siquiera 4 hasta el estadío de mórula (embriones de 16-64 células), lo que sugiere que Cdk1 puede ser esencial incluso para la primera división del embrión. En conclusión, el trabajo reseñado, así como los trabajos anteriores del Grupo de Oncología Experimental también comentados, demuestra que las células de mamífero no son mecanísticamente distintas a las de los organismos unicelulares y que una sola Cdk, Cdk1, es capaz de asociarse a todas las ciclinas y completar el ciclo celular. Además, la investigación de los científicos del CNIO demuestra que la función esencial de Cdk1 para el ciclo celular va más allá de su papel en mitosis, tal y como ocurre en los organismos unicelulares. Finalmente, y como corolario de estos estudios, parece cada vez más evidente que la generación de múltiples Cdk en organismos superiores, como somos los mamíferos, se debe a una necesidad de proveer a las células especializadas de suficiente actividad Cdk quinasa para que las células puedan dividirse dentro de su entorno de acuerdo a las necesidades específicas del organismo. Hacia nuevas dianas Los trabajos anteriores tienen también una importancia colateral para el desarrollo de terapias específicas para el tratamiento de tumores humanos. Las Cdk han sido objeto de gran interés como dianas terapéuticas (después de todo, el cáncer se produce por una proliferación anormal de las células) por la práctica totalidad de las grandes empresas farmacéuticas. Desgraciadamente, hasta el momento ningún inhibidor de las Cdks ha conseguido resultados que le permitan avanzar más allá de la fase II en los ensayos clínicos. El conocimiento de la función individual de cada Cdk en su entorno fisiológico nos va a permitir determinar en los próximos meses/años qué estrategia seguir para que la inhibición de una o más Cdk pueda tener un efecto inhibidor en la proliferación de células tumorales, sin afectar, o comprometiendo mínimamente, a las células normales del paciente de cáncer. Estos estudios permitirán de una vez por todas validar (o no) a las Cdk como dianas de interés terapéutico en cáncer. NOTAS 1) El CNIO es uno de los pocos centros europeos de investigación en cáncer de excelencia internacional que combina de forma efectiva la investigación básica y la aplicada. Para una información más detallada acerca del CNIO, sus programas de investigación, lista de publicaciones, conferencias y simposios internacionales, y la última memoria científica disponible puede visitar www.cnio.es o contactar directamente a. 2) David Santamaría Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Melchor Fernández Almagor, 3. 28029 Madrid Tfno. +34 912246900, Fax: +34 912246980 Email: dsantamaria@cnio.es