¡PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR! MENSAJE DE NAVIDAD +Jorge L. Urosa Savino, Cardenal Arzobispo de Caracas, Caracas, Navidad de 2006 A los venerables sacerdotes y diáconos, a las religiosas y religiosos, y a todos los fieles de la Arquidiócesis de Caracas: Salud y paz en el Señor. Amadísimos hermanos: MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS A LOS SERES HUMANOS Una vez más nos preparamos para celebrar gozosos la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo, hecho maravilloso que inicia la presencia de Jesús el Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, en medio de la historia humana. En Navidad festejamos agradecidos la manifestación de la inmensa misericordia y de la bondad de Dios, nuestro amoroso Padre celestial, que “¡tanto amó al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en El tenga vida y vida abundante!” (1) Sí, queridos hermanos: La Navidad es la celebración religiosa del nacimiento de Jesús de Nazareth, Dios y hombre verdadero, nuestro redentor y salvador, el principio y el fin de la historia y de la humanidad. Al celebrar el cumpleaños de Jesús lo hacemos con profunda fe en el amor infinito de Dios, que ha querido hacerse uno de nosotros para romper las cadenas del pecado y abrirnos las puertas del cielo; que ha querido darnos la salvación y la felicidad; que ha querido hacernos hijos suyos, discípulos de Cristo y miembros desu pueblo santo, la Iglesia Católica En esta Navidad Dios y la Iglesia nos invitan a convertirnos de nuestra indiferencia y de nuestros pecados, y a prepararnos con un corazón renovado a recibir a Jesús en nuestra existencia diaria, y particularmente en el seno de nuestra familia. Los ángeles en Belén nos enseña la finalidad del nacimiento del Niño Dios: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor” (2). RECIBIR Y COMUNICAR LA PAZ DE DIOS Los invito pues a celebrar la Navidad glorificando al Señor con la vivencia intensa de nuestra fe, y con la disposición de acoger y comunicar la paz que Jesús, Príncipe de la Paz, ha venido a traernos. Nuestra fe en Cristo nos exige a todos los cristianos el ser activos constructores de la paz. Para celebrar bien la Navidad debemos superar los sentimientos de división, discordia o de violencia. Los católicos debemos hacernos presentes siempre en la vida diaria del país, de nuestra querida ciudad de Caracas, de nuestro vecindario, y trabajar activamente en pro del bien común, en la lucha contra la pobreza y en la línea de los grandes valores de la libertad, la justicia y el progreso, sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el odio o el rencor. Para que haya paz entre nosotros es preciso que asumamos el compromiso de respetar y promover los derechos de todos, de respetar las opiniones de los demás. En Navidad y siempre, Cristo nos invita a que todos y cada uno de los cristianos, sea cual sea nuestra posición en la sociedad, -y especialmente quienes detentan el poder en los diversos órdenes-, reafirmemos el compromiso de ser constructores de la paz (3) en medio de nuestros hermanos. CELEBRACION RELIGIOSA Mis queridos hermanos Esta Navidad del año 2006 debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, aquí en Caracas, una oportunidad de crecer en el amor, en la fe, en la esperanza en Jesucristo, Dios vivo y presente en nuestra historia. Los invito de todo corazón a celebrar la Navidad con una actitud realmente fraterna y cristiana, descartando de nuestras vidas la superstición, la santería, las falsas creencias en un supuesto e inexistente duende llamado “Espíritu de la Navidad”. Los invito también a festejar con cristiana moderación, y a reafirmar, como hicieron San José y la Virgen María, los Pastores y los Reyes Magos, lo más vivo y central de la Navidad: aceptar a Jesucristo, como nuestro Salvador y Redentor, el único en cuyo nombre podemos encontrar la salvación y la auténtica felicidad. Con sentimientos de gratitud al Señor unámonos en torno al Pesebre y festejemos la venida del Niño Dios a nuestras vidas. Que en ningún hogar falte el Nacimiento, por sencillo que sea. Participemos en familia en la celebración de la Santa Misa el 25 de diciembre y el 1 de Enero, solemnidad de Santa María, Madre de Dios Recibamos los sacramentos de la Reconciliación y la Comunión. Perdonemos de corazón a quienes nos hayan ofendido y pidamos perdón con humildad a quienes tengan algo contra nosotros. Abramos nuestros corazones a los pobres y necesitados, y seamos siempre mensajeros del amor y de la paz de de Dios para todos nuestros semejantes. CONCLUSION Amadísimos hermanos: La Navidad nos hace evidente la inmensa bondad de Dios. Los invito a recibir los dones de amor y salvación del Niño Jesús, y a seguirlo siempre a El, que es el Príncipe de la Paz. De todo corazón ruego al Señor los colme de su gracia y felicidad en esta Navidad y de abundantes bendiciones celestiales en el año 2007 +Jorge L. Urosa Savino Cardenal Arzobispo de Caracas. Caracas, 8 de diciembre de 2006 Este Mensaje será leído en todas las Misas y celebraciones de la Palabra en el primer fin de semana luego de su recepción, y en las Misas de Aguinaldos. En las Escuelas Católicas en todas las aulas en la primera oportunidad. Notas: 1. Cfr. Juan 3, 16 2. 3. Lucas, 2,14 Mateo, 5, 9