DISCURSO DE INSTALACION FORO REGIONAL DE VICTIMAS DE LA REGION CARIBE DEYANA ACOSTA-MADIEDO GOBERNADORA(E) DEPARTAMENTO DEL ATLANTICO Muy buenos días a todos y a todas las participantes de nuestra Región Caribe Colombiana. Un saludo cordial a los organizadores: las Naciones Unidas y la Universidad Nacional de Colombia. A nuestra representante de la Alcaldía, a los dignatarios diplomáticos, los observadores nacionales e internacionales y a los medios de comunicación. Para Barranquilla y para el Departamento del Atlántico es un honor y un compromiso, ser la sede de este tercer y último Foro Regional de Víctimas. Reconozco en este auditorio nuestra mayor riqueza regional, reconozco en sus rostros, una vez más, nuestra plurietnia y diversidad caribe y en toda ella nuestro talante vital y pacífico. Identificamos en la cultura caribe y en sus expresiones alegres nuestra más persistente estrategia de supervivencia frente a una violencia que un día llegó y se asentó en nuestras tierras. Una violencia que narra una historia dolorosa, pero que nos demanda el derecho a la memoria y el deber de no olvidar. La búsqueda de la reconciliación entre nosotros los colombianos tiene en nuestra cultura su mayor fortaleza y esperanza. Por qué? Porque la cultura es la expresión que nos acerca a lo humano, a nuestra identidad como grupo. Y el arte es el lenguaje que deconstruye y reconstruye nuestra historia, llegando hasta poder confrontar al statu quo con suma belleza…..la música sigue siendo el origen sonoro de las palabras…..y la poesía exorciza el misterioso laberinto de los sentimientos. Desde la cultura y el arte, desde sus opciones y posibilidades expresivas, plásticas y linguísticas debemos construir esos nuevos símbolos, esas imágenes y esos lenguajes, que sean cimientos de una cultura para la paz. Esa que hoy demandamos, que requerimos para volver a confiar. Para volver a creer, aunque existan tantas versiones. Es la fuerza de nuestra cultura caribe iluminada por ese radiante sol que siempre nos ilumina, la que puede ayudarnos a romper ese perverso espiral de dolor en que constantemente se intercambian los roles de víctima y victimario, llevando a ambos como a una muerte en vida que es la peor de todas las muertes. Plegaria Muda la obra de la artista colombiana Doris Salcedo, por ejemplo, busca enfrentarnos al duelo represado y no elaborado, a la muerte violenta cuando es reducida a su total insignificancia y que forma parte de una realidad silenciada como estrategia de guerra. Durante meses, Doris entrevistó a un grupo de madres acerca de la búsqueda de sus hijos desaparecidos, y del terrible proceso de reconocerlos en donde habían sido enterrados. Durante el proceso de la obra, acompañó a esas madres en el doloroso y arduo proceso de elaboración del duelo y vano intento de lograr justicia. Plegaria Muda fue una estrategia estética para elaborar dicho duelo; un lugar aparte, que construyó Doris con las madres, para recordarles sus muertos. Cada duelo tiene un reconocimiento en esta obra, así no esté marcado con un nombre, cada símbolo logra evocar y restituirle a cada muerte su verdadera dimensión. Eso permite el Arte como expresión de la cultura. Como dice la misma Doris Salcedo, la expresión artística del espíritu es la única que puede lograr cosas tan mágicas como el reingreso de los desaparecidos a la esfera de lo humano. Es ese exorcismo artístico del dolor un intento, como muchos otros, que tendremos que hacer para poder seguir viviendo en vida. Lo importante entonces es que entre todos, Estado y ciudadanos, tomemos la decisión de volver a escribir la historia del país desde el amor que nos permite la reconciliación y el perdón. Es una decisión, por tanto requiere la voluntad política del Estado, lo sabemos. Mas inversión en desarrollo humano y menos para la guerra. Es un momento histórico el que estamos viviendo. Pero recuerden, lo que no se nos puede olvidar es que, a pesar de todo, incluso en condiciones difíciles y altos y bajos que se presenten, lo que tenemos que lograr como colombianos es que la vida prevalezca… para romper el espiral del dolor, así como logró Doris en su Plegaria Muda. MUCHAS GRACIAS