SALUDO DEL PNUD ASAMBLEA DE PERSONEROS CARTAGENA 3 DE DICIEMBRE DE 2015 Un saludo especial, también de parte del Coordinador Residente y del Director del PNUD a todos los aquí presentes, a los personeros y personeras de todos los municipios de Colombia, a las personalidades que me acompañan en la Mesa principal … Quisiera dirigir un agradecimiento y un reconocimiento especial a la Federación Nacional de Personeros de Colombia y al trabajo de cada uno de ustedes, los personeros y personeras municipales. Ustedes son ya desde ahora los protagonistas de una paz con derechos y van a tener un rol crucial después de la firma de los acuerdos, cuando la paz requiere demostrar impacto y cambios reales en las condiciones de vida de las poblaciones más afectadas por el conflicto, cuando realmente se requiere una participación masiva de todos los actores en todos los municipios y no solo de algunos, porque la paz tiene que ser un proyecto de nación. FENALPER se ha convertido, como establece su visión 2020, en “un referente para el fortalecimiento del Estado local y las Personerías en Colombia, así como en la defensa y promoción de derechos, el buen gobierno, la reconciliación y la paz, con reconocimiento e incidencia a nivel nacional e internacional.” Los personeros y personeras municipales son los verdaderos protagonistas de la construcción de paz en los territorios por diferentes razones 1. Representan la única institución de promoción y defensa de los derechos humanos presente en todos los municipios del país (1102 en total) y por esta misma característica mantienen un contacto directo con las comunidades y con sus necesidades. Cuando se habla de ausencia del Estado en las regiones no es una afirmación exacta, porque más allá de la Fuerza Pública y de las autoridades municipales, en muchas regiones del país ustedes son el Estado. Y es sorprendente que frente a su enorme responsabilidad y valentía tengan a disposición una tan impactante escasez de recursos humanos y económicos. 2. : es significativo que actualmente el 90% de las declaraciones de víctimas en el país son tomadas por estas entidades del Ministerio Público. La ley de víctimas y restitución de tierras les ha encomendado mayores responsabilidades pero sin asignarles nuevas partidas presupuestales. 1 Desde el PNUD y con el apoyo fundamental de la cooperación internacional hemos entendido la importancia el rol de las personerías y nuestros principales programa estratégicos han incluido FENALPER y las personerías como uno de los socios fundamentales. En particular FENALPER ha sido apoyado en los últimos 3 años por los programas Alianzas Territoriales para la Paz y el Fondo de Justicia Transicional, para asegurar el fortalecimiento de sus capacidades a nivel nacional y territorial. El programa Alianzas Territoriales para la Paz ha trabajado con las personerías fortaleciendo su labor de promoción de la política pública de DDHH, y la estrategia de promoción de una cultura de paz y reconciliación, especialmente a nivel territorial. Se busca articular las personerías a la implementación de la Política Integral de DDHH y al trabajo institucional desplegado en el marco del Sistema Nacional de DDHH. El Fondo de Justicia se ha centrado en el fortalecimiento de las personerías para facilitar el acceso de las víctimas a la justicia, y con particular énfasis en la participación de las mujeres. En este sentido, se ha apoyado la capacitación de más de 800 personeros/as municipales en ley de víctimas y otras normas complementarias, se han elaborado y distribuido, a través de Fenalper, guías y herramientas prácticas para cualificar el accionar de las personerías en este tema, particularmente en lo relacionado con su función de Secretaría Técnica de las Mesas Municipales de Participación Efectiva de las Víctimas. Igualmente, se ha acompañado la elaboración de diagnósticos sobre la situación de las personerías municipales así como un proyecto de ley tendiente a fortalecerlas financiera y técnicamente (proyecto pendiente de discusión en el legislativo). También con Fenalper iniciamos en 2014 un proyecto para, por una parte, fortalecer el abordaje del enfoque de género en la misma Federación así como en las personerías y, por otra parte, ofrecer herramientas a las personerías para mejorar la orientación y atención a las mujeres víctimas de la VBG y violencia sexual, con énfasis en victimizaciones en el marco del conflicto armado. Es importante destacar el rol de la cooperación internacional en el apoyo a las personerías. Socios como Suecia, España, Noruega, Unión Europea han sido aliados fundamentales. Quiero destacar en particular el apoyo de Suecia, saludando la señora Embajadora, Suecia es para Colombia el socio principal para una paz territorial con derechos humanos y con enfoque de género. Muchos acompañantes internacionales aparecen solo ahora y quieren subirse a la locomotora de la paz. Pero con mucha humildad y con mucha visión Suecia 2 acompaña los esfuerzos de construcción de paz desde hace más de 15 años y podemos decir que ha contribuido a construir un modelo de construcción de paz desde y con las regiones. Quisiera en este espacio compartir con ustedes algunas lecciones aprendidas del trabajo de Naciones Unidas en construcción de paz: cumplimos 70 años, hemos estado acompañando los esfuerzos de superación de la mayoría de los conflictos del mundo y hemos aprendido de nuestros errores y de nuestros aciertos. Si me permiten hago un paréntesis y me aparto un poco del contexto local para poner en perspectiva este tema. Actualmente hay cerca de seis conflictos de alto impacto y al menos 50 crisis activas, tanto en países como Siria, Ukrania, Nigeria, Iran, Sudan, Libia, El Congo, como a través de varias fronteras, en los casos del ISIS/Estado Islamico es el último más dramático ejemplo. Nunca antes la comunidad internacional había estado tan presionada por contribuir en la solución de crisis de tan alta envergadura simultáneamente. Muchos de los analistas internacionales que se detienen a analizar estos casos, ven en el caso Colombiano, una luz de esperanza para probar que es posible finalizar un conflicto por la vía negociada y apoyar los esfuerzos de construcción de paz. Pero para convertirse en modelo para el mundo es importante aprender de las experiencias internacionales. Con base a la experiencia internacional de Naciones Unidas la paz es sostenible solamente si se presentan algunas condiciones. La paz no puede ser solo ausencia de guerra y solo la firma de un acuerdo. La paz tiene que ser superación de la violencia directa, estructural y cultural y crear las condiciones para la transformación de las conflictividades. Esto significa más concretamente que la paz tiene que cumplir con dos condiciones mínimas. 1. En primer lugar la paz tienen que ser territorial: La paz tiene que construirse desde y con las regiones. En palabras de Sergio Jaramillo “Un proceso de paz territorial, que se instale en las regiones, y logre el verdadero cierre del conflicto…se logra de dos maneras. Una es ampliar el alcance y fortalecer la efectividad de las instituciones en el territorio. La otra construyendo la paz desde abajo, apoyados en la fuerza y la organización de las comunidades.” Hay mucho debate sobre la arquitectura de la paz y sobre la necesidad de una infraestructura de paz. Para utilizar las palabras del Secretario general es necesario: “identificar y fortalecer estructuras que tiendan a consolidar la paz y crear un sentido de confianza en la población”. Pero más allá de las definiciones teóricas y de los marcos conceptuales es necesario indicar con claridad cuales instituciones podrían asumir un rol activo en la construcción de la paz territorial. Nosotros pensamos que en lugar de crear nuevas estructuras e instituciones se deberían fortalecer las instituciones existentes. Por ejemplo instituciones como los consejos de paz y 3 como las personerías podrían tener un rol crucial como referentes de la paz territorial. Pero no es suficiente otorgarle más responsabilidades, es necesario que tengan acceso a recursos y es necesario fortalecer sus capacidades de respuesta a las necesidades de la población. El reto principal es una planeación efectiva y eficiente de la fase de post acuerdo: el Estado tienen que demostrar presencia, impacto, capacidad de implementación y de respuesta rápida, porque es fundamental que la paz se traduzca en hechos concretos, en mejores oportunidades, en opciones de vida con dignidad para la población colombiana, sobre todo para los que viven los efectos de la violencia y de la pobreza. No nos puede pasar como en Guatemala donde una mujer 20 años después de la firma de los acuerdos de paz ha afirmado: “ya no está la guerra entre el ejército y la guerrilla pero sigue la guerra de la inseguridad, de la injusticia y de la pobreza en nuestra comunidad”. 2. En segundo lugar la paz tiene que ser incluyente en el sentido de permitir una participación activa, propositiva, crítica de todos los actores regionales y de todas las regiones. Este punto ha sido definido con claridad por el SG de Naciones Unidas: “para construir la paz se precisa la participación en el proceso, desde sus primeras etapas, de amplios sectores de la sociedad. Los acuerdos políticos inclusivos pueden ser más difíciles de negociar pero resultan más sostenibles…la exclusión política o económica, las desigualdades horizontales y la discriminación merman las posibilidades de paz sostenible”. Nosotros observamos algunos desafíos sobre el tema de la participación. Por un lado muchas organizaciones sociales y muchas instituciones han trabajado con valentía en el medio del conflicto, construyendo espacios de resiliencia y de reconciliación. Es impresionante para un observador internacional constatar la riqueza social y cultural de las iniciativas de paz en Colombia. Normalmente, la intensidad de los factores que generan conflictividades han debilitado las capacidades locales de paz y contrario a esa tendencia, en Colombia se evidencia un potencial histórico de movilización social que ha hecho que el país hoy se caracterice por su tejido social, su organización, su movilización por la paz, la defensa de los derechos humanos y su compromiso por buscar salidas políticas y dialogadas a la confrontación armada y para contribuir a fortalecer la institucionalidad y la democracia. Hay que destacar en particular el rol de las iniciativas territoriales y el rol de las mujeres. Siempre recuerdo las palabras de una mujer que representa una iniciativa territorial de paz: “Durante todos estos años de violencia, en medio del abandono 4 y del olvido, asi como brota una flor en el medio del desierto, hemos gestado cuidadosamente la esperanza.Nacimos y crecimos como fuerza ciudadana para rescatar del horror el valor maravilloso de la vida”. El país ha demostrado una enorme demanda de participación también en relación al actual proceso de paz. Lo testimonian las 20,000 personas que han participado en los foros nacionales y territoriales sobre la agenda de paz: personas de todos los departamentos de Colombia, de 16 sectores sociales, de 800 organizaciones que han demostrado capacidad de propuesta y voluntad de A pesar de esto también hay mucho escepticismo o indiferencia sobre la paz. Kofi Annan en su reciente visita a Colombia ha recordado que la paz tiene que ser un verdadero proyecto de nación, hay que construir un consenso nacional sobre la paz, hay que dialogar no solamente con los que están convencidos sino que con los que han manifestado dudas, inquietudes, preocupaciones. Hay que crear puentes, superar la polarización, contribuir a fomentar el dialogo nacional y el dialogo social sobre la paz. Pero la participación no debería ser solo instrumental: no se trata solo de participar en implementar acuerdos que otros han definido; se trata de una participación transformadora, donde se logra empoderar las comunidades y los territorios, superar las enormes brechas de desigualdad, transformar las relaciones de poder. Una paz incluyente tiene que ver con la superación de la desigualdad económica y social pero tiene que ver con una dimensión que a veces no se valora de manera suficiente: la dimensión cultural. Superar la violencia cultural significa superar la cultura de la confrontación, de la polarización, de la estigmatización y crear las condiciones de una cultura de convivencia, de respeto, de dialogo, de reconocimiento de la diferencia. Tal y como menciona la UNESCO, “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. Muchas gracias y buen trabajo 5