Venezuela, un Castillo de Naipes La historia de la economía venezolana y su moneda en problemas, el bolívar fuerte, puede resumirse con la siguiente frase: “De mal a peor” —una y otra vez. Si, la situación continuamente en deterioro en Venezuela ha empeorado todavía más. En una respuesta nerviosa y mal concebida a los problemas económicos del país, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha pedido poderes de emergencia sobre la economía. El gobierno de Maduro recientemente anunció planes de instituir un nuevo tipo cambio para los turistas en un intento de controlar el contrabando de moneda inducido por las oportunidades de arbitraje. Las medidas probablemente muestren no ser suficiente y puede que lleguen muy tarde para la economía venezolana y su moneda en problemas, el bolívar fuerte. De hecho, la economía del país ha estado en declive desde que Hugo Chávez impuso su variante de socialismo en Venezuela. Durante años, Venezuela mantuvo un programa masivo de gasto social, combinado con unos costosos controles de precios y laborales, así como también una estrategia agresiva de ayuda externa anual. Esta insostenible política fiscal se mantuvo a flote —a duras penas— gracias a los ingresos petroleros. Pero conforme el costo del régimen Chávez/Maduro ha ido creciendo, el país ha vaciado cada vez más las arcas de la empresa petrolera estatal, PDVSA, y (cada vez más también) el banco central del país. Desde la muerte de Chávez, este frágil castillo de naipes ha empezado a colapsar, y el tipo de cambio en el mercado negro entre el bolívar fuerte (VEF) y el dólar estadounidense (USD) nos cuenta la historia. Desde la muerte de Chávez el 5 de marzo de 2013, el bolívar perdió 62,36% de su valor en el mercado negro, como lo muestra el siguiente gráfico. Esto, a su vez, ha derivado en una inflación muy alta en Venezuela. El gobierno ha respondido imponiendo controles de precios cada vez más severos para suprimir la inflación. Pero esas políticas han fracasado, resultando en la escasez de productos esenciales, como el papel higiénico, sin abordar la causa de raíz de la inflación en Venezuela. El gobierno de Maduro ha reaccionado a este problema con las mismas tácticas que aquellas empleadas por otros regímenes con monedas en problemas. Si, desde el Zimbabue de Mugabe hasta la Corea del Norte de hoy, el libreto es sencillo, aunque mal concebido: negación y engaño. Actualmente, los datos oficiales del gobierno ubican la tasa inflación de Venezuela en solamente 50% (una cifra considerablemente imprecisa para empezar). Aún así, el martes 22 de octubre, el Ministro de Finanzas Nelson Merentes envió a la Asamblea Nacional una propuesta de presupuesto para 2014 que calculaba la inflación en un nivel que era alrededor de la mitad de la tasa oficial de inflación. Hasta ahora, parece dudoso que el gobierno de Maduro tenga razones para ser optimista acerca de la economía venezolana durante el próximo año. De hecho, esta última cifra del presupuesto es simplemente un intento de esconder la verdad acerca del gran problema que tiene Venezuela con la inflación. ¿Qué tan grande es el problema de la inflación en Venezuela? La tasa de inflación anual implícita en Venezuela ahora de hecho se encuentra en los tres dígitos, llegando a la sorprendente tasa de 283%, como se muestra en el siguiente gráfico: Además, la tasa de inflación mensual implícita ahora ha subido a 36%, como se muestra en el siguiente gráfico. Eso es peligrosamente cercano al umbral de hiperinflación de 50% al mes. Esto se debe a una depreciación cada vez más veloz del bolívar fuerte, reflejando la perspectiva en declive de la economía venezolana. A este paso, Venezuela podría unirse al Salón de la Vergüenza como el episodio No. 60 de hiperinflación. De manera que parecería que el gobierno de Maduro está determinado a persistir en sus fracasadas políticas, en lugar de aceptar la realidad acerca del experimento económico fracasado del chavismo. ―