MALVINAS DEUDA PENDIENTE, CUENTA SALDADA. Este libro aspira a

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MALVINAS DEUDA PENDIENTE, CUENTA
SALDADA.
La última operación realizada en la noche del 13 al 14 de
junio por la Compañía de Comandos 601 fue la defensa del
Grupo de Defensa Aérea -al Norte de Puerto Argentinoporque existía información del desembarco de tropas
Inglesas que habían sido rechazadas, la misión fue de
rastrillaje y aniquilamiento.
Para ello, embarcamos en el buque Forest que estaba
amarrado en Puerto Argentino y cruzamos a la costa norte a
las alturas de Cortley Hill, instalando la seguridad del Puesto
Comando del citado Grupo, que estaba a cargo del My Jorge
Monges, vigilando también dos tanques de combustibles,
objetivos muy vulnerables y rastrillando sin novedad durante
toda esa noche.
Seguía el combate en la zona del RI 7 y BIM 5, llegando
noticias a las 00.10 hs de la caída de las alturas de Wireless
Ridge, replegándose el Regimiento 7 a Moody Brook, esto
era ya el 14 de Junio.
A las 04.00 hs. recibimos la orden de bloquear las alturas al
norte de Moody Brook, por donde al parecer, se insinuaba
una penetración en el frente del Regimiento de Infantería 7,
para quebrar el sistema defensivo, que ya se hallaba
bastante debilitado y había retrocedido centenares de metros
hacia Puerto Argentino y había evacuado varias alturas.
Luego de reorganizar las Compañías se inicia el avance por
el camino paralelo a la costa.
Al llegar a la altura anterior a Moody Brook, el Jefe de la
Compañía Mayor, Mario Castagneto, ordena establecer la
defensa en orden a un punto de apoyo.
A las 07.30 hs. mientras se organizaba el punto de apoyo,
divisamos el combate en Moody Brook y Tumbledon,
muchísimas explosiones de artillería y proyectiles trazantes
de ambos lados. Comenzamos a observar grandes columnas
de tropas que se replegaban, vimos el repliegue masivo que
se producía de nuestras fuerzas, que bajaban encolumnados
y hostigados por la artillería enemiga, y otros dispersos hacia
Puerto Argentino.
Aún guardo en mi memoria el recuerdo de ese momento:
mezcla de alegría por el espectáculo imborrable
y
culminante del combate que presenciaba, donde veía los
ataques y contraataques de nuestras fuerzas en un
desesperado intento por resistir en las posiciones, y la
tristeza por la posibilidad de la derrota que comenzó a
perfilarse en mi espíritu, con el del sabor amargo de la caída
de Puerto Argentino.
Divisamos el Escuadrón de vehículos de exploración
Panhard que avanzaba hacia Sapper Hill y era detenido por
una barrera de artillería.
Este libro aspira a
dejar registrado
muchos actos
heroicos
desconocidos
hasta ahora, como
ejemplo para
nuestros jóvenes
en esta lucha sin
fin…
Escuchamos disparos en el linde de la ciudad, en la zona del Grupo de Artillería 4, que
ya se había replegado luego de destruir sus piezas.
A las 08.45 hs. comienzan a reglarnos con cuatro tiros de artillería, a continuación
mandan fuego de eficacia, que cae en forma demoledora sobre toda nuestra posición.
Nuestro movimiento había sido detectado por la artillería enemiga y comenzaron a
batirnos sostenidamente para impedirnos llegar a conectarnos con nuestras tropas de
la defensa.
Algunos de nuestros combatientes que se replegaban seguramente del Regimiento de
Infantería 7 de La Plata, hicieron contacto con nosotros justo en el momento en que
otra concentración de artillería comenzó a batir nuevamente la zona.
En ese momento vi a un Soldado al que una esquirla le seccionó la cabeza cayendo
su cuerpo inánime al suelo. La imagen de la muerte de ese SOLDADO DESCONOCIDO, no
se borrará jamás de mi mente y es una de las causas por las cuales hoy, recordando
ese momento que me marcaría para toda la vida, me da fuerza y ayuda espiritual, para
reiniciar el relato de lo vivido en Malvinas, como un homenaje a ese combatiente, en
nombre de quien expreso mi orgullo de soldado, la narración de mi experiencia, este
relato era una materia pendiente y en su nombre estoy saldando la deuda.
No sabemos su nombre, tenía una madre, un padre, hermanos, familiares, amigos y
conocidos que lo amaban y hoy seguramente lo recuerdan con nostalgia y dolor, no sé
quiénes son, pero les digo para consuelo de todos los que tienen combatientes
muertos, que a pesar del dolor, deben estar orgullosos del desempeño de estos
héroes, que defendieron nuestro querido suelo argentino.
Vaya mi dedicatoria para todos los SOLDADOS DESCONOCIDOS que tiene esta historia,
tanto Oficiales, como Suboficiales, Soldados y civiles, muchos de los cuales incluso no
tienen tumbas para honrarlos y quedaron sepultados en las turbas malvinenses de
nuestra patria, como testimonio elocuente del derecho argentino sobre nuestro
territorio.
Muchas acciones heroicas quedaron perdidas en la historia de esta guerra, nadie las
relata, nadie las recuerda, sólo Dios sabe el derroche de heroísmo escondido que
seguramente EL ya les está pagando con creces, por el cumplimiento del pasaje
bíblico que expresa “nadie tiene más amor que aquel que da la vida por sus
amigos”, ellos son la encarnación de este ideal de vida y de muerte, de virtud y
patriotismo, de entrega y generosidad, de lealtad y fidelidad ante ese juramento
sagrado que todos hicimos a la bandera con el “¡SI JURO!” que un día pronunciamos y
hoy ellos repiten eternamente en la gloria del cielo.
Treinta años han pasado desde la Gesta de Malvinas, que no son suficientes para
borrar de nuestras memorias ese glorioso 2 de Abril en que reconquistamos nuestras
irredentas Islas para el patrimonio nacional de las manos de los usurpadores ingleses,
con la sorpresiva Operación Rosario que cobró la vida del primer argentino caído en
batalla, el Teniente de Navío Pedro Giachino.
Este libro aspira a dejar registrado muchos actos heroicos desconocidos hasta ahora,
como ejemplo para nuestros jóvenes en esta lucha sin fin, para recuperar lo que nos
pertenece y del cual fuimos despojados sin importar derechos geográficos, históricos y
jurídicos.
“Muchos quedaron con secuelas físicas y psíquicas otros sepultados en las turbas
malvinenses, ellos murieron por una esperanza, ellos murieron por una ilusión, los
convoco a todos y en especial a los jóvenes para hacerse cargo de este testimonio
que reciben, luego de haber escuchado una parte de la verdadera historia de Malvinas
y juntos, los que ya pasaron a la inmortalidad y nos están mirando y ayudando desde
el cielo y los que aún no partimos de esta tierra, a ser herederos de esta raza y dignos
hijos de esta bendita tierra.
Sus muertes no serán en vano, tarde o temprano volveremos a besar este suelo
querido de Malvinas y si no seremos nosotros, lo serán los hijos de nuestros hijos o los
nietos de nuestros nietos, pero volverán a nuestras manos para incorporarlas a
nuestro continente; recién allí podremos descansar en paz, los que vivamos en ese
momento.
Mientras tanto será obligación de todo ciudadano bien nacido, bregar por la restitución
de nuestro patrimonio de mano de los usurpadores, nuestros ancestrales enemigos
históricos, desde los albores del nacimiento de la Patria allá por 1806, hasta nuestros
días y mantener vivo y encendido el amor por Malvinas y el recuerdo de nuestros
héroes.
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