PALABRAS EN HOMENAJE AL GENERAL MORELIA, MICH., 23 DE JUNIO DE 1964. ENRIQUE RAMÍREZ. Señor gobernador constitucional del estado: Como ciudadanos michoacanos, saludamos a usted y le patentizamos nuestras consideraciones. Señores: Un grupo de amigos acordamos reunimos en este día para tributar al señor general Enrique Ramírez, ex gobernador de Michoacán, un homenaje por sus virtudes cívicas y por su reconocido patriotismo. Su actuación en la lucha armada, imprimiendo moralidad a sus tropas; su labor como gobernante, que dejó una estela de honradez y justicia y hoy, dedicado personalmente al cultivo de la tierra, lo hacen merecedor de este acto que se ha organizado en su honor. Nació en La Piedad de Cabadas, Mich., el 31 de enero de 1888 y después de sus estudios, desempeñó puestos de contador en varias negociaciones comerciales y bancarias. Guiado por sus ideas políticas, en 1910 formó parte del grupo antirreeleccionista de piedadenses, lanzándose meses después con un grupo de jóvenes a la revolución contra la dictadura, todos ellos bajo las órdenes del distinguido jefe don Pedro Aceves. Al triunfo de la Revolución iniciada por el señor Madero, se licenciaron las fuerzas de los jefes Aceves y Ramírez, como fueron licenciadas todas las fuerzas revolucionarias del país, quedando armado el ejército federal, lo que facilitó a los conservadores la traición contra el presidente Madero. Al cometerse el asesinato de los GC. presidente don Francisco I. Madero y vicepresidente don José Ma. Pino Suárez, los jefes Aceves y Ramírez reorganizaron nuevamente sus contingentes para combatir a la usurpación, librando distintas acciones hasta la caída de Victoriano Huerta. Posteriormente, el señor general Ramírez fue comisionado a la región de La Piedad, para organizar las defensas civiles en parte de Michoacán, Guanajuato y Jalisco, y combatir a las hordas de Inés Chávez García. En 1923 participó en la región del Bajío contra las fuerzas rebeldes, ganándose la estimación del victorioso general Obregón, que estimó en el señor general Ramírez sus disposiciones para el mando y la honestidad y orden de sus tropas. Electo gobernador constitucional del estado en el período de 1924 a 1928, gobernó con honestidad y con franco sentido de justicia social. Toleró a sus opositores y jamás abusó del poder. Siempre supo distinguir la verdadera delincuencia y el ejercicio de los derechos políticos de todo ciudadano, que otorga la Constitución que rige la vida del país. Cumplió con la ley agraria dando varias dotaciones y se hicieron entonces obras de beneficio público de acuerdo con los escasos recursos de que disponía el erario. Formó a sus hijos y los educó en el trabajo, cada uno de ellos con responsabilidad propia; unos cultivan la tierra y otros sirven en puestos de carácter técnico. Así el señor general Ramírez ha contribuido en forma importante con su conducta y con sus ideas, que son las ideas de la Revolución Mexicana, a la madurez política que va alcanzando nuestro país y ha sabido, como otros muchos hombres de la Revolución, dar paso a las juventudes, que tienen que ser consecuentes con los postulados que inspiraron el movimiento de 1910, iniciado por el señor Madero y proseguido en 1913 por el señor Carranza, mismos postulados por los que lucharon los hombres de la Insurgencia y de la Reforma. El señor general Ramírez considera que los postulados de entonces no pertenecen al pasado, sino que tienen vigencia permanente, en tanto no se integre una colectividad que ejerza libremente sus derechos dentro de los marcos constitucionales y disfrute de lo necesario para su subsistencia. Y considera también que corresponde a los aspirantes a servir dentro del régimen de la Revolución, interpretar la sensibilidad del pueblo, verlo de cerca para conocer sus necesidades y buscar soluciones para remediarlas y no pretender que quienes no han tenido los medios para instruirse y que carecen de lo indispensable para la vida, puedan portarse con corrección en sus expresiones, cuando manifiesten públicamente sus quejas. Oírlos y hacerles justicia es la misión del funcionario cualquiera que sea su categoría; si no obra así no cumple su misión con un pueblo como el nuestro, sobre el que pesan grandes desigualdades económicas y culturales y al que se le detiene cuando quiere expresarse. Con esto, opina el señor general Ramírez, se retarda el ejercicio democrático a que aspira a llegar el propio pueblo y se expone al país a actos violentos que deben desaparecer para que sea el razonamiento el que vigorice el espíritu cívico de la nación mexicana. Delineados los antecedentes y las ideas del señor general Ramírez, debemos ante este acto de amistad que brindamos al amigo, empeñarnos cada uno de los aquí reunidos, y así todos los michoacanos, en contribuir al desarrollo y engrandecimiento de nuestro estado, aportando sin reservas nuestro contingente de trabajo a los responsables de la hora actual, en bien de los intereses colectivos del propio estado y del país. Señor general Ramírez, vive usted en el corazón de sus amigos con el afecto que ha sabido granjearse con su leal amistad, su honradez y su patriotismo.