El precio de la gasolina (sin duda alguna muy por debajo del precio de mercado, de su costo  contable y de oportunidad) ha sido un tema de largo debate en Venezuela. Cualquier ranking 

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El precio de la gasolina (sin duda alguna muy por debajo del precio de mercado, de su costo contable y de oportunidad) ha sido un tema de largo debate en Venezuela. Cualquier ranking mundial de precios del combustible nos sitúa como el país del planeta con la gasolina más barata, y cualquier comparación interna de precios relativos (cantidad de otros bienes que se pueden adquirir con el costo de un tanque de gasolina) es simplemente ridícula. Hoy día el tema del ajuste del precio vuelve a ocupar espacio en los medios y en las redes sociales, uno de los argumentos entre quienes se oponen a dicho ajuste es el desconocimiento del uso de los ingresos fiscales adicionales, generados por el incremento del precio. Este argumento resumido en la frase "¿qué van a hacer con los reales?" es relevante, no obstante considero nos desvía del punto realmente importante del mismo (ausencia de mecanismos de rendición de cuentas y mal diseño institucional en torno a la apropiación y reparto de la renta petrolera) así como obviar otros factores tanto de naturaleza financiera1 como de la economía real e institucional. En las siguientes líneas me centraré en algunos aspectos específicos del último punto. En la ciencia económica cualquier tema se analiza desde el punto de vista de la asignación de recursos, es decir, cómo una sociedad decide asignar su tiempo, esfuerzo, recursos financieros, bienes de capital, etc. entre usos alternativos, y cómo dicha asignación genera resultados sociales tales como la variación del nivel de vida a lo largo del tiempo, la distribución del ingreso, la composición del sector productivo, del empleo, etc. Cualquier pregunta relevante de política económica se puede contestar en términos de cómo dicha acción cambia la asignación de recursos de una economía. Uno de los principales mecanismos a través de los cuales se altera una asignación dada es a través de la modificación de los precios relativos. El precio cercano a cero de la gasolina posee un inmenso efecto distorsionante sobre la asignación de recursos, y por ende consecuencias negativas sobre puntos de crecimiento perdidos a largo plazo y como resultado, un menor nivel de vida. En relación a este punto hago referencia a una rama de la literatura de crecimiento económico: Misallocation and Productivity2 (que se podría traducir al español como Mala Asignación y Productividad). En la actualidad sabemos que la diferencia de ingresos per cápita entre países no se encuentra explicada por los recursos físicos, naturales y de trabajo, sino por una variable que engloba todo aquello que afecta a la producción de un país distinto a lo anterior. Dicha variable se ve afectada por la investigación y el desarrollo, la educación, las instituciones, etc. y es el principal tópico de investigación de la literatura de crecimiento eocnómico. Uno de los factores que afecta al nivel de vida de un país es que este asigne de manera "correcta" sus recursos, si existen distorsiones generadas por la intervención gubernamental que hace que dichos recursos no se distribuyan de manera adecuada en sus usos más rentables a nivel social, la tasa de crecimiento de dicha economía será menor y su nivel de vida a largo plazo también. El bajo precio de la gasolina genera unas distorsiones ENORMES a la hora de asignar recursos y eso afecta nuestro patrón de crecimiento, incentivando la inversión 1
Ver Oliveros y Sifontes (2013) para un análisis del costo del subsidio. Ver Restuccia y Rogerson (2013) y para una aplicación al caso venezolano en un contexto distinto al de este artículo ver Bello, Blyde y Restuccia (2011) 2
en actividades pocos productivas, a costa de perder puntos de crecimiento económico y nivel de vida. No hay excusa para no corregir esto. No obstante, como he mencionado al principio, el argumento de "¿qué van a hacer con los reales?", no sólo es relevante sino legitimo, pero es un tema que tiene que ver con el nefasto diseño de las instituciones en Venezuela, y persistirá (o se solucionará) la gasolina cueste 0.00001 BsF /Lt o se lleve al precio internacional. El tratamiento que se ha hecho del argumento anterior se abstrae por completo de la economía política del manejo de la renta petrolera, a la hora de determinar el uso de los recursos fiscales por parte de CUALQUIER gobierno. Trabajos como los de Karl (1997) y Coronil (1997) entre otros han planteado que la indisciplina fiscal no es algo inherente a un gobierno en particular, sino producto de una serie de incentivos perversos a la cual están sujetos los políticos debido a unas instituciones moldeadas por la existencia de la renta petrolera. La lección que se desprende de parte de esta literatura es que hasta que no se realice una reforma institucional de largo alcance, la cual minimice los efectos nocivos de la presencia de la renta petrolera, no se resolverá del todo el desbarajuste fiscal por un lado y el uso ineficiente de los ingresos fiscales por el otro. Entre los puntos que habría que tratar en la reforma institucional arriba mencionada se encuentra él como transferir la renta petrolera entre los ciudadanos, a través de un esquema de subsidios o un reparto directo de la renta (RDR de aquí en adelante)3. El subsidio al precio de la gasolina es una de muchas maneras a través del cual el estado reparte la renta petrolera, la pregunta que nos deberíamos plantear en el presente debate es ¿dicho subsidio es un mecanismo superior a otros?, ¿es preferible subsidiar el precio de los combustibles en lugar de un RDR?. Lo que señala la literatura4 sobre el tema es que este tipo de subsidios es un instrumento de reparto opaco, ineficiente y poco susceptible a mecanismos de rendición de cuentas. Adicionalmente en el caso del precio de los combustibles, es un subsidio caro, regresivo e ineficiente5. Se debería aprovechar el debate del precio de la gasolina, la indisciplina fiscal y la opacidad en la utilización de los recursos públicos, para iniciar una discusión acerca del factor común entre los tres puntos: el diseño institucional del estado venezolano que gira en torno a la apropiación y reparto de la renta petrolera. Referencias bibliográficas Bello O., Blyde J. y Restuccia, D. 2011. "Venezuela’s Growth Experience" Latin American Journal of Economics, vol. 48(2), pp 199‐226. Coady, D., Gillingham, R., Ossowski, R., Piotrowski R., Tareq, S. y Tyson, J., 2010. "Petroleum Product Subsidies: Costly, Inequitable, and Rising". IMF Staff Position Note SPN/10/05. 3
Para una discusión general de los RDR ver Gupta, Segura‐Ubiergo y Flores.(2014) y para una propuesta específica al caso para el caso venezolano ver Rodríguez, Morales, y Monaldi (2012). 4
Ver Gupta, Segura‐Ubiergo y Flores.( 2014). 5
Ver Coady et al (2010) para una discusión más detallada del tema. Coronil, F., 1997. "The Magical State. Nature, Money, and Modernity in Venezuela". The University of Chicago Press. Gupta , S., Segura‐Ubiergo, A. y Flores, E. 2014. "Direct Distribution of Resource Revenues: Worth Considering?". IMF Staff Discussion Notes No. 14/5 Karl, T R. 1997. "The Paradox of Plenty. Oil Booms and Petro‐States". University of California Press. Oliveros, L. y Sifontes, D. 2013. "Realidades del subsidio a la gasolina: Más que barata, regalada". Revista SIC 744. Restuccia, D. y Rogerson, R. 2013. "Misallocation and productivity". Review of Economic Dynamics, vol. 16(1), pages 1‐10, January. Rodríguez, P L., Morales, J R. y Monaldi, F J. 2012. "Direct Distribution of Oil Revenues in Venezuela: A Viable Alternative?". Center for Global Development Working Paper 306. 
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