ARISTóTELES: NATURALEZA Y ÉTICA

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ARISTÓTELES
Aristóteles recoge la herencia de la filosofía anterior y pretenderá dar respuesta a los problemas que han quedado planteados.
Por ello uno de los temas centrales en su obra será la Naturaleza. En su forma de abordar el tema se nota la doble influencia del
tratamiento que éste ha tenido en los presocráticos y en Platón. Considera que aunque uno de los principios de la Naturaleza es la
materia, recogiendo la herencia de los primeros físicos piensa con su maestro que la esencia de las cosas es de índole formal (pero lo
innovador de su posición es que al contrario que Platón, no separa la esencia de las cosas sino que la considera uno de sus principios
constituyentes. En conclusión, la Naturaleza es la esencia de cada ser que está en él constituyéndolo.
Sigue coincidiendo con Sócrates y Platón en que el conocimiento es de lo universal y necesario, pero ahora lo universal se
puede obtener a partir de lo particular, pues la esencia se halla dentro de lo concreto. Tener ciencia es conocer la esencia de la cosa
(definición) y saber sus causas (demostración o silogismo científico); pero no se puede demostrar todo, si tuviésemos que demostrarlo
todo regresaríamos al infinito. Ha de haber un punto de partida de la demostración, unos primeros principios inmediatos y evidentes,
que una capacidad racional, el Nous, los capta al abstraerlos de lo particular (inducción intuitiva). A partir de ahí se deducen las
explicaciones de los hechos observados.
Aristóteles es el primer filósofo que diferencia el campo del conocimiento en distintas ciencias o
saberes, y hará una
clasificación y un estudio de cada uno de ellos.
Su primer objeto de análisis será la Lógica, ciencia previa a las demás, y auxiliar de las mismas que se encarga del discurso
formalmente correcto. Sus escritos lógicos, cuyo obra en conjunto se denomina Organon, tratan sobre los distintos aspectos del
discurso: categorías, proposiciones, silogismos, tópicos etc
En su clasificación de las ciencias, diferencia la teoréticas de las prácticas.
Las ciencias demostrativas o teóricas tienen como objeto lo que no puede ser de otra manera y como objetivo o finalidad el
conocimiento en sí mismo.
La ciencia teórica principal es la Metafísica que se ocupa del ser en tanto que ser y de sus propiedades, estudiando los
axiomas (primeros principios) y las nociones generales relativas al ser.
A la pregunta ¿Qué es el ser? No se puede dar una respuesta simple porque no hay un sentido único del ser, en su obra
“Las categorías” expone la teoría de la Analogía del ser según la cual “El ser se dice de muchas maneras” pues la realidad se
manifiesta de muchas formas y cada una es un modo de ser. Con todo hay un sentido principal en que el ser se dice y este es la
sustancia, que es el modo de ser de lo que existe en sí mismo, tiene subsistencia por sí y no necesita para ser de ningún otro ser.
Sustancia es aquello que no se dice de un sujeto ni inhiere en un sujeto sino que es sujeto de inherencia y predicación. Los demás
modos de ser dependen de la sustancia: son los accidentes (cualidad, cantidad, relación, estado, posición, acción, pasión, lugar y
tiempo). La sustancia es el compuesto de materia y forma; la forma es la esencia de la cosa, lo inmutable, lo eterno, su principio
inmanente de actividad; y la materia es de lo que está hecho algo (materia próxima) o el elemento informe que subyace a todos los
seres y, en este sentido, es eterna (materia prima).
Las sustancias naturales tienen como característica intrínseca el cambio y Aristóteles, oponiéndose a Parménides, admite que
el devenir es real. Cambiar es pasar del ser al no-ser, y viceversa, luego el no-ser existe como relativo a algo (potencia relativo al
acto); de este modo el cambio es el acto de lo que está en potencia en tanto que potencia; y habrá tantos tipos de cambio como modos
de ser (sustancial y accidental). Lo que hace posible el cambio son tres principios: el sujeto que lo soporta (materia), lo nuevo que se
adquiere (forma) y la ausencia y exigencia de ese atributo por la esencia del ser que cambia (privación).
Relacionada con el cambio se encuentra otra ciencia teórica, la Física que estudia las cosas concretas en movimiento, esto
es “el ente natural móvil”. El concepto fundamental es el de naturaleza: “principio intrínseco de movimiento para la cosa en la cual
reside, inmediatamente por esencia y no por accidente”. El principio de actividad de cualquier sustancia natural es su propia naturaleza,
la cual puede tener dos sentidos; como materia, pues es el sujeto permanente del cambio; o como forma como lo que da al ser natural
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unas determinaciones y, por tanto, una actividad propia. Podemos así distinguir frente a los seres naturales los seres artificiales que son
los que necesitan de otro para ser y para moverse.
Aristóteles considera que las causas de los seres naturales son 4:
- Causas material y formal, que constituyen el ser y hacen posible el cambio aquélla lo soporta como sujeto, la forma lo
determina, pues un ser posee la actividad que su esencia establece.
- Causa eficiente, que desencadena o produce el cambio
- Causa final: es el objetivo del cambio, hacia donde se dirige: la perfección de la esencia de esa sustancia.
En los seres vivos la causa formal, la eficiente y la final coinciden; pues todas ellas son su esencia.
Al igual que los seres naturales, el universo y todo lo que hay en él se mueven, todo relacionado con todo, hacia su
perfección. Mas como todo lo que se mueve es movido tiene que ser movido por otro, debe existir un primer motor inmóvil, que según
la Física mueve por impulso mecánico, y según la Metafisica como causa final (objeto de deseo), siendo así acto puro. Podemos
distinguir en él dos mundos; el supralunar, el de las estrellas y astros en perfecto orden; y el sublunar, el de los seres particulares
sometidos a generación y corrupción (si bien el Universo, como un todo, es eterno).
En estos últimos, se establece una escala en función de la perfección de su esencia, en la cual el hombre ocupa el lugar más
elevado. Aristóteles no mantiene en su teoría del hombre un dualismo como su maestro Platón, para él el hombre no es una dualidad
sino la unidad sustancial de materia y forma, cuerpo y alma: el alma es el principio vital de un cuerpo que en potencia tiene vida y en
ella se distinguen tres funciones: vegetativa, sensitiva y racional (propia del hombre). Así la psicología es en él parte de la Física, y en
cierto modo la ética también, por ocuparse del comportamiento de una sustancia natural que tiende, como todas, a su fin propio.
Sin embargo sitúa Aristóteles la ética como una ciencia práctica subordinada a la Política, no demostrativa sino opinativa o calculativa
que tiene por objeto lo que puede ser de otro modo y está dirigida, por ser práctica, a la acción.
Además es la principal, puesto que como todo tiende a un fin, habrá uno que lo busquemos por sí mismo y éste será el mejor; este no
es otro que el fin de la Política, pues busca el bien del hombre en sociedad. Según el autor, el Estado surge por la propia naturaleza
del hombre, ya que no es autosuficiente. Aristóteles define al hombre como un “zoon politikon” pues en su esencia se encuentra su
tendencia a vivir con los demás, es un ser social por naturaleza, y las pruebas de la naturaleza político-social del hombre son varias:
1) El hombre sólo lo es en la polis (fuera de ella sería un dios o una bestia, pero no un hombre),por tanto la polis es anterior al
individuo
2) El hombre es el único animal con voz y palabra, lo que le permite no sólo expresar placer y dolor, sino comprender lo que es bueno
y lo malo y a partir de ahí crear leyes, normas de convivencia basándose en la justicia.
Esa convivencia se da en tres grupos de relación humana: la familia, que cubre las necesidades básicas del hombre, la aldea o
conjunto de familias y por último la polis. LA POLIS es la comunidad social por excelencia y sirve para mejorar el comercio, asegurar la
defensa y seguridad de la ciudad y, lo más importante, permitir que el ciudadano desarrolle su racionalidad y sus virtudes éticas. La
polis se rige por una constitución (por leyes) Las leyes son fundamentales para que haya justicia, una virtud ética que enlaza política y
ética. Existen dos tipos de justicia:
1) justicia particular o igualdad si hay un reparto equitativo de bienes y que puede ser:
-aritmética: el reparto se rige por el principìo de igualdad y es típica del comercio
-distributiva: el reparto se realiza en función de los méritos. Es típica del reparto de cargos públicos
2) justicia total o legalidad, que se alcanza si se cumplen las leyes
Para lograr la justicia se desarrollan distintas formas de gobierno; Aristóteles distingue seis de éstas:
-gobierno de uno sólo: monarquía(buscará el bien común) o tiranía(buscará el interés propio)
-gobierno de unos pocos: aristocracia(busca el bien común) ú oligarquía
-gobierno de muchos: democracia censitaria(vota quien es económicamente capaz) y demagogia (tiranía de masas)
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Para Aristóteles, la mejor forma de gobierno en la teoría sería la monarquía pero en la práctica, lo mejor es una especie de república
conocida como politeia, donde el poder lo tiene la clase media, que al no tener intereses extremos, hace que se alcance el equilibrio
Además del fin del hombre en sociedad se ha de estudiar el bien del hombre individual y de esto se ocupará la Etica, por eso es una
ciencia subordinada a la Política La ética aristotélica es teolológica ya que persigue un fin, y eudaimonista, puesto que ese fin es la
felicidad entendida como una vida buena, que se identifica con la perfección o autorrealización del hombre.
Ya se ha dicho que el bien perfecto es el que se busca por sí mismo y este parece ser la Felicidad, pues se
busca siempre por sí mismo, no como medio para llegar a otro fin y todos los demás fines se buscan para lograrla.
Según Aristóteles es más fácil decir qué no es la felicidad que intentar definirla: la felicidad no es placer porque a veces hacemos cosas
no placenteras y nos conducen a un bien mayor, no es el dinero porque el dinero es un medio para conseguir otro fin y no es fama ni
honores porque éstos no depende de nosotros, pero si la felicidad es la perfección de nuestra esencia ha de estar en nuestra mano el
alcanzarla.
La perfección la logrará el hombre al realizar de manera excelente y virtuosa la actividad que le es propia. La función propia del hombre es la racional,
por eso Aristóteles define la felicidad en el hombre como “actividad racional del alma de acuerdo con la virtud, y si las virtudes son varias, de acuerdo
con la más perfecta y durante una vida entera”.
La virtud o areté se entiende como la perfección de una facultad por medio de la práctica. Existen distintos tipos de virtud.
1. En el alma racional:
-las virtudes de la facultad científica son la ciencia o episteme, (que perfecciona la razón demostrativa) el nous o intelecto,(alcanzado por la razón
intuitiva) y la suma de ambas virtudes, que es la sabiduría
-las virtudes de la facultad razonadora son la técnica y el arte (en el caso de la función productiva) la frónesis o prudencia (en el caso de la
función práctica)
2.. Las virtudes éticas son el resultado de moderar las pasiones y deseos del alma senstiva al dirigirlas por medio de la prudencia. Se adquieren por
hábito y consisten en actuar en el término medio entre dos extremos viciosos: exceso y defecto. Este hábito forma las disposiciones del carácter; en
otras palabras: cuando uno se acostumbra a actuar de una forma determinada acaba siendo ésa su forma de actuar y de ser. El término medio no es
aritmético, exacto, de forma que lo que es moderado para unos es excesivo o escaso para otros. La felicidad más alta consistiría en perfeccionar el
alma racional teorética: dedicarse a la sabiduría y llevar una vida contemplativa, pero este tipo de felicidad es casi divina y no está al alcance de la
mayoría por eso la felicidad del hombre a nivel general consiste en la perfección del alma por la vía de las virtudes éticas.
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