LE E

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Tras prestar mayor atención a la legislación propuesta, la exposición de motivos del mismo reconoce
que “la facilidad de comercializar bajo esta modalidad ha permitido que emigren hacia el comercio
electrónico mercados de bienes y servicios que de manera tradicional se encuentren regulados (…) El
crecimiento del comercio en línea presenta una fuente potencial de ingresos pero también un mecanismo
de desequilibrio económico (…) dado que pueden establecer precios especulativos de bienes y servicios
“. De esta manera quedan expresados los principales móviles de la legislación en cuestión; se busca dar
continuidad a las políticas de centralización y regulación económicas como mecanismos paliativos a los
altos niveles de inflación y escasez, a la vez que se identifica al sector como una nueva fuente de ingresos
que permita financiar las excesivas consideraciones estatales.
Es tras estas apreciaciones del contexto venezolano, y del breve análisis del surgimiento de
legislaciones similares en Estados Unidos y en la Unión Europea, es que se consolidan las bases sobre las
que se construye el análisis costo-beneficio presentado. Tales fundaciones hacen descartar los móviles de
la ley abanderados por funcionarios simpatizantes al proyecto político que lo impulsa (la protección del
consumidor), a la vez que posiciona los objetivos mencionados anteriormente como ejes fundamentales
del texto legal.
Los aspectos fundamentales de la Ley de Comercio Electrónico son identificados posterior a las
observaciones de contexto y criterios mencionados. En tal sección se ven resaltados los aspectos de la ley
en cuestión que buscan enlazarla con la Superintendencia Nacional de los Derechos Socioeconómicos, a la
vez que establece prohibiciones de comercialización de gran especificidad. Se añade a estos aspectos las
consideraciones que dicta el documento de ley en cuanto a calidad de servicio, aspecto que usualmente
resulta de estrategias de mercado y capacidad del oferente, y la exigencia de controles y presentación de
información cuya súbita implementación representa trabas al ejercicio comercial, asumiendo, por
supuesto, que la ley en cuestión no se asuma como letra muerta.
En cuanto a los principales afectados, tanto positiva como negativamente, se presenta al Gobierno
Central como el principal beneficiado por la legislación, mientras que el sector privado que hace vida en el
sector digital se ve impactado de manera importante. Los beneficios percibidos por los que controlan al
aparataje estatal obedecen principalmente al mayor poder económico otorgado y a una mayor
recaudación tributaria, sin embargo, no se puede obviar el costo político de las consecuencias de este tipo
de políticas gubernamentales, razón por la cual el discurso político ha centrado sus esfuerzos en temas de
la supuesta guerra económica, contrabando y especulación. Mientras tanto, el sector de comercio digital
ve atacada su principal razón de crecimiento, su libertad de acción (reconocida por quien redactó la ley).
Finalmente, se presentan recomendaciones generales correspondientes a las iniciativas de
centralización económica y a la dificultad de balance de presupuesto. Tales sugerencias inician por el
desmantelamiento de la institucionalidad impulsada desde el Gobierno venezolano, principalmente la
SUNDDE y toda legislación sobre la que esta se apoye, a la vez que se propone garantizar la libre
interacción de los agentes económicos en un contexto de fortaleza institucional que permita niveles de
crecimiento económico que garanticen un aumento de los ingresos tributarios sin una mayor tasación.
LEY DE COMERCIO ELECTRONICO
La Ley de Comercio Electrónico, presentada por el presidente de la Comisión Permanente de
Administración y Servicios, y diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Claudio Farías,
obedece, de acuerdo al funcionario, a la búsqueda de “fomentar y regularizar el comercio electrónico”,
garantizando así un medio digital justo y transparente, donde el consumidor cuente con todas las
protecciones que garantiza el Gobierno Bolivariano. El documento de ley fue aprobado en primera
discusión a principio del mes de noviembre.
RESUMEN EJECUTIVO
Noviembre 2014
En consideración a lo anterior mencionado, llama la
atención lo tardío del instrumento legal venezolano en
comparación a las institucionalidades norteamericanas y
europeas, establecidas en los años 2003 y 2000,
respectivamente. Es por ello que se cuestiona al móvil
principal declarado de la ley en cuestión, que de acuerdo al
diputado de la Asamblea Nacional por el PSUV, Tito
Oviedo, consiste en “proteger a los usuarios que por la vía
electrónica obtienen esos mismos servicios que pudieran
obtener por otras vías” (fuente), y se considera a la
necesidad de mayores recursos fiscales y control
económico como principal motivación detrás de la
iniciativa legal. De esta manera, se estima que la
protección del consumidor no es más que una herramienta
de simpatía política que facilite la regulación de mercados
previamente no intervenidos.1
1
La asunción se fundamenta en la espera de más de una década para la formulación de una ley que
regule y proteja al consumidor, especialmente tras la ausencia de un evento significativo al contexto
correspondiente, como lo fue la burbuja de los dotcom en el año 2000. Es por ello que el reconocimiento del potencial tributario del sector y la actual crisis fiscal por la que atraviesa el país se perfilan como
móviles con mayor credibilidad. Considerar el siguiente extracto de la Exposición de Motivos de la Ley
en cuestión: “Desde el punto de vista tributario, visto el crecimiento del comercio electrónico y la
evasión fiscal en que incurren muchos de ellos; es necesaria la creación de registros y controles respectivos que permitirían generar recursos fiscales adicionales al Estado Venezolano”
Gasto de Gobierno General
Conviene
destacar
la
actual
iniciativa
gubernamental de regulación económica a través de la
Superintendencia de Precios Justos. Esto debido a las
pretensiones de extender el rango de acción de la
SUNDDE al medio digital, pues el mismo se ha prestado
como un sector de comercio “marginal” a la ley, donde,
de acuerdo al diputado Claudio Farías, la especulación
lleva al aumento de precios por encima de lo
establecido por el organismo regulador, a la vez que
facilita la evasión de impuestos y delitos de estafa al
usuario (De acuerdo al funcionario, este año se han
recibido 400 denuncias de este tipo de delitos vía
electrónica).
De esta manera, se identifica a la presente ley
como un instrumento legal complementario a los
esfuerzos de centralizar a la economía nacional,
sometiendo a los agentes que interactúan en el medio
digital al control de la Superintendencia en cuestión. Tal
finalidad se muestra en concordancia con lo establecido
en el Plan de la Patria, guía de gobierno en la cual queda
definido como objetivo estratégico del Segundo Gran
Objetivo Histórico el “desarrollar un sistema de fijación
de precios justos para los bienes y servicios,
combatiendo las prácticas de ataque a la moneda,
acaparamiento, especulación, usura y otros falsos
mecanismos de fijación de precios, mediante el
fortalecimiento de las leyes” (fuente).
Resulta evidente que la Ley de Comercio
Electrónico se presenta en un contexto económico
donde la herramienta legislativa es utilizada como
mecanismo paliativo de grandes desequilibrios
macroeconómicos. Nuevamente, el personalismo
totalitario de tintes soviéticos aboga por controles
económicos para lidiar con las consecuencias de sus
iniciativas fiscales, ignorando su naturaleza y
argumentando que el problema radica en la
sofisticación de éstos. El documento en cuestión,
claramente, obedece a estos mismos fundamentos.
Ingreso de Gobierno General
Gráfico 1.– Ingresos vs. Gastos del Gobierno General
como % del PIB (1999—2013). Fuente: FMI.
38,01%
22,95%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
El gráfico evidencia la magnitud del déficit fiscal
primario venezolano. Para el año 2013, el estimado
del mismo, alcanzó el 15,06% del PIB. Como contraste, el país vecino de Colombia registró un déficit
fiscal del 2,41% para el mismo año (fuente).
LEY DE COMERCIO ELECTRÓNICO
El comercio electrónico ha sido un fenómeno
económico cuyo rápido crecimiento ha sido fuente de
intensos debates, principalmente, acerca de cuál debe ser
el rol del Gobierno en este ámbito. En este contexto, si
bien Venezuela ha comenzado a demostrar su iniciativa en
cuanto a una participación más activa de gobierno en el
comercio digital, este tipo de movidas ya presentan
importantes antecedentes, tanto en los Estados Unidos,
como en la Unión Europea. En el gigante del norte, el
comercio electrónico se encuentra regulado por la
Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en
inglés), mientras que en la Unión, el Parlamento Europeo y
el Consejo estableció en el año 2000 la Directiva de
Comercio Electrónico. De esta manera, la analizada Ley de
Comercio Electrónico se perfila como la movida legal
paralela a las mencionadas, para el territorio venezolano,
siguiendo así a la tendencia económico-legislativa mundial.
CONTEXTOS
Y CRITERIOS
Noviembre 2014
Regulación y prohibición: El Artículo 14, correspondiente
a las instancias de control, da autoridad a la SUNDDE
como ente ejecutor de lo establecido en la ley. De esta
manera, tal Superintendencia tiene plena facultad de
continuar con las ya controversiales fiscalizaciones “en
todos los niveles que participen o donde se publiquen la
oferta de bienes y servicios en medios electrónicos para
exigir el estricto cumplimiento de la normativa vigente”.
En adición a lo anterior, el Artículo 32 hace referencia a las
competencias del ente regulador, entre las cuales destaca
el punto primero, el cual establece la competencia
discrecional de “llevar registros que considere
necesarios” de cualquiera de los agentes relacionados
con la oferta de bienes y servicios a través de medios
electrónicos, posible gracias a la inscripción obligatoria en
el RUPDAE. El cuarto numeral merece también especial
atención, al otorgar a la Superintendencia la
responsabilidad de “solicitar al ente o instancia con
competencia en materia de Telecomunicaciones , la
suspensión o inhabilitación de la plataforma o prestador
de servicio”, otorgando de esta manera una importante
herramienta de poder económico y político, competencia
reiterada en el Artículo 60 del régimen sancionatorio.
En cuanto a expresas prohibiciones, el documento
establece en el Artículo 58 la negativa de comerciar:
 Medicamentos
 Sustancias prohibidas para su consumo o uso.
 Bienes o servicios que inciten a la prostitución o
pornografía.
 Artículos de primera necesidad y de la cesta básica o
aquellos sometidos a regulación de precios, así como
los comercializados por cualesquiera de la redes de
distribución de alimentos del Estado.
 Artículos subsidiados por el Estado Venezolano antes
de dos años de su adquisición.
 Vehículos automotores antes de dos años de su
adquisición.
 Viviendas de interés social.
 Artículos vencidos o en mal estado.
 Cualesquiera otro bien o servicio prohibido en la
Ley.
Información, burocratización y sanciones: En el Artículo
12 del documento de ley, se establecen las
características de la información a presentar en los
bienes y servicios comercializados. Destaca, entre estas,
la exigencia del “Origen o procedencia geográfica,
naturaleza, composición y finalidad” en adición al
presupuesto, señalando los costos, e incluso
descuentos, por “servicios, accesorios, financiamiento,
aplazamiento o similares”. De esta manera,
consideraciones que obedecerían a la calidad del
producto como medio de diferenciación de la
competencia para penetración de mercado, queda en
expresa obligación, comprometiendo a aquellos bienes
inferiores cuyos comercializadores desconozcan tales
datos. Se suma a las consideraciones de información y
exigencias de recursos adicionales, al Artículo 35, el cual
determina que prestadores de servicio debe resguardar
sus registros con respaldo mínimo de 10 años de las IP
de todas las transacciones hechas en sus portales, y el
Artículo 8 correspondiente a la factura electrónica.
Finalmente, llama la atención lo establecido en el
Artículo 28 del documento legal, el cual establece la
necesidad para toda persona, natural o jurídica, que no
tenga como dedicación al comercio, su inscripción en el
registro que para tales efectos lleve la SUNDDE, a la vez
que debe solicitar el Certificado Electrónico emitido por
la SUCERTE. Esto en caso de que decida comercializar
algún bien o servicio de manera específica y puntual. Se
establecen así trabas importantes al comercio casual
que atentan incluso con la naturaleza de facilidad de
transacción del medio electrónico, característica
reconocida, incluso, en la Exposición de Motivos de la
presente ley, y la cual se presenta como un aspecto
positivo del medio.
Los aspectos previamente mencionados se verán
incentivados a través del uso de la fuerza, como bien
señala el régimen sancionatorio del documento legal, el
cual establece multas de hasta 2000 U.T. Se considera
además, de acuerdo a las prohibiciones mencionadas de
bienes de la canasta básica, la pena de entre 10 y 14
años de prisión de quien haga contrabando de tales
rubros, de acuerdo a las reformas propuestas para la
Ley Orgánica de Precios Justos (fuente).
LEY DE COMERCIO ELECTRÓNICO
De entrada, el documento legal sincera su objetivo
de “establecer normas que regulen las actividades
económicas comerciales a través de medios electrónicos”
en el Artículo 1, mientras que el Artículo 2 identifica a
aquellos sujetos a la aplicación de la ley, consideración
que abarca a toda persona, natural o jurídica, relacionada
con el comercio electrónico, bien sea por práctica,
almacenamiento de datos, o agentes publicitarios, por
ejemplo. Lo cierto es que el documento destaca
principalmente en los controles que impone en el ámbito
en cuestión, a la vez que actúa como herramienta de
acción de la SUNDDE. A su vez, aspectos menos
relevantes desde el punto de vista económico incluye
consideraciones de información, documentación, etc.
PRINCIPALES
ASPECTOS
Noviembre 2014
Beneficios de la Ley de Comercio Electrónico
La iniciativa legal de regulación comercial introduce
al sector digital una serie de súbitos controles que
comprometen de manera importante la operatividad y
desarrollo del mismo. La transición al establecimiento de
la factura electrónica (Artículo 8), mecanismos de
seguridad para las transacciones digitales (Artículo 36,
Punto 2) y adquisición de activos que permitan el
almacenamiento de la data correspondiente a lo
demandado por los Artículos 35 y 57, a la vez que se
imponen consideraciones en la calidad del servicio
prestado con aplicación inmediata a la vigencia de la ley,
representan una exigencia que impone importantes
exigencias al ejercicio comercial. El riesgo es
especialmente cierto si se considera que de no aplicar
tales mandatos, la multa establecida es de 1.000 U.T.
mientras que la reincidencia demanda 2.000 U.T. (Artículo
59). Se añade a tales imposiciones la caída de ganancias
que podrían flexibilizar la implementación de las
exigencias en cuestión debido a la aplicación de precios
máximos.
El sector público venezolano, específicamente
el Gobierno General y la Superintendencia Nacional de
los Derechos Socioeconómicos, resultarían ser los
principales beneficiados del documento legal
correspondiente al comercio electrónico.
De esta manera, al igual que el sector tradicional de
comercio “migró” al espacio digital para evadir controles
estatales, el comercio electrónico buscará operar sin las
regulaciones mencionadas, incentivando de esta manera
el uso de espacios y mecanismos fuera del alcance del
Estado venezolano. Ejemplo de esto es el cada vez mayor
uso de las Bitcoin en Venezuela (fuente), a la vez que se
estima un mayor uso de la Internet Profunda, sector digital
comúnmente utilizado para mercados ilegales (Considerar
caso SilkRoad 2.0).
Adicionalmente, las más sentidas consecuencias de
la ley en cuestión, para los ciudadanos venezolanos, es la
cada vez menor ventana de ofertas de bienes y servicios
disponibles a éste. Los esfuerzos por regular al sector
económico del país han probado ser importantes
catalizadores de la escasez y la inflación, a la vez que
impulsan los niveles de desempleo. Considerar que, de
acuerdo a cifras del INE, 77.839 empresas han cerrado en
Venezuela entre julio 2013 y julio 2014, principalmente
debido, de acuerdo a Gilberto Gudiño Millán, a la enorme
iniciativa de fiscalización nacional (fuente). Se espera
entonces, por supuesto, que las regulaciones en el sector
electrónico den resultados similares a los presentados en
el comercio tradicional.
Se evidencia de esta manera, que los costos de la
ley recaerán sobre el sector privado venezolano, tanto por
el lado productor y comercializador, como por el lado del
consumidor, mientras el sector público deberá hacer peso
del costo político por impulsar tal desajuste.
Debido a la “formalización” de la economía
electrónica, es decir, la aplicación de mecanismos de
recolección tributaria en este sector, el Gobierno
General contaría ahora con una fuente de ingresos
previamente no considerada en su ejercicio fiscal. Es
importante destacar que, ante la ausencia de
estimaciones y cifras correspondientes al sector
comercial electrónico venezolano, los ingresos fiscales
potenciales resultan desconocidos, sin embargo, de
acuerdo a estudios del BBVA, en general, tales
entradas tributarias no resultan de mucha relevancia,
aunque cuentan con un potencial muy atractivo en los
próximos años, debido al rápido crecimiento del
sector (fuente).
En cuanto a los efectos sobre la SUNDDE y sus
funciones, la presente ley se presta como medio para
extender las capacidades reguladoras del organismo y
del Estado. Resulta conveniente recordar que la
Superintendencia en cuestión es un órgano
desconcentrado del Poder Ejecutivo venezolano al
que le han sido atribuidas responsabilidades que se
extienden en todo el ámbito económico nacional y no
se encuentra sujeto al contrapeso institucional que es
el Poder Legislativo.
En concordancia a lo anterior mencionado, y lo
expuesto en la Ley Orgánica de Precios Justos 2, la
extensión de las atribuciones a la SUNDDE implican,
por extensión, un aumento en la discrecionalidad
económica que se encuentra en manos del cargo de
Presidente de la República. De esta manera, los
beneficios percibidos por parte de la ley analizada
evidencian la búsqueda de institucionalizar un
centralismo, tanto político como económico a manos
del partido encargado de dirigir a la administración
pública.
2
De acuerdo a lo establecido en el Artículo 18 de la Ley Orgánica de
Precios Justos, la SUNDDE estará a cargo de un Superintendente designado por el Presidente de la República, el cual deberá presentar un
informe anual al Primer Mandatario correspondiente al desempeño del
órgano público. Adicionalmente, el Presidente posee la potestad, de
acuerdo al Artículo 32, de establecer límites discrecionales de ganancia
en industrias consideradas estratégicas.
LEY DE COMERCIO ELECTRÓNICO
Costos de la Ley de Comercio Electrónico
COSTOS Y
BENEFICIOS
Noviembre 2014
Tales consideraciones también permiten la lectura sobre las acciones gubernamentales esperadas
frente al precario panorama económico ante el cual hace frente la Administración Pública. Resulta evidente
que las iniciativas de regulación y centralización económica han sido las medidas por las que ha optado el
Gobierno Nacional, esperando en consecuencia un repunte exponencial de las variables de inflación y
escasez, las cuales continuarán con tal tendencia hasta que dirigentes de la política económica se vean
forzados, por el contexto y crisis política, a asumir reestructuraciones fiscales que garanticen una mejora de
los indiciadores económicos. En el caso de darse tal viraje político, el mismo estaría motivado por el
pragmatismo y no por ideología, por supuesto.
Ante tal posibilidad de reconocimiento a los errores de la administración pública, se presentan, como
recomendaciones para las muy necesarias reformas económicas, las siguientes consideraciones: toda
iniciativa que pretenda la concentración de poder económico debe ser desechada en tanto ignora el
funcionamiento del sistema de precios como mecanismo sintetizador de información que garantiza una
eficiente distribución de bienes y servicios a través del mercado. De esta manera, se busca reconocer que
ningún cargo político ni institucionalidad basado en la planificación centralizada, puede replicar tal manejo
del conocimiento disperso entre los millones de individuos que conforman a la sociedad. Esto significa el
desmantelamiento de la SUNDDE, la Ley de Comercio Electrónico y toda institución formal que concentre
poder económico discrecional, o obstaculice el ejercicio del comerciante, productor, empresario y el
consumidor.
Ante la problemática del balance de presupuesto, y por extensión, la búsqueda de fuentes de
financiamiento fiscal, en este caso tributario, se debe considerar como herramienta, no una reforma
tributaria ni súbitas recolectas en sectores previamente desregulados, sino asegurar una transición de la
población empleada en el sector informal venezolano (el cual totaliza a más de cinco millones de personas,
de acuerdo a cifras del INE), al formal a través de iniciativas que liberen al sector comercial. Tales iniciativas,
en conjunto con otras medidas correspondientes al acceso a servicios públicos, inversión gubernamental en
infraestructura y garantía de derechos fundamentales, permitirán un auge económico que en consecuencia
permita una mayor recaudación de ingresos tributarios sin introducir las distorsiones asociadas a una mayor
tasa impositiva.
Quedan planteados así los principales motores de la legislación reguladora del espacio digital, los
cuales no corresponden con las intenciones que deben gobernar propuestas que busquen afectar al medio.
Con esto se aclara que no se descarta la necesidad de garantizar un mínimo de garantías en el sector digital,
mas la ausencia de motivaciones reales pertenecientes a este contexto, en el documento de ley, hacen
necesario su desplazamiento por los móviles reales de éste.
Elaborado por:
Ramón Rey, Investigador del Observatorio Económico Legislativo.
LEY DE COMERCIO ELECTRÓNICO
Poca duda queda al respecto de la intencionalidad centralizadora del documento de ley analizado. Su
función de extender el brazo regulador de la Superintendencia Nacional de los Derechos Socioeconómicos, y
por extensión, del Presidente de la República, es consideración más que suficiente para respaldar tales
afirmaciones. Se suma, además, la herramienta de financiamiento tributario en el que se ha de convertir el
ejercicio de la Ley de Comercio Electrónico, distinción que contribuye a la perpetuación de la hipertrofia
estatal y de los problemas fiscales que han degenerado en los ya familiares niveles de escasez e inflación.
CONCLUSIÓN
Noviembre 2014
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