UNIDAD 2 Relación entre globalización, megaproyectos y desplazamiento forzado OBJETIVOS Y BIBLIOGRAFÍA BÁSICA En el presente capítulo se busca analizar los impactos del modelo neoliberal sobre la estructura agraria y caracterizar los actuales megaproyectos y su incidencia en las dinámicas migratorias. Para el desarrollo de este capítulo recomendamos leer: Módulo 5 MINGORANCE, Fidel; MINELLI, Flaminia; Le Du, Hélene. El cultivo de la palma africana en el Chocó: legalidad ambiental, territorial y derechos humanos. Editorial Códice. Diócesis de Quibdo, Human Rights Everywhere, Quibdó, 2004. SANTOS, Boaventura De Sousa. La globalización del derecho: los nuevos caminos de la regulación y la emancipación. Traducción de César Rodríguez. Unibiblos. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, 1998. 1. NEOLIBERALISMO Y ESTRUCTURA AGRARIA 1.1 Las demandas del mercado Los altos indicadores de pobreza, la distribución desigual de la riqueza y la concentración de tierras son problemas del país, acentuados desde comienzos de la década del noventa por la imposición a ultranza de la apertura económica, enmarcada en un modelo neoliberal que reduce las competencias del Estado a un rol regulador y de imposición de normas para el libre mercado. El libre juego de los capitales privados ha implicado la exclusión de actividades y sectores de pequeña escala como la economía campesina, las pequeñas y medianas industrias, la economía informal o los trabajos poco calificados. Y ha privilegiado en cambio, actividades económicas que responden a las necesidades del mercado mundial, entre ellas la extracción de recursos naturales. El modelo neoliberal crea un contexto favorable para la incursión de los grandes capitales mediante la privatización y desnacionalización de empresas, la explotación de recursos minerales, petrolíferos y agroindustriales por parte de empresas extranjeras, así como su inversión mayoritaria en el sector financiero, y la restricción del mercado a unos cuantos monopolios. Dentro de los planes de desarrollo globales, el sector agropecuario colombiano es considerado como subsidiario, secundario y complementario, es decir no es una actividad económica vital para el país. Así, sólo adquieren relevancia las zonas rurales privilegiadas por la alta rentabilidad de los suelos (las sabanas de Bogotá y Valle del Cauca, las tierras del Cesar, Córdoba y Urabá, así como la meseta de Ipiales); los microclimas especiales para el cultivo de productos que puedan competir en el mercado mundial (desde la producción de granadillas hasta la de coca y amapola); y aquellas que poseen riquezas minerales. Estas zonas se vuelven extremadamente vulnerables ante la implementación de tratados de libre comercio, que aseguran el control internacional de los recursos estratégicos nacionales 1. 1. Héctor Mondragón. “Relatifundización, megaproyectos y campesinos en Colombia”. En Seminario internacional desplazamiento, conflicto, paz y desarrollo. Codhes, 2000. 2. Martha Bello. “El desplazamiento forzado en Colombia: acumulación de capital y exclusión”. En Desplazamiento forzado: Dinámicas de guerra, exclusión y desarraigo. ACNUR, Universidad Nacional de Colombia, 2004. 5 Módulo El modelo exige, además, un importante desarrollo a nivel de telecomunicaciones e infraestructura para garantizar el flujo de tales productos: puertos y aeropuertos, vías troncales nacionales y regionales, zonas francas, plantas eléctricas, sistemas de comunicación y equipamientos urbanos para servicios de punta. La localización racional de esta infraestructura ha señalado como adecuados, los territorios que hacen parte de comunidades con una dinámica económica, demográfica y cultural propia y/o ancestral. Una vez el capital identifica una zona con algún potencial de riqueza, empieza el proceso de apropiación con la consecuente expulsión de la población asentada o la eliminación de cualquier obstáculo humano o legal 2. Como consecuencia de las demandas globales del mercado, el país ha sufrido una transformación radical en la tenencia y el uso de la tierra rural y el suelo urbano. Frente a la necesidad de una reforma agraria que permita la distribución equitativa de la tierra y beneficie a quienes la trabajan, se ha gestado una contrarreforma agraria que conlleva la expulsión de población, la repoblación de territorios, y otros procesos demográficos no cuantificados ni analizados porque deliberadamente han sido invisibilizados para minimizar los impactos. Colombia afronta un periodo de absoluta movilidad en la propiedad y la tenencia de la tierra, lo cual, entre otras cosas, dificulta o impide cualquier proceso de planificación o empoderamiento social y expresa una dinámica caótica de redistribución de la población en el territorio 3. 1.2 Las respuestas del Estado (Acuerdos internacionales y cambios legislativos) Para facilitar los procesos de integración al mercado se han diseñado, bajo las condiciones y lineamientos de las instituciones financieras internacionales 4 (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, entre otros), instrumentos jurídicos que garantizan el acceso de nuevos y viejos propietarios al patrimonio nacional. Algunos investigadores han señalado incluso, cierta homogeneidad normativa entre los países latinoamericanos que permite la apertura de los territorios a los capitales internacionales. Mencionan, entre otros, el Código de minas y energía de Colombia como una copia del código de minas y energía de Chile durante la dictadura de Pinochet, o la Ley colombiana de arbitramiento como una depuración de la aplicada en Bolivia por los tribunales de arbitramiento de la OMC. En el caso de las reformas legislativas registradas en Colombia en los últimos 6 años, han generado particular discusión la Ley General Forestal, el Código de Minas y el proyecto de Ley de Desarrollo Rural. Según algunas organizaciones ambientalistas éstas se constituyen en “el puntal de garantías para atraer a los inversionistas extranjeros en el marco del TLC 5 ” y satisfacen las necesidades actuales del mercado mundial. A continuación se describe brevemente esta legislación. •La ley 1021 de 2006 que corresponde a la Ley General Forestal, suscribe como objetivo fundamental: “Promover el desarrollo forestal en un marco de desarrollo humano sostenible (…) y regular la administración, ordenación, manejo, uso y aprovechamiento sostenible de los recursos y tierras forestales y las actividades de transformación, movilización y comercialización de los bienes y servicios derivados de ellos” 6. Módulo 5 Esta ley ha sido criticada por , indígenas y afrocolombianas, quienes han denunciado organizaciones ambientalistas y comunidades campesinas que ésta, enmarcada dentro de las negociaciones del TLC, incentiva la explotación forestal por medio de plantaciones comerciales de capitales privados —en especial, los recursos maderables—. Asimismo, que favorece el aprovechamiento de los recursos forestales a través de la agroindustria y deja de lado los temas de conservación, protección y 3. Héctor Mondragón. Op.cit. 4. Hernando Gómez. “Los megaproyectos en Sudamérica: Hacia una geografía crítica”. En Geopolítica de los recursos naturales y acuerdos comerciales en Sudamérica. FOBOMADE— Foro Bolivariano sobre Medio ambiente y Desarrollo. www.fobomade.org.bo/publicaciones/docs/2.pdf 5. GRUPO SEMILLAS. El Congreso de la República , aprueba la ley forestal. Reportaje Especial. Fundación Natura. http://www.natura.org.co/boletin/bole2_05.htm 6. Congreso de la República. Ley 1021 de 2006 por la cual se expide la Ley General Forestal en abril 20 de 2006. restauración de los bosques naturales. El interés objeto de la ley deja claro lo anterior: “Se declara de interés prioritario e importancia estratégica para la Nación las actividades relacionadas con el establecimiento, manejo y aprovechamiento de plantaciones forestales; la conservación y el manejo sostenible de los bosques naturales y de los sistemas agroforestales; la industrialización y/o comercialización de los productos y servicios forestales” 7 (subrayado nuestro). Incluso, algunos investigadores consideran esta ley en contravía de las convenciones y los acuerdos internacionales que garantizan la sostenibilidad de los bosques y las comunidades, como son el Acuerdo Internacional de Maderas Tropicales (ITTA), el Convenio de la Diversidad Biológica, la Convención de Humedales (RAMSAR) o el Convenio de la OIT 8. Las comunidades indígenas y afrocolombianas también han denunciado que el proceso legislativo no contó con su consulta ni aprobación, además de desconocer la titularidad que ellos poseen sobre las tierras colectivas cobijada por la ley. Si bien, estos territorios titulados no pueden ser cedidos para la explotación maderera, sí pueden serlo las áreas aledañas pese a que hacen parte de su territorio cultural e histórico. La ley también debilita la competencia del Ministerio del Medio Ambiente respecto a las concesiones de aprovechamiento forestal 9, lo cual flexibiliza las políticas de conservación ambiental y desplaza el manejo de zonas de reserva a manos de las autoridades locales ambientales 10. Por último, aunque la ley protege el Sistema de Parques Nacionales Naturales, concede su administración a la empresa privada para la explotación turística, fomentando así la presencia de la empresa extranjera en áreas de interés nacional. •La ley 685 de 2001 mediante la cual se expide el código de minas que se formula para: - “Reorientar la intervención del Estado, el cual deja de ser empresario para convertirse en facilitador, reduciéndose la subjetividad de las relaciones contractuales 1.2 Las respuestas del Estado (Acuerdos internacionales y cambios legislativos) con los particulares. - Lograr una minería sustentable, que satisfaga las necesidades presentes, sin menoscabar la posibilidad de las generaciones futuras. - Disminuir los requisitos precontractuales y simplificar los trámites administrativos”11. Los críticos de esta legislación denuncian que facilita las condiciones para el establecimiento de grandes explotaciones mineras, en tanto disminuye y exonera de impuestos a las compañías explotadoras; establece regalías irrisorias para las zonas de operación; extiende las concesiones sin mayores restricciones; facilita la integración y comercialización de títulos; agiliza las licencias de operación; desconoce a los titulares tradicionales y legítimos de las minas; y establece políticas laxas de control y reparación ambiental y social, entre otras. Lo anterior, genera múltiples impactos en las zonas mineras ya que, por una parte, se hace inviable la pequeña y mediana minería al no encontrar condiciones para competir con la productividad de los grandes capitales o cumplir con las cuantiosas demandas de ley como son las inversiones en infraestructura, altas tecnologías productivas 7. Capítulo I, Artículo 3º de la Ley General Forestal 8. Ángela Andrade. “La ley Forestal y su relación con los Acuerdos Internacionales”. Foro Nacional Ambiental. Policy Paper 3. 2004. http://www.fescol.org.co/Doc%20PDF/policyforestal-3.pdf (Consultado el 9 de febrero de 2007). 9. Constanza Viera. 2005. “Con la ley forestal Colombia retrocede medio siglo en la protección de sus bosques” en Centro de Medios Independientes Colombia. http://colombia.indymedia.org/news/2005/12/35859.php (Consultado el 1 de febrero de 2007). 10.Eugenia Ponce de León. “Algunos comentarios al Proyecto de Ley General Foresta”. Foro Nacional Ambiental. Policy Paper Nº 1. 2004. http://www.wwf.org.co/colombia/biblioteca/documentos/foro_nacional_ambiental_pp1_forestal.pdf (Consultado el 7 de febrero de 2007). 11.Ley sobre Código de Minas de 2001. y solidez económico-financiera. Y de otra parte, la reglamentación en torno a los títulos mineros vulnera los derechos de propiedad de las comunidades en tanto permite la expropiación de los bienes inmuebles destinados para el ejercicio y desarrollo de la minería a gran escala. Además, al fijar el papel del Estado como administrativo y controlador y reducir su participación en los campos de producción y explotación -según el Código de Minas-, esto ocasiona la desaparición del ente estatal minero Minercol. Cabe destacar que este Código también descuida los aspectos ambientales al dejarlos enunciados como aspectos formales12. Esto resulta preocupante teniendo en cuenta que la legislación incentiva las técnicas de extracción minera de alto impacto ambiental. Por último, para los mineros artesanales, la legislación ha significado el desconocimiento del Estado frente a su derecho de explotación de las minas, dada su presencia ancestral. Esto ha generado reclamaciones de su parte. •El Proyecto de Ley de Desarrollo Rural o Estatuto Rural se encuentra en trámite legislativo hasta el 15 de marzo de 2007. Este estatuto “contiene el conjunto sistemático e integrado de principios, objetivos, normas, lineamientos de política, mecanismos y procedimientos a través de los cuales el Estado colombiano promoverá las acciones orientadas a lograr el desarrollo y bienestar del sector rural, en condiciones de equidad, competitividad y sostenibilidad” 13. Organizaciones sociales del sector rural, senadores y organizaciones ambientalistas, han manifestado su preocupación porque el proyecto no promueve el desarrollo de las áreas rurales ni de sus habitantes y tampoco garantiza la soberanía alimentaria de la nación 14, la cual debe ser prioritaria en una reforma a la legislación rural. Por el contrario, el desarrollo del campo promovido por la ley parece estar ligado a la alta productividad a partir de grandes inversiones; la ley establece que el INCODER asignará subsidios a partir de proyectos que “deberán cumplir con los propósitos de productividad, rentabilidad y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y facilitar el desarrollo de modalidades de alianzas productivas, acuerdos y pactos de competitividad u otras iniciativas similares orientadas a mejorar la coordinación, la cooperación y la eficiencia en el desempeño general de las cadenas productivas”. En estos términos, la economía a pequeña escala de las comunidades campesinas no tendría acceso a tales recursos 15. Uno de los puntos más preocupantes del Estatuto, es el reconocimiento de la titularidad sobre la tierra. Por un lado, permite la legalización de escrituras registradas en notarías hasta los años 1996 y 1997, es decir, de títulos que no han sido expedidos originariamente por el Estado y esto facilita las titulaciones ilegales 16. Por otro lado, autoriza la titulación a partir de cinco años de posesión de la tierra, desconociendo que el conflicto armado en el país lleva más años y ha significado el abandono forzoso de las tierras por parte de muchos campesinos. En ese sentido, facilita los títulos a quienes ilegalmente se han beneficiado de los territorios que pertenecen a miles de desplazados. 12. Sintraminercol. La gran minería en Colombia: Las ganancias del exterminio. Bogotá, Febrero de 2004. 13. Congreso de Colombia. Proyecto de Ley sobre Desarrollo Rural en Colombia 30/06S. Art 1º. http://www.ilsa.org.co/IMG/pdf/proyecto_de_ley_30_06.pdf (Consultado el 9 de febrero de 2007). 14. Aurelio Suárez Montoya. La más regresiva ley agraria de la historia de Colombia. Octubre 9 de 2006. En http://www.salvacionagropecuaria.net/regresiva%20ley%20agraria%2010.09.06.html (Consultado el 11 de febrero de 2007). 15. Congreso de Colombia. Proyecto de Ley sobre Desarrollo Rural en Colombia 30/06S. Art 28. http://www.ilsa.org.co/IMG/pdf/proyecto_de_ley_30_06.pdf (Consultado el 9 de febrero de 2007). 16. Héctor Mondragón. Boletín Alerta-Ley de Desarrollo Rural. Noviembre 10 de 2006. www.peaceobservatory.org/index.php?s=file_download&id=52 (Consultado el 10 de febrero de 2007). Los cambios legislativos se constituyen en un paso fundamental para la apertura de los territorios a los grandes capitales y para el consecuente desarrollo de megaproyectos al facilitar la entrega de recursos nacionales a empresas extranjeras. Desde esta perspectiva, el territorio nacional se organiza en función de fines comerciales que se superponen a las demandas político-administrativas y sociales de la nación. Fines que impiden un modelo de desarrollo sostenible (para el medio ambiente) y sustentable (para las comunidades). 2. MEGAPROYECTOS Los megaproyectos se relacionan con la infraestructura vial, energética o con la explotación de recursos a gran escala (biodiversidad y bioprospección de madera, gas, petróleo, minerales, agua y oxígeno) demandada por el mercado global. Este tipo de obras valorizan la tierra pero aumentan la diferencia entre la productividad real y su precio. Los megaproyectos confieren a las regiones otros valores relacionados con su importancia estratégica según la potencialidad de comunicación, flujos de pasajeros o mercancías, y posibilidades de explotación comercial o turística. El sólo hecho de señalar en un plano la ubicación futura de un megaproyecto genera una serie de procesos entre ellos, la expulsión de la población histórica, el cambio en el uso del suelo, la concentración de la propiedad17 y la especulación sobre el valor de la tierra. Al respecto, varios investigadores han señalado la coincidencia geográfica entre las zonas donde se desarrollan megaproyectos y donde se ha intensificado el conflicto armado en los últimos años, así como los lugares donde ha aumentado la presencia paramilitar y se ha expulsado población de manera forzada 18. 2.1 Los Proyectos viales y fluviales Los procesos de integración comercial están articulados a grandes proyectos de infraestructura vial a través de los cuales busca movilizarse los flujos de energía, agua, mercancías, materias primas y mano de obra, demandados por los polos de capital. En Centroamérica, por ejemplo, el Plan Puebla Panamá integra los yacimientos, los mercados y la oferta laboral desde Panamá hasta México. Estos flujos ayudan a incrementar la productividad estadounidense puesta en riesgo con el surgimiento del bloque económico asiático. Frente a esta propuesta, el gobierno colombiano ha proyectado la construcción de la “carretera ecológica” que atravesaría el Tapón del Darién e integraría el Plan Puebla Panamá a la red de infraestructura nacional 19. Según las proyecciones gubernamentales, “esta carretera cruza solo una parte del sector correspondiente al Bajo Atrato, específicamente una porción del Parque Nacional de los Katíos” 20. Las advertencias sobre el impacto ambiental y social están encaminadas a señalar que la infraestructura técnica requerida para la construcción de esta carretera afectará una de las zonas de mayor biodiversidad en el mundo y a las comunidades allí asentadas. 17. Hernando Gómez. Op.cit. 18. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Asegurando la historia oficial y las tierras del progreso. Boletín de ver, 286. Julio 30 de 2006. www.es.geocities.com/cijpdever02/dv286.doc y MEJIA WALTER Carlos Alberto. Propiedad de la tierra y “desarrollo económico” en el Pacífico colombiano: el caso de las titulaciones colectivas y los cultivos extensivos en el Atrato en http://almamater.udea.edu.co/debates/deb08.htm (Consultados el 11 de febrero de 2007). 19. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. “Megaproyectos y desplazamiento forzado en Colombia”. Revista Pueblos. Febrero 6 de 2005. http://www.terrelibere.it/terrediconfine/index.php?x=completa&riga=0645 (Consultado el 3 de febrero de 2007). 20. Luis Guillermo Agudelo C. Ministerio de Comercio Industria y Turismo. República de Colombia. 14 de julio de 2004. http://www.mincomercio.gov.co/VBeContent/NewsDetail.asp?ID=3000&IDCompany=26 (Consultado el 13 de febrero de 2007). 5 Módulo De otra parte, la iniciativa de la Integración de Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), que pretende la integración masiva de los polos de manufactura, consumo y recursos, conectará las reservas energéticas de Paraguay, Bolivia y Venezuela, con las crecientes demandas de los centros de manufactura de Sao Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires y Porto Alegre. También conectará los centros de producción y de consumo del litoral atlántico con los puertos del Pacífico, en aras de acceder a la economía asiática. El proyecto IIRSA contempla la apertura de carreteras, la construcción de puentes, los proyectos ferroviarios, la adecuación de pasos de frontera, la implementación de la navegabilidad fluvial y la conexión de redes de energía, oleoductos y gasoductos a lo largo de toda la región. En el caso de Colombia se plantea un modelo de conexión a este proyecto a través de dos ejes: el interandino que integraría el valle del Magdalena, con el norte de Santander y San Cristóbal en Venezuela, pasando por el sur desde los departamentos de Huila, Cauca y Nariño hasta Ipiales en Ecuador. El otro eje conocido como la marginal de la selva, conectaría a Arauca, Casanare, Meta, Caquetá y Putumayo21. Dentro de este proyecto se encuentra el Canal Atrato-Truandó, que permitiría la conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico y la conexión del Plan Puebla Panamá con IIRSA; el proyecto de navegabilidad del Río Meta importante para el transporte de carga desde Bogotá hasta el Orinoco y de ahí al Océano Atlántico o al Amazonas; y el eje fluvial Amazonas-Río de la Plata, que comunicará Buenos Aires y Montevideo con la desembocadura del Amazonas mediante canales y drenados, y con la costa Pacífica mediante una autopista22. Un aspecto de IIRSA es que considera los ecosistemas y las riquezas naturales ya sea como barreras para la integración o como recursos aprovechables. El BID, por ejemplo, menciona que el principal problema para posibilitar la integración física, y por tanto, mejorar el flujo de mercaderías, son las “formidables barreras naturales tales como la Cordillera de los Andes, la selva Amazónica y la cuenca del Orinoco23” . De esta manera, gran parte de la planeación nacional está en función de las proyecciones hacia Suramérica. Múltiples proyectos de desarrollo departamental se han centrado en la construcción de estas obras bajo la justificación de generar beneficios económicos y sociales que difícilmente quedan en las regiones. Resulta paradójico además, el contraste entre los megaproyectos viales y la precariedad de las vías que interconectan las cabeceras municipales y las veredas. Asimismo, el desarrollo de estos proyectos complejos de infraestructura implica el tránsito por regiones geográficas que se convierten en territorios de disputa entre las comunidades que los han habitado tradicionalmente y los inversionistas que encuentran la posibilidad de generar fortuna con la especulación de la propiedad del suelo 24. 2.2 La construcción de hidroeléctricas Módulo 5 El sector energético en Colombia durante los últimos años ha tenido un crecimiento importante, posicionándolo como uno de los negocios más rentables del país. En el mundo, el interés por la construcción de megaproyectos hidráulicos responde a la necesidad de generar más energía eléctrica y aprovechar el potencial hidroeléctrico existente. Sin embargo, por su dimensión y características de diseño y construcción, 21. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. Op. Cit. 22. Héctor Mondragón. ¿Quién quiere dominar los territorios? Internacional Peace Observatory en http://www.peaceobservatory.org/index.php?id=1712 (Consultado el 6 de febrero de 2007) 23.Banco Interamericano de Desarrollo BID. Nuevo impulso a la Integración de la Infraestructura Regional en América del Sur. Estudio presentado en diciembre de 2000. http://www.iadb.org/intal/aplicaciones/uploads/publicaciones/e_intalitd_ie_2000_infraestructura_bid.pdf (Consultado el 2 de febrero de 2007). 24.Martha Bello. Op. Cit. éstos generan perjuicios mayores a los beneficios obtenidos 25 . En el planeta, entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares debido a la construcción e implementación de grandes obras hidroeléctricas 26; además, la mayoría de las obras de los megaproyectos hidroeléctricos han tenido sobre-costos, tardan más tiempo de lo previsto y no cumplen con los objetivos propuestos. Estos proyectos ocasionan también procesos de sedimentación que disminuyen progresivamente la capacidad de almacenamiento de los embalses y emiten cantidades significativas de Gases de Efecto Invernadero —GEI 27 . Si bien estos proyectos deberían estar mediados por políticas que exijan rigurosos procesos de evaluación, en la mayoría de los casos los estudios sobre impactos quedan en manos de las mismas empresas ejecutoras. En el mundo hay diversas organizaciones sociales y movilizaciones de quienes han sido afectados por los impactos de los megaproyectos hidroeléctricos. Algunos ejemplos son la Comisión Mundial de Represas (CMR) y el Frente Regional contra las represas que han planteado propuestas a los gobiernos y las empresas, alrededor de proyectos energéticos sustentables en términos sociales, económicos, culturales, históricos y ambientales 28. Los megaproyectos hidráulicos tienen efectos particulares según las situaciones propias de cada lugar y comunidad. En Colombia uno de los mayores debates se ha generado alrededor de la hidroelectrica de Urra, represa construida por la empresa Urrá y apoyada por el gobierno nacional, que embalsa las aguas del río Sinú e inunda más de 7000 hectáreas de bosques del Parque Nacional del Paramillo29. Pese a su tamaño, esta represa no cuenta con una capacidad de generación significativa ni con una posición relevante dentro del sistema de generación nacional (sólo aporta el 3% al sistema energético). Por el contrario, ha ocasionado daños graves e irreversibles. De una parte, afectó a una población de 300 mil campesinos, pescadores e indígenas, que han sido desplazados o han perdido sus fuentes de ingreso; y la desviación del Río Sinú así como la inundación de nuevas tierras, ocasionó la pérdida de los recursos pesqueros para la alimentación y dañó los cultivos. De otro lado, los impactos ambientales han acelerado la desecación de los humedales y el aumento de emisiones de metano y dióxido de carbono. Ante los escasos beneficios que reporta este megaproyecto, algunos estudiosos del tema señalan que Urrá está enmarcado en un ambicioso proyecto de transformación territorial para convertir las planicies de Córdoba en un poderoso enclave agroindustrial y ganadero insertado en la economía globalizada 30. 25.Pedro Serrano. “Impactos de megaproyectos hidráulicos, resumen de situaciones”. En Agua pasó por aquí: experiencias sociales de manejo sostenible. Una alternativa a la privatización. Pp. 255-259. 26. CIEPAC. Efectos Mundiales de las Represas. http://www.eco-sitio.com.ar/represas.htm 27.International Rivers Network IRN. Doce Razones para Excluir a las Grandes Represas Hidroeléctricas de las Iniciativas Renovables. http://www.taller.org.ar/Megaproyectos/Represas/12RSumSpan.pdf 28. Íbid. 29.WRM. Colombia: la represa Urrá y la muerte del río Sinú. Boletín Nº 42 del WRM. Enero de 2001. http://www.wrm.org.uy/boletin/42/Colombia.html 30.Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. Sobre el megaproyecto Urrá. Marzo 16 del 2005. La comunidad indígena Embera Katio , que poblaba la zona de construcción de la hidroeléctrica, tuvo que enfrentar la desaparición forzada de sus líderes así como el desplazamiento a causa del descalabro económico que sufrió. En 1998 la Corte Constitucional ordenó a la empresa Urrá indemnizar al pueblo Embera por el perjuicio directo en alimentación y transporte causado con el estancamiento del Río Sinú. Sin embargo, la comunidad aún no ha recibido ninguna reparación. Una situación similar vivieron los campesinos del Valle del Cauca, hace más de 20 años, con la construcción de la Central Hidroeléctrica de la Salvajina, situada en el embalse del mismo nombre en ese departamento. Su administración está a cargo de la Empresa de Energía del Pacífico EPSA, filial de la española FENOSA. Actualmente, la eléctrica española pretende retomar el viejo proyecto de desviar el río Ovejas hacia la represa La Salvajina, pero las comunidades afrodescendientes e indígenas, para quienes el río es vital para su subsistencia, han manifestado abierta oposición al proyecto 32. 2.3 Explotaciones o prospecciones de recursos minerales e hidrocarburos En Colombia históricamente se han llevado a cabo explotaciones intensivas de recursos mineros, energéticos o biológicos. Estas explotaciones se caracterizan por ser significativas en mano de obra y capital, tener altos impactos sociales y ambientales y concentrar beneficios en manos de grandes capitales. Durante la última década, el consumo de energía en el mundo ha tenido un patrón de crecimiento constante que muestra una estrecha relación con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país. Las tendencias de evolución del panorama energético a nivel mundial parecen estar marcadas por el aumento de la participación del gas, la continuidad de la contribución del petróleo y el carbón, la baja contribución de la energía nuclear y el mayor pero limitado uso de fuentes renovables33. El petróleo Durante el presente siglo, la explotación petrolera ha cobrado gran importancia en la historia nacional y a la vez, se ha desarrollado a costa de grandes impactos ambientales, sociales y culturales en las diferentes zonas de explotación como el Magdalena Medio, Catatumbo y Putumayo. Estos efectos se reflejan en la contaminación de aguas dulces, la colonización y la destrucción de los bosques, la desecación de los humedales, la destrucción de los ecosistemas -base del sustento de poblaciones campesinas e indígenas-, la destrucción de bosques y los cambios en el uso del suelo. Tales efectos son el resultado no sólo del proceso de explotación sino también de la construcción de infraestructura necesaria para las empresas petroleras (carreteras, pozos petroleros, campamentos, refinerías y oleoductos). A pesar de los graves efectos ni las empresas, ni los gobiernos nacionales, ni las entidades gubernamentales encargadas de hacer cumplir los requerimientos ambientales se han responsabilizado del pasivo ambiental dejado por el desarrollo petrolero34. Son varios los ejemplos de destrucción ambiental. social y cultural generados por la industria petrolera. En el Magdalena Medio, la Texaco, la Mobil y la Standard Oil Company, con el desarrollo petrolero de las concesiones Barco y De Mares provocaron la degradación de los bosques, las cuencas y las ciénagas, así como la extinción de la etnia de los Yariguíes; además, generaron graves conflictos sociales como resultado de las crecientes migraciones. En Casabe (Antioquia) se llegaron a explotar 45.000 barriles por día, con un contenido de agua asociada del 20%, agua salada que ha sido vertida por décadas en las ciénagas de la zona, alterando las características de los ecosistemas. En Tibú, la explotación petrolera, impulsada por Colpet Sago, generó un proceso de colonización que dio origen a varios pueblos y caseríos y destruyó el hábitat de la comunidad Motilona Barí, ocasionando casi su desaparición 35. 31. Paul Sánchez. Hidroeléctrica de Urrá. En: Pueblo y Territorio Nº 3. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. Bogotá. 2006. Pp. 26-38. 32. Observatorio de la Deuda en la Globalización. Unión fenosa en Colombia. Una estrategia socialmente irresponsable. 2006. http://www.debtwatch.org/documents/novetats/b36_UnionFenosa_Colombia.pdf (Consultado el 8 de febrero de 2007). 33.Alejandro Pulido. Carbón y sus efectos. 2003. http://www.censat.org/Documentos/Mineria/Carb%F3n_y_Sus_Efectos.pdf 34.Tatiana Roa. Petróleo y deuda ecológica. Inicios de la historia de un saqueo. 2001. http://www.censat.org/Documentos/Petroleo/Petroleo_y_deuda_ecologica_inicios_de_la_historia_de_un_saq.PDF 35. Tatiana Roa. Bosques, pueblos indígenas y petróleo. Desde los años ochenta Estados Unidos se ha convertido en importador neto de hidrocarburos. La dependencia estadounidense se concentra en los países ubicados en grandes cuencas como la islámica (G.C.I) y del Caribe (G.C.C), que precisamente, son epicentros de los actuales conflictos políticos y militares del mundo. Ante la amenaza del alza de los precios del petróleo por parte de países productores cómo Indonesia, Rusia, Ecuador y Venezuela, las reservas petroleras colombianas cobran particular importancia para las empresas petroleras trasnacionales tales como Shell, Oxidental, Exxon, British Petroleum y Chevron Texaco. Durante los últimos tres períodos presidenciales, estas trasnacionales han recibido importantes concesiones por parte del gobierno nacional a cambio de ayuda militar estadounidense: se modificaron los sistemas de contratación, se disminuyeron las regalías para las regiones y se les adjudicó a las empresas una franja de cinco kilómetros a la redonda de los pozos petroleros, entre otras. Así, en la actualidad Colombia produce cerca de 600 mil barriles diarios de petróleo, de los cuales 100 mil (16%) son producidos directamente por la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL. El 84% restante es producido por empresas multinacionales extranjeras. Asimismo, de 17 millones de hectáreas del territorio nacional dedicadas a la explotación petrolera, 7 hacen parte de los campos petroleros antiguos y 10 han sido adjudicadas en años recientes, algunas a disposición de las transnacionales petroleras .Pese a las crecientes ganancias de ECOPETROL, el gobierno nacional anunció recientemente la venta del 20% de las acciones de la empresa, decisión que promueve el traspaso de las empresas nacionales a manos del capital privado. Los prospectos petroleros buscan intervenir en las áreas selváticas más conservadas del país como el Chocó biogeográfico, la Amazonia y la Orinoquia. Particular discusión han generado los casos de los campos petroleros de Caño Limón en Arauca y Cusiana y Cupiagua en Casanare, los cuales superan los 1000 millones de barriles de reserva cada uno37. 36.Plan Colombia: gasolina al Fuego. Enero 2001. http://www.nadir.org/nadir/initiativ/agp/free/colombia/mondrag2.htm 37.Ibíd. 38.Tatiana Roa. Bosques, pueblos indígenas y petróleo. Op.cit 5 Módulo - El complejo petrolero de Cano limón fue construido por la Oxidental de Colombia Inc en 1980, sobre la laguna de Lipa, centro de producción cultural y espiritual de los indígenas Guahibos, los Macaguanes, los Betoyes y otros pueblos vecinos. En el agresivo proceso de ocupación de los territorios por parte de la Occidental, los Macahuanes perdieron el 75% de su territorio, y los Hitanu y los Dome Jiwi perdieron el 95%. La empresa construyó sin autorización previa carreteras, diques, muros de contención puentes y campamentos. Asimismo, la colonización petrolera masiva hizo crecer la población en 500% en un lapso de cinco años, y el desarrollo del proyecto generó cambios climáticos y alteró de manera sensible el ciclo hidrológico, afectando las economías locales de campesinos e indígenas En febrero de 1999, de 864 millones de barriles extraídos, el país recibió por concepto de regalías cerca de 2.500 millones de dólares. Esos recursos de la Nación se han invertido de acuerdo con los requerimientos del desarrollo petrolero (electrificación, servicios públicos, infraestructura vial para la región y 7 brigadas militares de protección para la empresa). La Nación también ha asumido los costos del pasivo ambiental generados por esta actividad altamente contaminante y los problemas sociales que la acompañan. En la actualidad, la Oxidental tiene el contrato del Bloque Samoré que pretende explorar y explotar petróleo en el territorio de la etnia U´`wa 38 . Hasta la fecha, la empresa y el gobierno nacional han desatendido la oposición y la denuncia de la comunidad indígena en el marco de su derecho constitucional a exigir la protección y conservación del territorio ancestral. A comienzos de los años noventa, la British Petruleum (BP) comenzó a explorar los campos de Cusiana y Cupiagua con reservas de más de 1500 millones de barriles de petróleo. Sobre la empresa pesan numerosas denuncias por violación de derechos humanos y financiación de grupos paramilitares como una estrategia de control político contra las organizaciones sociales que se oponen a los designios de la empresa39. Además, a nivel ambiental la explotación ha generado el deterioro acelerado de las condiciones de los suelos, el secamiento de las corrientes de agua y la destrucción de las selvas subandinas. De otro lado, la explotación petrolera ha generado altos niveles de migración que, sumados a los sostenidos indicadores de pobreza y a la reducida inversión local, hacen prever graves conflictos sociales40. el carbón Desde la revolución Industrial, el carbón se ha constituido en uno de los principales elementos combustibles. De hecho, cerca de la cuarta parte de la energía primaria en el mundo proviene del carbón. Las reservas mundiales de carbón se estiman en 1.143.000 millones de toneladas y tienen una duración de 220 años según los actuales niveles de producción. El consumo de carbón se concentra en las áreas con mayores niveles de desarrollo, especialmente Norteamérica, Europa, India, Rusia y los países del sudeste asiático (Japón, China, Corea y Taipei). Los principales exportadores netos del mineral son: Australia, Sur África, Indonesia y Colombia41. Módulo 5 En Colombia, mientras la utilización del carbón se restringe a unos cuantos sectores industriales y a la generación de electricidad, el 90% de su producción va dirigida hacia la exportación. Los mayores volúmenes se envían a Europa (52%) –Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Francia y Dinamarca—, Estados Unidos (26.3%), Israel (5.6%) y la Comunidad Andina (2.3%). En Colombia existen cerca de 6600 millones de toneladas de reservas medidas, de las cuales el 53% se encuentra en los departamentos del nororiente del país (Cesar y Guajira) y un 30% en la región andina. En el interior del país, sin embargo, predominan las explotaciones a pequeña escala y destinadas al consumo interno. Las grandes explotaciones —90% de la producción— se concentran . 39.Tribunal Permanente de los Pueblos. En: Pueblo y Territorio No.3. Primer semestre de 2006. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. Pp. 52-60. 40.Tatiana Roa. Las empresas petroleras en los Llanos Orientales colombianos (Casanare y Arauca). Los casos de Brithish Petroleum y la Occidental. 1999. 41.Alejandro Pulido. Op.cit. en la Serranía del Perijá, donde la producción es exclusivamente para atender las exportaciones 42. El carbón producido en esta zona resulta apetecido por su ubicación estratégica, así como por sus propiedades químicas como el bajo contenido de cenizas y azufre, y altos contenidos caloríficos. En la zona norte del país, dos minas particularmente importantes se encuentran en manos de compañías multinacionales norteamericanas, inglesas, australianas y surafricanas. El proyecto El Cerrejón que concentra los yacimientos de la Guajira, pertenece a las mineras Glencore, Angloamerican y BHP Billiton (hasta el 2000, la mina era explotada por un consorcio entre la estatal CARBOCOL S.A. y la multinacional estadounidense INTERIOR, luego fue vendida por el gobierno); y la mina la Loma operada por la Drummond. Los yacimientos de esta región han sido concedidos por el Estado bajo escándalos de corrupción, violación de derechos humanos y modificación de la ley en perjuicio del patrimonio nacional. Muestra de ello son los casos de desalojo forzado de campesinos que habitan tierras explotables como la comunidad de la jurisdicción de Tabaco en el municipio de Hatonuevo-Guajira 43; también la concesión del Cerrejón, que significó pérdidas por más de 10 mil millones de dólares para la nación con la venta de CARBOCOL (la mitad de la deuda externa)44. Asimismo, la ley favorece a las compañías con la disminución de los requisitos legales y las obligaciones fiscales, tal como lo establece el Código de Minas que disminuye las regalías del 15% al 0,4%. Resulta paradójico, que en lugares donde se genera la mayor producción de carbón en el mundo, gran parte de la población se encuentra marginada y la región presenta altos índices de pobreza 45. Esta actividad, afecta el área de vida de las comunidades indígenas y afrocolombianas, acorraladas frente al avance de la excavación. La explotación de carbón, realizada en la zona durante las últimas tres décadas, genera grandes impactos sociales y ambientales: conlleva grandes migraciones, aumenta las diferencias sociales, acelera la desaparición de tierras, bosques y fuentes de agua; y ocasiona graves conflictos laborales, entre otros. En contraste, los beneficios son bastante reducidos puesto que las regalías y los fondos entregados al departamento no sobrepasan el 5% de las exportaciones 46. los metales preciosos Dentro de la actividad minera se contempla la explotación de minerales metálicos (oro, plata, platino, níquel, cobre, mineral de hierro, aluminio y manganeso) y no metálicos (rocas y minerales no metálicos usados en la construcción como las evaporitas, así como las esmeraldas y otras piedras preciosas y semipreciosas). Para el año 2000, el subsector de minerales no metálicos aportaba al PIB nacional 316 mil millones y el subsector de minerales metálicos 391 mil millones. El principal ingrediente de la producción minera del país es el oro seguido de la plata y el platino. Antioquia es uno de los mayores departamentos productores de oro (producción promedio anual de 10.60 toneladas en el período 1996-2000). En este departamento se encuentran las empresas productoras de oro más importantes del país como Mineros de Antioquia, . y la Compañía Minera Oro Norte S.A. La producción de Antioquia está seguida por el departamento de Córdoba (producción promedio anual de 10.20 toneladas en el período 1996-2000), donde la explotación ha sido realizada tradicionalmente por empresas de pequeña escala. Bolívar es el tercer departamento con una producción promedio anual de 3.45 toneladas en el período 1996-2000 47. 42.Ibíd. 43. Delia Inocenti. “La destrucción de Tabaco”. En Voltaire.net Red de Prensa de No Alineados. 21 de noviembre de 2004. http://www.voltairenet.org/article122891.html (Consultado el 15 de febrero de 2007). 44. Tribunal permanente de los pueblos. Op. Cit. Pp. 55. 45. Robert V. H. Dover; Marta Rincón; Marla Zapach. Estudio: impacto cultural en los indígenas del sur de la Guajira, generado por la explotación minera del carbón. 1997. http://www.censat.org/Documentos/Mineria/impacto_socio_cultural_en_los_indigenas_del_sur_de_la_guajir.PDF 46.Alejandro Pulido. Op. Cit. 47. Martha Rincón. Diagnóstico socioambiental de la pequeña minería de metales preciosos en Colombia. CENSAT Agua Viva. http://www.censat.org/Documentos/Mineria/Diagnostico_ambiental_de_la_pequena_mineria_de_metales_preciosos.pdf Hasta los años sesenta, la extracción de oro a gran escala era realizada por grandes empresas multinacionales, pero hacia el año 2000 la pequeña minería empezó a representar el 94% de la producción de metales preciosos del país. Sin embargo, la inversión de capitales internacionales tuvo un crecimiento sostenido desde 1996 (participación del 3,60%) hasta el año 2000 (participación del 21,16%). Las facilidades para la inversión extranjera establecidas en el Código de Minas han generado un creciente interés de parte de compañías como Corona Goldfields, Conquistador Mines o Anglo Gold, que han buscado concesiones en el Sur de Bolívar y Córdoba. Algunas organizaciones sindicales han denunciado relaciones entre los proyectos de explotación de estas compañías y la presencia y acción de grupos paramilitares en las zonas mineras 48 Los recaudos por concepto de regalías e impuestos, resultado de la minería de metales preciosos, es irrisoria debido al subregistro en la producción, la exención de impuestos a las empresas explotadoras, el desconocimiento del volumen real de la producción, la procedencia y responsabilidad tributaria de las empresas explotadoras, así como por la ingobernabilidad de las zonas mineras, entre otras 49. Justamente, el Código de Minas le ha dado poco reconocimiento a los mineros artesanales y a la titularidad sobre la explotación tradicional de las minas. En cambio, le ha otorgado concesiones a grandes multinacionales. El caso de la explotación de oro es particular. En aquellas zonas donde hay mayor cantidad de este metal precioso es donde hay altos índices de pobreza, fuerte presencia de ejércitos paramilitares y aumento del desplazamiento forzado: Chocó, Antioquia y Bolívar. En el Sur de Bolívar, por ejemplo, el desplazamiento aumentó entre 1997 y 1998, en un 1500%50 . Por esta razón, los mineros artesanales se han enfrentado a las compañías explotadoras y han reclamado al gobierno nacional su derecho a trabajar las minas. Esto ha generado la violación de sus derechos humanos y el asesinato de algunos de sus líderes. 2.4 Biodiversidad y agroindustria La visión sobre la preservación y el uso de los recursos naturales cambia radicalmente a partir de la década de los ochenta con la vinculación, en distintas industrias, de las ciencias biológicas como fuerza productiva. Al mismo tiempo, se promueven los discursos sobre la biodiversidad como garantía para la sobrevivencia de la humanidad y los múltiples usos comerciales de los recursos naturales existentes. Empieza a insistirse en el desarrollo de estrategias para la conservación, utilización e identificación del material biológico, especialmente de los recursos genéticos51 . Estos recursos han sido estudiados especialmente por las biociencias (biología molecular, genética y microbiología) base de la biotecnología, que ha obtenido mayor desarrollo en los países con tecnología de punta 52. En estos países se han generado importantes mercados en los campos de la producción e industrialización de alimentos transgénicos, semillas e insumos agrícolas, fármacos y cosmética. El mercado mundial de productos verdes mueve gran cantidad de recursos: los productos naturales 48. SINTRAMINERCOL. Op. Cit. 49. Ibíd. 50.Tatiana Roa. Bosques, pueblos indígenas y petróleo. Op.cit. 51.Tribunal Permanente de los Pueblos. Op. Cit. 52. Gabriel Ricardo Nemogá Soto. “De la apropiación a la expropiación”. Revista Semillas en la Economía Campesina No.5. Colombia, octubre de 1995. http://www.semillas.org.co/revistas/5pag8.asc no maderables generan transacciones anuales de 30 a 60 billones de dólares53, los extractos vegetales 16,5 billones54 y la industria farmacéutica 300 billones anuales55. Este mercado se ha consolidado además, con tendencias hacia el monopolio. Sólo diez gigantes corporativos poseen una participación del 84% del mercado global de productos agroquímicos, valorado en cerca de US$ 30 mil millones; diez compañías controlan casi un tercio del mercado mundial de semillas, valorado en US$24 mil millones; las diez empresas farmacéuticas más grandes contabilizan el 48% del mercado global de ese ramo valorado en US$ 317 mil millones; y diez transnacionales controlan el 60% del mercado de la industria de la salud animal valorada en US$ 14 mil millones 56 . Sin embargo, en el ecosistema mundial los recursos genéticos no están distribuidos de manera homogénea. Por sus condiciones naturales, países como Estados Unidos difícilmente pueden disponer de los recursos filogenéticos suficientes para alcanzar posiciones de control y dominio en el mercado mundial agrícola. Los recursos biodiversos están localizados principalmente en el cinturón tropical ecuatoriano. Esto ha sido demostrado desde los años veinte, por estudiosos como Nikolai Vavilov 57. Las naciones “menos desarrolladas” son las que poseen mayor riqueza en recursos biodiversos. La región andina representa el 25 por ciento de la biodiversidad del mundo, y dentro de ésta, Colombia posee importantes recursos que la posicionan en un lugar privilegiado respecto a productos derivados de la bioprospección, bioquímica y productos intermedios como materiales para construcción, cestería, aceites esenciales, resinas y extractos medicinales, entre otros 58”. Esta distribución natural de los recursos ha sido alterada profundamente a través de las relaciones de dominación e intercambio entre las naciones. Desde los procesos de invasión y conquista los países imperiales llevaron a sus territorios innumerables especies vegetales y animales, transformando los ecosistemas naturales. Las estrategias para lograr la autosuficiencia en materia de recursos filogenéticos se han ampliado desde finales del siglo XIX, cuando empezó a establecerse la infraestructura institucional y a desarrollarse una política sistemática de colección, caracterización y almacenamiento de recursos bajo el principio de patrimonio común de la humanidad. Así, se han establecido múltiples centros internacionales de investigación para la transferencia del material genético59. 53. Gabriel Ricardo Soto Nemogá. Op.cit. UNCTAD 1998 citado por Diócesis de Quibdó. Megaproyectos, camino al etnocidio. 54. Ibíd. 55. Laird y Kate citado por Diócesis de Quibdó. Op.cit. 56. Margarita Flórez. Una mirada a los mecanismos que aumentan el control monopólico sobre la biodiversidad en América Latina. Septiembre 2001. http://www.prodiversitas.bioetica.org/nota49.htm 57. Gabriel Ricardo Nemogás Soto. “Por qué NO a las patentes sobre plantas y animales”. En Biodiversidad en América Latina. Bogotá, Febrero de 2005. http://biodiversidad.ecoportal.net/contenido/temas_especiales/biodiversidad/por_qu_no_a_las_patentes_sobre_plantas_y_animales 58. www.humboldt.org.co citado por Diócesis de Quibdó. Op.cit. 59.Gabriel Ricardo Nemogás Soto. Por qué NO a las patentes sobre plantas y animales. Op.cit. 60. Martha Alicia Duque. Colombia en subasta ante el TLC. Recursos biodiversos, nueva amenaza. http://www.ecoportal.net/content/view/full/38412 5 Módulo Los intereses industriales y políticos de los países más avanzados a nivel tecnológico se han centrado en asegurar el libre acceso y control sobre la biodiversidad, la agricultura, los alimentos y los medicamentos. En años recientes, las corporaciones trasnacionales han buscado garantizar la apropiación privada de los recursos biológicos y genéticos a través de la obtención de privilegios TRIPS, DPI ( resolución 345 del 21 de octubre, tratado sobre recursos filogenéticos, D-486 de 2000) en pactos regionales, tratados internacionales y legislaciones nacionales de integración y libre comercio (GATT, TLC, CDB, Iniciativa para las Américas). Paradójicamente, en éstos se reconoce la soberanía de los países para disponer de sus recursos y al mismo tiempo, se generan compromisos de libre acceso a los recursos genéticos60. El acceso, conocimiento y mejoramiento de estos recursos no implica que a las comunidades locales les sean reconocidos sus derechos frente a éstos, sin embargo, si asegura el control sobre los títulos de propiedad intelectual incluyendo secretos industriales, patentes y certificados de autoría. La legislación sobre patentes no favorece a países como Colombia, con desventaja notoria en su capacidad instalada en investigación y desarrollo en biotecnología. Es evidente que el establecimiento de patentes sobre plantas y animales favorece a los países con tecnología de punta. A través de las patentes se ha iniciado un proceso de apropiación y privatización de los recursos genéticos de los países biodiversos61. Muestra de ello son los registros de propiedad intelectual de productos como el algodón de colores peruano, la planta amazónica sagrada ayahuasca, la quinua, el yacón, el fríjol amarillo enola de México, el fríjol andino niña y la sangre de dragón, entre otras plantas tradicionales latinoamericanas62. Si bien la comunidad andina ha intentado establecer legislaciones para proteger sus recursos naturales, estas normas tienen una jurisdicción limitada y están limitadas ante la precariedad de los países andinos en materia de infraestructura, información e inventarios. Según denuncias de organizaciones sociales e investigadores, a través de los proyectos de biodiversidad se han usurpado los conocimientos y en ocasiones, los territorios de las comunidades. Las cifras del Instituto Humboldt, señalan que el mercado de plantas medicinales en el país produce más de US$10 millones de dólares anuales, capital que no se ha reinvertido en beneficio de las comunidades. Bajo el marco del Proyecto Biopacífico y la Agenda Pacífico XXI, por ejemplo, se han construido bases inventariales para adoptar regímenes de patentes, los cuales desconocen y expropian a las comunidades nativas63. La agroindustria La agroindustria se caracteriza porque en grandes extensiones, produce alimentos para procesar o exportar (palma africana, sorgo,banano)64 , genera mano de obra y crea condiciones en que los propietarios, por lo general, poseen un estatus anónimo y los beneficios de la producción casi no se reinvierten en la región. La concentración del ingreso entre los empresarios y los exportadores no permite que los trabajadores alcancen un nivel de vida proporcional al crecimiento de la industria. En la reinversión de utilidades no hay regulación del Estado, es un asunto privado que se define según el equilibrio de fuerzas entre los actores involucrados (empresarios, propietarios, trabajadores, funcionarios, ONG, sindicatos, comunidades y grupos armados)65. Módulo 5 Las actividades agroindustriales transforman de manera radical las relaciones sociales y la relación con la tierra en las áreas rurales: desconoce las formas de uso y tenencia de los territorios tradicionales; y despoja de sus tierras a pequeños y medianos propietarios a través de la compra a precios bajos, mediante acciones violentas o convirtiendo a los campesinos en obreros rurales al introducir de manera drástica, la utilización de mano de obra barata. Los proyectos agroindustriales además, conllevan el traslado de población migrante con perspectivas de lograr dinero y riqueza: algunos se vinculan directamente a la extracción; otros venden servicios alimentarios, de vivienda y recreativos; y hay quienes compran tierras “mejoradas” por los colonos para la ganadería extensiva. Al terminar la bonanza, por lo general, 61. Gabriel Ricardo Nemogás Soto. Por qué NO a las patentes sobre plantas y animales. Op.cit. 62. Martha Alicia Duque. Op.cit. 63. Diócesis de Quibdó. Op.cit. 64. Ana Maria Bejarano. 65.Martha Bello y Nayibe Peña. Informe Red de Solidaridad Social. el territorio queda devastado y empobrecido; los pueblos que crecieron cerca a los campamentos languidecen, las comunidades nativas han sido diezmadas o expulsadas y los colonos se internan para ampliar la frontera agrícola66. La extensión de la agroindustria exportadora genera consecuencias que pueden convertirse en estructurales: perdida de biodiversidad de fauna y flora, aceleración del deterioro del suelo, amenaza a la seguridad agroalimentaria y hambre entre la población rural que no puede acceder al mercado de alimentos procesados. También significa el aumento de la dependencia de agroquímicos, semillas híbridas y otras tecnologías que son monopolio de las empresas multinacionales67. Algunos proyectos agroindustriales han sido asociados con la presencia y el accionar de los grupos armados. Detrás del desalojo de pobladores en varias zonas del país, se han instalado grandes cultivos como la , (Tumaco-Nariño, la Cuenca del río Atrato en Chocó, Casanare y el Magdalena Medio, entre otros) señalada por los mismos grupos paramilitares como mecanismo de contención frente a los grupos guerrilleros. Estas plantaciones implican inversiones gigantescas para derribar el bosque y la selva, adelantar la siembra extensiva e instalar las plantas extractoras y refinadoras68. La promoción que ha hecho el gobierno en los últimos años para incentivar el cultivo de la palma africana , se debe a su uso par la producción del biocombustible —etanol—, que según la legislación colombiana, debe agregarse en un 10% a la gasolina. Esto anuncia la agroindustria de la palma como un negocio promisorio, pero con un gran impacto. Uno de los casos más controversiales es el de las poblaciones de Cuvaradó y Jiguamiandó en Chocó. Desde 1993 han estado en medio del conflicto político, con la presencia de cuatro actores armados: ELN, FARC, Ejército Nacional y Paramilitares. En el año 2001, al intensificarse la arremetida paramilitar que causó el éxodo masivo de los pobladores afrodescendientes, las empresas palmicultoras como la empresa Urapalma, ocuparon de manera ilegal los territorios afrocolombianos que fueron abandonados69. 3. MEGAPROYECTOS Y VIOLENCIA Es evidente que los megaproyectos ocupan un lugar privilegiado en la planeación nacional. Sin embargo, en el caso de Colombia, los altos costos en términos sociales, ambientales y económicos, no corresponden al beneficio que pueda traer para los colombianos el aprovechamiento de los recursos nacionales. Las ganancias son para las empresas extranjeras; mientras a los trabajadores colombianos el ingreso les aumenta en un 2.2%, al capital y la economía global en un 13,3 %, lo cual explica la distribución desigual de la riqueza70. A la vez, han sido expuestos varios casos desde los cuales es posible ver la relación entre áreas de mayores recursos de explotación, presencia paramilitar y violencia política y zonas de violación a los derechos humanos como el desplazamiento forzado. Pese a las acciones de protesta y resistencia de las comunidades, es común que las políticas estatales de concesión a empresas multinacionales no tengan en cuenta los derechos de las poblaciones afectadas. Muchas veces, incluso, empresas y Estado hacen caso omiso de las sentencias de la Corte Constitucional o las cortes internacionales. Por lo general, suelen asociarse las condiciones de escasez o pobreza a las situaciones de conflicto armado. Algunos economistas han afirmado incluso, que las condiciones generalizadas de desempleo y baja dotación de recursos permiten que los individuos 66. Ibíd. 67. Ibíd. 68. Héctor Mondragón. “¿Quién quiere dominar los territorios?”. Revista Semillas Nº 19 —Sección Contexto, Control territorial. 69. Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. “Reconstruyendo el estado de derecho. El derecho a la vida y al territorio en el Bajo Atrato”. En: Pueblo y Territorio nº 2. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos. Segundo semestre de 2005. 70. Libardo Sarmiento Anzola. “Mentiras del Régimen”. En: Revista CEPA No.1. Noviembre de 2006. Centro Estratégico de Pensamiento alternativo. Pp. 38 (26-40). destinen grandes cantidades de su tiempo a las "acciones depredadoras", pues los costos de dejar de lado el trabajo productivo son muy bajos. De hecho, se ha observado que la mayor proporción de conflictos se presenta en los países que hacen parte de los dos menores quintiles en la distribución del ingreso mundial71. Sin embargo, estas afirmaciones, resultan simplistas. Algunos investigadores 72 han establecido que las guerras son más probables cuando existe alta dependencia de la exportación de recursos primarios, gran dispersión geográfica y poblacional, inequidad en la distribución del ingreso y la tierra, y pocas oportunidades económicas 73. Parecería entonces que las situaciones de conflicto armado tienen relación más directa con la inequidad que con la pobreza. En el caso colombiano, los trabajos empíricos parecen confirmar esta hipótesis, ya que precisamente en los municipios de mayor dinamismo económico y desigualdad es donde se registran altos indicadores de violencia 74. Otros estudios75 muestran que las situaciones de guerra se agudizan cuando los conflictos por la distribución de una característica particular, no pueden resolverse por los canales institucionales adecuados. Según estos autores, el máximo nivel de conflicto que puede darse en una sociedad se alcanza cuando la distribución de ciertos recursos es bimodal: el alto grado de concentración sumado a la baja institucionalidad genera incentivos para el establecimiento de formas privadas y paralelas de seguridad76. Si bien es cierto que en un conflicto armado los grupos en disputa buscan un orden institucional diferente, que favorezca sus intereses y los de la comunidad que dicen representar, también lo es, que su accionar está determinado por la rentabilidad de la actividad criminal. Algunos analistas incluso afirman que más allá de las causas objetivas, el accionar de los grupos armados se explica por la posibilidad de obtener ingresos a través de la guerra. La organización armada busca sobre todo un beneficio económico, derivado de la apropiación ilegal de rentas tanto legales como ilegales. El monopolio del uso de la violencia en un espacio particular de estas organizaciones, que se constituye en el instrumento de apropiación y de castigo ante el incumplimiento de contratos o acuerdos77. En el caso colombiano la acción violenta de los actores armados se ha constituido en un mecanismo rentable que permite, entre otros, desocupar territorios para asegurar la propiedad de la tierra a empresas y latifundistas que buscan especular con ésta y valorizar territorios mediante proyectos de infraestructura (vías, represas, pozos petroleros), los cuales generan graves tensiones por las propiedad. En este sentido, se ha generado una contrarreforma agraria en torno a los grandes proyectos de inversión a través de medidas de orden expropiatorio, legales e ilegales. La Contraloría General de la Nación identificó al occidente colombiano “como la región de más alta concentración de la propiedad rural, y al Valle del Cauca como el departamento donde más se incrementó la concentración entre 1985 y 1996. También observó una concentración alta en Antioquia, Sucre y Cesar 78”. Como lo muestra Mondragón, una comunidad puede estar sentenciada por un proyecto de inversión que ni siquiera conoce, puesto que en la planificación del territorio predomina la concepción mercantil de las empresas trasnacionales sobre los proyectos de vida comunitarios 79. Algunos ejemplos de relación entre desplazamiento forzado y megaproyectos han sido denunciados por analistas y organizaciones sociales. Mondragón ha denunciado cómo la construcción del canal seco Atlántico–Pacífico y la construcción de proyectos Módulo 5 71. H. Gossman, Kim, M. Predation, efficiency and inequality. Working paper, Brown University. Citado por Jorge Alberto Restrepo. Análisis económico de conflictos internos. Octubre de 2001. http://indh.pnud.org.co/files/rec/renteconomiaconflictosinternos.pdf 72. Como Collier, quien se basó en el estudio de más de 47 países en situaciones de conflicto. 2000. 73. Paul Collier (2001). Economic Causes of Civil Conflict and their implications for policy, World Bank. Citado por Jorge Alberto Restrepo. Op. cit. 74. Fernando Cubides y Carlos Miguel Ortiz. La Violencia y el municipio colombiano 1980-1997. CES. Bogotá, 1998. 75. Estudios como el de Joan Esteban y Debraj Raj. 76. Joan Esteban y Debraj Raj (1999). Conflict and distribution, journal of economic theory, 87, 379-415. Citado por Jorge Alberto Restrepo. Op. cit. 77. Paul Collier. Op.cit. 78. Héctor Mondragón. ¿Quién quiere dominar los territorios? Op. Cit. 79. Ibíd. energéticos han generado cientos de desplazados en Córdoba, Antioquia y Chocó. También, la masiva compra de tierras y presencia de paramilitares en Puerto López, Puerto Gaitán y Guarda (Meta), zonas estratégicas para el desarrollo del IIRSA80. Por su parte, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos --, Sinaltrainal ha denunciado que algunas empresas petroleras no sólo han financiado grupos paramilitares para consolidar el control de los terrenos donde desarrollan los negocios de hidrocarburos sino que además, han servido de testaferros de estos grupos, los cuales controlan los contratos y las rentas petroleras. Asimismo, han denunciado los desplazamientos masivos en los municipios del sur de Bolivar: Río Viejo, San Pablo y Moralito, con el objetivo de apropiarse de los yacimientos de oro existentes en estas zonas 81. Por su parte, organizaciones de carácter nacional e internacional, se han pronunciado frente a la acción de las multinacionales y los efectos de los megaproyectos. En Colombia, desde 2005, se ha realizado el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), “tribunal de carácter no gubernamental constituido formalmente en 1979, cuyo origen data del Tribunal de Russell, el cual juzgó los crímenes de lesa humanidad cometidos por los Estados Unidos en la guerra contra el pueblo de Vietnam”. El TPP esta integrado por cerca de 130 personas de todo el mundo, de alta reputación moral en situación de ejercer la función judicial a un alto nivel, o bien ser hombres y mujeres de ciencia o personalidades del mundo artístico, religioso, político como abogados, escritores y expertos en derecho internacional, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Para el Capítulo Colombia, el TPP ha aceptado la petición de organizaciones representativas del país, de hacer un seguimiento durante dos años y un juicio a las políticas de las empresas transnacionales que han violentado los derechos humanos y se han beneficiado de los crímenes de lesa humanidad en los sectores de alimentación, hidrocarburos, oro y carbón, biodiversidad y servicios públicos82. GUÍA DE TRABAJO 1. Señale brevemente qué exigencias acarrean los procesos de globalización para países como Colombia. 2. ¿Qué implicaciones tiene la implantación de megaproyectos en el conflicto armado y las dinámicas de desplazamiento forzado? 80. Ibíd. 81. Observatorio social de empresas transnacionales, megaproyectos y Derechos Humanos de Colombia. “Megaproyectos y desplazamiento forzado”. Op. Cit. 82.Tribunal Permanente de los Pueblos. Op. Cit. REFERENCIAS CITADAS AGUDELO CEBALLOS, Luis Guillermo. Ministerio de Comercio Industria y Turismo. 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