La cerámica es una actividad artesanal que se practica desde hace millones de años. Aunque en muchas ocasiones está considerada como un arte, en su origen tenÃ−a, fundamentalmente, un uso práctico: los hombres necesitaban recipientes donde comer y en los que almacenar los alimentos, las bebidas y otros productos, como, por ejemplo, los perfumes. ¿Cà MO SE FABRICA? Para su elaboración se usa, normalmente, la arcilla, que es un tipo de barro. Después de darle la forma deseada, se prepara para su cocción. Existen varios tipos de arcillas, por lo que, una vez cocidas, se consiguen diversos colores: pardo, negro, amarillo o rojizo. Además, dependiendo de la temperatura a la que se realice la cocción, obtenemos distintos grados de dureza. La temperatura media ronda, normalmente, los 1.200 °C. Las piezas que más producen los ceramistas son las vasijas. Las hay de distintas formas y tamaños, según el uso al que vayan destinadas. Si se trata, por ejemplo, de almacenar alimentos, las vasijas serán algo más planas que las que se usan para guardar bebidas u otros lÃ−quidos, que, normalmente, son más alargadas. EL TORNO DE ALFARERO La cerámica, hasta la invención del torno de alfarero, se realizaba a mano. Pero, a partir del año 4000 a.C., aproximadamente, comenzó a usarse este invento, con el cual se conseguÃ−a mayor velocidad y perfección en el modelado. Este ingenio consiste en un disco plano que gira de forma horizontal sobre un pivote. Ese disco puede hacerse girar a mano, lo cual supone más esfuerzo. A este tipo se le denomina torno movido a mano, y era el más usado entre los ceramistas japoneses. A partir del siglo XIX, en Europa se le añadió una barra o pedal, que se mueve con los pies. Ya en el siglo XX, se inventó el torno eléctrico, lo que supuso un ahorro importante de tiempo en la elaboración de las piezas, además de la posibilidad de controlar la velocidad a la que gira el disco. La masa de arcilla se coloca, como ya sabes, en el disco giratorio. El ceramista, con sus propias manos, le da forma cilÃ−ndrica, mientras el disco gira. Después, realiza un hueco o cavidad en el centro y hace las paredes con el grosor deseado. A continuación, pasa a dar forma definitiva a la vasija: cilÃ−ndrica, cónica o según le indique su propia fantasÃ−a. Por último, se pasa un fino alambre por debajo de la base de la vasija. De este modo, se corta y se separa, y la pieza ya está lista para ser introducida en el horno. LA COCCIà N El siguiente paso es la cocción de la pieza. Antes de la invención del horno, se hacÃ−a al aire libre, con el calor del sol. Pero es un procedimiento muy lento, y no en todas las regiones se puede hacer. Los primeros hornos aparecieron alrededor del 6000 a.C. La temperatura máxima que alcanzaban estaba entre los 600 y los 750 °C. Generalmente, se usaba como fuente de calor el carbón o la madera. 1 Los hornos cuentan con dos aberturas: una inferior, para introducir los objetos cerámicos, y otra superior, que permite la ventilación y evita que se produzcan llamas demasiado altas. Y, POR à LTIMO, LA DECORACIà N Es importante que hablemos también de los distintos modos de decorar los objetos cerámicos. La forma más primitiva consiste, sencillamente, en practicar incisiones con algún material punzante (seguramente tú mismo hayas utilizado un palito para decorar alguna de tus figuras de barro o plastilina). Otro tipo de decoración es la pintada, que puede realizarse antes o después de la cocción, dependiendo del efecto que se quiera conseguir. Al principio, se usaban todo tipo de pigmentos naturales, los mismos que se empleaban para pintar las paredes de las cuevas. Un poco más tarde comenzaron a usarse también distintos tipos de barnices y esmaltes, que necesitan una segunda cocción para que se adhieran firmemente a la arcilla. Por último, hay que mencionar el vidriado, que es un tipo de decoración un poco más costosa. Se consigue aplicando algunos minerales que vitrifican, es decir, que, si se exponen a altas temperaturas, se convierten en vidrio. 2