EL PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURIDICA Y LOS MARCOS REGULATORIOS Dra. Addy Mazz Profesora catedrática de Derecho Financiero de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. 1.Planteo. El tema de que nos ocuparemos trata, fundamentalmente, de la incidencia del principio de seguridad jurídica en la regulación de los sistemas financieros, entendiendo, por estos , el conjunto de servicios de banca, seguros, mercado de valores y los nuevos instrumentos financieros como fondos de inversión, fondos de pensión, securitización. En general, podemos definir estos últimos como todos aquellos que, teniendo financiera, como base una transacción implican la transferencia de recursos financieros a un tercero con el objetivo de obtener la recuperación diferida de dichos recursos con la adición de un excedente,que puede ser cierto y contingente. También se consideran tales las transacciones que tienen por fin fijar en forma anticipada el precio de un activo financiero o no, o la que asegura un precio máximo o mínimo de venta o compra de un activo financiero. Examinaremos primero el concepto y aplicaciones del principio de seguridad jurídica, luego se verá en general la evolución de los servicios financieros y los marcos regulatorios, se examinará algun caso relevante de actualidad y enunciaremos algunas conclusiones. 2. El principio de seguridad jurídica. 2.1. El principio de seguridad jurídica y el Estado de derecho. Este principio aparece en la doctrina y la jurisprudencia estrechamente ligado al concepto de Estado de Derecho y también a otros principios constitucionales como la legalidad, la irretroactividad. la interdicción de la arbitrariedad, la propiedad. Como señala Legaz Lacambra (1),la legalidad necesita, legitimarse “instaurando un orden seguro y estable, que permita a todos saber a que atenerse y que delimite con precisión las esferas de lo lícito y lo obligatorio en el obrar humano social". De esta forma, la seguridad cumple una función legitimadora de la legalidad, que se desarrolla por los cauces y con las garantías que el propio ordenamiento constitucional, o las leyes dictadas para su desarrollo establecen. Por ello, la seguridad puede analizarse desde varios puntos de vista: como criterio valorativo del Derecho , y por su conexión con las modalidades de la arbitrariedad, tanto en el proceso de emanación como en el de aplicación de las normas jurídicas. La definición de la seguridad como criterio valorativo del ordenamiento jurídico no es fácil, dado que la seguridad es una dimensión ontológica del Derecho. El orden jurídico, per-se, ya constituye una regulación y el Derecho, por si solo, es seguridad. Aun cuando la norma le produzca incerteza el particular sabe, sin embargo, a que atenerse, y tendrá una seguridad negativa. El principio, utilizado como criterio valorativo de un ordenamiento jurídico dado, significa que el Derecho,-en cuanto creador de un orden, - independientemente de que este se considere justo o injusto,- trae aparejada seguridad , y tal vez sea esta una de las razones primeras que justifican su propia existencia. Frente a cualquier ordenamiento, podemos plantearnos el problema de su aptitud para introducir un tipo de orden en la vida social, y, por ende, proporcionar seguridad a los individuos. Un primer aspecto a considerar es si existe adecuación entre la normativa en la cual el ordenamiento formalmente se consagra, y el orden real y efectivo que debería existir en el ámbito de la vida social, que aquel está llamado a disciplinar, vale decir , su coordinación con la realidad. Se puede valorar la norma para apreciar si en ella se realiza el valor de la seguridad. Si el principio se consagra en la Constitución, el enjuiciamiento será ineludible para decidir si las normas de jerarquía menor se ajustan al mismo y si son constitucionales. La seguridad no está ligada a la sensación de los individuos de hallarse justa o injustamente tratados por la norma, sino con la certeza que estas les provean respecto del orden que tratan de instaurar o de robustecer., y sobre el efecto jurídico de sus actividades.Por tanto, los ordenamientos pueden ser juzgados, desde el punto de vista de su justicia o injusticia , pero también , por su aptitud para procurar seguridad a los individuos.. En este enfoque, la expresión “saber a que atenerse “significa estar asegurado: 1) Respecto de la normativa aplicable y a su contenido y efectos, y 2) Respecto a la circunstancia de que los órganos estatales actuarán de conformidad con aquella y velarán por su cumplimiento. No alcanza, por tanto, que el orden jurídico se consagre en una norma legal, y prevea los mecanismos para resguardar los derechos del individuo, sino que también se requiere que la actuación del poder público se ajuste a la normativa, no se aparte de ella, no tenga facultades para dejar de lado el marco regulatorio y actuar discrecionalmente, o, más aun, arbitrariamente.(2) La actuación de las autoridades necesita , para infundir seguridad, amoldarse a un previo esquema normativo, claro y preciso, ya que este, solo engendra orden y estabilidad cuando surge de un comportamiento no arbitrario de los órganos estatales. 2.2. El principio de seguridad y la arbitrariedad. Eusebio González y Pérez de Ayala (3) definen la arbitrariedad como el aspecto negativo del principio de seguridad en el ámbito jurídico, que aunque no es fácilmente diferenciable de la certeza del Derecho, "refleja el papel de la ley frente a las posibles arbitrariedades de los órganos del Estado”. En el mismo sentido, Sainz de Bujanda (4) señala que el principio de seguridad jurídica constituye la protección constitucional frente a la arbitrariedad. Y esta es la negación del derecho realizada por el propio poder público, pero el concepto puede ser aun más amplio, significando la ausencia , en cualquier figura jurídica, de los principios que sirven de fundamento al derecho. Arbitrario sería lo que está privado de fundamento jurídico y, por tanto, registra la falta de seguridad jurídica. De aquí la doble vertiente de la seguridad, debe existir un ordenamiento pero, además, la autoridad pública debe actuar de acuerdo a el. En las hipótesis de arbitrariedad, la seguridad se ve seriamente afectada, tanto en la arbitrariedad normativa, que es la omisión del Estado en la elaboración de las normas jurídicas, como en la arbitrariedad aplicativa, que se refiere al comportamiento irregular del Estado en la aplicación del derecho. En el primer item se ubica el dictado de leyes contrarias a los principios esenciales del derecho contenidos en la Constitución o leyes fundamentales de nivel jerárquico superior, la antijuridicidad reglamentaria. La arbitrariedad aplicativa se da, cuando se viola el principio de jerarquía y cuando la Administración actúa fuera del marco del ordenamiento jurídico. 2.3. Consagración del principio de seguridad en la economía y el derecho. El principio de seguridad tiene una larga tradición en lo económico y en lo jurídico. Si observamos el ámbito tributario, producto de la actividad financiera del Estado que se caracteriza por ser preordenada, o sea regulada, ya Adam Smith, en el año 1776, en la 2º parte del libro V de su "Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones", denominó este principio "certainity", refiriéndose a la certeza de la deuda tributaria. Expresa este autor, analizando el principio de seguridad en el ámbito tributario, altamente sensible a este principio : "El impuesto que cada individuo está obligado a pagar debe ser cierto y no arbitrario". "El tiempo de su cobro, la forma de pago, la cantidad adeudada, todo debe ser claro y preciso, lo mismo para el contribuyente que para cualquier otra persona". "La incertidumbre de la contribución da pábulo al abuso y favorece la corrupción de ciertas gentes que son impopulares por la naturaleza misma de sus cargos, aun cuando no incurran en corrupción y abuso. La certeza de lo que cada individuo tiene obligación de pagar es cuestión de tanta importancia a nuestro modo de ver, que aun una desigualdad considerable en el modo de contribuir, no acarrea un mal tan grande -según la experiencia de muchas naciones- como la más leve incertidumbre en lo que se ha de pagar". Su objetivo era eliminar la arbitrariedad, "tanto en cuanto al momento y naturaleza de la exención fiscal como en cuanto a la cuantía de la deuda tributaria", circunstancia que debían constar muy claramente para el contribuyente y para todas las personas (4) La trascendencia que Adam Smith le daba a este principio llegaba a que considerara mas grave , para la actividad financiera, un pequeño grado de inseguridad, que una dosis importante de desigualdad (inequality). Este pensamiento es recogido modernamente por Neumark (5) para quién "aun cuando las anomalías no son hoy en día tan graves como las que señalaba Smith, las imprecisiones que pueden existir en la legislación tributaria hacen recomendar la incorporación del pensamiento de Smith a un postulado de imposición válido para nuestros días". Distingue el principio de legalidad, de la certeza de las prestaciones , señalando la vigencia de este último y la necesidad de su aplicación efectiva en el ordenamiento. Refiriéndose concretamente a los impuestos, señala que, con el transcurso del tiempo ,se han complicado mucho en su estructura y también la vida económica se ha ido haciendo cada vez más compleja, lo que se refleja en las normas tributarias, planteando nuevos requisitos de claridad y transparencia en ellas. Estas afimaciones son aplicables a varios de los nuevos instrumentos tributarios, cuya complejidad surge de las normas que los crean, razón por la cual deberán ser objeto de una correcta regulación. La certeza se vincula con la transparencia , entendida como el principio que exige que las leyes en sentido lato, es decir, con inclusión de los reglamentos, órdenes, circulares, líneas directrices, etc., se estructuren de manera que presenten técnica y jurídicamente el máximo posible de inteligibilidad y sus disposiciones sean tan claras y precisas que incluyan toda duda sobre los derechos y deberes de los ciudadanos , y de los funcionarios de la Administración Tributaria, para evitar la arbitrariedad en la aplicación de las mismas. Este postulado de transparencia, al igual que el "clásico" de la certeza, tiene por objetivo proteger los intereses legítimos de los contribuyentes, lo que constituye un fin inexcusable de los Estados con gobierno democrático.(6) Como ejemplos de normas que atentan contra este principio, están las disposiciones potestativas que delegan en la Administración facultades propias del Poder Legislativo, y que, de esa manera, quedan libradas a la discrecionalidad de aquella Ingresando al ámbito normativo, se aprecia que ,en la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” realizada por la Asamblea General, luego de la Revolución Francesa, el 26 de agosto de 1789, el art. 2 consagraba ya este principio: ”El objeto de toda sociedad política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión". De ahí en adelante, la seguridad se considera como inherente a la existencia misma del Estado de Derecho, y sus efectos se proyectan sobre todo el ordenamiento jurídico. Alemania Occidental es uno de los pocos países que define el concepto de Estado de Derecho en su normativa constitucional,en forma expresa, basándolo en el principio de seguridad jurídica y, en una de sus consecuencias, la interdicción de la arbitrariedad. 2.4. Significado de Estado de Derecho en la doctrina. Cassinelli Muñoz, en la doctrina uruguaya, define el Estado social de Derecho como aquel en que todos los actos del poder público están sujetos a derecho, tanto la actividad de los gobernantes como la de los habitantes, está regulada jurídicamente. (7) Los tres conceptos que definen el Estado de Derecho moderno son: a) la sumisión del Estado a la normativa jurídica; b) la declaración constitucional de los derechos fundamentales; y c)la existencia de medios de contralor efectivos. La sumisión del Estado al derecho supone la consagración de los principios que inspiran al Estado de Derecho, y que son la legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad, la irretroactividad, la seguridad jurídica, la responsabilidad (8). 2. 5. La seguridad y la retroactividad de las normas jurídicas. 2.5.1. La irretroactividad de las normas , entendida como su vigencia en relación a hechos ocurridos en el pasado, colide también con la seguridad jurídica. Si la seguridad jurídica es la certeza, la previsibilidad, la sanción -dentro del ordenamiento jurídico- de normas que van a regir situaciones ocurridas en el pasado, plantea como uno de los temas más trascendentes a armonizar con la certeza, esa vigencia hacia el pasado de las normas jurídicas El principio de seguridad tutela la confianza, en cuanto a que deben prevalecer las consecuencias jurídicas producidas en el momento de verificarse los hechos. Esto ha sido ampliamente destacado tanto en el derecho público como en el privado, y ha generado toda la teoría de la responsabilidad del Estado, por la actuación de sus poderes .En este aspecto, cabe recordar que la seguridad asume su mayor intensidad posible en la rama del derecho tributario, porque el sujeto activo de la potestad tributaria y de la relación tributaria es el Estado, por lo cual su actividad debe ser extremadamente controlada, ya que, frente a el, tiene al ciudadano, que goza de derechos fundamentales como el de propiedad, igualdad, etc. Consideramos que la seguridad es también fundamental en toda la actividad del sistema financiero, ya que los actores , pueden, en ciertas hipótesis, ver lesionados sus derechos individuales, y , esta es la circunstancia que avala los marcos regulatorios. Generalmente, la regularidad de las normas se plantea en el marco de los principios constitucionales, y , existen algunos, como el principio de la irretroactividad de las leyes, que no está recogido a nivel constitucional y es necesario, entonces, determinar si por aplicación de otros principios constitucionales, es posible descalificar las normas retroactivas. Esto supondrá analizar su esencia a efectos de determinar si dichas normas afectan la seguridad, la legalidad, la igualdad o algún otro principio de nivel constitucional. El Tribunal Constitucional alemán deriva de los principios constitucionales de certeza del derecho, de protección, de la confianza y del principio del Estado de derecho, la prohibición de la eficacia retroactiva de las leyes tributarias. Para este Tribunal, del principio de seguridad jurídica, como subprincipio del Estado de derecho, se extrae una prohibición de retroactividad relativa a las leyes que imponen gravámenes. Todas las normas que operan en contra de la protección de la confianza en el ordenamiento jurídico -sea en materia tributaria u otra- son ilegítimas, los contribuyentes, nosotros diríamos los ciudadanos en general, deben tener las condiciones necesarias para que planifiquen sus comportamientos durante un largo tiempo (9). La doctrina alemana considera que cuando el Poder Legislativo dicta normas con carácter retroactivo, se alteran las condiciones esenciales del Estado de Derecho pues los habitantes del país no pueden confiar ya en el ordenamiento jurídico y quedan sometidos, no solo al vigente sino a las “futuras e imprevisibles decisiones políticas e intervenciones gubernativas a las que se les podría otorgar efecto retroactivo y, de esa manera. afectar las situaciones jurídicas vigentes. Cuando ello ocurre, de acuerdo a esta doctrina, se quiebra la necesaria e imprescindible confianza de los gobernantes en el Estado. La Corte Constituzionale italiana (num. 143 de 1982) considera que la certeza del derecho conduce a que la prohibición de retroactividad ejerza el papel de un criterio orientador, en que el legislador debiera inspirarse en forma constante, pero que no tiene consagración constitucional puesto que la Constitución italiana solo prohibe la retroactividad en materia penal. "Entre los elementos fundamentales que configuran el Estado de Derecho hay que incluir la seguridad jurídica. El ciudadano ha de poder prever las posibles intervenciones del Estado con respecto a su persona para poderse preparar convenientemente de acuerdo con ello; ha de poder confiar en que su comportamiento, acorde con el derecho vigente, seguirá siendo reconocido por el ordenamiento jurídico con todos los efectos jurídicos que anteriormente se encontraban vinculados al mismo. El ciudadano verá lesionada, sin embargo, su confianza cuando el legislador vincule a hechos anteriormente consumados unas consecuencias jurídicas que resulten mas desfavorables que aquellas con las que el ciudadano podía contar al tomas sus decisiones. Para el ciudadano, seguridad jurídica significa, primaria y fundamentalmente, protección de su confianza. Por consiguiente, el Tribunal Constitucional ha estimado la posibilidad de que un empeoramiento de carácter retroactivo de las posiciones jurídicas del ciudadano suponga una violación del principio de seguridad jurídica". 2.5.2. La irretroactividad en el ordenamiento uruguayo. Real (10) y otro sector de la doctrina señalan que del contexto y espíritu de las normas constitucionales es posible inferir soluciones más protectoras de la seguridad jurídica de los derechos subjetivos”Si se admite la existencia de ciertas normas retroactivas en beneficio de la colectividad, el Estado será responsable por el daño que se causa directamente por la norma retroactiva. La Suprema Corte de Justicia, en sentencia de 9/12/68 declaró la inconstitucionalidad de una norma con fuerza de ley que aumentaba la prestación por utilización del subsuelo municipal mediante cañerías, en virtud de su carácter retroactivo. Para la Suprema Corte de Justicia, la retroactividad colide con los principios fundamentales que derivan de los derechos, deberes y garantías consagradas en los arts. 32 y 72 de la Carta. La inconstitucionalidad resulta de considerar que el carácter retroactivo vulnera "principios que son superiores y siempre, claro está que la lesión sea evidente y que aquella no aparezca dictada e impuesta por razones de interés general". La trascendencia y vigencia del principio de seguridad se aprecia en la jurisprudencia en la cual se señala que la irretroactividad de la norma no es un principio constitucional ,pero se puede llegar a considerar inconstitucional una disposición con efectos retroactivos ,si viola los principios de certeza del derecho o de seguridad, de igualdad ante las cargas públicas, o el derecho a la libertad. La sentencia 225/988 de la Suprema Corte, severamente cuestionada por la doctrina, en la cual se juzgaba el art. 2 de la ley 15809 expresó que, no afectaba el derecho de propiedad (art. 32) ni el de igualdad ante la ley (art. 8) . 2.6. La seguridad jurídica y la disyuntiva entre el interés público y el interés de los ciudadanos ,considerándolos aisladamente. Las leyes que afectan derechos de los individuos , se justifican, en algunos casos, en el interés público. La Constitución , en su art. 7, dispone que "Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad, Nadie puede ser privado de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecieren por razones de interés general." Esto plantea el análisis comparado de dos exigencias: la garantía de la certeza del derecho y la confianza del ciudadano en la tutela del interés de la colectividad. Si por motivos de interés público -por ejemplo graves problemas presupuestarios o situaciones de emergencia- se suprimen o restringen normas favorables a los individuos o se modifican los efectos jurídicos de contratos celebrados por éstos, se debilita la protección de la confianza que los beneficiados habían puesto en la supervivencia de la situación jurídica. Esto plantea cual es el interés más digno de tutela, la confianza del ciudadano o el interés público en juego. A vía de ejemplo, el Tribunal Constitucional alemán ha decidido que la confianza digna de ser tutelada a lo largo de la vida de la norma no puede ser reconocida, como regla general, “en casos de esta especie”, y que prevalecen los intereses generales económicos y de política social, así como las exigencias de la economía y de las finanzas públicas sobre los intereses particulares de los contribuyentes. A nuestro juicio, esto traslada el tema a la consideración de si las situaciones económicas a que se alude son reales y surgen debidamente acreditadas, ya que las menciones genéricas a determinados hechos ,sin determinar sus causas en forma estricta, puede llevar a la afectación de los derechos individuales, sin una base cierta. De ahí, que ingresando ya al otro punto de la disertación, consideremos como esencial la existencia de marcos regulatorios muy expresos que regulen los sistemas financieros, al considerar la seguridad o certeza como un principio del Estado de Derecho en protección de sus habitantes. 3. Consagración del principio de Jornadas internacionales. Este principio ha sido frecuentemente consagrado en materias afines a la que motiva este Seminario, como lo es la tributaria. En ambas nos encontramos frente a actores que son, en parte, el Estado o entidades reguladas por éste y por ello, la trascendencia de reivindicar el principio. Las XV Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario realizadas en Lima, Perú, en el año 1993 sobre "El Principio de Seguridad Jurídica en la creación y aplicación del tributo", adoptaron diversas recomendaciones, de las cuales transcribimos las de carácter general: "1)La certeza y la vigencia plena y efectiva de los principios constitucionales son condiciones indispensables para la seguridad jurídica". "2)La seguridad jurídica es requisito esencial para la plena realización de la persona y para el desarrollo de la actividad económica". "3)Un Poder Judicial independiente e imparcial, al que se someta el Estado en una situación de igualdad con las otras partes, es condición indispensable de la seguridad jurídica". "4)La supresión de la regla "solve et repete" y de cualquier otro obstáculo al acceso incondicionado e inmediato de todas las personas a la tutela jurisdiccional, así como la posibilidad de suspensión del acto impugnado, son necesarios para la igualdad de las partes". "5)Los principios de legalidad, jerarquía e irretroactividad resultan indispensables para evitar la incertidumbre en los contribuyentes, sin perjuicio de la retroactividad de las normas sancionadoras más favorables". "8)La seguridad jurídica requiere el mantenimiento estricto del principio de legalidad. En caso de que la Constitución autorice la delegación de facultades legislativas, la ley debe respetar las condiciones establecidas por la Constitución y fijar con precisión los parámetros a los que debe ceñirse el Poder Ejecutivo en el ejercicio de tales facultades". "10)Las exenciones y beneficios tributarios concedidos por plazo determinado o bajo condición, no deben revocarse o reducirse antes del vencimiento de tal plazo o del cumplimiento de la condición, respecto a los contribuyentes que cumplieron con todos los requisitos exigidos por la ley que los otorgó. En caso contrario, el contribuyente debe ser indemnizado por los perjuicios que haya sufrido". En dichas recomendaciones se aprecia muy bien la vinculación del principio de seguridad jurídica con los restantes principios constitucionales, pero, además, las recomendaciones de los expertos que conforman este instituto son claras, en diversos numerales, en su generalidad, aplicables a todo el orden jurídico. 3. Los marcos regulatorios del sistema financiero. 3.1. La evolución en la intermediación financiera. Reseñaba Ricardo Pascale en el año 1998 en una conferencia dictada en CEFU (11) la evolución que se ha dado en la intermediación financiera, desde la modalidad de banca que nació en el Siglo XVI y se mantuvo por mucho tiempo en sus grandes líneas sin mayores transformaciones hasta la fecha , en la cual esa modalidad de intermediación financiera se transformó en obsoleta , en virtud de los avances tecnológicos en la teoría de las finanzas en la computación y telecomunicaciones. Por ello, en los países mas desarrollados surge una nueva intermediación financiera donde prima la idea de una mejor asignación de riesgos y rentabilidades en el mercado. La banca pasa a segundo plano y aparecen los inversores institucionales del tipo de los fondos de inversión, fondos de pensión, las compañías de seguros y demás. Esta nueva intermediación financiera ha desplazado a la vieja y la tendencia mundial ha llevado a que los Bancos se fusionen con instituciones de ese tipo para atender la demanda de productos que le formula el mercado. 3.2. Los nuevos instrumentos financieros. Los mercados respondieron a los inversionistas creando nuevos sistemas financieros con diversos instrumentos como la securitización de activos, modalidad que tiende a proteger a los inversores de la incertidumbre generada las altas tasas de inflación y de interés. Esto modificó el mercado internacional y el local ya que el centro de la actividad financiera se movió desde las formas de inversión más tradicionales como los préstamos de bancos comerciales hacia la prefinanciación de emisores de deuda y capital que cumplen los Bancos de inversión. En el mismo sentido, señala Holtz (12) que en la década de 1980 el 50% de las operaciones de activos de la banca doméstica eran préstamos de bancos comerciales y el 50% correspondía a prefinanciamientos de emisiones de deuda y capital- En 1990 los préstamos de Bancos comerciales disminuyeron mucho su incidencia a expensas del incremento de las transacciones con bonos corporativos y papeles comerciales. Otro momento que aumentó la actividad en el mercado de valores fueron los fondos administrados institucionalmente, fondos de pensión, compañías de seguros, fondos mutuos, cuyos activos se triplicaron entre 1980 y 1990. En algunos países las regulaciones nacionales prohibían a los Bancos financiar emisiones de deuda o capital o no les permitían la negociación de instrumentos financieros nuevos que se adecuara al riesgo. Las entidades financieras que tenían una regulación más permisiva en los mercados internacionales que en los domésticos, ampliaron sus actividades internacionales. A esto contribuyen la securitización, los fondos institucionales y los nuevos instrumentos financieros que se comercializaban en los mercados globales. El mercado bancario mundial creció y se produjo la conexión financiera internacional, la globalización creciente de los mercados financieros. 3.3. La globalización de los mercados financieros. Este fenómeno, consecuencia de la globalización económica, se traduce en la posibilidad de realizar negocios, en forma instantánea en todos los lugares del mundo, así como en la circunstancia de que los consumidores pueden acceder a toda la gama de productos bancarios, de seguros y del mercado de valores. Se registra una creciente integración integración de los mercados financieros, un aumento de las adquisiciones de valores por no residentes en diversas plazas nacionales, y compras de valores extranjeros por inversores individuales. En estos fenómenos incide, de manera importante, el progreso en la tecnología informática y en las comunicaciones, apreciándose también la apertura de los mercados domésticos financieros a las entidades financieras extranjeras. Pero ello también ocasiona riesgos, como la profundización de la competencia entre los gobiernos nacionales y los impactos negativos de lo que sucede en otros países. También incide sobre la modalidad de supervisión, que debe adoptar en lo posible reglas internacionales como las establecidas en el Comité de Basilea de regulación bancaria. A partir del trabajo del Comité se crean Comités regionales que adoptan decisiones que no son obligatorias, sino que constituyen un compromiso de manejarse de acuerdo con los principios de Basilea. Si esto no ocurre las consecuencias se apreciarán en los flujos de inversión. Los acuerdos internacionales se ocupan también de los servicios financieros. En el ámbito de la Organización Mundial de Comercio se suscribe un Acuerdo General de Comercio y Servicios el 12 de diciembre de 1997 que incluye dos categorías de servicios financieros, de seguros y conexos, y bancarios y otros servicios financieros. Los países miembros de la O.M.C. de mayores ingresos liberalizaron el sector bancario, en tanto los de menor desarrollo, lo hicieron en menor medida. Los países de América Latina han comprometido liberalización parciales tanto en el sector de seguros como en el bancario. En el Mercosur, 15 de diciembre de 1997, se suscribió el Protocolo de Montevideo, relativo a la integración de los servicios, entre los cuales se encuentran los financieros (Dec. 13/97, Decisión 9/98, Anexos sectoriales, Anexo de Servicios Financieros, y las Listas de Compromisos Específicos Iniciales de los Estados Parte. Existe una Comisión del Sistema Financiero, encargada del estudio de la liberalización de la circulación de servicios financieros. 3.4. Los marcos regulatorios. ¿Regulación o desregulación? La actividad de intermediación financiera, en todas sus formas, se encuentra regulada por el ordenamiento jurídico. Como señala López Murphy (13), que el desarrollo de los mercados de capitales presupone como toda economía descentralizada, ciertos valores muy básicos. Entre ellos, la libertad de contratación, el derecho de propiedad y la seguridad jurídica, entendida respecto de la libertad de contratación y el derecho a la propiedad, como la posibilidad de que haya una institución estatal que obligue a cumplir los contratos, es decir, el mecanismo normal por el cual las sociedades complejas y diversificadas organizan su interacción.”El desarrollo de los mercados de capitales requiere ciertas estructuras jurídicas, que sin ellas es imposible adquirir la profundidad y la densidad necesarias. La mayor o menor intensidad de esta regulación dependerá de diversos factores. Uno de los aspectos a contemplar es la protección a los inversionistas, sobre todo a los pequeños depositantes, que generalmente carecen de una información adecuada y no tienen los medios ni los incentivos para supervisar el comportamiento arriesgado de los propietarios y administradores del banco. Los intereses de los pequeños depositantes estarían representados por el sector público, que establece los marcos regulatorios y preve y actúa la supervisión Otra circunstancia que incide en la necesidad de regulación y supervisión resulta del acceso que tienen las instituciones financieras a una red de seguridad pública en forma de garantía de depósitos o de un banco central que actúa como prestamista de último recurso. Esas redes de seguridad tienen como objetivo impedir que la quiebra de uno o varios bancos de lugar a una pánico generalizado y ocasione una crisis sistémica. Pero también el acceso a la red de seguridad permite a los propietarios de los bancos transferir parte del riesgo de la cartera de activos del banco a los contribuyentes, sin ninguna compensación para estos últimos, lo que incentiva a los bancos a adoptar riesgos adicionales ("riesgo mora"). Por ello, estas entidades deben ser regulados y supervisados para evitar abusos de la red de seguridad, lo que se hace extensivo a las instituciones financieras no bancarias, porque aun en ausencia de una red explícita , los ciudadanos confían en que las autoridades gubernamentales evalúen el grado de riesgo de dichas instituciones. En esta posición, Liliana Rojas Suárez (14), considera que la necesidad de regular y supervisar las instituciones financieras es actualmente universal, difiriendo las técnicas a utilizar. En los países industrializados, se transfiere parte de la responsabilidad de regulación a los sistemas de control interno de las instituciones financieras, y en los mercados emergentes, se trata de reforzar los métodos y procedimientos utilizados por las autoridades encargadas de la regulación y de la supervisión. En estos últimos, se registran, además, deficiencias en el. sistema jurídico, así como la supervisión puede carecer de personal calificado. De ahí la pregunta que, en el año l988 se formulaba esta autora, acerca de si las autoridades de América Latina deben adoptar la misma estructura que se utiliza ahora en los países industriales, o deben diseñar estructuras alternativas que resulten más adecuadas a las características de su economía.(15) En el libro del BID del año 1998 se señalaba que existe consenso en que la regulación , a largo plazo, debe converger hacia un modelo universal, pero el problema era como se operaba en el período de transición, durante el cual, el diverso nivel de desarrollo de los países torna inviable la aplicación de aquella normativa. 3.5. La tendencia a la desregulación. Consideramos que el término desregulación, tal vez deba ser sustituido por el de liberalización de los mercados financieros, ya que lo que apunta es a la integración, caída de barreras, globalización, todo ello no puede obviar la regulación. En este sentido, nos parece esclarecedor, la disposición del artículo 3 del Anexo de Servicios Financieros del Protocolo de Montevideo, que dispone que la liberalización de los servicios que los países acordaron efectivizar, no impedirá que dichos Estados puedan adoptar o mantener razonables por motivos prudenciales para proteger a los inversores, depositantes, tenedores de pólizas o personas con las que un proveedor de servicios financieros haya contraído una obligación fiduciaria, ni para garantizar la solvencia y liquidez del sistema financiero. Tales medidas, en lo que puedan oponerse al Protocolo, no serán utilizadas como medio para eludir los compromisos asumidos en él por los Estados Parte. El Anexo establece que las medidas prudenciales de un Estado podrán ser reconocidas por otro Estado Parte, cuando aplique sus propias medidas, sea unilateralmente, mediante armonización u otra forma o basándose en un acuerdo o convenio con el Primer Estado Parte. En los movimientos desregulatorios influyen: 1)La tendencia de los gobiernos de la mayoría de los países industrializados en el sentido de la desregulación. Consideraban vital la liberalización de los mercados internos para eliminar las rigideces estructurales y así mejorar la ubicación de recursos y generar nuevas oportunidades para inversores y ahorristas. 2)La inestabilidad macro económica por los shocks externos de los controles regulatorios como forma de atraer a los inversores extranjeros para financiar los déficits. 3)El deseo de evitar agudos movimientos entre los sectores del sistema financiero y la amenaza de perder una porción significativa de mercado de la actividad financiera. En aplicación de esta tendencia se produce la apertura de los mercados domésticos financieros a entidades financieras extranjeras, la reducción o exoneración de impuestos a los pagos de intereses a no residentes, la eliminación de control de cambios y topes a las tasas de interés. La tendencia es hacia la multibanca financiera, a la existencia de bancos que pueden actuar en la intermediación financiera y en las operaciones de valores, así como en las operaciones de suscripción y garantía de emisiones de valores. Para negociar valores o para operar fondos mutuos y fondos de inversión el principio es el inverso: la mayoría de legislaciones exigen que se haga a través de una filial. La actividad de seguros en general, no se habilita a los Bancos, que también tienen prohibida las inversiones en el sector real , por lo menos, las legislaciones latinoamericanas . 3.6. Regulación de las entidades en crisis. Los marcos regulatorios consagran diversos mecanismos: 1)Que la superación de la crisis sólo se puede efectuar con el aporte del sector privado. Caso en el cual, si la entidad no es viable, no hay fondos del Banco Central, y tampoco fondos fiscales, debe liquidarse. 2)Otra hipótesis es que existe un seguro de depósitos que puede hacer algunas operaciones de rehabilitación, pero son fondos de las propias entidades bancarias. Algunos países tienen seguro de depósitos que en algún momento reciben apoyo de fondos fiscales o fondos del Banco Central. 3)Finalmente, puede existir garantía estatal del sistema bancario, generalmente no explícita, pero si implícita, siendo estas las soluciones más inconvenientes en términos de costos fiscales o peor si son fondos de Banca Central. Gran parte de la doctrina considera que lo más conveniente es que, si no hay crisis sistémica, las entidades sólo sean rehabilitadas cuando el mercado aun les otorgue algún valor, vale decir, si existen terceros que desean adquirirlo. Si existe una crisis de ese tipo, deben intentarse otros mecanismos, para mantener el sistema financiero y que este no desaparezca, por el daño que le puede ocasionar a la economía. Pero en esos casos, deberían respetarse ciertos principios:1)Debería efectuarse con fondos fiscales y nunca fondos del Banco Central. 2) Debería excluirse cualquier beneficio a los dueños de la entidad. 3)Debe tener el menor costo posible. En Uruguay (16) como señala Olivera García, el marco jurídico preveía herramientas , y mecanismos a los que podía acudir el Banco Central para evitar esos fenómenos. La Ley de Intermediación Financiera, constituye un marco regulatorio, que en su art. 42 dispone que el Estado no es responsable por cualquier incumplimiento en que puedan incurrir las instituciones financieras no estatales. Pero la práctica demostró que operó el "seguro implícito", y el Banco Central, recurrió a diversos mecanismos: en algunos casos gestionó la venta de entidades financieras en dificultades, otras veces capitalizó la asistencia financiera pasando a gestionarla , fusionó entidades en dificultades, y, finalmente , en la mayor crisis del país recurrió a medidas extremas. Como señala Olivera Garcia “todos estos modelos se han realizado sin un marco normativo de referencia”, son soluciones puntuales movidas por decisiones políticas, para solucionar crisis. Compartimos el criterio de Olivera, en el sentido de que esta política de Estado, con una norma legal muy clara en contra, y sin garantía de depósitos, se tradujo en una percepción generalizada de los depositantes de que estaban seguros en cualquier institución así como generó la creencia de la absoluta estabilidad de los puestos de trabajo. Este “seguro implícito”, que se dio en nuestro país es también una de las causas del incremento de las regulaciones del sistema financiero, Si existe seguro implícito, el Estado debe poder imponer los máximos requisitos a las entidades, si aquel no existe, se podría reducir la importancia de la supervisión bancaria que estaría limitada a establecer ciertos standares, a publicar, que, de no cumplirse, determinarían la liquidación del Banco. Por ello, en ese sentido Licandro (17) considera que si no existe seguro implícito se podría flexibilizar el funcionamiento de las entidades. Lo expuesto, demuestra que los marcos regulatorios deben ser lo mas explícitos posibles en la prevención de las medidas a adoptar en casos de crisis. 4.8. El fallo de la Suprema Corte argentina 26/10/2004. El análisis de esta sentencia nos parece de gran interés por la vinculación que tiene con el principio de seguridad jurídica y otros principios fundamentales. El fallo no hizo lugar al amparo solicitado por varias personas contra el Banco Nacional, el Banco Central de la República Argentina ,el Banco de Entre Ríos S.A., y el BBVA Banco Francés S.A., entidades que pesificaron los depósitos de acuerdo a la normativa vigente. Se revocó los fallos anteriores, que habían declarado la inconstitucionalidad de dicha normativa. En la acción instaurada contra estas entidades, la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná, confirmó el fallo de primera instancia que declaró la inconstitucionalidad de las leyes 25.557 y 25.561, de los decretos 1570/01,71/02,141/02,214/02 (arts. 1, 2, 4, 9, y 10) y 320/02(art. 3), de las resoluciones 6,9,18,23 y 46 del 2002 del Ministerio de Economía de la Nación, de las comunicaciones A 3446,3467,y3468 del Banco Central de la República Argentina y de toda otra norma que impida, limite o restrinja de cualquier manera a los actores la posibilidad de disponer inmediatamente de sus depósitos a plazo fijo, y en cuentas a la vista, por un importe total de …….. Este fallo, ordenó que la entidad financiera interviniente devolviera los depósitos en el signo monetario efectuado, en el plazo de diez días. Contra este fallo, presentaron recurso ante la Suprema Corte el Banco Nacional, el Banco Entre Ríos S. A., y el BBVA Banco Francés S.A. Los argumentos fueron, fundamentalmente, los siguientes: el Banco Nacional y el BBVA Banco Francés S. A. señalaron que el fallo afectaba el interés público por constituir una injerencia indebida del Poder Judicial en esferas propias del Ejecutivo. Se consideró que se habían resuelto cuestiones de discrecionalidad técnica no justiciables y modificado las circunstancias fácticas, así como se había efectuado una errónea interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos. Dichos fallos, habían prescindido de ponderar que el Estado no puede asegurar a sus habitantes una inmutabilidad patrimonial, cuando acontecimientos extraordinarios modifican los presupuestos en los cuales se apoya el ordenamiento jurídico. La declaración de inconstitucionalidad de todas las normas que restringen la libre disponibilidad de los depósitos, omite considerar el grave estado de emergencia en el cual se dictaron. La sentencia carece de motivación suficiente, resulta abstracta la declaración de inconstitucionalidad del decreto 1570/01 y de las normas dictadas consecuentemente, en tanto establecen la indisponibilidad temporaria de las sumas depositadas en caja de ahorro, cuentas corrientes y depósitos a plazo fijo, toda vez que con posterioridad se dictaron sucesivas normas que atemperaron la indisponibilidad de los fondos de los depositantes. El Banco de Entre Ríos S. A,. amen de otras consideraciones, alegó que la sentencia afectaba al principio de igualdad, consagrado en el art. 16 de la Constitución Nacional pues, en el estado de emergencia que atravesaba el país, se debía con mayor razón armonizar los intereses de todos y no conferir prerrogativas a unos ahorristas en desmedro de otros. La Corte consideró que en la inteligencia de las normas invocadas, no se encontraba limitada por las posiciones del0" a quo" ni de las partes, sino que le incumbía realizar una declaratoria sobre el punto disputado, y , en cuanto a las causales de arbitrariedad invocadas, estimó que se vinculaban de modo inescindible con los temas federales en discusión. Consideró en su fallo, que en el transcurso del proceso, se habían dictado más normas sobre la materia discutida, que debían ser tomadas en cuenta para su solución. En relación a las normas impugnadas establece que no todas tienen relación directa e inmediata con las cuestiones en debate, “circunstancia que revela un exceso en el modo de adoptar la más grave de las decisiones posibles por parte de un órgano jurisdiccional, la declaración de invalidez constitucional de una norma, que por ser "ultima ratio" del orden jurídico , debe tomarse con extremo cuidado y sólo después de un análisis profundo de la situación” El fallo considera que “las medidas adoptadas por el Estado, a través de sus Poderes Ejecutivo y Legislativo para conjurar la crisis bajo examen, está dentro de las que se reconocen como válidas en el marco de la emergencia. Como se dijo, no escapa al conocimiento de cualquiera de los miembros de la comunidad nacional la grave situación económica, financiera, institucional, y social que se produjo a fines de 2001. El plexo normativo integrado por leyes, decretos, resoluciones ministeriales y circulares del B.C.R.A. fue dictado en el espacio de pocos meses, con muchas normas de vigencia efímera, al punto que como se vio no subsiste, Este conjunto normativo tuvo como objetivo poner fin a la grave situación de orden económico que estaba afectando al sistema financiero argentino” La Corte efectúa un raconto de todos los eventos producidos en ese lapso y todas las normas dictadas, leyes, decretos y resoluciones. En lo esencial, los argumentos manejados para revocar el fallo que consideraba inconstitucional las medidas , fueron los siguientes: Primero: la doctrina de la emergencia, según la cual las medidas adoptadas por el Estado, a través de los Poderes Ejecutivo y Legislativo para conjurar la crisis , se ubicaban dentro de las que se reconocen como válidas en el marco de la doctrina de la emergencia y cumplen el estándar de razonabilidad que se exige en tales situaciones para su validez constitucional. (art. 28 de la Constitución )Consideran ,- los jueces que así lo votaron- que para superar el estado de adversidad que implica una situación de emergencia, todos los sectores deben deponer sus intereses individuales en pos del bienestar general y que, con tal fin, las medidas en estudio no se limitaron a convertir a pesos los depósitos constituidos en moneda extranjera, sino que previeron mecanismos de compensación para morigerar la pérdida de valor que necesariamente trae aparejado el abandono del sistema de convertibilidad, decisión de política económica sobre cuyo acierto, como es bien sabido, no pueden pronunciarse los jueces. Otro argumento esgrimido en este sentido hace referencia a que, en situaciones de emergencia como la que se dio en ese país, la imperiosa necesidad de afrontar sus consecuencias justifica una interpretación más amplia de las facultades atribuidas constitucionalmente al legislador. Con respecto al derecho de propiedad, considera el fallo en mayoría que "las medidas no lo menoscaban, pues suponen una limitación temporal impuesta por la necesidad de atenuar o superar una situación de crisis que, paradójicamente , también está destinada a proteger los derechos presuntamente afectados, que corrían el riesgo de convertirse en ilusorios por un proceso de desarticulación del sistema económico y financiero”. En este mismo sentido, señalan que el fundamento de las leyes de emergencia, es la necesidad de remediar situaciones de gravedad que obligan a intervenir en el orden patrimonial, fijando plazos o concediendo esperas, como formas de hacer posible el cumplimiento de obligaciones, atenuando su gravitación negativa sobre el orden económico e institucional y la sociedad en su conjunto”. Uno de los jueces sostuvo que en estos contratos de depósito bancario, el propósito del acreedor no era el de conseguir moneda extranjera específica, que no pudiera ser sustituida por ningún objeto sino el de lograr la estabilidad de la prestación dineraria, se dudaba de la economía, y se quería asegurar la devolución de la misma suma que se depositaba. Interpretado el depósito en este sentido, la garantía constitucional de la propiedad estaría a salvo porque los bancos que recibieron los depósitos cumplirán su obligación de reintegro en las condiciones impuestas por el Estado, hecho del príncipe que no está en sus facultades evitar, y el Estado sólo responderá del perjuicio ocasionado por las medidas, en caso de demostrarse la real existencia de un perjuicio. También se hace caudal del principio de igualdad ante la ley de las cargas públicas, señalando que este no se ha lesionado, en tanto las medidas aquí cuestionadas “no trasuntan persecución, hostigamiento o indebida discriminación en perjuicio de los actores. Por el contrario, constituyen una razonable limitación de sus derechos en las condiciones excepcionales ya descriptas”. Se considera que la crisis alcanzó a todos los sectores de la sociedad, por lo cual acoger la pretensión de los reclamantes sería consagrar una categoría privilegiada de ciudadanos. La crisis fue soportada por todos, y, por tanto, acceder a la pretensión sería violar el principio de igualdad. Otro argumento importante manejado por la Corte es que los controles de legalidad administrativa y de constitucionalidad que competen a los jueces, no los facultan a sustituir a la Administración en la determinación de las políticas o en la apreciación de los criterios de oportunidad, menos aun cuando se trata de una crisis sistémica, cuyo examen presupone un análisis integral para superar la situación bancaria general.Y también hacen referencia a la imprudencia de no considerar las consecuencias de un fallo de la Corte en estas circunstancias. Se introduce la consideración de un nuevo principio,el de justicia, señalando que la justicia conmutativa que debe presidir las relaciones contractuales no puede entrar en conflicto con el interes general o el bien comun .También se maneja el principio de justicia en relación a la suspensión de los pagos externos y el cumplimiento íntegro de obligaciones en dólares en caso de pagos internos. “Es razonable que la insuficiencia económica sea soportada conjuntamente por todos los acreedores: tanto más cuanto que los acreedores locales deberían contribuir en mayor medida a conjurar la crisis que los acreedores externos". El fallo se dictó con la disidencia del D. Carlos S. Fayt ,quien consideró que la normativa impugnada violaba el derecho de propiedad, consagrado en los arts. 14 y 17 de la Constitución ,y fue , ratificado, en forma específica para los depósitos, por la ley 25.466, que dispuso la intangibilidad de estos. Por tanto, el decreto 214/02 sería inconstitucional porque el art. 2 excede la delegación efectuada por la ley 25.561, que solo lo autorizó a fijar el tipo de cambio de las monedas extranjeras pero no a convertir a pesos los depósitos que estaban constituídos en esas divisas Considera la discordia que en principio, el legislador está facultado para dictar todas las leyes y reglamentos que sean necesarios en el Estado, teniendo facultades para poner fin a los estados de emergencia, pero esto debe y puede hacerse sin violar las garantías que protegen los derechos patrimoniales. Considera que la legislación impugnada operó una transformación en la sustancia del derecho afectado que “la torna inválida frente a la Constitución Nacional” La quita que resulta de la conversión en pesos es confiscatoria, y “la intervención del legislador al ratificar las decisiones del Poder Administrador en lo que en este caso es materia de debate, no resiste la tacha de inconstitucionalidad, en tanto la sustancia de los derechos en juego se ha visto afectada en un grado tal que este Tribunal no puede consentir”. El derecho de “emergencia” no nace fuera de la Constitución , sino dentro de ella.”Se plantea el problema de cómo debería ejecutarse esta sentencia que declararía la inconstitucionalidad, haciendo referencia a la cantidad de causas que existían ante los tribunales y la crisis que existía en el país”.Por ello, la ejecución de las decisiones judiciales en estas circunstancias debe realizarse cuidando que a la par de restablecer la vigencia de los derechos conculcados , no se convierta paradojalmente en un medio que en la realidad los frustre”. Se hace referencia a las soluciones del derecho comparado en cuanto a las potestades de los jueces en materia de inconstitucionalidad en materia tributaria , dada la similitud de las situaciones. Se concluye que los jueces de grado deben hacer uso de todas las facultades que las leyes procesales les acuerdan para acercar las posturas de las partes y buscar fórmulas de ejecución respetuosa de cada caso ,estableciendo que se debe ordenar a los bancos que reintegren los depósitos en su moneda de origen, acreditándose mensualmente un porcentaje en la cuenta de los actores, dentro de diversas opciones que establece y que se refieren al pago en cuotas mensuales de determinados porcentajes de la suma depositada." La jurisprudencia posterior al fallo, de juzgados inferiores a la Corte, no se ha hecho eco del mismo, y se siguen decretando, los amparos solicitados ante diversas sedes. Entre ellos , se puede citar el fallo de la Cámara Civil de Villa María que declaró no aplicable el precedente del máximo tribunal y ordenó el pago en dólares de la deuda más un interés del 12 % anual.(Diario La Nación de 15/11/04)Se trataba de un pleito entre particulares originado en una deuda en dólares garantizada con una prenda , y se consideró que el criterio de la Corte no es aplicable al conflicto entre particulares. No se declaró la inconstitucionalidad de la ley 25.561, de emergencia pública y de reforma del régimen cambiario, pero si la de la ley 25.820, de diciembre de 2003 que prorrogó la emergencia hasta el 31 de diciembre de 2004 y extendió la pesificación a las obligaciones no vinculadas con el sistema financiero, entre particulares, cualquiera fuera su origen y aunque hubiera mora del deudor. 5. Conclusiones. El fallo de la Corte argentina, configura un ejemplo de que la seguridad jurídica no consiste solamente en la existencia de un orden jurídico que regule la actividad, de jerarquía legal, sino que requiere también su vigencia en la fase aplicativa de la norma, tanto a nivel administrativo como judicial. En el derecho argentino, existía, además de las garantías constitucionales, una norma expresa que establecía la intangibilidad de los depósitos. Ello no fue óbice para que se dictara una nueva ley facultando al Poder Ejecutivo a reordenar el sistema, y que luego, por vía de decreto, se modificaran elementos básicos , como la moneda en que estaba efectuado el depósito. A nuestro juicio , la sentencia constituye un ejemplo de violación al principio de seguridad jurídica, basado en la situación de emergencia que vivía el país. Esto demuestra, que cualquier marco regulatorio, por muy explícito que sea, puede quedar sin efecto, por la sola referencia a un estado de emergencia, si la seguridad no rige en la fase aplicativa de la norma. Si bien se reconoce que, en casos de que exista una crisis sistémica, no puede permitirse que todo el sistema financiero se derrumbe, porque ello lesionaría la economía, somos partidarios de que los marcos regulatorios prevean que sucede en esos casos de crisis, esta debe preverse, y no crear un sistema que, justamente, no se aplique cuando ocurran estos hechos. Sobre todo, porque en los países en desarrollo esas crisis no se originan muchas veces, en circunstancias económicas, sino en conductas fraudulentas de algunos de los actores del sistema financiero. En estos casos, el denominado , “ seguro implícito“ puede llevar a que el Estado, por ponerlo en funcionamiento, no pueda asumir, luego, las obligaciones que directamente le corresponden derivadas de otro instrumentos financieros. Por ello también, se debe ser extremadamente cuidadoso en la supervisión, que debe estar muy bien regulada y debe ejercerse sin trabas ni compromisos políticos. Debe destacarse también la necesidad de los marcos regulatorios en los nuevos instrumentos financieros. Si consideramos que el sistema financiero está integrado por la banca, los seguros y los restantes instrumentos, financieros, podemos apreciar que la regulación, en estos últimos, es imprescindible. Dichos instrumentos se han definido en relación a la operación que les sirve de soporte , y por transacción financiera se entiende la que implica una transferencia de recursos financieros,capacidad de pago- a un tercero ,con el objetivo de obtener la recuperación diferida de dichos recursos con la adición de un excedente, ya sea cierto o contingente. También se considera transacción financiera la que tiene por fin establecer en forma anticipada el precio de un activo financiero o no, así como la que asegura anticipadamente un mínimo o máximo de precio de venta o compra de un activo financiero- Existe una gran variedad de estos instrumentos, y muchos surgen de la combinación de dos o más de ellos. Los marcos regulatorios deben ser explicitos, en cuanto a los diversos aspectos de estos y se observa que, cuando no lo son, provocan importantes problemas que derivan en que no se apliquen. Así, en lo que tiene que ver con los aspectos tributarios, donde puede ser relevante determinar el tipo de renta, la fuente de esta, el cómputo en el tiempo, etc. Tratándose de instrumentos nuevos, debe detallarse el tratamiento que se les debe dar del punto de vista impositivo, y solo con la certeza que le otorga el marco regulatorio explícito, se difundirá el uso de los mismos. Así, tenemos como ejemplo en nuestro derecho, la ley 17.202, de 28 de setiembre de 1999, que incorpora normas a la ley 16.774, de 27 de setiembre de 1966 , sobre los fondos de inversión cerrados de crédito y la securitización de activos, y, en su capítulo IV ,incorpora disposiciones tributarias. La ley 17.703 de 27 de octubre de 2003, que regula el fideicomiso, en su capitulo VI contiene también el régimen tributario a que queda sometido. Estos constituyen ejemplos en los cuales son los usuarios del instrumento los que requieren la certeza de cuales serán sus obligaciones tributarias, lo que incrementa el marco regulatorio. Concluyendo, la situación actual de los países en desarrollo y las crisis que han atravesado, torna imperativo potenciar el principio de seguridad jurídica en los marcos regulatorios del sistema financiero. LLAMADAS. 1)Legaz Lacambra, "Filosofía del Derecho", Barcelona, Edición 1961, pg. 583. 2)Conforme Sainz de Bujanda, "Hacienda y Derecho", pg. 290 y ss. 3)Eusebio González y Pérez de Ayala, "Curso de Derecho Tributario", pg. 4)Adam Smith, "La riqueza de las Naciones". 5)Conforme Fritz Neumark, "Principios de la Imposición", I.E.F. Madrid, 1974. 6)Conforme Newumark, Obra cit. 7)Casinelli Muñoz, "Derecho Constitucional". 8)Risso, Ferrand, "Derecho Constitucional", Tomo III, Montevideo, 1998, pg. 40 yss. 9)Conforme Casas, José, "Derechos y garantías constitucionales del contribuyente", ADDD Hoc Buenos Aires, Agosto 2002. 10)Real, Alberto Ramón, "Los principios generales del Derecho en la Constitución uruguaya", pg. 242 y ss. 11)Pascale, Ricardo, Cuadernos de Estudios Financieros Nº 1, pg. 31. 12)Holz Eva, "Internacionalización y acuerdos de liberalización en servicios financieros. El caso de los países del Mercosur", FCU 2003. 13)López Murphy, Cuadernos de Estudios financieros, Nº 4, Valores Públicos y Mercados de Capitales. 14)Liliana Rojas Suarez, "Como lograr sistemas financieros sólidos y seguros en América Latina". 15)Liliana Rojas Suárez, Obra cit. 16)Olivera García, Ricardo, "Análisis de las crisis financieras y los acuerdos de integración, en especial el caso del Mercosur", en Cuadernos de Estudios Financieros Nº3 , pg. 45. 17)Licandro, Obra cit.