Se presentan con mayor frecuencia en pacientes que tienen una prolongada exposición dosis mayores a las recomendadas o con insuficiencia renal.
Los síntomas más comunes son tinnitus, vértigo, sordera parcialmente reversible o irreversible, oliguria, azoemia, febrícula, cefalea, y parestesias.
También puede existir bloqueo neuromuscular, y parálisis de músculos respiratorios. Erupción cutánea, cefalea, eosinofilia, anemia e hipotensión.