PROGRAMAS FORRAJEROS La base alimenticia de un rebaño lechero NECESIDAD DE PLANIFICAR CUIDADOSAMENTE LA ROTACION DE CULTIVOS FORRAJEROS A TRAVES DEL Al\JO. CADA LOCALIDAD O PREDIO ES UN CASO PARTICULAR. Claudio Wernli K. Ingeniero Agrónomo Ph.D. Alfonso Chacón S. Ingeniero Agrónomo !PA La Platina NO 24, 1984 25 Los forrajes constituyen el alimento más econ9mico con que cuenta el ganadero. En consecuencia, se debe siempre tratar de que éstos sean incluidos en la mayor proporción posible en las raciones de vacas, vaquillas y, terneras. Además, es básico que los forrajes sean producidos por el mismo agricultor, lo que conduce a transformar pastos en leche y equivale a producir alimentos para el hombre en la forma más económica y eficiente. Esto se logra con "Programas Forrajeros" bien estu- diados. Un programa forrajero es, simplemente, un plan de rotación de cultivos estudiado y puesto en marcha para suplir las necesidades de forrajes de los animales durante todo el año. Estos programas deben ser bien analizados antes de llevarlos a cabo, lo que obliga al productor a tomar en consideración la mayoría de los factores que afectan directamente la cantidad, calidad y costos de los forrajes que el predio puede producir. Factores a considerar en la planificación de un programa forrajero En la formulación de un programa forraje~o, es ne.cesario tomar en cuenta los siguientes factores: 1. Cultivos que formarán parte de la rotación, de acuerdo a las características del suelo y clima del predio. 2. Distribución racional de maquinarias e implementos a través del año, para evitar demanda excesiva de éstos en algunos meses. 3. Rendimiento de materia seca por hectárea de cada cultivo a través del año, y la suma total de ellos, lo que equivale al aporte total de materia seca de cada programa. 4. Costo total anual del programa forrajero, y costo por kilogramo de materia seca producido. 5. Requerimientos totales anuales de materia seca, energía y proteína del rebaño lechero y en las dis- tintas épocas del año. 6. Balance entre los requerimientos anuales y mensuales de energía y proteína del rebaño, y la cantidad · de estos mismos nutrientes que aporta el programa forrajero a través del año. 7. Suplementación necesaria de otros alimentos (concentrados, subproductos, etc.) según lo que indique el resultado del balance entre requerimientos alimenticios y aporte del programa forrajero {punto 6), a través de las distintas épocas del año. 8. Costo de los alimentos suplementarios requeridos de acuerdo a las necesidades anuales de proteína y energía a suplir en el punto 7. 9. Costo total del programa de alimentación por hectárea en 26 un año. IPA la Platina Nº 24, 1984 Alfalfa, mafz, avena, recursos forra¡eros de alta productividad y calidad. Programas forrajeros para la zona central Las condiciones de clima, suelo y agua de cada predio conducirán al establecimiento de cultivos forrajeros de primavera-verano (ejemplos: alfalfa o trébol rosado sembrados solos o en mezcla con gramíneas; o una pra~ dera mixta de leguminosas y gramíneas de larga vida como son trébol ladino, lotera, pasto ovillo, festuca, etc.) y cultivos suplementarios para la etapa invernal (ejemplos: avena o trébol alejandrino solos o ambos en mezcla, ma(z de silo, sorgo, nabos, coles forrajeras, zapallos forrajeros u otros). En el Cuadro 1 se indican algunos ejemplos de programas forrajeros que pueden adaptarse a la zona central de riego del país, partiendo de una pradera de alfalfa o trébol rosado o una mezcla de leguminosas y gramíneas de larga vida. Estas praderas serán utilizadas en pastoreo o soiling y, generalmente, una parte de ellas se destinará a la cosecha de excedente de forraje en forma de heno o ensilaje. En los programas basados sobre praderas de alfalfa, al sembrar anualmente una sexta parte del suelo (16 por ciento) con un cultivo para forraje invernal -maíz de silo, o este mismo antecedido de avena sembrada en febrero- la vida útil de la alfalfa se fija en cinco años, ya que al sexto año será arada para sembrar avena y/o maíz. En el caso de decidirse a sembrar anualmente 25 por ciento del área con maíz de silo, la alfalfa será utilizada solamente durante tres años. Considerando que la vida útil del trébol rosado alcanza generalmente a dos años con buena producción, la pro~ porción del suelo que debe romperse anualmente será una tercera parte del sector destinado a la producción de forrajes. Al usarse trébol rosado establecido siempre en asociación con avena, cada año se sembrará la mitad del área forrajera con esta asociación. En los ejemplos citados en el Cuadro 1 sobre la base de pradera mixta, al rotar anualmente con un 10 por cien- to de cultivos suplementarios para invierno, se está asumiendo que la pradera tendrá una vida útil de nueve años. IPA la Platina Nº 24, 1984 27 CUADRO 1. Algunos ejemplos de programas forrajeros aplicables en la 1. Base pradera de alfalfa ALFALFA , Maíz de silo - ALFALFA (16%) zona central de riego de Chile ALFALFA - Maíz de silo - ALFALFA (25%) ALFALFA - [Avena-Maízdesilo] - ALFALFA (16%) 2. Base pradera de trébol rosado TREBOL ROSADO - Avena/Trébol Rosado' - TREBOL ROSADO (50%) TREBOL ROSADO - [Avena - Maíz de silo] - TREBOL ROSADO (33%) TREBOL ROSADO - Maíz de silo TREBOL ROSADO (33%) 3. Base pradera mixta de larga vida PRADERAMIXTA - Maíz -PRADERAMIXTA (10%) Nota: Las cifras entre paréntesis indican la proporción del área del cultivo suplementario establecido anualmente dentro de la rotación. 1 Trébol rosado continúa en producción durante un segundo año. ,-/h ,,/_, 28 PRADERA MIXTA Avena/Maíz - PRADERA MIXTA (10%) PRADERA MIXTA - Avena/Trébol Rosado 1 - PRADERA MIXTA (10%) ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Figura 1. Rendimientos de forraje para 6 programas forrajerosf1 J. 16 15 14 A 12 M A 1 z -~ 11 _J 10 .. - -M 13 ,5 9 ~ ~ ;; ~ H E 8 N - o - 6 A - H E N 5. p A p T s s A o 3 T o A R E o 2 CULTIVO SUPLEMENTARIO E o MAIZ MAIZ 1 ~~~~E~~~0EeDE~ M A V - -H E 25% 16'Yo p A - z - o N - 'H N A p T s E o o A V E N A o T s A E p A f-- H s o z 1 N A o 1 M A E N 4 PARTICIPA ~ A ~ ]¡ 1 z -ENA - o 7 M A V H E N ~ ·l! 1 z - E A _jL p T s A o T E A o o E E AVENA AVENA/ MAIZ ' ROSADO 16% 50% A o o MAIZ AVENA TRESOL ' MAIZ 33% 33% '---------~ BASE ALFALFA BASE TAEBOL ROSADO (1) Rendimientos totales anuales de forraje en cada programa forrajero, descontando las pérdidas de utilización producidas por pastoreo, soiling, henlficación o ensilaje. ensilaje de ma(z. La inclusión de avena en !a rotación no aumentó sustancialmente Jos rendimientos totales por hectárea debido, en gran parte, a que el aporte de Los rendimientos de cada cultivo forrajero y de los programas completos variarán de zona en zona, ya que éstos dependen de !as condiciones de suelo, clima, avena en el plan forrajero se compensa con la menor riego, métodos de manejo y otros factores. De ahí la productividad de las praderas de alfalfa de último año, que son aradas y sembradas con avena a comienzos de febrero. Sin embargo, este programa tiene la ventaja de conveniencia que cada productor conozca la produc~ racio~ A partir de los costos de establecimiento, mantención y utilización de los cultivos que sirven de base a !os programas forrajeros, se determina el costo variable incluir avena verde como alimento fresco en las nes de invierno. Al comparar los tres programas forrajeros basados en trébol rosado, cuya vida útil se ha fijado en dos años, se observa que los menores rendimientos se registraron con el establecimiento asociado de avena y trébol rosado, los que aumentaron en 9 por ciento al incluir avena y maíz en la rotación (Figura 1). El maíz de silo o la combinación de avena seguida de maíz deben integrarse en 33 por ciento en la rotación, dado que la vida útil del trébol rosado es de sólo dos años. IPA La Platina NO 24, 1984 tividad real de los cultivos forrajeros establecidos en los potreros de su predio. por hectárea de cada programa. Dividiendo estos costos por los respectivos rendimientos de forraje útil, se obtiene el costo por kilogramo de materia seca útil. Se observa que los programas forrajeros basados en trébol rosado son más caros que aquellos basados sobre alfalfa (Figura 2), lo que se explica principalmente por la menor vida útil y el rendimiento promedio más bajo del trébol rosado. 29 , Figura 2. Costos por hectárea v costo unitario por kg de materia seca para - 5o seis programas forrajeros (en$ abnl/84J.I 45 4 A V - o N A - 35 3o - 2o - 5 o 5 • A 1 . z A V z E z A l M A 1 -¡;¡M A 1 M A 1 25 E -A - l N A - ' z A M A 1 V ' " .:.!O.. N z - A l T R T R E B E B F F F A l A l A l o o F F F l l A A A - T R E B o l ,, ,. - - - - 3 8.o 8 - 4 - 5 CULílVO _ SUPLl:OMENT ARIO MA!l ¡ MAIZ AVENA AVENA/ TREBOL MA12 ROSADO MAIZ AVENA ' MAIZ 33% BASE TREBOL ROSADO Al analizar los programas cuya base es la alfalfa, se aprecia que el costo por hectárea fluctúa entre $ 28.500 (programa con 16 por ciento de ma(z), hasta$ 34.700 (participación de ma(z en 25 por ciento), siendo el costo de la alfalfa aproximadamente $ 16.000. El costo unitario más alto de la materia scca 1 corresponde al programa que incluye un 25 por ciento de malz ($ 2,65 por kilo de materia seca}. En los programas forrajeros basados en trébol rosado, los costos por hectárea varlan entre $ 27.500 (trébol asociado con avena) y $ 49.600 (33 por ciento del área con avena y ma(z), con una participación de casi $ 17.000 por parte del trébol. En este caso, los costos del kg de materia seca se ven aumentados, !legando a $ 4 1 35 por kilo cuando la avena-ma(z participa en un 33 por ciento. Al aumentar la participación de! maíz de silo, los programas ven incrementados sustancialmente sus costos, por ser este cultivo más caro. Esto es más notorio cuando la pastura base es trébol rosado, ya que el ma(z para silo debe participar en mayor proporción que cuando se usa alfalfa, la que tiene una mayor vida útil. Sin embargo, con la incorporación de maíz en la rotación se consigue aportar más energía en las raciones de invierno. 30 La inclusión de avena redunda en mayores costos por hectárea debido al gasto de establecimiento del cultivo, sin un efecto notorio sobre la productividad del programa forrajero bajo las condiciones de este estudio. Los beneficios de la avena 1 por otra parte 1 consistirán en disponer de un forraje fresco con buen contenido energético en invierno, y que además podría contribuir a mejorar la condición sanitaria del suelo. Multiplicando el costo por hectárea de cada programa forrajero por el número de hectáreas comprendidas por el mismo, se deducirá el costo total de producción de !os forrajes en el año. A esto se sumará el costo total de concentrados de tipo protéico y energético y suplementos minerales y vitam(nicos necesdrios durante el año para cubrir los requerimientos nutricionales del rebaño completo 1 con lo que se habrá determinado el costo total anual en alimentos correspondientes a cada programa forrajero. Ejercicios como estos permitirán hacer una comparación entre diversas alternativas de producción de forrajes. La decislón sobre cual elegir dependerá de varios factores, entre los cuales serán muy importantes los rendimientos de forraje y el costo total anual de cada programa forrajero. 1f, IPA La Platina NO 24, 1984