En legislación sobre sociedad digital, México va "despacito"

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En legislación sobre sociedad digital, México va "despacito"
Entrevista con Sergio Rodríguez C. (abogado)
El abogado Sergio Rodríguez Castillo es coordinador de la práctica de tecnología de la
información en el bufete jurídico Sánchez De Vanny Eseverri S.C, en San Pedro Garza García,
Nuevo León. Ha sido profesor de Derecho Comercial Internacional en el Tecnológico de
Monterrey y es árbitro internacional ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI) en materia de nombres de dominio. En conversación con CIBERSIVO, Rodríguez nos
habló del avance en México en la elaboración de leyes para internet y de los temas candentes en
este ámbito.
“A diferencia de otros países, en México hemos optado por no crear un cuerpo unitario de ley,
sino ir modificando las leyes existentes según los requerimientos. Yo creo que es un enfoque
saludable. Lo contrario sería tan ilógico como crear la ley del teléfono o la ley de la televisión, a
fin de cuentas internet es otro medio de comunicación”, nos explica el especialista en el tema.
En los últimos años se ha trabajado en modificaciones al Código Penal Federal, algunos códigos
de los estados, al Código de Comercio, a la Ley Federal de Derechos de Autor, a la Ley de la
Propiedad Industrial. México también está negociado o ya es parte de tratados internacionales
que tiene que ver con los usos de las nuevas tecnologías", señala Rodríguez. Además, está en
proceso la promulgación de una nueva reforma en materia de e-comercio y firma digital que
aclara la reforma al Código de Comercio que se hizo hace dos años: “Aquella reforma fue muy
significativa, pero únicamente creó la conciencia de que era importante legislar".
"Lo mismo se hizo en materia de delitos informáticos y ahora hay un proyecto de modificación
del Código Penal Federal que habla un poco más de fraudes, pornografía infantil, etc.”. Hace
año y medio México ratificó dos tratados internacionales sobre derechos de autor y derechos
conexos, que buscan ir regulando el tema. Sergio Rodríguez apunta que la tarea de legislar es
difícil por la rapidez con la que se mueve internet, y señala que la tendencia en los países
desarrollados es siempre regular lo menos posible para dejar que el mercado y la sociedad vayan
poniendo
las
reglas.
También existe el riesgo de sobrelegislar, un error que ha sido común en el país: “No debe
perderse de vista que las leyes no solucionan los problemas. Salvo en cuestiones penales,
mientras menos se legisle en materia comercial o de industria habrá mayor flexibilidad y será
más difícil que la ley quede obsoleta”.
Otro error que se debe evitar es copiar legislación de otros países, agrega.
Hay un proyecto pendiente de aprobación que se está tratando con pinzas, sobre todo después
del escándalo por la venta del padrón del Instituto Federal Electoral a la empresa estadunidense
Choice Point: el proyecto de la protección de datos de carácter personal o de carácter privado.
“Este es un tema muy candente por lo que pasó con el padrón del IFE”, explica, "el proyecto ya
está prácticamente listo para su publicación, tomó dos años en discutirse. En México no se tenía
una consciencia clara del valor de la protección de la información. Los medios electrónicos
ahora permiten juntar los datos que están en distintas fuentes de una manera muy fácil y
económica. La información es el dinero del internet. Nunca como ahora había sido tan cierto
que información es poder”.
En este punto, Rodríguez enciende las luces preventivas. “Esto se está empezando a
anatematizar, pareciera que el manejo de información es malo y, al contrario, es muy útil.
Gracias a la información disponible, las empresas, el gobierno, nos pueden prestar servicios más
ajustados a nuestras necesidades”. La cuestión es si los cibernautas sabemos conducirnos en la
red. “En las páginas de internet, en el 90 por ciento de los casos damos nuestros datos
libremente a cambio de un boletín gratuito o del acceso a algo y como no existe esa conciencia
del valor de la información, no vemos que estamos pagando así lo que parece gratuito”. Después
de todo, el spam no sale de la nada. “Las más de las veces, el correo basura que nos llega es
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porque no leemos las políticas de privacidad donde dice ‘tu información será compartida con
otras empresas, etc.’. Ni por error hay que dar nuestra información en una página que no tenga
una política de privacidad”.
Además, se debe incluir en el manual del buen usuario de internet que la política de privacidad
de un sitio no puede ser copiada por otro, porque cada caso es distinto. “El tipo de información
que maneja un banco no es el mismo que el de una tienda de abarrotes”. El debate es intenso:
”¿Qué es información de carácter personal o privado? ¿Hasta qué punto un número telefónico es
público o privado? ¿La información sobre lo que me gusta comprar es pública o privada? Aquí
surge el tema de los e-mails. Las comunicaciones que hago por e-mail desde mi lugar de trabajo
¿son públicas o privadas? ¿Estamos hablando de algo que se parece más a una carta cerrada y
lacrada o de una tarjeta postal?”. En este sentido, los avisos de confidencialidad en los correos
son parte de una cultura sobre el manejo de la información.
En cuando al avance en la legislación, Rodríguez reconoce que “sería pretencioso decir que
vamos avanzados, pero el problema no es legal. Lo importante es ver cómo estamos en materia
de internet, de gobierno electrónico, transacciones en línea. No somos punta de lanza en
ninguno de esos temas y eso se refleja en la legislación que tenemos”. En pocas palabras,
“vamos despacito”.
Sobre la cuestión de si están capacitadas las autoridades mexicanas para hacer cumplir las
nuevas normas, Rodríguez aclara: “El cambio que se ha dado en este último año ha sido
significativo” y apunta que el retraso persiste en niveles locales sobre todo por cuestiones
presupuestales. Un ejemplo de esto es la impartición de justicia por medios electrónicos: En los
ministerios públicos todavía hay máquinas de escribir obsoletas y “cuando quiera presentar una
prueba por un medio digital me van a decir, dame una computadora para leerla o imprímela y
pásamela en papel".
"De qué sirve tener una súper legislación que te permita hablar de documentos electrónicos
presentados a juzgados virtuales si a la hora de la hora no funcionan”.
Pero por otro lado, hace dos años el tema de las firmas electrónicas era casi tabú, así como la
posibilidad de hacerlas válidas en un juzgado. Ahora, en ya se aceptan pruebas en medio
digitales, aunque no contratos electrónicos, explica Rodríguez.Y sobre lo que falta por hacer en
México sobre estos asuntos, Rodríguez señala que “la primera recomendación no es ni siquiera
jurídica, es que la gente se siga familiarizando con las computadoras, a lo mejor es una petición
a Santa Claus tomando en cuenta que mucha gente no sabe leer ni escribir. Pero hay proyectos
en este sentido. Nuestro principal reto es tomar conciencia y empezar a utilizar el internet sin
miedo. ¡Compren en línea, aunque sea un libro! Hay que intentarlo, porque esto es lo que va
dando conciencia".
"Hay que darle el voto de confianza a las empresas aquí en México. Los bancos están haciendo
cosas maravillosas en materia de transacciones en línea, son un excelente ejemplo de empresas
con creatividad en el uso de la tecnología para dar mejores servicios”.
(Libertad Hernández)
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