©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito. DIÁLOGO DE POETAS María Baranda* (los niños/el verbo) 118 Y todo cuanto he sido regresa, como una gracia al verbo y sin embargo de víboras lodosas colgadas en los ganchos, alisadas atmósferas de sal, residuos en los labios de tantas las pobrezas, cinco niños de níquel tallados en mi cráneo, veranos espumosos en el habla y el miedo al cinturón en el tanteo de qué lejanas madres presas que reverberan ofendidas en la cal más tenebrosa, cinco espejos ceñidos en el hielo de la fría desesperanza y los postigos en el álamo, cáliz al vértigo de nuestras lenguas, sustanciales suicidios más hermosos que la luz de una caja vacía, todo coincide y frasea en su propia fragilidad, se desescucha * Todos los poemas pertenecen al libro Medusa & Co. de próxima publicación. ©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito. DIÁLOGO DE POETAS se apercibe como una vida de nada como si alguien gimiera en alcohol algo que no era nuestro y regresara de pronto inculminado y nos pensara no siendo/ no habiendo en su propio tránsito y derrota y sin embargo como una gracia al verbo, ahora. (los bulbos/ la tierra) Crece el dióxido en mí, me ocupa tanta –me sulfura– toma de sí el aire y se compone de/ en ese momento ah/ números, cúmulos, gránulos todo en un cuadro vital donde se absorbe místicamente en la garganta –échale, pónele– jarras y jarras celestes: Padre/Madre: háganme salir al vuelo volado de mi lengua en el inicio y el candor de un cáliz cálido que calla y “todo se va, María, ten calma.” Y luego, niña, elude. Elude, que únicamente el verde así provoca vida parasiempre. –Ah– 119 ©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito. DIÁLOGO DE POETAS 120 y en mí adentro de mí en mi dermis bío-bío el melodrama: pequeñísima gárrula garrapatea mis corvas mis conmigo íntimas y célebres balbuceantes várices mas –¿eh?– son mis mías arduas ruinas y tú asquerosa con tus ocho patas me succionas gárgara (toda) y yo quedo de ti en ti pávida al cielo un punto débil en burbuja envenenada: estalla: arácnida el pie delante si un raspón hace una infancia y las caricias Padre/Madre que no llegan “pero niña”. Toda la noche diciendo, toda la noche cayendo en el viejo límite que marca el mar al alba toda la noche ardiendo. Paz para ellos árboles que aguardan el jardín que nos aplasta donde una lenta garra besa lenta besa dentro de mí en mi sangre como un suave relincho en yerba fresca y yo, quedo pues no sé bajo qué polvo Dios me espera. (los poemas/ los poetas) Nos sufre un verde en vísceras (tan verdadero) altamente filiforme. Nos sufre haber hablado agujereando ligeros estos años. ©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito. DIÁLOGO DE POETAS Nos sufre (ilimitadamente) ver los naranjales prorrumpiendo al sol girando buenamente excavaciones en límpidas terras nostras ejemplíficas (atentamente) en circos, en osarios, y haber lamido los brozales, parcas yerbas condolidas, maldiciendo en veras bocas de glotonas la hermosura del establo y sus plantitas. Nos sufre declinar exiguos (sin palabras) en ásperos frescos años potenciales, un púrpura espumoso y mal agradecido en tinta al paso enfebrecido de un estanque en la cubeta. Nos sufre, boca adentro de los árboles, la reverencia y el emplasto de la pluma y de la sangre, la nueva oferta del mundo que desborda descarado entre tú y tú y el miedo a la infección de la quietud (de suyo modo propio que amortigua) el quid, el plus del nombre establecido, negra nube muda en el espacio. ¿Ves cuánto nos sufre el brillo ilícito que nos salpica? 121