Documentos de Lectura Historia y Crítica II Facultad de Arquitectura y Urbanismo /// UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE MATERIAL DE USO EXCLUSIVO PARA FINES DIDACTICOS. AUTOR: Francisco ORTIZ TITULO La arquitectura Argentina después de 1880. Una Introducción SERIE / EDITORIAL SUMMA HISTORIA TEMA DEL DOCUMENTO: Eclecticismo Historicista Sitio Web: http://arq.unne.edu.ar/catdep/arq/hyc2/index.html Correo Electrónico: hycritica2@hotmail.com Período 5. Ei modelo liberal Esta presentación ha sido limitada deliberadamente a una exposición objetiva referida a los hechos arquitectónicos, reservando para una próxima entrega un enfoque de tipo polémico, para el que nuevamente invitaremos, entre otros, al autor del presente artículo. Coordinación: Marina Waisman La arquitectura argentina después de 1880: una introducción^ Federico F. Ortiz, arq. Muchas veces nos hemos preguntado qué fin útil se legra con el estudio de la _ar-, quitectura argentina del período ~!l850-1910| o sea la que se encaró, fundamentalmente, mediante la actitud ecléctica. Las dudas surgen, naturalmente, porque desde los comienzos del llamado "movimiento moderno" lo que se ha combatido es justamente lo que dio vida a la arquitectura de ese periodo, o sea precisamente la actitud ecléctica. Ya al poner de manifiesto este enfrentamiento estamos, en rigor, dando un primer motivo que justifica e! estudio de ¡a arquitectura ecléctica. Un motivo elemental, pero absolutamente válido: metafóricamente podemos decir que mal se puede combatir una enfermedad si no se la conoce. SÍ logramos enterarnos adecuadamente no solo de qué fue la arquitectura ecléctica, sino más aun por qué fue, habremos dado un gran paso hacia la inoculación que nos mantendrá a salvo (ojalá) de esta perniciosa enfermedad. Algunos de los porqués culturales, intelectuales, filosóficos o como queramos llamarles de la arquitectura ecléctica han sido debatidos o por lo menos expuestos en La arquitectura del liberalismo en la Argentina, de manera que no creemos necesario voivar sobre este asunto aquí. Solo a modo de resumen diremos aquí que la palabra "ecléctico" proviene del griego "ekiektikos" que quiere decir "eiegir" o "escoger". Se llamaban eclécticos a aquellos pensadores que tomaban ciertas partes de distintas escuelas filosóficas para organizarías o integrarlas a otros contextos filosóficos de su propia creación. Esto quiere decir que la actitud ecléctica implica siempre tomar algo prestado de otras cosas ya existentes para aplicarlo a nue-_ vos fines. También a modo de resumen diremos que la arquitectura ecléctica sa originó como, respuesta a las necesidades de la cultura empírico-racionalista de Los siglos XVII y XVIII, que culmina en el lluminismo, adquiriendo su mayor importancia en el mundo algo más tarde, entre 1800 y 1940, es iecir a lo largo del período de la corv solidación, apogeo y declinación de! libe-' ralismo político y económico. Este hecho no es una mera casualidad; la coincidencia reconoce una fe de bautismo común en las contradicciones, insuficiencias e¡ incomprensiones de la cultura occidental1 de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX. J Por lo tanto la herencia cultural del eclecticismo es poderosa y ha dejado una muy profunda (y muy lógica) marca en nosotros. Quienes creen que han dejado de rendir tributo a la actitud ecléctica simplemente porque no hacen edificios clasicistas o iglesias góticas, o techos a la mansarda, se equivocan, porque el eclecticismo es también hijo del terror a la hoja en blanco y quienes andan en la búsqueda de la forma "a priori" o se "inspiran" en "la obra de los maestros" y en otras no tan magistrales, con el solo propósito de calmar sus angustias formales están en el mismo juego, en !a misma actitud, que la gran mayoría de los arquitectos de hace cien años- Eso sí, con mucha menos autenticidad, (j^ En la Argentina, la arquitectura ecléctica va haciendo su aparición a medida que el; país va tomando las formas de la cultura europea, especialmente la que se originó, en las corrientes del pensamiento francés,! alemán e inglés de los siglos XVII a XIX.j Esto va ocurriendo desde la última década! del.siglo XVIII, dado que España, de la cuál formábamos parte sn aquel entonces, también iba aceptando y asimilando esas forj mas culturales. Pero lo más importante de la arquitectural" ecléctica es que fue la arquitectura del nuestra formación como nación, la que co- \e a un p nuestro desarrollo como país. Y hoy, aunque seamos totalmente conscientes de sus colosales insuficiencias, no podemos dejar de reconocer y aceptar esta realidad histórica: una gran parte de nuestro patrimonio arquitectónico, sí no la mayor, data del período 1880-1940. Ignorar este hecho significa tirar por la borda sesenta años de nuestra historia, precisamente los sesenta años en que la Argentina creció a un ritmo inusitado y adquirió una personalidad de nación. Personalidad que no será del gusto de todos, pero personalidad al fin. *--~ Poseedores de un patrimonio arquitectónico de esencial valor, pero numéricamente escaso, correspondiente al período anterior a 1850, nuestra arquitectura de la segunda mitad del siglo XIX y de las primeras décadas del actual tiene una formidable gravitación en el cuadro general de la actividad arquitectónica de nuestro país. ¡^^^^~\1 Las obras de la arquitectura: '4880-1914y El panorama total de lo construido entre 1880 y 1914 es vastísimo. En éi se sitúan las fases iniciales del crecimiento casi vertiginoso de tres de nuestras más grandes ciudades: Buenos Aires, Rosario y - L a Plata. También el desarrollo de Bahía Blanca y Mendoza. Es conveniente, a propósito de este fenó-, meno, tener en cuenta dos cosas importantes, la primera es que como todo pro-i ceso cultural este se produce gradualmen-j te a lo largo de un siglo y medio; la se-1 gunda es que no toda la arquitectura que i se realizó en ese largo período, ni siquie-: ra en el'" más corto de 1880 a 1914, fue ' ecléctica, ya que en él se crearon obras, de forma inédita, muy especialmente en las áreas de la infraestructura de la eco-i nomía: los ferrocarriles, los puertos y sus! instalaciones, algunos servicios públicos; etc. También hicieron su aparición duranj te este período las tendencias artísticas antiacadémicas y por consiguiente antieclécticas que se llamaron "Sezession", "Art Nouveau", "Modernisme", "Metro", "Ju-'.' géndsíil", etcétera. i Es el período de la construcción d e ' l a mayor parte de los edificios públicos del país: municipalidades, casas de gobierno, correos, legislaturas, universidades, escuelas, bibliotecas, bancos oficiales, muchos edificios eclesiásticos, aduanas, palacios de justicia, ministerios, museos, teatros, y casas de conciertos, hospitales, sedes de la policía, cuarteles y otras categorías que escapan a las denominaciones más genéricas. El total de lo que construyó en ese período ei sector público es sencillamente colosal y para un país como e! nuestro, en su primera etapa de desarrollo, casi inconcebible. La euforia progresista que se sintió en torno al Centenario no fue un invento de algunos poetas, escritores o políticos irracionalmente exaltados o absurdamente optimistas, fue la consecuencia de observar objetivamente todo lo que se estaba haciendo. Indudablemente lo que unifica todo el proceso y actúa como común denominador del mismo es la adopción de las formas más características de la cultura europea, principalmente la que se desarrolla en cuatro países: Francia, Inglaterra, Alemania e Italia. Y s¡ a lo que hemos mencionado de la arquitectura oficial, le agregamos el formidable volumen de lo que creaba y ejecutaba el sector 'privado, se comprendera por qué el entusiasmo no tenía límites y se justificaba en la fuerza absolutamente contundente de los hechos. Conviene entonces'' tratar de hacer una cauta enumeración de lo principal, buscando ubicarlo dentro de las grandes líneas conceptuales. te medievalista podemos mencionar ias. catedrales de La Plata, 'Mar del Plata y : San Isidro (provincia de 'Buenos Aires), , también ias iglesias parroquiales norteñas ¡ de La Santa Cruz, de Santa Felicitas, de ' San 'Agustín y de cientos de otras parroquias de todo el país. J 1. La arquitectura ecléctica. Esta tiene varias fases, cuya razón de ser está másbiéri~en"ros usos. Mientras su uso estuvo) principalmente circunscripto a la arquitec-i tura grande, es decir a los edificios públ¡-¡ eos, a las sedes comerciales, a las term¡-¡ nales de ferrocarril, a tas grandes residen-i cias y a los edificios eclesiásticos de i mayor volumen, se mantuvo básicamente! dentro de las formas clásicas, clacisistas o , me d-ie va listas, reflejando así a ia fase eu-, ropea del eclecticismo posterior a la ofen.-', siva romántica de las décadas del 20, del 30 y del 40; que se identificó entre otras cosas, con la reivindicación de la a¡qu¡tectura gótica.' A esta fase pertenecen edificios tan" notables como el del Congreso Nacional, el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, el Palacio Errázuriz (hoy Museo Nacional de Arte Decorativo), la Aduana de Rosario, los edificios de los tribunales de justicia de Rosario y de Córdoba, el Colegio Nacional de ia Universidad de Buenos Aires, los Palacios Ferreira de Córdoba y Alvear de Beccar (provincia de Buenos Aires), por nombrar algunos de la vertiente "clásica" y clasicista. (Esto es, la arquitectura dsl período borbónico eríFrancia, que proporcionó la mayoría de los modelos tipológicos a la arquitectura académica del siglo XIX). También pedemos mencionar residencias como la de Villa Ombúes (Buenos Aires) y la de la estancia San José (cerca de Lujan, provincia de Buenos Aires). No puede • quedar fuera de esta breve enumeración, aunque el edificio está inconcluso, la ex Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en la Avda. Las Heras y, por , supuesto, la Basílica de Nuestra Señora ¡ de Lujan. Para ilustrar muy someramente, la vertien- El uso del recurso estilístico vernaculista 78 Pero más adelante, cuando al eclecticismo" le tocó resolver, casi masivamente, los temas de la vivienda individual no necesariamente urbana sino suburbana y campestre, cosa que ocurre más marcadamente a partir de 1910, echa mano a un catálogo estilístico mucho más amplio que el que posibilitaron los estilos más bien "históricos", es decir los clásicos de la antigüedad grecorromana, los medievales, del Renacimiento y de la arquitectura francesa del periodo borbónico. A este catálogo ampliado del eclecticismo 1 , ingresan todos los estilos vernáculos de las naciones europeas, como ser el Normando de Francia, el Vasco, el Tirolés, el Tudor. el "Jacobean" y el "Georgian" de Inglaterra; y otros muchos de origen alemán, italiano, austríaco, etcétera. y pintoresquista proveniente de -la arquitectura europea y también norteamericana (las arquitecturas de las colonias inglesas de la costa este de Estados Unidos) se prolonga en la Argentina hasta bien entrada la década del 40, y es cierto que subsiste aún hoy cuando para lograr ciertos "climas arquitectónicos" se recurre a las formas (y no a las esencias) de las arquitecturas vernáculas y espontáneas del mediterráneo, volviéndose de este modo a reincidir en la tradición romántica, asociativa y pintoresquista. 2. La arquitectura de ios movimientos antiacadémicos de fin de siglo, llamada a veces genéricamente Modernista. No vamos a referirnos aquí, nuevamente, al origen de los movimientos antiacadémicos surgidos en las últimas décadas del siglo XIX. Sí diramos que en nuestro país, de estos antiacademismos hubo de todo un poco. Las dos corrientes que registraron mayoi; intensidad son la del "Modernismo" ita-j liano y la del "Modernisme" catalán. Rs presenta a la primera ¡as obras de los ar¡ quitectcs Virginio Colombo. Francisco G¡~ notti, Bernardo Milly y Benjamín Pedrotti, en cuyos trabajos se notan las influencias "floréales" y de los célebres italianos Giuseppe Sommaruga y Raimondo D'Aronco. Una aproximación al estilo "Liberty" podría estar dada por el edificio que diseñó Salvador Mírate para el anexo de Gath y Chaves en ia esquina noreste de la Avenida de Mayo y Perú. „ Las influencias del "Modernisme" se per-! ^ ciben con toda claridad en la obra df:.';v- i Francisco Roca (casi toda en Rosario) y algo menos en la del ahora célebre J.J. García Núñez que introduce en muchas de sus obras elementos de la "Sezession". Una aceptable aproximación a las iconografías "Art Nouveau" y "Metro" se hallan en las obras de Alfre*-"—cüe, de Gregorio Salamandekov, de| .¿¿niero E. S. Rodríguez Ortega, de Santiago Benedetto, de los arquitectos Fasiolo y Storti y hasta en alguna obra de Alejandro Christophersen. Quienes quieran tener una visión más amplia de ias corrientes antiacadémicas en nuestro país, pueden recurrir a la ya citada La arquitectura del liberalismo en la Argentina o el excelente ensayo de Mario J. B'uschiazzo en la publicación Art Nouveau de la Academia Nacional de Bellas Artes. . 3. La arquitectura de la "tradición juncionallrr~Esta~"~a"baTca~"a—tocfás "esas otras en Tas-que la ingeniería es de alguna manera la determinante, ya sea de la forma final o que se evidencia como substrato concep• tuaí. En este grupo incluimos lo más importante del período, ya que en él están las vertientes de la arquitectura contemporánea ,y las obras que debiendo responder a fines inéditos dieron origen, en muchos casos, también a formas inéditas. Por lo tanto es obvio que en este capítulo estarán presentes casi todas las obras de "los ferrocarriles, de los puertos, de los depósitos de almacenaje (silos de granos, por ejemplo) de los mercados, de las instalaciones fabriles y de los servicios públicos (obras sanitarias, suministro de aguas, usinas de energía) y de otras categorías corrió ser invernáculos, quioscos metálicos, La ortodoxia formal antes de 1880. Típico frente de vivienda urbana anterior a la influencia de! alto academismo de fines de siglo. En este ejemplo de la ciudad de Corrientes, se nota una fuerte influencia italiana. Estos frentes de bien ponderada composición muestran claramente cómo un sistema expresivo neoclásico se habla llegado a usar como ropaje de las casas características del periodo hispánico, dando a la cuadra de nuestras ciudades un aspecto muy ordenado, casi modular. 2 El Congreso Nacional. Víctor Meano. su autor, ya ha entrado de lleno en la modalidad finisecular de! alto academismo italiano cuyo modelo será el gran monumento a Vittorio Emanuele II en Roma, llamado "Altare della Patria". 3 Avenida de Mayo 776. Jacques Dunant y Charles Faquín, arquitectos, 1896. Encarnando el ideal de la Escuela de Bellas Artes de París. 4 El Palacio Paz. En 1910 José C. Paz solicitó a Louis Sortais, un conocido arquitecto de París, el proyecto de su residencia familiar en Buenos Aires, El resultado fue uno de los edificios más notables de inspiración borbónica realizados fuera de Francia. En 1935 ¡o adquirió el gobierno argentino para sede del Círculo Militar. La ilustración apareció en la revista francesa L'Architecte en 1912. 5 La variante medieval. La catedral de La Plata, Pedro Benoit (hijo} su autor, no la pudo ver terminada pues falleció en 1897. 6 El Urbanismo. La planificación urbano neoclásica tiene uno de sus ejemplos más notables en La Plata, cuyo monumentalísimo queda certificado en esta perspectiva de la plaza Mariano Moreno. Al fondo la Municipalidad. una especie de Rathaus creada por un arquitecto de Hannover: Uberto Stier, nos da una ¡dea cabal de lo versátil del ectecticismo. 7 "Villa Ombúes". Buenos Aires. Carlos Nordmann. arquitecto. Demolida en 1972 8 El Club Español de Rosario, de Francisco Roca 9 Vivienda en calle México 2936, Buenos Aires. Aifred Massüe, arquitecto. 10 Pináculo. En su obra de Suipacha 940. Buenos Aires, Bernardo Milly saca buen partido de la herrería. viviendas realizadas mediante procesos de ; principal, en el caso de La Plata fue muy prefabricación (las viviendas de La Boca y ' .parecida a la del ingeniero francés contratado por Jorge Washington; se trata de el Dock Sur) y ciertas y determinadas obras para fines comerciales, ya sea de la i una cuadrícula cortada en diversas diréc-i clones por diagonales, esquema que per-; administración comercial o de la venta mite la creación de centros focales de in^ (grandes almacenes de textiles, por ejemteres monumental en los que se agrupari plo) cuando en estos lo estilístico no es : los edificios públicos más relevantes. ' lo preponderante. l~^~~~7v^ Se trata pues de un conjunto de gran _envergadura en el cual caben desde las instalaciones de los ingenios azucareros, los obrajes madereros y las bodegas de vinos hasta los viaductos y las cabinas de los señaleros de los ferrocarriles y los depósitos y galpones de las estancias. .Una nueva disciplina, la Arqueología Industrial, se va ocupando de rescatar, ordenar y ubicar históricamente todo este material que una vez en la obsolescencia cae rápidamente bajo la piqueta o si es metálico, se vende como chatarra. ~4. El urbanismo neoclásico, "...se fundó en 1882 por el gobernador Don Dardo Rocha, una población completamente nueva, La Plata, a 57 kilómetros de la Capital Federa!.. Fue esta fundación una de ¡as locuras grandiosas de la República en aquella época de imprevisiones- desorientaciones y atrevidos derroches, originadas por el exceso de fortuna. En pocos años y a fuerza de millones se creó una ciudad entera, amplia y monumental sobre terrenos solitarios, únicamente hollados hasta entonces por yeguas y vacas. Hasta aquel entonces no se había hecho nada parecido con excepción del plano de L'Enfant para Washington (1789). La idea "La traza de la ciudad es soberbia, —dice Latzina— hermosas avenidas anchas, cruzadas por bulevares diagonales, interrumpidos con frecuencia por amplias plazas, dan a este embrión de gran ciudad del porvenir un aire de distinción que no se encuentra muy a menudo en otros núcleos urbanos, antiguos o modernos, de origen español, porque estos se distinguen más bien por lo estrecho, sombrío, torcido y rinconoso, que por las cualidades opuestas". Esta manera monumentalisía y geométrica de enfocar el planeamiento urbano tenía ya en 1880 una larga tradición cuyos antecedentes más destacados son, por cierto, muy anteriores al plano de Washington. Tal es la obra y las teorías de los arquitectos dei 'Renacimiento italiano, todos más o menos inspirados en Vitruvio. Poco después de la urbanización de Roma en época de Sixto V, de Versalies y de las sucesivas remodelaciones de París, el urbanismo había tomado un giro decididamente monumentalista que llegaría, algo modificado, hasta nuestro siglo en el Centro Cívico de Cardiff, en Nueva Delhi y en Camberra (Australia). Más solemnemente se expresaría en la remodelación de Berlín, proyectada por Albert Speer entre 1937 y 1940. La Avenida de Mayo y las diagonales Norte y Sur de Buenos Aires responden a este criterio de ios centros focales, a los que se accede por dramáticas perspectivas de vasta dimensión. Completan el cuadro del urbanismo neoclásico de nuestro país la más compren, sible urbanización de Adrogué (provincia de | Buenos Aires), realizada por José y Nicolás 1 Gánale y la remodelación de Mendoza que ' s e llevó a cabo después del terremoto de Moore y Tudor, Moreno 750, desaparecida. 12 Estación Retiro. La magnífica doble bóveda metálica sobre los andenes, cuya construcción -llevó a cabo la empresa de. Francis Morton de Liverpool. E] proyecto de la estación es de Eustace Lauriston Conder; contratistas generales: Scott & Hume; subcontratistas estructurales: Dormán, Long & Co. Terminada en 1914. 13 Galpones de esquila de la estancia María Behety, cerca de Rio Grande, Tierra del Fuego. De excepcionales dimensiones, estos galpones muestran una arquitectura fundada en les posibilidades de las nuevas técnicas. en este caso fundamentalmente la del montaje en seco. 14 El Mercado Central de Frutos, Avellaneda. Demolido en 1967. Esta vista parcial de io que fue este enorme edificio muestra a las claras el enfoque crudamente funcional que su autor, Fernando Moog, dio a lo que fue —durante muchos años— el depósito de mercaderías más grande del mundo. Foíos: Federico F. Ortiz, arq. 14 80