LAS FORMAS DE VIDA

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LAS FORMAS DE VIDA
Wao significa “ HOMBRE- LIBRE ”. El territorio “wao” está ubicado en la cuenca superior del Amazonas entre
los ríos Napo y Curaray e incluye parte de las provincias. Los Huaorani son un pueblo amerindio que habita
al noroccidente de la Amazonia, al oriente de Ecuador. Los Huaorani se subdividen en los grupos Toñampare,
Quenahueno, Tihueno, Quihuaro, Damuintaro, Zapino, Tigüino, Huamuno, Dayuno, Quehueruno, Garzacocha
(río Yasuní), Quemperi (río Cononaco) Mima, Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri.
Los waorani viven en chozas de forma rectangular, de dos aguas, techo de palmas, muy bajas en su altura,
con paredes de palmas. En su interior cuelgan hamacas y algunos frutos maduros. La estructura principal
está construida con madera de guayacán y de pechiche.
El Huaorani tiene un conocimiento elaborado de la vida de las plantas de la selva circundante. Una de sus
habilidades más elaboradas es la extracción del curare, una neurotoxina potente, para su uso en dardos para
cerbatanas en la caza y en la guerra. Frecuentemente cazan monos. Actualmente algunos Huao trabajan en
un proyecto etnobotánico para documentar, y preservar su conocimiento de la vida de las plantas y de sus
aplicaciones.
Para la cosmovisión Huaorani no hay distinción entre el físico y los mundos espirituales y los espíritus están
presentes a través del mundo. Creen que alguna vez el mundo entero era un bosque ömë. La selva es la
base esencial de su supervivencia física y cultural. Para ellos, el bosque es la casa, mientras que el mundo
exterior es inseguro: El vivir en el bosque ofrece la protección contra la brujería y los ataques de la gente
vecina. Ellos sintetizan esto diciendo: "los ríos y los árboles son nuestra vida”. El bosque teje la tela de la vida
y de los conceptos de cada Huaorani sobre el mundo.
Es notable su detallado conocimiento de la geografía y la ecología. Las plantas, especialmente los árboles,
tienen un interés complejo e importante para el Huaorani. Su almacén de conocimientos botánicos es extenso
e incluye los venenos, alucinógenos y las medicinas. También relacionan las plantas con sus propias
experiencias. La palma del chontaduro Bactris gasipaes es usada para hacer las lanzas y cerbatanas,
además de producir la fruta, y se asocia con los antepasados. La Balsa Ochroma lagopus es usada con
propósitos ceremoniales .
El Huaorani cree que los animales de su bosque tienen espíritu. Esto es la base de una mezcla peculiar de las
prácticas que reconocen y respetan animales, pero no los blinda del daño para el uso humano. La caza
provee una parte importante de la dieta de Huaorani y es de significación cultural. Para contrapesar la ofensa
de la caza, un chamán demuestra respeto a través de la preparación ritual del curare usado en los dardos. La
caza con tales dardos no se considera matar, sino recuperación, cosecha de los árboles. Tradicionalmente,
limitaron a las especies buscadas a los monos, aves, y pecarís. Nunca cazan tampoco venados y tampoco
ninguna serpiente ni el jaguar ni otros depredadores carnívoros como el águila. Se supone que los Huorani
descienden de la unión de un jaguar y un águila y que las serpientes son un presagio muy malo y la matanza
ellas es un tabú de gran alcance.
La pesca y el cultivo de la yuca son muy importantes para completar la dieta de los Huaorani.
LA ESTRUCTURA SOCIAL
La unidad básica tradicional o grupo doméstico es el “nanicabo”, constituido por familias ampliadas o múltiples
compuestas por un número de seis a diez familias que habitan bajo un mismo techo o “maloca”; estos grupos
domésticos son autosuficientes, autónomos y están organizados alrededor de un anciano o anciana de cuyo
nombre se deriva el nombre del grupo doméstico. En los grupos tradicionales, la autoridad siguen
manteniendo los ancianos, aunque en el mundo actual hay resistencia para mantener ésta tradición por
imposición de los propios jóvenes.
La unidad territorial o grupo local se denomina “huaomoni”, que es la unión de varios “nanicabos”; los
“huaomoni” son de carácter endógamo, al interior del cual deben darse los matrimonios entre primos cruzados
y las relaciones de alianza.
Son muy independientes. Esta independencia personal es vivida hasta en los detalles más sencillos de su
vida. Si hay algo que se necesita que está al otro lado de la casa, uno no le pide a alguien que está por ese
lado que se lo pase, uno mismo se levanta y lo toma. Tampoco nadie le dice a nadie lo que debe hacer ni
cómo hacerlo, ni siquiera a los niños.
Existe una combinación de formas tradicionales con criterios nuevos de asentamiento semi-nuclear. Gran
parte de las comunidades están formadas por dos o tres “huaomoni” de diverso origen. Una minoría vive ya
sea en “malocas agrupadas” o en “grupos domésticos aislados”.
Su máximo organismo es el Consejo Byle Huorani, que es la Asamblea de toda la nacionalidad. La
Organización mayor de representación externa es la Organización de la Nacionalidad Huaorani de la
Amazonia Ecuatoriana, ONHAE, conformada a partir de los años 90. La ONHAE es miembro de la
CONFENIAE y de la CONAIE.
ECONOMÍA
Tradicionalmente la nacionalidad Huaorani era nómada; en la actualidad aún persisten las migraciones
poblacionales temporales y otras comunidades están sedentarizadas.
Su economía es de subsistencia en huertos temporales, además de la caza, la pesca y la recolección de
frutos. El medio natural les provee de recursos para la construcción de viviendas, artesanía y la alimentación.
Algunos tienen contacto directo con el mercado, ya sea a través de la venta de fuerza de trabajo a las
petroleras como de la venta de sus artesanías.
En actividades de interés comunal practican la minga. La minka o minga denominada también minca o
mingaco, es una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social. Es un
sistema que se usa en Latinoamérica desde la época precolombina. Puede tener diferentes finalidades de
utilidad comunitaria como la construcción de edificios públicos o ir en beneficio de una persona o familia,
como al hacerse una cosecha de papas u otro producto agrícola, entre otras, siempre con una retribución
para quienes han ayudado. Se practica principalmente en Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.
CREENCIAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SIMBÓLICA
En relación a la vestimenta, el auténtico wao no lleva prendas de vestir, salvo en el caso del varón que se
anuda alrededor de su cintura un cordón de algodón que ellos conocen con el nombre de “KOME” para sostén
del pene y que no cause molestias al momento de caminar, cazar o trepar en los árboles. Tanto el varón
como la mujer wao se preocupan por su presentación personal; se adornan con orejeras de balsa, pocas
veces se pintan de rojo y más bien gustan adornarse con plumas multicolores y collares sencillos. La juventud
que ya ha tenido la oportunidad de preparase dentro y fuera del país está llevando a considerar estas
costumbres como parte de una situación festiva y hasta cierto punto folklórica.
Los waorani piensan que cuando mueren se convierten nuevamente en animales del bosque, en jaguares y
anacondas.
Existe un problema con las petroleras y las iglesias, ya que cuando entran destruyen todo, acaban con sus
espíritus y sus ancestros, cambiando su cultura y tradiciones. Desde que llegaron los misioneros trataron de
acabar con sus creencias, y sus tradiciones casi desaparecieron. Luego las empresas petroleras ingresaron
en sus tierras contaminando y destruyéndolas. Los viejos fueron obligados a olvidar sus poderes y los jóvenes
aprendieron a ser empleados de las empresas que los utilizan como guías y peones. Desde entonces su
pueblo viene sufriendo la presencia de invasores y extraños que les han conducido a la desaparición de su
cultura y su territorio. Cuando se dieron cuenta, sus tierras estaban ocupadas y las familias dividas, entonces
trataron de recuperar su territorio para volver a vivir como les enseñaron sus abuelos.
Entre los pueblos amazónicos, los Huaorani son únicos de varias maneras. Talvez la más notable sea que no
utilizan ninguna substancia psicotrópica. No beben ayahusca ni floripondio ni chiricaspi. Tampoco fuman
tabaco y cuando la chicha se pone fuerte, la botan. Actualmente, los jóvenes han aprendido otras maneras:
ahora toman chicha fuerte y se emborrachan, fuman tabaco y algunos han aprendido a tomar ayahuasca y
floripondio con sus vecinos quichuas. A pesar de que los viejos nunca utilizan plantas tóxicas, tienen un
profundo conocimiento de ellas y de sus efectos. Un shamán, relató que en épocas antiguas, cuando los
huaorani todavía eran hombres muy pequeños, como los monacagaeri, y el cielo todavía estaba cerca de la
tierra, no comían carne ni mataban animales. Vivían únicamente de chicha de ungurahua machucada con
hojas de miiyabu (una variedad de ayahuasca silvestre). El miiyabu viene de la sangre de la boa arco iris, que
en tiempos ancestrales era lo que unía la tierra con el cielo.
Siempre están en unión con lo divino, cada momento es como una nueva vida y cada instante es un eterno
estado de frescura. Es esta integración espiritual y la conservación de su naturaleza original el mayor tesoro
al que cualquier ser humano puede aspirar. Lamentablemente ahora la colonización y aculturación de su
pueblo los está haciendo separarse de esa naturaleza prístina.
Hay unas grandes celebraciones en la abundancia del bosque con infinidad de cantos y bailes tradicionales.
De hecho, en una aldea tradicional huaorani (cada vez más escasas) durante todo el día y gran parte de la
noche, se puede escuchar a alguien cantando. Cuando en una casa dejan de cantar, en otra casa comienzan.
Ellos piensan que la historia es muy larga, y deben cantar para no olvidarla.
En cuanto a la lengua, los Huaorani hablan Huao Terero, una lengua aislada, y son unas dos mil personas. En
los últimos 40 años, una parte de ellos se ha asentado en establecimientos permanentes en la selva. Pero,
cinco comunidades, Tagaeri, Huiñatare, Oñamenane y dos grupos de Taromenane, han rechazado todo el
contacto con los no Huaorani, y se mueven continuamente en áreas más aisladas, generalmente en dirección
de la frontera peruana.
La palabra Huaoo significa simplemente "humano", en Huao Terero. Antes del siglo XX, Huaorani señalaba
solamente a aquellos con relaciones de parentesco con el hablante. Otras personas del mismo grupo étnico
fueron llamados Huaomoni, mientras que los forasteros eran designados con el término despectivo cowode,
caníbal malvado. El uso de Huaorani como un término para el conjunto de este pueblo, emergió en los últimos
cincuenta años pasados en un proceso del etnogénesis, que fue acelerado por la creación de la Organización
de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonia Ecuatoriana ONHAE, un servicio de radio y una liga del fútbol.
También funciona la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonia Ecuatoriana AMWAE.
Los huaroani, un pueblo guerrero que ha luchado durante un siglo contra caucheros, soldados y petroleros
que asediaban su territorio, hoy han aceptado de manera consciente la paz porque es lo que todos ellos
aman. Sin embargo, ahora enfrentan su reto más difícil: la inserción en la economía de mercado y un contacto
cultural despiadadamente desigual. En realidad, el cambio ya ha comenzado y se adueña de las nuevas
generaciones: cuando mueran estos viejos, sus hechos y costumbres no quedarán más que en la memoria de
los que tuvieron la suerte de conocerlos. En pocos años, este maravilloso pueblo amazónico ya no será el
mismo.
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