Albañiles y canteros Lectura A las órdenes del maestro constructor estaban los albañiles y los canteros. Los primeros eran los que se encargaban de posar la piedra in situ, de levantar los muros y las distintas partes del edificio. Los segundos tenían mayores conocimientos técnicos y una división interna más amplia. Los términos se confunden y generalmente cuesta establecer claramente el grado de especialización de cada cual, aunque sí hay pruebas documentales de esa división. […] El trabajo de la piedra se perfeccionó durante el siglo XI, y con ello sus herramientas y técnicas. Las regiones donde había una actividad más intensa, como Normandía, reunían a un mayor número de profesionales, solicitados en otros lugares. De hecho, al igual que el maestro constructor, los canteros eran itinerantes y se desplazaban libremente por el territorio. Esa movilidad dependía de los lugares de trabajo y al mismo tiempo permitía el intercambio de conocimientos y nuevos procedimientos. Varias de esas técnicas y maneras de trabajar la piedra habían existido anteriormente en el mundo romano, y algunas se habían mantenido en determinadas construcciones; pero es en esta época cuando se produce una recuperación y puesta al día definitivas en este campo. […] Los canteros se diferenciaban de los demás artesanos medievales por su carácter itinerante y por poseer la técnica que permitía levantar los castillos, las murallas y las iglesias, tanto las urbanas como las monásticas. De hecho, los monasterios no tuvieron nunca escuela de canteros o de arquitectos que posibilitasen a los monjes construir sin ayuda externa. Esa especialización, al igual que la de otros profesionales que intervenían en la construcción, como los albañiles, se veía reflejada en sus condiciones laborales y en sus salarios, más altos que el de los otros trabajadores. Al año tenían un gran número de días festivos: más de treinta, además de los domingos, con lo que normalmente trabajaban seis días a la semana y su horario de trabajo variaba en función del sol. Así, en verano aumentaban las horas (hasta doce) y en invierno disminuían o directamente se paralizaban los trabajos. Sus lugares de trabajo eran las canteras o el recinto de construcción, dependiendo de cómo fuese la organización general del proyecto. La piedra podía moldearse y trabajarse en la cantera, con lo que se facilitaba su transporte posterior, pero creaba el problema de proporcionar alojamiento a los canteros y de disponer de plantillas exactas para cada pieza. Otra posibilidad consistía en transportar los bloques al lugar de construcción, donde se trabajaban en detalle, en ocasiones en las logias. Las logias eran talleres a pie de obra donde los canteros se protegían de las inclemencias climáticas mientras levantaban el edificio. En ellas guardaban sus herramientas, comían y reposaban; pero no podían pasar la noche. En las ciudades, los obreros eran alojados por los taberneros o habitantes, y en los monasterios aislados se construían barracas de madera como dormitorio. […] En el siglo XI aparecen las marcas de canteros, que en los siglos XII y XIII siguen siendo bastante bastas y luego se van refinando. El repertorio va desde motivos sacados de la iconografía cristiana y la astrología, a las formas geométricas, las herramientas o las iniciales de sus nombres. Toda esa presencia de signos cumplía varias funciones. Había signos que eran de colocación, que servían para colocar las esculturas o bloques de una manera correcta, y otros que tenían un carácter identificativo. El cantero ponía su firma sobre los bloques que trabajaba y su signo pasaba muchas veces a sus hijos (que podían hacer pequeñas modificaciones sobre él). Isabel BELMONTE, Los pilares de la tierra: la historia detrás de la novela, 2007. Adaptado Comentario 1. Ideas principales. • ¿Por qué era importante la labor de los canteros? ¿Qué hacían exactamente? • ¿Dónde y cómo trabajaban los canteros? ¿Dónde y cómo vivían? • ¿Cómo se organizaban los canteros? 2. Interpretación. • ¿Por qué algunos canteros empleaban marcas? ¿Para qué servían? ¿Cómo eran? • ¿En qué se diferenciaban los canteros de los albañiles? ¿Qué habilidades y nociones debían poseer unos y otros para realizar su trabajo? 3. Reflexión. • ¿Crees que las marcas de los canteros podrían revelar la conciencia de artistas de sus autores y el orgullo que sentían por su obra? ¿En esa época era habitual firmar las obras de arte? • ¿Piensas que la movilidad de los canteros contribuyó a la transmisión del conocimiento y a la difusión de las noticias en el Occidente medieval? Razona tu respuesta.