Eslavos, Pueblos, grupo étnico más numeroso de todos los europeos, con una población superior a los 250 millones, distribuido principalmente por Europa oriental y central, la mayoría por la península de los Balcanes y más allá de los montes Urales en Asia. El grupo lingüístico eslavo, con multitud de dialectos, forma parte de la familia de las lenguas indoeuropeas. Desde el punto de vista lingüístico, el grupo se puede dividir en: la rama eslava oriental, formada por el ruso, el bielorruso y el ucraniano; la rama eslava occidental, que abarca al polaco, el checo y el eslovaco; y la rama eslava meridional, que engloba al esloveno, el serbocroata, el macedonio y el búlgaro. Orígenes Los antiguos eslavos eran agricultores y pastores que vivían en las zonas pantanosas y en los bosques de lo que es actualmente el este de Polonia y el oeste de Rusia, Bielorrusia y Ucrania. A partir del 150 d.C., los pueblos eslavos comenzaron a expandirse en todas las direcciones. Hacia el norte, siguieron los cauces de los ríos a través de los bosques de Rusia, y ocuparon los territorios poblados por los pueblos fineses y bálticos, a muchos de los cuales absorbieron. A medida que fueron invadiendo gran parte de la Europa central, en dirección oeste, se toparon con los grupos germánicos y celtas. En el siglo VII, los grupos eslavos habían llegado por el sur hasta los mares Adriático y Egeo. En el transcurso de los dos siglos siguientes se asentaron en la mayor parte de la península de los Balcanes, que entonces formaba parte del Imperio bizantino; ahuyentaron a las poblaciones indígenas o esclavizaron a pueblos foráneos, como los búlgaros. A finales del siglo XVI los rusos, por el este, se habían asentado más allá de los montes Urales en Asia y, en el siglo XIX, la cultura eslava había llegado hasta el Océano Pacífico. Religión y cultura Mientras que los antiguos eslavos probablemente presentaban una considerable homogeneidad racial y cultural, los pueblos eslavos modernos se mantienen unidos sobre todo por su afinidad lingüística y por el hecho de poseer raíces comunes. Los innumerables contactos con pueblos muy diversos, ha influido enormemente en el desarrollo social y cultural de los eslavos. En el transcurso de los siglos IX y X, misioneros griegos iniciaron a los eslavos en el cristianismo. Sin embargo, su evolución religiosa se vio afectada por el cisma de 1054 entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente. Los eslavos fueron pronto el centro del enconado enfrentamiento entre la Iglesia católica de Roma y la ortodoxa oriental. El catolicismo y la cultura occidental triunfaron entre los polacos, eslovacos y checos; sin embargo, más adelante estos últimos se vieron seriamente afectados por la Reforma, y por esta razón, son actualmente el único pueblo eslavo con una gran minoría protestante. En los Balcanes, los eslovenos y los croatas también se mantuvieron fieles al catolicismo romano y entraron a formar parte del entorno de la civilización centroeuropea. Los serbios, macedonios, búlgaros y la mayoría de los eslavos orientales (bielorrusos, rusos, ucranianos) se afiliaron a la Iglesia ortodoxa, y adoptaron muchos aspectos de la cultura bizantina, incluida una adaptación del alfabeto griego, que constituye lo que se conoce como alfabeto cirílico. Durante el siglo XIV, los turcos otomanos conquistaron la mayoría del sureste europeo; algunas partes de lo que hoy son Bosnia−Herzegovina, Bulgaria, Croacia, la antigua República Yugoslava de Macedonia, Serbia y Montenegro y Eslovenia estuvieron bajo dominio otomano hasta 1912. Los siglos de dominación turca tuvieron efectos profundos sobre los eslavos balcánicos, muchos de los cuales tuvieron que convertirse al islam. Actualmente, la mayoría de los musulmanes eslavos se hallan en Bosnia y en el sur de Bulgaria. Aunque los eslavos crearon una serie de reinos medievales entre los siglos IX y XI, gran parte de su historia posterior ha estado marcada por la subyugación a estados extranjeros. Las naciones eslavas actuales son, mayoritariamente, consecuencia de la disolución de los imperios Austro−Húngaro y otomano después de la I Guerra Mundial. A excepción de los checos, los eslavos continuaron siendo pueblos eminentemente agrícolas 1 hasta mediados del siglo XX. Después de la II Guerra Mundial, la mayoría de las naciones eslavas cayeron bajo la esfera de influencia soviética, y sus gobiernos marxistas pusieron en marcha ambiciosos programas de industrialización y urbanización. A finales de la década 1980 y principios de 1990, con la desaparición de la Unión Soviética, las diferentes naciones del este de Europa comenzaron a establecer gobiernos democráticos independientes. En algunas áreas, sobre todo en la antigua Yugoslavia, esta transición ha generado conflictos entre los eslavos de diferentes grupos nacionales y religiosos. 2