“2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN REUNIÓN PLENARIA DE LAS COMISIONES DE JUSTICIA Y ASUNTOS PENALES, DE PRESUPUESTO Y HACIENDA, DE TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL Y DE BANCA DE LA MUJER Salón Illia – H. Senado de la Nación 24 de septiembre de 2013 Presidencia del señor senador Aníbal Fernández, de la señora senadora Ana María Corradi de Beltrán y de la señora senadora Marina Raquel Riofrío PUBLICAC IÓN DE LA DIRECC IÓ N GENERAL DE TAQUÍGRAFOS “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer – Pág. 2 En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Salón Arturo Illia del H. Senado de la Nación, a las 15 y 15 del martes 24 de septiembre de 2013: Sr. Presidente (Fernández). – Buenas tardes. Damos comienzo a la reunión. La temática que solemos utilizar en estos casos siempre es la misma: son diez minutos de exposición y a los ocho les avisamos para que tengan tiempo para redondear. Si necesitan estirar un poco el tiempo, lo vamos ordenando entre nosotros. Conforme al listado, tiene la palabra la licenciada Cecilia Correa, secretaria de la Comisión Directiva de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), propuesta por el senador Morales y la senadora Estenssoro. Sra. Correa. – Buenas tardes a todos y a todas. Honorable Cámara de Senadores de la Nación, Comisión de Justicia y Asuntos Penales, señor presidente Pedro Guillermo Guastavino, senador Fernández, senadora Corregido: en nombre de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) y de Mabel Bianco, su presidenta, que no pudo estar hoy aquí porque está en la reunión de alto nivel de Naciones Unidas sobre Objetivos del Milenio, quiero agradecer esta invitación. Vemos con gran preocupación que dos leyes por las cuales desde FEIM luchamos y abogamos para que sean aprobadas: la ley 26.061, de 2005, de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y la ley 26.485, de 2009, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, están siendo desconocidas en este proyecto y se introducen modificaciones que las relegan, específicamente que este proyecto de ley dice que de ser aprobada prevalecerá sobre las otras previas. Respecto a la ley 26.061, en este proyecto de ley se vuelve a privilegiar el sistema tutelar que fue superado por la ley 26.061 de acuerdo a lo que señala la Declaración de los Derechos de los Niños que nuestro país aprobó y en 1994 le dio carácter constitucional. Si bien este es un tema muy preocupante y de gran interés para nuestra organización, por razones de tiempo y de que existen otras invitadas con antecedentes muy importantes sobre la niñez, nos centraremos en lo relativo a la violencia contra mujeres y niñas. Empezamos por señalar que nuestras observaciones se basan en nuestra experiencia en el estudio del problema contra mujeres y niñas y la experiencia recogida en estos veinticuatro años trabajando con mujeres y niñas, especialmente de sectores pobres, y de acompañarlas y aconsejarlas frente a situaciones de violencia de género que viven a diario. Este proyecto de ley ignora y desconoce la ley 26.885, aprobada en marzo de 2009, que fue el resultado de una importante discusión y trabajo de senadoras y senadores de todos los partidos políticos con organizaciones y expertos de la sociedad civil, y que se aprobó por amplia mayoría en las dos Cámaras. Para las mujeres y organizaciones que desde hace años venimos trabajando y abogando por este tema en el país, la ley 26.485 fue un gran avance y permitió adecuar la legislación a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, que la Argentina ratificó y que exige adecuar la ley nacional. Retrotraer la ley a la violencia doméstica es un franco inexcusable retroceso. Por eso, este proyecto es inaceptable para FEIM, porque sabemos que el problema de la violencia es fundamentalmente de mujeres y niñas, aunque reconocemos que existe para otros miembros de la familia, pero en mucho menor escala. Discutir ahora un proyecto de violencia doméstica nos vuelve a la discusión de la Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 3 década de los 80 y 90, cuando se negaba la importancia de la violencia de las mujeres y niñas, víctimas privilegiadas de esta violencia, pero también de la que ocurre en otros ámbitos y que comprende otras modalidades. En la actualidad, reconocer esto es algo imposible de aceptar, que no se justifica de ninguna manera. Cuando todavía las organizaciones de mujeres estamos reclamando la implementación plena de la ley 26.485, no es posible aceptar ahora volver a invisibilizar a las mujeres frente a la violencia de género y anular la vigencia de la ley aceptando una ley que no implica avances, sino solo retrocesos. Nos costó muchos años de lucha que se reconociera la violencia contra mujeres y niñas que ocurren a diario en distintos ámbitos de la vida cotidiana y que implican muchas modalidades de violencia para ahora hacerla desaparecer, no sabemos por qué ni a beneficio de quién. Este nuevo proyecto no plantea nuevas propuestas en relación a las acciones a realizar. Si se observa que deja librado al Poder Ejecutivo Nacional la autoridad de aplicación de los distintos aspectos, permitiendo que la responsabilidad se reparta en entidades gubernamentales con distintos grados de interés y experiencia en los problemas de mujeres y niñas. Además, permite que cualquier integrante de la familia haga una denuncia de padecer violencia familiar, abriendo la posibilidad para que los victimarios sean los que deban ser protegidos, porque son los más rápidamente quienes descubren las medidas que les son favorables, constituyendo esto un mecanismo perverso, no solo inadmisible. Este proyecto de ley, al referirse solo a la violencia doméstica, es mucho más limitado que la ley 26.485 y también diluye la responsabilidad del Estado para sancionar y atender la violencia. Respecto a las estadísticas, se limita a crear el Registro de Violencia Doméstica, pero ignora el Observatorio de Violencia contra Mujeres y Niñas que crea la ley 26.485, y que es un mecanismo importante para vincular el registro con las medidas a aplicar y su evaluación y monitoreo por parte de un organismo integrado por sectores gubernamentales, expertas y organizaciones de la sociedad civil. Por todo lo expuesto, pedimos a los señores y señoras senadoras no aprobar este proyecto y ratificar la vigencia de la ley 26.485. Finalmente, queremos públicamente celebrar la medida adoptada por el gobierno nacional la semana pasada cuando la presidenta de la Nación presentó la línea telefónica gratuita 144, una de las medidas que la ley 26.485 establecía y que aún no se había inaugurado. Consideramos que es una medida que ratifica nuestra convicción de que la implementación de dicha ley es la línea en la que debemos trabajar para responder y empezar a eliminar la violencia con mujeres y niñas en todas sus formas. Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Gracias, licenciada. Tiene la palabra la doctora Laura Mussa, directora de la Fundación Sur Argentina, propuesta por el senador Morales. Sra. Mussa. – Muchas gracias, señores senadores. Buenas tardes a todos y a todas. La Fundación Sur Argentina es un organismo de derechos humanos especializado en la defensa de derechos de la infancia y adolescencia. En ese sentido, agradecemos haber sido invitados a exponer. Concretamente, lo que venimos a plantear es que después de largos años de luchar por la vigencia plena de la ley 26.061, que es una ley que costosamente adaptó la legislación nacional después de cien años de vigencia del Patronato a la Convención sobre los Derechos del Niño, y que desde 2006 está tratando de implementarse en todo el país. Quedan solo tres jurisdicciones que aún no han dictado una ley adecuando a la ley nacional. Encontramos en Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 4 este proyecto de ley un serio escollo para poder fortalecer los mecanismos que tiene la ley de infancia para hacer exigibles los derechos. La ley de protección integral de la infancia tiene un mecanismo, un procedimiento, para lograr las medidas de protección que en el texto de este proyecto de ley se ve superpuesto, alterado y puede producir confusiones a la hora de generar las medidas de protección que los mismos autores desean, obviamente. Costó mucho tiempo separar lo que es el sistema administrativo de lo que es el sistema judicial. En este proyecto de ley vuelve a confundirse, y es un mensaje realmente pernicioso para los operadores judiciales que aún no se han desprendido del viejo modelo de patronato volver a tener acercamientos, como este proyecto lo hace. Para la ley argentina, y en consonancia con la Convención, las medidas de protección son de entidad administrativa. Cualquier víctima de cualquier vulneración de derechos que sea menor de edad, tiene todas las posibilidades de denunciarlo ante todos los organismos en la Argentina. Además, se han creado los organismos de protección de los derechos de la infancia para reponer los derechos vulnerados en todas las jurisdicciones de nuestro país. Esto ha sido después de mucho esfuerzo. Recién se han terminado de constituir. Recién se están armando los procedimientos, los protocolos, para tener un sistema de protección. No es una oficina, sino un sistema que atraviesa todos los organismos por donde pasan o deberían pasar niños, niñas y adolescentes. Este procedimiento ha implicado que se corriera a la Justicia, que las medidas de protección las tome el organismo de protección, como debe ser, porque es el que cuenta con los recursos para lograr la satisfacción de estos derechos: la escuela, mecanismos de salud, amparos por vivienda, subsidios, el abogado del niño y todo lo que se requiere para satisfacer los derechos vulnerados. Si la medida de protección es extraordinaria e implica la separación del niño de su familia, allí sí también la toma el organismo de protección a instancias de cualquiera que puede denunciar –por supuesto, el propio niño–, lo que requiere que la Justicia controle la legalidad de esa medida. Es decir que, en ese sentido, hay una doble protección. Ningún niño está privado de acceder a la Justicia, pero este es el mecanismo. Se trata de un mecanismo que nos ha costado mucho colocar, que cuesta mucha capacitación en todo el país. Me hubiera gustado que estuviera la SENAF hoy aquí, que también participa en lograr poner en funcionamiento esta ley. La verdad es que lo estamos consiguiendo, dificultosamente, pero hoy los niños son sujetos de derechos y están siendo acompañados por sus abogados. La experticia que uno puede tener, el tiempo y el trabajo en la protección de derechos de la infancia, hace ver que realmente se ocasionaría un retroceso en poder defender este procedimiento, que es costoso y sofisticado, que se está construyendo y hace que los chicos, chicas y adolescentes tengan la categoría de sujetos de derecho. Van defendiéndose a sí mismos, además de todo el Estado, que tiene que apoyarlos. Además, quería resaltar que también nos parece un retroceso que la ley vigente desde 2006 planteaba en su artículo 27 que todo niño tiene derecho a tener un abogado proporcionado por el Estado –si no lo tiene– siempre que sea parte en un procedimiento administrativo o judicial. Por supuesto que no es una obligación del niño, sino que el Estado debe proponérselo y el niño podrá tenerlo. Esto es así porque es hacer verdad lo que se decía como una consigna: el niño tiene derecho a ser oído. Los hombres de leyes saben que uno puede ser oído solo cuando se es oído materialmente. La defensa material es ser parte en un expediente, no que alguien lo escuche y Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 5 cuente lo que cree que el niño quiso decir. El niño está ahí para hablar en primera persona y ser defendido por un abogado que sabe cómo instrumentar estos derechos. Con preocupación vemos que ahora el artículo 14 del proyecto de ley dice que si el niño o adolescente cuenta con trece años –es decir, pone una edad que no tenía; el niño que sabe darse a entender puede decir si es víctima o no– y sin perjuicio de la intervención del Ministerio Pupilar, se presumirá, salvo prueba en contrario, que cuenta con capacidad y aptitud para designar un letrado que lo represente. Está agregando condiciones que hoy no exigía la ley. Por suerte, hoy un niño es un sujeto de derecho. No tiene que probar su capacidad. El niño puede decir, con un abogado que lo dirá en términos jurídicos, si está siendo víctima o cuál es su deseo en un conflicto del que forma parte. En cambio, aquí se plantea una edad mágica de los trece años, donde la Argentina empezaría a considerar que una persona es sujeto de derecho. La Convención no puso límites y la ley 26.061 tampoco. Es decir, este Congreso de la Nación no le puso límites, por lo que es un retroceso. En relación a los derechos humanos no puede haber retrocesos en el sistema normativo. Entonces, es claramente regresiva en cuanto al mundo de la infancia. Es por eso, señores senadores, que la Fundación Sur Argentina, que permanentemente se ha dedicado a esto y ha estado presente en este Congreso para hacer todos los aportes que pudiéramos, solicita que esta ley se retire de discusión hasta que se pueda abrir un espacio donde estos temas, que son tan trascendentes, puedan volverse a discutir, cuando tenemos leyes vigentes que cuesta mucho y cada día se avanza en su pleno cumplimiento. La verdad es que este procedimiento que aquí se plantea entre judicial y administrativo, que no es el que marca la ley, para nosotros, los abogados de los chicos, sería realmente un problema solicitarle a un juez que cumpla con un procedimiento. Ahora cuesta mucho que sea el que claramente este Estado argentino ha venido defendiendo. Esa es la solicitud de la Fundación Sur. Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Muchísimas gracias. Tiene la palabra la doctora Julieta Bandirali, presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires. Sra. Bandirali. – Buenas tardes a todos y a todas. En primer término, agradezco la invitación que nos cursara la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Honorable Senado y a sus autoridades e integrantes. Paso a leer el dictamen que elaboró la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires y que su Comisión Directiva aprobó en la reunión del 20 de agosto de 2013. “1) Reconocemos la loable intención de los firmantes del proyecto en cuanto a la necesidad de encarar de la forma más eficaz la problemática de la violencia y el abuso de poder en el ámbito de la familia incorporando a otros sectores vulnerables como niñas/niños y adolescentes, adultos mayores y personas discapacitadas; “2) Sin perjuicio de ello, estimamos que el proyecto no logra enderezarse en forma idónea hacia ese objetivo, en tanto se superpone con normativa ya existente a nivel nacional y local, además de presentar aspectos que dificultarían su implementación, ello así dado que avanza profundamente sobre los aspectos procesales, por ejemplo, crea un llamado 'juicio de violencia familiar', que son de competencia de las provincias; “La práctica ha demostrado que no se verifica un acompañamiento fluido de las provincias a las normas de distinta jerarquías sancionadas por el Congreso Nacional y/o la Administración central a las que deben adherir, particularmente en este tipo de materias (lo cual se puede apreciar con los Protocolos de atención a los Abortos No Punibles, la Ley de Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 6 Salud Sexual y Reproductiva, etc.) y terminan siendo 'letra muerta'. “3) Esta comisión ha constatado que en nuestro país existe normativa sobre la materia, tal como las leyes 26.485 y 26.061, armonizadas con las Convenciones Internacionales, y que las graves dificultades que se observan en la lucha por la erradicación de la violencia contra la mujer, y también contra la violencia que se da dentro del ámbito familiar, no responden a la falta de legislación adecuada –si bien perfectible– sino por el contrario, a la carencia de efectivas políticas públicas y de las previsiones presupuestarias necesarias para aplicarlas, por un lado, y a la falta de formación y/o sensibilidad en perspectiva de género y sobre el fenómeno de la violencia familiar en el nivel de los operadores de la justicia, fundamentalmente dentro de los Poderes Judiciales; “4) Asimismo, manifestamos nuestro reparo sobre el retroceso que significa volver una vez más a incluir la problemática de la violencia contra las mujeres, en el colectivo de los niños/niñas/adolescentes, ancianos y discapacitados; cuando reconoce orígenes filosóficos, antropológicos, sociales, culturales y políticos de distinta índole. 5) Atento lo expuesto, proponemos que se promueva la discusión y el debate entre los sectores existentes en la materia con la perspectiva de género ya contenida en la ley 26.061, tomando del proyecto en estudio los conceptos que impliquen un avance en el abordaje exhaustivo de la violencia. Sin dejar de señalar nuestra preocupación detallada en el punto 3), hacemos igualmente hincapié en reclamar la puesta en práctica efectiva de políticas públicas tendientes a erradicar la violencia y perseguir un cambio radical en la percepción y en la conciencia social sobre dicha problemática. Atento que la doctora Nelly Minyersky, quien es una destacaba miembro de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, se ha excusado por no poder venir y había sido especialmente invitada; me voy a tomar la libertad de extenderme en los minutos que a ella le hubieran correspondido, para leer la carta que mandó a la Comisión de Justicia y Asuntos Penales, si así me es permitido. “De mi mayor consideración: me dirijo a usted a fin de comunicarle que no podré concurrir en el día de la fecha. “A los efectos que hubieren lugar, acerco a usted las siguientes manifestaciones. “En primer lugar, hago mío el dictamen elaborado por la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires sobre el referido proyecto de ley, habiendo participado en su redacción. Acompaño a la presente una copia del mismo. “Asimismo, de una lectura a conciencia de la legislación vigente en la materia, o sea, pactos internacionales, CEDAW, Convención de Belem do Pará, leyes nacionales 24.413, 26.485 y 26.061, y legislaciones provinciales, nos llevan a la convicción que en materia legislativa nuestro país tiene un articulado suficiente a los fines de encarar la problemática de violencia y abuso de poder en el ámbito de la familia. Como todo el quehacer humano, las normas son perfectibles y reconocemos la intención de los firmantes del proyecto en cuanto a la necesidad de encarar de la forma más eficaz la problemática incorporando a otros sectores vulnerables como niños, niñas y adolescentes, adultos mayores y personas discapacitadas. “Sin embargo, nos parece de mejor técnica legislativa, el perfeccionar las normativas existentes a sumar un nuevo cuerpo legal que puede llevar a confusión y a esterilizar los propósitos de los firmantes del proyecto en cuestión. “La organización federal de nuestro país nos obliga a ser muy estrictos para no tornar en inoperante la letra de la ley, señalando debidamente cuáles son principios procesales unidos en forma indivisible a principios constitucionales (artículos 18 y 19 de la Constitución Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 7 Nacional), y por ende obligatorios en todo el país, y cuáles son principios eminentemente procesales reservados por las provincias para su propio ámbito legislativo. “La ley 26.485 contiene ambos principios en su Título III, dedicando el capítulo I a Disposiciones Generales y el capítulo II a Procedimiento. “En el proyecto ambos caracteres de estos principios aparecen indiferenciados en normas procesales de diferentes tipos. Ello puede generar dificultades y confusión en su aplicación y en la definición del ámbito de aplicación de las normas. “La ley 26.061 contiene una serie de normas que se refieren a medidas ante la violencia contra los niños (artículos 37 a 39), así como a la denuncia de violación de derechos de los niños (artículos 30, 31 y concordantes). Lo que hubiera correspondido es perfeccionar la legislación ya existente, sobre todo cuando se formula un proyecto en el cual no se tiene en cuenta debidamente la normativa vigente, por ejemplo: el capítulo V del proyecto sobre políticas públicas y ley 26.485, título III, capítulo I, sobre principios rectores en políticas públicas. “Consideramos necesario estudiar en profundidad las leyes existentes para lograr mejores herramientas a favor de los derechos de toda nuestra ciudadanía y en especial de los sectores más vulnerables, niñas, niños y adolescentes. Pero sobre todo pensamos que con la legislación existente puede llevarse a cabo este propósito si la sociedad y el Estado asumen todas las responsabilidades que le competen, propiciando cambios en la conciencia social y llevando adelante adecuadas políticas públicas. “Sin otro particular y quedando a su disposición, la saludo muy cordialmente. Nelly Minyersky.” Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente. – Tiene la palabra la señora Lucía Heredia del Centro de la Mujer de San Fernando, CEDEM. Sra. Heredia. – Buenas tardes a todos y a todas. Agradezco en mi nombre y en el del CEDEM la invitación para poder exponer, desde nuestra experiencia, nuestros puntos de vista con respecto al siguiente proyecto. Voy a ser breve. Hace unos cuantos años que venimos trabajando en esta problemática en el partido de San Fernando, en la zona Norte del Conurbano. Cuando digo “unos cuantos años”, me refiero a unos veinte años, cuando aún no contábamos con leyes de violencia familiar. Desde el año 1994, contamos con la ley nacional, solamente aplicable para Capital e Islas del Atlántico Sur. Las provincias quedaban afuera. Vimos con alegría a lo largo de los años que fueron apareciendo las leyes provinciales. En el caso de la provincia de Buenos Aires, en el año 2001, comenzó a aplicarse la ley 12.569. Dicha ley, inmediatamente, dio cuenta de las limitaciones con que contaba, por tratarse de una ley de violencia familiar y no de una ley género específica. Nos damos cuenta que cuando hablamos de violencia familiar las víctimas principales de estas violencias, son las mujeres; en segundo lugar, niñas y niños. Pero, esas violencias quedaban invisibilizadas dentro del colectivo de la familia. Y el bien jurídico a proteger devenía, no los derechos de la mujer y las violencias de las cuales era víctima, sino la familia en su conjunto. Con esto, debimos asistir a mediaciones, que se hacían en los juzgados, tratando de reunificar a la familia y que la mujer desistiera de las denuncias, que estaba haciendo y continuara sufriendo las violencias en pos de esa unidad. A todo el colectivo de mujeres nos costó bastante trabajo lograr la ley género específica que es la ley 26.485. Y, vemos con sorpresa como hoy volvemos para atrás y volvemos al intento de una ley de violencia familiar, donde queda, nuevamente, invisibilizada Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 8 esa violencia; más allá de que los sectores involucrados cuentan con legislaciones específicas. Ya fue desarrollado aquí en relación al tema de niños, niñas y adolescentes. También, lo vemos en el caso de discapacitados y discapacitadas, quienes cuentan con protecciones donde esto no sería necesario. Vemos con mucha preocupación –y quienes trabajamos en espacios de denuncias esto lo sabemos– cómo esta ley que subsume todas las violencias en el ámbito familiar, las iguala y pone en pie de igualdad una pelea entre cuñados o cuñadas y la violencia hacia la mujer y los femicidios; lleva a que los primeros que corren a hacer las denuncias sean, en realidad, los victimarios. Esto se observa. Entonces, que se vuelva a abrir esta puerta, realmente, nos llamó muchísimo la atención, porque creíamos que estábamos avanzando y que habíamos avanzado. Esto sería un gran retroceso. Este es el punto de vista del CEDEM. Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la señora Fabiana Túñez de la Casa del Encuentro. Sra. Túñez. – En primer lugar, quiero agradecer a la Cámara de Senadores por la invitación a participar de este debate y profundización acerca de la presentación de esta ley de protección de la familia. Voy a dividir lo que voy a decir en dos partes. Por un lado saludamos que, desde los diferentes estamentos del Estado, se siga trabajando para profundizar el debate y las acciones en pos de erradicar la violencia hacia las mujeres. El tema es que muchas veces a organizaciones como las nuestras que hacemos un informe de femicidios en la Argentina desde la sociedad civil y que a su vez brindamos asistencia integral a las víctimas vemos claramente cómo muchas veces existe un divorcio entre lo que generamos como leyes y lo que es la realidad y la necesidad concreta y real para mejorar la calidad de vida de las mujeres de las niñas y de los niños. Sin ningún lugar a dudas la ley 26.485 logró generar un cambio de paradigma dentro de las leyes y este fue un avance importantísimo. Seguir generando leyes en el sentido de solamente seguir generando leyes me parece que, por lo menos, nos tiene que llamar la atención y llevarnos a una reflexión: los informes de femicidios demuestran cómo han aumentado los casos de femicidios que aún con medidas cautelares de “no acercamiento” y de “exclusión del hogar”, los agresores terminan asesinándolas igual. Por eso es muy importante la elaboración de estadísticas oficiales. Porque con las estadísticas vemos aquellos puntos en los que hay que profundizar el trabajo. Vemos claramente cuando los jueces dictan la medida de no acercamiento el violento no cumple la medida y, lamentablemente, desde la Justicia no se aplica ninguna sanción, salvo en algunos casos en los que se aplica una demora de unas horas; cuando se podría aplicar claramente un desacato a una medida de un juez. Entonces, a mí me gustaría invitar a senadores –mujeres y varones–, a diputados y diputadas a que diéramos un paseo durante todo un día por el circuito que tiene que hacer la mujer al momento de hacer la denuncia y después de hacer la denuncia y luego, cuando hace la denuncia, a ver cómo queda sin red. Gracias a todas las legislaciones que fueron sancionadas o aprobadas y significaron avances –desde la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte y la ley 26.495 hasta la línea 144– invitamos a la mujer a hacer la denuncia, el problema es ¿después qué? Todos los Estados en estos momentos carecen de la asignación de un presupuesto acorde para más cantidad de lugares refugio, más cantidad de lugares que le den asistencia integral capacitada Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 9 a las víctimas sostenida en el tiempo, con efectores de las diferentes disciplinas capacitados en violencia de género. Cuando hablamos de violencia de género contra las mujeres uno más uno puede que no sea dos; puede ser dos, tres o cuatro. Por eso les hago la invitación de conocer el circuito que siguen las mujeres y veamos cómo algunas veces tienen que esperar entre 5 o 6 horas para hacer una denuncia porque no hay suficiente personal o cómo a una víctima que fue a una comisaría de la mujer le tuvieron que tomar la denuncia en el anverso del envoltorio de una resma de papel. En eso le tomaron la denuncia. Cuando pasan estas cosas nos parece que está bien discutir, tratar de incorporar otras leyes o profundizar el punto que sea necesario de la ley 26.485, no caben dudas, pero la realidad es que hoy tenemos un instrumento. El problema está en que hay un divorcio entre el instrumento que tenemos y la práctica cotidiana que vive cada mujer. Además de eso, tenemos el grave problema que muchos jueces todavía desconocen los alcances de la 26.485 cuando define las diferentes formas de violencia; entonces, una mujer va a hacer una denuncia por violencia psicológica y no se la quieren tomar. Y, sin embargo, está dentro de la ley. Creemos que toda la clase política, independientemente de en qué lugar se encuentre, debe ir al llano, a lo que le pasa a esa mujer cuando en la oficina de la Corte tiene que pasarse seis o siete horas. Esa mujer que a lo mejor se animó a denunciar por ahí se arrepiente en todas esas horas y la sociedad necesita que esa mujer haga la denuncia. Pero esa mujer también necesita que el Estado le brinde la asistencia integral, que le pueda dar una asignación económica temporal para salir de ese círculo de violencia, necesita una asistencia integral para sus hijos e hijas y, fundamentalmente, las mujeres de los sectores más vulnerables no tienen suficientes patrocinios jurídicos gratuitos con especialización en violencia de género. ¡No hay! Entonces, cuando nosotros decimos que tienen el acceso a la Justicia, pero la realidad es que cuando llega el momento eso no está porque no se consigue y están desbordados los patrocinios jurídicos gratuitos de todo el país. Entonces, es hora de que nos sentemos con tiempo todos los sectores, genuinamente, desde la experiencia de los legisladores en cuanto a materia legislativa, la sociedad civil y les repito la invitación a que nos acompáñennos un día, desde la mañana hasta la madrugada, y vayamos a cada uno de estos dispositivos a ver lo que pasa. Si no, nos vamos a convertir en una máquina de generar leyes que después nadie cumple. En casi todas las provincias hay leyes de violencia familiar. La realidad es que nosotros necesitamos que haya un presupuesto lo suficientemente importante para poder aplicar políticas públicas integrales para poder elaborar en conjunto un plan nacional para la erradicación de toda forma de violencia. Y para eso necesitamos que los organismos que están al frente de todo esto cuente con más presupuesto y si el organismo que queda dependiendo de otras áreas de ese mismo ministerio dejemos que sea más autónomo. Tomemos el ejemplo de España. Allí creó el Ministerio para la Igualdad que tenía una presupuesto propio y pudo asignar y ejecutar políticas activas que logró reducir la violencia de género. Este proyecto es un paso atrás. La ley 26.485 es la mejor posible a la que si queremos podríamos anexarle cosas pero esta reforma, de alguna forma, lo que está desconociendo implícitamente todos los obstáculos que encuentra la víctima de violencia de género. Y coincido con lo que planteaba Laura Mussa en que aumenta la confusión de los operadores judiciales, es decir, que todavía por esta cultura patriarcal y machista se sigue condenando a Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 10 la mujer. Fíjense hasta qué extremo hemos llegado que ahora muchos jueces quieren instalar el SAP, algo que no existe, y que se utiliza para sacarle la patria potestad a las mujeres que han denunciado abusos o violencia de género. Por eso, los invito a todos los senadores y a las senadoras, y nos ponemos a su disposición, para que nos acompañen veinticuatro horas con una mujer que va a hacer la denuncia por violencia sexista. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la señora Virginia Simari, presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de la Argentina. Sra. Simari. – Gracias por este espacio que brindan a la Asociación de Mujeres Juezas de la Argentina. Por razones técnico-operativas, debo decir que recibí el proyecto con escasísimo tiempo. No obstante, la mera lectura que hice y el conocimiento del tema en el que venimos trabajando desde hace veinte años, me permite mínimamente aprovechar este espacio con el que es muy valioso contar. Empiezo suscribiendo todo lo que escuché. La Asociación de Mujeres Juezas de Argentina viene trabajando con la base que con las herramientas normativas que tenemos, tanto las nacionales como los convenios suscriptos en la órbita internacional, tenemos suficiente materia para continuar con el trabajando y profundizando lo que hasta aquí se viene haciendo. A partir de esto, es inevitable el punto de partida para considerar que no es el momento ni son los términos del proyecto. Comparto también cuanto se ha dicho en el sentido de celebrar la iniciativa leída, desde la perspectiva de que algo tenemos que hacer con esta situación que no estamos pudiendo manejar, pero no coincidimos con el camino y los términos vertidos en la ley. La optimización de los recursos nos llevaría a pensar que la estrategia es seguir trabajando en la profundización de la aplicación de las herramientas que tenemos y con tiempo -con una convocatoria amplia como es esta- ver si se le puede dar una mayor eficacia a las normas. Suscribo cuanto aquí escuché, y sí añadiría con mucho fervor que desde la mirada de los jueces, más particularmente la voz de la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina, venimos trabajando en la formación de los colegas y de los operadores judiciales para que año a año vaya diluyéndose esta percepción, en el sentido de que no estamos suficientemente entrenados no solo en el manejo de la normativa, sino en la sensibilidad en incorporar ese cristal que nos permita advertir de qué estamos hablando cuando vemos un problema de género. También señalo y complemento esto que, en definitiva, está atravesado por el tema de la formación con otro llamado a la reflexión, es decir, la capacitación hay que profundizarla en los operadores judiciales, fuerzas de seguridad, pero también en la sociedad civil en su conjunto. En la medida en que no incluyamos en las materias de formación primaria, secundaria y universitaria el tema de la perspectiva de género y la concepción de igualdad entre todas las personas, vamos a seguir trabajando sobre los hechos consumados. Los jueces recibimos los casos cuando la violencia ya ocurrió y el daño ya se produjo, y ahí estamos siempre actuando tarde, aun en el mejor de los escenarios y con el magistrado más sensible y capacitado. Apelo, por favor, a los legisladores a que tomemos seriamente la posibilidad de legislar para incluir la formación desde la más temprana edad y en todos los ámbitos de educación. Nosotros advertimos que con esfuerzo vamos trabajando entre colegas y en el ámbito universitario, pero en ninguna de las carreras de grado está. Los comunicadores no se forman Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 11 en perspectiva de género, tampoco los publicistas, abogados, periodistas, Me remonto también al compromiso que -como sociedad y profesional- tenemos de trabajar en pos de que esa formación venga ya desde la formación primaria y secundaria. (Aplausos). Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la doctora Natalia Gherardi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. Sra. Gherardi. – Agradezco la invitación a participar de esto, que espero sea el comienzo de un diálogo por un objetivo que compartimos, desde la sociedad civil, el Poder Judicial y el Congreso de la Nación, que es trabajar por la erradicación de la violencia contra las mujeres. Pertenezco a una asociación llamada “ELA”, que trabaja por la promoción de los derechos de las mujeres y la equidad de género desde dos perspectivas: acceso a la justicia y políticas públicas. Justamente, esa interacción es central. Todas las personas que me precedieron en el uso de la palabra se adelantaron en el abordaje de esta problemática tan particular y urgente. Tengo algunos comentarios generales y particulares sobre el proyecto de ley. En términos generales, la investigación y el trabajo que hacemos en materia de violencia nos indica que los problemas persistentes sobre la violencia están menos vinculados con la legislación y más con la necesidad de implementar más y mejores políticas públicas a nivel nacional. Asimismo, si bien las deficiencias se ven en todo el territorio de la Argentina -y lo mencionaban con elocuencia quienes me precedieron en el uso de la palabra-, la Ciudad de Buenos Aires está bastante mejor que muchas otras jurisdicciones del país. Entonces, lo primero que necesitamos son mejores diagnósticos de la situación, de dónde están los nudos críticos de los problemas de implementación de la legislación que existe y de la efectividad de las respuestas que el Poder Judicial da con mayor o menor adecuación a la legislación, a los estándares internacionales de Derechos Humanos en diferentes jurisdicciones del país, y una mejor evaluación empírica que nos permitirá saber cuáles son esos nudos críticos sobre los cuales tendremos que trabajar para mejorar las leyes, e implementar más y mejores políticas públicas. Como decían antes, los problemas ya son menos derivados de la falta de percepción de algunas situaciones de violencia. Tenemos una sensibilidad razonablemente buena y mejor, sin duda, que en otras décadas respecto a la violencia inaceptable. Poca gente defendería hoy en la Argentina y en voz alta que la violencia física contra las mujeres no es una forma de violación contra los Derechos Humanos; sin embargo, hay otras formas de violencia que también se mencionaron más sutiles, menos evidentes y que todavía son ampliamente toleradas por la sociedad. Sobre esas hay que trabajar para que no lleguemos a la violencia física. Los que tenemos una mayor sensibilidad acerca de algunas formas de violencia, tenemos mayores índices en aquellos lugares donde hay información sobre la cantidad de denuncias que se presentan. Las mujeres denuncian en mucha mayor cantidad que antes. Como bien señalaba Fabiana, el problema es qué pasa después de la denuncia. Y ahí vuelvo a mi referencia de la importancia de las investigaciones empíricas. Miremos qué pasa después de haber instado a las mujeres a denunciar. Lo que pasa es la desatención de muchos organismos públicos, la descoordinación aun dentro del Poder Judicial donde el conflicto se fracciona en muchos ámbitos. Entonces, hasta es posible que cada una de las intervenciones del Poder Judicial haya sido correctas en su pequeña porción específica, pero sin coordinarse entre ellos la atención real del problema, que es insuficiente. Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 12 Entonces, es a partir de una investigación del tipo de hasta de experiencia personal, como mencionaba Fabiana. Miremos el camino que hace la mujer después de que denuncia y vamos a ver todo lo que falla en un sistema de justicia fraccionado, descoordinado entre sí, sin interacción con las políticas del Poder Ejecutivo Nacional o de la Ciudad de Buenos Aires o de los municipios que correspondan. Ahí vamos a ver los problemas reales sobre los que todavía, sin duda, nos falta mucho por trabajar. Por otra parte, la sanción de una ley como la que se propone ahondaría los problemas de superposición de diferentes legislaciones. Como mencionaban también antes, eso genera mayor confusión en los operadores de justicia y ni hablar entre los operadores de los sistemas de salud, que muchas veces tienen que trabajar con las mujeres para orientarlas hacia dónde ir. Nuestro trabajo con efectores de salud, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires –porque es donde estamos basadas pero no porque no haga falta este trabajo en otros lugares del país– nos muestra las grandes dificultades que tienen para entender el sistema, para entender donde derivar, para entender cómo funciona el sistema de justicia, que en la ciudad de Buenos Aires además tiene la duplicación o la superposición de las jurisdicciones de la ciudad y de la Nación. Lo hace muy complejo, lo hace difícil hasta para los profesionales del derecho, y entiendo perfectamente que es muy difícil de transitar, ni hablar para las mujeres víctimas de violencia pero también para los efectores de salud que tratan de contribuir a llevarlas a transitar ese momento. Entonces, la forma en que se integraría una ley como esta con la legislación ya existente es realmente problemática y es un punto que merece un análisis bien profundo. Sobre el proyecto en particular voy a hacer solamente dos o tres comentarios específicos porque, con honestidad, espero que este comienzo de diálogo pueda llevarnos a pensar en otra forma de abordaje y de intervención desde el Poder Legislativo, que realmente ha avanzado muchísimo en la Argentina en términos de violencia contra las mujeres y la atención de la niñez y también de otros colectivos de personas. Con lo cual, saludo la intención, la voluntad y el genuino interés en este tema, y espero que este pueda ser el comienzo de un diálogo para pensar la problemática en la forma más integral, plural y sobre la base de la información que podamos aportar desde diferentes lugares. Entonces, haré solamente algunos pocos comentarios específicos sobre el proyecto. Primero, y como muestra paradigmática de la necesidad de interacción de una norma con la otra, la definición que usan de abuso de poder y violencia familiar es distinta de la protección integral de la mujer, la 26.485. Y ahí vuelve la confusión. ¿Cuál es la definición de violencia familiar en el ámbito de relaciones personales? ¿O es violencia doméstica? ¿Se aplica en niños, niñas y adolescentes esta ley o la anterior? ¿Cómo se compatibiliza una y otra? Entonces, por lo menos, tomar un criterio de definición y mantenerlo consistentemente en toda la legislación ayuda a que podamos transmitir claramente el mensaje para todos los operadores del sistema de salud, de justicia y de políticas sociales. Otro tema que me parece realmente preocupante es la obligación de las denuncias. Yo entiendo la importancia de promover que desde los efectores de salud sean conscientes del papel importantísimo que tienen para cumplir en ayudar a superar las situaciones de violencia, porque muchas veces se trata de mujeres, niñas, niños adolescentes, de personas, que van al sistema de salud con mucha mayor frecuencia y que generan un vínculo mucho más cercano al que jamás van a desarrollar ni con la policía ni con el Poder Judicial. Entonces, entiendo la importancia de trabajar con los efectores de salud, pero llamo la atención sobre la obligación colocada en ellos, sobre todo en un plazo perentorio y sobre todo con una sanción, de efectuar una denuncia. Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 13 La investigación nos muestra que la cantidad de denuncias efectuadas por terceros –y esta es una potestad desde que hay leyes de violencia familiar y es una obligación desde la ley 26.485– es mínima. Podríamos pensar que esto es un problema porque es un incumplimiento de la ley, pero, en realidad, yo creo que lo que muestra es la inefectividad de las denuncias por terceros. Las denuncias, aun hechas por las propias mujeres, son muchas veces dejadas sin efecto justamente porque no existe este mecanismo de sostén, de acompañamiento, de patrocinio jurídico, de atención integral. Entonces, ellas mismas no pueden sostener la denuncia, ni que hablar cuando la denuncia es impuesta por otra persona en un momento en que ella no tiene esa capacidad desarrollada por sí misma para llevar adelante el proceso que recién se comienza con la denuncia. La denuncia es el inicio de un camino totalmente novedoso, difícil y arduo. Si lo hace además sola y cuando no está preparada para hacerlo, difícilmente la lleve a buen puerto. Entonces, la denuncia impuesta por un tercero creo que es un problema más que una solución. Si pensáramos, por ejemplo, en los casos extremos y particulares en los que de repente sí es necesario una denuncia o una intervención de la tercera parte, no podemos imponerla si no tenemos la certeza de que existe el mecanismo de sostén y de acompañamiento suficiente para asegurar las mejores condiciones para esa denuncia que se comienza. Y eso no está, eso no existe o no es conocido suficientemente o no está adecuadamente articulado en todo el territorio de la Argentina. Hago solamente una reflexión. La semana pasada en un congreso médico, en un congreso de medicina de anticoncepción, en una mesa sobre violencia, una médica comentó un par de trabajos de investigación empíricos que se hicieron en algunos servicios de la ciudad de Buenos Aires –algunos en los CESAC y otros en el Hospital de Clínicas–, donde los médicos habían investigado qué percepción tenían ellos mismos y ellas mismas, efectores de salud, respecto de la problemática de violencia. Y también habían reflexionado sobre qué intervenciones habían hecho. Eran ínfimas. Era ínfimo el conocimiento que tenían de la problemática y las intervenciones que habían realizado. Me parece valeroso y valiente y muy importante que hayan hecho esa reflexión hacia adentro y mirarse críticamente para empezar a mejorar y comunicarlo y difundirlo. Creo que más de eso necesitamos: mirar críticamente nuestras prácticas y reflexionar sobre ellas, y a partir de ahí mejorar el diagnóstico que mencionaba al principio. Debemos tener un diagnóstico más claro de cuáles son los problemas que tenemos porque hemos avanzado mucho y porque queremos seguir mejorando para cumplir la promesa normativa de erradicar todas las formas de violencia contra la mujeres. Mirémonos primero críticamente hacia adentro, debatamos pluralmente y en forma colectiva cuáles son entonces los mecanismos más eficaces para llevarnos a mejorar esa situación. En algunas de estas cosas se está avanzado. Uno de los reclamos permanentes que hacíamos desde ELA era el de las estadísticas. En algunos ámbitos eso está mejorando, hay espacios que están tomando nota y difundiendo públicamente los registros estadísticos de las atenciones que hacen. El registro único administrativo es un proyecto que está avanzando, y nos alegramos de esa iniciativa, pero todavía nos falta, por ejemplo, una encuesta nacional que mida la prevalencia y la incidencia de violencia contra las mujeres. Entonces, nunca sabemos todavía a qué proporción de la población estamos atendiendo con diferentes servicios, y ni hablar de la medición oficial de la forma más extrema de violencia que como índice sintetiza el fracaso de todo lo anterior y ese es un número que conocemos gracias al esfuerzo de la sociedad civil, de la casa del encuentro, pero todavía no es un dato oficial. Con lo cual, agradezco realmente la invitación. Agradezco y valoro el interés del Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 14 Congreso Nacional en esta problemática. Espero que este pueda ser el inicio de un diálogo en el que, con todo gusto, agradeceríamos participar. Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la señora Carmela Storani, de la Fundación Sergio Karakachoff. Sra.- Storani. – Buenas tardes a todos y a todas. Quiero agradecer al senador Fernández y a la senadora Corregido la invitación por estar acá. También me quiero referir brevemente a que la Fundación Sergio Karakachoff para el estudio de temas nacional es una fundación que existe hace más de veinticinco años en la Argentina. Nosotros venimos trabajando por la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres a lo largo y a lo ancho del país. Desde la Comisión de la Mujer de dicha Fundación vemos con enorme preocupación el proyecto de ley que hoy estamos tratando acá. De cualquier manera, valoramos el esfuerzo por tratar el tema de la violencia, pero anticipo mi opinión, la opinión de la Fundación, para decir que solicitamos a los señores y señoras senadores que retiren este proyecto de ley, que se pueda crear una comisión bicameral de seguimiento de la ley 26.485, que es la ley de violencia, que entendemos que ha sido el esfuerzo y el trabajo de cantidad de personas involucradas en el tema de la defensa de los derechos humanos de las mujeres. En realidad, la mayor falla –por decirlo de alguna manera– y la mayor ausencia, lamentablemente, es la del Estado. Hay una falta de políticas públicas adecuadas con un presupuesto determinado para que efectivamente cumplan todas las medidas que la ley 26.485 manifiesta. Si analizamos la ley 26.485, vemos que este proyecto de ley no innova en cuanto a las cuestiones específicas, porque ya están todas contenidas en dicha la ley mencionada. Pero más alarmante aún es ver qué es lo que pasó desde 2009 a esta parte en relación al cumplimiento efectivo de las políticas públicas que ordena la ley 26.485; qué pasó con el Observatorio, que es exclusivamente centralizado en lo que es el ámbito gubernamental; qué pasó con las líneas telefónicas. Nos enteramos que la semana pasada, luego de todos estos años, se anunció que se implementará un número telefónico para llamadas de violencia. ¿Pero qué ha pasado con dotar efectivamente de presupuestos a las distintas jurisdicciones provinciales para que puedan tener casas refugio, abogados y abogadas que lleven adelante un patrocinio jurídico gratuito? Yo no quiero reiterar lo que ya se dijo acá, que comparto absolutamente con quienes ya hablaron que forman parte de este colectivo de mujeres que desde hace veinticinco años venimos bregando por tener leyes. Ahora las tenemos. Si sacáramos una fotografía de la República Argentina, y cualquier persona analizara la Constitución Nacional –fundamentalmente, el inciso 22 del artículo 75, y la legislación existente–, diría que la Argentina no necesita una sola ley más porque la igualdad entre varones y mujeres ya existe. Pero resulta que hay una diferencia muy grande entre la igualdad real y la igualdad jurídica. Eso lo sabemos, no solamente los abogados y las abogadas, sino cualquier sujeto de derecho cuando quiere hacer efectivo ese derecho. ¿Qué es lo que pasa para poder garantizar ese derecho? Muchos hablan del garantismo, que no es más que la posibilidad de garantizar un derecho. Para garantizar ese derecho necesitamos tribunales, quienes abogan por esa persona para que ese derecho sea efectivamente real, y lo que acá ya se dijo, el ex post. Y efectivamente para adentrarme en el tema de violencia, este proyecto de ley no solamente es un retroceso a veinticinco años de discusión ideológica en la sociedad argentina en relación a lo que entendemos por violencia de género, sino también al sistema de derechos humanos. A las mujeres les costó más de cuarenta años que se les reconozcan que sus derechos humanos son inalienables e imprescriptibles, porque fue a partir de la conferencia de Viena en 1993 que efectivamente se les dijo a las mujeres que tenían derechos humanos. La de los Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 15 hombres heterosexuales blancos fue en 1948. A partir de esa conferencia de Viena se dictaron cantidad de resoluciones para tratar específicamente el tema de la violencia hacia la mujer. Es así que en la década de la mujer, que fue desde 1975 a 1985, vino la catarata de legislaciones, discusiones centralizadas en lograr analizar y visualizar la violencia hacia la mujer. Tan es así que la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer, que fue sancionada en 1979, ratificada por el Congreso de la Nación en el gobierno democrático del doctor Alfonsín en 1985, y que forma parte de la Constitución Nacional por el inciso 22 del artículo 75, no tenía la de violencia. La de violencia vino después, con las relatorías que existieron, con la Resolución 19 del Consejo de Seguimiento de la Convención de Naciones Unidas. Es recién a partir de la lucha del movimiento de mujeres en todo el mundo donde se empieza a visualizar el tema de la violencia. A partir de ahí, la ley 24.417 en el ámbito de la Capital Federal crea una medida cautelar que logra que, por lo menos, tengamos exclusión de hogar, alejamiento, etcétera. Y costó bastante que los jueces interpretaran y entendieran cómo tenían que aplicar una medida cautelar. Entonces, haber llegado a la ley 26.485, donde se pasa de una concepción de violencia familiar a una concepción de violencia de género fue un paso trascendente. Fue un paso importantísimo. Hoy con este proyecto de ley nos retrotraemos al año 1993, cuando por lo menos se sabía que los derechos de las mujeres son derechos humanos y, dentro de esos, está la defensa de la violencia en contra de la mujer. Ya también acá se dijo que crearía confusión. Yo también soy abogada y trabajo diariamente defendiendo los derechos humanos de las mujeres. Trabajo defendiendo a las mujeres víctimas de violencia. Trabajo defendiendo a las mujeres, niñas y niños víctimas de abuso sexual infantil. Trabajamos ahora por desterrar lo que es la aplicación del Síndrome de Alienación Parental, que empiezan a implementar muchos abusadores en relación a denunciar a las supuestas madres que llevan adelante las denuncias por abuso sexual infantil como que están alienando, distorsionando una aplicación que es bastante peligrosa y que estamos trabajando mancomunadamente entre abogadas, psicólogas, etcétera, para ir desnaturalizando esta mala aplicación de un síndrome inexistente, como acá también se dijo. Tal como se dijo desde ELA y desde la Fundación Sur, hay que analizar qué es lo que pasa en las distintas jurisdicciones. Por ejemplo, en la Capital Federal se encuentra la Oficina de la Corte y la Universidad de Buenos Aires, que tiene un excelente patrocinio jurídico gratuito. En el Práctico de la Universidad de Buenos Aires hay mil alumnos, que forman arriba de ochenta y cinco comisiones. Cada comisión tiene entre treinta y cincuenta casos, según me han dicho, de los cuales tres casos que se presentan, uno es de violencia. Con esto quiero decir que hay herramientas en la Capital Federal, pero pensemos qué es lo que ocurre en la provincia de Buenos Aires, en el Gran Buenos Aires. Yo los invito a que recorran la provincia y hablen con las mujeres que tienen que ir a hacer la denuncia, a quienes les dicen que van a ser notificadas en el domicilio donde conviven con el denunciado. Y no es que la hacen ir una vez, sino todos los días. Además, por la interpretación que hacen de la ley, resulta que también quieren que el señor se notifique que posiblemente tendrá alguna medida de restricción en su contra. Eso ocurre a pasos de la Capital Federal, a 23 kilómetros. Entonces, agradezco que desde la sociedad civil podamos exponer y manifestar cuáles son las contradicciones que estamos viendo. Este proyecto de ley retrotraería una visión, una mirada, de que la violencia hacia la mujer es exclusivamente por el hecho de ser mujer. Eso tenemos que entenderlo así. Hay cantidad de estudios desde el área interamericana, desde el Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 16 área internacional, estudios de organizaciones, que demuestran que la virulencia de la violencia es porque la víctima es mujer, niña o adulta. La abrumadora cantidad de personas víctimas son mujeres. Hay estudios empíricos y análisis estadísticos. Entonces, cambiar el concepto de violencia de género, donde está visualizado como sujeto activo de defensa a la mujer, al de violencia familiar, desnaturalizaría todos los logros y el camino que venimos recorriendo desde hace más de veinticinco años. Por otra parte, releyendo el proyecto de ley con toda la mejor buena voluntad, advierto que para muchas de las cuestiones que están buenas desde el punto de vista administrativo no hace falta una ley. Para aquellas cuestiones relacionadas con la obra social, con el tema de la posibilidad de la licencia, no necesariamente se requiere una ley. Hacen falta modificaciones desde el punto de vista administrativo, ni siquiera una ley. Además, si podemos pensar que la víctima es la mujer y si volviéramos al de la violencia familiar, analizando la ley con el juicio de familia que aparece acá, sinceramente terminaremos en que las mujeres terminarán siendo las victimarias. Acá es quién corre más rápido y hace la denuncia, quién corre más rápido y paga a peritos. Hoy leía detenidamente acerca del juicio de violencia, en el que habrá una demanda, se le dará traslado a la demanda e intervendrán peritos, quienes no podrán ser impugnados por las partes, sino que solo podrán pedir aclaraciones, y me preguntaba qué pasa con una mujer pobre. ¿Qué pasa con una mujer pobre? ¿Qué pasa con una mujer que es madre de niños o niñas víctimas de abuso sexual infantil, pero que a su vez ella es víctima de violencia? ¿Qué pasa con esos chicos y con esa mujer? Lo que pasará es que, si el señor es el que tiene el poder en el ámbito del hogar y el dinero, como nos ha ocurrido en muchos casos, tendremos que las victimarias serán las mujeres. Vamos a tener desalojos para mujeres, allanamientos en contra de las mujeres, etcétera. Yo digo: tengamos pensamiento de que hoy por hoy tenemos una ley, la 26.485. ¿Qué es lo que nos está faltando? Porque la cuestión de la violencia es un tema de derechos humanos, de salud pública y es un tema de Estado. El tema de la salud es una política de Estado. Entonces, pensemos qué nos está pasando si no nos alcanza. Hay una ausencia del Estado. Falta que se implementen políticas públicas activas que ya están delineadas, no hay que inventar más. Para terminar, la propuesta de la Fundación Sergio Karakachoff para el Estudio de Temas Nacionales es que se retire el proyecto de ley, que se pueda seguir discutiendo y, además, que se cree una comisión bicameral de seguimiento y control de la ley 26.485 y de su órgano y autoridad de aplicación, que es el Consejo Nacional de la Mujer. Gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Muchas gracias. Tiene la palabra la doctora Norma Chiapparrone, secretaria general de la Asociación Argentina de Mujeres de Carreras Jurídicas. Sra. Chiapparrone. – Buenas tardes. En primer lugar, yo agradezco este ámbito desde mi asociación. Es una de las veces en que el activismo no nos duele ni nos cuesta tanto, sino que tenemos la satisfacción de poder decir qué es lo que pensamos aun cuando, como en este caso, no sea una opinión coincidente con la de los autores y autoras del proyecto. Agradecemos doblemente por eso. La otra cuestión es que la gran satisfacción es que a lo largo de muchos años el movimiento de mujeres del que formamos parte hace que impensadamente –no tan impensadamente– nos reunamos acá muchas mujeres que participando desde distintos ámbitos de la sociedad civil tenemos una sola voz en el tema que hoy nos ocupa, que es el Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 17 tema de la violencia contra la mujer. Debo decir que suscribo absolutamente todas y cada una de las cosas que han dicho mis colegas y amigas que me precedieron en el uso de la palabra. Yo también creo que tenemos las leyes necesarias para afrontar la problemática de la violencia contra la mujer y cuando esta se manifiesta también respecto de las niñas, niños y jóvenes. Como bien lo sabe la senadora Riofrío, este año con las participantes de la delegación argentina de las Naciones Unidas en la reunión del Consejo Económico y Social en Nueva York, salimos con un “Muy bien”, “Felicitado”, como cada vez que hacemos el enunciado de las leyes que la Argentina tiene. Esto es así y sigue siendo así. Por eso, nosotras hoy en forma casi unánime estamos diciendo que con las leyes que tenemos, tanto la ley 26.485 como la ley 26.061, tenemos la plataforma jurídica necesaria y suficiente para abordar las problemáticas que se derivan de situaciones de violencia. Ahora bien, en este punto también voy a manifestar enfáticamente que desde la sociedad civil consideramos que tenemos leyes buenas, adecuadas, que se compatibilizan con los estándares internacionales y dan crédito a las normativas que los tratados y las convenciones internacionales le han impuesto al Estado argentino, pero si no hay presupuesto, no se puede implementar la ley. Lamentablemente, esto es así. El Consejo Nacional de la Mujer tiene un exiguo presupuesto. Por todas es conocido este detalle o esta descripción. No sé si el Consejo Nacional de la Mujer, en este momento en que se está debatiendo el presupuesto, hará el reclamo pertinente, pero nosotras desde la sociedad civil decimos que sin presupuesto dicho organismo no crecerá ni hará más de lo que ya ha hecho, que con todo respeto creo que es poco pudiendo hacer muchísimo más. Es cierto lo que las colegas decían respecto a que si tuviéramos un nuevo cuerpo normativo, una nueva ley, habría una superposición y un estado de confusión. Ya bastante nos cuesta cotidianamente en los tribunales, tanto en Capital como en el interior del país, donde tenemos colegas que acusan recibo de las dificultades que los procesos judiciales exhiben en la materia. Por eso podemos hablar de esto a nivel nacional, sea en Salta, Jujuy, Rosario, Córdoba, La Pampa, que son algunos de los lugares en donde nosotras tenemos colegas y nos referencian las dificultades. Acá en la Ciudad de Buenos Aires, que una mujer obtenga una medida cautelar o de restricción respecto del violento, cuando no del abusador de sus hijos, puede llegar a demorar meses y mucho más que esto. Esto no sólo pone en riesgo a la mujer, sino que pone en riesgo a los niños. Las amigas que me conocen saben que comparto mis estados de humor. Hoy estoy feliz por estar acá y poder compartir algunas de estas ideas, además de compartir este ámbito con todas estas queridas amigas. Pero, muchas veces, estoy triste o decaída. Está presente Virginia Simari, presidenta de Mujeres Jueces, entidad de la que también formo parte. El trabajo que se viene haciendo con la Justicia, de capacitación, que sabemos que es un trabajo fenomenal y que es un modelo en la región… Cuando hablo de la región, me refiero a Latinoamérica, porque ha excedido los límites de nuestro país el trabajo que ha hecho y sigue haciendo la oficina de la mujer de la Corte. Pero, no alcanza. O será que los casos que tiene Storani, que me llegan a mí o los de Fabiana Tuñez son todos de jueces y juezas que no hicieron esos cursos de capacitación. Algo está faltando todavía. Sabemos que pese a todo, han ido sorteando las dificultades de presupuesto y se están abriendo delegaciones en las distintas provincias dependientes de los poderes judiciales. Personalmente y desde la entidad que represento, creemos que hay que crear un fuero específico en el ámbito judicial. Creo que hay que crear juzgados donde se ventilen de forma Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 18 específica las cuestiones de violencias. Así como también tiene que haber, como se ha hecho en la Ciudad de Buenos Aires, a través del Ministerio Público Fiscal, fiscalías especializadas en materia de violencia. Esta es una idea que tenemos desde hace mucho tiempo. También, es recomendación de los organismos internacionales. No estaba muy segura de decirlo, no por no decirlo. Cuando uno habla de crear nuevas estructuras puede pensarse que estamos burocratizando el andamiaje por donde tiene que pasar el tema de las denuncias. Creo que tiene que haber un fuero especializado. Que la Justicia se abocara específicamente y que hubiera un fuero específico en materia de familia ha sido un logro. Sin embargo, los juzgados de familia entienden un sinnúmero de cuestiones que hacen a las relaciones familiares, sea porque se debaten o contradicen derechos de carácter personal o patrimonial. Pero, lo que hace a las cuestiones de la violencia, creo que deberían ser objeto de estructuras que sean específicas para ello. En orden a lo que dijo Laura Mussa, desde su condición de especialista y como miembro de Fundación Sur y hoy asesora general tutelar de la Ciudad, donde viene batallando y mucho con un gobierno –vamos a decirlo claramente– que no sigue siendo afecto a respetar los derechos de los niños, estén estos en la situación en la que estén. En cuanto a lo que decía Laura, también me llamó mucho la atención que en este proyecto de ley se plantee el tema de la edad en los 13 años. Es un número… Va de suyo que en todo lo que estoy diciendo descuento el trabajo de vuestros equipos y vuestros asesores y la impronta de cada senador o senadora que ha suscripto este proyecto, para llegar a plasmar cada uno de los artículos. O sea que habrá un motivo o una razón. Pero, desde la Asociación Argentina de Mujeres de Carrera Jurídica, no acordamos con esta expresión de los 13 años. Creemos que hay que cumplir con los postulados de la Convención. Y en este orden, no hay que ponerle ni un límite de edad ni un piso. Cada niño, de acuerdo a su edad, desarrollo, capacidades y demás, tiene modos de hacerse entender si se le da el ámbito adecuado para expresarse. Esto habla del principio de progresividad. En cuanto al esquema, tal como está planteado hoy, y el que presupondría la aprobación de este proyecto, creemos que no es admisible, porque estaría violando el principio de no regresividad, aplicable en materia de derechos humanos. Me sonrío porque usted me ha marcado que está por terminar mi tiempo. Pero, hay algo que venimos observando… Sr. Presidente. – Le hago una observación. El tiempo terminó. Pero, dijimos que no iba a ser taxativo. Me parece injusto que la corte, cuando usted está haciendo un planteo positivo. Pero, en la medida de lo posible… Sra. Chiapparrone. – Redondeo. Hay una preocupación muy grande que nosotros tenemos en algunos casos que seguimos. Si bien no hacemos patrocinio jurídico, sí hacemos consejería. Me refiero al tema de la designación en forma arbitraria y absolutamente caprichosa que hacen los jueces o juezas de los tutores ad litem. Eso restringe la capacidad de representación que tienen las madres, que son víctimas de violencia, respecto de sus hijos o hijas que son víctimas de violencia o de abuso. El tutor ad litem se utiliza para domesticar a la madre y someterla a los designios del tribunal. Venimos trabajando en el tema del SAP. Si esta Cámara lo considera oportuno, muchas de nosotras estamos en condiciones de informar acerca de esta temible herramienta que se está utilizando para… Sr. Presidente. – No sé si le es útil y no puedo hablar en nombre de la Cámara, sino en mi Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 19 nombre; estamos decididamente en contra de semejante aberración. Por lo menos, en mi opinión. (Aplausos.) Sra. Chiapparrone. – Me hace un poquito más feliz hoy. La Cámara baja aprobó hace unos diez días un proyecto de resolución oponiéndose en forma tajante y absoluta a la aplicación de esto, porque sabe que es una herramienta que están utilizando los abusadores para seguir violentando los derechos de los niños y de las madres que son víctimas. Nuestro deseo era que la Cámara de Senadores emitiera una resolución igual, porque verdaderamente se ha convertido en un problema endémico en la Justicia. Sra. Negre de Alonso. – En la Ciudad de Buenos Aires. Sra. Chiapparrone. – En la Ciudad de Buenos Aires, exactamente. Así como planteaba la creación de juzgados y fiscalías especializadas, lo cual va a requerir mayor presupuesto; creemos también que en estas cuestiones tiene que primar el principio de la oralidad. El expediente, para todos aquellos y aquellas que hemos ejercido la profesión antes de vincularnos con otros espacios para el desarrollo de nuestro trabajo, es agobiante y, si es agobiante para el profesional, para las víctimas es absolutamente lapidario. La OVD está haciendo un trabajo fantástico pero están absolutamente desbordados. Las dos oficinas del Patrocinio Jurídico Gratuito por una acción conjunta del Consejo Nacional de la Mujer y la defensora general de la Nación están trabajando muchísimo pero tienen sus limitaciones para ellos. En definitiva, aunque podría seguir hablando un rato más, es necesario elaborar un plan nacional para erradicar la violencia de género. Este Congreso, que en este momento está examinando el Presupuesto General de Gastos y Recursos de la Nación tienen la oportunidad de asignar partidas necesarias para ello. O, por lo menos, porque todos sabemos que las necesidades son infinitas pero los recursos son escasos hacer un esfuerzo para dar el puntapié inicial en esto que es el único remedio que nos puede dar frutos a largo plazo. Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la diputada nacional Fernanda Gil Lozano. Sra. diputada Gil Lozano. – Buenas tardes, agradezco muchísima la posibilidad de generarnos consensos y poder trabajar sobre este tema. Con María Eugenia Estenssoro, desde que trabajamos en la Ciudad de Buenos Aires, venimos trabajando el tema y observando aquello que, finalmente, pudo ponerle números la sociedad civil que eran los casos de femicidios y de violencia. Para no ahondar en cosas que ya se dijeron y con las que acuerdo plenamente, me gustaría aportar otra mirada. A veces lo digo en chiste que tengo la suerte de no ser abogada, espero que no se enojen los abogados. Tengo una formación distinta, lo digo como humanista; soy egresada de la Facultad de Filosofía y Letras y tengo un posgrado en sociología de la cultura. Entonces, el aporte que puedo hacer no va a ser de cita de incisos y de críticas quizá de cocina de las leyes y de toda una experiencia riquísima que tantas ONG´s acá tienen con las víctimas de violencia, sino que me gustaría entrar desde la cultura y desde una historia. La historia de la opresión, la historia de la violencia. En líneas generales durante la lectura de esta ley tuve la percepción de decir “¡ay, otra vez sopa!”. Me parece que el avance que significó el modo de abordaje de la violencia por parte de la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad social y la toma de conciencia acerca de que esta enfermedad siempre va a cobrar sus víctimas en los sujetos vulnerados – niñas, niños, mujeres, adultos mayores, personas con diferentes discapacidades físicas o psíquicas–, es algo que cae de madura. Pero cuando tenemos cierta conciencia y cierto trabajo conceptual sobre de qué hablamos cuando hablamos de violencia. Me voy a permitir hacer un excursus y contar una anécdota porque estoy ante un Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 20 dilema que tiene que ver con la violencia cultural y con la violencia simbólica. Hay un programa que se llama Buenos Muchachos en el canal de televisión C5N, allí cinco varones estaban contando su primera vez. Es un programa que tiene una difusión importante y que es motivo de comentarios de oficina de los que participan mujeres y varones. El “Coco” Basile – soy de Racing, lo tengo que confesar– dijo que su primera vez había sido con otros trece amigos, o sea catorce, y habían estado todos con la misma mujer. O sea, se había violado a un ser humano en situación de prostitución y esto trajo el corrillo “¡jo, jo, jo! ¡ja, ja, ja!”. Esto es algo que quiero marcar como parte de un trastorno cultural que arrastramos desde fines del Siglo XVIII. En la Revolución Francesa, el concepto de frater, el concepto de hermandad tenía que ver y lo daba la violación a la misma mujer entre varones. Dentro de lo que son las formas culturales hay efectos de larga duración en donde a fines del Siglo XVIII podemos encontrar escritos que hablan de la fraternidad y de la hermandad entre varones a partir de violar a una misma mujer y, por ejemplo, en un programa de televisión en el Siglo XXI donde se ponen a contar historias los varones y aparece nuevamente el concepto de que, después de esa experiencia, estos catorce fueron amigos toda la vida, casi hermanos. No creo que el señor “Coco” Basile haya leído lo que yo leí sobre la Revolución Francesa o se haya puesto a reflexionar sobre esto, pero es importante ver el arraigo y cómo esculpe la cultura a nuestra vida, nuestro cuerpo y nuestras reacciones. Las risas y los llantos no son espontáneos, son productos de una cultura y de una forma de percibir el mundo. Aparece otro, Cóppola: “¡Ah, lo mío fue una ternura!”. Todos hubieran esperado otro adjetivo ligado al erotismo, no: “una ternura”. ¿Por qué “una ternura”? Porque la señora que le tocó a él tenía un embarazo de 7 meses. El acto tierno tenía que ver con que él no rechazó a esta mujer en situación de prostitución que dada su pobreza o vaya a saber qué coacción dicha o no dicha, consciente o no consciente se vio obligada a ejercer la prostitución con una panza de 7 meses. Lo que se veía como acto de ternura es que él se la habías bancado. Es decir: hizo el amor con una mujer con un embarazo de 7 meses y no pidió otra. Me quedé pensando porque siempre que escucho cosas como estas digo: “¡voy a hacer una denuncia penal!”. Y después dije: “¿A quién le tengo que hacer la denuncia penal?”. ¿Por qué la denuncia penal? Porque me “shockeó” la naturalización de la violencia y las posibilidades que tenemos de reírnos de lo que en realidad es para llorar o de vanagloriarnos de aquello que la sensatez indicaría que hay que ocultar. Y hay otros programas que podría citar que son muy exitosos y que tienen mucho más rating, pero me llamó la atención cómo se comienza naturalizando una violación de catorce sujetos hacia otro y la situación de extrema vulnerabilidad de una mujer embarazada de 7 meses teniendo que someterse a la prostitución. Y esto se va naturalizando y es una violencia que genera, esculpe, transmite y afecta. Octavio Paz tiene una frase en un libro que se llama El Laberinto de la Soledad. Él está trabajando en este libro sobre el machismo mexicano y el dilema del amor. ¿Qué es el amor para las mujeres? ¿Qué es el amor para los varones? ¿Cómo ser mexicano cuando hablamos el idioma de los españoles? Quizás es transferible a toda América Latina. ¿Qué clase de identidad tenemos cuando nuestro idioma es el idioma del pueblo que nos conquista? Es decir, un libro con una perspectiva filosófica profunda. Y cuando se refiere a ¿qué somos los seres humanos o cuál es nuestra naturaleza? Porque también existe la tendencia a pensar que esto es por naturaleza. Y él dice algo maravilloso y lo dice mucho mejor que yo. Dice: “la naturaleza de los seres humanos fue habernos alejado del orden natural”. Es decir, fue haber generado cultura, una distancia entre los monos, los delfines y etcétera. Vieron que además, para explicar los temas de violencia familiar nos comparan con la “Mona Chita” con Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 21 lo que hacen las delfinas o las aves que cuidan a sus hijitos aunque sean defectuosos. Tenemos una tendencia a poner ejemplos, sobre todo cuando se trata de mujeres para legitimar determinadas leyes o sanciones. Y esta expresión de Octavio Paz que es muy importante, me pareció fantástica para tomar conciencia de que primeros somos seres culturales. Y esto creo que es una buena noticia si la podemos incorporar como parte de nuestro patrimonio de conocimiento. Es decir, así como hacemos una barbaridad, tenemos la capacidad de hacer algo grandioso y todo esto tiene que ver con lo que hacemos y con lo que no hacemos. Y me voy a permitir disentir en algunas exposiciones que se expresaron. No creo que haya ausencia del Estado en la Argentina. En determinados termas, por una cultura patriarcal, el Estado se hace presente y de la peor forma. No es que no está presente, sino que está presente. Cuando una mujer o un sujeto vulnerado por fin se deciden, ¿a dónde se nos ocurre ir? Vamos a la policía. Porque parece que es la única que puede hacer algo. Esto me lleva a otra pregunta que también tiene que ver con las leyes que acá se nombraron. La Ley de Protección Integral a las Mujeres, sinceramente, la voté protestando y dije en la Cámara que para mí había propuestas superadoras. No acuerdo con el concepto de género y con un montón de cuestiones sesudas. No voy a aburrir a nadie con esos temas, pero era un primer paso. Es decir, la puerta de entrada hacia otro tipo de discusión, como es esta. ¿Qué pasa con la violencia simbólica? ¿Cuál es el concepto de violencia que tenemos que trabajar para salir de esta trampa en la que estamos todos naturalizando el disparate? La verdad es que la ley 26.485 y una ley anterior, la 26.061, que es la de Protección Integral de la Niñez, tienen un problema de base: no tienen presupuesto. El otro problema es que están acompañados por una cultura patriarcal que no está sensibilizada a registrar la violencia, ni siquiera a preocuparse. Dicho todo esto -y que me parece que es el aporte-, deberíamos trabajar primero el tema de la violencia. Me preocuparía por el desarrollo de una protección integral hacia la discapacidad y nuestros adultos mayores. Yo sé de la tentación a la bolsa de gatos, que es que metemos todo y parece más fácil, pero no lo es. Uno cuando lee el derecho comparado, ve que hay una serie de cuestiones de prueba y error donde en esta situación tenemos que ser capaces de poder trabajar en su especificidad. Por último, hay otra línea. Esto tiene que ver cuando ya está la violencia, cuando no sabemos qué hacer con estos índices y hay una perpetración, es decir, que hay un olvido –y yo me involucro-. ¿Cómo fortalece el Estado la prevención con políticas públicas la plaza, el barrio, las calles y las casas? ¿Cómo estamos trabajando la masculinidad? ¿Cuáles son los ciudadanos que nosotros estamos formando en la Argentina que viene? ¿Estamos realmente trabajando sobre estas identidades? Yo soy producto de la escuela normal, una escuela autoritaria. Me banco todas las críticas, pero defiendo a Sarmiento porque él estaba con el ciudadano soldado, con la mujer que era la mamá o segunda mamá como maestra, es decir, había una idea clara y una construcción sobre esos conceptos. Hoy estamos en la peor de las situaciones y no estamos pensando nada. Esto es lo que hace que por los intersticios de lo no dicho y de lo no legislado, el Comfer no pueda reaccionar en un programa, como puede ser del que acabo de contar esa anécdota. Tengo que ser yo la que presenta una denuncia penal. En realidad, debería denunciar al Comfer porque no está cumpliendo con sus deberes. Esto es política. No se puede decir en un canal de televisión que una violación es algo gracioso o que estar con una mujer embarazada de siete meses, prostituta, sea un acto de ternura. Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 22 Ahí es donde nos está faltando toda esa otra parte que tiene que ver con el trabajo para la paz, hacia la comunicación no violenta, del fortalecimiento de aquellas capacidades y actitudes. En pocas palabras, es el trabajo que las mujeres debemos a la política. Es hora de que femenicemos la política, los valores con que las mujeres fuimos educadas. Porque son valores tan importantes como la fortaleza –entre comillas- que dicen los varones que tienen cuando siempre saben cómo hacer una guerra, con quién pelearse. Las mujeres sabemos cómo llegar, quizá, a resultados que no son tan importantes, pero lo hacemos porque estamos acostumbradas a trabajar con la mirada lateral y con la cuestión holística. Nuestra experiencia genética -la reconozcamos o no- nos muestra que llevar el camino que nosotros vamos a hacer para una modificación es tan importante como el resultado. El resultado va a depender de cómo hagamos esa construcción. Entonces, es hora de tomar ese desafío. Y si vamos a trabajar la violencia, tenemos otros sujetos que todavía no tienen la debida atención. Tenemos que dar recursos para lo que ya tenemos y que está ahí, incluso, hay leyes, que no se reglamentaron del todo. Además, comenzar a trabajar con esta línea, que es el espacio de la paz y de la cotidianeidad, darle una jerarquía, es decir, es lo que va a depender nuestra vida. Deberíamos mirar con otro cuidado, y eso también es parte de una política de Estado. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la doctora Fabiana Bellini, secretaria del Instituto de los Derechos de las Mujeres del Colegio de Abogados de San Isidro. Sra. Bellini. – Muchísimas gracias a la Cámara de Senadores que ha permitido participar en esta oportunidad al Colegio de Abogados de San Isidro. Represento al Instituto de los Derechos de la Mujer, que es un espacio de muy insipiente formación. También está la presidenta, doctora Pedreta. Como Comisión, estamos conformadas hace bastante tiempo. Somos todas abogadas militantes de los Derechos Humanos de las mujeres, cada una desde sus espacios y formaciones. Fundamentalmente, desde el derecho de familia y laboral, cada una aboga por los derechos de las mujeres. Vemos con muchísimo entusiasmo la posibilidad de este debate, ya que nos parece muy rico y fructífero. Es muy difícil seguir hablando cuando hay un montón de cosas que ya se han dicho. Al estar en este orden como expositora, podría decir que adherimos -como Colegio de Abogados- a todas las intervenciones, opiniones y criterios. Venimos de un departamento judicial que está a veinte kilómetros de distancia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tenemos una Justicia muy diversificada, donde las cuestiones de violencia familiar o de género, niños, niñas y adolescentes, son tomadas desde distintos espacios y fueros. Lo que implica que una mujer cuando la recibimos en el espacio – como digo yo- de la trinchera, tenemos que pensar qué estrategia podemos implementar. La más posible y adecuada para esa mujer que viene “cacheteada” desde los cuatro costados, y muy vulnerable, donde su autoestima está ostensiblemente reducida, producto de la violencia, de todas sus maneras, quizá, la más visible siempre es la física, pero como se ha dicho acá, la violencia psicológica también causa perjuicios que no son visibles, pero que dañan. A lo mejor, las posibilidades de recuperación son más difíciles aun cuando vienen con niños y niñas. Esas mujeres son las que se nos presentan a diario, y les tenemos que dar una respuesta, sentarnos a pensar qué podemos hacer en base a las leyes que tenemos, ya que son suficientes. Nuestro país ha ratificado convenios internacionales que ya han sido explicados y enumerados por quienes me precedieron en el uso de la palabra, como el de Belem do Pará, CEDAW, la Convención Internacional de los Derechos del Niño, y las leyes nacionales que han permitido adecuarse a esos instrumentos internacionales. El mejor ejemplo es la ley Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 23 26.485, y aún nos faltan respuestas para darles a las mujeres. Es muy difícil, doloroso y frustrante cuando estamos en la trinchera escuchar a las mujeres que han tenido que ir con los papelitos deambulando de lugar en lugar. Digo técnicamente con los papelitos porque la justicia está totalmente descentralizada en estos distintos fueros y depende de la incumbencia, es decir, una madre puede ir a hacer una denuncia por violencia familiar, en el mejor de los casos en que el distrito tenga, a la Comisaría de la Mujer o del barrio. De ahí, tiene que ir al juzgado de familia, si es que le corresponde por su domicilio, o en su caso, como la provincia de Buenos Aires ha descentralizado los fueros de familia por una sobrecarga de tareas, en los juzgados de paz letrados, donde la señora que viene a hacer la denuncia está siendo acompañada por otra mujer que, a lo mejor, viene a hacer una denuncia por una certificación de domicilio o por una cuestión de vecindad o una cuestión de medianería –no estoy subestimando esas problemáticas, pero no se condice ni tienen punto de comparación–, donde un juez de paz está acostumbrado a batallar en otras dimensiones del derecho, no tiene equipo técnico, utiliza los equipos técnicos que de alguna manera toman desde los municipios. Con lo cual, esto implica que salvo situaciones de gravedad y de urgencia la mujer pueda tener un informe de riesgo y una evaluación de su situación en horas o, a lo mejor, si al juez de paz se le ocurre manda un oficio para que al señor le hagan una pericia psiquiátrica o una pericia socioambiental en el domicilio donde la mujer vive y transcurran desde el momento cero, que la señora hizo la denuncia en una comisaría de la mujer, cuarenta días hasta que digan: “Bueno, quizás está en condiciones, pero si no me trae la foto de lo que ocurrió aquel día…” Bueno, esto está ocurriendo a veinte o veinticinco kilómetros de distancia. El Colegio de Abogados de San Isidro forma parte del departamento judicial de San Isidro, donde tenemos una justicia específica en el fuero de familia, donde estamos viendo –y esto es un trabajo que hemos compartido con la Fundación Mujeres en Igualdad– mujeres que nos dicen: “Yo he ido a denunciar porque ustedes me han dicho, me han sostenido, me han acompañado y ahora en lugar de ser denunciante, paso a ser denunciada, paso a ser observada, paso a ser enjuiciada porque ustedes mismos me dijeron que denuncie, que denuncie la violencia, que denuncia el abuso de que mis hijos o hijas eran víctimas, y ahora me encuentro con que yo soy la que está obstruyendo el vínculo, soy la que está provocando el famoso “síndrome de alienación parental”, o soy la “madre tóxica”, o soy la madre que le pongo un cassette, la que le está llenando la cabeza a mis hijos y corro el riesgo, por lo que usted me dijo que hiciera, es decir la denuncia para proteger a mis hijos, de que ahora un juez me diga bajo apercibimiento de cambiar la tenencia. Esta es la situación en la que nosotros nos encontramos. Pido disculpas al Instituto porque estas palabras no las tenía previstas pero me pareció que era importante porque la realidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la conocemos pero no la realidad de un departamento judicial que es muy cercano al nuestro. Esto es lo que está ocurriendo, lo que las abogadas padecemos. Si nosotros como abogadas, que tenemos los recursos suficientes porque elegimos y amamos esta profesión para abogar por los Derechos Humanos de las mujeres, muchas veces flaqueamos y tratamos de apoyarnos en un montón de caras conocidas que vemos acá en este momento para no flaquear, para ver qué estrategia legal o estrategia artesanal podemos llegar a armar para que esa mujer pueda ser sostenida y evidentemente pueda tener una reparación para la violencia o las secuelas de la violencia que viene padeciendo, cuánto más se sentirá afectada esa mujer para que después nos diga: “Y la verdad es que no sé para qué hice la denuncia”. En una breve reseña de entrevistas que tomamos hace un tiempo con la Fundación Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 24 Mujeres en Igualdad, de la cual tuve oportunidad de participar, era tristísimo escuchar los testimonios de las mujeres cuando la frase, para resumir su experiencia, por atravesar Tribunales era: “No sé para qué fui a la justicia, la próxima vez no voy”. Creo que tenemos que trabajar en ese sentido. Si los jueces y juezas hablan por sus sentencias creo que tenemos que trabajar para que realmente todos los instrumentos normativos de los cuales disponemos sean aplicables y sean eficaces. Luego de irme un minuto, voy a hablar de lo que me mandaron a hablar. Perdón. Consideramos que este proyecto de ley desconoce el sistema normativo vigente, desconoce la existencia de los instrumentos normativos internacionales mencionados, los instrumentos nacionales cuyas sanciones en su oportunidad han sido un logro de años de lucha y de militancia desde diferentes espacios para que la protección integral de los derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes fueran reconocidos y efectivos, puesto que los mandatos patriarcales abonaban su invisibilización. La ley 26.485, la ley 26.061, la ley 24.417, la ley 12.569 y sus modificatorias y ampliatorias, la ley 13.298. La ley 26.485, sancionada en marzo de 2009, permitió adecuar nuestra legislación nacional a los compromisos y estándares internacionales y regionales asumidos cuando nuestro país había ratificado convenciones internacionales de rango constitucional. La ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos donde se desarrollan sus relaciones interpersonales endereza nuestra normativa a la luz de la Convención de Belém Do Pará. Esta ley considera todas las formas de violencia que sufren mujeres y niñas en todos los ámbitos en que desarrollan sus vidas, determinándolas de manera pormenorizada. Consideramos que este proyecto de ley de protección, sanción y erradicación de la violencia y abuso de poder en el ámbito del grupo familiar es innecesario además de perjudicial, porque retrotrae al ámbito de aplicación de las situaciones de violencia nuevamente a lo doméstico y familiar. Además, al referirse a los miembros de la familia en forma genérica invisibiliza a las mujeres y niñas, que son las principales víctimas de violencia, y vuelve a jerarquizar la neutralidad de género de la violencia familiar; concepto que ya había superado por la ley 26.485. La discriminación de las mujeres, niñas y adolescentes en relación al respeto de sus derechos civiles, sociales, políticos y económicos, y en especial a la preservación de su vida y de su integridad, requieren de la activación de los mecanismos de exigibilidad jurídica que ya han sido previstos en los ordenamientos legales. Sin dejar de considerar que pese a la legislación vigente el acceso a la justicia de las mujeres y niñas que padecen violencia de género es aún difícil de lograr y efectivizar en las condiciones de vulnerabilidad en que se encuentran. Se debe sumar a ello que sólo del relevamiento de las decisiones judiciales lo que más abunda es la revictimización de las denunciantes. Retrotraer el debate como este proyecto de ley ahora en discusión plantea implicaría: no cumplir con lo establecido en las convenciones ya detalladas; desconocer el reclamo insistente de las organizaciones de mujeres que trabajamos desde los años noventa para el reconocimiento de la violencia contra las mujeres y niñas; y más grave aún –y en eso existe consenso entre todos los organismos que abordamos los derechos de las mujeres– es que este proyecto pone a las mujeres y niñas en pie de igualdad de condiciones de padecer esta violencia con el hombre. Se ha tratado de regular con criterios de Derechos Humanos las conductas que se desarrollan generalmente el ámbito del hogar como manifestaciones de relaciones de poder, históricamente desiguales entre hombres y mujeres. Estas conductas que hieren la dignidad Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 25 humana y son socialmente transversales, ya que desconocen clases sociales, económicas, niveles de educación… Sr. Presidente (Fernández). – Doctora: en la medida que pueda le pido que vaya redondeando. Sra. Bellini. – Perfecto. Son conductas que hieren y que se encuentran atravesadas a toda la población, y no discriminan en cuanto a educación, por lo tanto son universales. Este retroceso legislativo también implicaría avalar la naturalización de pautas que contribuyen a perpetuar y justificar la desigualdad entre hombres y mujeres. Ninguna de las medidas propuestas en este proyecto son innovadoras, por el contrario. Necesitaríamos que se tornen efectivas las políticas públicas que impulsa la ley 26.485 para los ámbitos de seguridad, educación, salud y justicia. De igual manera, el colectivo vulnerable que el proyecto de ley tiende a proteger encuentra satisfecho su tratamiento a través de instrumentos específicos ya señalados. Por lo tanto, consideramos que el lenguaje que la ley utiliza es totalmente inadecuado porque invisibiliza a la violencia familiar o doméstica. Consideramos que el lenguaje no es inocuo, porque en él reside la diferencia y también la libertad humana. Con lo cual, lo que estamos necesitando es garantizar verdaderamente a las mujeres el acceso a una verdadera justicia, que pueda supera los costos, la falta de información, la desconfianza que las mujeres mismas sienten en el Poder Judicial y en la convicción de que sólo las personas adineradas pueden asegurarse un proceso exitoso. Necesitamos procesos carentes de excesivos rigorismos formales, demoras en los procesos, causas geográficas que impidan la inmediatez, políticas de vivienda y empleo, asistencia psicológica, cuidados de niños, patrocinio jurídico especializado. Por lo tanto, por todas estas razones solicitamos sea retirado este proyecto de ley. Muchísimas gracias. Quisiera permitirle la palabra dos minutos, si fuera tan amable el senador… Sr. Presidente (Fernández). – No soy amable. Hay que respetar la lista. Si no, no cumplimos. Sra. Bellini. – No, no. Quiero decir que tenía algo para aportar muy importante la Comisión de los Derechos de Niños del Colegio de Abogados de San Isidro. Sr. Presidente (Fernández). – Está anotada. Sra. Bellini. – ¿Viene después? Sr. Presidente (Fernández). – La doctora Diana Fiorini. Sra. Bellini. – Ah, perfecto. Muchísimas gracias. Sr. Presidente (Fernández). – ¿Vio que somos muy amables? Sra. Bellini. – Muchas gracias, muy amable. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la doctora Nina Brugo Marco, de la Fundación de Agenda de las Mujeres. Sra. Brugo Marco. – Agradezco a las senadores y senadoras de la Comisión de Justicia por poder intercambiar aquí opiniones. Sobre este proyecto de ley en tratamiento, sintéticamente diré lo siguiente. En primer lugar, reconocemos en el mismo que posee varias normativas de interesante apreciación sobre este flagelo de la violencia y abuso de poder en el ámbito familiar. En segundo término, no obstante lo manifestado en el punto anterior, apreciamos que los actuales tratados internacionales, las leyes vigentes 24.417, 26.061, 26.485, y las distintas y correctas leyes provinciales dictadas, por ejemplo, en las provincias de Buenos Aires y de Córdoba, cubren con creces el tratamiento de esta problemática, a pesar de la ineficacia que Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 26 pareciera que poseen al no haber conseguido disminuir hasta ahora el flagelo de violencia intrafamiliar. Eso se debe fundamentalmente a una cultura patriarcal inexistente. Yo les pregunto: ¿no creen ustedes que quizás ayudaría a luchar contra esa cultura patriarcal que se aplique la Ley de Educación Sexual que lleva muchos años de vigencia y todavía no se aplica? En tercer lugar, este proyecto de ley en tratamiento contempla cuestiones de normativa de procedimiento, las cuales solo tendrán aplicación en la Justicia de la Nación, dado que las provincias son soberanas al dictado de legislaciones procesales. Yo llevo cuarenta y cinco años de recibida de abogada y he dedicado una vida a la problemática que hacen, no solamente a mi género, sino a nuestra sociedad en general. En ese sentido, teniendo en cuenta mi vasta experiencia, les puedo decir que en asesoramiento y en patrocinio en casos de violencia en tribunales de familia nacionales he asistido a las dificultades referidas a la aplicación de las diferentes legislaciones vigentes. Por eso, entendemos que de ser sancionado este proyecto en análisis, complicaría muchísimo más la eficacia de los fines que tiene como propósito este proyecto de ley. En definitiva, inferimos que una nueva ley que trate la temática que ya ha sido abordada suficientemente por las leyes aquí nombradas podría entorpecer a los tribunales su aplicación por complicar la necesaria armonía que debe existir entre las legislaciones. Por lo tanto, senadoras y senadores, no aconsejamos la sanción de este proyecto de ley, sobre todo por las cuestiones vinculadas a la vida cotidiana que han manifestado muchas de las personas que me antecedieron. Gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra la doctora Diana Fiorini, que es la última disertante de la tarde. Sra. Fiorini. – Mi nombre es Diana Fiorini. Soy directora de la Defensoría del Niño del Colegio de Abogados. Hace dieciséis años que trabajamos con chicos. Traigo un dictamen respaldado por nuestro colegio de abogados. Sintéticamente, ¿qué nos preocupa? Primero, la tensión que hay entre normas nacionales y normas provinciales. Esto hace que en algún momento puedan suceder situaciones de discrecionalidad que pueden significar situaciones de desigualdad en la práctica. Esto es algo que seguramente ninguno de nosotros queremos. En segundo lugar, tratar de acompasar normativa existente con normativa nacional que está en tensión entre sí –se ha dado el ejemplo del abogado del niño, pero también podríamos señalar una entre el proyecto propuesto y la legislación provincial– implica también un trabajo hermenéutico en cada caso en particular donde seguramente habrá chicos o chicas en una situación de violencia. Muchos de nosotros conocemos las cuestiones cotidianas, ya que trabajamos en el ámbito. Quizás sería bueno hacer estudios de carácter empírico para entender cuáles son las necesidades jurídicas insatisfechas de los chicos en cada uno de los momentos del proceso de violencia, desde el momento de la denuncia hasta su contacto con las instituciones, con las cuales muchas veces se produce violencia secundaria, hasta el término del proceso y, fundamentalmente, el después. La provincia de Buenos Aires está haciendo en este momento un proceso de adecuación con muchísimas dificultades con respecto a los derechos de niños, niñas y adolescentes, porque aun en el caso de violencia no es un solo colectivo, ya que hay niños migrantes, niñas migrantes, niños con capacidades especiales, niños cuyos papás tienen situaciones especiales y niños con problemas de salud mental que pueden o no ser víctimas de las diversas formas de violencia. Por lo tanto, este trabajo no es solamente la adecuación de la Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 27 ley nacional a la ley provincial, sino también implica todo un contexto de interpretación y adecuación normativa dentro de un complejísimo régimen normativo. Por las razones expuestas, sugerimos que no se siga adelante con este proceso, pero que se continúe con la investigación y el debate sobre las realidades genuinas de las necesidades de nenes, nenas y adolescentes en contextos de violencia. Muchas gracias. (Aplausos.) Sr. Presidente (Fernández). – Tiene la palabra el señor senador Morales. Sr. Morales. – Quería que se le permita hacer uso de la palabra a la diputada Barbagelata. Sr. Presidente (Fernández). – Yo quiero hacer un comentario al respecto. Nadie que trabaja en esta temática puede dudar del conocimiento y del respeto con que la diputada trabaja en este sentido, pero habríamos acordado una lista. En segundo lugar, es una diputada nacional y estamos en un debate en el Senado. No sé si está bien que nosotros hagamos esto, porque seguramente si nosotros vamos a la Cámara de Diputados, no querrán hacerlo, y ha sido una conducta de mi bloque sistemáticamente sostener que los diputados nacionales no debatan en el Senado. Entonces, con el mayor de los respetos –porque lo tengo y ella sabe que lo tengo– no me parece que esté bien. No he sido yo quien invitó, sino el bloque de la Unión Cívica Radical. Sr. Morales. – Pero ¿cuál es la norma esa? Sr. Presidente (Fernández). – Ninguna. Sr. Morales. – Va a aportar al debate acá. ¿Por qué vamos a impedir que alguien aporte algún concepto? Sr. Presidente (Fernández). – Diputada, haga uso de la palabra. Sra. diputada Barbagelata. – En primer lugar, los felicito por hacer una audiencia pública e inviten a todas las organizaciones de toda la vida y se busque consensuar, dentro de las disidencias, algún proyecto. Lo que lamento profundamente es que no haya venido ningún organismo del Estado nacional. Han sido invitados el Consejo Nacional de la Mujer y el Ministerio de Justicia. ¿Por qué menciono al Consejo Nacional de la Mujer? Porque es el órgano de aplicación de la ley que es pionera, la 26.485. No voy a redundar que comparto con todas las compañeras feministas de las organizaciones sociales todos los planteos que han hecho, pero les digo que acabamos de estudiar el presupuesto, donde se le reduce un millón de pesos a la partida asignada al Consejo Nacional de la Mujer, y además se gasta el 77 por ciento en personal. Hace cuatro años que soy diputada. Juntamente con la diputada Gil Lozano venimos todos los años solicitando pedidos de informes que no se nos responden. Tenemos invitada permanentemente a la presidenta del Consejo Nacional de la Mujer y jamás asistió a alguna de las invitaciones. ¿Por qué? Porque no se cumple la ley 26.485. Entonces, no solo es un retroceso muy grande en el concepto de violencia que todos los parámetros internacionales ordenan a la Argentina y que nuestro país firma, y no se cumplen en este proyecto de ustedes, sino que no se cumple con la ley por la que tanto peleamos. Fue iniciativa del senador Morales, Perceval y Gallego en 2008, donde fuimos convocadas un montón de organizaciones para debatir esto, y salió una ley que es pionera, que es ejemplo, que la copian de los países limítrofes. No la cumplimos. Quiero que alguien me diga si hay una sola campaña de prevención gráfica, televisiva o radial, de la violencia de género. No hay una sola. La única campaña que hubo, la pagó España. Una ONG de España le pagó al gobierno argentino una campaña, que es: “Sacale la tarjeta roja al maltratador”. Dirección General de Taquígrafos “2013 – Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813” 24.9.2013 Reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, de Presupuesto y Hacienda, de Trabajo y Previsión Social y de Banca de la Mujer Pág. 28 Tengo presentado un proyecto en Fútbol para Todos para que en los spots publicitarios donde publican los ministerios se diga la leyenda: “Si te pegan, es violencia. Llamá al 0800”. Ustedes saben que el Fútbol para Todos es absolutamente popular. Vamos a llegar a todos los hogares donde están las mujeres discriminadas, aisladas de sus vínculos, donde pueden quizás oír, ver esta propaganda y luego pedir ayuda. Jamás se trató. Mañana plantearé en la sesión las preocupaciones que tenemos con todos los temas de género, a los que no se les destina presupuesto. Espero que esto lo vean y que no se adelanten a pensar en la sanción de este proyecto. Les pido que revean, porque esta es una lucha de años. Acá está mi ONG, en donde hace más de veinte años estamos trabajando sobre estos temas y conozco los costos y logros para poder incidir de alguna manera con todas las tipologías de violencia. Lamento no haber llegado a tiempo, pero estábamos tapados de comisiones en la Cámara de Diputados. Lo que más lamento es no haberlo hablado con la senadora Corregido, que es una persona a la que respeto mucho, con quien comparto un grupo parlamentario y es una feminista de lucha. Por eso, lamento no habérselo dicho antes. Muchas gracias. (Aplausos.) – Se da por finalizada la reunión. ‒ Son las 17 y 27. Dirección General de Taquígrafos