Marcha Mundial de Mujeres-Chile contra los Monocultivos Día Internacional Contra los Monocultivos de árboles a gran escala 21 de Septiembre de 2010 En Chile a pesar de que contamos con un bosque único en diversidad y riqueza, el modelo de desarrollo forestal imperante se ha basado sistemáticamente en plantaciones de monocultivos a gran escala de especies exóticas y su explotación para celulosa y exportación de madera. Desde 1974 este rubro ha crecido exponencialmente gracias al uso y abuso del Decreto Ley 701 de fomento forestal aun vigente, funcional al sistema neoliberal y en beneficio del poder del capital. Actualmente, las plantaciones forestales en Chile cubren una superficie de unas 2,5 millones de hectáreas, de las cuales alrededor del 92% corresponde exclusivamente a especies de pino y eucaliptos. Estas plantaciones se encuentran localizadas principalmente entre la VI y la X Región. El 77% de la superficie de éstas se concentra en las regiones del Maule (439 mil ha), Bío Bío (861 mil ha) y Araucanía (434 mil ha). El sector forestal se ha constituido en uno de los líderes de la economía nacional, sólo superado por la minería. En este sentido, Chile puede efectivamente llamarse país forestal, pero ¿para quienes?. La Corporación Chilena de la Madera, Corma, estima que este año habrá embarques por un total de US$ 4.600 millones, pero lamentablemente este dinero se queda entre pocas manos, principalmente en las de grandes empresas. Así, nos encontramos con que las regiones con mayor desarrollo forestal, son aquellas que presentan los mayores índices de pobreza, 20,8% en Maule, 21% en Bío Bío y 27,1% en la Araucanía, muy superiores al índice país. Pobreza que recae aun con mayor fuerza en las mujeres. Las plantaciones forestales, lejos de contribuir a nuestro desarrollo -el de todas y todos, especialmente de campesinas y campesinos- han traído consigo graves consecuencias al medio ambiente y a las comunidades locales. Estas plantaciones destruyen los ecosistemas y la agricultura de subsistencia, atentando contra la soberanía alimentaria de nuestro pueblo. Generan desempleo y provocan el despoblamiento rural, agotan los recursos hídricos y los suelos y los contaminan por el uso indiscriminado de agrotóxicos. Violan los derechos de los Pueblos Indígenas, destruyen la soberanía alimentaria y matan la cultura campesina. Este modelo forestal insustentable, ha reemplazado más de 200 mil hectáreas de bosque nativo de la zona centro-sur del país y ha desplazado a miles de campesinos de sus tierras, que emigran hacia los cinturones de miseria de las ciudades. Sin tierra, sin empleo, sin agua, sin comunidad, sin esperanzas, los campesinos y campesinas se ven obligados a abandonar su estilo de vida. Por todo esto, la Marcha Mundial de Mujeres declara: Las plantaciones no son bosques. Las funciones sociales, ambientales, económicas y culturales que nos entrega el bosque, difieren enormemente de lo que las plantaciones de monocultivo son, es decir desiertos verdes. Árboles de una sola especie mejorada genéticamente y de rápido crecimiento, plantados en bloques homogéneos de la misma edad, donde se impide el desarrollo de la vegetación local y la fauna no encuentran alimento alguno ni refugio apropiado. En los bosques todo vive. Las plantaciones forestales en cambio, empobrecen nuestros suelos, afectan la disponibilidad de agua y la contaminan, matan la biodiversidad, alteran el paisaje, y por sobre todo, deterioran la calidad de vida de las comunidades locales, dañando su economía y extirpándoles su cultura. Por ello creemos que es urgente detener las plantaciones de monocultivos y pensar en un nuevo Modelo de desarrollo forestal, que sea participativo, multipropósito, equilibrado y sustentable. Un modelo que proteja la biodiversidad y la sobrevivencia de las comunidades locales. Llamamos a la sociedad a organizarse en virtud de este propósito. Necesitamos sujetos sociales conscientes y comunidades fortalecidas que desarrollen modelos de producción, comercio y consumo basados en la justicia, la solidaridad y los saberes de nuestros campesinos y campesinas.