IMPACTOS VINCULADOS A LA EXTRACCIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS EN LA CUENCA DEL SALAR DE COPOSA, REGION DE TARAPACÁ. Manzur, Aníbal. Consultor Ambiental. I. Introducción : La organización ciudadana “Corporación Norte Grande” solicitó un asesoramiento técnico a través de Fundación AVINA, para obtener una opinión sobre los posibles impactos sobre los acuíferos y ecosistemas de los salares de Huasco, Coposa, Michincha y Lagunilla, como consecuencia de un proceso intensivo de extracción de aguas subterráneas por parte de compañías mineras1. Con respecto a la evaluación específica del Salar de Coposa, se realizó una visita al sitio a fines de noviembre de 2004, se evaluaron diferentes documentos técnicos, informes de distintos organismos estatales y se desarrollaron reuniones con funcionarios y técnicos del estado y empresa y organizaciones de regantes de la localidad de Pica. Como parte de la visita de campo se recorrió específicamente al área de influencia de la vertiente de Jachucoposa. Allí Pudo observarse un impacto significativo sobre un importante sector de bofedales, donde las típicas llaretillas se encontraron en estado de sequedad, el área sujeta a significativos procesos erosivos. Se observaron evidencias de transformación de un ecosistema de humedal a otro de tipo semiárido, (Foto 1). Foto 1: Vista de detalle de la degradación del sistema de vegas y bofedales. 1 Informes de asesoramiento a la Corporación Norte Grande. Situación del Salar de Huasco. Situación de Lagunilas. La causa de la desecación evidencia claramente un abrupto descenso de la napa freática, y/o pérdida de un sistema de vertientes de alimentación, vinculado a los procesos de extracción de aguas subterráneas por parte de la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi (CMDIC). II. Información analizada Estudios Hidrogeológicos La empresa realizó estudios de modelación de los sistemas acuíferos de los salares de Coposa y de Michincha con el objeto de evaluar los eventuales impactos en los sectores de la cuenca que son considerados como de “mayor fragilidad” como los ecosistemas de vegas y bofedales, las lagunas de los salares y las vertientes que la abastecen. Los modelos realizados para el salar de Coposa por GP, Consultores, 20002, señalan los siguientes aspectos destacados: • La recarga renovable del sistema acuífero es de 816 l/s • Los descensos máximos en la superficie del agua subterránea alcanzan, en 25 años de bombeo continuo de 867 l/s. En la laguna Jachucoposa serán de entre 0,5 y 2 metros. En el sector de la vertiente Jachucoposa serán de 1,5 a 1,6 metros. • La explotación de 867 l/s efectivos durante 25 años (hasta oct. 2023) puede producir una disminución del caudal que alumbre la vertiente Jachucoposa, variando de aproximadamente 60 l/s en el año 1990 a un mínimo de 42 a 43 l/s a finales del año 2023. La evidencia señala que los impactos previstos para después de 25 años se han manifestado en menos de 5. Esta situación podría estar indicando diferentes posibilidades: a) Por un lado, graves errores en los modelos hidrológicos desarrollados para predecir el comportamiento de los acuíferos en particular y el sistema en general. b) Que la empresa haya realizado además una sobreexplotación de los acuíferos por encima de los caudales autorizados. 2 G.P. Consultores. 2000. Modelación del flujo de Aguas Subterráneas del Sistema Acuífero Cuenca Salar de Coposa, Región de Tarapacá. Recientemente la CMDIC a instancias de diferentes actuaciones administrativas y sumarias por parte de las autoridades ambientales ha realizado nuevos estudios de modelación, los cuales se encuentran en etapa final de ajuste. Los nuevos modelos realizados por DICTUC3 de la Universidad Pontificia de Chile señalarían preliminarmente un desajuste de los modelos respecto a la pauta de extracción global del salar en 47 l/seg, Informes de organismos del estado Se tuvo acceso a tres informes de la Dirección General de Aguas: de los cuales los siguientes aspectos se consideran muy importantes para la comprensión tanto de la problemática vinculada a los impactos como en relación a los conflictos con la CMDIC, por ello se ha procedido a un desarrollo extendido. El primer informe pueden extraerse los siguientes conceptos4. La explotación de aguas comenzó en el año 1999 con un caudal de extracción de subterráneas autorizado por la DGA de 867 l/s, y fue ampliado en 2003 con un caudal adicional de 174 l/s a 1041 l/s. Según lo informado por la CMDIC la tasa extractiva media desde el inicio de la explotación intensiva del acuífero hasta abril de 2004 fue de 505 l/s por lo tanto, los impactos analizados en este informe deben asociarse a ese caudal de explotación y no a la totalidad de los derechos constituidos. A partir de abril de 2004 se pasó a explotar una media extractiva de aproximadamente 800 l/s. Los derechos consuntivos permanentes en la cuenca de Michincha totalizan 263,5 l/s, más 100 l/s adicionales en convenio con la compañía minera Quebrada Blanca. Collahuasi no ha extraído agua de la cuenca de Michincha, donde los impactos que causaron la extinción de la vertiente de Michincha no están vinculadas a CMDIC. . Las aguas de la vertiente Jachucoposa corresponden a aguas semi - termales que provienen de un flujo profundo a través de ignimbritas. Los datos de aforos para esta vertiente oscilan en torno a un explotación de la CMDIC caudal total 3 DICTUC, 2005. Estudio Hidrogeológico Conceptual y numérico de funcionamiento de la cuenca del Salar de Coposa. Informe prelimnar para CMDIC. Universidad Pontificia de Chile. 4 DGA.. 2004. Informe Técnico Nº 2/2004, Impactos de las Extracciones de Agua Subterránea en el Salar de Coposa (5 años de explotación). de 94 l/s con una desviación estándar de 10 l/s. Se destaca que la descarga no estaría afectada por las condiciones pluviométricas y es reflejo del potencial hidráulico del acuífero. En este sentido esta serie temporal sería suficiente para reflejar las condiciones naturales no alteradas de la vertiente. Los valores de 60 a 70 l/s son mínimos y no medios. Los informes de GP consultores (septiembre de 1998) indican que la vertiente ha tenido un flujo del orden entre 70 y 110 l/s. No obstante las evidencias que el caudal natural de la vertiente era cercano a los 90 l/s en la resolución de la COREMA que calificó el proyecto de expansión 110KTPD en septiembre de 2001 “se produjo una imprecisión al señalarse como caudal en régimen un valor al medido en la línea de base”. En la página 17 de dicha resolución puede leerse lo siguiente: “La medida de mitigación se hará efectiva….hasta que se asegure una recuperación de los caudales naturales de las vertientes, con respecto a sus valores promedios históricos, esto es un caudal promedio de Jachucoposa de 60 l/s. Destaca además el primer informe que al mes de septiembre de 2001 los caudales medidos no representaban ya la situación de línea de base y no podían consignarse como caudales naturales, el caudal medido era de 71 l/s y no 60 l/s. El criterio utilizado en la evaluación sectorial del año 2001 consideró el caudal existente a esa fecha, como un caudal ecológico que se debía mantener. Aceptando como verdadero lo informado por la CMDIC en su EIA Proyecto de Expansión 110 KTPD, febrero de 2001, consigna: “En el sector de la vertiente Jachucoposa se espera que la explotación de 867 l/s efectivos en un período de 25 años produzca una disminución del caudal desde un nivel actual de aproximadamente 60l/s hasta alrededor de 42 a 43 l/s al cabo de la vida útil de proyecto”. Luego del comienzo de los bombeos los caudales caen rápidamente bajo los 70 l/s para no recuperarse más. ……….El 25 de junio de 2004 la DGA midió un caudal de 31 l/s y repitiendo dos nuevos aforos extremando la precisión del método se obtuvo un caudal de 28 l/s y en agosto de 2004 26 l/s. Esto esta indicando una disminución cercana de 63 l/s lo que equivale a una afección del 70% en el caudal de la vertiente. Con respecto a los niveles piezométricos de los pozos CWEE12, CWE24 Y CWE34, se aprecia una clara tendencia al descenso desde el inicio de la explotación y no se habría llegado a una situación de equilibrio en régimen alterado. En particular el descenso del pozo CWE12 presenta un descenso de 0.5 m, siendo este impacto esperado luego de 20 años según los informes y modelos iniciales presentados por la CMDIC. Otro aspecto destacado del informe es la desvinculación de los descensos de los niveles piezométricos de los pozos respecto de las variaciones climáticas interanuales. Se concluye se debe a un proceso de expansión sistemática del cono de depresión por los bombeos. Como conclusiones se señala la existencia de impactos hidráulicos significativos derivados de la actual tasa extractiva de agua subterránea los cuales luego de 5 años de explotación, originalmente estaban previstos tras 20 años de bombeo; la evidencia indica que la magnitud de estas afecciones seguirán aumentando, conformando una situación de alerta ambiental; por último que el sistema hidrodinámico del Salar de Coposa ha demostrado un comportamiento mas restrictivo que el inicialmente previsto. Las evaluaciones sobrestimaron la resiliencia del acuífero ante una tasa extractiva de agua subterránea de la magnitud actual. Respecto al segundo informe:5 resulta interesante destacar la respuesta frente a la evaluación del proceso por parte de la CMDIC específicamente frente a la referencia que se estaría frente a eventos previstos, los cuales “se han adelantado”. El informe de DGA se refiere a los términos del impacto ambiental considerando magnitud, espacio y oportunidad. En este sentido el efecto previsto era que bombeos de 867 l/s harán que el caudal baje hasta 42 l/s después de 25 años mientras que el efecto real ha sido que los bombeos de 500 l/s han hecho que el caudal baje a 30 l/s después de 5 años, por lo que no se corresponde con el efecto previsto ni en la magnitud, ni en la oportunidad. Insta por último al reconocimiento de la obviedad de la veracidad de los impactos con el objeto de no retardar la implementación de medidas concretas respecto al ecosistema del humedal. En relación al adelantamiento de los efectos producidos pone en duda la respuesta de la empresa respecto a la necesidad de anticipar las medidas de mitigación y algunos estudios programados. Esto se basa en que una mitigación debe tener relación con el impacto supuestos o previstos que se pretende atenuar, los cuales deberían haberse producido en menor magnitud al final de la vida útil del proyecto. 5 DGA. 2005. Minuta técnica Nº 2/2005. Observaciones de la DGA respecto de descargos por parte de la CMDIC. La situación es totalmente distinta ya que pretender una reposición puntual de 30 a 50 l/s pueda resolver los impactos ecológicos que se generan en un humedal de 80 km2. Surgen conceptos relacionados respecto a la concepción de la mitigación respecto que el sentido final es la protección de la biodiversidad pero no puede ser independiente como plantea la CMDIC respecto de las afecciones consideradas, que “son de efecto intrínseco e inevitable de la extracción en una cuenca cerrada” Se vuelve a destacar además que los impactos se produjeron con extracciones de 500 l/s por lo que explotación del doble según derechos serían de una magnitud insostenible en términos ambientales. Un aspecto muy destacado en el informe de la DGA, se refiere al caudal de base de la vertiente de Jachucoposa, que según la empresa es de 60 l/s, mientras que la DGA demuestra claramente que este es de 90 l/s. En la COREMA, tal vez porque hubo “errores o omisiones” en la RCA, se refieren también a 60l/s, siendo llamativa una diferencia tan significativa en un indicador esencial. Respecto a la mitigación señala que ninguna de las medidas propuestas por la CMDIC a ese momento se hace cargo del aspecto central que es el descenso de los nieles freáticos en el área del humedal. Se plantea una redistribución de los puntos de bombeo de modo de alejarlos del humedal y sobre todo una reducción de los caudales. Con respecto al tercer informe6 el cual incluye las recomendaciones finales respecto del proceso ordenado por la Res. COREMA Ex. Nº 173/2004 en contra de la CMDIC, pueden destacarse además los siguientes aspectos : Que la sostenibilidad de las extracciones de aguas subterráneas en cuencas altiplánicas donde existen sitios de interés medioambiental, depende de la profundidad del agua subterránea y no de la cantidad volumétrica teóricamente disponible en el acuífero. Así descensos relativamente pequeños en los niveles, pueden causar que humedales, vertientes y ríos se sequen completamente. Las medidas mitigatorias encaminadas a extraer más agua del acuífero y reponerla superficialmente no se hacen cargo de la complejidad de la 6 DGA. Recomendaciones de la DGA, respecto del proceso ordenado por Res. COREMA Ex. Nº 173/2004. Sept. 2005. intervención y en el largo plazo no son sustentables si se continúan extrayendo del acuífero caudales cercanos a la recarga total del sistema. Las características hidrófilas o freatófias obligadas de los bofedales de Coposa, unido a la escasa profundidad de sus sistemas radiculares, permite establecer que la actual tendencia al descenso del agua subterránea en el sector del salar, traerá consigo la pérdida total de la integridad del humedal. Se recomienda como tasa máxima de explotación del acuífero del Salar de Coposa un caudal de 400 l/s a extraerse desde pozos de explotación existentes ubicados al sur de la cuenca. (se incluye un plan temporal de reducciones a 2 años, con el objeto de que la empresa pueda gestionar fuentes alternativas de agua). Del informe de la SAG7 se destaca, además de varios de los conceptos vertidos anteriormente por los informes de la DGA. El bofedal expresión vegetacional característica de las zonas saturadas de agua, ha comenzado a secarse y a “descolgarse” del descendido nivel freático generado también por afloramientos difusos. Esta situación se hace más evidente en áreas más alejadas en donde la comunidad de llaretilla, se encontró con muy bajo nivel de actividad.´ Que el aporte discrecional de agua efectuada por la compañía interrumpió la oscilación interanual histórica de las superficies de las lagunas. ….. Se demuestran alteraciones de su medio abiótico. ….se ha observado disminución de la heterogeneidad de la riqueza y cambios en la predominancia relativa de las especies, lo que sugiere que el ambiente es menos adecuado para el desarrollo, al menos para la fauna planctónica. Finalmente, es posible asociar el cambio de la superficie de las lagunas, el menor aporte natural de la vertiente, el cambio consecuente de la calidad química de las aguas de las lagunas y la alteración de su comunidad bentónica y planctónica con la disminución persistente de la riqueza y abundancia de las aves que forman parte del ecosistema del Salar de Coposa. La leve tendencia al aumento de la riqueza de especies en Coposa puede ser atribuída a la pérdida del Sistema Michincha y la 7 Informe Sectorial de SAG por Res. Expte. Nº 173 de COREMA. Sept. 2005. persistente disminución de Alconcha, lo que habría provocado una emigración de las aves hacia el norte. Según declarado en CEA, Informe Final de Subproyecto 1, enero de 2005, se observa que la abundancias de las especies emblemáticas de los salares, los flamencos se encuentran en franca declinación desde el año 1997. Hasta el año 2001 era posible observar una mayor presencia de las tres especies de flamencos en invierno, situación que cambia desde las observaciones del verano del 2002. Es posible declarar que el ecosistema de Salar de Coposa especialmente el área asociada a la vertiente de Jachucoposa y la vegetación aledaña se encuentra alterado y con alto grado de riesgo de desaparecer, de continuar las actuales tasas de explotación del acuífero profundo. Como medidas de mitigación y restauración: reducir drásticamente el nivel de extracción de aguas subterráneas a fin de dar término a la tendencia decreciente del flujo natural de la vertiente e iniciar el proceso de recuperación; proceder al desarrollo antes del verano del 2006 de un programa de riego que asegure la conservación de la vegetación existente en 10 has más cinco eventuales. Como último informe de organismos del estado analizados se encuentra el remitido por Sernapesca8: La intervención antrópica en la cuenca del salar de Coposa generada por la explotación de aguas subterráneas está provocando importantes cambios en los cuerpos de agua superficiales. A contar de febrero de 2005, inicio de la reposición de caudal implementado por la Cia. Minera Doña Inés de Collahuasi, en cumplimiento de lo consignado en RCA Nº167/2001, la superficie en época de verano se nivela con la invernal en cifras cercanas a 200 has, rompiéndose la variabilidad cíclica. Esta situación puede provocar respuestas en la biota no previstas en el proceso de evaluación de impacto ambiental. La reposición de caudal perdido en la vertiente Jachucoposa, ha traído consigo la homogenización de parámetros en términos de conductividad eléctrica entre las lagunas 1 y 2. Se explica la afirmación anterior al 8 Sernapesca. Complemento de pronunciamiento sectorial. Investigación sumaria a CMDIC. Sept. 2005. comparar los valores antes de reposición en laguna 1 (1.100 us/cm) y laguna 2 (1.300 us/cm). Esta situación sumada a la reducción de los gradientes podría tener influencia en la pérdida de riqueza de especies en el cuerpo de agua. Referencia a diferentes impactos vinculados a un crecimiento excesivo de macrófitas acuáticas luego del proceso de post reposición, lo que podría afectar la diversidad de especies y provocar problemas de eutrofización; reducción de grupos taxonómicos propios del zoobentos. La estación ubicada en la zona de la vertiente de Jachucoposa presentó valores más bajos en riqueza de especies y densidad de individuos. La situación sugiere que en el ambiente acuático es menos adecuado para el desarrollo de fauna planctónica. Otras consideraciones referidas a cambios significativos en los ecosistemas acuáticos tanto de régimen permanente como cíclico (laguna de evaporación). III. Discusión sobre los conflictos evidenciados. De lo anteriormente analizado a partir de las observaciones y análisis de los distintos documentos pueden destacarse diferentes aspectos respecto a los impactos identificados en el sistema del salar, al alcance de las medidas de mitigación y por último en relación a algunos puntos de carácter institucional. Impactos ambientales De lo anteriormente expuesto surge una evidencia “clara” e “irrefutable” de los severos impactos sobre la hidrodinámica del salar de Coposa y el ecosistema asociado a partir de la extracción de aguas subterráneas por parte de la CMDIC. En síntesis la explotación de 5 años de aguas subterráneas con una tasa inferior a la inicialmente planificada ha generado impactos mayores a los previstos para 20 años. De los informes de la DGA, desarrollados extensamente en párrafos anteriores, surge la siguiente relación. Efecto Previsto inicialmente: Bombeos de 867 l/s harán que un caudal de 90 l/s de la vertiente de Jachucoposa baje a 42 l/s después de 25 años. Efecto Real: Bombeos de 500 l/s han provocado que el caudal baje de 90 l/s a 28 l/s en 5 años. Otros datos presentados como descensos en los niveles piezométricos merecen consideraciones similares respecto de los impactos (descensos) previstos a mas de 20 años y los medidos en 5 años. Respecto al ecosistema se evidencia fuerte impacto sobre el bofedal en el área de influencia de la laguna de Jachucoposa, cambios en la dinámica hidrológica de la laguna, cambios en las condiciones abióticas de la laguna a partir de las acciones de mitigación con la suplementación de la vertiente con aguas subterráneas, perdida de biodiversidad y abundancia en sistema planctónico y bentónico, cambios en la dinámica de las macróficas, evidencias sobre impactos en las comunidades de aves, son algunos de los aspectos más significativos (Informes SGA y Sernapesca, op.cit.). Por último si bien no se emite una opinión respecto de los estudios realizados por la Universidad Pontificia, los cuales estarían señalando solamente un desajuste del sistema en 47 l/s. Surge la duda de los alcances de la capacidad de los modelados para regular extracciones en sistemas tan frágiles como el analizado. Consideraciones sobre la mitigación de los impactos Se coincide con los conceptos de la DGA, que de ningún modo se puede considerar, como ha señalado la empresa en el proceso sumarial, que “solo se está frente a un adelantamiento de impactos previstos”: Esta consideración refleja la enorme linealidad con que muchas veces son abordados los conflictos ambientales, donde aparentemente proceder a prácticas de mitigación no tiene ninguna complejidad. En este sentido considerar que un humedal se puede suplementar con agua subterránea generando aportes a lagunas para sostener caudales durante décadas, con escasos criterios sistémicos, o regar sostenidamente un bofedal, como si fuera un jardín, son consideraciones totalmente inversas a cualquier estrategia de sustentabilidad. Se considera que los impactos que se han manifestado en temporalidad y magnitud necesitan de estrategias estructurales, como es un abrupto descenso, sino una completa suspensión de los regimenes de extracción de aguas subterráneas hasta la recuperación del equilibrio del sistema. Con respecto al plan de reducción propuesto por la DGA, de un descenso de 800 l/s a 400 l/s en un lapso de 2 años, se considera insuficiente, en relación a sus propios conceptos vertidos en los informes de referencia, especialmente referidos a la oportunidad y la magnitud de los impactos. Por un lado como surge de dichos informes que los impactos se manifestaron bajo caudales de extracción de 500 l/seg y no de 800. En este sentido si bien una reducción de 800 l/s a 400 l/s, puede señalarse como altamente significativa, es decir indicaría que se han reducido las autorizaciones de extracción en un 50%, resulta claro que el caudal de referencia a partir de los cuales se manifestó un impacto relevante, es de 500 l/s, por lo que una reducción a 400 l/s significa en realidad que los caudales de extracción disminuirán solo un 20 %, en dos años. Si bien puede alegarse como surge de los informes, que la reducción surge de distintas consideraciones respecto de la modelación del sistema y una redistribución areal de los pozos de bombeo (específicamente al sur del salar, alejados del área de falla en el área de la vertiente de Jachucoposa) no se cuentan con argumentos, al menos al alcance en el presente asesoramiento que permitan validar esta disminución. Se considera entonces en términos estrictamente ambientales que la estrategia debe ser inversa, es decir generar una recuperación del sistema a partir de la suspensión de los bombeos, y a partir de allí proceder a extracciones graduales con un estricto monitoreo del sistema para evaluar cambios y analizar posibles cuotas de aumento, mantención o reducción de las tasas de extracción. Se coincide que deben eliminarse la autorización de bombeos en el área de influencia de la vertiente Jachucoposa. Otro aspecto que refleja las acciones empresariales tendiendo a sustentar que los planes de mitigación son suficientes, es el llamativo hecho que se han involucrado personas destacadas entidades académicas y científicas, las cuales han señalado públicamente que “Coposa ya está bajo control” o que el problema de Coposa es climático y que no está vinculado al proceso extractivo. Surgen necesariamente las preguntas ¿Qué se considera ”bajo control”?.¿que algunas vertientes o lagunas puedan ser asistidas desde otro lado, como si el ambiente fuero solo un problema de cañerías hídricas o llenado de piletas?. Aquí hay todo un ecosistema alterado como lo demuestran los amplios antecedentes e informes sobre el caso y su recuperación necesita de estrategias reales, más integrales y formales. Como señala Claudio López coordinador de la Corporación Norte Grande que las políticas ambientales centradas en la mitigación, deben ser reemplazadas por la planificación y la prevención, bajo un marco de sustentabilidad y equilibrio de los sistemas ambientales y socioeconómicos. Aspectos Institucionales Con respecto a los procedimientos administrativos surgen claramente las dificultades de las autoridades para actuar con celeridad y contundencia frente a situaciones de alto impacto ambiental como las correspondientes al caso del salar de Coposa. Por otra parte es importante destacar la poca flexibilidad de revisión de las RCA frente a claras evoluciones de los sistemas ambientales. Diferentes autoridades han señalado que es amplio el margen que tendría la empresa para realizar planteos judiciales, frente a una posible limitación de los derechos adquiridos respecto de cuotas de extracción de aguas subterráneas. Uno de los informes de la DGA (Ref 5, op.cit) plantea “conviene aclarar en el marco de este proceso que una aprobación ambiental no representa, de modo alguno una aceptación estática e inamovible de una determinada intervención sobre los ecosistemas, muy por el contrario se trata de una aceptación que aprueba la ejecución de ciertas actuaciones en el medioambiente sobre la base de planes dinámicos de monitoreo, seguimiento y fiscalizaciones, que permitan a las agencias gubernamentales evaluar en todo momento si las variables ambientales se han comportado en la forma pronosticada o si se han generado impactos no previstos En este sentido si bien este informe no se centra en la problemática legal, pero se considera necesario interesante reforzar las estrategias tendiente a contrarrestar la posible judicialización por parte de la CMDIC. Es importante destacar la adhesión de Chile a convenios de derecho internacional, ligados a la conservación de los humedales. Si bien Coposa no es un sitio RAMSAR, si lo es el salar de Huasco, sujeto a aprobación para la explotación de aguas subterráneas por la misma compañía. La amplia visibilización de las presentes actuaciones a nivel nacional e internacional seguramente son factores que posibilitan una mejor interpretación de la legislación y la utilización de mayor cantidad de instrumentos que resulten favorables a una estrategia de utilización más equilibrada de los recursos. Dentro del proceso las organizaciones de la sociedad civil han tenido algunas dificultades para el acceso a la información, la cual sólo ha podido ser obtenida en su mayor parte recientemente, cuando las instancias están llegando a resoluciones definitivas. Lamentablemente no se pueden incorporar comprobantes a solicitudes formales para realizar reclamos pertinentes. A modo de ejemplo se describen 2 situaciones: A fines del mes de noviembre del 2004 luego de los análisis de campo en el marco de la asesoría, se visitó a la Dirección General de Aguas, donde si bien se reconoció el impacto sobre el salar y que el mismo estaba bajo estudio no se hizo mención al informe Técnico Nº2/ 2004 de setiembre de 2004 (Ref.4, op.cit) el cual presenta los resultados de una evaluación del sistema hidrogeológico de Coposa, tras cinco años de explotación de aguas subterráneas. Esto ha demorado la generación de acciones mucho mas activas por parte de las organizaciones, en apoyo de las autoridades ambientales. En segundo lugar se tomó contacto en el mes de marzo de 2005 en Santiago de Chile con autoridades del Sello Bicentenario y a través de ellos con la empresa, CMDIC, donde se planteó la preocupación por la situación, en especial que una empresa responsable de un daño ambiental severo, a su vez sea premiada por la presidencia de la nación, por el desarrollo de programas de investigación ambiental. En esa instancia se negó cualquier tipo de impacto relativizando las dudas de las organizaciones ciudadanas, siendo que para ese momento existían ya procesos sumarios en marcha e informes estatales que corroboraban ampliamente las dudas. Otros ejemplos que no vienen al caso refuerzan la evidencia de la intención de que la información sectorial no cobrara estado público hasta que la COREMA no tomara una resolución al respecto. Por último surgen claramente desajustes y falta de coincidencias, en lo referido al caudal de base de la vertiente de Jachucoposa, la cual es de 90 l/s y no de 60 como claramente evidencia la DGA (Ref. 5, opcit). Este aspecto no es poco significativo ya que hay 30 l/s de diferencia y cobra alta relevancia en la evaluación de los impactos. Si bien el descenso llegó a un nivel fuera de todo pronóstico (28 l/s) lo que requiere la urgente aplicación de medidas estructurales, si este hubiera sido algo menor a 60 l/s estaríamos frente a una discusión de idas y vueltas sobre aspectos metodológicos que seguramente nos alejarían del fondo de la cuestión. Merece preguntarse porqué y en base a que información en la RCA se puso 60l/s como nivel base siendo que años después de iniciado el bombeo todavía era de 70 l/seg. Todo este conjunto de aspectos refleja claramente la complejidad y dificultad de las autoridades, para actuar libremente en pos del mejoramiento del ecosistema altamente afectado. El carácter estructural de la problemática La gestión del medio ambiente requiere del análisis de tres factores esenciales9: los recursos naturales necesarios, en este caso el agua, la capacidad de carga del sistema y en tercer lugar la gestión de los residuos o contaminantes. Sin lugar a dudas el problema de la extracción de aguas subterráneas en los salares del altiplano tiene un carácter altamente estructural para una región donde el recurso agua es tan escaso. Para tener un orden de magnitud el volumen bajo discusión es algo superior al necesario para el abastecimiento de la ciudad de Iquique. El conflicto es directo, si no hay agua, no hay producción, pero evidentemente los salares, como están reflejando numerosos casos además de Coposa, como Michincha, Lagunilla, y otros, los cuales están intensamente afectados, no poseen la capacidad de abastecer a una industria en constante crecimiento como la minera. Sin lugar dudas los conflictos por los usos del agua van a profundizarse y la estructuralidad del problema pasa por la búsqueda de fuentes alternativas de abastecimiento. En este momento los daños ambientales están externalizados y hace falta la internalización por parte de la industria, no de las mitigaciones, que no tienen posibilidad de cumplir su cometido, sino de los costos de asumir otro tipo de abastecimientos de su recurso esencial. En un reciente caso emblemático del sur de Chile, donde a partir de la contaminación de aguas se afectó una especie emblemática como el cisne, el conflicto se considera que era tal vez menor complejidad. La respuesta estaba dada en la implementación de medidas (tecnología) que impidieran el flujo de contaminantes a los cuerpos de agua. En nuestro caso de análisis está en juego el recurso esencial de funcionamiento, (el combustible de la industria) como es el agua. Es importante que los principales decidores (estado y empresas) accedan rápidamente a una discusión de orden general como es la disponibilidad del recurso hídrico y no seguir en un camino corto y conflictivo centrado en planes de mitigación y regulación alejados de las capacidades de recuperación de los 9 Conessa . Fernandez, Vittora, 1999. La Gestión de los recursos naturales y el medio ambiente. Ed. Mundi Prensa. Madrid sistemas. Las organizaciones de la sociedad civil son cada vez más concientes de esta situación. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------Las dudas de las organizaciones ciudadanas .- Es posible que un bofedal se recupere sacándole agua de abajo y tirándosela por arriba? .- Si todos los planes y estudios de la compañía realizados para COPOSA no funcionaron, es inteligente otorgar derechos permanentes del salar del Huasco? .- Si todos los planes y estudios de la compañía realizados para COPOSA no funcionaron, es inteligente que la compañía siga sacando agua del mismo bofedal? .- Es importante reconocer que la decisión de COREMA debidamente fundada científicamente de restringir en 350 lt/s, y la reacción de la compañía ya sea por la vía de validar un plan de mitigación o de ganar un juicio, habla de una situación paradigmática para la minería en el norte de chile y para el desarrollo humano de la región; en este caso, se hace necesario sumar a toda la sociedad del norte de Chile para proteger el medio ambiente, evitar que una compañía disponga de los RR.NN (agua) según exclusivamente el precio internacional de la libra de cobre, y establecer una mesa o instancia permanente de diálogo entre estado, empresa y sociedad civil. .- Lo anterior, confirma las sospechas de personas, organizaciones y redes ciudadanas en razón de que el actuar de los científicos de la Universidad Arturo Prat contratados por la Compañía, han elaborado argumentos que hoy día ni la propia compañía usa como argumentos técnicos; cuestión que alude indirectamente a la necesidad de crear herramientas para que la ciudadanía pueda contar con científicos que generen opiniones independientes. Cabe mencionar que muchas de las explicaciones técnicas que los científicos entregaron nunca fueron aceptadas por diversos actores de la Sociedad Civil. .- Insistimos que para todo el Norte de Chile y para los bofedales e particular, la situación de COPOSA es una situación emblemática, habrá un antes y un después en el Norte de Chile según la deriva del caso COPOSA. Los escenarios son dos: a.- Una situación favorable, supondrá una recuperación del bofedal a largo plazo, lo que implica una restricción de explotación de aguas drásticas, viéndose la empresa en la necesidad de obtener agua desde otras fuentes y/o desde otras tecnologías, o b.- Una situación desfavorable, implica que los salares altoandinos de la Región de Tarapacá están todos en peligro.