¿Por qué capacitarnos? Esta pregunta es, aparentemente, fácil de contestar. Algunas personas podrían responder: “me capacito para ser mejor, porque lo necesito para destacar en mi trabajo, para obtener un buen empleo en un futuro” estas serían respuestas en un sentido positivo; otras respuestas menos afortunadas serían: “para salir de la oficina y romper con la rutina, para acrecentar mi currículum, para ver qué hay de nuevo, para conocer gente, porque me mandaron, porque no tenía otra cosa mejor que hacer”. Si se quiere responder a esta pregunta con argumentos más reflexivos, se pueden abarcar aspectos más amplios que salen del contexto de la propia cotidianidad, sin embargo, sin tener conciencia de ello, influyen en nuestro actuar diario, no sólo en el trabajo, cuya intervención podría ser más evidente, sino en la vida cotidiana de cada uno. La presencia de estos elementos la podemos abarcar partiendo de la definición de la globalización, las tendencias en el empleo y las exigencias de formación profesional permanente. La globalización En términos generales, y de manera brevísima, la globalización es una gran fuerza que está relacionada, en principio, con las transformaciones de orden económico y tecnológico. Pero también influye en los campos políticos, sociales y culturales. Puede identificarse a la globalización como “un proceso o conjunto de procesos que incorporan una transformación en la organización espacial de las relaciones sociales y transacciones (su extensión, intensidad, velocidad e impacto) que generan flujos a través de los continentes y regiones del mundo así como, redes de actividad, interacción y ejercicio de poder”1. La globalización ha cambiado las actitudes, conductas y estilos de vida de los habitantes del sistema - mundo y demanda respuestas sociales con un nuevo enfoque que incluye respuestas locales en función del contexto global. En este sentido, particularmente la globalización ha impactado el mundo laboral, las premisas mundiales actuales de las empresas son: la productividad y la competitividad. En breves palabras, la productividad se refiere al uso racional de los recursos disponibles Instituto Nacional de Salud Pública (2005). Salud global. Retos para Latinoamérica. México: Autor 1 1 para realizar un producto o un servicio, es ser eficiente, y la competitividad “se refiere a la capacidad de las empresas de un país para competir con las extranjeras en un ámbito global”2. A partir de “los avances en ciencia y tecnología en general, y de la información en particular, nos han traído a una era en la que el conocimiento tiene un papel estelar…”3 Las tendencias en empleo Ante este escenario, en donde lo único constante es el cambio, de los trabajadores se exigen tres grandes capacidades básicas: la de adaptación al cambio, de aprendizaje y de innovación. Se ha reconocido que el recurso más importante es el humano, elemento fundamental de una organización laboral, tan es así que se le denomina capital humano. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico4, define al capital humano como el conjunto de aptitudes, habilidades innatas en las personas, incluye aquí la calificación y el aprendizaje que son adquiridos en la educación y la capacitación. Por lo tanto, entre las capacidades específicas que más se aprecian de un trabajador son: la multifuncionalidad, aptitud de rotación entre los puestos, la autonomía en el trabajo, la capacidad de trabajo en equipo y la adaptabilidad a horarios y condiciones de trabajo irregulares5. La evolución de la tecnología permite establecer nuevos parámetros de contratación, con flexibilidad de horarios y de espacio, por ello, se vislumbra un nuevo tipo de relaciones laborales en las cuales la estructura del trabajo se requerirá de distintas formas (a distancia, por proyecto, virtual), en distintos tiempos y con distintas situaciones laborales. Lo anterior, conduce a la individualización del empleo, trabajos más autónomos, en este sentido, las armas competitivas de las cuales se va a valer una persona en el mercado laboral será su conocimiento, su capital intelectual y su experiencia. Martínez Espinosa, Eduardo. (2007) La formación profesional en una economía moderna. Boletín 154, CINTERFOR, Uruguay: CINTERFOR – OIT, p. 142 3 Bucay, Benito. (2006) Educación permanente: notas para un programa. Solana, Fernando (Ed.) Educación, visiones y revisiones. México: Siglo XXI, p. 114 4 Keeley, Brian. (2007) OECD Insights. Human Capital: How Chat you know shapes your life. Ginebra: OECD 5 Martínez Espinosa, op. Cit., p. 145 2 2 La edad de la población es otro factor que incide en la forma en que la gente trabaja. A consecuencia de los cambios demográficos, por el incremento de la expectativa de vida, el promedio de edad de muchos países desarrollados se está elevando; lo cual origina que exista un menor número de empleados activos que subvencionen a las personas jubiladas, por ende, la tendencia de hoy es que las personas permanezcan en sus trabajos durante periodos más prolongados y demanden la actualización de habilidades y conocimientos a lo largo de la vida. Asimismo, existe, cada día más, el autoempleo, es decir, que una persona genera su propio trabajo. También se está gestando el empleo a distancia, en el cual no existe infraestructura ex profeso, sino que el trabajo entre las personas se enlaza en redes informáticas por las cuales fluye la comunicación, los acuerdos y la entrega de trabajo. La formación profesional En este orden de ideas, se requiere que las personas piensen en su formación desde una perspectiva más amplia. La formación que proporciona la escuela es insuficiente, se hace necesario replantear el esquema terminal que daba la escuela (sobre todo las instituciones de nivel superior), por ello, es forzoso cambiarlo por un nuevo paradigma que exija esquemas de formación para el trabajo continuo, lo anterior demanda procesos de aprendizaje a lo largo de la vida, en los cuales se pondere la vinculación de los conocimientos con el contexto ocupacional. En este sentido, es necesario que las personas redefinan por sí mismas sus capacidades, conforme se va transformando la tecnología y los puestos de trabajo, esto significa que se tiene que tener la habilidad de volver a aprender para nunca quedar obsoleto. Al mismo tiempo es indispensable darle sentido a lo que se hace en la práctica profesional, ese darle sentido es encontrar los fundamentos teóricos de estar involucrado en determinados procesos laborales, de esta manera, también debe tomarse en cuenta que un trabajo cobra un sentido particular cuando se razona sobre él. Desde esta óptica, la capacitación se convierte en una herramienta educativa para los adultos, es la opción de enseñanza continua, y su función es dotar a las personas de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para el desempeño óptimo de su trabajo. De esta manera, en un contexto más amplio, “la capacitación continua es un proceso permanente de adaptación de los 3 trabajadores a los cambios tecnológicos, organizacionales y de empleo que enfrentan durante su vida laboral”6 La capacitación puede completar la educación formal y en algunos casos, sustituirla. Sin embargo, la capacitación no constituye la única solución a las carencias, faltas o rezagos en el desempeño profesional, es sólo una herramienta que complementa muchos otros problemas laborables como la deficiencia organizacional, las prácticas burocráticas, la falta de equipos y materiales, entre otros y no son imputables a las personas. Cabe advertir que “la falta de personal calificado impacta no sólo a la competitividad de la industria y el sector privado, sino que degrada también la calidad de la administración del Estado, limitando gravemente la toma de decisiones informadas y objetivas en todos los niveles de gobierno”7. Se puede inferir entonces, que la capacitación es una herramienta vital para toda persona que se quiera desempeñar en el mundo productivo. Aunque, el aprendizaje continuo es una capacidad que debe desarrollarse de manera personal, es indispensable hacer notar que se requiere de la participación corresponsable de los centros de trabajo –públicos y privados- y de los trabajadores en la consecución de objetivos y metas de preparación e innovación. Por un lado, los centros de trabajo tienen la responsabilidad de construir los espacios o ambientes propicios que generen el aprendizaje continuo, acortar la brecha entre el desempeño real y el que realmente se requiere. Asimismo, la persona debe asumir su responsabilidad en el aprendizaje teniendo una disciplina de estudio, la reflexión de su propia práctica profesional y guiar su propia formación de manera crítica. Conclusión La capacitación, como una puerta de acceso a la educación de adultos, debe ser preactiva con el propósito de “quien aprende, adquiera la habilidad de anticipar el cambio, especialmente si aprende a lo largo de la vida”8. Ahora la sociedad del conocimiento requiere que las personas aprendan de manera permanente. Los cambios que introduce el Íbidem p. 147 Jiménez Espinoza, Jorge (2005) Educación y empleo: oportunidades para una mejor gestión. Red Paideia. Revista de Educación, Chile: Universidad de Concepción 8 Bucay, Benito. Op. Cit. p. 113 6 7 4 fenómeno de la globalización están exigiendo a las personas respuestas nuevas y creativas de todo tipo: conductuales, laborales, sociales, hábitos de consumo, cuidado a la salud y al medio ambiente, intercambio de información y de conocimientos, entre otras. De ahí que se impone la necesaria adquisición de las capacidades de ser flexibles y adaptables al cambio y, por supuesto, de aprender a resolver problemas rápidamente. El conocimiento se hace imprescindible y saberlo usar es aún más importante. Se requiere de autonomía de pensamiento y decisión para emplearlo. En consecuencia, la característica del trabajo es que las personas expresen un pensamiento abstracto, analítico y creativo. El conocimiento representa la mejor ventaja competitiva que una persona pueda ofrecer en el ámbito laboral y también para el desarrollo de su vida. Debemos aprovechar las oportunidades que tenemos para aprender, ya sea las que se ofrecen en el trabajo o las que uno mismo busque. Esto marcará la diferencia de mi propio desempeño laboral y, en consecuencia, del desempeño del lugar donde trabajo que a su vez repercutirá en el desempeño del país. Si a todas las ideas vertidas a lo largo de este escrito se les da el contexto específico de quienes participamos laboralmente en el sector salud, se magnificaría la importancia de la vigencia del conocimiento que se emplea en la solución de los retos y problemáticas en esta materia, derivados tanto de factores internos como externos; muchos de ellos tienen que ver con algunos efectos de la globalización, como pueden ser, entre otros, el alto tránsito de personas en el mundo y el comercio internacional de una serie de productos que pueden exponer a la población a riesgos sanitarios. Sólo si estamos preparados con las habilidades y los conocimientos necesarios podremos dar respuestas y soluciones creativas, innovadoras, eficientes y, por lo tanto, inteligentes a los retos que se presentan en materia de salud, así como también aprovechar a nuestro favor los resultados de investigaciones y la experiencia internacional al enfrentar problemáticas en salud. ¿Para qué capacitarme? Respondamos responsablemente cada uno esta pregunta. Referencias bibliográficas 5 Bucay, Benito. (2006) Educación permanente: notas para un programa. Solana, Fernando (Ed.) Educación, visiones y revisiones. México: Siglo XXI Instituto Nacional de Salud Pública (2005). Salud global. Retos para Latinoamérica. México: Autor Jiménez Espinoso, Jorge (2005) Educación y empleo: oportunidades para una mejor gestión. Red Paideia. Revista de Educación, Chile: Universidad de Concepción Keeley, Brian. (2007) OECD Insights. Human Capital: How Chat you know shapes your life. Ginebra: OECD Martínez Espinosa, Eduardo. La formación profesional en una economía moderna. Boletín CINTERFOR 154, Uruguay: CINTERFOROIT. Recuperado 8 de febrero de 2007, de http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor Organización Internacional del Trabajo. Recomendación 195. Recomendación sobre el desarrollo de los recursos humanos: educación, formación y aprendizaje permanente. Ginebra: Autor. Recuperado 8 de febrero de 2007, de http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor Sladogna, Mónica G. ¿La empresa como espacio formativo? Repensar la formación para el trabajo. Boletín CINTERFOR no. 154, Uruguay: CINTERFOR-OIT. Recuperado 8 de febrero de 2007, de http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor 6