Centro de Documentación Judicial Id Cendoj: Órgano: Sede: Sección: Nº de Recurso: Nº de Resolución: Procedimiento: Ponente: Tipo de Resolución: 07040370042007100358 Audiencia Provincial Palma de Mallorca 4 116/2007 409/2007 Recurso de apelación MIGUEL ALVARO ARTOLA FERNANDEZ Sentencia Resumen: MATERIAS NO ESPECIFICADAS AUD.PROVINCIAL SECCION N. 4 PALMA DE MALLORCA SENTENCIA: 00409/2007 AUDIENCIA PROVINCIAL DE BALEARES APELACIÓN CIVIL; SECCIÓN 4ª Rollo nº 116/07 Autos nº 1432/05 Ilmos. Sres. Presidenta accidental: Dª María Pilar Fernández Alonso. Magistrados: Dº Miguel Álvaro Artola Fernández. Dª Juana María Gelabert Ferragut. SENTENCIA nº 409/07 En Palma de Mallorca, a nueve de octubre de dos mil siete. VISTOS en fase de apelación por los Ilmos. Sres. referidos los autos de juicio ordinario sobre reclamación de cantidad, seguido ante el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Ibiza, estando el número de autos y actual rollo de Sala consignados arriba, actuando como parte demandante- apelada Dº Alexander , y en su representación el/la Procurador/a de los Tribunales Dº/ª Gabriel Buades Salom, y defendida por el/la Letrado/a Dº/ª Fernando Navarro, y como parte demandada-apelante PACHA IBIZA, S.A., y en su representación el/la Procurador/a de los Tribunales Dº/ª Francisco Javier Gayá Font, y defendida por el/la Letrado/a Dº/ª Rafael Harillo Gómez-Pastrana; ha sido dictada en esta segunda instancia la presente resolución judicial. Es ponente el Ilmo. Sr. Magistrado Don Miguel Álvaro Artola Fernández. ANTECEDENTES DE HECHO 1 Centro de Documentación Judicial PRIMERO.- En la demanda instauradora del presente litigio, el actor, Dº Alexander , ejercitaba acción contra la entidad PACHÁ IBIZA, S.A., en la que, tras exponer los hechos y fundamentos de derecho que estimaba de pertinente aplicación, terminaba suplicando se dictase sentencia por la que se condenase a la demandada a pagar a la actora la suma de 58.006'81 euros o, subsidiariamente, la que se determine pericialmente en el curso del procedimiento, más los intereses legales desde la fecha del emplazamiento y las costas que se originen. Dicha demanda tenía su fundamento en la caída sufrida en fecha 11 de agosto del año 2003, en las escaleras de al sala de verano de la entidad demandada, motivada por la escasa iluminación y la estrechez de los escalones. La caída provocó la suspensión del viaje. El actor manifestaba además, que estuvo impedido hasta el día 21 de octubre de 2004, ocasionándole el accidente numerosos perjuicios económicos. Admitida a trámite la demanda, y trasladando la misma a la parte demandada para que la contestara en el plazo de veinte días, ésta compareció en tiempo y forma solicitando su desestimación, alegando, en primer lugar, la excepción de prescripción de la acción ejercitada, e invocando después la total falta de prueba de los hechos alegados, así como impugnando, en todo caso, la cuantía de lo reclamado por considerarla excesiva. SEGUNDO.- Convocadas las partes para la celebración de la audiencia previa prevista en el artículo 414 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , comparecieron y fueron exhortadas para que llegaran a un acuerdo, no siendo ello posible, por lo que se propusieron por las mismas los medios de prueba que estimaron oportunos, siendo declarados pertinentes en el modo que obra en el acta, documental, interrogatorio de las partes, testifical y pericial. Concluido el citado acto, se citó a las partes al juicio, dando lugar a la práctica de la prueba admitida, concediéndose finalmente la palabra a los respectivos Letrados de los litigantes, por su orden, a fin de que formularan oralmente las conclusiones sobre los hechos controvertidos, quedando los autos pendientes de dictar sentencia en primera instancia. TERCERO.- La sentencia dictada por la Ilma. Sra. Magistrada-Juez del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Ibiza en fecha 4 de septiembre de 2006 en los presentes autos de juicio ordinario en ejercicio de acción de reclamación de cantidad, seguidos con el número 1432/05, de los que trae causa el presente rollo de apelación, exponía en sus fundamentos jurídicos lo que seguidamente se resumirá: · Se hace preciso examinar en primer lugar la excepción de prescripción que se formula. La parte demandada alega que, en aplicación del art. 1968.2 CC , estaría en exceso transcurrido el plazo para el ejercicio de la acción, ya que desde la fecha de los hechos se han dado sucesivas altas en las que ya se conocía el alcance real de las secuelas, con anterioridad al alta que se presenta como definitiva de fecha 21 de octubre de 2004. A los efectos del art. 1968 CC , no siempre son identificables fecha del accidente y fecha del siniestro, ya que sólo cabe tal identificación cuando lo perjuicios son conocidos y perfectamente evaluables desde el instante en que se produce el hecho que los origina, de forma que tratándose de lesiones personales o daños que se mantienen o evolucionan durante un largo periodo de tiempo, el plazo prescriptivo ha de comenzar a computarse cuando el interesado se encuentra en condiciones de valorar el alcance efectivo del daño y el importe de la adecuada indemnización; así, tratándose de daños corporales, tiene lugar cuando el lesionado adquiere noticia cabal y suficiente del quebranto experimentado a través del informe médico o alta de sanidad, o por haberse agotado los procedimientos médicos de rehabilitación en la procura de mejorar su estado físico (SSTS 27 de junio de 1990, 26 de septiembre de 1997, 19 de febrero de 1998 ...), pues sólo entonces el interesado estará en condiciones de ejercitar la acción, con la valoración del alcance efectivo del daño y del importe de la indemnización adecuada. En el caso que nos ocupa, el actor ha aportado un informe médico en el que se hace constar como fecha del alta la del 21 de octubre de 2004, momento que ha de reputarse como aquél en el que el perjudicado conoció el alcance real de su lesión. El Perito que lo suscribe, el cual fue sometido a contradicción en el acto del juicio, manifestó, con ratificación plena de la fecha de alta definitiva, que la lesión fue importante y que en casos así es normal un periodo tan dilatado de recuperación. Señaló, asimismo, que aunque el servicio de traumatología haga constar en un informe de 29 de septiembre de 2003 fecha del alta, no puede equipararse a la fecha de la sanidad, puesto que se hace constar que el paciente debía mantener puesto el corsé, y que incluso, una vez quitado éste, persistieron los dolores unos meses. Lo cierto es que, frente a la prueba pericial médica aportada por la actora, la parte demandada se ha limitado a negar que la fecha que se señala como alta definitiva sea correcta, sin aportar otro dictamen pericial, debiendo considerarse que la demandante ha probado suficientemente el fundamento de su pretensión, desvirtuando así la alegación de prescripción (cuya prueba corresponde, de otro lado, a la demandada), toda vez que existe, con anterioridad a este procedimiento, un acto de conciliación que interrumpió la prescripción. · Desechada, pues, la excepción planteada, cabe decir que nos hallamos ante un evento determinante de responsabilidad por culpa extracontractual, responsabilidad que se contrae por toda acción 2 Centro de Documentación Judicial u omisión culposa o negligente que causa daño a otro, con obligación consiguiente a su justa reparación por parte de aquél cuya conducta de tal carácter ha producido el resultado lesivo para el interés ajeno, precisando para su existencia y viabilidad los siguientes requisitos: 1) Que se pruebe la existencia de un resultado dañoso, afectante a quien reclama. 2) Que ese o esos daños sean consecuencia de la conducta del demandado o persona por quien éste deba responder, de tal suerte que exista relación de causalidad entre el daño producido y esa conducta. 3) Que pueda apreciarse la concurrencia de culpa o negligencia en la conducta generadora del daño, por haberse realizado sin el cuidado y diligencia precisos para evitar un resultado lesivo, previsible y evitable. En el caso que nos ocupa, la existencia de un resultado dañoso ha quedado acreditada, si bien por la parte demandada se niega que tuviera lugar en el interior de la discoteca "Pachá"; sin embargo, tal negación se basa en que no se tiene ninguna referencia de que ocurriera una incidencia como la que se expone en la demanda, siendo que "Pachá" dispone de personal especializado en primeros auxilios que hubieran intervenido, puesto que el accidente se habría detectado con toda seguridad. En este sentido, el legal representante "Pachá" manifestó que en la discoteca se realiza el control de cualquier incidencia. Lo cierto es que el hecho de que el actor sufrió un accidente en el interior de la discoteca, lo que resulta no sólo de su propia declaración y de las de los testigos que le acompañaba, sino, fundamentalmente, del certificado emitido por la Directora Gerente de Atención Primaria del 061 de Baleares, en el que se hace constar que se mandó una ambulancia a la puerta de Pachá, desde donde se produjo el traslado a Ca'n Misses. La realidad de la caída, del daño causado y de que la misma se produjo al resbalar o tropezar el actor en las escaleras han de estimarse suficientemente acreditados a partir de las declaraciones del actor y de los dos testigos (su mujer y un amigo que los acompañaba), los cuales depusieron que la caída se produjo prácticamente en la parte de arriba, muy cercana a la puerta de acceso. · Llegados a este punto, existe en autos una prueba pericial, efectuada a instancias de la actora, en la que se concluye que el ancho de los escalones es inferior a un metro, que el segundo tramo no tiene iluminación de señalización, siendo además la iluminación muy deficiente en el recorrido de los dos tramos de que se compone, con un peldañeado realizado con un pavimento no apropiado. Ello es además lo que se aprecia en las fotografías aportadas al dictamen, y tanto el actor como los testigos reconocieron sin género de dudas la escalera que se observa en esas fotografías como aquélla en que aconteció el accidente. Frente a lo anterior, ninguna prueba se ha practicado por la entidad demandada relativa a que la escalera no constituía un peligro, o de que se cumplieran las normas más elementales de seguridad. No cabe duda de que no se adoptaron las medidas precisas y necesarias, máxime atendiendo a que se trata de un establecimiento que suele ser desconocido para los clientes -como en el caso que nos ocupa-, por lo que se debe procurar un plus de seguridad para éstos, cuando, además, se ofrece en el local un consumo alcohólico que le reporta un beneficio económico; si el tramo se encuentra deficientemente iluminado, los peldaños son de escasas dimensiones, existe numerosa gente y el suelo no se encuentra en condiciones óptimas de limpieza (los testigos manifestaron que estaba resbaladizo, sin que ninguna prueba al respecto haya aportado la demandada), existe un potencial peligro de tropezar y sufrir un percance, por lo que no cabe sino concluir con la existencia de responsabilidad de la parte demandada. Cabe examinar aquí las alegaciones relativas a la posible ingesta de alcohol por parte del actor, que podrían llevar, en su caso, a la apreciación de una concurrencia de culpas. Tales alegaciones se basan en el hecho de que en la exploración a la que fue sometido el actor en el servicio de Urgencias se hace referencia a una ingesta alcohólica, con presencia en el cuadro sintomático de "fetor enólico"; sin embargo, el Sr. Alexander manifestó que únicamente había tomado un par de cervezas, lo que ratificaron los testigos, siendo que no existe prueba alguna que acredite que sus facultades se encontraran alteradas. En este sentido, no existe prueba de alcoholemia, y como señaló el doctor Evaristo , el término fetor únicamente denota olor, pero no indica ingesta, ni mucho menos cantidad de la misma. No concurren acreditadas circunstancias, por ello, que aconsejen una compensación de la culpabilidad. · Procede ahora el examen de la cuantía que se reclama, la cual se impugna con la alegación de que es excesiva. En lo que se refiere a las cantidades que se solicitan con base estrictamente en el informe médico que se aporta (el cual habrá de acogerse, por cuanto no se ha aportado ningún otro que lo contradiga), las partes han optado por la aplicación del baremo que regula la indemnización en los supuestos de accidente de tráfico, opción posible y que suele acogerse por los tribunales, por su carácter orientador. Cabe hacer dos precisiones a los cálculos efectuados por la actora. En primer lugar, y aunque en el informe médico se hace referencia a un posible perjuicio estético que no se ha podido constatar, no existe ninguna evidencia sobre el mismo y el actor tampoco efectúa reclamación por tal concepto en el suplico de 3 Centro de Documentación Judicial la demanda, por lo que nada hay que establecer al respecto; en segundo lugar, el factor de corrección del 10% sólo se considera procedente en la cantidad correspondiente a secuelas, pues según la interpretación de la norma que resulta de la sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional 181/2000, de 29 de junio , reiterada posteriormente por las sentencias 49/2002 y 134/2003 , plenamente aplicables en este caso, no ha sido probada la existencia de perjuicios económicos o ganancias dejadas de obtener a consecuencia del siniestro (sólo se aporta documentación relativa a una persona jurídica de la que, al parecer, el actor es administrador único, sin que quepa confundir una y otra personalidad). Por lo expuesto, la cantidad reclamable en este punto es 29.742'57 euros. · Se reclama a continuación: - el importe de los billetes de avión que la parte se vio obligada a abonar como consecuencia de la suspensión del viaje y el necesario traslado a Algeciras; se acredita lo solicitado con los documentos nº 17, 19 y 20, de los que se desprende que hubo que adelantar la vuelta dos días, constando claramente la fecha de emisión de 12 de agosto, con lo que queda corroborada la versión proporcionada por al parte actora, entendiéndose por ello plenamente indemnizable la cantidad que se reclama de 497'70 euros por este concepto. - No se puede decir lo mismo del importe por desplazamiento en taxi al aeropuerto, pues, como argumenta la parte demandada, se trata de una partida que se hubiera satisfecho exactamente igual en el caso de no haber sufrido el accidente, por lo que no se deriva del mismo. - También ha de concluirse con la parte demandada en cuanto a que no consta que la parte actora perdiera cantidad alguna en lo que se refiere al vehículo de alquiler; por el contrario, de la documentación acompañada se desprende que únicamente se facturan cuatro días (del día 8 de agosto hasta el día 12, en que abandonan la isla), sin que en ningún momento se vieran obligados a abonar más días que aquéllos en los que estrictamente usaron el vehículo. - Se reclaman también 100 euros en virtud del documento nº 28 de la demanda, consistente en honorarios médicos en concepto de tratamiento al actor por discolisis; tal gasto es producido directamente por el accidente, por lo que procede la inclusión de la partida. - Se reclaman 1.866'10 euros por los ingresos dejados de percibir al haber solicitado la esposa una excedencia durante el periodo de dos meses para el cuidado del actor. En el bien entendido de que la petición ha de entenderse procedente, ya que el actor está legitimado si quiera sea indirectamente, por cuanto se ha visto afectada la economía conyugal, cabe hacer uso, en todo caso, de la facultad de moderación de los tribunales. Y ello, en primer lugar, porque si el actor precisaba de atención y cuidados, en el caso de que la su esposa no hubiera solicitado una excedencia se habría requerido hacer unos gastos adicionales de contratación para la ayuda de un tercero unas horas al día, posibilidad quizás más económica; en segundo lugar, porque la suma que se solicita lo es partiendo con la nómina del año 2005, cuando el accidente y a petición de excedencia tuvo lugar en el año 2003, ignorándose si su sueldo se ha visto aumentado o actualizado. Por ello, se considera adecuada por este concepto la cantidad de 1.900 euros. - Para concluir, ninguna indemnización cabe en relación con la documentación aportada bajo el número 37, relativa a una empresa de la que al parecer el actor es administrador único. Los beneficios o pérdidas de esa sociedad no son directamente extrapolables al actor, que obviamente tiene una personalidad jurídica propia y distinta, con su propio patrimonio. · El total a indemnizar es, por lo tanto, 31.333'27 euros, cantidad que no devengará intereses, por cuanto se considera que no concurrían los presupuestos de liquidez, al haberse efectuado una importante reducción de las partidas solicitadas. CUARTO.- En consecuencia, en el Fallo de la sentencia de instancia, objeto del presente recurso, se acordó lo que literalmente se transcribirá: "Estimando parcialmente la demanda presentada por la Procuradora Dª Buenaventura Cucó Josa, en nombre y representación de D. Alexander , contra "Pachá Ibiza, SA", representada por el Procurador D. César Serra González, debo condenar y condeno a la citada demandada a que abone a la parte actora la cantidad de 31.333'27 euros (TREINTA Y UN MIL TRESCIENTOS TREINTA Y TRES euros, VEINTISIETE céntimos). Cada parte abonará las costas causadas a su instancia y las comunes por mitad." 4 Centro de Documentación Judicial QUINTO.- Contra la anterior resolución se interpuso recurso de apelación en plazo y forma, el cual correspondió a esta Sección Cuarta de Palma de Mallorca en virtud de reparto efectuado por la Oficina correspondiente. Dicho recurso fue instado por la representación procesal de la parte referida en el encabezamiento de esta sentencia como apelante, sin que fuera propuesta prueba en esta fase de apelación por ninguna de las partes del litigio, siguiéndose el recurso con arreglo a los trámites previstos en la Ley de Enjuiciamiento Civil, quedando el rollo de apelación concluso para dictar sentencia en esta alzada; obrando el autos los correspondientes escritos de parte, de apelación y de oposición a la apelación, cuyos argumentos serán objeto de resumen en el fundamento de derecho primero de la presente resolución. SEXTO.- En la tramitación antedicha se han observado las prescripciones legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO Se aceptan los fundamentos jurídicos de la sentencia apelada en lo que no se opongan a los que se dirán. PRIMERO.- Frente a la sentencia de instancia, resumida en los antecedentes de la presente resolución, se alza la representación procesal de la parte apelante en base a los argumentos que, en esencia, se pasan seguidamente a referir: En cuanto a la pretendida prescripción de la acción ejercida en base al articulo 1.902 CC , debe insistirse en que se considera que la acción ejercitada al amparo del articulo 1.902 del CC estaría prescrita por haber transcurrido mas de un año desde que el agraviado tuvo conocimiento, no ya del hecho que presuntamente lo ocasionó, sino de sus consecuencias. Si tenemos en cuenta que los hechos que la adversa presentó como motivo de la demanda tuvieron lugar el once de agosto de 2003, estaría en exceso transcurrido el plazo legalmente concedido por la ley para el ejercicio cuya acción ahora se pretende habida cuenta de que desde la fecha de los hechos se han dado sucesivas altas en las que ya se conocía el alcance real de las secuelas con anterioridad incluso al alta que se presenta como definitiva de fecha 21/10/04. Sirva de ejemplo el alta aportada por el propio demandante como documento nº 9 en el que se refieren las fracturas D6 - D7 y se pone de manifiesto que el paciente se encuentra en buen estado general. Es en fecha 17 de febrero de 2004 cuando se sabe ya a ciencia cierta que las fracturas presentan los acuñamientos referidos como secuelas y ahora reclamados. El hecho de que hubiera un alta posterior, de fecha 21/10/2004 que en nada varia la anterior no debe entenderse como aquella en la que el perjudicado conoce el verdadero alcance de su lesión, dado que con anterioridad ya se podía haber interpelado a mi principal y roto la prescripción. Por la misma razón, dada la distancia temporal entre los hechos y la demanda, la posibilidad de efectuar cualquier valoración médica contradictoria reduce su eficacia considerablemente. Subsidiariamente a lo anterior y por lo que hace al fundamento de derecho segundo de la sentencia ahora recurrida, cabe analizar si se dan, y en que medida los elementos que configurarían una responsabilidad, plena o parcial de mi principal respecto a lo reclamado de contrario. A este respecto, debemos centramos y al margen de lo vertido en su día en el escrito de contestación y en el acto de Juicio, tres puntos esenciales en cuanto a la valoración de las circunstancias en las que se produjo el siniestro y la, estimamos como mínimo aplicable, concurrencia de culpas del actor. a).- Respecto a la relación de causalidad: Entiende esta parte que por los hechos relatados en el escrito de demanda y los vertidos en el acto del juicio se ha producido una clara ruptura del posible nexo causal con la caída alegada y su consecuencias, manifestado evidentemente por la documentación aportada por el centro médico Can Mises, donde no aparece ninguna de las lesiones que más tarde, días después si aparecen en el lugar de destino de la parte actora. El único diagnóstico efectuado en el hospital ibicenco es el de la existencia de una herida inciso- contusa en la cabeza y determinados dolores dorsales. Se da un tratamiento farmacológico y no se decreta su ingreso. Se efectúa estudio radiológico en el que no se refieren lesiones. Es de entender que lesiones mayores, toda vez que el paciente se queja de ellas, debieran de haber sido detectadas con las placas de rayos X a los que fue sometido el Sr. Alexander . Si no lo fueron, los hechos objetivos sólo nos muestran que en ese día no había fracturas. b).- En la exploración a la que es sometido se hace referencia a la existencia de "ingesta enólica", con presencia en el cuadro sintomático del denominado Fetor enólico; es decir, el parte de urgencias no sólo refiere que el accidentado había ingerido alcohol (aunque no se llegó a realizar el test toxicológico), sino que el nivel de dicha ingesta había sido tal que llegaba al índice de fetor ("hedor" según el diccionario de la Real Academia de la Lengua). Es decir, no se está ante un sujeto sereno, sino frente a alguien con un elevado consumo de alcohol; y entendemos que en este punto fundamental el Juzgador de Instancia ha cometido un 5 Centro de Documentación Judicial error ya que el fetor sólo se produce previa ingesta. No estamos hablando de olores derivados de impregnación de alcoholes. Y entendemos (s.e.u.o.) a contrario de lo que la sentencia recoge, que Don Evaristo en su declaración en el juzgado en día del Juicio indicó que el concepto fetor lleva aparejada necesariamente la ingesta del alcohol. La incidencia de ese consumo es de una evidente importancia para determinar la culpabilidad de la pretendida víctima en los hechos descritos. Ello deja tiempo más que suficiente para que el sujeto al que se le diagnostica fetor enólico haya dispuesto de horas para el consumo de bebidas que lo lleven a esa situación clínicamente determinada. Este elemento, siguiendo el razonamiento de la propia sentencia ahora recurrida es el que aconseja, cuanto menos, la compensación de culpas. c).- Respecto a las condiciones ambientales del local, especialmente la iluminación, debemos recordar en todo momento que estamos hablando de una discoteca: eso implica un tratamiento especial de la luz que no puede ser el mismo que en una oficina o un supermercado: minorado a los efectos de crear el ambiente deseado, con profusión de cambios de colores, intensidad etc., todo ello en un ambiente de elevada sonoridad, máxima concurrencia de público (Pacha en Verano en Ibiza) y efectos especiales como humo; todo ello formado parte indisoluble de la naturaleza del espectáculo de ocio nocturno que es una discoteca a pleno rendimiento. Y cualquiera que accede a un local de estas características lo sabe y debe asumirlo ya que forma parte intrínseca del espectáculo. Respecto al fundamento tercero de la sentencia ahora parcialmente recurrida, es decir cuantificación de lo reclamado cabe decir: se está plenamente de acuerdo con las desestimaciones que se han nevado a cabo en la misma y se discrepa con las mantenidas por no considerarse suficientemente probadas. Debemos considerar que el tiempo de sanar no el momento de otorgar el alta médica, sino cuando se produce la curación o se produce la estabilización de las lesiones, entendiendo como tal que los déficits anatómicos del lesionado ya se han establecido como una entidad médica con todas sus manifestaciones y no desaparecerán por cuyo motivo se han de considerar permanentes. El tiempo de curación de las lesiones no puede fijarse únicamente atendiendo a los informe de alta y bajas de la seguridad social, ya que la incapacidad temporal o los días impeditivos extra hospitalarios desde el punto de vista de la Ley sobre responsabilidad civil de vehículos a motor (baremo aplicado de contrario), obedecen a criterios diferentes que la incapacidad laboral. Por tal motivo, en todo caso sería de aplicación la fecha del 26/09/03, en la que según el informe clínico del Hospital Punta Europa, se da el alta, declarándose al paciente en buen estado general y se le recomienda seguir un plan de fisioterapia domiciliaria (corsé) y medicación protectora. En dicho informe se hace constar que en el TAC que se realiza no se muestran cambios con respecto a las radiografías previas. La diferencia en días es más que notable y ello tiene una evidente repercusión económica. Se discrepa, según lo alegado previamente con que PACHA IBIZA, S.A. tenga responsabilidad alguna en el incidente. Subsidiariamente, y teniendo en cuenta sobre todo lo que entendemos probado, es decir, que el sujeto que presuntamente sufrió el siniestro había ingerido alcohol en cantidad suficiente como para que se le diagnosticase fetor enólico, le seria plenamente aplicable la compensación de culpas, por lo que la cantidad de 31.333,27.-€ debería ser, en su caso, considerablemente minorada. En consecuencia, la parte apelante solicitó que se estime íntegramente el presente recurso de apelación y se revoque la sentencia de instancia, estimando íntegramente los pedimentos aducidos en su escrito de contestación a la demanda, con los pronunciamientos que le son inherentes. La representación procesal de la parte apelada se opuso a los motivos del recurso alegando las razones que seguidamente se resumirán: Reitera la demandada que la fecha de comienzo del cómputo del plazo prescriptivo es la del 17 de febrero del 2004, argumentando que en dicha fecha presume que ya se tenía conocimiento del alcance real de las lesiones padecidas. Argumentaciones que fueron acertadamente rechazadas por el Juez de Instancia en su sentencia, fundamento jurídico Segundo. Tanto la prueba documental como la pericial aportada a los autos acreditan que la fecha de inicio del cómputo debe retrotraerse al 21 de octubre del 2004, fecha del alta médica del paciente. No puede por lo tanto considerarse la fecha pretendida por la demandada del 17 de febrero del mismo año ya que en dicha fecha el paciente debía seguir teniendo un corsé, con lo que el alcance de las lesiones no pudo conocerse hasta terminados los tratamientos. Y por lo tanto solo en la fecha del alta, 21 de octubre del 2004, el paciente tenía conocimiento del alcance de las lesiones y sólo a partir de dicha fecha podía realizarse una valoración de las lesiones, periodo de baja, secuelas... y fijar por lo tanto el importe indemnizatorio a reclamar. Como bien informó el perito judicial, informe que nunca ha sido contradicho por la demandada y contra el que no se ha presentado prueba alguna en contrario por la ahora apelante. La prescripción se fundamenta en la seguridad jurídica y en el mantenimiento de la estabilidad de las 6 Centro de Documentación Judicial relaciones jurídicas, aunque ello no se ajuste a la estricta justicia. Como medio de hacer más justa esta institución, a la suspensión de la prescripción no regulada en el Código Civil, cabe unir la norma sobre el comienzo de la prescripción que representa el art. 1969 y la interrupción de la misma acogida en el 1973, ambos en dicho cuerpo legal. Dado que el modo natural y lógico de extinción de un derecho es su ejercicio, la prescripción constituye una manera anormal de extinción del derecho o de la acción. Consciente de ello la Jurisprudencia más reciente, como las TS SS 2 Feb. 1984, 16 Jul. 1984, 21 Jun. 1985, 19 Sep. 1985 , propugna un tratamiento restrictivo de aplicación de la prescripción a la vida real. EXISTENCIA DEL NEXO CAUSAL. RELACION DE CAUSALIDAD. La prueba testifical y pericial practicada en los autos llevan al convencimiento del Juzgador de la realidad del daño, el alcance del mismo y la relación de causalidad, ahora cuestionada por el apelante. Además no debemos olvidar que la previsión de ese riesgo por la demandada era posible, como también lo es el evitado mediante una mejor iluminación, al ser obligación del titular del servicio prestado el mantener las dependencias en adecuado estado para un uso sin riesgos innecesarios y para todo tipo de usuarios y lo actuado revela que no se adoptaron todas aquellas medidas posibles para procurar un acceso normal y seguro a sus instalaciones. Concurren pues todos los requisitos jurisprudencialmente exigidos para declarar la responsabilidad extracontractual que responde al principio "alterum non laedere" a cargo de la demandada en cuanto propietaria de las instalaciones donde se produjo la caída. Por ello, en ausencia de una actitud culposa del perjudicado, que en forma excluyente o concomitante coadyuvase a la producción del daño, cabe imputar a la empresa explotadora de la Sala de Fiestas, por actos propios de indiligencia en la conservación y estado de las instalaciones, del resultado dañoso producido por la caída de la actora. Hablamos ahora de la explotación de una actividad como la de discoteca en la que es obligación de quien desarrolla ese negocio poner a disposición de los usuarios del mismo, en un ambiente nocturno en el que se reúnen multitud de personas, en el que es habitual el consumo de alcohol y en el que la iluminación tiene como objetivo esencial la recreación de un espacio festivo de luces y sombras, un espacio carente de obstáculos y en adecuadas condiciones de seguridad, lo que no se logra sólo por el sometimiento del establecimiento a los requisitos administrativos para su apertura y funcionamiento, pues estos son desde luego ajenos a cuestiones constructivas ornamentales o a la posibilidad de que el suelo pueda presentar en un determinado momento líquidos que supongan un riesgo para los usuarios, o falta de iluminación adecuada para percibir los escalones. Se trata por tanto de hacer frente a los riesgos que puedan producirse en el marco de una actividad empresarial, de modo que la responsabilidad para el empresario se derivará no solo de la imprudencia asociada a la idea de culpa por su actuación o la de sus empleados, sino también cuando el daño se produce dentro del marco donde ejerce su influencia siempre, claro está, que el evento que produce el daño tenga una relación directa o indirecta con la actividad a la que se dedica. INEXISTENCIA DE COMPENSACIÓN DE CULPAS. Como bien afirma la sentencia analizada "No concurren circunstancias por ello que aconsejen una compensación de la culpabilidad". En el caso que nos ocupa, ha de aplicarse el criterio objetivista de la responsabilidad, ya que, aquí, los elementos intervinientes en el accidente el propietario y el cliente del establecimiento, ocupan posiciones distintas como productores o generadores de riesgo, condición que sólo tiene el primero de los elementos citados. Por ello, corresponde al propietario probar que adoptó, en todo momento, la diligencia debida, pese a lo cual no pudo evitar el resultado dañoso, o lo que es lo mismo, que no existió por parte del mismo la más mínima culpabilidad o reprochable participación en dicho resultado, adoptando, dadas las circunstancias, las medidas oportunas para evitar o aminorar el daño, siendo, por tanto, la denunciada, la única responsable del evento dañoso. CULPABILIDAD DEL DEMANDADO. Pretende la apelante exculpar al demandado alegando que las condiciones ambientales de iluminación ... del local reciben un tratamiento especial por ser una discoteca, con efectos especiales de humo... indisoluble a la naturaleza del espectáculo y de la esencia de una discoteca. Motivo que debe ser plenamente rechazado dado que esas mismas condiciones que expone en su escrito son las que obligan y responsabilizan al demandado a extremar las diligencias debidas y exigibles. La Sentencia del Tribunal Supremo de 8 noviembre 1990 , nos habla del concepto moderno de culpa que no consiste solamente, según el criterio clásico, en la omisión de la diligencia exigible según las circunstancias del caso, sino que actualmente se ha ampliado para abarcar aquellas conductas donde hay negligencia sin una conducta antijurídica y aquellas otras en que, partiendo de una actuación diligente y lícita, no sólo en su inicio, sino también en su desarrollo, se entiende existente también conducta culposa a virtud de un resultado socialmente dañoso que impone la desaprobación de la acción o de la conducta por ser contraria a los valores jurídicos exteriorizados es decir, es una conducta socialmente reprobada. Como sucede en el presente caso de que, aún teniendo los pertinentes permisos la demandada y pudiendo acreditar que el local reúne las condiciones mínimas exigidas por la legislación actual, aun partiendo de una actuación diligente y lícita no solo en su inicio sino en su desarrollo, habida cuenta que la escasa 7 Centro de Documentación Judicial iluminación de la una escalera de frecuente uso por los cientos de personas que diariamente transitan por la misma en la época estival, genera un alto riesgo y produce un daño, se entiende, en este caso, una omisión culposa. Ya que el propietario del local no ha agotado la diligencia que le es exigible. Los propietarios de discotecas y locales de alta densidad de tránsito de personas deben extremar las precauciones ante cualquier circunstancia previsible que pudiera acontecer, debiendo prever los posibles defectos de las instalaciones, principio al que está subordinado el de «confianza», según mantiene la doctrina del Tribunal Supremo, es claro que el propietario pudo y debió tratar, al menos, de evitar el accidente, lo que no hizo, incurriendo así en la responsabilidad a que se refiere el artículo 1902 del Código Civil . El criterio indemnizatorio del Juzgador es coherente con las pruebas practicadas en los autos y, si bien minoriza nuestras pretensiones, no podemos desconocer su fundamentación y sano criterio, por lo que la entendemos ajustada. En consecuencia, la parte apelada solicitó la desestimación del recurso de apelación y la confirmación de la sentencia apelada. SEGUNDO.- Entrando ya a resolver los motivos del recurso de apelación, reitera la apelante la invocación de la prescripción de la acción ejercida, y ello en base al articulo 1.902 del Código Civil, pues entiende que es en fecha 17 de febrero de 2004 cuando se sabe ya a ciencia cierta que las fracturas presentan los acuñamientos referidos como secuelas y ahora reclamados, de modo que el hecho de que hubiera un alta posterior, de fecha 21.10.2004, en nada varia la anterior. En este punto considera el Tribunal que, tal y como señala la sentencia de instancia, en el caso que nos ocupa el actor ha aportado un informe médico en el que se hace constar como fecha definitiva del alta la del 21 de octubre de 2004, aconteciendo que el profesional que lo suscribe, que fue sometido a contradicción en el acto del juicio, ratificó la fecha de alta definitiva, explicando la importancia de la lesión y el tan dilatado periodo de recuperación, y explicando también que aunque el servicio de traumatología hiciera constar en un informe de 29 de septiembre de 2003 fecha del alta, no puede equipararse a la fecha de la sanidad, puesto que se refiere que el paciente debía mantener puesto el corsé, y que incluso, una vez quitado éste, persistieron los dolores unos meses. En consecuencia, en el caso de autos existe una prueba actora, consistente en pericial médica -prueba necesaria en un caso como el presente en el que el discernimiento de lo que ha de entenderse por fecha de alta definitiva tiene un carácter técnico-, sin que, sin embargo, la parte demandada haya presentado un informe pericial alternativo, ni se cuente tampoco con una pericial judicial que combata las conclusiones médicas de la pericial de parte proporcionada por la actora. Así la cosas, a la hora de analizar la carga la prueba sobre la duración de las lesiones, debe atenderse al artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en cuyo número 2º se establece que incumbe al actor la carga de probar la certeza de los hechos de los que ordinariamente se desprenda, según las normas jurídicas a ellos aplicables, el efecto jurídico correspondiente a la demanda; mientras que el número 3º del mismo precepto establece que incumbe al demandado la carga de probar los hechos que, conforme a las normas que les sean aplicables, impidan, extingan o enerven la eficacia jurídica de los hechos a que se refiere el apartado anterior. En consecuencia, debe concluirse que la parte demandante ha probado suficientemente el fundamento de su pretensión, desvirtuando así la alegación de prescripción, cuya prueba correspondía a la parte demandada. No cabe olvidar al respecto el hecho de que, estando fechado el registro de la demanda el 30.11.05, existía un intento de conciliación de fecha de registro de entrada septiembre de 2005 -proveído el 4.10.05-, por lo que la acción fue ejercitada dentro del plazo de un año a contar desde la interrupción prescriptiva operada por el acto de conciliación. TERCERO.- Seguidamente, con relación a la puesta en cuestión por la parte apelante de los elementos que configurarían la responsabilidad de la entidad demandada, se sostiene la falta de nexo causal entre la caída y sus consecuencias, manifestado que en la documentación aportada por el centro médico Ca'n Mises no aparece ninguna de las lesiones que, días después, sí aparecen en el lugar de destino de la parte hoy actora. En este punto aprecia la Sala que en el informe de ingreso en urgencias en el Hospital Ca'n Misses de Ibiza ya consta la caída por escaleras de 2,5 metros en la madrugada en cuestión (11.8.03), con pérdida de conciencia, herida incisa en zona occipital y que el paciente refería dolor en la columna, concretamente en la musculatura paravertebral dorsal. Ello presenta un continuismo lógico con el informe clínico del Servicio Andaluz de Salud de 13.8.03, en el que se refiere que, pese a ser dado de alta el día 11, el paciente no sentía mejoría de su dolor a nivel dorsal, suspendiendo sus vacaciones y compareciendo en el hospital andaluz, donde se le aprecia la fractura acuñamiento de más de un tercio de D7 y sospecha de fractura de D6, delatando el TAC entonces realizado la efectiva presencia de esta última fractura. Por otro 8 Centro de Documentación Judicial lado, dicha impresión -relativa a que ambos informes médicos parecen corresponder al mismo accidente-, fue asumida por el perito de la actora, y, en concordancia con lo que se refería en el fundamento de derecho anterior, la referida pericial no ha sido cuestionada por otra pericial alternativa, cuya aportación hubiera debido corresponder a la parte demandada, por ser ésta quien, en concordancia con las previsiones del artículo 217.3 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , debió haber acreditado esa pretendida falta de causalidad entre la caída por las escaleras y las lesiones objeto de autos. En consecuencia, en defecto de esa prueba todo parece indicar que ambos partes corresponden al mismo accidente, si bien el primer diagnóstico fue incompleto. Sostiene también la parte apelante que en la exploración a la que fue sometido el paciente se hace referencia a la existencia de "ingesta enólica", con presencia en el cuadro sintomático del denominado "fetor enólico"; es decir, entiende que el parte de urgencias no sólo refiere que el accidentado había ingerido alcohol (aunque no se llegó a realizar el test toxicológico), sino que la incidencia de ese consumo es de evidente importancia para determinar la culpabilidad de la pretendida víctima en los hechos descritos. Sobre este particular, considera la Sala que, ciertamente, cabe entender acreditado en autos el consumo de alcohol por parte del hoy demandante con anterioridad a la caída por las escaleras de la discoteca, sin embargo, lo que no se prueba era el grado de impregnación alcohólica que tenía, ya que no se llegó a medir la misma, siendo, por otro lado, natural el consumo de alcohol en una discoteca, por lo que únicamente un consumo excesivo, con un grado de embriaguez notable, podría ser entendido como una desmesura eventualmente susceptible de incidir en el resultado causal con grado de culpa exclusiva o de concurrencia de culpas. Consumo excesivo que, como se ha indicado, no se acredita en autos, en el que tales dicciones de "ingesta enólica" y "fetor enólico" son impresiones subjetivas extraídas de la proximidad física con el paciente, carentes de entidad bastante para catalogar la situación como de embriaguez propiamente dicha, la cual, por otro lado, no se refiere como tal en el informe médico en cuestión, cuando pudo haber sido referida de haber sido constatada de facto por el servicio de urgencias del Hospital de Ibiza. Así la cosas, el consumo alcohólico por el actor, en tanto que cliente de la discoteca demandada y en la medida en que no consta que fuera excesivo y provocador de una situación de embriaguez, no se presenta a los ojos del Tribunal como dato que opere procesalmente en perjuicio del demandante. Por el contrario, dicha situación evidencia una obvia realidad reprochable precisamente a la demandada, pues partiendo de la premisa, por su notoriedad, de que el consumo del alcohol en la discoteca constituye su principal fuente de ingresos, sin embargo, la entidad demandada no proporcionaba a sus clientes, que discurren por las instalaciones del local en estado de cierta euforia, escaleras de acceso a los distintos enclaves del local en condiciones de suficiencia, en lo que a seguridad se refiere. En efecto, así acontecía en el concreto lugar del accidente, tal y como se desprende de la prueba pericial practicada en autos en la persona del arquitecto Dº Fernando , en cuyas conclusiones refiere, respecto de la escalera litigiosa, lo que se dirá: - Ancho inferior a 1,00 m. - Escalones (2º tramo) sin la iluminación de señalización. - Iluminación deficiente en el recorrido de los dos tramos. - Peldañeado realizado con un pavimento no apropiado. Todo lo cual conduce al perito a estimar "que la escalera analizada, no cumple con los requisitos mínimos establecidos en las normativas de referencia.". Conclusión ésta que, a su vez, es alcanzada por la observación fotográfica de la escalera, la cual evidencia carencias de seguridad, especialmente habida cuenta de las ya citadas peculiaridades de este tipo de locales. Todo lo cual es, a su vez, concordante con la testifical relativa a las condiciones del lugar en el día de autos. En concordancia con lo expuesto, cabe referir que, además de que la ingesta enólica no se presenta como determinante de culpa en el perjudicado, la prueba practicada en autos acredita la falta de cumplimiento de la diligencia debida por parte de la discoteca demandada con relación a las condiciones de la escalera de autos, de modo que la culpa de dicha entidad resulta enmarcable en las previsiones del artículo 1.902 del Código Civil , no ya por falta de acreditación por su parte del cumplimiento de la debida diligencia, sino porque la prueba actora desplegada en autos acredita solventemente su omisión de la 9 Centro de Documentación Judicial diligencia debida. Añade la apelante, en relación a las condiciones ambientales del local, especialmente la iluminación, que estamos hablando de una discoteca, lo que implica un tratamiento especial de la luz que no puede ser el mismo que en una oficina o un supermercado, minorado a los efectos de crear el ambiente deseado, con profusión de cambios de colores, intensidad etc., todo ello en un ambiente de elevada sonoridad, máxima concurrencia de público (Pacha en Verano en Ibiza) y efectos especiales como humo; todo ello formado parte indisoluble de la naturaleza del espectáculo de ocio nocturno que es una discoteca a pleno rendimiento. De modo que cualquiera que accede a un local de estas características lo sabe y debe asumirlo, ya que forma parte intrínseca del espectáculo. Respecto de tales alegatos, presentados por la defensa de la parte apelante como justificativos del entorno y, por lo tanto, de obligada asunción por el cliente de la discoteca, de quien, en consecuencia, se pregona una culpa total o parcial en el accidente, entiende el Tribunal que no hacen sino redundar, aún más, en la obligación que tenía la entidad demandada de otorgar especial cuidado en las condiciones de los accesos, que en tanto que escasamente iluminados y frecuentados por mucha gente, debieron haber sido, cuando menos, dotados de una amplitud y calidad adecuados. CUARTO.- Respecto de la cuantificación de lo reclamado, refiere la parte apelante que el tiempo de curación de las lesiones no puede fijarse únicamente atendiendo a los informe de alta y bajas de la seguridad social, ya que la incapacidad temporal o los días impeditivos extra hospitalarios desde el punto de vista de la Ley sobre responsabilidad civil de vehículos a motor (baremo aplicado de contrario), obedecen a criterios diferentes que la incapacidad laboral. Por tal motivo, en todo caso sería de aplicación la fecha del 26.9.03, en la que según el informe clínico del Hospital Punta Europa, se da el alta, declarándose al paciente en buen estado general y se le recomienda seguir un plan de fisioterapia domiciliaria (corsé) y medicación protectora. En dicho informe se hace constar que en el TAC que se realiza no se muestran cambios con respecto a las radiografías previas. En este punto, además de deberse referir por este Tribunal el hecho de que la aplicación al caso de autos del baremo indemnizatorio regulador de los accidentes de tráfico, debe entenderse en sentido meramente orientador al objeto de establecer cifras racionales a la hora de la cuantificación de las lesiones, sin que, por lo tanto, quepa ahora entrar en excesivos pormenores formales; debe añadirse, una vez más, que las fechas de alta y la entidad de las secuelas aparecen respaldadas en autos por el informe pericial proporcionado por la parte actora, sin que la contraparte haya presentado prueba de descargo dirigida a poner en cuestión tales opiniones técnicas, de modo que el juego de los números 2º y 3º del artículo 217 de la LEC nuevamente desplaza la argumentación que, al respecto, presenta la parte demandada apelante, por lo que debe desestimarse el recurso de apelación también en este punto. ULTIMO.- Al desestimarse el recurso de apelación procede imponer las costas a la parte apelante, y ello en aplicación de los artículos 398 y 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil . VISTOS los preceptos legales citados, concordantes, y demás de general y pertinente aplicación. FALLAMOS QUE DESESTIMANDO EL RECURSO DE APELACION interpuesto por PACHA IBIZA, S.A., y en su representación el/la Procurador/a de los Tribunales Dº/ª Francisco Javier Gayá Font, contra la sentencia dictada por la Ilma. Sra. Magistrada-Juez del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Ibiza en fecha 4 de septiembre de 2006 en los presentes autos de juicio ordinario en ejercicio de acción de reclamación de cantidad, seguidos con el número 1432/05, de los que trae causa el presente rollo de apelación, DEBEMOS ACORDAR Y ACORDAMOS: 1) CONFIRMAR la sentencia de instancia. 2) Imponer las costas del recurso a la parte apelante. Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará certificación al Rollo de Sala, la pronunciamos, mandamos y firmamos. Sra. María Pilar Fernández Alonso Sr. Miguel Álvaro Artola Fernández Sra. Juana María Gelabert Ferragut PUBLICACIÓN 10 Centro de Documentación Judicial Extendida y firmada que ha sido la anterior resolución por los Ilmos. Srs. Magistrados indicados en el encabezamiento, procédase a su notificación y archivo en la Secretaría del Tribunal, dándosele publicidad en la forma permitida u ordenada por la Constitución y las leyes, todo ello de acuerdo con lo previsto en el artículo 212 de la Ley de Enjuiciamiento Civil . Doy fe. PUBLICACIÓN: En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr/a. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe. DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe. 11