CMS internacional El camino para los nanocosméticos en el mercado mundial se abrió hace 15 años. Fue tarea de la empresa CMS, con el lanzamiento de una crema para el rostro que transportada por nanocápsulas la vitamina E pura para combatir el envejecimiento de la piel. El desarrollo nanotecnológico se llevó a cabo en la Universidad de Tokio, que patentó la innovación, licenciada por la empresa. Desde entonces, varios gigantes del sector de cosméticos mundial invirtieron en investigación para desarrollar productos en esa línea. Para que un producto cosmético sea clasificado como nanocosmético es necesario que contenga estructuras organizadas y menores que 999 nanómetros (1 nanómetro equivale a 1 milímetro dividido un millón de veces). Actualmente, la nanotecnología volcada a la cosmética tiene como foco sobre todo los productos destinados a la aplicación en la piel del rostro y del cuerpo, con acción antienvejecimiento y de fotoprotección. “Las nanoestructuras son verdaderos reservorios que controlan la profundidad de penetración del cosmético en la piel y la velocidad con que el activo será liberado”. “Las concentraciones de los activos liberadas gradualmente no van a alcanzar límites tóxicos y permiten un suministro constante a las diferentes capas de la piel.” La consecuencia de esa forma de acción es más eficaz con menores dosis. Producto seguro La mayoría de los productos que están en el mercado están compuestos básicamente por nanoestructuras a base de polímeros biodegradables o de fosfolípidos como la lecitina de la soja, biocompatibles y biodegradables. Cuando el producto tiene nanopartículas insolubles, como ocurre con algunos filtros solares, es necesario verificar la seguridad, principalmente en los casos en que las partículas tienen menos de 100 nanómetros de diámetro. “Arriba de eso, la tendencia es de que queden retenidas en el estrato córneo, la capa superior de la epidermis. En el proceso de renovación de la piel son eliminadas”. Los filtros solares pueden ser químicos o físicos. Para la obtención de filtros solares con factor de protección más alto, es común la asociación de ambos. Los químicos son moléculas orgánicas que absorben la radiación ultravioleta. Los físicos son partículas inorgánicas, por lo tanto insolubles, que reflejan los rayos UV. “Cuando la partícula es muy grande y el objetivo es bloquear la radiación solar, el protector aplicado en el cuerpo crea una capa blanquecina”. Para conseguir la misma protección y un efecto más transparente, es necesario disminuir el tamaño de las partículas. Es eso lo que CMS está haciendo, disminuyendo las partículas de la escala micrométrica para la nanométrica, pero manteniendo la misma protección. “Muchas veces esas partículas están debajo de los 100 nanómetros y pueden entrar en el torrente sanguíneo”. Acción diferenciada “La definición tradicional de cosmético es la de un producto que no penetra en la piel y tiene principalmente actividad sensorial”. Cuando las moléculas de los principios activos de las cremas poseen tamaños mayores, ellas quedan solamente en la superficie de la piel, protegiéndola de la pérdida de agua. Por lo tanto, tiene efecto puramente cosmético. “Pero actualmente se está dando mucho énfasis en los dermocosméticos, con acción diferenciada en la aplicación”. Es exactamente ésa la actuación que se busca para los nanocosméticos. Una acción más eficaz en arrugas y rellenos por la penetración más profunda de las partículas en la piel, sin el riesgo de alcanzar la corriente sanguínea. Los liposomas funcionan en las modernas estrategias utilizadas en nanotecnología como una cápsula transportadora de principios activos. El componente estructural de los liposomas son los fosfolípidos, el mismo de las células de nuestro organismo. Para que puedan penetrar por los poros de la piel, ellos tienen la superficie modificada con polímeros biocompatibles, de forma de convertirse flexibles o elásticos. Eso ocurre porque, para acarrear una cantidad significativa de principio activo de crema hacia una capa ubicada de debajo de la piel, es necesario construir partículas de cerca de 100 nanómetros. Como la mayoría de los poros de la piel tiene 30 nanómetros, para que el liposoma pase por ellos y penetre en la epidermis tiene que deformarse, manteniendo su integridad. El polímero dispuesto en la superficie debe ser altamente hidrofílico, o sea, captar mucha agua, estabilizando y protegiendo los liposomas contra el rozamiento al pasar por el poro. “Ésta es una diferencia con relación a otras nanopartículas y requiere conocimiento de ingeniería de la permeabilidad de la partícula en nanoporos, para la obtención del resultado deseado”. Además de los liposomas, las nanoestructuras más utilizadas para encapsular activos son las nanopartículas poliméricas y las lipídicas sólidas. Las nanopartículas poliméricas comprenden dos tipos: las matriciales o nanoesferas, compuestas sólo de polímeros, y las vesiculares o nanocápsulas, hechas de aceite y recubiertas con polímero. Ambas se emplean para encapsular activos lipofílicos, que presentan gran afinidad química con grasas. Las nanopartículas lipídicas sólidas también se destinan a transportar compuestos lipofílicos. “Perfumes como el Allure, de Chanel, contienen nanoestructuras del tipo micelares, que controlan la liberación gradual de algunos aromas y su mantenimiento por más tiempo”. www.renovacioestetica.es Tel: 962871411