ANÁLISIS DE PROTECTORES SOLARES Patricia Damiani, M. Élida Ribone y Leonardo M. Pérez Docentes de Qca. Analítica, FCByF, UNR. pdamiani@fbioyf.unr.edu.ar; mribone@fbioyf.unr.edu.ar Introducción El espectro solar está constituido por radiaciones de diferentes longitudes de onda. Podemos considerar tres rangos: el que corresponde a los rayos infrarrojos (IR), el que corresponde a los rayos de luz visible (V) y el rango de los rayos ultravioleta (UV). Los rayos IR, de bajo nivel energético, provocan sensación de calor cuando penetran nuestro cuerpo; los segundos corresponden a la luz que percibe el ojo humano; finalmente, los rayos UV, de elevado valor energético, son capaces de generar en la piel daños de diversa consideración: desde enrojecimiento y pigmentación hasta cáncer cutáneo. Son estas radiaciones UV de las que debemos prevenirnos. Más información: Los rayos UV se subdividen en tres tipos tipo A, B ó C; se conocen como UV-B, que abarca la radiación comprendida entre las longitudes de onda 290 y 320 nm, y UV-A, que comprende el rango desde 320 a 400 nm. La radiación UV-C que se extiende desde los 200 nm hasta los 290 nm es absorbida por la capa de ozono, pero su efecto nocivo se hace cada día más significativo debido a la depleción de esa capa. Para protegernos de estas radiaciones UV-A y UV-B utilizamos los protectores solares. Los protectores solares que existen en el comercio contienen filtros físicos, filtros químicos o ambos. Los primeros, también llamados bloqueadores, actúan reflejando la luz solar; contienen sustancias inorgánicas que impiden que la radiación penetre en la piel, o dicho de otro modo, que reflejan todos los rayos del espectro UV; el principio activo que suele utilizarse es dióxido de titanio. Los filtros químicos, por su parte, actúan absorbiendo la radiación UV entre 250 y 340 nm de longitud de onda y la transforman en radiación de onda larga y de baja energía no nociva para la piel; comprenden sustancias orgánicas, por ejemplo, derivados del ácido para-amino benzoico, cinamato o benzofenonas. Los protectores que contienen ambos tipos de filtro se conocen como de amplio espectro. La efectividad de los protectores dependerá del tipo de mezcla y concentración de las sustancias activas que contenga. Por esto nos interesa conocer el factor de protección solar (FPS). Este factor nos indica la capacidad de un filtro para evitar el paso de la radiación UV. Se calcula comparando la dosis de luz UV requerida para producir enrojecimiento mínimo (eritema) en la piel protegida por el filtro, con la cantidad de luz UV requerida para producir enrojecimiento mínimo en la piel no protegida por el filtro. 1 FPS = DEM PIEL PROTEGIDA / DEM PIEL NO PROTEGIDA DEM: dosis eritema mínimo; se expresa en J / m2 Piel protegida: piel tratada con 2 mg / cm² de protector solar Piel no protegida: piel no cubierta con protector solar Veamos el siguiente ejemplo: si una persona permanece expuesta al sol durante una hora sin protección se produce un cierto eritema, dependiendo del tipo de piel. Pero si la misma persona se aplica un producto FPS 4, puede estar cuatro veces el tiempo que hubiera estado sin protección. Sin embargo hay que tener en cuenta que a medida que aumenta el FPS la absorbancia varía logarítmicamente, por lo tanto los protectores solares con factores 2, 30 y 50 absorben aproximadamente el 50 %, 96,7 % y 98 % de la luz incidente. Para evaluar la capacidad de los protectores solares se registran y examinan sus espectros de absorción porque cuando el FPS aumenta, es posible observar dos cambios: 1) La absorbancia total del espectro aumenta, esto se debe a un cambio en los componentes activos por otros que absorben más o a un aumento en la concentración de componentes activos. 2) La forma del espectro cambia, esto por lo general refleja el agregado de nuevos componentes con distintas propiedades absortivas. En la mayoría de los casos el agregado de nuevos componentes es necesario debido a que la concentración de los compuestos absorbentes en un protector solar está restringida legalmente a valores máximos permitidos. Objetivo Analizar mediante una técnica espectrofotométrica cualitativa la efectividad de los protectores solares comerciales. Materiales y reactivos Gradilla con tubos de centrífuga Pipetas de 1 y 10 mL Baño de agua (vaso de precipitado, trípode, tela de amianto, mechero) Varilla de vidrio Matraz de 25 mL Cubeta de cuarzo Alcohol isopropílico Agua destilada Instrumental Balanza analítica Centrífuga Espectrofotómetro JASCO 2 Procedimiento En un tubo de centrífuga pesar aproximadamente 20 mg de protector solar; agregar 5 mL de alcohol isopropílico y calentar en un baño de agua entre 45 y 50 ºC durante un minuto; agitar suavemente con la varilla para favorecer la disolución de la muestra. Dejar enfriar a temperatura ambiente y centrifugar a 3000 r.p.m. durante 5 minutos. Colocar 1 mL del sobrenadante, el cual contiene disueltos los principios activos, en el matraz de 25 mL; completar con agua destilada hasta el aforo. Verter una porción de esta dilución en la cubeta de cuarzo y realizar un barrido espectral en el espectrofotómetro. Analizar los resultados obtenidos. Riesgos No los tiene. Bibliografía Para el docente: - Harris, Daniel. Análisis químico cuantitativo. Cap. 19 y 20. Ed. Grupo editorial Iberoamérica (1992). - Skoog, Douglas; West, Donald y Holer, James. Tomo II, Cap. 20, 21 y 22. Ed. Reverté (1997). 3