PATRICIO HERNÁNDEZ 

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La incómoda e inocultable realidad de la Región (Murcia confidencial, 19/12/06)
PATRICIO HERNÁNDEZ Si las elecciones son siempre en cierto modo el momento constituyente de toda sociedad
democrática, en el que la voluntad soberana del pueblo resuelve y decide, con arreglo a las
leyes, sobre quienes y con qué proyecto han de conducir su gobierno para una nueva etapa, y
si una democracia es tanto más sólida cuanto más informados y conscientes son sus
ciudadanos sobre su situación y sus necesidades, tanto personales como colectivas, nadie
podrá dudar de la oportunidad del nuevo informe que acaba de publicar el Foro Ciudadano
sobre la situación de la Región de Murcia a seis meses de unas elecciones locales y
regionales.
El valor de este singular estudio (El otro estado de la Región. Informe 2006) va, no obstante,
mucho más allá da la coyuntura electoral. Se trata del único trabajo de conjunto, independiente
de cualquier obediencia o servidumbre pero ajeno igualmente al falso mito de la neutralidad,
realizado con el máximo rigor y plena libertad por un amplio y plural equipo de redactores (nos
cuarenta reconocidos profesionales, investigadores e intelectuales), que proviene por tanto de
la propia sociedad civil, y que nos proporciona una muy completa radiografía de la realidad
regional.
Su publicación, autofinanciada por el Foro Ciudadano con sus propios recursos y la venta de
los ejemplares del Informe- una cuidada edición realizada en colaboración con Diego Marínviene a dar continuidad al trabajo de similares características aparecido por vez primera en
2003, cuyos datos y conclusiones sirven de referencia y contraste para este segundo de 2006,
permitiendo así un análisis preciso y ajustado de la evolución de la región en esta secuencia
temporal.
El escaparate de autocomplacencia en que se mira cada día el gobierno regional y en el que a
través de su aparato de propaganda pretende que nos veamos reflejados también los
ciudadanos, salta hecho añicos cuando se le confronta con las evidencias que desvela, a partir
de fuentes de datos incontestables, este informe. Es el maquillaje de desinformación, mentiras
y ocultación, simple pero eficaz, con que se ha venido encubriendo una y otra vez la realidad
en estos largos años de gobierno del PP el que se desvanece como el humo para dejar paso a
un retrato tanto más verdadero cuanto embarazoso e indisculpable.
Por que lo que se descubre entonces nítidamente es aquello que busca enmascarar el cada
vez más agotado discurso-pantalla del agua negada y de los demás supuestos agravios del
gobierno de Madrid, de los espejismos del fulgurante dinamismo económico que estaríamos
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viviendo, del perverso abuso retórico sobre la falaz sostenibilidad ambiental del modelo
murciano, o del tan radiante como inverosímil porvenir que nos promete el Horizonte 2010.
Se ponen ante nosotros las pruebas que demuestran el irresponsable e insostenible
neodesarrollismo que sacude el territorio murciano, el criminal sacrificio de nuestro patrimonio
cultural y ambiental como consecuencia del estallido de la bomba inmobiliaria que ahora
sufrimos y que lamentarán amargamente las futuras generaciones de murcianos, puesto al
servicio de los intereses de unos pequeños grupos –verdadera oligarquía política y económicaque una vez más en nuestra atribulada historia saben hacer prevalecer sus intereses bajo el
disfraz de la defensa de los intereses generales de la sociedad.
Podemos comprobar como el camino emprendido no nos permite, además, reducir el
diferencial de riqueza que nos separa históricamente del promedio español: el tan cacareado
crecimiento del PIB regional no se traduce en el PIB per cápita, que retrocede relativamente
(entre 2000 y 2005 hemos perdido 8 décimas, colocándonos en el 83,1 de la media nacional),
ni mejoran los salarios (los segundos más bajos de los españoles), y aunque ha aumentado el
empleo, las cifras de economía sumergida (con fraude y sin derechos), y de la temporalidad y
precariedad laboral son las peores de España. La pobreza alcanza a uno de cada cuatro
murcianos – un 24,5%, lo que supone un 4,6% más que el promedio nacional- y se calcula en
24.000 las personas que en la región sufren pobreza extrema.
Y se consagran al mismo tiempo las desigualdades internas: a comienzos de 2006 éramos la
comunidad con mayores diferencias de renta entre los que más y menos tienen ; las
desigualdades de género persisten en todos los ámbitos, como también se mantienen las
relacionadas con la edad (la emancipación de los jóvenes no deja de retrasarse como
consecuencia de los bajos e inestables ingresos y del meteórico aumento del precio de la
vivienda), o con la condición de inmigrante (ese importante sector de población regional que se
quiere productivo pero sujeto a un estatuto de infraciudadanía y vulnerabilidad).
También se muestra la subsistencia de las inequidades culturales y educativas. El Informe
ofrece los datos inequívocos del retroceso del sistema educativo murciano (aumento del
fracaso escolar, incremento del abandono escolar temprano, retrasos de la tasa de idoneidad,
descenso de los alumnos que completan la enseñanza primaria y la tasa de graduados de ESO
y Bachillerato,etc. ). Se aportan, finalmente, los datos y reflexiones que establecen la ausencia
de un proyecto cultural para la región y nuestra posición postrera en prácticamente todos los
indicadores culturales; se revisa la situación de los medios de comunicación, la renuncia a unos
medios públicos de calidad e independientes y la gravedad de las decisiones relacionas con las
concesiones de canales de televisión digital; nuestras diferencias negativas en materia de
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salud, las debilidades de nuestro sistema de servicios sociales, etc.
Todo ello como causa y consecuencia, a un tiempo, de un modelo de democracia débil e
inacabada, con baja participación y articulación de la sociedad, lo que está en la génesis de la
emergencia del nuevo ciclo de intensa corrupción política que ahora sólo empieza a
vislumbrarse en una región que se ha comportado políticamente estos años como la más
conservadora de España, pero que al mismo tiempo ofrece ya en estas vísperas electorales
síntomas claros –desde ámbitos tanto políticos como sociales- de querer salir de esta situación.
Patricio Hernández Pérez
Miembro del Foro Ciudadano de la Región de Murcia
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