Añadamos ahora que estos reducidos presupuestos tienen que soportar los... -según el Consejero Cruz- «grandes eventos» que constituyen la prioridad...

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Sacrificar la cultura, equivocar la política (La Verdad. 26-11-09)
Añadamos ahora que estos reducidos presupuestos tienen que soportar los irrenunciables
-según el Consejero Cruz- «grandes eventos» que constituyen la prioridad de su política ( SOS
4.8, PAC, MANIFESTA 8 o el concierto MTV) que si tienen algo en común son sus
presupuestos astronómicos, su carácter de franquicia cultural importada, la reducción de los
ciudadanos a público pasivo y la ignorancia de los contextos culturales en que se producen
como fenómenos siempre episódicos y pasajeros.
La bienalización y festivalización de la cultura elevada al paroxismo que ahora se nos propone
se corresponde con un paradigma de política cultural que está ampliamente cuestionado y que
heredamos de un momento -el de los grandes crecimientos presupuestarios vinculados al auge
de la economía especulativa- que hemos de dar por felizmente superado. En estos tiempos de
crisis necesitamos otra política cultural que mire hacia el conjunto de los ciudadanos y atienda
sus necesidades culturales reales.
La insistencia sobredimensionada en este modelo en el contexto actual supone además una
agresión directa al tejido cultural propio, a las asociaciones, compañías, creadores y centros
productores y difusores de cultura a lo largo de toda la región.
En el presupuesto propuesto son las inversiones y las transferencias de capital las que peor
parte se llevan, lo que supone menor actividad económica -justo lo contrario de lo que
necesitamos- y un fuerte castigo para los ayuntamientos, con lo que la penuria se traslada al
plano local y a la cultura de proximidad.
Así, Promoción Cultural pierde toda su inversión (1,8 millones de euros), la inversión en
Museos baja un 69,2% ( perdiendo 1,67 millones), mientras que las transferencias de capital
para museos locales pierde un 63% (en euros casi 4,5 millones). En Patrimonio Histórico las
bajadas son también de vértigo: -62,9% en ayudas a los municipios y -69,2% en inversiones
para restaurar nuestro patrimonio. El mismo Centro Regional de Restauración pierde nada
menos que un 60% de su presupuesto. Las inversiones y transferencias locales en Archivos
desaparecen por completo (-100%). Y en bibliotecas la inversión se desploma con un -84,43%.
Una completa catástrofe que no tiene precedentes y cuyos efectos serán enormemente
perniciosos.
La lista de concretos damnificados por la reducción de partidas finalistas es también muy
larga, desde los cineclubs (-43%), a las Cantigas de mayo (-50%), desde los payasos de
Pupaclown (-27%) al Festival de Cine de Cartagena (-30%), pasando por los marionetistas de
UNIMA, las subvenciones a empresas audiovisulales (-70%), las bandas de música, las
escuelas de música, las becas de formación artística (-66%), sin que se libre Murciaescena.
Tampoco escapan de la tijera feroz los propios centros de la Consejería, como la Filmoteca
Regional (-10%), el Centro Párraga, o el mismísimo CENDEAC (-37%), desapareciendo
íntegramente los fondos para el Plan de Impulso a las Industrias Culturales, absurdo mayor en
tiempos de crisis.
Sufrirán también esta fiebre reductora la Casa Pintada (-30%), el Museo Salzillo (-21%) , el
Museo de Barranda (-22%), o las subvenciones a galerías de arte (-30%). El dinero para el
fondo bibliográficos regional pierde 2/3 de su dotación, y la Campaña de biblioteca para todos,
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Sacrificar la cultura, equivocar la política (La Verdad. 26-11-09)
dirigida a la integración y atención a inmigrantes pierde toda la aportación regional para
quedarse sólo con los fondos ministeriales. Trabajos como la catalogación de fondos y las
becas de colaboración bajan de promedio un 30%, lo mismo que las subvenciones a
asociaciones y fundaciones de lectura. Y así podríamos poner muchos más ejemplos.
No creo necesario dar más detalles de lo que 2010 va a suponer para la red cultural básica de
la región. La magnitud de la reducción de recursos es por completo inaceptable y, para
mantener la megalómana apuesta por los grandes espectáculos mediáticos, se han invertido
perversamente las prioridades y se ha hecho dejación de la responsabilidad indeclinable de la
administración cultural de dedicar los recursos públicos a sostener e impulsar los museos, las
bibliotecas, los centros culturales o los teatros, a estimular la actividad cultural de los
municipios, las asociaciones, las empresas culturales o los creadores, y a favorecer las
oportunidades de todos los ciudadanos para acceder y practicar actividades culturales, lo que
supone un rotundo retroceso como política cultural que nos anclará en nuestros atrasos
relativos como región.
Patricio Hernandez. Presidente del Foro Ciudadano
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